sábado, 17 de septiembre de 2016

AQUELLOS POLVOS TRAJERON TANTO LODO......

Creo que así terminaba mi última narración pseudobiográfica. (con acento en el pseudo). 

El enorme cambio que significó en nuestras vidas la decisión política de sustituir la dirección de los colegios-hogares por monjas, quitando radicalmente de un día a otro la presencia de las mujeres de la Sección Femenina, sólo lo pueden saber los que lo sufrimos (empleo el masculino plural, porque también había hogares para muchachos en nuestras mismas condiciones), aunque la adaptación cada uno la llevó según su idiosincrasia, si es que teníamos de eso. Estábamos tan acostumbrados a las formas cuasi-castrense anteriores que, ya sabíamos que éramos "chusma", "escoria", "carne de cañón" entre otras lindezas que se nos dedicaban a diario. El frío, los sabañones, las pulgas, los piojos, el calor, los regletazos en las manos con los dedos juntos y hacia arriba, la patadas de aquella enana que, como no alcanzaba a pegarnos, nos mandaba poner de rodillas, para poder desahogar su furia sobre nuestros traseros.

Todo eso se terminó. Pero quién piense que aquello mejoró nuestras vidas, está en un error. Se acabaron  los castigo físicos  y los insultos. Y empezó un intenso tratamiento centrado en nuestras almas. Y las normas inamovibles: silencio absoluto la mayor parte del día que, sólo podías romper si te cruzabas con alguna monja en algún pasillo; para eso estaba el saludo-jaculatoria: "Viva Jesús" a lo que se te contestaba "Viva María". Y si, por casualidad, te cruzabas con la misma monja en el mismo pasillo, volviendo ambas de dónde fuera, la jaculatoria se repetía.. Y si te cruzabas veinte veces, otras tantas tenías que recitar lo mismo.

Misa a las 7,30 con más sueño que devoción. Nunca, y mira que lo intenté, le encontré sentido a esa misa antes del café que era lo que realmente nos apetecía. Me movía como una autómata, algunas veces previo tirón de manga de alguna compañera, porque yo ya había perdido el ritmo y me sentaba cuando no era, me ponía de pié cuando tocaba sentarse y empezaba a moverme de forma ruidosa porque me había entrado las ganas de irme. Mientras veía con qué facilidad algunas compañeras seguían la misa con una atención sublime y se ponían en fila en el pasillo para una a una abrir la boca y hacían unos gestos raros para no tocar la hostia con la lengua que era un "desprecio a Nuestro Señor", había que tragarla desde la mano del sacerdote, al que yo me imaginaba como un tirador de disco, tratando de tirar la hostia directa a la campanilla. Cuando se me ocurría alguna de estas ideas,, no tenía más remedio que reir e intentaba disimularlo cantando muy fuerte, que era lo que hacíamos las carentes de la suficiente piedad como para disimular el trance místico que a ellas les era tan fácil. Y, si queríamos hablar, cosa imposible hasta después de desayunar, habíamos desarrollado un sistema de comunicación casi imperceptible a base de gestos, limpieza de nariz de una a diez veces, tos más alta o más baja, según lo que quisieras trasmitir. Mientras, las que habían comulgado, adoptaban una postura de oración, con los dedos entrecruzados y mirando con ojos totalmente abiertos a la virgen que presidía la capilla. Para mí un tormento que me hacía añorar tiempos pasados como vividos en el paraíso.

Los recreos robados a base de sermones de la monja asistente, que era la que se encargaba de un grupo, que aprovechaban el poco tiempo que nos daban para correr, jugar y lo que quisiéramos. Pero la monja siempre iba rodeada de cuatro o cinco que la escuchaban como si bebieran agua en el desierto. A lo largo de los siete años que duraban los estudios, tuvimos siete asistentes porque nunca se repetía la misma, obsesionadas siempre con apego, despego y tonterías que, escondían lo que ya he repasado en algún sitio, aquellas mujeres estaban obsesionadas con las relaciones amistosas. Ignoro el baremo con que medían la profundidad y peligro de nuestras interrelaciones. Es un secreto que se llevarán a la tumba. Pero eso ya lo hemos contado.

Cualquier rezo o efemérides valía o para prolongar la misa con un adormedor sermón del cura, o, y esto sí levantaba protestas airadas de todas, quitándole tiempo al estudio, porque había novena, triduo, rosario, el tamtum ergo. Yo aprovechaba para ejercitar mi latín, traduciendo la letra de lo que otras cantaban.

Y, las contínuas caras serias que dedicaban las asistentes a las que no respondíamos a su ideal de cómo tendríamos que ser. Nunca, nunca se nos preguntó cómo  nos habían educado hasta entonces porque, pienso yo, no querían oir la verdad. Para nuestra mala suerte, nosotras éramos su primer experimento, o sea el primer grupo que haría los siete cursos bajo su tutela y éramos un reto que ellas querían ganar y que, según ellas, nosotras estábamos dispuestas a que fracasara. Las de cursos superiores no es que estuvieran desatendidas, pero, bajo el esquema mental de sus caridades, eran casos un poco desesperados porque estaban más contaminadas. Yo, a veces, pensaba:"¿De dónde pensarán que venimos? ¿Creerán que nos han traído del cielo para que ellas hagan un milagro?"

Porque era esto precisamente lo que querían. Convertir a diez o doce salvajes (no estábamos muy lejos de los jíbaros en su consideración) en devotas cristianas. Pero carecían de cariño, eran incapaces de trasmitir nada que no fueran exigencias y órdenes. Eran autoritarias, lejanas y se sentían llamadas a hacer el milagro y poder demostrar a sus distintas comunidades el triunfo de su educación. Si no consiguieron el milagro, fue por falta de amor, no tenían el amor necesario para convencernos o por lo menos querer parecernos un poco a ellas. Sólo irradiaban frialdad, mucha frialdad en la  que, por otra parte, nosotras nadábamos como el pez en el agua. Había, hubo y todavía hay algunas compañera que sí lograron conectar con alguna y que han seguido visitándolas. Yo ni lo intenté ni lo intentaría ahora. Las personas frías, calculadoras que planean un orden de batalla para conseguir lo que sea y lo llevan a cabo sin compasión y pidiendo, además, agradecimiento, me dan miedo, me ponen en fuga.

Lo que acabo de escribir es una verdad absoluta, como también lo es que una y otra vez a lo largo de mi vida he caído en manos de muchas personas así. En realidad, me lo explicó, entre otras cosas valiosas, el psiquiatra al que acudí cuando por primera vez me dí cuenta de que nada de lo que me rodeaba lo había decidido yo, simplemente seguí como cada una de las gotas de agua que forman el caudal de un arroyo, seguí la corriente hasta que ya no pude más.

El Dr, Basurte y no me importa decir su nombre porque seguro que a él tampoco le importa, era catedrático de Psicopatología y mi profesor cuando, sin saber a quién acudir, le pedí una cita y a los diez minutos de escucharme, me dijo: "Déjalo, porque estás sufriendo y yo ya me he hecho una idea. Y ¿sabes qué? lo raro es que todavía conserves un poco de lucidez con lo que me estás contando. Bueno, estamos a tiempo de arreglar muchas cosas y lo haremos. Pero, esa gran tristeza que has ido acumulando tienes que hacerte a la idea de que te durará siempre. Y que le tienes que echar el mismo valor que llevas echando durante tanto tiempo. Porque aquí hay que cortar como los cirujanos. Pero mira, tienes algo que mucha gente no tiene: conoces al dedillo el mundo femenino y tienes tal grado de empatía con ellas que siempre podrán contar contigo. Claro que por otra parte, el mundo masculino no lo conoces ni creo que lo llegues a conocer y caerás siempre en las mismas trampas. Ningún hombre te planteará nunca más un reto a nivel de razón, pero caerás siempre, siempre que te ataquen por el camino afectivo". " Y eso por qué?" "Por que tienes expresión de perro abandonado",Y, desde aquel día, siempre que lo he necesitado, ha estado conmigo. Incluso, en mi primer intento de suicidio. Por aquel entonces el suicida era condenado con cárcel. Mi doctor, avisado por mi madre, me recogió del hospital y me llevó a su Clínica hasta que las cosas se fueron calmando. Y, poner las cosas en claro me costó muchas lágrimas y penas. Y mientras lloraba preparé mis oposiciones a la Enseñanza y las aprobé y pude dejar aquella oficina siniestra para la que también había tenido que opositar, porque el arroyo me llevó en aquella dirección. Una dirección que nunca debería haber seguido.

Y, mientras escribo, parece que no es sobre mí. Me parece que todo esto le sucedió a alguien que conozco y en quien no me reconozco.

Pero esto es sólo un pequeño ejemplo de los lodos que se derivaron de aquellos polvos. Hay un ejemplo "más peor", a, a lo mejor, os lo cuento otro día  y que tienen que ver con las consecuencias de tantas cosas en mis relaciones íntimas: Pero hoy ya he recordado bastante y ya no me apetece seguir.


CONVERSACIONES CON DIOS (IV)

Estoy diciendo que el mundo existe tal como es - igual que un copo de nieve existe tal como es -
por voluntad de alguien. Ustedes lo han creado de este modo, del mismo modo que han creado
vuestra vida exactamente como es. Yo quiero lo que ustedes quieran. El día en que realmente quieran acabar con el hambre, dejará de haber hambre. Les he dado todos los recursos necesarios para hacerlo. Disponen de todas las herramientas para llevar a cabo esa decisión. No lo han hecho. Y no porque no puedan: mañana mismo podría terminar el hambre en el mundo. Pero han decidido no hacerlo.

Pretenden que hay buenas razones por las que 40.000 personas deben morir diariamente de hambre. No las hay. Pero al mismo tiempo que dicen que no pueden hacer nada para que dejen de morir de hambre 40.000 personas diarias, traen al mundo a 50.000 personas cada día, a una nueva vida. Y a eso lo llaman amor. Y a eso lo llaman el plan de Dios. Se trata de un plan que carece absolutamente de toda lógica o razón, por no hablar de la compasión.

En resumidas cuentas, te estoy demostrando que el mundo existe tal como es porque ustedes lo han decidido. Están destruyendo sistemáticamente su propio medio ambiente, y luego consideran los llamados desastres naturales como una evidencia de una broma cruel de Dios, o de la violencia de la naturaleza. Son ustedes mismos quienes se han gastado esa broma, y son ustedes los crueles.

Nada, nada en absoluto, es más amable que la naturaleza. Y nada, nada en absoluto, ha sido más cruel con la naturaleza que el hombre. Pero eluden cualquier compromiso, niegan toda responsabilidad. No es culpa suya, dicen, y en eso tienen razón. No es cuestión de culpa, sino de decisión.

Pueden decidir poner fin a la destrucción de sus selvas mañana mismo. Pueden decidir que se detenga la reducción de la capa de ozono que cubre su planeta. Pueden decidir suspender el continuo ataque a su ingenioso ecosistema terrestre. Pueden tratar de formar de nuevo el copo de nieve - o al menos detener su inexorable fusión -; pero ¿lo haran?

Del mismo modo, mañana mismo pueden poner fin a todas las guerras. Sencillamente, fácilmente. Lo único que hace falta - lo único que siempre ha hecho falta - es que se pongan de acuerdo. Pero si ustedes no se ponen de acuerdo en algo tan sencillo como acabar con el asesinato del otro, ¿cómo piden al cielo, agitando los puños, que ponga su vida en orden? Yo no haré nada por ustedes que ustedes no hagan por ustedes mismos. Esa es la ley y los profetas. El mundo es como es por causa suya, y de las decisiones que han tomado; o dejado de tomar. (No decidir también es decidir).

La tierra es como es por causa suya, y de las decisiones que han tomado; o dejado de tomar. Su propia vida es como es por causa suya, y de las decisiones que han tomado; o dejado de tomar.

¡Pero yo no he decidido ser atropellado por un camión! ¡Yo no he decidido ser atracado por un
ladrón, o violado por un maníaco! La gente podría decir eso. Hay gente en el mundo que podría
decir eso.

Todos ustedes provocan, originalmente, las condiciones que crean en el ladrón el deseo, o la necesidad percibida, de robar. Todos ustedes han creado la consciencia que hace posible la violación. Cuando vean en ustedes mismos la causa del crimen empezaran, por fin, a poner remedio a las condiciones de las que ha surgido.

Alimenten a sus hambrientos. Restituyan la dignidad a sus pobres. Den una oportunidad a los menos afortunados. Pongan fin a los prejuicios que mantienen a las masas amontonadas y enfurecidas, con pocas esperanzas de un mañana mejor. Destierren los absurdos tabúes y restricciones que afectan a la energía sexual; o, mejor aún, ayuden a los demás a entender realmente este prodigio y a canalizarlo correctamente. Hagan esto y habrán avanzado un largo trecho hacia la desaparición definitiva del robo y la violación.

En cuanto al llamado <> - el camión que surge en una curva, el ladrillo que cae del cielo -, aprendan a saludar a cada uno de estos incidentes como una pequeña parte de un mosaico mayor. Han venido aquí para encontrar un plan individual encaminado a su propia salvación. Pero salvación no significa salvarse de las trampas del diablo. No hay nada parecido al diablo, y el infierno no existe. De lo que se salvan es del olvido de la no-realización. No pueden perder esta batalla. No pueden fracasar. Así, no se trata en absoluto de una batalla, sino simplemente de un proceso. Pero si no lo saben, lo verán como una constante lucha. Pueden incluso creer en la lucha lo suficiente como para crear toda una religión en torno a ella. Esta religión enseñará que el fin de todo es la lucha. Pero se trata de una enseñanza falsa. No es a través de la lucha como se desarrolla el proceso. Y la victoria se consigue mediante la rendición. Los accidentes ocurren por que ocurren. Ciertos elementos del proceso vital se han dado al mismo tiempo, de una cierta manera y en un determinado momento, con unos determinados resultados, resultados que deciden calificar de desafortunados por sus propias razones particulares. Pero es posible que, en relación al proyecto de su alma, no lo sean en absoluto.

Déjame que te diga algo: no hay ninguna coincidencia, y nada sucede <>. Cada acontecimiento y aventura es convocado a Ustedes por Ustedes mismos, con el fin de que puedan crear y experimentar Quienes Son Realmente. Todos los auténticos Maestros lo saben. He ahí por qué los Maestros místicos permanecen imperturbables frente a las peores experiencias de la vida (tal como ustedes las llamarían).

Los grandes profesores de su religión cristiana lo entienden muy bien. Saben que a Jesús no lo inquietaba la crucifixión, aunque la esperaba. Podía haberse marchado, pero no lo hizo. Podía haber detenido el proceso en cualquier momento. Tenía el poder para hacerlo. Pero no lo hizo. Permitió que lo crucificaran con el fin de poder demostrar la salvación eterna del hombre. 
"Miren -dijo - lo que puedo hacer. Miren qué es lo verdadero. Y sepan que todo esto, y más, también lo harán ustedes. ¿No les he dicho que son dioses? Sin embargo, no lo creen. Entonces, si no pueden creer en ustedes mismos, crean en mí".

Tal fue la compasión de Jesús, que buscó - y creó - la manera de causar en el mundo tan fuerte impacto que todos pudieran alcanzar el cielo (la Auto-realización), si no de otro modo, por mediación de él; puesto que derrotó a la miseria y a la muerte. Igual que pueden hacer ustedes. La más magnífica enseñanza de Cristo no fue que tendrán vida eterna, sino que ya la tienen; no fue que serán hermanos en Dios, sino que ya lo son; no fue que tendrán todo lo que pidan, sino que ya lo tienen. Lo único que hace falta es que lo sepan, ya que son los creadores de su realidad, y la vida no les puede descubrir otro camino que el que ustedes piensen. Ustedes piensan que es así. Este es el primer paso en la creación. Dios padre es pensamiento. Su pensamiento es el progenitor que da origen a todas las cosas.

Esta es una de las leyes que hemos de recordar.

Sí.

¿Puedes mencionarme otras?

Ya se las he mencionado. Les he hablado de todas ellas desde el principio de los tiempos. Les he hablado de ellas una y otra vez. Les he enviado a un maestro tras otro. Pero no escuchan a mis maestros: los matan.

Pero ¿por qué? ¿Por qué matamos a los más santos de nosotros? Los matamos o los deshonramos, que viene a ser lo mismo. ¿Por qué?

Porque se alzan frente a cualquier pensamiento suyo que me niegue. Y para poder negarse a Ustedes mismos deben negarme a Mí.

¿Por qué querría negarte a Ti, o negarme a mí?

Porque tienen miedo. Y porque mis promesas son demasiado buenas para ser verdad. Porque no
pueden aceptar la más magnífica Verdad. Y así, deben reducirse a ustedes mismos a una espiritualidad que enseña el temor, la dependencia y la intolerancia, en lugar del amor, el poder y la aceptación.

Están llenos de temor; y su mayor temor es que Mi mayor promesa pueda ser la mayor mentira de la vida. Así, crean la mayor fantasía posible para defenderse de ello: afirman que cualquier promesa que les otorgue el poder - y les garantice el amor - de Dios debe ser una falsa promesa del diablo. Dios nunca haría una promesa semejante - se dicen a ustedes mismos -; solo el diablo, para tentarlos, negando la verdadera identidad de Dios como el más terrible, justiciero, celoso, vengativo y castigador de todos los seres.

Aunque esta descripción encaja mejor con la definición del diablo (si lo hubiera), han atribuido estos rasgos diabólicos a Dios, con el fin de convencerse a ustedes mismos de que no han de aceptar las promesas divinas de su Creador, o las cualidades divinas del Yo. Tal es el poder del temor.

Estoy tratando de alejar de mí el temor. ¿Seguirás hablándome de más leyes?

La Primera Ley es que pueden ser, hacer y tener cualquier cosa que sean capaces de imaginar. La Segunda Ley es que atraen sobre ustedes aquello que temen.

¿Y eso por qué?

La emoción es la fuerza que atrae. Aquello que más temas es lo que experimentarás. Un animal - que ustedes consideran una forma inferior de vida (aunque los animales actúan con más integridad y mayor coherencia que los humanos) - sabe inmediatamente si tienes miedo de él. Las plantas - a las que consideran una forma de vida todavía inferior a los animales - responden a las personas que las aman mucho mejor que a aquellas a quienes les traen sin cuidado. Nada de esto ocurre por casualidad. No existe la casualidad en el universo: sólo un magnífico diseño, un increíble copo de nieve.

La emoción es energía en movimiento. Cuando se mueve energía, se crea un efecto. Si se mueve la energía suficiente, se crea materia. La materia es energía condensada, comprimida. Si se manipula la suficiente energía de una determinada manera, se obtiene materia. Todos los Maestros entienden esta ley. Esta es la alquimia del universo. Este es el secreto de la vida. El pensamiento es energía pura. Cualquier pensamiento que tengan, hayan tenido o vayan a tener es creador. La energía de su pensamiento nunca muere. Nunca. Abandona su ser y se dirige al universo, expandiéndose por siempre. Un pensamiento es para siempre.

Todo pensamiento se coagula; todo pensamiento choca con otros pensamientos, entrecruzándose en un extraordinario laberinto de energía, formando una estructura en continuo cambio de indescriptible belleza e increíble complejidad.

La energía atrae a la energía semejante, formando (por utilizar un término sencillo) grupos de energía del mismo tipo. Cuando un número suficiente de grupos similares se entrecruzan con otros - chocan con otros -, entonces se adhieren unos a otros (por utilizar de nuevo un término sencillo). Se requiere la adhesión de una cantidad de energía de una magnitud inimaginable para formar la materia. Pero la materia se formará a partir de energía pura. En realidad, sólo se puede formar de este modo. Una vez la energía se ha convertido en materia, sigue siendo materia durante mucho tiempo, a menos que su construcción se vea alterada por una forma de energía opuesta, o distinta. Esta energía distinta, actuando sobre la materia, en realidad la desmembra, liberando la energía originaria de la que se compone.

Esta es, en términos elementales, la teoría que subyace a su bomba atómica. Einstein estuvo mucho más cerca que cualquier otro ser humano - anterior o posterior - de descubrir, explicar y utilizar el secreto creador del universo.

Ahora entenderás mejor cómo la gente de mente semejante puede unir sus esfuerzos para crear una realidad favorable. La frase "dónde quiera que dos o más se reúnan en mi nombre" adquiere así un sentido mucho mayor. Por supuesto, cuando sociedades enteras piensan de una determinada manera, ocurren muy a menudo cosas asombrosas, no todas necesariamente deseables. Por ejemplo, una sociedad que viva en el temor, muy a menudo - realmente, inevitablemente - produce aquello que más teme. Del mismo modo, grandes comunidades o congregaciones con frecuencia encuentran el poder de producir milagros en su pensamiento combinado (o lo que algunos llaman oración común).

Y debe quedar claro que incluso los individuos - si su pensamiento (oración, esperanza, deseo, sueño, temor) es extraordinariamente fuerte - pueden, en y por sí mismos, producir tales resultados. Jesús lo hizo regularmente. Él sabía como manipular la energía y la materia, cómo reorganizarla, cómo redistribuirla, cómo controlarla totalmente. Muchos Maestros lo han sabido.

Muchos lo saben.
Tú puedes saberlo. Ahora mismo.

Esta es la ciencia del bien y del mal de la que participaron Adán y Eva. En tanto no supieron esto, no podía existir la vida tal como la conocen. Adán y Eva - los nombres míticos con los que han representado al Primer Hombre y a la Primera Mujer - fueron el Padre y la Madre de la experiencia humana.

Lo que se ha descrito como la caída de Adán fue en realidad su elevación, el mayor acontecimiento en la historia de la humanidad; ya que, sin él, el mundo de la relatividad no existiría. El acto de Adán y Eva no fue el pecado original, sino - en realidad - la primera bendición. Debes agradecérselo desde el fondo de tu corazón, puesto que, al ser los primeros que tomaron una decisión "equivocada. Adán y Eva produjeron la posibilidad de tomar cualquier tipo de decisión.

En su mitología, han hecho de Eva una mujer : la tentadora que comió del fruto, la ciencia  del bien y del mal, y que tímidamente invito a Adán a unirse a ella. Esta base mitológica les ha permitido considerar, desde entonces, a la mujer como la "caída" del hombre, resultando de ello todo tipo de realidades pervertidas; por no hablar de los criterios distorsionados y confusiones relativas al sexo. (¿Cómo les parece tan bien algo que es tan malo?) Lo que más temen es lo que más les atormentará. El temor lo atraerá hacia ustedes como un imán. Todas sus escrituras sagradas - o cualquier tipo de creencia y tradición religiosa que han creado - contienen esta clara advertencia: no teman. ¿Crees que es por casualidad? Las Leyes son muy sencillas.

1. El pensamiento es creador.
2. El temor atrae a la energía semejante.
3. El amor es todo lo que hay.

¡Eh! ¡Me has cogido con la tercera! ¿Cómo puede ser el amor todo lo que hay si el temor atrae la
energía semejante?

El amor es la realidad última. Es lo único. Lo es todo. El sentimiento del amor es su experiencia de Dios.mm Al nivel de la más alta Verdad, el amor es todo lo que hay, todo lo que ha habido y todo lo que habrá. Cuando penetras en lo absoluto, penetras en el amor.
La esfera de lo relativo fue creada con el fin de que Yo pudiera experimentarme a Mí Mismo. Ya te lo he explicado. Pero eso no hace que la esfera de lo relativo sea real. Es una realidad creada que ustedes y Yo hemos inventado y seguimos inventando, con el fin de poder conocernos experiencialmente.
Sin embargo, la creación puede parecer muy real. Su objetivo es que parezca tan real que admitamos que verdaderamente existe. De este modo, Dios ha logrado crear "algo distinto de
Sí mismo (aunque estrictamente eso es imposible, puesto que Dios es - Yo Soy - Todo lo Que Existe). Al crear "algo distinto" - a saber, la esfera de lo relativo -, he producido un medio en el que ustedes pueden decidir ser Dios, en lugar de decirse simplemente que son Dios; en el que pueden experimentar la Divinidad como un acto de creación, más que como un concepto; en el que la pequeña vela en el sol - la pequeña alma - puede conocerse a sí misma como luz.

El temor es el otro extremo del amor. Es la polaridad primordial. Al crear la esfera de lo relativo, en primer lugar creé lo opuesto a Mí Mismo. Ahora bien, en la esfera en la que viven en el plano físico hay únicamente dos lugares del ser: el temor y el amor. Los pensamientos arraigados en el temor producirán un tipo de manifestación en el plano físico; los pensamientos arraigados en el amor producirán otro.

Los Maestros que han pasado por el planeta son aquellos que han descubierto el secreto del mundo relativo, negándose a reconocer su realidad. En resumen, Los Maestros son aquellos que han elegido solo el amor. En cualquier caso. En cualquier momento. En cualquier circunstancia. Aunque fueran asesinados, amaban a sus asesinos. Aunque fueran perseguidos, amaban a sus opresores.

A ustedes esto les resulta muy difícil de entender; y mucho más de imitar. No obstante eso es lo que han hecho siempre todos los Maestros. No importa de qué filosofía, ni de que tradición, ni de que religión: es lo que han hecho todos los Maestros.
Este ejemplo y esta lección se les han manifestado de manera muy clara. Una y otra vez, siempre
se les han mostrado. En todo tiempo y en cualquier lugar. Durante todas sus vidas y en cada momento. El universo se las ha ingeniado para poner esta Verdad delante de ustedes. En
canciones y relatos, en poemas y bailes, en palabras y en movimientos; en imágenes en
movimiento - que ustedes llaman <> - y en colecciones de palabras - que ustedes
llaman <> -.
35
Su grito se ha oído desde la más alta montaña, su rumor se ha escuchado en el lugar más recóndito. El eco de esta verdad ha atravesado los pasillos de toda experiencia humana: el Amor es la respuesta. Pero no la han escuchado.

Ahora acudes a este libro, preguntándole a Dios de nuevo lo que Dios les ha dicho incontables veces de incontables formas. Pero te lo diré otra vez, aquí, en el contexto de este libro. ¿Me escucharas ahora? ¿Realmente me vas a oír? ¿Qué crees que te ha acercado a este material? ¿Cómo es que se halla en tus manos? ¿Acaso piensas que no sé lo que hago? En el universo no existen las casualidades.

He oído el grito de tu corazón. He visto la búsqueda de tu alma. Sé cuán profundamente has deseado la Verdad. En tu sufrimiento, como en tu alegría, has clamado por ella. Me has suplicado interminablemente. Muéstramela. Explícamela. Revélamela. Y eso estoy haciendo ahora, en términos tan claros que no puedas dejar de entenderme. En un lenguaje tan sencillo que no puedas confundirte. En un vocabulario tan común que no puedas perderte en la verborrea.

Sigamos, pues, adelante. Pregúntame cualquier cosa. Cualquier cosa. Me las ingeniaré para conducirte a la respuesta. Utilizaré al universo entero para hacerlo. Estáte, pues, atento. Este libro está lejos de ser mi única herramienta. Formula una pregunta; luego deja este libro. Mas observa. Escucha. Las palabras de la próxima canción que oigas. La información del siguiente artículo que leas. El argumento de la siguiente película que vayas a ver. Las palabras que cruces casualmente con la próxima persona que te encuentres. O el murmullo del próximo río, el próximo océano, la próxima brisa que acaricie tu oído. Todos estos recursos son Míos; todos estos caminos están abiertos para Mí. Te hablaré si Me escuchas. Vendré a ti si me invitas. Te mostraré entonces que siempre he estado ahí. En todas partes.

CAPÍTULO 2
"Me enseñarás el camino de la vida
hartura de goces, delante de tu rostro,
a tu derecha, delicias para siempre."
(Salmos, 16, 11)

He buscado el camino hacia Dios toda mi vida...

Sé que lo has hecho.

... y ahora lo he encontrado, y no puedo creerlo. Me parece estar aquí sentado, escribiéndome a mí mismo.

Es lo que estás haciendo.

Pero no creo que sea eso lo que debería parecerme una comunicación con Dios.

¿Quieres clarines y trompetas? Veré qué puedo hacer.

¿Sabes?, habrá quienes digan que todo este libro no es más que una blasfemia. Especialmente si
sigues haciéndote el gracioso.

Deja que te explique algo. Tienes la idea de que Dios sólo se muestra de una única manera. Esa es una idea muy peligrosa. Eso te impide ver a Dios en todas partes. Si crees que a Dios se le ve y se le oye sólo de una manera, o es sólo de una manera, Me mirarás sin verme día y noche. Te pasaras toda la vida buscando a Dios, y no le encontrarás; precisamente porque estarás buscando a alguien. Lo pongo como un ejemplo.

Se ha dicho que, si uno no ve a Dios en lo profano y en lo profundo, se esta perdiendo la mitad de la historia. Es un gran Verdad.

Dios está en la tristeza y en la carcajada, en lo amargo y en lo dulce. Detrás de cada cosa se oculta un propósito divino; y, por lo tanto, en cada cosa se halla la presencia divina.

Una vez empecé a escribir un libro titulado Dios es un bocadillo de salami.

Habría sido un buen libro. Yo te di esa inspiración. ¿Por qué no lo escribiste?

Me pareció una blasfemia. O, cuando menos, una horrible irreverencia. 

¡Querrás decir una maravillosa irreverencia! ¿De donde has sacado la idea de que Dios es solo
"reverente"? Dios es lo alto y lo bajo. Lo caliente y lo frío. La izquierda y la derecha. ¡Lo reverente y lo irreverente! ¿Acaso piensas que Dios no ríe? ¿Imaginas que Dios no disfruta con una buena broma? ¿Crees que Dios carece de sentido del humor? Deja que te diga algo: Dios inventó el humor. ¿Debes hablarme en un tono circunspecto cuando te dirijas a Mí? ¿Se hallan fuera de mi comprensión los términos fuertes o la jerga? Te aseguro que puedes hablarme como hablarías con tu mejor amigo. ¿Crees que hay alguna palabra que Yo no haya oído?, ¿una visión que no haya visto?, ¿un sonido que no conozca? ¿Crees acaso que desprecio alguno de ellos, mientras que gusto de los otros? Te aseguro que no desprecio nada. Nada de ello resulta repulsivo para Mí. Eso es la vida, y la vida es el don; el tesoro inenarrable; lo más sagrado de todo. Yo soy la vida, puesto que Yo soy la sustancia que constituye la vida. Cada uno de sus aspectos tiene un propósito divino. No existe nada, absolutamente nada, sin una razón conocida y aprobada por Dios.

¿Cómo puede ser eso? ¿Y que hay del mal que ha creado el hombre?

No pueden crear nada - ni un pensamiento, ni un objeto, ni un acontecimiento, ninguna experiencia de ninguna clase - que no sea el resultado del plan de Dios; puesto que el plan de Dios respecto a ustedes es que creen cualquier cosa - todo aquello - que quieran. En esta libertad reside la experiencia de Dios como siendo Dios, y esta es la experiencia para la que Yo les he creado a Ustedes. Y a la propia vida.

El mal es aquello a lo que ustedes llaman mal. Pero incluso eso es de mi agrado, puesto que sólo a través de eso que llaman mal pueden conocer el bien; sólo a través de eso que llaman obra del demonio pueden conocer y hacer la obra de Dios. Yo no amo más lo caliente que lo frío, lo alto que lo bajo, la izquierda que la derecha. Todo es relativo. Todo forma parte de lo que es.

Yo no amo más lo "bueno" que lo "malo". Hitler fue al cielo. Cuando entiendas esto, entenderás a Dios.

Sin embargo, me han enseñado a creer que el bien y el mal existen; que lo correcto y lo
equivocado son términos opuestos; que algunas cosas no están bien, no resultan aceptables a los
ojos de Dios.
Todo resulta "aceptable" a los ojos de Dios, ya que ¿cómo puede Dios no aceptar algo que es? Rechazar algo significa negar que existe. Decir que algo no está bien significa afirmar que no forma parte de Mí; y eso es imposible.

Sin embargo, sean fieles a sus creencias, y mantengan como ciertos sus valores, ya que se trata de los valores de sus padres, y de los padres de sus padres, de sus amigos y de su sociedad. Estos forman la estructura de su vida, y perderlos equivaldría a deshacer el tejido que constituye su experiencia. No obstante, examínenlos uno por uno. Revísenlos pieza por pieza. No deshagan la casa, pero observen cada uno de los ladrillos, y reemplacen los que vean que están rotos y no pueden soportar ya la estructura.

Sus ideas respecto a lo correcto y lo equivocado son sólo eso: ideas. Son pensamientos que constituyen la forma y crean la sustancia de Quienes Son. Sólo habría una razón para cambiar alguna de ellas; sólo un propósito para alterarlas: si no son felices siendo Quienes Son. Únicamente ustedes pueden saber si son felices. Sólo ustedes pueden decir de su vida:"esta es mi creación (mi hijo), en la que me complazco. Si sus valores les sirven, manténganlos. Argumenten a su favor. Luchen para defenderlos. Pero procuren luchar de manera que no hagan daño a nadie. El daño no es un ingrediente necesario en la receta.

Dices "sean fieles a sus valores" y, al mismo tiempo, que todos nuestros valores son equivocados. Ayúdame a entenderlo.

Yo no he dicho que sus valores sean equivocados. Pero tampoco que sean correctos. Son simplemente juicios. Afirmaciones. Decisiones. En su mayor parte, se trata de decisiones que no han tomado cada uno de ustedes, sino algún otro. Quizá sus padres. Su religión. Sus profesores, historiadores, políticos... Muy pocos de los juicios de valor que han incorporado a su verdad son juicios que han formulado ustedes mismos basándose en su propia experiencia. Pero la experiencia es lo que vinieron a buscar aquí, y por su experiencia iban a crearse a ustedes mismos. Pero ustedes se han creado a ustedes mismos por la experiencia de los demás. Si hubiera algo parecido al pecado, seria esto: permitirse a ustedes mismos haber llegado a ser lo que son por la experiencia de los demás. He aquí el "pecado"  que han cometido. Todos ustedes. No esperan a tener su propia experiencia, sino que aceptan la experiencia de los demás como el evangelio (literalmente), y luego, cuando se encuentran con la experiencia real por primera vez, permiten que lo que ya sabían acerca del encuentro oculte lo que realmente piensan.

Si no obraran así, podrían tener una experiencia completamente diferente; una experiencia que haría aparecer a su maestro o fuente original como equivocado. En la mayoría de los casos, no
quieren que sus padres, escuelas, religiones, tradiciones o sagradas escrituras aparezcan como equivocados, de modo que niegan su propia experiencia a favor de lo que les han dicho que piensen. Ninguna realidad puede ilustrar esto con mayor profundidad que su tratamiento de la sexualidad humana.

Todo el mundo sabe que, de entre todas las experiencias físicas al alcance de los humanos, la experiencia sexual puede ser la más atractiva, emocionante, poderosa, estimulante, renovadora,
energética, íntima, y con mayor capacidad de afirmación, unión y recreación. Aun habiendo descubierto esto experiencialmente, han decidido en cambio aceptar los juicios, opiniones e ideas previos acerca del sexo difundidos por otros; todos ellos con intereses creados en que piensen de una u otra manera.

Dichas opiniones, juicios e ideas han ido directamente contra su propia experiencia; sin embargo, debido a que no están dispuestos a considerar equivocados a sus maestros, se convencen a ustedes mismos de que debe ser su experiencia la que está equivocada. El resultado es que han traicionado su auténtica verdad en relación a esta cuestión; y ello con resultados devastadores.

Lo mismo han hecho con el dinero. En aquellos momentos de su vida en que tienen mucho dinero, se sienten estupendamente. Se sienten estupendamente recibiéndolo, y se sienten estupendamente gastándolo. No hay nada malo en ello, no hay ningún mal, nada intrínsecamente "equivocado". Sin embargo, han arraigado tan profundamente en ustedes las enseñanzas de los demás sobre este tema, que han rechazado su experiencia a favor de la "verdad".

Al haber adoptado esta "verdad" como suya, han construido pensamientos en torno a ella;
pensamientos que son creadores. Han pues, creado una realidad personal en torno al dinero que
lo aleja de ustedes; ya que ¿para qué tratarían de atraer algo que no es bueno?

Sorprendentemente, han creado la misma contradicción en torno a Dios. Todas sus experiencias más profundas acerca de Dios les dicen que Dios es bueno. Todos aquellos profesores suyos que les enseñan algo acerca de Dios les dicen que Dios es malo. Su corazón les dice que hay que amar a Dios sin temerle. Sus profesores les dicen que hay que temer a Dios, puesto que es un Dios vengativo. Han de vivir en el temor a la cólera de Dios, dicen. Deben temblar en su presencia.

Durante toda su vida han de temer el juicio del Señor - les han dicho -, pues el Señor es "justo" ,y todo lo sabe; y se hallaran en apuros cuando se enfrenten a la terrible justicia del Señor. Deben, pues, "obedecer"  los mandamientos de Dios. O si no...

Sobre todo, no han de formular preguntas lógicas tales como: "si Dios quiere una estricta obediencia a sus leyes, ¡por qué creó la posibilidad de que dichas leyes fueran violadas?". Todos sus maestros les dicen que porque Dios quería que tuvieran "libre albedrío". Sin embargo, ¿qué clase de libre albedrío es ese, si elegir una cosa en lugar de otra lleva la condenación? ¿Cómo la "libre voluntad" puede ser libre, si no es su voluntad, sino la de algún otro, la que deben cumplir? Quienes eso les enseñan hacen de Dios un hipócrita.

Se les ha dicho que Dios perdona y es compasivo; pero si no le piden perdón del "modo correcto", si no "se dirigen a Dios" de la manera adecuada, su súplica no será escuchada, su clamor quedará sin respuesta. Incluso eso no sería tan malo si hubiera una sola manera adecuada;
pero se enseñan tantas "maneras adecuadas" como profesores hay.

Así la mayoría de ustedes pasan casi toda su vida adulta buscando la manera "correcta" de
rendir culto, de obedecer y de servir a Dios. La ironía del asunto está en que Yo no quiero su culto, Yo no necesito su obediencia, y no necesitan servirme.

Este tipo de comportamientos son los que históricamente han exigido de sus súbditos los monarcas; normalmente, monarcas egocéntricos, inseguros y tiránicos. En absoluto son exigencias divinas; y es extraordinario que el mundo no haya llegado ya a la conclusión de que tales exigencias son falsas, de que no tienen nada que ver con las necesidades o los deseos de Dios.

La divinidad no tiene necesidades. Todo lo Que Hay es exactamente eso: todo lo que hay. Por lo tanto, no quiere nada, ni carece de nada; por definición.

Si quieren creer en un Dios que de alguna manera necesita algo - y se siente tan dolido si no lo obtiene que castiga a aquellos de quienes esperaba recibirlo -, entonces es que quieren creer en un Dios mucho más pequeño que Yo. Y verdaderamente son Hijos de un Dios Menor.

No, hijos míos; por favor, déjenme que les asegure una vez más, por medio de este texto, que no tengo necesidades. No necesito de nada. Esto no significa que no tenga deseos. Deseos y necesidades no son la misma cosa (aunque para muchos de ustedes lo sean en su vida actual). El deseo es el principio de toda creación. Es el primer pensamiento. Es un sentimiento grandioso en el alma. Es Dios, decidiendo qué va a crear.

¿Y cuál es el deseo de Dios?

Yo deseo, en primer lugar, conocerme y experimentarme a Mí mismo, en toda Mi gloria; saber Quien Soy. Antes de inventarlos a ustedes - y todos los mundos del universo - era imposible para Mí hacerlo.

En segundo lugar, deseo que puedan conocer y experimentar Quienes Realmente Son, por medio del poder que les he dado de crearse y experimentarse a ustedes mismos de cualquier modo que escojan.

En tercer lugar, deseo que todo el proceso de la vida sea una experiencia de constante alegría, de continua creación, de interminable expansión y de total realización en cada momento. He establecido un sistema perfecto mediante el que estos deseos puedan realizarse. Se están realizando ahora, en este mismo momento. La única diferencia entre ustedes y Yo es que Yo lo sé.

En el momento en que alcancen el conocimiento pleno (momento que puede sobrevenir en cualquier instante), ustedes sentirán lo mismo que Yo siento constantemente: una alegría, amor, aceptación, bendición y agradecimientos totales.
Estas son las cinco actitudes de Dios; y, antes de seguir adelante con este diálogo, te mostraré cómo la aplicación de dichas actitudes en tu vida actual puede conducirte - y te conducirá - hacia la santidad.

Todo esto constituye una respuesta muy larga para una pregunta muy corta.

Sí, se fiel a tus valores, en la medida en que experimentes que te son útiles. Pero mira a ver si estos valores que te sirven a ti, con tus pensamientos, palabras y actos, traen al espacio de tu experiencia la idea mejor y más alta que jamás hayas tenido de ti mismo.

Examina tus valores uno por uno. Somételos a la luz del escrutinio público. Si puedes decir al mundo quién eres y en qué crees sin vacilaciones ni indecisiones, entonces eres feliz contigo mismo. No hay ninguna razón para ir más allá en este diálogo conmigo, puesto que ya has creado a un Yo - y una vida para este Yo - que no necesita ninguna mejora. Has alcanzado la perfección. Puedes dejar este libro.

Mi vida no es perfecta, ni siquiera se acerca a la perfección. No soy perfecto. En realidad, soy un
cúmulo de imperfecciones. Me gustaría - a veces de todo corazón - poder corregir esas
imperfecciones; lo que yo sé que origina mis comportamientos, que provoca mis caídas, que me
mantiene en mi camino. Supongo que por eso es por lo que he acudido a Ti. No he sido capaz de
encontrar las respuestas por mí mismo.

Estoy contento de que hayas acudido a Mí. Siempre he estado dispuesto a ayudarte. Y lo estoy ahora. No tienes por qué encontrar las respuestas por ti mismo. Nunca has tenido por qué.
Pero parece tan... presuntuoso... sencillamente sentarse y dialogar contigo de este modo... y
mucho más imaginar que Tú - Dios - me respondes. Quiero decir que es una locura.

Ya veo. Los autores de la Biblia estaban cuerdos, pero tú estas loco. Los autores de la Biblia fueron testigos de la vida de Cristo, y reprodujeron fielmente lo que vieron y oyeron.

Falso.

 La mayoría de los autores del Nuevo Testamento nunca conocieron ni vieron a Jesús en su vida. Vivieron muchos años después de que Jesús abandonara la tierra. No habrían reconocido a Jesús de Nazaret aunque se hubieran cruzado con él en la calle.

Pero...

Los autores de la Biblia fueron grandes creyentes y grandes historiadores. Recogieron los relatos que habían llegado hasta ellos y sus amigos de boca de sus mayores - quienes, a su vez, los habían oído a sus mayores -, hasta que finalmente surgió una recopilación escrita. Y no todos los autores de la Biblia fueron incluidos en el documento final.
Ya habían surgido las "iglesias" en torno a las enseñanzas de Jesús; y - como sucede siempre y dondequiera que la gente se agrupe en torno a una idea poderosa - hubo ciertos individuos en el seno de dichas iglesias, o enclaves, que determinaron qué partes de la historia de Jesús bebían mencionarse y cómo. Este proceso de selección y corrección continuó durante toda la recopilación, redacción y publicación de los evangelios y la Biblia.

Incluso varios siglos después de que se consignaran las escrituras originales, un Alto Consejo de la Iglesia determinó, una vez más, que doctrinas y verdades había que incluir en la Biblia oficial de entonces; y qué resultaría "malsano" o "prematturo" revelar a las masas.
Además, ha habido otras sagradas escrituras, cada una de ellas fruto de un momento de inspiración de hombres por lo demás corrientes, ninguno de los cuales estaba más loco que tú.

¿No estaras sugiriendo que estos textos podrían llegar a ser un día "Sagradas Escrituas"?

Hijo mío, todo en la vida es sagrado. Desde esta perspectiva, sí, son sagradas escrituras. Pero no
quiero hacer juegos de palabras contigo, pues sé lo que quieres decir. No, no estoy sugiriendo que este manuscrito llegará a convertirse un día en sagrada escritura. Al menos no durante algunos cientos de años, o hasta que su lenguaje no se vuelva anticuado.

Mira: el problema es que este lenguaje es demasiado coloquial, demasiado familiar, demasiado contemporáneo. La gente supone que, si Dios hablara directamente con uno, su voz no sonaría como la del vecino de al lado. La estructura del lenguaje debe poseer una matiz de unidad, por no decir de divinidad; un matiz de dignidad; una sensación de santidad.

Como he dicho antes, esto es sólo una parte del problema. La gente tiene una percepción de Dios como Alguien que " se manifiesta"  de una única forma. Cualquier cosa que viole esta forma se considera una blasfemia. Lo que yo he dicho antes. Lo que tú has dicho antes.

Pero vayamos al fondo de la cuestión. ¿ Por qué te parece una locura que tú puedas mantener un
diálogo con Dios? ¿acaso no crees en la oración?

Sí, pero esto es distinto. Para mí, la oración siempre ha tenido una sola dirección. Yo pregunto, y
Dios permanece inmutable.

viernes, 16 de septiembre de 2016

LA LUCHA DEL BIEN CONTRA EL MAL (DÍA 30 )

Trigésimo Día
Los cuatro Sacerdotes de Jehová Satanás reflexionaban sobre el Anuncio de los Inmortales: próximamente ocurriría la decimosegunda manifestación de la Shekhinah, muy cerca de allí, en Rus Baal; y Ellos serían protagonistas de aquel extraordinario portento: ¡sólo otro Sacerdote de Israel podría comprender el éxtasis que experimentaban los cuatro ante semejante posibilidad! ¡porque sólo el Alma de un judío es capaz de comprender a la Shekhinah! El más emocionado era el Gran Maestre del Temple: –“¡Oh, qué gran honor, pensaba estremecido, que a mi Orden se le haya confiado la custodia de tan sagrado lugar! ¡Dios mismo descenderá ahora, en medio de los nuestros!”–. Y así por el estilo, cada uno daba rienda suelta a sus fantasías rabínicas y Golen.

–¡En efecto, Sacerdotes! –aprobó Birsa, adivinando el pensamiento de los presentes– ¡vosotros contribuiréis como nadie a ejecutar los Planes de Dios! Miles de monjes Golen y de Doctores hebreos trabajan para instaurar la Sinarquía Universal: ¡todos ellos gozan del favor de Elohim y serán recompensados magníficamente! Pero sólo vosotros cuatro conocéis hoy el Anuncio de la Shekhinah: ¡y sólo a Vosotros, y a quienes vosotros llaméis para colaborar, YHVH Sebaoth considerará responsables del Holocausto de Agua que Quiblón le ofrendará en su día! ¡Alegraos, pues, Sacerdotes porque el Triple Holocausto de Quiblón, uno de los más sangrientos de la Historia, os será atribuido si cumplís con la Misión que os encomendaremos! ¡De ella depende que se realice el designio de YHVH; sobre ella reposa, Sacerdotes, uno de los pilares de la Historia!

–¡Ahora que el Mal ha sido extirpado en Huelva, –prosiguió Bera– ahora que la Sangre de Tharsis se ha convertido en lejía, os encargaremos una Misión muy simple, cual es la de afirmar el Bien sobre la Tierra! ¡Y el Bien es YHVH! ¡Y YHVH sólo puede descender en Tierra Santa! ¡A vosotros corresponde, Sacerdotes de YHVH, purificar la Tierra! –la mirada de Bera era interrogadora.

–¡Sí, –exclamaron Nasi y Benjamín al unísono–. Purificar la Tierra es tarea de Sacerdotes! ¡Santificarla es facultad de YHVH!

–De acuerdo, Sacerdotes: ¡Nosotros, los Representantes de Melquisedec, os ordenamos: purificad esta tierra de Huelva, borrad todo vestigio del Misterio del Fuego Frío, limpiad la Mancha del Culto a la Virgen de la Gruta! Por sobre todo: ¡eliminad el recuerdo de esta tenebrosa Deidad! Pues no habrá paz, ni en la Tierra ni el el Cielo, y Rus Baal no será Tierra Santa, mientras perdure la Presencia perturbadora de la Virgen de Agartha portando su Semilla Maldita.

–Naturalmente –dijo Bera– que una expiación semejante sólo será efectiva si se reemplaza a un Culto por otro. En consecuencia, os ordenamos, también, implantar en todos los lugares necesarios el Nuevo Culto de la Virgen de los Milagros: ¡Ella iluminará con Su Fuego Caliente las Tinieblas que derramó la Intrusa! Cuando los Gentiles le entreguen su Corazón sin reservas, la Intrusa será olvidada, se apagará el recuerdo de su abominación, y la Tierra quedará purificada: ¡entonces, y sólo entonces, descenderá la Shekhinah en Rus Baal!

–¡Pero ese Culto ya existe! –interrumpió el Gran Maestre del Temple–. ¡Justamente en la Rábida se adora a la Virgen de los Milagros, la antigua Proserpina de Palos, Señora de la Rabia!

–¡Os equivocáis, Sacerdote! –aseguró Bera, sonriendo horriblemente–. Me estoy refiriendo a un Nuevo Culto que reemplazará también al que vos mencionáis: el Culto a la Gran Madre Binah, a quien advocaréis como Virgen de los Milagros para evitar que los Gentiles sospechen la sustitución, pero que recibirá varios Nombres Sagrados, sólo conocidos por los Sacerdotes Iniciados, Golen y Rabinos. Me estoy refiriendo, pues, a la Virgen
de la Ciñuela,
o a la Virgen de la Cinta,
o a la Virgen de la Barca,
o a la Virgen del Niño de Barro,
o a la Virgen del Fuego Caliente.

–¡Buscad Sacerdotes, buscad ya al monje escultor que habéis hecho venir desde Francia!

El Abad de Claraval salió presuroso de la Biblioteca, y un instante después entraba seguido del humilde monje cisterciense, que traía en sus manos un rollo de pergamino y un tizón de carbón. El monje se detuvo frente a Bera, seguido del Abad, y contempló aterrorizado el rostro diabólico del Inmortal.

–¡Escuchad bien, miserable! –le espetó Bera con los ojos llameantes de odio–. Os voy a hacer una advertencia: sobre lo que veréis en este lugar, no hablaréis jamás a nadie. Cumpliréis vuestro trabajo y luego os enclaustraréis de por vida en un Monasterio de clausura. ¡Y ni se os ocurra desobedecer nuestro  mandato pues la Tierra será chica para ocultar vuestra traición! No obstante, no confiamos en vos y seréis vigilado día y noche desde ahora. ¡Pero debéis saber, criatura mortal, que ni la Muerte os podrá librar de Nosotros, pues a los mismísimos infiernos iremos a castigarte! ¿Habéis comprendido los riesgos que corréis?

El pobre monje se había arrojado al suelo, a los pies de Bera, y temblaba como un perro asustado. 
–”N...no o…osaría traicionaros” –balbuceaba, sin levantar la mirada de los pies de Bera, sin atreverse a ver nuevamente la amenaza mortal de sus ojos. 
–Mas vale que digáis la verdad –dijo con ironía aquel Rey de la Mentira, que era Bera–. ¡Levantaos, perro! –ordenó con dureza– y observad la página de este libro abierto. ¿Qué veis en ella?

Los cuatro sacerdotes se miraron entre sí, asombrados de que los Inmortales mostrasen al monje escultor, que no era ni Teólogo ni Cabalista, y mucho menos Iniciado, un dibujo secreto del Sepher Icheh. Tratando de serenarse, el imaginero se apoyó con sus dos manos en el borde de la mesa rampa y observó la hoja indicada. Lo que vio, pronto le hizo olvidar los amargos minutos anteriores y, él se lo repetiría para sí mismo toda la vida, lo recompensó de los sufrimientos padecidos hasta entonces. Por primera vez se sintió libre de culpas, sin pecado, perdonado por una Piedad que venía de adentro del Alma, como si el Alma participase de un Jubileo Divino: y quien inspiraba esa sensación de libertad anímica, esa seguridad de ser aprobado por Dios y amado por Cristo, era la Más Bella y Majestuosa imagen de la Madre de Dios que el monje viera nunca; porque, desde luego, aquella Señora estaba viva; mientras sostenía al niño en sus brazos, la Madre lo miró fugazmente, y fue en ese instante que él se sintió perdonado, en paz, como si Ella le hubiese dicho –

Anda, hijo de Dios, que yo intercederé para que el Rigor de Su Ley, no sea recalcitrante contigo. ¡Cumple tu misión y retrátame como me ves, en la Plenitud de Mi Santidad, para que los hombres vean también el Milagro que tú ves; cumple con todo tu talento y el Gran Rostro de Dios te sonreirá!

–¡Es tan Bella! –gritó el escultor, completamente alucinado–. Sólo unas manos guiadas por la Gracia de Dios, y una piedra bendecida por el Altísimo, podrían realizar la Obra que se me pide ¡Pero Yo pondré mis manos al Servicio de Dios, y Vosotros, que sois poderosos, me proveeréis de la mejor piedra de alabastro del Mundo!

Y desplegando el pergamino junto al libro, se puso a dibujar febrilmente el retrato de una Virgen con el Niño de novedosas características. Los cuatro Sacerdotes lo miraban sorprendidos, pues era evidente que su visión no provenía del libro Sepher Icheh, por lo menos de la hoja que estaba a la vista, sino de otra realidad, de un Mundo Celeste que se había abierto ante sus ojos y le había revelado la Señora de su inspiración. Con inusitada paciencia, los Inmortales aguardaron una larga hora hasta que el monje pareció retornar a la realidad: sobre la mesa, se hallaba completada la síntesis gráfica de la visión sobrenatural.

–Eminencias: ahora comprendo Vuestras reservas –dijo el tallista, aún emocionado–.

–Vosotros, indudablemente con la autorización del Señor, me habéis permitido asomarme al Cielo y contemplar a la Madre Santísima. Tened por seguro que aunque siempre lo recuerde, y quede mi Obra como testimonio de esta visión, jamás saldrá de mi boca el origen de la misma. ¡Como lo habéis advertido al comienzo, os respondo de ello con mi vida! Empero –aquí entrecerró los ojos y reflexionó en voz alta, para sí mismo– ¿qué es la Muerte, frente a la posibilidad aún más aterradora de perder el favor de la Madre de Dios, de fallarle a Ella? ¡Cumpliré! –dijo ahora gritando– ¡Oh, sí. Cumpliré. Por Ella Cumpliré! –¿Os creéis capaz de tallar la estatua que necesitamos? –interrogó Birsa, sin muchas contemplaciones por el estado místico del monje escultor.

–¡Oh sí! ¡Pondré todo mi Arte, y la Inspiración Divina que ahora me embarga, para dar el acabado más perfecto a esta imagen! –y señalaba los dibujos esbozados a carbonilla sobre el fino cuero del pergamino.

En estos se exponía una Madre Sublime, dotada de un bello rostro de rasgos israelitas y vestido de igual nacionalidad, cubierta la cabeza con una mantilla larga, hasta más abajo de la cintura, y sosteniendo al Niño con la mano izquierda, mientras en la derecha portaba un cetro coronado con Granada. El cuerpo de la Madre daba la impresión de estar levemente inclinado hacia la izquierda, quizá para dejar que el Niño Divino ocupase el centro de la escena. El Niño, por su parte, miraba de frente y bendecía lo observado con un gesto de la mano derecha, en tanto que en la izquierda sostenía una sphaera orbis terrae.

Ambos, la Madre y el Niño, estaban coronados: la Madre lucía Corona de Reina, que el imaginero anotaba, debía construirse de oro puro; y el Niño tenía sobre un aro de plata en halo, tres flores de almendro separadas proporcionalmente: del sexto pétalo de cada flor, brotaban nueve rayos, símbolo de los Nueve Poderes del Messiah. A los pies de la Virgen, diversos símbolos, como caracoles y peces, indicaban la naturaleza marina de la advocación: Ella misma se hallaba posada sobre las olas.

–Hasta cierto punto confiaremos en vos, aunque igualmente seréis vigilado –amenazó Birsa, luego de examinar el bosquejo–. Nos agrada lo que habéis visto y lo que pensáis hacer. ¡Sois afortunado, Siervo de Dios! Ahora retiraos a vuestra celda, que mucho tenéis para orar y meditar. Momentos después estaban nuevamente los seis reunidos frente al Sepher Icheh.

–¿Qué es lo que vio el monje, Oh Inmortales? De cierto que no ha sido esta figura de la página lamed, –preguntó el Abad de Claraval.

–De cierto que no, –respondió Birsa– Bera ha hecho comer al escultor un grano de este fruto –y señaló la granada Binah.

–En efecto; –confirmó Bera– hemos permitido al monje asomarse al Séptimo Cielo, al Palacio donde mora el Messiah, en los amorosos brazos de su Madre Binah. Y él ha visto a la Madre y al Messiah, a la Pareja Divina de los Aspectos de YHVH que rigen el Séptimo Cielo: la Madre Binah, derramando la Inteligencia creadora de YHVH Elohim con el Fuego Caliente de Su Amor; y el Soplo de YHVH que es el Alma del Messiah, el Niño cuya Forma es la de Metatrón, cuya cabalgadura es Araboth, las nubes, cuya ronda se realiza sobre las aguas de Avir, el Eter, y cuya Manifestación es la Shekhinah, el Descenso de YHVH en el Reino. Hemos hecho esto porque necesitamos que se represente esa visión sobre una Primera Piedra, y se exhiba en la Rábida, en reemplazo de la estatua del Obispo Macario que custodian los Templarios. La talla se realizará
en secreto y, cuando esté lista, vosotros la sustituiréis con la mayor discreción.

Se afirmará entonces, con más énfasis que nunca, que la misma es obra del Evangelista, que el propio San Lucas la talló en el siglo I. Es importante que así se haga porque Quiblón, algún día llegará a Rus Baal a confirmar su clave, que será S.A.M., es decir, Shekhinah, Avir, Metatrón, la clave universal del Messiah: por la imagen nueva de la Virgen de los Milagros, él sabrá que allí se manifestará la Shekhinah para dotarlo del Verbo de Metatrón a través de Avir, el Eter.

Como sabéis, esta imagen del Arbol Rimmón Sephirótico, simboliza a Adam Ilaah, el Hombre de Arriba, también llamado Adam Kadmon, el Hombre Primordial, es decir, la Forma Humana de YHVH, la cual se reproduce en Adam Harishón, el hombre terrestre. En los frutos del Divino Granado de la Vida están los Diez Nombres-Números arquetípicos con los cuales El adoptó dicha Forma y dio existencia a todos los entes creados. Estos Nombres-Números llamados Sephiroth son el nexo entre la Unidad de YHVH y la pluralidad de los entes: para YHVH, los Sephiroth son idénticos y uno con El Uno; para el Mundo, los Sephiroth son distintos y dan existencia a lo múltiple que constituye la realidad. Visto desde el Mundo, por Nosotros, los Seres Creados, los Diez Sepiroth emanan sucesivamente de El Uno sin dividirlo, y brotan del Arbol Rimmón.

El primer fruto es Kether, la Corona de Ehyeh, el Aspecto esencial de YHVH: bajo Kether recién está el Trono de Dios, el Más Alto de la Creación. Kether es el Santo Anciano, attiká kadisha, o más aún, el Anciano de los Ancianos, attiká deatikim. El se sienta en el Trono y hasta El solo llega Metatrón, quien a veces desciende hasta los hombres, como habló con Moisés en el Sinaí, y los conduce ante el Anciano de los Días. El es el que dijo a Moisés –“Yo Soy El que Soy”, Ehyeh Asher Ehyeh [Exodo, 3,14]. El Poder de Ehyeh se extiende directamente sobre los Seraphim o Serafines, Haioth Hakadosch, es decir, Almas Santas, Angeles Constructores del Universo.

De Kether surge el segundo de los Sephiroth, la Sephirah Hokhmah, la Sabiduría de Yah, el Dios Padre. La Hokhmah es el Divino Pensamiento de todos los entes: nada hay que haya existido, exista, o vaya a existir, que antes no estuviese en potencia en la Hokhmah; muchos son los granos de este Fruto, Padre de todos los frutos de la Tierra. Esta misma imagen del Arbol Rimmón es producto de la Sephirah Hokhmah, que en este caso se revela a sí misma. Quien se hace presente en la Hokhmah, e introduce a los hombres en la esfera del Padre, es Raziel, el Angel que escribió para Adán el Primer Libro de la Ley.

Pero la Sabiduría del Padre cruza del canal dahat y se refleja en Binah, la Tercera Sephirah, cuya Inteligencia Divina es necesaria para que se concrete la creación de los entes pensados. Binah es la Gran Madre Universal: por Ella la Sabiduría del Padre produce los frutos de los Mundos y del contenido de los Mundos. El Fuego Caliente de su Amor Universal inunda el Eter Avir y transmite a todos los Mundos la Inteligencia de YHVH Elohim, el tercer Aspecto de El Uno. Bajo su Poder se encuentran los enérgicos Angeles Aralim, que actúan en la esfera de Saturno, pero el Angel principal, el que comunica al hombre con la Divina Madre, es Zaphkiel, el que fuera guía de Noé, el gran navegante: Binah es, pues, Señora de Marinos.

–Kether, Hokhmah y Binah constituyen el Gran Rostro del Anciano, Arikh Anpin: los siete Sephiroth de Construcción que restan forman, a su vez, el Pequeño Rostro de Dios, reflejo de El Gran Rostro y primer acceso a El Uno que el hombre puede obtener partiendo de cualquier cosa creada.

–Los siguientes Sephiroth son Numeraciones emanadas de la Trinidad esencial Kether, Hokhmah y Binah: Hoesed y Netsah, que se encuentran a la derecha del Arbol Rimmón, son masculinas como el Padre; Din y Hod, femeninas como la Madre, fructifican a la izquierda del Granado. En la columna central de un tronco, crecen los frutos neutros, que sintetizan los opuestos de las dos trinidades sucesivas: Din, Tiphereth, Hoesed, creadora y productiva, y Hod, Yesod, Netsah, ejecutora y concretadora de los entes. Por último, está en el centro Malkhouth, el Reino, que refleja a Kether, la Corona, y es la síntesis manifiesta de la Forma de El Anciano de los Días: por el Reino desciende la Shekhinah a la Tierra, y el Reino de Dios se concretará en la Tierra cuando la Shekhinah tome la forma del Pueblo Elegido, Gobernada por el Rey Messiah.

El cuarto Sephiroth es, pues, Hoesed, la Gracia de Elohai, Su Misericordia y Piedad. Es La Mano Derecha de YHVH y bajo Su Poder se hallan esas criaturas de los Cielos llamadas Dominaciones o Hasmalim, que actúan en la esfera de Júpiter. El Angel principal es Zadkiel, que fuera guía de Abraham.

El quinto Sephiroth es Din, el Rigor de Elohim Gibor. De este fruto procede la Ley de Dios, y sus granos son las Sentencias de Su Tribunal: todo acto humano, y todo ente de la Creación, deben someterse al Juicio, de Geburah, de Elohim Gibor. Es La Mano Izquierda de YHVH y bajo Su Poder están las Potestades denominadas Seraphines, que influyen en la esfera de Marte. Su Angel principal es Kamael, el protector de Sansón.

El sexto Sephiroth es Tiphereth, la Belleza de YHVH. Unido con las Sephirah Hoesed y Din conforman la tríada productora de los entes creados, Din, Tiphereth, Hoesed, pero en realidad Tiphereth es el Corazón de YHVH, el asiento del Fuego Caliente de la Gran Madre Binah. En Tiphereth, las Formas adquieren la perfección arquetípica de la Belleza Suprema: los actos de los hombres, inspirados en Tiphereth, sólo pueden ser actos de Amor; y los entes creados, se hallan religados entre sí por el Amor Universal que irradia el Corazón de YHVH. En Tiphereth todo es Bello y Perfecto, porque la Sabiduría Hokhmah de las cosas pensadas perfectas, y la Inteligencia Binah de su concepción, producidas por la Gracia Hoesed y ajustadas al Rigor Din de la Ley, brillan en su Fruto. Mas Tiphereth no es una Granada sino una Fresa, es decir, una Rosa, otra parte del Mensaje Uno del Amor de YHVH hacia el Hombre Anímico. La Fresa Tiphereth se transforma en Rosa cuando el Corazón del Hombre terrestre alberga el Fuego Caliente de la Pasión Animal. Bajo Su Poder se encuentran los Angeles que operan a través de la esfera del Sol, las Virtudes llamadas Malachim. Y existen aquí dos poderosos Angeles: uno, Rafael, que fue guía de Isaac; y otro, Peliel, que dirigió el destino de Jacob. Actúan también aquí unos Angeles que deberían estar más alto: son los Seraphim Nephilim que los Atlantes blancos acusan de “Angeles Traidores”, pero que en verdad sirven a YHVH con enérgica dedicación, llevando adelante sus Planes de progreso humano y favoreciendo la creación de la Sinarquía Universal del Pueblo Elegido. Ellos fundaron la Fraternidad Blanca y fijaron su residencia en el Corazón de YHVH; y de Ellos depende la Jerarquía Oculta de Sacerdotes de la Tierra.

El séptimo Sephiroth, Netsah, revela la Victoria de YHVH Sebaoth, el Dios de los Ejércitos Celestes. Es La Columna Derecha del Templo, Jaquim, y bajo Su Poder están los Principados o Elohim, los Angeles que influyen desde la esfera de Venus. Cerviel, el Angel director de David, la preside.

El octavo Sephiroth es Hod, la Gloria de Elohim Sebaoth, la Columna Izquierda del Templo, Boaz. Domina a los Arcángeles Ben Elohim, que se expresan desde la esfera de Mercurio: Miguel, el inspirador de Salomón, es aquí el Angel principal.

El noveno Sephiroth es Yesod, el Fundamento de la Creación de YHVH Saddai, el Todopoderoso. Es el órgano reproductor de YHVH, y, conjuntamente con Netsah y Hod, compone la última tríada constructora o ejecutiva: Hod, Yesod, Netsah. Su Poder abarca a los Angeles conocidos como Querubines, que se manifiestan desde la esfera de la Luna, y su Angel principal es Gabriel, protector de Daniel.

Y el décimo Sephiroth es Malkhouth, el Reino de Adonai Melekh, el Señor Rey de la Creación, reflejo último del Anciano de los Ancianos. Por eso bajo Su Poder se sitúan todos los miembros de la Jerarquía Oculta y de la Fraternidad Blanca, los Issim del Pueblo Elegido. Y por eso su Angel principal es Metatrón, el Alma del Messiah. Malkhouth es la Madre Inferior, como Binah es la Madre Superior, mas, si el descenso de la Madre Inferior se exterioriza en el Pueblo Elegido, éste pasa a ser la Shekhinah, la Esposa Mística de YHVH.

CONVERSACIONES CON DIOS ( III )


En el ámbito de las relaciones ordinarias, no puede existir nada conceptualizado sin que exista la
conceptualización de su contrario. La mayor parte de su experiencia cotidiana se basa en esta realidad. En el ámbito de las relaciones sublimes nada de lo que existe tiene su contrario. Todo Es Uno, y todo progresa de lo uno a lo otro en un círculo infinito.

El tiempo es como el ámbito de lo sublime; en él, lo que llaman pasado, presente y futuro existe de modo inter-relacional. Es decir, no hay contrarios, sino más bien partes del mismo todo; progresiones de la misma idea; ciclos de la misma energía; aspectos de la misma Verdad inmutable. Si, a partir de aquí, llegas a la conclusión de que el pasado, el presente y el futuro existen al mismo <>, estarás en lo cierto. (Sin embargo, no es este el momento de tratar de esto. Nos ocuparemos de ello con mucho más detalle cuando exploremos plenamente el
concepto de tiempo, lo que haremos más tarde.)

El mundo es tal como es porque no podría ser de ninguna otra manera y seguir existiendo en la esfera ordinaria de lo físico. Los terremotos y los huracanes, las inundaciones y los tornados, y todos los acontecimientos que llaman desastres naturales no son sino movimientos de los elementos de una polaridad a la otra. El ciclo nacimiento - muerte forma también parte de este movimiento. Estos son los ritmos de la vida, y en la realidad ordinaria todo está sujeto a ellos, puesto que la propia vida es un ritmo. Es una onda, una vibración, una pulsación del mismo corazón de Todo Lo Que Es.

El malestar y la enfermedad son los contrarios de la salud y el bienestar, y se manifiestan en su realidad a petición suya. No pueden caer enfermos si, a un determinado nivel, no lo provocan ustedes mismos, y pueden estar bien de nuevo en un cierto momento simplemente decidiendo estarlo. Los estados de profunda frustración personal son respuestas que han elegido, y las calamidades mundiales son el resultado de la conciencia mundial.

Tu pregunta implica que yo decido tales acontecimientos, que ocurrirían por Mí voluntad y Mí deseo. Pero Yo no provoco estas cosas; simplemente los observo a ustedes hacerlo. Y no hago
nada para detenerlas, porque obrar así sería coartar su voluntad. Además, ello los privaría de la experiencia de Dios, que es la experiencia que ustedes y Yo hemos elegido juntos.

No condenes, pues, todo aquello que llamarías malo en el mundo. En lugar de ello, pregúntate qué es lo que consideras malo y, en su caso, qué puedes hacer para cambiarlo. Investiga en ello, preguntándote: <<¿Qué parte de mí mismo quiero experimentar ahora en esta calamidad? ¿Qué aspecto del ser decido que surja a partir de ahora?>>. Y ello, porque todo lo viven existe como una herramienta de su propia creación, y todos sus acontecimientos se presentan simplemente como oportunidades para que decidan, y sean, Quienes Son.

Esto es así para cualquier alma; no son, por tanto, víctimas en el universo, sino únicamente creadores. Todos los Maestros que han caminado por este planeta lo han sabido. Y ello porque, no importa que Maestro se mencione, ninguno se veía así mismo como víctima; aunque muchos fueron realmente crucificados. Cada alma es un Maestro, aunque algunas no recuerden sus orígenes o su herencia. Cada uno crea, en cada momento, la situación y circunstancias apropiadas para su objetivo más elevado y su proceso de recuerdo más rápido.

No juzgues, pues, el camino kármico que recorre otra persona. No envidies su éxito, no compadezcas su fracaso, puesto que no sabes qué es éxito y que fracaso en los cálculos del alma. No llames a algo calamidad, ni feliz acontecimiento, hasta que decidas, o compruebes, como es utilizado; ya que ¿es una calamidad la muerte de uno si con ello salva las vidas de miles? ¿Y es
una vida un feliz acontecimiento cuando ésta sólo ha provocado dolor? Sin embargo, aunque no juzgues, mantén siempre tu propio criterio, y deja que los demás sigan el suyo. Esto no significa que debas ignorar una petición de ayuda, ni la tendencia de tu alma a procurar cambiar una circunstancia o condición determinada. Significa que has de evitar las etiquetas y los juicios hagas lo que hagas. Para cada circunstancia hay un don, y en cada experiencia se oculta un tesoro.

Había una vez un alma que sabía que ella era la luz. Era un alma nueva, y, por lo tanto, ansiosa por experimentar. <> Pero todo lo que supiera al respecto y todo lo que dijera al respecto no podían sustituir a la experiencia. Y en la esfera de la que surgió esta alma no había sino la luz. Todas las almas eran grandiosas, todas las almas eran magníficas, y
todas las almas brillaban con el brillo imponente de Mi propia luz. Así, la pequeña alma en cuestión era como una vela en el sol. En medio de la más grandiosa luz - de la que formaba parte -, no podía verse a sí misma, ni experimentarse a sí misma como Quien y Lo Que Realmente Era. Sucedía que esta alma anhelaba una y otra vez conocerse a sí misma. Y tan grande era su anhelo, que un día le dije:

- ¿Sabes, pequeña, qué deberías hacer para satisfacer este anhelo tuyo?

- ¿Qué Dios Mío? ¡Quiero hacer algo! - me dijo la pequeña alma.

- Debes separarte del resto de nosotros - respondí -, y luego debes surgir por ti misma de la
oscuridad.

- ¿Qué es la oscuridad, oh, Santo? - pregunto la pequeña alma.

- Lo que tu no eres - le respondí, y el alma lo entendió.

Y eso hizo el alma, apartándose del Todo, e incluso yendo hacia otra esfera. En esta esfera el alma tenía la facultad de incorporar a su experiencia todo género de oscuridad. Y así lo hizo. Pero en medio de toda aquella oscuridad, gritó:

- ¡Padre, Padre! ¿Por qué me has abandonado?

- Igual que ustedes en sus momentos más negros. Pero Yo nunca los he abandonado, sino que
estoy siempre a su disposición, dispuesto a recordarles Quienes Son Realmente; dispuesto, siempre dispuesto, a recibirlos en casa. Así pues, sé la luz en la oscuridad, y no la maldigas. Y no olvides Quién Eres mientras dura tu rodeo por el camino de lo que no eres. Pero alaba la creación, aunque trates de cambiarla. Y sabe que lo que hagas en los momentos de más dura prueba puede ser tu mayor triunfo, ya que la experiencia que creas es una afirmación de Quién Eres, y de Quién Quieres Ser.

Te he explicado esta historia - la parábola de la pequeña alma y el sol - a fin de que puedas entender mejor porqué el mundo es como es, y cómo puede cambiar en un instante en el momento en que cada uno recuerde la divina verdad de su más alta realidad. Ahora bien, hay quienes dicen que la vida es una escuela, y que todo lo que uno observa y experimenta en su vida es para que aprenda. Ya he hablado de ello antes; pero nuevamente digo:

No han venido a esta vida a aprender nada; sólo tienen que manifestar lo que ya saben. Al manifestarlo, lo realizaran y se crearan a ustedes mismos de nuevo, a través de su experiencia. Así pues, justifiquen la vida y dótenla de objetivo. Háganla sagrada.

¿Estas diciendo que todo lo malo que nos sucede lo hemos elegido nosotros? ¿Significa eso que incluso las calamidades y los desastres son, a un cierto nivel, creados por nosotros a fin de que podamos <>? Y, si es así, ¿no hay una manera menos dolorosa - menos dolorosa para nosotros mismos y para los demás - de crearnos las oportunidades de experimentarnos a nosotros mismos?

Me haces varias preguntas, y todas interesantes. Vamos a verlas una por una. 

No, no todo lo que les ocurre y que llaman malo sucede por su propia elección. No en el sentido consciente al que tú aludes. Pero todo ello es su creación. Están siempre en proceso de creación. En cada momento. En cada minuto. Cada día. Más tarde nos ocuparemos de cómo pueden crear. Por ahora, simplemente cree lo que te digo: son una gran máquina de creación, y están produciendo cada nueva manifestación literalmente a la misma velocidad con la que piensan.

Eventos, sucesos, acontecimientos, condiciones, circunstancias: todo ello son creaciones de la conciencia. La conciencia individual es bastante poderosa. Puedes imaginar qué género de energía creadora se desata cada vez que dos o más se reúnen en Mi nombre. ¿Y la conciencia colectiva? ¡Esta es tan poderosa que puede crear acontecimientos y circunstancias de importancia mundial y consecuencias planetarias! No sería correcto decir - al menos no en el sentido que tú le das - que eligen dichas consecuencias. No las eligen más de lo que pueda elegirlo Yo. Como yo, las observan. Y deciden Quienes Son en función de ellas.

Sin embargo, no hay víctimas en el mundo; ni malvados. Ni tampoco son víctimas de las decisiones de los demás. En un determinado nivel, han creado todo aquello que dicen que aborrecen; y, al haberlo creado, lo han elegido. Se trata de un nivel avanzado de pensamiento; un nivel al que, antes o después, acceden todos los Maestros, ya que sólo cuando son capaces de aceptar la responsabilidad de todo pueden adquirir la capacidad de cambiar una parte.

En la medida en que alberguen la noción de que hay algo o alguien ajeno que <> a ustedes, perderán la capacidad de actuar por ustedes mismos. Sólo cuando digan <esto>> podrán hallar la fuerza necesaria para cambiarlo. Es mucho más fácil cambiar lo que se hace uno mismo que cambiar lo que hace otro.

El primer paso a la hora de cambiar algo es saber y aceptar que han elegido que eso sea lo que es. Si no pueden aceptar esto a un nivel personal, acéptenlo mediante la interpretación de que Nosotros somos Uno. Traten, pues, de crear un cambio no porque algo sea malo, sino porque ha dejado de constituir una adecuada afirmación de Quienes Son.

Sólo hay una razón para hacer algo; que eso sea una afirmación ante el universo de Quiénes Son. Tomada en este sentido, la vida se convierte en auto-creadora. Utilizan la vida para crearse a ustedes mismos como siendo Quienes Son, y Quienes Siempre Han Querido Ser. Hay también una sola razón para dejar de hacer algo: que eso haya dejado de ser una afirmación de Quienes Quieren Ser; que ya no sea su reflejo, que ya no los represente (es decir, que ya no les represente...).
Si quieren ser adecuadamente re-presentados, deben procurar cambiar cualquier aspecto de su vida que no encaje en el retrato de ustedes mismos que desean proyectar en la eternidad. En el más amplio sentido, todo lo <> que sucede es por su elección. El error no esta en elegirlo, sino en calificarlo de <>. Al calificarlo así, se califican de malos a ustedes mismos, ya que se trata de una creación suya.

No pueden aceptar esta etiqueta, no tanto porque se califiquen de malos como porque niegan sus propias creaciones. Esta es la falta de honradez intelectual y espiritual que les permite aceptar un mundo cuyas condiciones son como son. Si aceptaran - e incluso percibieran, con un profundo
sentimiento interior - su responsabilidad personal respecto al mundo, éste sería un lugar muy diferente. Esto, desde luego, sería así si todo el mundo se sintiera responsable. Que eso sea tan manifiestamente obvio es lo que lo hace tan absolutamente penoso, y tan patéticamente irónico.

Las calamidades y desastres naturales del mundo - sus tornados y huracanes, sus volcanes e inundaciones; sus desórdenes físicos - no son específicamente una creación suya. Pero sí lo es el grado en que dichos sucesos afectan a su vida. Ocurren acontecimientos en el universo que ni siquiera con un esfuerzo de imaginación se podría afirmar que son instigados o creados por uno. Dichos eventos los crea la consciencia combinada del hombre. Todo el mundo, co-creando conjuntamente, produce dichas experiencias. Lo que hace cada uno de nosotros, individualmente, es moverse a través de dichas experiencias, decidiendo qué significado tienen para él - si tienen alguno -; decidiendo Quienes y Que son en relación con ellas. Así, crean colectiva e individualmente la vida y los momentos que experimentan, para el propósito del alma de evolucionar.

Me has preguntado sino hay una manera menos dolorosa de pasar por este proceso, y la respuesta es que sí; pero nada en tu experiencia externa habrá cambiado. La manera de reducir el dolor que asocias con las experiencias y acontecimientos de la tierra - tanto tuyos como de los demás - es cambiar el modo de percibirlos.

No puedes cambiar el acontecimiento externo (puesto que ha sido creado por muchos de ustedes,
y sus conciencias no se han desarrollado lo bastante como para alterar individualmente lo que ha
sido creado colectivamente), de modo que debes cambiar la experiencia interna. Esta es la llave maestra de la vida. Nada es doloroso en y por sí mismo. El dolor es el resultado de un pensamiento equivocado. Es unnerror en el pensar. Un Maestro puede hacer desaparecer el mayor dolor; de este modo, el Maestro sana. El dolor resulta de un juicio que te has formado sobre algo. Elimina el juicio, y el dolor desaparecerá.
A menudo, el juicio se basa en la experiencia previa. Su idea sobre algo se deriva de una idea anterior sobre aquello. A su vez, su idea anterior resulta de otra aún anterior a ella, u ésta de otra, y así sucesivamente; hasta llegar, recorriendo todo el camino hacia atrás - como en la sala de los espejos -, a lo que Yo llamo el primer pensamiento.
Todo pensamiento es creador, y ningún pensamiento es más poderoso que el pensamiento original. He ahí por que a veces se le llama también pecado original. El pecado original consiste en que su primer pensamiento sobre algo sea un error. Este error se mezcla muchas veces con un segundo o tercer pensamiento. La tarea del Espíritu Santo consiste en inspirarles nuevos conocimientos que puedan liberarlos de sus errores. 

¿Estas diciendo que no debo sentirme mal al pensar en los niños que mueren de hambre en África, la violencia y la injusticia en América, o el terremoto que mata a centenares de personas en Brasil?

En el mundo de Dios no existen los <> ni los <>. Haz lo que quieras hacer. Haz aquello que constituya tu reflejo, aquello que te represente como una versión más magnífica de Ti mismo. Si quieres sentirte mal, siéntete mal. Pero no juzgues, ni condenes, puesto que no sabes por qué ocurren las cosas, ni con qué fin. Y recuerda esto: aquello que condenes te condenará, y un día serás aquello que juzgas.
Trata, más bien, de cambiar - o ayudar a quienes lo están cambiando - aquello que ha dejado de reflejar su más alto sentido de Quienes Son. No obstante, bendícelo todo, pues todo es creación de Dios, a través de la vida, que constituye la más alta creación.

¿Podríamos detenernos aquí un instante para que pueda recobrar el aliento? ¿He oído bien?
¿Dices que en el mundo de Dios no existen los <> ni los <>?

Exacto 

¿Cómo puede ser? Si no existen en Tu mundo, ¿dónde existirían entonces?

¿Qué dónde... ?

Repito la pregunta. ¿Dónde existirían los <> y <>, si no es en Tu mundo?

En su imaginación.

Sin embargo, quienes me enseñaron todo lo que sé acerca de lo correcto y lo equivocado, lo que hay que hacer o dejar de hacer, lo que se debe o no se debe hacer, me dijeron que todas aquellas reglas se fundamentaban en Ti: en Dios.

Entonces, quienes te enseñaron estaban equivocados. Yo nunca he establecido qué es lo <>> o lo <>, que <> o qué <>. Obrar así equivaldría a despojarlos completamente de su mayor don: la posibilidad de hacer lo que les plazca, y experimentar los resultados de ello; la oportunidad de crearse a ustedes mismos de nuevo a imagen y semejanza de Quienes Realmente Son; el espacio para producir una realidad de ustedes mismos cada vez mayor, basada en su idea más magnífica de aquello de lo que son
capaces.

Afirmar que algo - un pensamiento, palabra u obra - es <> sería tanto como decirles que no lo pusieran en práctica. Decirles que no lo pusieran en práctica sería lo mismo que
prohibírselo. Prohibírselo sería tanto como limitarlos. Y limitarlos equivaldría a negar la realidad de Quienes Realmente Son, así como la posibilidad de que creen y experimenten esa verdad.

Hay quienes dicen que les he dado el libre albedrío, pero luego estos mismos afirman que, si no Me obedecen, los enviaré al infierno. ¿Qué clase de libre albedrío es ese? ¿No constituye eso una burla hacia Dios: negar todo tipo de relación auténtica entre nosotros?

Bueno, aquí entramos en otro terreno del que también quería que habláramos, y es todo ese
asunto del cielo y el infierno. Por lo que puedo deducir, no existe nada parecido al infierno.

El infierno existe pero no es como ustedes piensan, y no lo han experimentado por las razones que te he dado. ¿Qué es el infierno?

Es la experiencia del peor resultado posible de sus elecciones, decisiones y creaciones. Es la consecuencia natural de cualquier pensamiento que Me niegue, o niegue Quienes Son en relación a Mí. Es el dolor que sufren a causa de un pensamiento equivocado. Pero el término <equivocado>> tampoco es apropiado, ya que no existe nada que sea equivocado.

El infierno es lo opuesto a la alegría. Es la insatisfacción. Es saber Quienes y Que Son, y fracasar a la hora de experimentarlo. Es ser menos. Eso es el infierno, y no hay ninguno mayor para su alma.

Pero el infierno no existe como ese lugar que han imaginado, donde se queman en un fuego eterno, o como una forma de tormento perpetuo. ¿Qué podría pretender Yo con eso? Incluso si Yo sostuviera la idea, extraordinariamente malvada, de que no se <> el cielo, ¿por qué habría de tener la necesidad de buscar algún tipo de venganza, o castigo, por su falta? ¿No sería para Mí mucho más sencillo simplemente deshacerme de ustedes? ¿Qué vengativa parte de Mí necesitaría someterlos a un sufrimiento eterno de un tipo y una intensidad más allá de cualquier descripción? Si me contestas que la necesidad de justicia, ¿no sería suficientemente justo la simple negación de la comunión Conmigo en el cielo? ¿Hace falta también infligir un dolor sin fin?
Te digo que después de la muerte no hay ninguna experiencia semejante a la que han elaborado
en sus teologías, basadas en el temor.

Pero sí existe la experiencia del alma tan infeliz, tan incompleta, tan inferior al todo, tan separada de la inmensa alegría de Dios, que para su alma eso sería el infierno. Pero deja que te diga que Yo no los envío ahí, ni tampoco soy la causa de que esa experiencia los aflija. Son ustedes, ustedes mismos, quienes crean esa experiencia, cada vez y en cada ocasión que alijan su Yo de su pensamiento más alto sobre ustedes. Son ustedes, ustedes mismos, quienes crean la experiencia cada vez que rechazan a su Yo; cada vez que niegan Quienes y Que Son Realmente. Pero ni siquiera esta experiencia es eterna. No puede serlo, puesto que no forma parte de Mi plan que permanezcan separados de Mí para siempre. En realidad, una cosa así es una imposibilidad: para que algo así sucediera, no sólo ustedes habrían de negar Quienes Son; también habría de hacerlo Yo. Y eso no lo haré nunca. Y mientras uno de nosotros mantenga la verdad acerca de ustedes, dicha verdad prevalecerá finalmente.

Pero si no hay infierno, ¿significa eso que puedo hacer lo que quiera, actuar como desee, realizar cualquier acción, sin temor a un castigo?

¿Necesitas el temor para poder ser, hacer y tener aquello que es intrínsecamente justo? ¿Necesitas sentirte amenazado para ser <>? ¿Y qué es <>? ¿Quién tiene la última palabra respecto a eso? ¿Quién establece las pautas? ¿¿Quién hace las normas?

Déjame que te diga algo: cada uno de ustedes es quien hace sus propias normas. Cada uno de ustedes establece las pautas. Y cada uno de ustedes decide si lo que ha hecho es bueno, si lo que hace es bueno; ya que cada uno de ustedes es el único que ha decidido Quién y Qué Es Realmente, y Quién Quiere Ser. Y cada uno de ustedes es el único que puede establecer si lo que hace es bueno.

Ningún otro los juzgará nunca, ya que ¿por qué, y cómo, podría Dios juzgar Su propia creación y decir que es mala? Si Yo quisiera que fueran perfectos y obraran siempre de manera perfecta, los habría dejado en el estado de total perfección del que proceden. El fin último del proceso era que se descubrieran a ustedes mismos, que se crearan a Ustedes mismos, tal como realmente son, y como realmente desean ser. Pero no podían serlo a menos que tuvieran también la posibilidad de
ser otra cosa distinta. ¿Debo, entonces, castigarlos por realizar una elección que Yo Mismo he puesto ha su alcance? Y si Yo no quisiera que dispusieran de esa segunda posibilidad, ¿para qué habría de crear otra que no fuera la primera? Esta es la pregunta que deben hacerse antes de atribuirme el papel de un Dios que condena.

La respuesta directa a tu pregunta es que sí: puedes hacer lo que quieras sin temor al castigo. Sin embargo, puede resultarte útil ser consciente de las consecuencias. Las consecuencias son los resultados naturales. No tienen nada que ver con los castigos. Son simplemente resultados: lo que resulta de la aplicación natural de las leyes naturales; lo que ocurre - de manera totalmente predecible - como consecuencia de lo que ha ocurrido. Toda la vida física funciona según las leyes naturales. Cuando recuerden estas leyes, y las apliquen, lograran dominar la vida a nivel físico. Lo que a ustedes les parece un castigo - o aquello a lo que llamarían el mal, o la mala fortuna -, no es sino una ley natural manifestándose por sí misma.

Entonces si conociera estas leyes, y las obedeciera, nunca más volvería a tener un momento de turbación. ¿Es eso lo que me estas diciendo?

Nunca te experimentarías a Ti mismo en un estado de eso que llamas <>. No considerarías ninguna situación de la vida como un problema. No afrontarías ninguna situación con inquietud. Pondrías fin a cualquier clase de preocupación, duda o temor. Vivirías tal como imaginan que vivían Adán y Eva: no como espíritus desencarnados en el reino de lo absoluto, sino como espíritus encarnados en el reino de lo relativo. Pero gozarían de toda la libertad, de toda la alegría, de toda la paz y de toda la sabiduría, el conocimiento y la fuerza del Espíritu que eres. Serías un ser plenamente realizado. Este es el objetivo de su alma. Este es su propósito: realizarse plenamente ella misma a través del cuerpo; llegar a ser la encarnación de todo lo que realmente es. Este es Mi plan para ustedes. Este es mi ideal: lo que Yo debo llegar a realizar por medio de ustedes. Es así, convirtiendo el concepto en experiencia, como Yo puedo conocerme a Mí mismo experimentalmente. Las leyes del Universo son leyes que Yo he establecido. Son leyes perfectas, que crean una función perfecta de lo físico. ¿Has visto alguna vez algo más perfecto que un copo de nieve? Su complejidad, su dibujo, su simetría, su identidad consigo mismo y su originalidad respecto a todos los demás: todo es un misterio. Se asombran ante el milagro de esta imponente manifestación de la naturaleza. Pero si puedo hacer esto con un simple copo de nieve, ¿qué crees que puedo hacer - que he hecho - con el universo? Aunque vieran su simetría, la perfección de su diseño - desde el cuerpo más grande a la partícula más pequeña -, no serían capaces de mantener esta verdad en su propia realidad. Ni siquiera ahora, que empiezan a vislumbrar algo de él, pueden imaginar o entender sus interrelaciones. Pero pueden saber que existen dichas interrelaciones: mucho más complejas y mucho más extraordinarias de lo que su comprensión actual puede abarcar. Su Shakespeare lo expresó maravillosamente: <<¡Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de las que ha soñado tu filosofía!>>

¿Cómo puedo, entonces, conocer esas leyes? ¿Cómo puedo aprenderlas?

No se trata de aprender, sino de recordar.

¿Cómo puedo recordarlas?

Empieza por quedarte en silencio. Silencia el mundo exterior, de modo que puedas ver el mundo interior. Esta visión interior es lo que buscas, pero no podrás acceder a ella mientras estés tan profundamente preocupado por tu realidad externa. Trata, pues, de mirar hacia dentro lo máximo que puedas. Cuando no miras hacia adentro, es que miras hacia fuera en la medida en que te ocupas del mundo exterior. Recuerda este axioma:

Si no miras hacia dentro, es que miras hacia fuera.

Ponlo en primera persona cuando te lo repitas a ti mismo, para hacerlo más personal:

Si no

Miro hacia adentro

Es que

Miro hacia fuera.

Has estado mirando hacia fuera durante toda tu vida. Pero no tienes, ni tuviste nunca, por qué hacerlo. No hay nada que no puedas ser, nada que no puedas hacer. No hay nada que no puedas tener.

Eso suena como prometer la luna.

¿Y qué otra clase de promesa podría hacer Dios? ¿Me creerías si te prometiera menos? Durante miles de años, la gente se ha mostrado incrédula ante las promesas de Dios por la más extraordinaria de las razones: eran demasiado buenas para ser verdad. Así han elegido una promesa menor, un amor menor; ya que la más alta promesa de Dios proviene del más alto amor. Sin embargo, no pueden concebir un amor perfecto, y, en consecuencia, una promesa perfecta resulta asimismo inconcebible. Como una persona perfecta. Así, no pueden creer ni siquiera en Ustedes mismos. No creer en alguna de estas cosas significa no creer en Dios; ya que la creencia en Dios genera la creencia en el mayor don de Dios - el amor incondicional - y en la mayor promesa de Dios - un potencial ilimitado -.

¿Puedo interrumpirte un momento? Lamento interrumpir a Dios en medio del discurso... pero ya he oído hablar antes del potencial ilimitado, y éste no cuadra con la experiencia humana. ¿olvidas las dificultades con las que se encuentra el hombre común? ¿Y qué decir de los que nacen con limitaciones físicas o mentales? ¿Es ilimitado su potencial?

Lo han escrito en sus propias Escrituras; de muchas maneras y en muchos lugares.

Dame una referencia.

Mira lo que han escrito en el Génesis, capítulo 11, versículo 6, de su Biblia.
Dice: <<... y dijo Yahveh: "He aquí que todos son un solo pueblo con un mismo lenguaje, y este es el comienzo de su obra. Ahora nada de cuanto se propongan les será imposible...">>. Sí. ¿Lo crees?

Eso no responde a la pregunta sobre los débiles, los enfermos, los discapacitados; sobre aquellos
que se ven limitados.


¿Piensas que no se ven limitados, como tu dices, por su propia elección? ¿Imaginas que el alma humana se encuentra con las pruebas que le plantea la vida - cualesquiera que éstas sean - por accidente? ¿Es eso lo que crees?

¿Quieres decir que el alma elige por adelantado qué clase de vida experimentará?

No; eso frustraría el propósito del encuentro. El propósito es crear su experiencia - y, por lo tanto,
crearse a Ustedes mismos - en el glorioso momento del Ahora. En consecuencia, no eligen la vida
que experimentaran por adelantado. Pueden, no obstante, seleccionar las personas, lugares y acontecimientos - las condiciones y circunstancias, los desafíos y obstáculos, las oportunidades y opciones - con las que crear su experiencia. Pueden seleccionar los colores de su paleta, las herramientas de su caja, la maquinaria de su taller. Lo que crean con ello es asunto suyo. Es el asunto de la vida.

Su potencial es ilimitado en todo lo que han elegido hacer. No supongas que un alma que se ha encarnado en un cuerpo al que llaman limitado no ha alcanzado su pleno potencial, ya que no
sabes qué es lo que esa alma está intentando hacer. No conoces su proyecto. No estás seguro de
cual es su intención. Bendice, pues, a toda persona y condición, y da gracias. De este modo afirmarás la perfección de la creación de Dios, y mostrarás tu fe en ella, puesto que en el mundo de Dios nada ocurre por accidente y no existe nada parecido a la casualidad. Ni tampoco el mundo está a merced de los avatares del azar, o de eso que llaman destino. Si un copo de nieve es tan sumamente perfecto en su diseño, ¿no crees que pueda decirse lo mismo de algo tan magnífico como su vida?
Pero el propio Jesús curaba a los enfermos. ¿Por qué habría de curarles si su condición era tan
<>?

Jesús no curaba a quienes curaba porque viera que su condición fuera imperfecta. Los curaba porque veía que sus almas pedían la curación como una parte de su proceso. Veía la perfección del proceso. Reconocía y entendía la intención del alma. Si Jesús hubiera pensado que toda enfermedad, mental o física, constituía una imperfección, ¿no habría curado simplemente, y de una vez por todas, a todos los habitantes del planeta? ¿Acaso dudas de que pudiera hacerlo?

No. Creo que podía hacerlo.

Bien. Entonces la mente quiere saber: ¿por qué no lo hizo?, ¿Por qué Cristo habría de decidir que unos sufrieran y otros se curaran? Y, en el mismo sentido, ¿por qué Dios permite cualquier sufrimiento en cualquier momento? Esta pregunta ya se ha planteado antes, y la respuesta sigue siendo la misma. La perfección esta en el proceso, y toda vida surge de una decisión. No resulta apropiado interferir en tal decisión, ni cuestionarla. Y resulta particularmente inapropiado condenarla.

Lo que sí resulta apropiado es observarla, y hacer todo lo posible para ayudar a esa alma a buscar y realizar su más alta decisión. Estáte atento, pues, a las decisiones de los demás, pero no seas crítico con ellas. Debes saber que sus decisiones son perfectas para ellos en ese momento, pero estar dispuesto a ayudarles si llegara el momento en el que buscaran una decisión nueva y diferente, una decisión más alta.

Entra en comunión con las almas de los demás, y su propósito, su intención, resultarán claros para ti. Esto es lo que hizo Jesús con aquellos a los que curó, y con todos aquellos con quienes compartió su vida. Jesús curó a todos los que acudieron a él o enviaron a otros para suplicarle en su nombre. No realizó las curaciones al azar. Hacerlo así habría significado violar una Ley del Universo sagrada: Deja que cada alma siga su camino.

¿Significa eso que no debemos ayudar a nadie si no nos lo pide? Supongo que no, pues en ese
caso nunca podríamos ayudar a los niños que mueren de hambre en la India, a las masas
torturadas en África, a los pobres a los oprimidos de cualquier parte. El esfuerzo humanitario
desaparecería, la caridad se prohibiría. ¿Hemos de esperar a que un individuo nos lo pida a gritos
desesperado, o a que toda una nación nos suplique ayuda, para permitirnos hacer algo que es a
todas luces correcto?

Fíjate que la pregunta se contesta sola. Si algo es a todas luces correcto, hazlo. Pero recuerda ser extremadamente crítico respecto a lo que llamas <> o <Algo resulta correcto o equivocado sólo porque dices que lo es. No es intrínsecamente correcto o equivocado.

¿No?

La cualidad de <> o <> no es una condición intrínseca, sino un juicio subjetivo es un sistema personal de valores. Mediante sus juicios subjetivos se crean a Ustedes mismos; por medio de sus valores personales determinan y demuestran Quiénes Son.

El mundo existe exactamente tal como es a fin de que puedan formular dichos juicios. Si el mundo existiera en condiciones perfectas, su proceso de Autocreación terminaría. Habría concluido. La profesión de abogado se acabaría en cuanto ya no hubiera más litigios. La profesión de medico se acabaría en cuanto ya no hubiera enfermedad. La profesión de filósofo se acabaría en cuanto ya no hubiera preguntas.

¡Y la profesión de Dios se acabaría en cuanto ya no hubiera problemas!

Exactamente. Lo has expresado a la perfección. Nosotros, ambos, habríamos terminado de crear en cuanto ya no hubiera nada que crear. Nosotros, ambos, estamos interesados en que el juego siga. Por más que digamos que queremos resolver todos los problemas, no nos atrevemos a resolver todos los problemas, pues en ese caso no nos quedaría nada que hacer. Su estructura industrial - militar lo entiende muy bien. Y por eso se opone con todas sus fuerzas a cualquier intento de instaurar un gobierno de paz perpetua en cualquier parte. También su departamento médico lo entiende. Y por eso se opone firmemente - tiene que hacerlo, por su propia supervivencia - a cualquier nuevo fármaco o cura milagrosos; por no hablar de la posibilidad de los propios milagros. Su comunidad religiosa también lo tiene claro. Y por eso ataca constantemente cualquier definición de Dios que no incluya el temor, el juicio y el premio o el castigo, así como cualquier definición de Uno mismo que no incluya su propia idea del único camino hacia Dios. Si Yo les digo que ustedes son Dios, ¿dónde queda la religión? Si Yo les digo que están curados, ¿dónde quedan la ciencia y la medicina? Si Yo les digo que pueden vivir en paz, ¿dónde quedan los pacificadores? Si Yo les digo que el mundo está <>, ¿dónde queda el mundo? ¿Y que sería de los fontaneros? El mundo se compone esencialmente de dos tipos de personas: quienes te dan lo que quieres, y quienes reparan las cosas. En cierto sentido, incluso aquellos que simplemente te dan lo que quieres - los carniceros, los panaderos, los cereros - son también <>, puesto que desear algo a menudo equivale a necesitarlo. Y satisfacer esa necesidad constituye una <>.

¿Estas diciendo que el mundo tendrá siempre problemas? ¿Estas diciendo que realmente quieres
que sea así?