miércoles, 5 de octubre de 2016

CONVERSACIONES CON DIOS. VOLUMEN II (I)

Conversaciones Con Dios Neale Donald Walsch
Página 2 de 115Conversaciones Con Dios
Volúmen 2
Neale Donald Walsch
Título Original: Conversations with God.
Traducción: Francisco J. Ramos

INTRODUCCIÓN
Éste es un documento extraordinario.

Es un mensaje de Dios, y en él, Dios sugiere una revolución social, sexual, educativa, política,
económica y teológica en este planeta como nunca la hemos visto, y rara vez la imaginamos. Esta sugerencia se hace en el contexto de nuestros propios deseos manifestados como habitantes del
planeta. Hemos dicho que elegimos crear una mejor vida para todos, elevar nuestra consciencia, buscar un mundo más nuevo. Dios no nos condenará, no importa cual sea nuestra elección, pero si elegimos la que sugiere, Él está dispuesto a mostrarnos el camino. Sin embargo, no nos obligará a aceptar Sus sugerencias. Ni ahora, ni nunca.

Encuentro las palabras de este libro cautivadoras, inquietantes, desafiantes y ennoblecedoras a la vez. Son cautivadoras por cuanto me quitan el aliento con la esfera de acción y la envergadura de su alcance. Son inquietantes en cuanto me muestran a mí mismo - y a la raza humana - en una forma que es muy perturbadora. Son desafiantes por que me fijan un reto como nadie ni nada lo ha hecho antes. El reto de ser mejor, el reto de ser la Fuente de un mundo en el cual el enojo, los celos mezquinos, la disfunción sexual, la injusticia económica, las bufonadas educativas, la desigualdad social y los secretos políticos, las artimañas y los juegos de poder ya no vuelvan a ser parte de la experiencia humana. Son ennoblecedoras por cuanto ofrecen la esperanza de que todo esto sea posible.

¿Podemos realmente construir un mundo más evolucionado? Dios considera que sí, y todo lo que se requiere de nosotros es que en verdad elijamos hacerlo. Este libro es un diálogo real con Dios. Es el segundo de una serie de tres volúmenes que captan una conversación con la Deidad que se ha prolongado por más de cinco años y continua hasta el día de hoy.

Es factible que ustedes crean que este material no proviene realmente de Dios, pero no es necesario que se convenzan de lo contrario. Para mí, lo único importante es si el material mismo tiene algún valor, induce a alguna iluminación, produce un despertar, enciende cualquier deseo renovado, o promueve algún cambio fructífero en nuestra vida cotidiana en la Tierra. Dios lo sabe, algo tiene que cambiar. No podemos seguir como hasta ahora.
La trilogía Conversaciones con Dios empezó con la publicación del primer libro de esta serie en mayo de 1.995. Ese libro abordó principalmente inquietudes personales y transformó mi vida. De hecho, cambio muchas otras vidas. En unas cuantas semanas se convirtió en un sorprendente éxito de ventas, cuya distribución alcanzó niveles extraordinarios. Par el final de su primer año estaba vendiendo 12.000 ejemplares al mes, y seguía en aumento. Desde luego, el "autor" de este libro era casi desconocido. Y es precisamente esta característica la que hizo al documento tan fascinante y tan poderoso.

Estoy profundamente agradecido por ser parte de este proceso, el proceso por medio del cual miles de personas pueden recordar de nuevo algunas grandes verdades. Estoy personalmente complacido y muy feliz de que sean tantos los que han encontrado valor en la obra.

Quiero que sepan que al principio estaba intensamente atemorizado. Se me ocurrió que los demás podrían pensar que estaba demente, que sufría sueños de grandeza. O que, si creían que le material de veras lo había inspirado el Creador, seguirían realmente el consejo. ¿Y por qué me atemorizaba esto?

Muy sencillo, sabía que todo lo que había escrito podía estar equivocado. Entonces comenzaron a llegar cartas. Cartas desde todo el mundo. Y lo supe. En lo más hondo, lo supe. Estaba en lo correcto. Era exactamente lo que el mundo necesitaba oír, ¡en el momento correcto precisamente!
(Desde luego, no existe lo "correcto" y lo "equivocado", excepto en la relativa experiencia de nuestro existir. Por consiguiente, lo que sé que significa que el libro es "correcto" está dado por quienes y lo que decimos que queremos ser en este planeta.)

Ahora aparece el Libro 2, y observo que temo de nuevo. Este libro se ocupa de aspectos más extensos de nuestra vida individual, así como de consideraciones geofísicas y geopolíticas de implicaciones mundiales. Como tal, este volumen comprenderá, sospecho, mucho más conceptos con los que discrepará el lector promedio. Y por eso temo. Tengo miedo de que no les guste lo que leerán aquí. Me atemoriza que me consideren "equivocado" en parte de su contenido. Temo que agitaré un avispero, armaré una tormenta, provocaré olas. Y, una vez más, temo que podría estar equivocado todo lo que expongo aquí.

Ciertamente, debería saber que no hay razón para abrigar estos temores. Después de todo, ¿no publiqué ya un primer libro? Pues bien, aquí esta el siguiente. Mi naturaleza humana de nuevo. Verán, el objetivo de publicar estas transcripciones no es sacudir a nadie. Sólo deseo honesta y directamente transmitirles a ustedes lo que Dios me comunicó, en respuesta a mis preguntas. Le prometí a Dios que difundiría estas conversaciones y no puedo quebrantar mi promesa. Ustedes tampoco pueden faltar a la suya. Es obvio que prometieron dejar que se cuestionen uno tras otro sus pensamientos, ideas y convicciones. Sin duda, establecieron un profundo compromiso de crecer sin cesar. Sólo una persona con ese compromiso podría elegir un libro como éste.

Por lo tanto, parece que estamos juntos en esta tarea. Y no hay nada que temer. Somos lo que somos, y hacemos lo que hacemos como resultado de esa situación, y todo lo que tenemos que hacer es permanecer fieles a esa condición y no hay nada que temer. Ahora me doy cuenta de que creo que he sabido todo el tiempo que somos mensajeros, ustedes y yo. Si no lo fuésemos, no estaría escribiendo esto, y ciertamente ustedes no lo estarían leyendo. Somos mensajeros, y tenemos trabajo por realizar.

Primero, debemos asegurarnos de que entendemos claramente el mensaje que se nos ha dado en Conversaciones con Dios. 
Segundo, debemos integrar el mensaje en nuestra vida a fin de que se vuelva funcional.
 Y tercero, tenemos que transmitir este mensaje a otros, llevando esta verdad a todos aquellos a cuya vida nos hemos acercado, con el recurso simple y exquisito de nuestro ejemplo.

Me complace que hayan elegido emprender este viaje conmigo. Es mucho más fácil y mucho más divertido con ustedes que sin ustedes. Ahora caminemos juntos a través de estas páginas. De vez en cuando será un poco incomodo. No es como el libro anterior. Ese libro fue un abrazo de Dios; un estrujón intenso y cálido alrededor de los hombros. El libro 2 es una sacudida igualmente amorosa, pero más desapacible y gentil de esos hombros. Una llamada a despertar. Un reto para alcanzar el siguiente nivel.

Saben, siempre hay un siguiente nivel. A su alma - la cual vino aquí para la experiencia más rica, no la más pobre; la máxima, no la mínima - no le gustaría que descansaran. Y si bien la elección es siempre suya, su alma merece que nunca se vuelvan complacientes o se sientan autosatisfechos, y, ciertamente, que nunca se hundan en la apatía. Hay demasiado que cambiar en su mundo, es mucho lo que deben crear a partir de lo que contiene su ser. Siempre hay una nueva montaña qué escalar, una nueva frontera qué explorar, un nuevo temor qué superar. Siempre hay un lugar más imponente, un concepto más extenso, una visión más grandiosa.

Por lo tanto, este libro puede ser un poco más incómodo que el volumen previo. Toleren la incomodidad cuando la perciban. Sosténganse firmemente del bote si éste empieza a mecerse. Después vivan con un nuevo paradigma. Mejor aún, por medio del prodigio y el ejemplo de la propia vida que han llevado, ayuden a crear otra.

Neale Donald Walsch
Ashland, Oregon
Marzo de 1997
1
Gracias por venir. Gracias por estar aquí. Están aquí por una cita, es verdad; pero aún así, podrían no haberse presentado. Podrían haber decidido no cumplir con el compromiso. En cambio, eligieron estar aquí, a la hora convenida, en el lugar preestablecido, para que este libro llegara a sus manos. Gracias.

Ahora bien, si todo lo han hecho subconscientemente, sin saber siquiera qué estaban haciendo o por qué, parte de esto puede ser un misterio para ustedes, y se impone una pequeña explicación.

Empecemos pidiéndoles que observen que este libro ha llegado a su vida en el momento idóneo y perfecto. Tal vez no lo sepan ahora, pero cuando terminen con la experiencia que les espera, lo sabrán sin ninguna duda. Todo sucede en un orden perfecto, y la llegada de este libro a su vida no es la excepción.
Lo que tienen aquí es lo que buscaban, lo que anhelaban durante largo tiempo. Lo que tienen aquí es el último - y para algunos de ustedes tal vez el primero - contacto real con Dios. Éste es un contacto, y es muy real. Ahora Dios va a sostener una conversación verdadera con ustedes a través de mí. Hace unos cuantos años, no habría dicho esto; lo digo ahora porque ya establecí ese diálogo y sé que es posible. Y no sólo es posible, sino que tiene lugar todo el tiempo. Así es como está ocurriendo, justo aquí y ahora. Es importante que entiendan que son ustedes, en parte, quienes ocasionaron que esto sucediera, así como procuraron que este libro se encuentre en sus manos en este momento. Todos motivamos la creación de acontecimientos en nuestras vidas, y todos, como co-creadores, participamos con el Gran Creador en la gestación de cada una de las circunstancias que condujeron a esos hechos.
Mi primera experiencia de hablar con Dios ha nombre de ustedes ocurrió en 1992-1993. Había escrito una carta enojada a Dios preguntándole por qué mi vida se había convertido en un monumento de lucha y fracaso. En todos los aspectos, desde mis relaciones románticas, mi vida de trabajo, mis interacciones con mis hijos, hasta mi salud - en todo - no estaba experimentando más que lucha y fracaso. Mi carta a Dios demandaba saber por qué y qué se necesitaba para que funcionara mi vida.

Para mi asombro esta carta recibió respuesta.

Cómo se respondió y cuáles fueron esas respuestas se convirtió en un libro, publicado en mayo de 1995 con el título Conversaciones con Dios. Tal vez hayan oído hablar de él, o puede ser que lo hayan leído. De ser así, no necesitan mayor preámbulo para esta obra. Si no están familiarizados con el primer libro, espero que pronto lo estén, debido a que en el se delinea con mucho mayor detalle cómo empezó todo esto y responde a muchas preguntas acerca de nuestra vida personal - preguntas acerca de dinero, amor, sexo, Dios, salud y enfermedad, alimentación, relaciones, "el trabajo correcto" y muchos otros aspectos de nuestra experiencia cotidiana -, las cuales no se abordan aquí.

Si yo pidiera a Dios un regalo para el mundo en este momento, sería la información que contiene el Libro

1. En forma consecuente ("Incluso antes de que preguntéis, Yo habré contestado"), Dios ya lo habría concedido. Así, espero que al concluir la lectura de este libro (o incluso tal vez antes), decidan leer el anterior. Todo es cuestión de elección, al igual que la Pura Elección los llevó a ustedes a estas palabras ahora mismo. Así como la Pura Elección ha creado cada experiencia que hayan tenido. (Un concepto que se explica en ese primer libro.) Estos primeros párrafos del Libro 2 fueron escritos en marzo de 1996 para proporcionar una breve introducción a la información que sigue. Como en el volumen anterior, el proceso por medio del cual "llegó" esta información fue exquisitamente sencillo. En una hoja de papel en blanco sólo escribía una pregunta - cualquier pregunta -, generalmente la primera que me venía ala cabeza, y apenas había escrito la pregunta cuando ya la respuesta se formaba en mi cerebro, como si Alguien estuviese susurrando en mi oído. ¡Estaba tomando dictado!

Con excepción de estas pocas líneas introductorias, todo el material de este libro llegó al papel entre la primavera de 1993 y el año siguiente. Me gustaría presentárselo a ustedes ahora, justo como salió de mí y como me llegó...

Es el domingo de Pascua de 1993, y, como se me instruyó, estoy aquí. Estoy aquí, lápiz en mano, el papel ante mí, listo para empezar. Supongo que debo decirles que Dios me pidió que estuviera en este lugar. Teníamos una cita. Empezaremos hoy el Libro 2, el segundo de una trilogía que Dios y yo y ustedes estamos experimentando juntos.

Todavía no tengo idea de lo que va a decir este libro, o siquiera de los temas específicos que se abordarán. Ello es porque no tengo en la mente un plan para este libro. No puedo tenerlo. No soy yo quién decide su contenido. Es Dios.

El domingo de Pascua de 1992 - hace un año hoy - Dios empezó un diálogo conmigo. Sé que suena inverosímil, pero eso fue lo que sucedió. Hace poco tiempo, el diálogo terminó. Se me dieron instrucciones de que tomara un descanso, pero también se me dijo que tenía una "cita" para proseguir con esta conversación este día.

Ustedes también tienen una cita. Están cumpliendo con ella en este momento. Tengo muy claro que este libro no sólo se está escribiendo para mí, sino para ustedes a través de mí. Aparentemente, ustedes han buscado a Dios - y la Palabra de Dios - durante un largo tiempo. Yo he hecho lo mismo. Hoy encontraremos juntos a Dios. Ésa es siempre la mejor forma de encontrarlo. Juntos. Si nos apartamos, nunca lo encontraremos. Quiero decir esto en dos formas: 

Nunca encontraremos a Dios mientras nosotros estemos distantes. El primer paso para descubrir que no estamos apartados de Él consiste en descubrir que no estamos separados unos de otros, y hasta que sepamos y nos demos cuenta de que todos nosotros somos Uno, no podremos saber y darnos cuenta de que nosotros y Dios somos Uno.

Dios no está lejos de nosotros, nunca, y sólo pensamos que estamos alejados de Él. Es un error común. Pensamos, asimismo, que estamos distantes unos de otros. Y la forma más rápida que he descubierto para "encontrar a Dios" consiste en encontrarnos mutuamente. Dejar de escondernos
unos de otros. Y, desde luego, dejar de escondernos de nosotros mismos.

La forma más rápida de dejar de escondernos es decir la verdad. A todos. Todo el tiempo. Empiecen desde ahora a decir la verdad, y nunca se detengan. Empiecen por decirse la verdad acerca de sí mismos. Después díganse la verdad acerca de otra persona. Y digan a otros la verdad sobre sí mismos y sobre otros.  Por último, digan la verdad a todos acerca de todo.

Éstos son los Cinco Niveles de Veracidad. Es el camino de cinco pasos hacia la libertad. La verdad los liberará.
Este libro es acerca de la verdad. No mi verdad, sino la verdad de Dios. Nuestro diálogo inicial - el de Dios y el mío - concluyó hace justo un mes. Presumo que fluirá como el primero. Es decir, yo formulo preguntas y Dios responde. Creo que me detendré, y le preguntaré a Dios ahora mismo.
Dios, ¿es así como va a ser?

Sí.

Así lo pensé.

Excepto que en este libro yo expondré algunos temas por Mí Mismo, sin que me preguntes. No hice mucho de eso en el primer libro, como bien lo sabes.

Sí. ¿Por qué añades ese giro aquí?

Porque este libro se escribe a solicitud Mía. Yo te pedí que vinieras - como lo has señalado -. El 
primer libro fue un proyecto que empezaste por ti mismo.
Para el primer libro elaboraste una agenda. Para este libro no la hay, excepto cumplir con Mi Voluntad.

Sí, es lo correcto.

Ésa, Neale, es una muy buena posición. Espero que tú - y otros - la adoptarán con frecuencia.

Pero yo pensaba que Tu Voluntad era mi voluntad. ¿Cómo puedo no cumplir con Tu Voluntad si es la misma que la mía?

Ésa es una pregunta compleja - y no es un mal punto para empezar; un punto de despegue sin ninguna falla para que empecemos este diálogo. Retrocedamos unos cuantos pasos. Yo nunca dije que Mi Voluntad era tu voluntad.

¡Sí lo hiciste! En el libro anterior dijiste muy claramente: "Tu voluntad es Mi Voluntad".

En efecto, pero no es lo mismo.

¿No lo es? ¿Acaso me engañaste?

Cuando Yo digo "Tu voluntad es Mi Voluntad", no es lo mismo que decir "Mi Voluntad es tu voluntad". Si cumplieras con Mi Voluntad todo el tiempo, no tendrías que hacer nada más para alcanzar la Iluminación. El proceso habría terminado. Ya estarías ahí. Un día de no hacer nada excepto Mi Voluntad te llevará a la Iluminación. Si hubieses hecho Mi Voluntad todos los años de tu vida, no necesitarías enfrascarte en este libro ahora. Por lo tanto, es evidente que no has estado cumpliendo con Mi Voluntad. De hecho, la mayor parte del tiempo ni siquiera conoces Mi Voluntad.

¿No la conozco?

No, no la conoces.

Entonces, ¿por qué no me dices cuál es?

Lo hago. Pero tú no me escuchas. Y cuando escuchas, no oyes realmente. Y cuando oyes, no crees lo que estás oyendo. Y cuando crees lo que estás oyendo, no sigues las instrucciones de todas formas. Así que decir que Mi Voluntad es tu voluntad es obviamente inexacto.
Por otra parte, tu voluntad es Mi Voluntad. Primero, por que la conozco. Segundo, por que la acepto. Tercero, porque la alabo. Cuarto, porque la amo. Quinto, porque Yo la poseo y la llamo Mía Propia. Esto significa que estas en libertad de hacer lo que desees y que Yo haré Mía tu voluntad, por medio de un amor incondicional.
Ahora bien, para que Mi Voluntad fuera la tuya, tendrías que hacer lo mismo. Primero, tendrías que conocerla. Segundo, tendrías que aceptarla. Tercero, tendrías que alabarla. Cuarto, tendrías que amarla. Finalmente, tendrías que referirte a ella como la tuya propia. En toda la historia de tu raza, sólo unos cuantos hicieron esto consistentemente. Un puñado lo hizo casi siempre. Otros lo intentan mucho. Una buena parte de personas lo hacen de vez en cuando. Y, prácticamente, todo el mundo lo hace en raras ocasiones, si bien algunos nunca lo han hecho.

¿En que categoría me ubico?

¿Acaso importa? ¿En que categoría quieres estar a partir de ahora? ¿No es ésa una pregunta
pertinente?

Sí.

¿Y tu respuesta?

Me gustaría estar en la primera categoría. Me gustaría conocer y cumplir Tu Voluntad todo el tiempo.

Eso es loable, encomiable y probablemente imposible.

¿Por qué?

Es mucho lo que aún tienes que madurar antes de que puedas pretender eso. Sin embargo, yo te digo: podrías proponértelo, podrías moverte hacia la Divinidad en este mismo instante si así lo eligieras. Tu madurez no requiere mucho tiempo.

Entonces, ¿por qué ha tomado tanto tiempo?

Es verdad. ¿Por qué ha sido así? ¿Qué estás esperando? ¿Acaso crees qué Yo te estoy reteniendo?

No. Creo con certeza que yo me estoy reteniendo a mí mismo.

Bien. La claridad es el primer paso hacia la maestría.

Me gustaría obtener la maestría. ¿Cómo puedo hacerlo?

Sigue leyendo este libro. Ahí es exactamente a dónde te estoy llevando.

2

Estoy incierto sobre la dirección que deberá seguir este libro. No estoy seguro por donde empezar.

Tomemos el tiempo.

¿Cuánto? Ya me ha tomado cinco meses pasar del primer capítulo a éste. Sé que las personas que lo lean pensarán que todo se escribió en un flujo constante, ininterrumpido. No se darán cuenta de que transcurrieron 20 semanas entre los párrafos 32 y 33 de este libro. No comprenden que a veces los momentos de inspiración se alejan durante medio año. ¿Cuánto tiempo más necesitamos?

No fue eso lo que quise decir. Me refiero a que tomemos el "Tiempo" como nuestro primer tema, como una base para empezar.

Oh, bien. Pero ya que estamos en el tema, ¿por qué algunas veces se lleva meses completar un simple párrafo? ¿Por qué tus visitas son tan espaciadas?

Mi querido y maravilloso hijo, mis "visitas" no son espaciadas. Nunca me separo de ti. Simplemente no siempre estás consciente de que estoy contigo.

¿Por qué? ¿Por qué no estoy consciente de Tu Presencia si siempre estás aquí?

Porque tu vida se queda atrapada en otras cosas. Enfrentémoslo; has estado muy ocupado durante
cinco meses.

En efecto, sí lo he estado. Han ocurrido muchas cosas.

Y todo ello fue más importante que Yo.

No considero que ésa sea mi verdad.

Te invito a revisar tus acciones. Has estado más profundamente entregado a tu vida física. Le has
puesto muy poca atención a tu alma.

Fue un período muy apremiante.
Sí. Mayor razón para haber incluido tu alma en el proceso. Esos meses pasados hubiesen sido mucho más tranquilos con Mi ayuda. Por lo tanto, ¿puedo sugerirte que no pierdas el contacto?

Trato de permanecer cerca, pero parece que me pierdo - me entrego, como Tú lo expusiste, a mi propio drama -. Y entonces, en alguna forma, no encuentro tiempo para Ti. No medito. No rezo. Y ciertamente, no escribo.

Lo sé. Es una ironía de la vida que cuando tú necesitas más nuestra conexión, te alejas de ella.

¿Cómo puedo dejar de hacer eso?

Deja de hacerlo.

Eso es lo que acabo de decir. ¿Pero cómo?

Dejas de hacerlo dejando de hacerlo.

No es tan sencillo.

Es así de sencillo.

Desearía que lo fuese.

Entonces realmente lo será, porque lo que tú deseas es mi mandato. Recuerda, Mi apreciado hijo, tus deseos son Mis deseos. Tu voluntad es Mi voluntad.

Muy bien. Entonces deseo que este libro este terminado para marzo. Ahora es octubre. Deseo que no haya más espacios de cinco meses en el material que viene.

Así será.

Bien.

A menos que no sea así.

Oh, por favor. ¿Tenemos que transitar por estos juegos?

No. Pero hasta ahora así es como has decidido vivir tu Vida. Continuamente cambias de parecer.
Recuerda: la vida es un proceso constante de creación. Cada minuto estás creando tu realidad. La decisión que tomas hoy, con frecuencia no es la elección que haces mañana. Sin embargo, he aquí un secreto de todos los Maestros: cada vez que elijas, elige lo mismo.

¿Una y otra vez? ¿No es suficiente una vez?

Una y otra vez hasta que tu voluntad se manifieste en tu realidad. Para algunos podría llevar años. Para otros, meses. Para otros más, semanas. Para aquellos que se acercan a la maestría, días, horas, o minutos incluso. Para los Maestros, la creación es instantánea. Podrás decir que estas en el camino de la maestría cuando veas la brecha entre Albedrío y Acción.

Tu dijiste: "La decisión que tomas hoy con frecuencia no es la elección que haces mañana". ¿Cómo interpretar tus palabras? ¿Acaso nunca debemos permitirnos un cambio de parecer?

Cambia tu parecer todo lo que quieras. Sin embargo, recuerda que con cada cambio de idea se produce un cambio en la dirección de todo el universo. Cuando "tomas una decisión" acerca de algo, pones en movimiento al universo. Ciertas fuerzas más allá de tu capacidad de comprensión - mucho más sutiles y complejas de lo que podrías imaginar - participan en un proceso cuyas intrincadas dinámicas estás ahora a punto de empezar a entender.

Estas fuerzas y este proceso son todos partes de la extraordinaria red de energías interactivas que comprenden la totalidad de la existencia que tú llamas vida.

Son, en esencia, Yo mismo.

Así que cuando cambio de idea, te estoy creando dificultades, ¿es así?

Nada es difícil para Mí, pero podrías volver las cosas muy difíciles para ti mismo. Por lo tanto, establece un juicio y un solo propósito acerca de una situación. Y no distraigas tu mente hasta que lo hayas convertido en una realidad. Manténte enfocado. Permanece concentrado. Esto es lo que significa ser firme. Si eliges algo, elígelo con todo tu poder, con todo tu corazón. No seas apocado. ¡Sigue adelante! Sigue acercándote. Apégate a tu determinación.

No aceptar un no como respuesta.

Exactamente.

¿Pero qué sucede si el no es la respuesta correcta? ¿Qué pasa si lo que queremos no es propio para nosotros, no es para nuestro bien, ni en nuestro mejor interés? Entonces no nos lo darás, ¿verdad?

Incorrecto. Yo te "daré" lo que pidas, ya sea "bueno" para ti o "malo" para ti. ¿has examinado tu vida últimamente?

Se me ha enseñado que no siempre podemos tener lo que deseamos, que Dios no nos lo dará si no es para nuestro bien más elevado.

Eso es lo que te dicen cuando no quieres que te sientas decepcionado con un resultado particular.
Antes que nada, retrocedamos a la claridad acerca de nuestra relación. Yo no te "doy" nada, tú lo pides. El libro anterior explica exactamente como lo haces, con muchos detalles.
En segundo lugar, Yo no hago juicios acerca de lo que pides. Yo no califico a una cosa como "buena" o "mala". (Tú también harías bien en no juzgar.)
Tú eres un ser creativo - hecho a imagen y semejanza de Dios -. Puedes tener cualquier cosa que elijas. Pero no puedes tener todo lo que quieras. De hecho, nunca podrás obtener cualquier cosa que quieras si lo deseas con suficiente intensidad.

Lo sé. Lo explicaste también en el volumen anterior. Dijiste que el acto de querer una cosa la aleja de nosotros.

Sí, ¿y recuerdas por qué?

Porque los pensamientos son creativos, y el pensamiento de querer una cosa es una manifestación al universo, una declaración de una verdad - la carencia -, la cual el universo produce entonces en mi realidad.

¡Precisamente! ¡Exactamente! Has aprendido. Entiendes. Eso es estupendo.
Sí, así es como funciona. En el momento en que dices "yo quiero" algo, el universo dice "en efecto, eso quieres", y te da esa experiencia precisa: ¡la experiencia de "quererlo"! Lo que sea que pongas detrás de la palabra "yo" se convierte en tu mandato creativo. El genio en la botella - que soy Yo - sólo existe para obedecer. ¡Yo produzco lo que pides! Tú pides precisamente lo que piensas, sientes y dices. Tan sencillo como eso.

Entonces, dímelo de nuevo. ¿Por qué me toma tanto tiempo crear la realidad que elijo?

Por numerosas razones. Porque no crees que puedes tener lo que eliges. Porque no sabes qué eliges. Porque te empeñas en definir lo que es "mejor" para ti. Porque quieres garantías anticipadas de que todas tus elecciones serán "buenas". ¡Y porque continuas cambiando de idea!

Permíteme ver si entiendo. ¿No debo tratar de definir lo que es mejor para mí?

"Mejor" es un término relativo, que depende de un ciento de variables. Eso dificulta mucho las
elecciones. Cuando se toma una decisión, sólo se debe tomar en cuenta este criterio: ¿Es esto una
declaración de Quién Soy Yo? ¿Es una proclama de Quién Elijo Ser?

Todo lo relativo a la vida debe ser una proclama. De hecho, lo es toda la vida. Puedes permitir que esa proclama sea hecha por azar o por elección.

Una vida que se vive por elección es una vida de acción consciente. Una vida que se vive por azar es una vida de reacción inconsciente.

Una reacción es precisamente una acción que has realizado antes. Cuando "re-accionas" lo que haces es valorar los datos entrantes, buscar en tu banco de memoria la misma o casi la misma experiencia, y actuar en la misma forma que lo hiciste antes. Todo esto es trabajo de la mente, no de tu alma.

Tu alma te pondría a buscar en su "memoria" para ver como podrías crear una experiencia verdaderamente genuina de tu Ser en el Momento Actual. Ésta es la experiencia de "búsqueda de alma" de la cual has oído con tanta frecuencia, pero literalmente tendrías que estar "fuera de tus cabales" para hacerlo.
Cuando pasas el tiempo tratando de determinar qué es lo "mejor" para ti, estas haciendo justamente eso: pasando el tiempo. Es mejor que ahorres tu tiempo y no que lo gastes dispendiosamente. El hecho de estar fuera de tus cabales - o de tus esquemas - ahorra mucho tiempo. Las decisiones se alcanzan rápidamente, las elecciones se activan con prontitud, porque tu alma crea a partir de la experiencia presente únicamente, sin revisión, análisis y crítica de pasados encuentros.

Recuerda esto: el alma crea, la mente reacciona. En su sabiduría, el alma sabe que la experiencia que estás teniendo en Este Momento es una experiencia que te envió Dios, que asentó antes de que tuvieses un conocimiento consciente de ella.
Esto es lo que significa una experiencia "pre-sente". Ya está en camino aun antes de que la busques - ya que incluso antes de que preguntes, te habré contestado -. Cada Momento Actual es un regalo glorioso de Dios. Por eso se llama el presente.
El alma busca intuitivamente la circunstancia y la situación perfectas que se necesitan ahora para
corregir el pensamiento equivocado y otorgarte la legítima experiencia de Quién Eres Realmente.
El deseo del alma es llevarte de regreso a Dios, traerte a casa Conmigo. La intención del alma es conocerse a sí misma por experiencia, y así, conocerme a Mí. El alma entiende que Tú y Yo somos Uno, aun cuando la mente niegue esta verdad y el cuerpo actúe esta negación. Por lo tanto, en momentos de gran decisión, salte del orden habitual de tu mente, y realiza una búsqueda
del alma. El alma entiende lo que la mente no puede concebir.
Si pasas el tiempo tratando de determinar lo que es "mejor" para ti, tus elecciones serán cautelosas, tus decisiones serán interminables y tu destino se precipitará en un mar de expectativas. Si no tienes cuidado, te ahogarás en tus expectativas.

¡Vaya que es una buena respuesta! ¿Pero cómo escucho a mi alma? ¿Cómo sé que la estoy oyendo?

El alma te habla en sentimientos. Escucha tus sentimientos. Sigue tus sentimientos. Respeta tus
sentimientos.

¿Por qué me parece que el respeto a mis sentimientos es precisamente lo que ha ocasionado que tenga problemas en primer lugar?

Porque tú has etiquetado la madurez como "problema" y la pasividad como "segura".
Yo te digo: tus sentimientos nunca te traerán "problemas", porque tus sentimientos son tu verdad.
Si quieres vivir sin seguir nunca tus sentimientos, sino que cada sentimiento se filtre a través de la
maquinaria de tu Mente, hazlo. Tienes libertad para hacerlo. Toma tus decisiones basado en el análisis de tu Mente sobre la situación. Pero no buques alegría en esas maquinaciones, ni celebración de Quién Eres Realmente.
Recuerda esto: La verdadera celebración es espontánea, no pasa por procesos racionales. Si escuchas a tu alma sabrás lo que es "mejor" para ti porque lo mejor para ti es tu verdad. Cuando actúas únicamente a partir de lo que es verdad para ti, aceleras tu camino por la senda. Cuando creas una experiencia basada en tu "verdad actual" en vez de reaccionar a una experiencia basada en una "verdad pasada", produces un "nuevo tú".
¿Por qué lleva tanto tiempo crear la realidad que eliges? He aquí la razón: porque no vives tu verdad. Conoce tu verdad, y la verdad te liberará.

Sin embargo, una vez que hayas conocido tu verdad, no sigas cambiando de parecer al respecto.
Cuando esto sucede es que tu mente trata de definir lo que es "mejor". ¡Deténla! Salte de tus esquemas.

¡Recupera el juicio!
Eso es lo que significa "recuperar el juicio". Es volver a cómo te sientes, no a cómo piensas. Tus
pensamientos son sólo eso: pensamientos. Construcciones mentales. Creaciones "fabricadas" de tu mente. Pero tus sentimientos sí son reales.
Los sentimientos son el lenguaje del alma. Y tu alma es tu verdad.
Ahí está. ¿Te das cuenta de que todo está vinculado?

¿Significa esto que debemos expresar cualquier sentimiento, sin importar cuán negativo o destructivo sea?

Los sentimientos no son negativos ni destructivos. Son verdades simplemente. Lo importante es cómo expresas tu verdad.

Cuando expresas tu verdad con amor, es raro que ocurran resultados negativos o dañinos y, cuando sucede, se debe generalmente a que alguna otra persona ha elegido experimentar tu verdad en una forma negativa o perjudicial. En ese caso, es probable que no puedas hacer nada para evitar las consecuencias.

Sin duda, la falla en la expresión de tu verdad difícilmente sería adecuada. Sin embargo, las personas lo hacen todo el tiempo. Tienen tanto miedo a causar o enfrentar posibles desavenencias que ocultan su verdad por completo.
Recuerda esto: no es tan importante lo bien que se recibe un mensaje como lo bien que se envía.
No puedes asumir la responsabilidad en razón del favor con que otro acepta tu verdad; sólo puedes asegurarte de lo bien que se comunica. Y al decir "bien", no me refiero únicamente a la claridad; aludo a lo amorosa, compasiva, sensible, valiente y plena que debe ser.

Esto no deja espacio para verdades a medias; es la "verdad brutal", o incluso la "verdad llana". Significa la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, que Dios te ayude.

La parte "Dios te ayude" es la que conlleva las cualidades divinas de amor y compasión, ya que, si me lo pides, Yo siempre te ayudaré a comunicarte en esa forma.
Por lo tanto, expresa lo que llamas tus sentimientos más negativos, pero no destructivamente.
El hecho de no expresar (es decir, expulsar) los sentimientos negativos no significa que desaparezcan; se guardan en el interior. La negatividad "guardada" perjudica el cuerpo y abruma el alma.

Pero si otra persona oye cada pensamiento negativo que uno tiene acerca de ella, la relación se
afectará, sin importar cuán amorosamente se transmitan esos pensamientos.

Dije que expresaras (expulsaras, liberaras) tus sentimientos negativos, no dije cómo, o a quién.
No es necesario que toda la negatividad se comparta con la persona por quién se siente. Sólo se
necesita comunicar esos sentimientos a otro cuando la omisión en hacerlo comprometería tu integridad u ocasionaría que otro creyera algo que no es verdad.
La negatividad nunca es una señal de una verdad fundamental, incluso si parece tu verdad en ese
momento. Puede surgir de una parte que no ha sanado de ti. De hecho, siempre es así.
Por eso es tan importante sacudirse de estas negatividades, liberarse de ellas. Sólo dejándolas ir -
poniéndolas en el exterior, colocándolas frente a ti - las puedes ver lo suficientemente claras para saber si en realidad crees en ellas.
Has dicho todas las cosas - cosas desagradables - sólo para descubrir que, una vez que las dijiste, ya no se sienten como "verdad".
Has expresado todos lo sentimientos - desde temor hasta enojo y rabia - sólo para descubrir que, una vez que los has expresado, ya no revelan cómo te sientes realmente.
De esta forma, los sentimientos pueden ser engañosos. Los sentimientos son el lenguaje del alma, pero debes asegurarte de que estás escuchando a tus verdaderos sentimientos y no a algún modelo falsificado construido en tu mente.

Vaya, ahora no puedo siquiera confiar en mis sentimientos. ¡Estupendo! ¡Yo pensaba que ése era el
camino a la verdad! Pensaba que eso era lo que Tú me estabas enseñando.

Y así es. Pero escucha, porque es más complejo de lo que ahora entiendes. Algunos sentimientos son sentimientos verdaderos, es decir, sentimientos que nacen en el alma, y algunos sentimientos son falsos.

Éstos se construyen en tu mente.

En otras palabras, no son "sentimientos" en lo absoluto, sino pensamientos. Pensamientos
enmascarados como sentimientos.

Estos pensamientos están basados en tu experiencia previa y la experiencia observada en otros. Tú ves que alguien hace una mueca cuando se le extrae un diente, y tú haces una mueca cuando te extraen un diente. Tal vez ni siquiera te duela, pero haces una mueca de todos modos. Tu reacción no tiene nada que ver con la realidad, sólo con la forma en que percibes la realidad, basada en la experiencia de otros o en algo más que te haya sucedido en el pasado.

El mayor reto como ser humano es Estar Aquí Ahora, ¡dejar de inventar cosas! Cesar de crear
pensamientos acerca de un momento predeterminado (un momento que tú mismo "determinaste" antes de que pensaras al respecto). Estar en el momento. Recuerda, tú determinaste tu Ser en ese momento como un regalo. El momento contenía la semilla de una verdad formidable. Es una verdad que deseaste recordar. Sin embargo, cuando llegó el momento, inmediatamente empezaste a construir pensamientos a su alrededor. En vez de estar en el momento, permaneciste fuera y lo juzgaste. Entonces, reaccionaste.

Es decir, actuaste como lo hiciste una vez antes.

Ahora mira estas dos palabras:
REACTIVO
CREATIVO

Observa que son la misma palabra. ¡Sólo moví la "C"! Cuando colocas la "C" en el lugar correcto, te vuelves Creativo, en vez de Reactivo.

Esto es muy ingenioso.

Claro Dios es así.

Pero mira, lo que estoy tratando de establecer es que cuando tú llegas limpio a cada momento, sin un pensamiento previo al respecto, puedes crear quién eres, en vez de re-accionar como quién fuiste una vez.
¡La vida es un proceso de creación, y tú sigues viviendo como si fuese un proceso de re presentación!

¿Pero cómo puede cualquier ser humano racional ignorar la experiencia previa en el momento en que ocurre algo? ¿Acaso no es normal invocar todo lo que uno conoce sobre el tema y responder a partir de esa base?

Puede ser normal, pero no es natural. "Normal" significa algo que se hace generalmente. "Natural" es cómo eres cuando no estás tratando de ser "normal". Natural y normal no son lo mismo. En cualquier momento dado puedes hacer lo que haces normalmente, o puedes hacer lo que proceda de modo natural.

Te digo esto: Nada es más natural que el amor.
Si actúas amorosamente, estarás actuando de forma natural. Si reaccionas con temor, resentimiento, enojo, puedes estar actuando normalmente, pero nunca estarás actuando de modo natural.

¿Cómo puedo actuar con amor con amor cuando todas mis experiencias previas me están gritando que es probable que ese "momento" particular sea doloroso?

Ignora tu experiencia previa y entrégate al momento. Sé tú Aquí y Ahora. Observa lo que es trabajar con el ahora precisamente para volver a crearte a ti mismo.

Recuerda, eso es lo que estás haciendo aquí.

Llegaste a este mundo en esta forma, en este tiempo, en este lugar, para saber Quién Eres, y para crear Quién Deseas Ser.

Éste es el propósito de todo en la vida. La vida es un proceso continuo e interminable de re-creación. Los seres humanos se dedican a recrearse a sí mismos en la imagen de su siguiente idea más elevada acerca de ellos mismos.

¿Pero no es algo parecido al hombre que saltó desde el edificio más alto, seguro de que podría volar?

Ignoró su "experiencia previa" y la "experiencia observada de otros" y salto desde el edificio, mientras gritaba: "¡Yo soy Dios!" A mi modo de ver, no parece un acto muy inteligente.
Y yo te digo: los hombres han logrado resultados mucho más grandiosos que volar. Los hombres han curado la enfermedad. Los hombres han resucitado a los muertos.

Un hombre lo hizo.

¿Crees que sólo a un hombre se le han otorgado esos poderes sobre el universo físico?

Sólo un hombre los ha demostrado.

No es así. ¿Quién separó las aguas del Mar Rojo?

Dios.

En efecto, ¿y quién acudió a Dios para hacer eso?

Moisés.

Exactamente. ¿Y quién acudió a Mí para curar a los enfermos y resucitar a los muertos?

Jesús.

Sí. Ahora bien, ¿piensas que tú no puedes hacer lo que hicieron Moisés y Jesús?

¡Pero ellos no lo hicieron! ¿Te lo pidieron a Ti! Es muy diferente.

De acuerdo. Seguiremos con tu interpretación por ahora. ¿Y piensas que tú no puedes pedirme esos mismos actos milagrosos?

Supongo que podría. 

¿Y te los concedería?

No lo sé.

¡Esa es la diferencia entre tú y Moisés! ¡Eso es lo que te separa de Jesús!

Muchas personas creen que si piden en nombre de Jesús, Tú les concederás sus peticiones.

Sí, muchas personas creen eso. Creen que no tienen ningún poder, pero han visto (o les creen a otros que han visto) el poder de Jesús, por eso piden en su nombre. Aún cuando él dijo: "¿Por qué estáis tan asombrados? Estas cosas, y más, las haréis vosotros también". Sin embargo, la gente no podía creerlo.

Muchos no lo creen aún.

Todos se imaginan que son indignos. Por eso piden en el nombre de Jesús. O de la Bendita Virgen
María. O del "santo patrón" de esto o lo otro. O del Dios Sol. O del espíritu del Oriente. Usarán el nombre de quien sea - de quien sea -, ¡menos el propio! Sin embargo, yo te digo: Pide y se te dará. Busca y encontrarás. Llama y se te abrirá la puerta. Salta de un edificio y volarás.

Existen personas que levitan. ¿Lo crees?

Bueno, he sabido de ciertos casos.

Y personas que han atravesado muros. E incluso que han abandonado sus cuerpos.

Sí, sí, pero nunca he visto a nadie atravesar muros - y no le sugiero a nadie que lo intente -. Tampoco pienso que debemos saltar desde edificios. Quizá no sea bueno para la salud.

Este hombre murió al saltar no porque no pudiera haber volado de haberse encontrado en el estado correcto del Ser, sino porque nunca podría haber demostrado Divinidad tratando de presentarse como separado de los demás.

Por favor, ¿quisieras ser más explícito?

El hombre del edificio vivía en un mundo de auto engaño en el cual se imaginaba que era diferente al resto del género humano. Con la declaración "Yo soy Dios", empezó su demostración con una mentira.

Esperaba convertirse en alguien diferente. Más grande y más poderoso. Fue un acto del ego. El ego - el cual es separado, individual - nunca puede duplicarse o demostrar que es Uno.
En la búsqueda de demostrar que él era Dios, el hombre del edificio sólo exhibió su disgregación, no su unidad, con todas las cosas. Por lo tanto, buscaba demostrar Divinidad exhibiendo Impiedad, y fracasó.

Jesús, por otra parte, demostró Divinidad exhibiendo Unidad y viendo Unidad e Integridad en todas partes (y en quien fuese) que mirara. En esto su consciencia y Mi consciencia eran Una, y, en ese estado, cualquier cosa que pidiese se manifestó en su Divina Realidad en ese Sagrado Momento.

Ya veo. ¡Por lo tanto se requiere "Consciencia de Cristo" para realizar milagros! Bueno, eso debe de simplificar las cosas...

En realidad, así es. Es más sencillo de lo que piensas. Y muchos lograron esa consciencia. Muchos
fueron Ungidos, no sólo Jesús de Nazaret.

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