Erupción
del Tera-Santorini.
Según
las evidencias geológicas el volcán del Tera ha presentado una
actividad continuada a lo largo de los últimos 100.000 años, siendo
la última erupción durante la Edad de Bronce en el Mar Egeo en
fechas variables según los autores, que oscilan entre 1639-1616
a.C., (1628, 1530 y 1500) dependiendo del método de datación
empleado. Esta última erupción fue tan violenta que causó un
cambio climático en la zona del Mediterráneo oriental, un enorme
tsunami debido a su onda expansiva que barrería Creta y el
Mediterráneo Oriental y repercutió en mayor o menor medida en todo
el Planeta. Por ejemplo, en los registros chinos se resalta el paso
de la Dinastía Xia a la Dinastía Sang, hacia el 1618 por los
fenómenos climáticos con que fue acompañado: “ una helada niebla
amarilla, un sol tenue, luego tres soles, hambruna y falta de
cosechas de cereales”-
Un
poco más cercana a nosotros, la influencia en Egipto, cuyos
registros se habían perdido hasta la aparición de la descripción
que encontramos en el kolbrin (Libro IV, cap.6), sólo aparecía en
la Estela de la Tormenta, escrita en tiempos del Faraón Ahmoses I,
en la que él mismo nos describe una tormenta con intensas lluvias
que duraron varios días, cielos oscurecidos y multitud de cadáveres
en el Nilo y que destruyó todo a su paso desde el Delta hasta el
Alto Nilo. Hasta ahora, esta estela se había interpretado como una
metáfora del triunfo de la lucha del Faraón contra los elementos.
Pero los estudios geológicos posteriores nos dicen que se trató de
un hecho real.
Antecedentes
y anuncios de la erupción los encontramos en la Biblia, aunque
presentados como castigo divino contra los egipcios. El asunto
necesita una pequeña explicación sobre quiénes eran los que
huyeron de Egipto aprovechando el alboroto.
Una
idea de los hicsos
En
los libros de Historia que yo tuve que utilizar en su día, los
hicsos eran nombrados de pasada y abandonados sin pena ni gloria.
Pero, no puede ser que un pueblo que ocupó el Delta del Nilo durante
más de 400 años y fue capaz de arrinconar a los egipcios hacia el
Sur interrumpiendo el cómputo de Faraones (segundo período
intermedio), que tuvieron que retroceder hasta Tebas, resulte tan
desconocido habiendo, como hay, testimonios y escritos sobre su
existencia.
Este
pueblo se conocía también como “los cananeos” (originarios de
Canaan), procedentes de Siria y Palestina que gobernó el Delta desde
la mitad del siglo XVII a.C., estableciendo su capital en Avaris.
Parece
que no fueron malos gobernantes y, al principio, mantenían buenas
relaciones con Tebas, hasta que les ahogaron con sus impuestos y sus
exigencias de más tierras. En 1570, el rey de Tebas, Sekenenré, se
vé obligado a declarar la guerra a Apofis, en ese momento rey de
Avaris y comienza un enfrentamiento entre ambos reinos en el que,
abreviando, los egipcios someten a los hicsos que son convertidos en
esclavos.
Estos
son los que huyeron aprovechando las condiciones de catástrofes que
eran anuncios del gran terremoto que sucedió por el deslizamiento de
la placa asiática bajo la europea y la erupción del Tera.
Interesa,
o a mí me interesa, resaltar que los hicsos se confesaban fieles a
Seth, que se vincula con la fuerza bruta. Eran, además politeístas
y muchos adoraban a Baal, que protagonizará después un episodio de
la Biblia en la que sus fieles se enfrentan con los seguidores de
Jahvé, y, mediante engaños, son masacrados.
De
la invasión de los hicsos sabemos por Manetón (205-181 a.C.) y por
Flavio Josefó (37-38 al 101 d.C. Como vemos por las fechas, los
hechos que narran les son tan lejanos en el tiempo que no constituyen
buenas fuentes de información. Sobre todo porque no se puede
considerar que los hicsos invadieran militarmente Egipto, sino que se
trató de una paulatina infiltración migratoria en la que los
habitantes de Canaan se vieron obligados a ir hacia el Sur por la
presión de Siria en el Norte.