domingo, 20 de mayo de 2018

ACLARANDO LA HISTORIA. UNA CATÁSTROFE CONVERTIDA EN CASTIGO DE DIOS. EXODO


Erupción del Tera-Santorini.


Según las evidencias geológicas el volcán del Tera ha presentado una actividad continuada a lo largo de los últimos 100.000 años, siendo la última erupción durante la Edad de Bronce en el Mar Egeo en fechas variables según los autores, que oscilan entre 1639-1616 a.C., (1628, 1530 y 1500) dependiendo del método de datación empleado. Esta última erupción fue tan violenta que causó un cambio climático en la zona del Mediterráneo oriental, un enorme tsunami debido a su onda expansiva que barrería Creta y el Mediterráneo Oriental y repercutió en mayor o menor medida en todo el Planeta. Por ejemplo, en los registros chinos se resalta el paso de la Dinastía Xia a la Dinastía Sang, hacia el 1618 por los fenómenos climáticos con que fue acompañado: “ una helada niebla amarilla, un sol tenue, luego tres soles, hambruna y falta de cosechas de cereales”-

Un poco más cercana a nosotros, la influencia en Egipto, cuyos registros se habían perdido hasta la aparición de la descripción que encontramos en el kolbrin (Libro IV, cap.6), sólo aparecía en la Estela de la Tormenta, escrita en tiempos del Faraón Ahmoses I, en la que él mismo nos describe una tormenta con intensas lluvias que duraron varios días, cielos oscurecidos y multitud de cadáveres en el Nilo y que destruyó todo a su paso desde el Delta hasta el Alto Nilo. Hasta ahora, esta estela se había interpretado como una metáfora del triunfo de la lucha del Faraón contra los elementos. Pero los estudios geológicos posteriores nos dicen que se trató de un hecho real.






Antecedentes y anuncios de la erupción los encontramos en la Biblia, aunque presentados como castigo divino contra los egipcios. El asunto necesita una pequeña explicación sobre quiénes eran los que huyeron de Egipto aprovechando el alboroto.

Una idea de los hicsos

En los libros de Historia que yo tuve que utilizar en su día, los hicsos eran nombrados de pasada y abandonados sin pena ni gloria. Pero, no puede ser que un pueblo que ocupó el Delta del Nilo durante más de 400 años y fue capaz de arrinconar a los egipcios hacia el Sur interrumpiendo el cómputo de Faraones (segundo período intermedio), que tuvieron que retroceder hasta Tebas, resulte tan desconocido habiendo, como hay, testimonios y escritos sobre su existencia.


Este pueblo se conocía también como “los cananeos” (originarios de Canaan), procedentes de Siria y Palestina que gobernó el Delta desde la mitad del siglo XVII a.C., estableciendo su capital en Avaris.
Parece que no fueron malos gobernantes y, al principio, mantenían buenas relaciones con Tebas, hasta que les ahogaron con sus impuestos y sus exigencias de más tierras. En 1570, el rey de Tebas, Sekenenré, se vé obligado a declarar la guerra a Apofis, en ese momento rey de Avaris y comienza un enfrentamiento entre ambos reinos en el que, abreviando, los egipcios someten a los hicsos que son convertidos en esclavos.

Estos son los que huyeron aprovechando las condiciones de catástrofes que eran anuncios del gran terremoto que sucedió por el deslizamiento de la placa asiática bajo la europea y la erupción del Tera.

Interesa, o a mí me interesa, resaltar que los hicsos se confesaban fieles a Seth, que se vincula con la fuerza bruta. Eran, además politeístas y muchos adoraban a Baal, que protagonizará después un episodio de la Biblia en la que sus fieles se enfrentan con los seguidores de Jahvé, y, mediante engaños, son masacrados.

De la invasión de los hicsos sabemos por Manetón (205-181 a.C.) y por Flavio Josefó (37-38 al 101 d.C. Como vemos por las fechas, los hechos que narran les son tan lejanos en el tiempo que no constituyen buenas fuentes de información. Sobre todo porque no se puede considerar que los hicsos invadieran militarmente Egipto, sino que se trató de una paulatina infiltración migratoria en la que los habitantes de Canaan se vieron obligados a ir hacia el Sur por la presión de Siria en el Norte.