VENGA,
VAMOS A FEDERARNOS O, YA PUESTOS, INDEPENDIZARNOS, ES LO MISMO
Tras
muchos días de lectura, estudio y meditación, se me parte el alma
al considerar el estado de este País en cuanto a cultura política.
Bueno, el país está bajo mínimos hasta en cultura general. Y,
además, dejado de la mano de Dios, al socaire, expuesto a irse tras
cualquier cantamañanas que le prometa el oro y el moro, le hable de
lo que le están robando y ocultando y le convenza que lo mejor es
tirarse a la calle con pancartas pintarrajeadas, slogans trasnochados
y a romper el mobiliario urbano que ellos o sus padres han pagado con
sus impuestos. Sin Prensa libre, excepto unos pocos escritores que
cumplen una labor humanitaria intentando analizar los derroteros de
la política. La prensa se ha vendido, desde hace mucho tiempo y sólo
se informa del futbol, de los amoríos y vestimentas de una jetset
salida de algún recortable. Se eleva a categoría casi metafísica
la vida de personajillos que poco tienen para enriquecer la mente o
la conciencia del personal. La televisión, dividida en dos bloques
monolíticos, bombardean una y otra vez al televidente con los mismos
capítulos de las mismas series, cuyos personajes posiblemente ya no
estén ni en este mundo de Dios. Y se hacen propaganda de sí mismas.
Y te cortan un programa cada tres fotogramas. Y a ti ya te da lo
mismo, porque no la miras y además, ya sabes cómo acaba. Los
muertos de los episodios mueren doscientas veces antes de que te
pongan un episodio nuevo. Y, si un bloque habla de vampiros, el otro
contraataca con demonios. Y, el impresentable del Norris que, según
una voz en “of” es “el inventor de Dios” (oído con mis
orejas), de las “ patadas voladoras”, que no necesita a nadie
para enfrentarse a los malos y siempre triunfa porque es el
representante del “eje del bien”, como decía el más tonto de
los Bush, al que pusieron de Presidente porque no servía para mucho
más. ¡¡¡ qué vergüenza !!!
Un
país secuestrado por una banda que se autodenomina “los
políticos”, como si el ser político fuera una profesión para la
que se preparan todos, pues lo mismo les da estar en un sitio que en
otro, el caso es no trabajar y llevarse de mil maneras lo que se ha
presupuestado para beneficio del pueblo. Pero, al pueblo “pan y
toros”, mucha historia falseada, mucha deuda histórica ( sin
definir el concepto ), mucho “que nos devuelvan nuestros archivos”,
mucho victimismo ante el poder central, mientras por la puerta de
atrás vuelan los millones sin destino conocido. ¡¡¡qué
vergüenza!!!
Todo
se deriva de una idea falsa que no conviene aclarar: ¿de dónde
viene el poder? ¿es el derecho ciudadano algo que graciosamente nos
conceden los políticos? ¿son las elecciones un favor? ¿Tenemos que
dejarnos robar porque nos hacen el favor de aparentar que gobiernan?
¿de dónde sacan tiempo de gobernar si todo lo que se vé y oye son
puyas, insultos, faltas de respeto, ninguneaciones contínuas? ¿o el
gobierno lo delegan en algún miembro de su familia, mientras ellos
camarillean como porteras y piensan una frase lapidaria para
alimentar a la prensa? ¿se puede dejar un país sin gobierno porque
sus representantes no se ponen de acuerdo al repartirse el pastel?
¡¡¡¡qué vergüenza !!!!.
NO,
NO Y NO
EL
PODER reside en el pueblo, en mí, en tí, en mis vecinos, en los
tenderos, en los alfareros, en los trabajadores de cualquier sector.
ELLOS son el poder. Un poder que por voluntad delegan en unos cuantos
para que se ocupen de los recaos mientras ellos trabajan para ganarse
el pan. Y la fuente del PODER impone las condiciones.
Con
la Primera República ya se intentó la redacción de una
Constitución Federal ¿qué pasó?. Pasó que el pueblo en general,
este pueblo español confundió antes de tiempo el culo con las
témporas y se cargó la iniciativa a base de robar, repartir lo que
no era suyo, declarar sus ciudades independientes y llamarlas
“cantones” y, no entendiendo una porra de lo que era una
federación. La idea predominante era: coger lo de los ricos,
destrozar sus posesiones, repartir sus despensas, formar cuadrillas
de andrajosos que vendían a sus vecinos por viejas rencillas. En fin
pasó que el pueblo español ni estaba ni está preparado para un
cambio de la constitución. Que los que creen saber siguen con la
mano agarrada al “una, grande y libre” y chillan: ¡¡¡ quieren
destrozar España !!!!, ¡¡¡ la Constitución es sagrada!!!.
Cambiemos
primero el tipo de gobierno y acerquémonos un poco a unas
instituciones que sirvan de base a un Estado federal, con los poderes
que nosotros queramos darles. Sin dedicación exclusiva, al fin y al
cabo, les hacemos un favor al permitirles que nos gobiernen. No
consintamos que alguien haga de la política su profesión y se
eternice administrando lo que no es suyo: limitemos las repeticiones
en todos los niveles. Y, hagamos que nuestros representantes
Comunitarios sean, vivan y conozcan nuestra Comunidad. Y, vetemos,
sobre todo vetemos cualquier ley que un gobierno central quiera
legislar y que vaya en contra de los trabajadores.
Hay
mucho camino que limpiar, antes de siquiera pensar en una federación
o en una independencia. Y ambas cosas necesitan unos requisitos
materiales, aparte de la voluntad, que nadie explica porque no
conviene. Sólo conviene el lenguaje panfletario. Como el mío más o
menos.