D.
El Principio Sensible. El alma es el principio sensible que
subsiste en toda manifestación externa, compenetra todas las formas
y constituye la conciencia de Dios Mismo. Cuando el alma, sumergida
en la sustancia, es simplemente sensibilidad, agrega, mediante su
interacción evolutiva, la cualidad y la capacidad de reaccionar a la
vibración y al medio ambiente. Así se expresa el alma en los reinos
subhumanos de la naturaleza.
Cuando
el alma, expresión de sensibilidad y cualidad, agrega a éstas la
capacidad de percibir al yo en forma desapegada, aparece esa entidad
autoidentificada que llamamos un ser humano. Cuando el alma agrega a
la sensibilidad, a la cualidad y a la autopercepcíón, la conciencia
grupal, tenemos entonces la identificación con el grupo de un rayo y
aparece el discípulo, el iniciado y el maestro.
Cuando
el alma agrega a la sensibilidad, a la cualidad, a la autopercepción
y a la conciencia grupal, la conciencia del propósito sintético
divino (denominado el Plan), tenemos entonces ese estado de ser y
conocimiento que caracteriza a todos los que están en el Sendero de
Iniciación, incluyendo a esas Vidas graduadas desde el discípulo
más avanzado hasta el Logos planetario mismo.
No
olvidemos al hacer estas diferenciaciones que existe sin embargo una
sola Alma, la cual funciona y actúa a través de vehículos de
diversas capacidades y distintos refinamientos, con mayores y menores
limitaciones, así como un hombre constituye una sola identidad que
actúa a veces mediante un cuerpo físico y otras a través de un
cuerpo sensorio, o de un cuerpo mental, y aún otras llega a
conocerse como el Yo -acontecimiento raro y poco común aún para la
mayoría. Cada forma
manifestada
realiza dos cosas:
- 1.
Se apropia o es compenetrada por el alma del mundo, hasta donde le
permite su capacidad. Tanto el átomo de la sustancia como la
molécula o la célula, poseen alma, pero no en el mismo grado que un
animal; un animal tiene alma, pero no en el mismo grado que la tiene
un Maestro, y así sucede arriba o abajo de la escala.
- 2.
A través de la interacción entre el alma que mora internamente y la
forma, ocurren dos cosas:
a.
La sensibilidad y la cualidad se expresan según el tipo de cuerpo y
su grado de evolución.
b.
La compenetrante alma impele a la actividad a la naturaleza corpórea
y la impulsa a ir adelante en el sendero del desarrollo,
proporcionando así al alma un campo de experiencia, y al cuerpo una
oportunidad de reaccionar al impulso superior del alma. Así
también se beneficia el campo de expresión y el alma domina la
técnica de hacer contado, lo cual es su objetivo, en cualquier forma
dada.
Por
lo tanto, el alma vista desde cierto ángulo, es un aspecto porque
hay un alma en todos los átomos que componen los cuerpos de todos
los reinos de la naturaleza. La sutil alma
coherente, resultado de la unión del espíritu y la materia, existe
como una entidad aparte de la naturaleza corpórea, y
constituye (cuando está separada del cuerpo) el cuerpo etérico o el
doble, como se lo denomina a veces, o la contraparte del cuerpo
físico. Ésta es la suma total del alma de los átomos que
constituyen el cuerpo físico. Ésta es la verdadera forma, el
principio de coherencia en cada forma.
El
alma, en relación con el ser humano, es el principio mente, en dos
funciones, o la mente que se expresa de dos maneras. Estos dos modos
se registran y llegan a ser parte del equipo organizado del cuerpo
humano cuando está adecuadamente refinado y suficientemente
desarrollado:
1.
La mente concreta inferior, el cuerpo mental, "chitta" o
sustancia mental.
2.
La mente superior espiritual o abstracta.
Estos
dos aspectos del alma, sus dos cualidades básicas, traen el reino
humano a la existencia y permiten al hombre establecer contacto con
los reinos inferiores de la naturaleza y con las realidades
superiores espirituales. El primero, la cualidad de la mente en su
manifestación inferior, lo posee potencialmente cada átomo
contenido en cada forma y en cada reino de la naturaleza. Es parte de
la naturaleza corpórea inherente y potencial y la base de la
hermandad, la unidad absoluta, la síntesis universal y la divina
coherencia de la manifestación. El segundo, el aspecto superior, es
el principio de autopercepción, y cuando se combina con el aspecto
inferior produce la autoconciencia del ser humano. Cuando el aspecto
inferior ha dado forma y ha compenetrado las formas en los reinos
subhumanos, y cuando ha trabajado sobre esas formas y su sensibilidad
latente, a fin de lograr un adecuado refinamiento y sensibilidad, la
vibración se hace tan poderosa que atrae a lo superior y produce
fusión o unificación. Esto es análogo a una recapitulación
superior de la unión inicial del espíritu y la materia, que trajo
el mundo a la existencia. Así viene un alma humana a la existencia,
así comienza su larga carrera y ahora es un ente diferenciado.
La
palabra Alma se emplea para expresar el summum de la naturaleza
síquica -el cuerpo vital, la naturaleza emocional y la materia
mental. Una vez alcanzada la etapa humana es algo más, es una
entidad espiritual, un ser síquico consciente, un hijo de Dios que
posee vida, cualidad y apariencia -la peculiar manifestación en
tiempo y espacio de las tres expresiones del alma que acabo de
definir:
1.
El alma de todos los átomos que componen la apariencia tangible.
2.
El alma personal o la suma total sutil y coherente que llamamos
Personalidad, compuesta de los cuerpos sutiles -etérico o vital,
astral o emocional y el aparato mental inferior. La humanidad
comparte estos tres vehículos con el reino animal en lo que
concierne a la vitalidad, la sensibilidad y la mente potencial; con
el reino vegetal en lo que concierne a la vitalidad y a la
sensibilidad, y con el reino mineral en lo que concierne a la
vitalidad y a la sensibilidad potencial.
3.
El alma es también el ser espiritual, o la unión de la vida y la
cualidad. Cuando se establece la unión de las tres almas, según se
las denomina, tenemos un ser humano.
Así
se establece en el hombre la mezcla o fusión de vida, cualidad y
apariencia, o espíritu, alma y cuerpo, por medio de una forma
tangible. En el proceso de diferenciación estos diversos aspectos
han atraído la atención, pero la síntesis subyacente ha sido
pasada por alto o descartada. Sin embargo, todas las formas son
diferenciaciones del alma, pero dicha alma es una sola Alma cuando se
la observa y considera espiritualmente. Cuando se la estudia desde el
punto de vista de la forma no se percibe nada más que diferenciación
y separación. Cuando se la estudia desde el aspecto conciencia o
sensibilidad, emerge la unidad. Cuando se alcanza la etapa humana y
la autopercepción y se fusiona con la sensibilidad de las formas y
con la minúscula conciencia del átomo, comienza tenuemente a surgir
en la mente del pensador la idea de una posible unidad subjetiva.
Cuando se alcanza la etapa del discipulado, el hombre empieza a
considerarse como parte sensible de un todo sensible, y lentamente
reacciona al propósito e intención de este todo. En forma paulatina
capta el propósito, a medida que entra conscientemente en el ritmo
de la totalidad, de la que él es una parte. La parte se pierde en el
todo cuando se alcanzan etapas más avanzadas y formas más sutiles y
refinadas; el ritmo del todo somete al individuo a una participación
uniforme en el propósito sintético, pero la comprensión de la
autopercepción individual persiste y enriquece la contribución
individual que ahora se ofrece inteligente y voluntariamente, de modo
que la forma no sólo constituye un aspecto de la totalidad (que
siempre e inevitablemente ha sido así, aunque no sea comprendido),
sino que la consciente entidad pensante conoce la rectilidad de la
unidad de la conciencia y de la síntesis de la vida. Tres factores
debemos tener en cuenta a medida que leemos y estudiamos:
1.
La síntesis de la vida espíritu
2.
La unidad de la conciencia alma
3.
La integración de las formas cuerpo
Estos
tres siempre han estado unidos, pero la conciencia humana no lo ha
sabido. Su comprensión y su integración en la técnica del vivir,
constituyen para el hombre el objetivo de toda su experiencia
evolutiva. Hablando en forma simbólica consideremos ahora al Alma
universal o conciencia del Logos que trajo a la existencia nuestro
universo, y consideremos a la Deidad como que compenetra con Su vida
la forma de Su sistema solar, la cual es consciente de Su trabajo, de
Su proyecto y de Su meta. Este sistema solar es una apariencia, pero
Dios permanece trascendente. Dentro de todas las formas Dios es
inmanente y, sin embargo, permanece apartado y separado. Así como un
ser humano pensante e inteligente, actúa por medio de su cuerpo,
pero mora principalmente en su conciencia mental o en sus procesos
emocionales, así Dios mora absorbido en Su naturaleza mental, y el
mundo creado y compenetrado con Su vida avanza hacia la meta para la
cual Él lo ha creado. Sin embargo dentro del radio de Su
manifestante forma se llevan a cabo grandes actividades; se observan
distintos estados de conciencia y etapas de percepción; surgen
distintos grados de sensibilidad, y hasta en el simbolismo de la
forma humana tenemos los diferentes estados de sensibilidad, tal como
los registrados por el cabello, los organismos internos del cuerpo,
el sistema nervioso, el cerebro y la entidad que llamamos yo -que
registra la emoción y el pensamiento. De la misma manera la Deidad,
dentro del sistema solar, expresa amplias diferencias de conciencia.
Existe
una conciencia del cuerpo; existe un mecanismo sensorio que registra
las reacciones del medio ambiente; existe una conciencia de los
estados de ánimos, de la cualidad, de las reacciones mentales al
mundo de las ideas; existe una conciencia más elevada del plan y del
propósito, y existe una conciencia de la vida.
Es
interesante observar, en relación con la Deidad, que esta respuesta
sensoria al medio ambiente es la base de toda la astrología y el
efecto de las constelaciones sobre el sistema solar y las fuerzas
interplanetarias.
En
relación con el hombre podríamos resumirlo de la manera siguiente:
La naturaleza forma del hombre reacciona conscientemente a la
naturaleza forma de la Deidad. La vestidura externa del alma (física,
vital y síquica) es parte de la vestidura externa de Dios. El alma
del hombre autoconsciente se halla en armonía con el alma de todas
las cosas. Es parte integrante del alma universal, y debido a eso
puede llegar a percibir el propósito consciente de Deidad, colaborar
inteligentemente con la voluntad de Dios y trabajar con el plan de la
Evolución.
El
espíritu del hombre es uno con la vida de Dios, y está dentro de
él, profundamente arraigado en su alma, así como el alma está
arraigada en su cuerpo. El espíritu, en algún tiempo lejano, lo
pondrá en armonía con ese aspecto de Dios que es trascendente, y
así cada hijo de Dios hallará oportunamente su camino hacia ese
centro -absorbido y abstraído- donde mora Dios, más allá de los
confines del sistema solar.
Estas
palabras son formuladas en un esfuerzo por trasmitir una idea del
orden, del plan, de la síntesis universal, de la integración, de la
incorporación del fragmento en el todo, y de la parte con el todo.
Trataré de responder a la segunda pregunta, recordando que lo único
que puedo hacer es penetrar simbólicamente en los propósitos
prácticos de la Deidad. Como escribo para simples aspirantes, no
puedo trasmitir la verdad hasta que llegue el momento en que se
establezca una armonía completa, con sus propias almas, o más
completa de lo que es ahora. Sin embargo, el esfuerzo por captarlo
que no puede ser expresado con palabras produce una precipitación de
la mente abstracta o intuición, lo cual a su vez estimula y
desarrolla las células cerebrales y produce una constante
estabilidad del poder de permanecer en el "ser espiritual";
entonces es posible captar lo inexpresable y vivir por el poder del
mismo.
Pregunta
2. ¿ Cuáles son el origen, la meta, el propósito y el plan del
Alma? Los siete rayos son la suma total de la divina Conciencia, la
Mente Universal; podrían ser considerados como las siete Entidades
inteligentes a través de las cuales el plan se desarrolla.
Personifican el divino propósito; expresan las cualidades requeridas
para la materialización de ese propósito; crean las formas, y son
las formas mediante las cuales la idea divina puede ser llevada a su
consumación.
Simbólicamente
pueden considerarse como que constituyen el cerebro del divino Hombre
Celestial. Corresponden a los ventrículos del cerebro, a los siete
centros del cerebro, a los siete centros de fuerza y a las siete
glándulas principales que determinan la calidad del cuerpo físico.
Son los conscientes ejecutores del propósito divino y los siete
Alientos que animan todas las formas que han sido creadas por Ellos
para llevar a cabo el plan.
Tal
vez sería más fácil comprender la relación de los siete rayos con
la Deidad, si recordamos que el hombre mismo (por ser hecho a imagen
de Dios) es un ser séptuble, capaz de expresar siete estados de
conciencia y los siete principios o cualidades fundamentales que le
permiten percibir los siete planos en los cuales actúa en forma
consciente o inconsciente. Es un septenario en todo momento, pero su
objetivo es percibir conscientemente todos los estados del ser,
expresar conscientemente todas las cualidades y actuar libremente en
todos los planos.
Los
Seres que pertenecen al séptimo rayo, a diferencia del hombre, son
totalmente conscientes y perciben en su totalidad el propósito y el
Plan. Están siempre en "profunda meditación", y llegaron
al punto en que, a través de Su avanzada etapa de desarrollo, son
"impulsados hacia la realización". Son totalmente
conscientes de sí mismos y del grupo; constituyen la suma total de
la mente universal, y se hallan "despiertos y activos". Su
meta y propósito es de tal naturaleza que sería inútil especular
sobre ambos, porque el punto más elevado de realización para el
hombre es el punto más bajo para Ellos. Estos siete Rayos, Alientos
y Hombres Celestiales tienen como tarea luchar con la materia a fin
de subyugarla al propósito divino, y la meta -hasta donde podemos
percibirla- es someter las formas materiales a la acción del aspecto
vida, produciendo así esas cualidades que llevarán la voluntad de
Dios a su culminación. Por lo tanto, constituyen la suma total de
todas las almas dentro del sistema solar, y Su actividad produce
todas las formas; de acuerdo a la naturaleza de la forma así será
el grado de conciencia. A través de los siete rayos fluye la vida o
aspecto espíritu, pasando cíclicamente a través de todos los
reinos de la naturaleza, produciendo así estados de conciencia en
todos los campos de percepción.
Para
llevar a cabo los propósitos de este tratado los estudiantes tendrán
que aceptar la hipótesis de que todo ser humano es arrastrado a la
manifestación por el impulso de algún rayo, está coloreado por esa
particular cualidad de rayo que determina el aspecto forma, e indica
el camino que debe seguir y le permite (cuando llegue a la tercera
iniciación) presentir y luego colaborar con el propósito de su
rayo. Después de la tercera iniciación comienza a presentir el
propósito sintético para el cual trabajan los siete rayos. Como
este tratado ha sido escrito para los aspirantes y discípulos, y no
para los iniciados de tercer grado, es innecesario hacer conjeturas
sobre este destino final.
El
alma humana es una síntesis de la energía material cualificada por
la conciencia inteligente, además de la energía espiritual que
está, a su vez, cualificada por uno de los siete tipos de rayo. Así
emerge el ser humano, un hijo de Dios encarnado en la forma, con una
mano, como dice El Antiguo Comentario, aferrada firmemente a la roca
de la materia y la otra sumergida en un mar de amor. Una antigua
escritura lo expresa de esta forma:
"Cuando
la mano derecha del hombre material toma la flor de la vida y la
arranca para él, la mano izquierda permanece vacía. "Cuando la
mano derecha del hombre material toma el loto dorado del alma, la
izquierda desciende buscando la flor de la vida, aunque no lo hace
para fines egoístas. "Cuando la mano derecha sostiene
firmemente el loto dorado y la mano izquierda toma la flor de la
vida, el hombre descubre que es la planta de siete hojas que florece
en la tierra y también ante el Trono de Dios."
El
propósito de la Deidad, como lo conoce el Creador, es desconocido
totalmente para todos, excepto para los iniciados más elevados. Pero
el propósito de cada Vida de rayo puede ser sentido y definido,
sujeto por supuesto a las limitaciones de la mente humana y a lo
inadecuado de las palabras. La actividad planeada de cada rayo
cualifica toda forma que se halla dentro de su cuerpo de
manifestación. Hemos llegado ahora a una declaración técnica que
debe ser aceptada para bien del argumento, pues es imposible
comprobarlo. Los Señores de los rayos crean todos un cuerpo de
expresión, y de este modo han venido a la existencia los siete
planetas. Damos a continuación sus expresiones principales:
El
Sol (que oculta a Vulcano)
Júpiter
Saturno
Mercurio
Venus
Marte
La
Luna
Las
energías de estas siete Vidas, sin embargo, no están confinadas a
su expresión planetaria, sino que se extienden alrededor de los
confines del sistema solar, así como los impulsos de la vida de un
ser humano -sus fuerzas vitales, el impulso de sus deseos y sus
energías mentales- recorren su cuerpo activando los diversos
órganos, permitiéndole llevar a cabo su intención, vivir su vida y
cumplir el objetivo para el cual creó su cuerpo de manifestación.
Cada
uno de los siete reinos de la naturaleza reacciona a la energía de
alguna Vida particular de rayo. Cada uno de los siete planos
reacciona en forma similar. Cada septenario de la naturaleza vibra
con uno de los septenarios iniciales, porque los siete rayos
establecen ese proceso que asigna los límites de influencia para
todas las formas. Son aquello que determina todas las cosas, y al
emplear estas palabras quiero indicar la necesidad de que prevalezca
la Ley. La Ley es la voluntad de las siete Deidades, que se plasman
en la sustancia a fin de producir una intención específica,
mediante el método del proceso evolutivo.
A.
Los Tres Rayos de Aspecto
Ahora
me referiré al propósito del rayo descripto en una antigua
enseñanza, redactada en hojas tan viejas que la escritura se va
desvaneciendo lentamente. La traduciré en lenguaje moderno, aunque
se perderá gran parte del significado.
EL
PRIMER PROPÓSITO DE LA DEIDAD
1er.
Rayo. Voluntad o Poder.
Detrás
del sol central sagrado, se halla oculta dentro de sus rayos una
forma. Dentro de esa forma fulgura un punto de poder que aun no
vibra, pero brilla cual luz eléctrica. Igneos son sus rayos. Consume
todas las formas, pero no afecta la vida de Dios encarnado.
Desde
el Uno que contiene a los siete, surge una palabra. Esa palabra
reverbera a lo largo de la línea de esencia ígnea, y al resonar
dentro del círculo de las vidas humanas, se convierte en una
afirmación, un mandato expresado o una palabra de poder. Así queda
plasmado en el molde viviente, el pensamiento de... (el nombre oculto
e inexpresable del rayo.)
Que
el dinámico poder y la eléctrica luz revelen el pasado, destruyan
la forma y abran la puerta dorada. Esta puerta revela el camino que
conduce hacia el centro donde mora Aquel cuyo nombre no puede ser
oído dentro de los confines de nuestra esfera solar. Su manto azul
oculta su eterno propósito, pero cuando el sol sale y se pone, su
rojo orbe es visto.
Su
palabra es poder. Su luz es eléctrica. El relámpago es su símbolo.
Su voluntad se halla oculta en la cámara de su pensamiento.
Nada
es revelado.
Se
siente su poder. Los hijos de los hombres, que reaccionan a su poder,
elevan a los límites más remotos de la luz, un interrogante: ¿Por
qué este poder ciego? ¿Por qué la muerte? ¿Por qué esta
desintegración de las formas? ¿Por qué negar el poder de poseer?
¿Por qué la muerte, oh Poderoso Hijo de Dios?
Imperceptiblemente
llega la respuesta: poseo las llaves de la vida y de la muerte. Ato y
desato. Soy el Destructor. Este Señor de rayo no está aún en plena
expresión, excepto a medida que causa destrucción y pone fin a los
ciclos. Las Mónadas de poder son numéricamente inferiores a las
otras. Los egos que pertenecen al rayo de poder no son muchos, y se
caracterizan por la voluntad dinámica, y su poder dentro de la
familia humana se desarrolla como fuerza destructiva, pero en último
análisis es una destrucción que traerá la liberación. A medida
que estudiamos los egos y las personalidades de primer rayo,
observamos que la muerte y la destrucción siempre están presentes
en su trabajo, de allí, la aparente crueldad e impersonalidad de sus
reacciones. Los que pertenecen al primer rayo no tienen en cuenta la
forma; su energía produce la muerte de la forma, pero introduce
grandes períodos cíclicos de pralaya
(Sánscrito).
Es un período de obscuración o reposo (planetario, cósmico o
universal); lo opuesto al Manvantara. (Doctrina Secreta, I, 397);
el
primer rayo controla el drama de la muerte en todos los reinos
-destruye las formas, lo cual origina
la liberación del poder y permite la "entrada a la Luz a través
del portal de la Muerte". La intención del Señor de primer
rayo es permanecer detrás de Sus seis Hermanos, a fin de destruir
las formas que Ellos han construido después de haber realizado Su
propósito. Esto lo realiza haciendo pasar Su Poder a través de Sus
cuerpos, y Su esfuerzo unido conduce a la abstracción y a retornar
al centro del cual provino el impulso inicial. El propósito del
primer rayo consiste, por lo tanto, en producir la muerte; una idea
del mismo puede vislumbrarse al analizar algunos de los nombres
aplicados al Señor de este rayo.
El
Señor de la Muerte
El
Que Abre la Puerta
El
Que Libera de la Forma
El
Gran Compendiador
El
Elemento Ígneo que trae destrucción
El
Cristalizador de la Forma
El
Poder que toca y se retrae
El
Señor de la Tierra Ardiente
La
Voluntad que irrumpe en el Huerto
El
Violador de Almas
El
Dedo de Dios
El
Aliento que quema
El
Relámpago que aniquila
El
Altísimo
Las
cualidades y características de este Señor, que trae consigo la
liberación, pueden ser inferidas de los seis aforismos que, según
una antigua leyenda, le fueron dados por Sus seis Hermanos cuando Le
rogaban que detuviera Su mano y Les diera tiempo para desarrollar Sus
propósitos:
1.
Mata el deseo cuando el deseo ha cumplido su trabajo. Tú eres el que
señala la realización.
Cualidad
clara visión.
2.
Busca el camino apacible, Oh Señor de Poder. Espera a tu hermano en
el sendero de Amor. Él construye las formas que pueden resistir tu
poder.
Cualidad
poder dinámico.
3.
Detén tu mano hasta que haya llegado el momento. Entonces, otorga el
don de la muerte, oh tú que abres la Puerta.
Cualidad
sentido del tiempo.
4.
No permanezcas solo, únete a los muchos. Tú eres el Uno, el
Aislado. Ven hacia los tuyos.
Cualidad
soledad.
5.
Conduce a los tuyos, pero aprende a conocerlos. No odies el apego,
pero ve su plan y su propósito.
Cualidad
desapego.
6.
La vida palpita a través de ti, el ritmo se impone. La vida es todo.
Ama la vida en todas sus formas.
Cualidad
unidad de propósito.
Las
seis cualidades enumeradas expresan la fuerza de este rayo al hacer
sentir su presencia en el cuarto reino de la naturaleza. Los efectos
en los demás reinos difieren, pero limitaremos nuestra atención al
punto de vista de la humanidad. El propósito del primer rayo y su
principal trabajo consiste en hacer que terminen y mueran todas las
formas de todos los reinos de la naturaleza y en todos los planos.
La
energía de este Señor de rayo provoca la muerte de una hormiga o un
sistema solar, de una organización, una religión o un gobierno, de
un tipo de raza o un planeta. Su voluntad o propósito actúa a
través de la ley de periodicidad.
EL
SEGUNDO PROPÓSITO DE LA DEIDAD
2do.
Rayo. Amor-Sabiduría.
El
Verbo emana desde el corazón de Dios, y emerge desde un punto
central de amor. Ese Verbo es el amor mismo. El divino deseo colorea
toda esa vida de amor. Dentro de la Jerarquía humana, tal afirmación
adquiere poder y sonido. En el principio era el Verbo. El Verbo ha
morado y mora en Dios. En él era la luz. En Él era la vida. Dentro
de Su luz caminamos. Su símbolo es el trueno, el Verbo que se
expresa cíclicamente durante las edades.
Algunos
de los nombres aplicados a este Señor de rayo, que imparten su
propósito son:
El
Que despliega la Gloria
El
Señor de Amor Eterno
El
Imán Cósmico
El
Dador de Sabiduría
La
Radiación de la Forma
El
Maestro Constructor
El
Otorgador de Nombres
El
Gran Geómetra
El
Que Oculta la Vida
El
Misterio Cósmico
El
Portador de Luz
El
Hijo de Dios Encarnado
El
Cristo Cósmico
La
leyenda dice que los seis Hermanos resumen sus cualidades en los
siguientes aforismos:
1.
Emite el Verbo y expresa el radiante amor de Dios. Haz que todos los
hombres oigan.
Cualidad
amor divino.
2.
Que brille la gloria del Señor. Que haya radiante luz lo mismo que
radiante amor.
Cualidad
radiación.
3.
Atrae hacia ti el objeto de tu búsqueda. Arrebátalo de la noche del
tiempo y trae a la luz del día a aquel que tú amas.
Cualidad
atracción.
4.
Cuando la luz y el amor se demuestren deja que el poder interno
produzca la perfecta flor. Que se emita la palabra que cura la forma.
La secreta palabra que deberá ser entonces revelada.
Cualidad
el poder de salvar.
5.
Salvación, luz y amor, con el poder magnético de Dios, producen la
palabra sabiduría. Emite esa palabra, y conduce a los hijos de los
hombres desde el sendero del conocimiento al sendero de la
comprensión.
Cualidad
sabiduría.
6.
Dentro del radio del amor de Dios, dentro del círculo del sistema
solar giran todas las formas, todas las almas, todas las vidas. Que
cada hijo de Dios entre en su sabiduría. Revela a cada uno la
unicidad de las muchas vidas.
Cualidad
expansión o inclusividad.
El
tercer rayo, que tiene un ciclo muy extenso y está en manifestación
desde 1425 d.C., tiene un efecto directo sobre la quinta raza raíz o
Aria, y en conexión con esto hay una serie de frases curiosas que
expresan su propósito.
EL
TERCER PROPÓSITO DE LA DEIDAD
3er.
Rayo. Inteligencia Activa o Adaptabilidad.
Que
el Guardián del Sur continúe con la construcción. Que aplique la
fuerza que creará la brillante piedra viviente que encaja con toda
exactitud en los planos del templo. Que prepare la piedra angular y
la coloque sabiamente en el norte, bajo el ojo de Dios Mismo, y la
someta al equilibrio del triángulo.
Que
el Investigador del pasado descubra el pensamiento de Dios, oculto
profundamente en la mente de los Kumaras de Amor(Los Kumaras son
altos seres de luz que llevan este nombre no en forma individual sino
simbólica, pues se trata de
un
cargo o servicio por realizar),
y
lleve a
los Agnishvattas (devas
o ángeles) , que
esperan en el lugar de la oscuridad, al lugar de la luz.
Que
el Guardián de las chispas exhale el aliento divino sobre los puntos
de fuego y avente la llama de lo que está oculto, lo que no se ve, e
ilumine así todas las esferas donde Dios actúa.
Quisiera
llamar la atención sobre el hecho de que lo único que aquí puedo
hacer es poner en palabras ciertos antiguos símbolos y acentuar el
proceso (adoptado por los antiguos instructores iniciados) de emitir
una palabra o sonido, que produzca una forma simbólica, que a su vez
pueda ser traducida en palabras, las cuales también deben ser a su
vez captadas intuitivamente y adaptadas a la necesidad individual,
para ser asimiladas y llevadas a la práctica en la vida. De otra
manera estas antiguas e interesantes ideas y estos nombres
interpretativos y aforismos que trasmiten el "poder de las
cualidades", serían más que inútiles y servirían sólo para
aumentar la responsabilidad. La capacidad de ver los significados
objetivos y luego aplicarlos a la vida, es una expresión del
verdadero sentido esotérico. Si se estudian con atención estas
frases y clasificaciones, se hallará que indican el rayo individual
de cada uno y sus tendencias y propósitos en la vida; si la
atracción que ejercen las distintas afirmaciones hechas sobre un
rayo particular, evocan una comprensión intuitiva de parte del
estudiante, de modo que se reconozca a sí mismo, la energía de su
rayo y los aspectos de su latente y profundamente ansiada naturaleza
espiritual, lo que aquí imparto sobre el Propósito, el Nombre y la
Cualidad,
será beneficioso y útil.
Algunos
de los nombres del Señor del tercer rayo indican cómo emplea Su
fuerza y cuál es Su verdadera naturaleza, éstos son:
El
Custodio de los Archivos
El
Señor de la Memoria
El
Unificador da los Cuatro Inferiores
El
Intérprete de lo Que he visto
El
Señor del Equilibrio
El
Divino Separador
La
Esencial Vida Discriminadora
El
Que produce la Alianza
El
Triángulo de Tres lados
El
Iluminador del Loto
El
Constructor de los Cimientos
El
Precursor de la Luz
El
Que vela y sin embargo revela
El
Dispensador del Tiempo
El
Señor del Espacio
La
Mente Universal
El
Triple Pabilo
El
Gran Arquitecto del Universo
y
muchos otros términos que señalan la relación que existe con la
luz, el tiempo, el espacio, el Logos manifestado, la materia y “el
poder que evoca la forma". Si todos estos nombres se estudian en
conexión con el desarrollo moderno, o la cultura y ciencia modernas,
se evidenciará cuán poderosa e influyente es en nuestros días y
época esta Vida especial de rayo, y cómo se aplican Sus energías
(habiendo producido los mundos objetivos tangibles, para manifestar
la moderna civilización, con su énfasis sobre el materialismo, su
búsqueda respecto a la naturaleza del tiempo y el espacio, y ese
desarrollo mental cuya expresión es gloria y destino de nuestra
particular raza.
Las
cualidades que caracterizan a este Señor de rayo están enumeradas
en las siguientes frases:
Se
debe tener en cuenta que la séptima característica o sintética, de
cada uno de los rayos está contenida en el nombre del rayo y no se
menciona específicamente en las otras seis cualidades. Sus seis
Hermanos, Hijos del Padre Uno, entonaron estos mandatos en el día de
Su renovada actividad (denominado el día de la creación).
1.
Que se produzca la forma dual y oculte la vida. Que aparezca la forma
y pruebe que es divina. Todo es de Dios.
Cualidad
el poder de manifestar.
2.
Que dé forma a la envoltura de acuerdo a lo que la habita. Que
aparezca el huevo del mundo. Que pasen las edades, entonces que
aparezca el alma. Que emerja la vida dentro del tiempo designado.
Cualidad
el poder de evolucionar.
3.
Que la mente controle. Que el claro fulgor del sol de la vida revele
la mente de Dios, y que ponga en su camino a Aquel que brilla. Luego
que lo conduzca al punto central donde todo se pierde dentro de la
luz sempiterna.
Cualidad
iluminación mental.
4.
Dios y Su forma son uno. Oh soberano Señor de la forma revela este
hecho. Dios y Su forma son uno. Niega el concepto dual. Da color a la
forma. La vida es una; la armonía es completa. Comprueba que los dos
son uno.
Cualidad
el poder de producir síntesis en el plano físico.
5.
Que se confeccionen las vestiduras del Señor y se presente el manto
de muchos colores. Luego que se separe el manto de Eso que se oculta
entre sus numerosos pliegues. Que se aparten las envolturas que
velan. Que Dios sea visto. Que descienda Cristo de la cruz.
Cualidad
investigación científica.
6.
Que converjan los dos senderos. Que equilibre los pares de opuestos y
que aparezca el sendero entre ambos. Dios, el sendero y el hombre son
uno.
Cualidad
equilibrio.
Así
los tres rayos principales resumen en sí mismos el proceso de la
creación y de la energetización mediante el impulso de la divina
voluntad; el trabajo de los cuatro rayos menores (como se los
denomina, aunque no existen menores ni mayores) consiste en elaborar
o diferenciar las cualidades de la vida y producir la infinita
multiplicidad de formas que permitirá a la vida asumir sus muchos
puntos focales y expresar, mediante el proceso evolutivo de
manifestación, sus diversas características.
B.
Los Cuatro Rayos de Atributo
EL
CUARTO PROPÓSITO DE LA DEIDAD
4to.
Rayo. Armonía, Belleza, Arte.
Color
y, sin embargo, no se ve color alguno. El Sonido y el Uno inaudible
se encuentran en un punto infinito de paz. El Tiempo y el Uno
imperecedero niegan los pensamientos de los hombres. Pero el tiempo
no existe. Allí se encuentra la forma, sin embargo, el sentido
síquico revela lo que la forma es incapaz de ocultar -la síntesis
interna, el omniabarcante prisma, ese punto de unidad que, al ser
debidamente alcanzado, revela otro punto, donde los tres son uno y no
existen solamente los dos.
Forma
y alma se fusionan. La visión interna vigila la fusión, conoce la
divina relación y ve a los dos como uno. Pero desde ese punto de
realización elevada fulgura una visión superior ante el abierto ojo
interno. Los tres son uno. No sólo los dos. Sigue tu camino en el
Sendero, oh peregrino.
Al
leer estas palabras el estudiante debe tener en cuenta que la
antecámara ha quedado atrás y el hombre se encuentra (cuando ha
permitido que el cuarto rayo haga su trabajo y él pueda actuar por
lo tanto en el cuarto plano o búdhico) dentro del templo del Señor.
Ha descubierto cierta medida de luz, pero en esa luz ve ya la luz, y
visualiza una revelación y brillantez mayores. Esto se convierte
ahora en el objeto de su búsqueda. Ha dominado la manera de utilizar
la dualidad y ha aprendido a unificar el alma y el cuerpo en un sólo
instrumento para el espíritu. Ahora continúa su camino para lograr
la gran síntesis.
El
Señor del cuarto rayo tiene muchos nombres que merecen una cuidadosa
consideración y estudio. En menos de cien años este Señor de poder
armonizador tendrá más influencia contrarrestará algunas de las
alteraciones de Saturno,mproducidas en el primer decanato de Acuario.
Mientras tanto, en el estudio de Sus nombres hallaremos resumidos Sus
esfuerzos y erigirá un conjunto de pensamientos constructivos que
facilitarán Su trabajo cuando esté nuevamente en manifestación
activa. Sin embargo, en lo que concierne a la familia humana, ejerce
siempre cierto poder, porque hay una alianza numérica entre el
cuarto rayo y la cuarta Jerarquía Creadora o mónadas humanas, y el
cuarto reino de la naturaleza. Por consiguiente, su poder está
siempre activo:
El
Percibidor en el Camino
El
Vínculo entre los Tres y el Tres
El
Divino Intermediario
La
Mano de Dios
El
Uno Oculto
Da
Simiente, que es la Flor
La
Montaña donde muere la Forma
La
Luz dentro de la Luz
El
Corrector de la Forma
El
Que señala la bifurcación del Camino
El
Maestro
El
Morador del Lugar Sagrado
El
Inferior de los Tres, el Superior de los Cuatro
La
Trompeta del Señor
Los
aforismos relacionados con el cuarto rayo no son fáciles de
comprender. Se necesita ejercitar la intuición y se imparten a
través de seis cortos y extremadamente breves mandatos, pronunciados
en forma curiosa, al finalizar el período creador y en la época en
que la cuarta Jerarquía Creadora vino a la encarnación:
1.
Pronuncia quedamente la palabra. Habla quedamente.
Cualidad
poder de penetrar en las profundidades de la materia.
2.
Defiende el deseo. Da al buscador lo que necesita.
Cualidad
los aspectos duales del deseo.
3.
Haz descender el hilo. Abre el camino. Vincula al hombre con Dios.
Levántate.
Cualidad
el poder de revelar el sendero.
4.
Todas las flores te pertenecen. Afirma las raíces en el lodo, las
flores en el sol. Comprueba que el sol, el lodo, las raíces y las
flores son uno.
Cualidad
el poder de expresar la divinidad. Crecimiento.
5.
Gira, retorna y vuelve a girar. Circula cíclicamente alrededor del
círculo de los cielos. Comprueba que todo es uno.
Cualidad
la armonía de las esferas.
6.
Cobra el sonido. Emite el color. Produce las notas y observa que
pasan a los semitonos, que a su vez producen los sonidos. Así todos
son vistos como uno.
Cualidad
la síntesis de la verdadera belleza.
Esta
instrucción sobre los rayos tiene una significación más profunda
de lo que se puede captar. Un cuidadoso y sistemático estudio y la
abstención sensata para llegar a rápidas conclusiones, será la
forma más inteligente de encarar esta instrucción. Me es imposible
tratar en la primera etapa sus aplicaciones sicológicas y
definidamente humanas. Trato de dar un delineamiento general,
impartir ideas, introducir ciertos conceptos básicos en la
conciencia del lector, e intento revestir este tema, tan abstruso y
difícil, en forma tal que pueda iniciar un nuevo ritmo de
pensamientos y captar y asimilar una nueva comprensión. Todo esto
representa en la actualidad un proceso cósmico prototípico que
oportunamente conducirá a comprender la parte que puede desempeñar
un individuo en el maravilloso todo cósmico. Comenzaremos con lo
universal y terminaremos con lo particular, que es siempre el
verdadero método ocultista.
Sin
embargo, todo lo que afirmo sobre la Vida de un rayo puedo igualmente
afirmarlo respecto a una vida humana, pero debe tenerse en cuenta que
el tipo puro de rayo todavía no existe, porque aún no existen la
forma, el mecanismo o la expresión perfectas de la cualidad de rayo,
ni esa apariencia absolutamente pura, en la familia humana, excepto
en casos tan raros como el Buddha o el Cristo y (en otro campo de
expresión) un Alejandro o un Julio César. Leonardo Da Vinci fue una
expresión análoga. Los rayos conciernen a la energía y a la
conciencia y determinan la expresión, pero cuando la materia
utilizada y el vehículo al que se le ha dado forma no ha
evolucionado en forma perfecta, existe entonces la limitación y
queda excluida automáticamente gran parte de la energía. El efecto
de la fuerza de rayo, al actuar a través de formas imperfectas,
lógicamente será deformado, restringido y mal aplicado. Permítaseme
ilustrarlo.
He
dicho que la energía de primer rayo actúa como destructora de las
formas; debe recordarse que el destructor puro es totalmente
desconocido, lo cual afortunadamente para la raza es así. Es una
bendición que el ego de primer rayo esté todavía tan limitado y
obstaculizado por la forma y la cualidad de ésta, que la incapacita
para usar adecuada o inteligentemente su fuerza destructiva. Como
bien saben, las personalidades de primer rayo son por lo general
destructoras, pero la energía generada no es suficiente para causar
mucho daño. Repito, el amor puro no puede ser expresado hoy, porque
la naturaleza forma impide que afluya. La consideración de ambos
ejemplos ayudará al lector a apreciar la situación. Pero se
aproxima el momento en que se expresará más plenamente el
propósito, el tipo y la cualidad de rayo y surgirá, en
consecuencia, una apariencia más real.
Esto
se debe a la inminente aparición o manifestación de ciertas grandes
Vidas, las cuales personificarán la energía de los rayos segundo,
tercero, quinto y séptimo. Constituirán puntos focales para la
afluencia de estos cuatro tipos de energía divina y producirán un
enorme estimulo en las unidades de vida que corresponden y responden
a ellas. Se puede esperar que estos cuatro Seres aparezcan como seres
humanos en el mundo moderno, antes de finalizar este siglo, y Su
esfuerzo unido inaugurará definitivamente la Nueva Era e introducirá
un período que pasará a la historia como época gloriosa para la
quinta raza raíz. Cada uno de estos cuatro Maestros, pues en verdad
lo son, constituirán subjetivamente un punto focal para la triple
afluencia de energía desde el centro en el Cuerpo de Dios,
simbólicamente mencionado como "el corazón del Sol". Cada
rayo es a su vez una triple entidad en manifestación, como lo es la
Deidad Solar Misma. Su característica sobresaliente será el amor, y
mediante esa atractiva fuerza magnética vendrán a la existencia
nuevas formas, lo cual permitirá que aparezcan tipos de rayo más
puros y, por lo tanto, de apariencia más expresiva. Una gran parte
de la energía destructora que
existe
hoy en el mundo se debe a la presencia, en el plano astral, de un
discípulo de primer rayo del Logos planetario. Su trabajo es
despejar el camino para la manifestación de estos cuatro Discípulos
mayores, primordialmente Constructores;
iniciarán
Su trabajo cuando hayan concluido su tarea los demoledores de la
forma.
Quisiera
hacerles una sugerencia, pues es necesario que comiencen a comprender
ciertos métodos de la Jerarquía. El trabajo de lo que en Occidente
se denomina "principio crístico", consiste en construir
formas para la expresión de la cualidad y la vida. Ése es el
trabajo característico del segundo aspecto de la divinidad. El
trabajo del Anticristo consiste en destruir las formas y ésta es
esencialmente la tarea de la primer expresión de la divinidad. Pero
la tarea del destructor no es el trabajo de magia negra, y cuando la
humanidad ignorante considera que al Anticristo trabaja desde el lado
de la oscuridad está muy equivocada. Su trabajo es tan benéfico
como el del aspecto constructor; sólo la aversión del hombre a la
muerte de la forma hace que se considere que el trabajo del
destructor sea magia negra y esté en contra de la divina voluntad y
del proyecto divino. El trabajo de los representantes de ese
misterioso poder que llamamos mal cósmico y el de los representantes
que le responden, merece el calificativo de magia negra, pero no es
aplicable al trabajo del Anticristo. Podría agregarse que el trabajo
de las fuerzas negras irrumpe de abajo, mientras que el trabajo de
los destructores es impulsado de arriba. Los símbolos de estos dos
caminos son la espada y la cruz.
Después
de estas observaciones preliminares, que tiene por objeto indicar la
magnitud del tema, analizaré ahora los tres rayos que quedan aún
por ser considerados.
EL
QUINTO PROPÓSITO DE LA DEIDAD
5to.
Rayo. Conocimiento Concreto o Ciencia.
Los
truenos retumban alrededor de la cima de la montaña; oscuras nubes
ocultan la forma. La niebla, que asciende desde la esfera acuosa
sirve para deformar el maravilloso..., que se halla en el lugar
secreto. La forma se encuentra allí. Emite su nota. Un haz de luz
ilumina la forma; lo oculto aparece. El conocimiento de Dios y el
conocimiento de cómo Él Mismo se oculta, halla su culminación en
los pensamientos de los hombres. Las energías y las fuerzas reciben
sus nombres secretos, revelan su propósito interno, y todo es visto
como ritmo, como un retorno a sí mismo. El gran papiro puede ya ser
leído. El propósito de Dios y Sus planes ya han sido fijados, y el
hombre puede leer la forma. El Plan toma forma. El plan es forma. Su
propósito es la revelación de la mente de Dios. El pasado revela la
forma, pero el presente indica la afluencia de energía.
Lo
que está en camino viene como una nube que vela al sol. Pero oculto
detrás de esta inmanente nube está el amor, y en la tierra hay amor
y en el cielo hay amor, y éste -el amor que renueva todas las cosas-
debe ser revelado. Éste es el propósito que se halla detrás de
todos los actos de este gran Señor del Conocimiento.
Antes
de citar los nombres de esta gran Vida, quisiera indicar que el
quinto rayo es de potencia excepcional y peculiar, en lo que al reino
humano respecta. La razón reside en que el plano de la mente es la
esfera de Su mayor actividad y en ese quinto plano se hallan los tres
aspectos de la mente:
1.
La mente abstracta o superior, la personificación de la tríada
superior.
2.
La mente concreta o inferior, el aspecto superior del yo inferior.
3.
El Ego o Ángel Solar, el Hijo puro de la Mente, que expresa
inteligencia abstracta y concreta, es el punto de unificación.
Esta
Vida tiene también mucho poder en la actualidad en relación con la
quinta raza raíz y con la trasferencia de la conciencia de la
humanidad al quinto reino o espiritual. Los estudiantes aprenderían
mucho si compararan el poder constructor de la mente superior con el
poder destructor de la mente inferior. Así como la personalidad no
tiene otra función en el divino plan que la de ser un canal para él
y el medio de expresión del alma, así también la mente inferior
está destinada a ser un canal para la libre afluencia de energía de
la mente superior.
El
quinto rayo es un Ser que posee una luz espiritual de gran intensidad
y en Su manifestación, en el quinto plano, que peculiarmente le
corresponde, simboliza los tres aspectos en forma aún no lograda por
ningún otro rayo. Debido a la cualidad de su mente superior, este
rayo es un canal puro para la divina voluntad. A través de los
grupos septenarios de Vidas solares que aparecen en los niveles
mentales, puso en actividad los siete reflejos que corresponden a los
siete centros de la Deidad; en lo que concierne a nuestro planeta
esto es algo que ninguno de los otros seis rayos ha hecho. Esta
afirmación tiene poco significado para ustedes, pero el enorme
sacrificio y esfuerzo involucrados sólo ha sido igualado por el
Buddha en su vida; razón por la cual, en esta quinta raza, el amor y
la mente deben recíproca y oportunamente revelarse mutuamente.
Algunos
de los nombres dados al Señor de este rayo son:
El
Revelador de la Verdad
El
Gran Vinculador
El
Divino Intermediario
El
Cristalizador de las Formas
El
Triple Pensador
La
Nube sobre la Cumbre de la Montaña
El
Precipitador de la Cruz
La
Espada Divisora
El
Aventador de la Broza
El
Quinto Gran Juez
La
Rosa de Dios
El
Celestial
El
Portal de la Mente de Dios
La
Energía Iniciadora
El
Regidor del Tercer Cielo
El
Guardián del Portal
El
Dispensador del Conocimiento
El
Ángel con la Espada Flamígera
El
Custodio del Secreto
El
Amado del Logos
El
Hermano que viene de Sirio
El
Maestro de los Hierofantes
Este
quinto rayo tiene muchos nombres debido a Su íntima conexión con el
hombre (desde que el hombre fue originalmente creado), pues no ha
sido fácil elegir los que serian de mayor utilidad para permitir al
estudiante formarse una idea de las características y la misión del
quinto rayo; pero el estudio de los seis aforismos y las cualidades
que indican, demostrarán cuán potente e importante es este Señor
de rayo. Estos seis aforismos fueron entonados por Sus seis Hermanos
en esa trascendente crisis cuando vino a la existencia la familia
humana y los Ángeles solares se sacrificaron a sí mismos.
Esotéricamente hablando, "descendieron al infierno y hallaron
su lugar en la prisión". Ese día nacieron las almas. Un nuevo
reino de expresión vino a la existencia, y los tres planos
superiores y los tres inferiores fueron llevados a un brillante
intercambio.
1.
Dios y sus Ángeles ahora se levantan y ven. Que las cimas de las
montañas emerjan de la densa y acuosa niebla. Que el sol toque sus
cumbres y permanezcan en la luz. Que resplandezcan.
Cualidad
la entrada y la salida de la forma.
2.
Dios y sus Ángeles ahora se levantan y oyen que un profundo murmullo
se eleva y el clamor del hombre que busca penetra en sus oídos. Que
el hombre escuche. Que el hombre llame. Que hable en voz alta.
Cualidad
el poder de hacer oír la Voz del Silencio.
3.
Dios y sus Ángeles ahora se levantan y palpan. Traigan el Cetro de
Poder. Extiéndanlo externamente hacia los hijos de los hombres;
tóquenlos con el fuego y luego acérquenlos. Háganlo.
Cualidad
actividad iniciadora.
4.
Dios y Sus Ángeles ahora se levantan y saborean. Que vengan todas
las experiencias. Que aparezcan todos los caminos. Que disciernan,
elijan, desmenucen y analicen. Todos los caminos son uno.
Cualidad
la revelación del camino.
5.
Dios y Sus Ángeles ahora se levantan y perciben el olor que asciende
de la tierra ardiente del hombre. Que el fuego haga su trabajo.
Atraigan al hombre dentro de la hoguera, y dentro del centro
rojo-rosado se despoje de la naturaleza que lo demora. Que el fuego
arda.
Cualidad
purificación por el fuego.
6.
Dios y Sus Ángeles ahora se levantan y fusionan los muchos en el
Uno. Que continúe el trabajo de fusión. Lo que ha traído las cosas
a la existencia que produzca la causa de su cesación, Que surja
ahora un solo templo. Que aparezca la gloria culminante. Que así
sea.
Cualidad
manifestación de la gran luz blanca. (El Shekinah. A.A.B.)
El
lector que se aboque al estudio de estas cualidades hallará
enseñanzas de utilidad práctica. Cuando a él le parece que
pertenece a algún rayo particular le indicará algunas de las
características que debe buscar y también lo que debe hacer,
expresar y superar. Dichas cualidades deben estudiarse desde dos
ángulos: su aspecto divino y el opuesto, la forma. Este quinto rayo,
por ejemplo, demuestra ser el revelador del camino, y debemos
recordar que revela el camino que desciende a la muerte o a la
encarnación (la prisión del alma similar a la muerte) o el camino
que asciende de la oscuridad a la luz pura del día de Dios. Menciono
esto porque ansío grandemente que todos los que lean este tratado
apliquen sus enseñanzas en la vida diaria. No tengo interés en
tratar temas sobrenaturales y poco comunes que sirvan para el deleite
de un apetito mental malsano. El hecho de atiborrar la mente con
detalles sobre lo oculto no tiene propósito útil y sólo sirve para
forzar las células cerebrales y nutrir el orgullo.
EL
SEXTO PROPÓSITO DE LA DEIDAD
6to.
Rayo. Devoción o Idealismo.
Este
rayo, que está saliendo de la manifestación, es de vital
importancia para nosotros porque ha puesto su impronta sobre nuestra
civilización occidental en forma más definida que los otros rayos,
siendo para nosotros el más familiar y mejor conocido. El mántra
que define su propósito es diferente de los demás y podría
expresarse más o menos así:
La
cruzada ha comenzado. Los guerreros marchan. Aplastan y matan todo lo
que impide su camino; pisotean todo lo que se yergue ante su camino.
Marcha hacia la luz. El trabajo sigue adelante. Los trabajadores
cubren sus ojos por compasión y por temor. El trabajo es lo único
de valor. La forma debe desaparecer para que el espíritu amoroso
pueda descansar. Nada puede detener el progreso de los trabajadores
del plan. Inician el trabajo asignado con himnos y cantos.
La
cruz se erige en lo alto; la forma es colocada allí, y en esa cruz
tiene que entregar su vida. Cada uno construye una cruz que forma la
cruz, y asciende a la cruz. A través de la guerra, del trabajo, el
dolor y la fatiga, se realiza el propósito. Así lo expresó el
símbolo.
Se
observará en qué forma este propósito produce su liberación
cuando el hombre se lo aplica a si mismo. Cuando el hombre lo aplica
al hombre produce la corrompida y terrible historia de la crueldad
del hombre contra el hombre. En el anterior mántram se hallará la
clave del propósito del sexto rayo, tal como aparece en el reino
humano, y un amplio y ajustado estudio (observen esta frase
paradójica) de las ideas subyacentes, revelará una pequeña parte
de un propósito mayor. El alma es y debe ser despiadada para su
forma y sus problemas. Sin embargo, el alma puede comprender la
necesidad del dolor y las dificultades del mundo, porque el hombre
puede ampliar el conocimiento de su propia técnica que aplica a si
mismo y aplicar la técnica que Dios aplica a Su mundo, pero nada
hace a sabiendas que pueda aumentar posiblemente la pena y el dolor
en el mundo.
Algunos
de los nombres dados a este benéfico, pero algo violento y enérgico
Señor de Rayo, son:
El
Que niega el Deseo
El
Que Ve lo Correcto
El
Visionario de la Realidad
El
Divino Ladrón
El
Devoto de la Vida
El
Aborrecedor de la Forma
El
Guerrero en Marcha
El
Portador de la Espada del Logos
El
Sostenedor de la Verdad
El
Crucificador y el Crucificado
El
Picapedrero
El
Flamígero Imperecedero
El
Que Nada puede Desviarlo
El
Regidor Implacable
El
General en el Perfecto Camino
El
Que Guía a los Doce
En
forma curiosa, este Señor de sexto rayo ha sido siempre un amado
enigma para Sus seis Hermanos. Esto se pone de relieve en las
preguntas que le formularon en cierta ocasión cuando Se reunieron
"bajo el ojo del Señor" a fin de intercambiar Sus planes
para una acción unida, divina y armónica. Le formularon estas
preguntas con espíritu de alegría y amor celestiales, pero con la
intención de arrojar alguna luz sobre la cualidad casi desconocida
de Su amado Hermano.
1.
¿Por qué es rojo el deseo? ¿Por qué es rojo como la sangre? Di
¡oh Hijo de Dios!, ¿por qué tu camino está enrojecido por la
sangre?
Cualidad
poder de matar el deseo.
2.
¿Por qué vuelves tu espalda a la esfera de la Tierra? ¿Es
demasiado pequeña? ¿Demasiado pobre? ¿Por qué la pateas como una
pelota en un campo de juego?
Cualidad
despreciar lo que no se desea.
3.
¿Por qué clavar la cruz desde la tierra al cielo? La tierra puede
ser un cielo. ¿Por qué ascender a la cruz y morir?
Cualidad
inmolación propia.
4.
¿Por qué luchar contra todo lo que está alrededor? ¿No buscas
acaso la paz? ¿Por qué te interpones entre las fuerzas de la noche
y del día? ¿Por qué permaneces inconmovible y sereno, incansable y
sin temores?
Cualidad
resistencia y valentía.
5.
¿No ves a Dios en todo, la vida en todo y el amor en todo? ¿Por qué
abandonar a aquellos a quienes amas y conoces bien?
Cualidad
poder de desapegarme.
6.
¿Puedes detener las aguas de la sexta gran esfera? ¿Puedes detener
el diluvio? ¿Puedes recuperar al cuervo y a la paloma? ¿Puedes tú,
el pez, nadar libre?
Cualidad
subyugar las aguas de la naturaleza emocional.
Este
saliente rayo de devoción al ideal, y el rayo entrante de orden
mágico y organización, son en gran parte responsables del tipo de
conciencia del hombre de hoy que es esencialmente devoto (hasta el
fanatismo) por lo que pueda ser la meta asignada a su vida, alcanzar
el discipulado o formar una familia,, adquirir dinero, obtener
popularidad o cualquier otro objetivo al cual consagra su tiempo y
energía, pero cualquiera sea ésta, le dedica todo lo que es y todo
lo que posee. El hombre también es, esencial e inherentemente, quien
produce la ley y el orden, aunque esta cualidad recién ahora está
comenzando a hacer sentir su presencia. Esto se debe a que el género
humano por fin se está centrando mentalmente, por eso tenemos hoy en
el mundo los mismos y variados intentos de rectificar los asuntos
comerciales, nacionales, económicos, sociales y otros, para producir
algún sistema y orden y lograr la reorganización de las energías,
con el fin (aún no conscientemente comprendido) de inaugurar la
Nueva Era. Sin embargo, debido al deficiente control mental y a la
ignorancia casi universal de las leyes del pensamiento y a que
desconoce completamente su naturaleza, el hombre trabaja ciegamente.
Los ideales presentidos no son correctamente interpretados por la
mente ni aplicados en forma apropiada y general. De allí la
confusión y la experimentación caótica que se está efectuando y
también la imposición de una autoridad personal para imponer por la
fuerza la idea individual del ideal.
Lo
que se necesita actualmente es una sólida enseñanza sobre las leyes
del pensamiento y las reglas que rigen la construcción de esas
formas mentales que deben encarnar las ideas enviadas desde la divina
mente universal. Los hombres deben comenzar a desarrollar el orden
necesario en los planos subjetivos de la vida. Cuando comprendan esto
tendremos un importante grupo de hombres que se ocuparán de los
asuntos mundiales, o de la tarea de gobierno en todas sus ramas,
ayudados en el plano mental por los pensadores entrenados, para que
haya una correcta aplicación y un correcto ajuste del Plan. Esto aún
está muy lejos, de allí las deformaciones y tergiversaciones que
existen en la tierra sobre el Plan, tal como existe en el cielo,
empleando una frase cristiana.
La
comprensión de que se necesitaban en el mundo pensadores iluminados
y trabajadores subjetivos indujo, a Quienes guían, a dirigir de
cierta manera las energías espirituales entrantes, que trajo la
formación en todas partes de grupos esotéricos; también condujo a
que se publicara la gran cantidad de literatura mística y oriental
sobre la meditación y temas análogos, que en la actualidad inundan
al mundo. Por eso, como trabajador interno de la vida, me esfuerzo
por enseñar en este tratado la nueva sicología y por demostrar al
hombre cuál es su equipo y cuán apropiado es para el trabajo para
el que ha sido creado y que aún no ha comprendido. Sin embargo, la
fuerza y el efecto de la influencia del séptimo rayo le revelará el
trabajo mágico; en los próximos dos mil quinientos años se
producirán tantos cambios y se podrán efectuar tantos denominados
"milagros", que incluso se cambiará totalmente la
apariencia externa del mundo; se modificarán y desarrollarán la
vegetación y la vida animal, y se expresará gran parte de lo que
está latente en las formas de los dos reinos mediante la libre
afluencia y la inteligente manipulación de las energías que crean y
constituyen todas las formas. El mundo ha cambiado increíblemente
durante los últimos quinientos años, y en los próximos doscientos
años los cambios serán aún más rápidos y estarán más
hondamente arraigados, porque el aumento de los poderes intelectuales
del hombre está tomando Impulso, y el Hombre, el Creador, está
entrando en posesión de Sus poderes.
EL
SÉPTIMO PROPÓSITO DE LA DEIDAD
7mo.
Rayo. Orden Ceremonial o Magia.
"Que
se construya el Templo del Señor", pregonó el séptimo gran
Angel. Entonces siete grandes hijos de Dios, en sus lugares, en el
norte, sur, este y oeste, se encaminaron con paso mesurado y tomaron
asiento. Así comenzó el trabajo de construcción. Las puertas se
cerraron. La luz brilló tenuemente. Los muros del templo no se
divisaban. Los siete permanecían silenciosos y sus formas estaban
veladas. El momento no había llegado para que brillara la luz. EL
Verbo no podía ser pronunciado. Sólo las siete Formas llevaron a
cabo el trabajo. Un silencioso llamado fue emitido de una a otra. Sin
embargo la puerta del templo permanecía cerrada. A medida que pasaba
el tiempo se escuchaban los sonidos de la vida. La puerta se abrió y
luego se cerró y cada vez que se abría aumentaba el poder dentro
del templo, la luz se acrecentaba con más fuerza, porque uno a uno
penetraban en el templo los hijos de los hombres, pasaban de norte a
sur, de oeste a este y en el centro del corazón hallaron luz,
comprensión y poder para trabajar. Atravesaron la puerta; pasaron
ante los Siete; levantaron el velo del templo, y entraron en la vida.
El templo se acrecentaba en belleza. Sus líneas, sus paredes y sus
decorados, su altura, profundidad y anchura emergían lentamente y
penetraban en la luz.
Del
este surgió la Palabra: Abrid la puerta para todos los hijos de los
hombres que vienen desde el oscuro valle de la tierra y buscan el
templo del Señor. Dadles la luz. Descorred el velo del santuario
interno y, mediante el trabajo de los artesanos del Señor, ampliad
los muros del templo, y así iluminará al mundo. Emitid la Palabra
creadora y resucitad a los muertos.
Así
el templo de la luz será llevado del cielo a la tierra. Así sus
muros serán erigidos en las grandes llanuras del mundo de los
hombres. Así la luz revelará y nutrirá todos los sueños de los
hombres. Entonces el Maestro despertará en el este a todos los que
están dormidos. Entonces en el oeste el guardián probará y juzgará
a todos los verdaderos buscadores de la luz. Entonces el guardián
del sur instruirá y ayudará a los ciegos. Entonces el portal del
norte quedará abierto de par en par, porque allí el Maestro
invisible tenderá la mano para dar la bienvenida, y con el corazón
comprensivo conducirá a los peregrinos hacia el este, donde brilla
la verdadera luz.
"¿Por
qué la apertura del templo?", claman los Siete mayores. "Porque
el trabajo está preparado; los artesanos también están preparados.
Dios ha creado en la luz. Sus hijos pueden ahora crear. ¿Qué más
puede hacerse?". "¡ Nada!" fue la respuesta de los
Siete mayores. "Que continúe el trabajo. Que los hijos de Dios
creen”
La
mayoría observará que estas palabras tienen un profundo significado
e indican la amplia intención (durante el ciclo venidero) de abrir
de par en par la puerta del templo de los misterios ocultos para el
hombre. Uno a uno seremos sometidos a la prueba de la contraparte
esotérica y espiritual del factor sicológico denominado "prueba
mental". Esa prueba demostrará la utilidad del hombre para el
poder y el trabajo mentales y se probará su capacidad para construir
formas mentales y vitalizarlas. De esto me he ocupado en Tratado
sobre Magia Blanca, y la relación de este tratado con el trabajo
mágico del séptimo rayo y su ciclo de actividad serán cada vez más
evidente. En dicho tratado intenté formular las reglas para el
entrenamiento y el trabajo que permitirá, al aspirante a los
misterios, entrar en el templo y ocupar su lugar como trabajador
creador, a fin de ayudar en el trabajo mágico del Señor del Templo.
Los
nombres por los cuales este Señor del rayo es conocido, son muchos,
y su significado es hoy de primordial significación. El trabajo
futuro se desprende del estudio de los nombres siguientes:
El
Mago Develado
El
Trabajador del Arte Mágico
El
Creador de la Forma
El
Que Confiere la Luz proveniente del Segundo Señor
El
Manipulador de la Varita
El
Que Observa desde el Este
El
Custodio del Séptimo Plan
El
Invocador de la Ira
El
Custodio de la Palabra Mágica
El
Guardián del Templo
El
Representante de Dios
El
que eleva hacia la Vida
El
Señor de la Muerte
El
Que alimenta el Fuego Sagrado
La
Esfera Giratoria
La
Espada del Iniciador
El
Divino Trabajador Alquimista
El
Constructor del Cuadrado
La
Fuerza Orientadora
El
Ígneo Unificador
La
Clave del Misterio
La
Expresión de la Voluntad
El
Revelador de la Belleza
Este
Señor de rayo tiene un poder especial en la tierra y en el plano
físico de la manifestación divina, y es evidente su utilidad para
Sus seis Hermanos. Hace surgir el trabajo que deben realizar. Es el
más activo de los rayos en este período mundial, y está en
manifestación desde hace más de mil quinientos años. Es como si
girara dentro y fuera del trabajo activo en un rápido ciclo, y Su
parentesco más próximo, simbólicamente, se relaciona con Sus
Hermanos del segundo y quinto rayos en este período mundial.
Construye
(con la colaboración del segundo rayo) mediante el poder del
pensamiento (colaborando así con el Señor del quinto rayo en el
plano físico, su propia esfera esencial y peculiar), En otro período
mundial, podrá cambiar Su relación con los otros Señores de rayo,
pero en la actualidad Su trabajo será comprendido más fácilmente
cuando se reconozca que presta ayuda al Señor constructor del
segundo rayo y utiliza las energías del Señor del pensamiento
concreto.
Los
aforismos que encierran Sus cualidades son los siguientes, y fueron
susurrados esotéricamente en Sus oídos, cuando Él "abandonó
el lugar más elevado y descendió a la séptima esfera para llevar a
cabo el trabajo asignado":
1.
Lleva las herramientas contigo, hermano de la luz constructora. Talla
hondo. Construye y da forma a la piedra viviente.
Cualidad
poder de crear.
2.
Elige bien tus trabajadores. Ama a todos. Selecciona a seis, para que
cumplan tu voluntad. Que el séptimo permanezca en el este. Llama al
mundo para que penetre en aquello que construirá. Fusiona todo en la
voluntad de Dios.
Cualidad
poder de colaborar.
3.
Siéntate en el centro, lo mismo que en el este. No te muevas de
allí. Envía tus fuerzas para que cumplan tu voluntad y recupera
luego esas fuerzas. Emplea bien el poder del pensamiento. Siéntate
inmóvil.
Cualidad
poder de pensar.
4.
Observa cómo todas las partes entran en el propósito. Construye
para la belleza, hermano Señor. Procura que todo los colores sean
brillantes y diáfanos. Observa la gloria interna. Construye bien el
santuario. Hazlo con cuidado.
Cualidad
revelación de la belleza de Dios.
5.
Cuida bien tus pensamientos. Entra a voluntad en la mente de Dios.
Arrebata de allí el poder, el plan y la parte a desempeñar. Revela
la mente de Dios.
Cualidad
poder mental.
6.
Permanece en el este. Los cinco te han dado la Palabra de amistad.
Yo, el sexto, te digo, que la emplees con los muertos. Revive a los
muertos.
Construye
de nuevo las formas. Cuida bien esa Palabra. Procura que todos los
hombres la busquen por sí mismos.
Cualidad
poder de vivificar.
Hasta
aquí, hemos estudiado una pequeña parte del trabajo de los siete
rayos. La enseñanza ha tenido que ser trasmitida mediante símbolos
y para poder entenderla es necesario poseer un sentido esotérico
despierto, y aún así es imposible comprenderla totalmente.
Los
Chohanes de la sexta iniciación guían a esas unidades de conciencia
en las cuales predominan sus vibraciones de rayo y color. Con
frecuencia se pasa por alto el valor de este hecho, aunque los
aspirantes a la iniciación lo reconozcan teóricamente. De allí la
importancia de determinar el rayo del ego y de la Mónada -algo muy
vital después de la tercera iniciación. En todos los sectores de la
vida hay quienes constituyen siempre una mayoría o una minoría. Lo
mismo sucede en el trabajo del Logos, y al final del ciclo mayor
(manvantara) una gran mayoría hallará su camino hacia el sintético
rayo de amor y una pequeña minoría hacia el rayo de poder, minoría
que está destinada a desempeñar una función importante. Formará
el núcleo que (en
el
próximo sistema solar) constituirá la mayoría, que hallará su
síntesis en el primer rayo. Éste es un gran misterio y no puede ser
fácilmente comprendido. Indicios de su revelación están ocultos en
el verdadero significado de las palabras "exotérico y
esotérico”.