viernes, 16 de septiembre de 2016

CONVERSACIONES CON DIOS ( III )


En el ámbito de las relaciones ordinarias, no puede existir nada conceptualizado sin que exista la
conceptualización de su contrario. La mayor parte de su experiencia cotidiana se basa en esta realidad. En el ámbito de las relaciones sublimes nada de lo que existe tiene su contrario. Todo Es Uno, y todo progresa de lo uno a lo otro en un círculo infinito.

El tiempo es como el ámbito de lo sublime; en él, lo que llaman pasado, presente y futuro existe de modo inter-relacional. Es decir, no hay contrarios, sino más bien partes del mismo todo; progresiones de la misma idea; ciclos de la misma energía; aspectos de la misma Verdad inmutable. Si, a partir de aquí, llegas a la conclusión de que el pasado, el presente y el futuro existen al mismo <>, estarás en lo cierto. (Sin embargo, no es este el momento de tratar de esto. Nos ocuparemos de ello con mucho más detalle cuando exploremos plenamente el
concepto de tiempo, lo que haremos más tarde.)

El mundo es tal como es porque no podría ser de ninguna otra manera y seguir existiendo en la esfera ordinaria de lo físico. Los terremotos y los huracanes, las inundaciones y los tornados, y todos los acontecimientos que llaman desastres naturales no son sino movimientos de los elementos de una polaridad a la otra. El ciclo nacimiento - muerte forma también parte de este movimiento. Estos son los ritmos de la vida, y en la realidad ordinaria todo está sujeto a ellos, puesto que la propia vida es un ritmo. Es una onda, una vibración, una pulsación del mismo corazón de Todo Lo Que Es.

El malestar y la enfermedad son los contrarios de la salud y el bienestar, y se manifiestan en su realidad a petición suya. No pueden caer enfermos si, a un determinado nivel, no lo provocan ustedes mismos, y pueden estar bien de nuevo en un cierto momento simplemente decidiendo estarlo. Los estados de profunda frustración personal son respuestas que han elegido, y las calamidades mundiales son el resultado de la conciencia mundial.

Tu pregunta implica que yo decido tales acontecimientos, que ocurrirían por Mí voluntad y Mí deseo. Pero Yo no provoco estas cosas; simplemente los observo a ustedes hacerlo. Y no hago
nada para detenerlas, porque obrar así sería coartar su voluntad. Además, ello los privaría de la experiencia de Dios, que es la experiencia que ustedes y Yo hemos elegido juntos.

No condenes, pues, todo aquello que llamarías malo en el mundo. En lugar de ello, pregúntate qué es lo que consideras malo y, en su caso, qué puedes hacer para cambiarlo. Investiga en ello, preguntándote: <<¿Qué parte de mí mismo quiero experimentar ahora en esta calamidad? ¿Qué aspecto del ser decido que surja a partir de ahora?>>. Y ello, porque todo lo viven existe como una herramienta de su propia creación, y todos sus acontecimientos se presentan simplemente como oportunidades para que decidan, y sean, Quienes Son.

Esto es así para cualquier alma; no son, por tanto, víctimas en el universo, sino únicamente creadores. Todos los Maestros que han caminado por este planeta lo han sabido. Y ello porque, no importa que Maestro se mencione, ninguno se veía así mismo como víctima; aunque muchos fueron realmente crucificados. Cada alma es un Maestro, aunque algunas no recuerden sus orígenes o su herencia. Cada uno crea, en cada momento, la situación y circunstancias apropiadas para su objetivo más elevado y su proceso de recuerdo más rápido.

No juzgues, pues, el camino kármico que recorre otra persona. No envidies su éxito, no compadezcas su fracaso, puesto que no sabes qué es éxito y que fracaso en los cálculos del alma. No llames a algo calamidad, ni feliz acontecimiento, hasta que decidas, o compruebes, como es utilizado; ya que ¿es una calamidad la muerte de uno si con ello salva las vidas de miles? ¿Y es
una vida un feliz acontecimiento cuando ésta sólo ha provocado dolor? Sin embargo, aunque no juzgues, mantén siempre tu propio criterio, y deja que los demás sigan el suyo. Esto no significa que debas ignorar una petición de ayuda, ni la tendencia de tu alma a procurar cambiar una circunstancia o condición determinada. Significa que has de evitar las etiquetas y los juicios hagas lo que hagas. Para cada circunstancia hay un don, y en cada experiencia se oculta un tesoro.

Había una vez un alma que sabía que ella era la luz. Era un alma nueva, y, por lo tanto, ansiosa por experimentar. <> Pero todo lo que supiera al respecto y todo lo que dijera al respecto no podían sustituir a la experiencia. Y en la esfera de la que surgió esta alma no había sino la luz. Todas las almas eran grandiosas, todas las almas eran magníficas, y
todas las almas brillaban con el brillo imponente de Mi propia luz. Así, la pequeña alma en cuestión era como una vela en el sol. En medio de la más grandiosa luz - de la que formaba parte -, no podía verse a sí misma, ni experimentarse a sí misma como Quien y Lo Que Realmente Era. Sucedía que esta alma anhelaba una y otra vez conocerse a sí misma. Y tan grande era su anhelo, que un día le dije:

- ¿Sabes, pequeña, qué deberías hacer para satisfacer este anhelo tuyo?

- ¿Qué Dios Mío? ¡Quiero hacer algo! - me dijo la pequeña alma.

- Debes separarte del resto de nosotros - respondí -, y luego debes surgir por ti misma de la
oscuridad.

- ¿Qué es la oscuridad, oh, Santo? - pregunto la pequeña alma.

- Lo que tu no eres - le respondí, y el alma lo entendió.

Y eso hizo el alma, apartándose del Todo, e incluso yendo hacia otra esfera. En esta esfera el alma tenía la facultad de incorporar a su experiencia todo género de oscuridad. Y así lo hizo. Pero en medio de toda aquella oscuridad, gritó:

- ¡Padre, Padre! ¿Por qué me has abandonado?

- Igual que ustedes en sus momentos más negros. Pero Yo nunca los he abandonado, sino que
estoy siempre a su disposición, dispuesto a recordarles Quienes Son Realmente; dispuesto, siempre dispuesto, a recibirlos en casa. Así pues, sé la luz en la oscuridad, y no la maldigas. Y no olvides Quién Eres mientras dura tu rodeo por el camino de lo que no eres. Pero alaba la creación, aunque trates de cambiarla. Y sabe que lo que hagas en los momentos de más dura prueba puede ser tu mayor triunfo, ya que la experiencia que creas es una afirmación de Quién Eres, y de Quién Quieres Ser.

Te he explicado esta historia - la parábola de la pequeña alma y el sol - a fin de que puedas entender mejor porqué el mundo es como es, y cómo puede cambiar en un instante en el momento en que cada uno recuerde la divina verdad de su más alta realidad. Ahora bien, hay quienes dicen que la vida es una escuela, y que todo lo que uno observa y experimenta en su vida es para que aprenda. Ya he hablado de ello antes; pero nuevamente digo:

No han venido a esta vida a aprender nada; sólo tienen que manifestar lo que ya saben. Al manifestarlo, lo realizaran y se crearan a ustedes mismos de nuevo, a través de su experiencia. Así pues, justifiquen la vida y dótenla de objetivo. Háganla sagrada.

¿Estas diciendo que todo lo malo que nos sucede lo hemos elegido nosotros? ¿Significa eso que incluso las calamidades y los desastres son, a un cierto nivel, creados por nosotros a fin de que podamos <>? Y, si es así, ¿no hay una manera menos dolorosa - menos dolorosa para nosotros mismos y para los demás - de crearnos las oportunidades de experimentarnos a nosotros mismos?

Me haces varias preguntas, y todas interesantes. Vamos a verlas una por una. 

No, no todo lo que les ocurre y que llaman malo sucede por su propia elección. No en el sentido consciente al que tú aludes. Pero todo ello es su creación. Están siempre en proceso de creación. En cada momento. En cada minuto. Cada día. Más tarde nos ocuparemos de cómo pueden crear. Por ahora, simplemente cree lo que te digo: son una gran máquina de creación, y están produciendo cada nueva manifestación literalmente a la misma velocidad con la que piensan.

Eventos, sucesos, acontecimientos, condiciones, circunstancias: todo ello son creaciones de la conciencia. La conciencia individual es bastante poderosa. Puedes imaginar qué género de energía creadora se desata cada vez que dos o más se reúnen en Mi nombre. ¿Y la conciencia colectiva? ¡Esta es tan poderosa que puede crear acontecimientos y circunstancias de importancia mundial y consecuencias planetarias! No sería correcto decir - al menos no en el sentido que tú le das - que eligen dichas consecuencias. No las eligen más de lo que pueda elegirlo Yo. Como yo, las observan. Y deciden Quienes Son en función de ellas.

Sin embargo, no hay víctimas en el mundo; ni malvados. Ni tampoco son víctimas de las decisiones de los demás. En un determinado nivel, han creado todo aquello que dicen que aborrecen; y, al haberlo creado, lo han elegido. Se trata de un nivel avanzado de pensamiento; un nivel al que, antes o después, acceden todos los Maestros, ya que sólo cuando son capaces de aceptar la responsabilidad de todo pueden adquirir la capacidad de cambiar una parte.

En la medida en que alberguen la noción de que hay algo o alguien ajeno que <> a ustedes, perderán la capacidad de actuar por ustedes mismos. Sólo cuando digan <esto>> podrán hallar la fuerza necesaria para cambiarlo. Es mucho más fácil cambiar lo que se hace uno mismo que cambiar lo que hace otro.

El primer paso a la hora de cambiar algo es saber y aceptar que han elegido que eso sea lo que es. Si no pueden aceptar esto a un nivel personal, acéptenlo mediante la interpretación de que Nosotros somos Uno. Traten, pues, de crear un cambio no porque algo sea malo, sino porque ha dejado de constituir una adecuada afirmación de Quienes Son.

Sólo hay una razón para hacer algo; que eso sea una afirmación ante el universo de Quiénes Son. Tomada en este sentido, la vida se convierte en auto-creadora. Utilizan la vida para crearse a ustedes mismos como siendo Quienes Son, y Quienes Siempre Han Querido Ser. Hay también una sola razón para dejar de hacer algo: que eso haya dejado de ser una afirmación de Quienes Quieren Ser; que ya no sea su reflejo, que ya no los represente (es decir, que ya no les represente...).
Si quieren ser adecuadamente re-presentados, deben procurar cambiar cualquier aspecto de su vida que no encaje en el retrato de ustedes mismos que desean proyectar en la eternidad. En el más amplio sentido, todo lo <> que sucede es por su elección. El error no esta en elegirlo, sino en calificarlo de <>. Al calificarlo así, se califican de malos a ustedes mismos, ya que se trata de una creación suya.

No pueden aceptar esta etiqueta, no tanto porque se califiquen de malos como porque niegan sus propias creaciones. Esta es la falta de honradez intelectual y espiritual que les permite aceptar un mundo cuyas condiciones son como son. Si aceptaran - e incluso percibieran, con un profundo
sentimiento interior - su responsabilidad personal respecto al mundo, éste sería un lugar muy diferente. Esto, desde luego, sería así si todo el mundo se sintiera responsable. Que eso sea tan manifiestamente obvio es lo que lo hace tan absolutamente penoso, y tan patéticamente irónico.

Las calamidades y desastres naturales del mundo - sus tornados y huracanes, sus volcanes e inundaciones; sus desórdenes físicos - no son específicamente una creación suya. Pero sí lo es el grado en que dichos sucesos afectan a su vida. Ocurren acontecimientos en el universo que ni siquiera con un esfuerzo de imaginación se podría afirmar que son instigados o creados por uno. Dichos eventos los crea la consciencia combinada del hombre. Todo el mundo, co-creando conjuntamente, produce dichas experiencias. Lo que hace cada uno de nosotros, individualmente, es moverse a través de dichas experiencias, decidiendo qué significado tienen para él - si tienen alguno -; decidiendo Quienes y Que son en relación con ellas. Así, crean colectiva e individualmente la vida y los momentos que experimentan, para el propósito del alma de evolucionar.

Me has preguntado sino hay una manera menos dolorosa de pasar por este proceso, y la respuesta es que sí; pero nada en tu experiencia externa habrá cambiado. La manera de reducir el dolor que asocias con las experiencias y acontecimientos de la tierra - tanto tuyos como de los demás - es cambiar el modo de percibirlos.

No puedes cambiar el acontecimiento externo (puesto que ha sido creado por muchos de ustedes,
y sus conciencias no se han desarrollado lo bastante como para alterar individualmente lo que ha
sido creado colectivamente), de modo que debes cambiar la experiencia interna. Esta es la llave maestra de la vida. Nada es doloroso en y por sí mismo. El dolor es el resultado de un pensamiento equivocado. Es unnerror en el pensar. Un Maestro puede hacer desaparecer el mayor dolor; de este modo, el Maestro sana. El dolor resulta de un juicio que te has formado sobre algo. Elimina el juicio, y el dolor desaparecerá.
A menudo, el juicio se basa en la experiencia previa. Su idea sobre algo se deriva de una idea anterior sobre aquello. A su vez, su idea anterior resulta de otra aún anterior a ella, u ésta de otra, y así sucesivamente; hasta llegar, recorriendo todo el camino hacia atrás - como en la sala de los espejos -, a lo que Yo llamo el primer pensamiento.
Todo pensamiento es creador, y ningún pensamiento es más poderoso que el pensamiento original. He ahí por que a veces se le llama también pecado original. El pecado original consiste en que su primer pensamiento sobre algo sea un error. Este error se mezcla muchas veces con un segundo o tercer pensamiento. La tarea del Espíritu Santo consiste en inspirarles nuevos conocimientos que puedan liberarlos de sus errores. 

¿Estas diciendo que no debo sentirme mal al pensar en los niños que mueren de hambre en África, la violencia y la injusticia en América, o el terremoto que mata a centenares de personas en Brasil?

En el mundo de Dios no existen los <> ni los <>. Haz lo que quieras hacer. Haz aquello que constituya tu reflejo, aquello que te represente como una versión más magnífica de Ti mismo. Si quieres sentirte mal, siéntete mal. Pero no juzgues, ni condenes, puesto que no sabes por qué ocurren las cosas, ni con qué fin. Y recuerda esto: aquello que condenes te condenará, y un día serás aquello que juzgas.
Trata, más bien, de cambiar - o ayudar a quienes lo están cambiando - aquello que ha dejado de reflejar su más alto sentido de Quienes Son. No obstante, bendícelo todo, pues todo es creación de Dios, a través de la vida, que constituye la más alta creación.

¿Podríamos detenernos aquí un instante para que pueda recobrar el aliento? ¿He oído bien?
¿Dices que en el mundo de Dios no existen los <> ni los <>?

Exacto 

¿Cómo puede ser? Si no existen en Tu mundo, ¿dónde existirían entonces?

¿Qué dónde... ?

Repito la pregunta. ¿Dónde existirían los <> y <>, si no es en Tu mundo?

En su imaginación.

Sin embargo, quienes me enseñaron todo lo que sé acerca de lo correcto y lo equivocado, lo que hay que hacer o dejar de hacer, lo que se debe o no se debe hacer, me dijeron que todas aquellas reglas se fundamentaban en Ti: en Dios.

Entonces, quienes te enseñaron estaban equivocados. Yo nunca he establecido qué es lo <>> o lo <>, que <> o qué <>. Obrar así equivaldría a despojarlos completamente de su mayor don: la posibilidad de hacer lo que les plazca, y experimentar los resultados de ello; la oportunidad de crearse a ustedes mismos de nuevo a imagen y semejanza de Quienes Realmente Son; el espacio para producir una realidad de ustedes mismos cada vez mayor, basada en su idea más magnífica de aquello de lo que son
capaces.

Afirmar que algo - un pensamiento, palabra u obra - es <> sería tanto como decirles que no lo pusieran en práctica. Decirles que no lo pusieran en práctica sería lo mismo que
prohibírselo. Prohibírselo sería tanto como limitarlos. Y limitarlos equivaldría a negar la realidad de Quienes Realmente Son, así como la posibilidad de que creen y experimenten esa verdad.

Hay quienes dicen que les he dado el libre albedrío, pero luego estos mismos afirman que, si no Me obedecen, los enviaré al infierno. ¿Qué clase de libre albedrío es ese? ¿No constituye eso una burla hacia Dios: negar todo tipo de relación auténtica entre nosotros?

Bueno, aquí entramos en otro terreno del que también quería que habláramos, y es todo ese
asunto del cielo y el infierno. Por lo que puedo deducir, no existe nada parecido al infierno.

El infierno existe pero no es como ustedes piensan, y no lo han experimentado por las razones que te he dado. ¿Qué es el infierno?

Es la experiencia del peor resultado posible de sus elecciones, decisiones y creaciones. Es la consecuencia natural de cualquier pensamiento que Me niegue, o niegue Quienes Son en relación a Mí. Es el dolor que sufren a causa de un pensamiento equivocado. Pero el término <equivocado>> tampoco es apropiado, ya que no existe nada que sea equivocado.

El infierno es lo opuesto a la alegría. Es la insatisfacción. Es saber Quienes y Que Son, y fracasar a la hora de experimentarlo. Es ser menos. Eso es el infierno, y no hay ninguno mayor para su alma.

Pero el infierno no existe como ese lugar que han imaginado, donde se queman en un fuego eterno, o como una forma de tormento perpetuo. ¿Qué podría pretender Yo con eso? Incluso si Yo sostuviera la idea, extraordinariamente malvada, de que no se <> el cielo, ¿por qué habría de tener la necesidad de buscar algún tipo de venganza, o castigo, por su falta? ¿No sería para Mí mucho más sencillo simplemente deshacerme de ustedes? ¿Qué vengativa parte de Mí necesitaría someterlos a un sufrimiento eterno de un tipo y una intensidad más allá de cualquier descripción? Si me contestas que la necesidad de justicia, ¿no sería suficientemente justo la simple negación de la comunión Conmigo en el cielo? ¿Hace falta también infligir un dolor sin fin?
Te digo que después de la muerte no hay ninguna experiencia semejante a la que han elaborado
en sus teologías, basadas en el temor.

Pero sí existe la experiencia del alma tan infeliz, tan incompleta, tan inferior al todo, tan separada de la inmensa alegría de Dios, que para su alma eso sería el infierno. Pero deja que te diga que Yo no los envío ahí, ni tampoco soy la causa de que esa experiencia los aflija. Son ustedes, ustedes mismos, quienes crean esa experiencia, cada vez y en cada ocasión que alijan su Yo de su pensamiento más alto sobre ustedes. Son ustedes, ustedes mismos, quienes crean la experiencia cada vez que rechazan a su Yo; cada vez que niegan Quienes y Que Son Realmente. Pero ni siquiera esta experiencia es eterna. No puede serlo, puesto que no forma parte de Mi plan que permanezcan separados de Mí para siempre. En realidad, una cosa así es una imposibilidad: para que algo así sucediera, no sólo ustedes habrían de negar Quienes Son; también habría de hacerlo Yo. Y eso no lo haré nunca. Y mientras uno de nosotros mantenga la verdad acerca de ustedes, dicha verdad prevalecerá finalmente.

Pero si no hay infierno, ¿significa eso que puedo hacer lo que quiera, actuar como desee, realizar cualquier acción, sin temor a un castigo?

¿Necesitas el temor para poder ser, hacer y tener aquello que es intrínsecamente justo? ¿Necesitas sentirte amenazado para ser <>? ¿Y qué es <>? ¿Quién tiene la última palabra respecto a eso? ¿Quién establece las pautas? ¿¿Quién hace las normas?

Déjame que te diga algo: cada uno de ustedes es quien hace sus propias normas. Cada uno de ustedes establece las pautas. Y cada uno de ustedes decide si lo que ha hecho es bueno, si lo que hace es bueno; ya que cada uno de ustedes es el único que ha decidido Quién y Qué Es Realmente, y Quién Quiere Ser. Y cada uno de ustedes es el único que puede establecer si lo que hace es bueno.

Ningún otro los juzgará nunca, ya que ¿por qué, y cómo, podría Dios juzgar Su propia creación y decir que es mala? Si Yo quisiera que fueran perfectos y obraran siempre de manera perfecta, los habría dejado en el estado de total perfección del que proceden. El fin último del proceso era que se descubrieran a ustedes mismos, que se crearan a Ustedes mismos, tal como realmente son, y como realmente desean ser. Pero no podían serlo a menos que tuvieran también la posibilidad de
ser otra cosa distinta. ¿Debo, entonces, castigarlos por realizar una elección que Yo Mismo he puesto ha su alcance? Y si Yo no quisiera que dispusieran de esa segunda posibilidad, ¿para qué habría de crear otra que no fuera la primera? Esta es la pregunta que deben hacerse antes de atribuirme el papel de un Dios que condena.

La respuesta directa a tu pregunta es que sí: puedes hacer lo que quieras sin temor al castigo. Sin embargo, puede resultarte útil ser consciente de las consecuencias. Las consecuencias son los resultados naturales. No tienen nada que ver con los castigos. Son simplemente resultados: lo que resulta de la aplicación natural de las leyes naturales; lo que ocurre - de manera totalmente predecible - como consecuencia de lo que ha ocurrido. Toda la vida física funciona según las leyes naturales. Cuando recuerden estas leyes, y las apliquen, lograran dominar la vida a nivel físico. Lo que a ustedes les parece un castigo - o aquello a lo que llamarían el mal, o la mala fortuna -, no es sino una ley natural manifestándose por sí misma.

Entonces si conociera estas leyes, y las obedeciera, nunca más volvería a tener un momento de turbación. ¿Es eso lo que me estas diciendo?

Nunca te experimentarías a Ti mismo en un estado de eso que llamas <>. No considerarías ninguna situación de la vida como un problema. No afrontarías ninguna situación con inquietud. Pondrías fin a cualquier clase de preocupación, duda o temor. Vivirías tal como imaginan que vivían Adán y Eva: no como espíritus desencarnados en el reino de lo absoluto, sino como espíritus encarnados en el reino de lo relativo. Pero gozarían de toda la libertad, de toda la alegría, de toda la paz y de toda la sabiduría, el conocimiento y la fuerza del Espíritu que eres. Serías un ser plenamente realizado. Este es el objetivo de su alma. Este es su propósito: realizarse plenamente ella misma a través del cuerpo; llegar a ser la encarnación de todo lo que realmente es. Este es Mi plan para ustedes. Este es mi ideal: lo que Yo debo llegar a realizar por medio de ustedes. Es así, convirtiendo el concepto en experiencia, como Yo puedo conocerme a Mí mismo experimentalmente. Las leyes del Universo son leyes que Yo he establecido. Son leyes perfectas, que crean una función perfecta de lo físico. ¿Has visto alguna vez algo más perfecto que un copo de nieve? Su complejidad, su dibujo, su simetría, su identidad consigo mismo y su originalidad respecto a todos los demás: todo es un misterio. Se asombran ante el milagro de esta imponente manifestación de la naturaleza. Pero si puedo hacer esto con un simple copo de nieve, ¿qué crees que puedo hacer - que he hecho - con el universo? Aunque vieran su simetría, la perfección de su diseño - desde el cuerpo más grande a la partícula más pequeña -, no serían capaces de mantener esta verdad en su propia realidad. Ni siquiera ahora, que empiezan a vislumbrar algo de él, pueden imaginar o entender sus interrelaciones. Pero pueden saber que existen dichas interrelaciones: mucho más complejas y mucho más extraordinarias de lo que su comprensión actual puede abarcar. Su Shakespeare lo expresó maravillosamente: <<¡Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de las que ha soñado tu filosofía!>>

¿Cómo puedo, entonces, conocer esas leyes? ¿Cómo puedo aprenderlas?

No se trata de aprender, sino de recordar.

¿Cómo puedo recordarlas?

Empieza por quedarte en silencio. Silencia el mundo exterior, de modo que puedas ver el mundo interior. Esta visión interior es lo que buscas, pero no podrás acceder a ella mientras estés tan profundamente preocupado por tu realidad externa. Trata, pues, de mirar hacia dentro lo máximo que puedas. Cuando no miras hacia adentro, es que miras hacia fuera en la medida en que te ocupas del mundo exterior. Recuerda este axioma:

Si no miras hacia dentro, es que miras hacia fuera.

Ponlo en primera persona cuando te lo repitas a ti mismo, para hacerlo más personal:

Si no

Miro hacia adentro

Es que

Miro hacia fuera.

Has estado mirando hacia fuera durante toda tu vida. Pero no tienes, ni tuviste nunca, por qué hacerlo. No hay nada que no puedas ser, nada que no puedas hacer. No hay nada que no puedas tener.

Eso suena como prometer la luna.

¿Y qué otra clase de promesa podría hacer Dios? ¿Me creerías si te prometiera menos? Durante miles de años, la gente se ha mostrado incrédula ante las promesas de Dios por la más extraordinaria de las razones: eran demasiado buenas para ser verdad. Así han elegido una promesa menor, un amor menor; ya que la más alta promesa de Dios proviene del más alto amor. Sin embargo, no pueden concebir un amor perfecto, y, en consecuencia, una promesa perfecta resulta asimismo inconcebible. Como una persona perfecta. Así, no pueden creer ni siquiera en Ustedes mismos. No creer en alguna de estas cosas significa no creer en Dios; ya que la creencia en Dios genera la creencia en el mayor don de Dios - el amor incondicional - y en la mayor promesa de Dios - un potencial ilimitado -.

¿Puedo interrumpirte un momento? Lamento interrumpir a Dios en medio del discurso... pero ya he oído hablar antes del potencial ilimitado, y éste no cuadra con la experiencia humana. ¿olvidas las dificultades con las que se encuentra el hombre común? ¿Y qué decir de los que nacen con limitaciones físicas o mentales? ¿Es ilimitado su potencial?

Lo han escrito en sus propias Escrituras; de muchas maneras y en muchos lugares.

Dame una referencia.

Mira lo que han escrito en el Génesis, capítulo 11, versículo 6, de su Biblia.
Dice: <<... y dijo Yahveh: "He aquí que todos son un solo pueblo con un mismo lenguaje, y este es el comienzo de su obra. Ahora nada de cuanto se propongan les será imposible...">>. Sí. ¿Lo crees?

Eso no responde a la pregunta sobre los débiles, los enfermos, los discapacitados; sobre aquellos
que se ven limitados.


¿Piensas que no se ven limitados, como tu dices, por su propia elección? ¿Imaginas que el alma humana se encuentra con las pruebas que le plantea la vida - cualesquiera que éstas sean - por accidente? ¿Es eso lo que crees?

¿Quieres decir que el alma elige por adelantado qué clase de vida experimentará?

No; eso frustraría el propósito del encuentro. El propósito es crear su experiencia - y, por lo tanto,
crearse a Ustedes mismos - en el glorioso momento del Ahora. En consecuencia, no eligen la vida
que experimentaran por adelantado. Pueden, no obstante, seleccionar las personas, lugares y acontecimientos - las condiciones y circunstancias, los desafíos y obstáculos, las oportunidades y opciones - con las que crear su experiencia. Pueden seleccionar los colores de su paleta, las herramientas de su caja, la maquinaria de su taller. Lo que crean con ello es asunto suyo. Es el asunto de la vida.

Su potencial es ilimitado en todo lo que han elegido hacer. No supongas que un alma que se ha encarnado en un cuerpo al que llaman limitado no ha alcanzado su pleno potencial, ya que no
sabes qué es lo que esa alma está intentando hacer. No conoces su proyecto. No estás seguro de
cual es su intención. Bendice, pues, a toda persona y condición, y da gracias. De este modo afirmarás la perfección de la creación de Dios, y mostrarás tu fe en ella, puesto que en el mundo de Dios nada ocurre por accidente y no existe nada parecido a la casualidad. Ni tampoco el mundo está a merced de los avatares del azar, o de eso que llaman destino. Si un copo de nieve es tan sumamente perfecto en su diseño, ¿no crees que pueda decirse lo mismo de algo tan magnífico como su vida?
Pero el propio Jesús curaba a los enfermos. ¿Por qué habría de curarles si su condición era tan
<>?

Jesús no curaba a quienes curaba porque viera que su condición fuera imperfecta. Los curaba porque veía que sus almas pedían la curación como una parte de su proceso. Veía la perfección del proceso. Reconocía y entendía la intención del alma. Si Jesús hubiera pensado que toda enfermedad, mental o física, constituía una imperfección, ¿no habría curado simplemente, y de una vez por todas, a todos los habitantes del planeta? ¿Acaso dudas de que pudiera hacerlo?

No. Creo que podía hacerlo.

Bien. Entonces la mente quiere saber: ¿por qué no lo hizo?, ¿Por qué Cristo habría de decidir que unos sufrieran y otros se curaran? Y, en el mismo sentido, ¿por qué Dios permite cualquier sufrimiento en cualquier momento? Esta pregunta ya se ha planteado antes, y la respuesta sigue siendo la misma. La perfección esta en el proceso, y toda vida surge de una decisión. No resulta apropiado interferir en tal decisión, ni cuestionarla. Y resulta particularmente inapropiado condenarla.

Lo que sí resulta apropiado es observarla, y hacer todo lo posible para ayudar a esa alma a buscar y realizar su más alta decisión. Estáte atento, pues, a las decisiones de los demás, pero no seas crítico con ellas. Debes saber que sus decisiones son perfectas para ellos en ese momento, pero estar dispuesto a ayudarles si llegara el momento en el que buscaran una decisión nueva y diferente, una decisión más alta.

Entra en comunión con las almas de los demás, y su propósito, su intención, resultarán claros para ti. Esto es lo que hizo Jesús con aquellos a los que curó, y con todos aquellos con quienes compartió su vida. Jesús curó a todos los que acudieron a él o enviaron a otros para suplicarle en su nombre. No realizó las curaciones al azar. Hacerlo así habría significado violar una Ley del Universo sagrada: Deja que cada alma siga su camino.

¿Significa eso que no debemos ayudar a nadie si no nos lo pide? Supongo que no, pues en ese
caso nunca podríamos ayudar a los niños que mueren de hambre en la India, a las masas
torturadas en África, a los pobres a los oprimidos de cualquier parte. El esfuerzo humanitario
desaparecería, la caridad se prohibiría. ¿Hemos de esperar a que un individuo nos lo pida a gritos
desesperado, o a que toda una nación nos suplique ayuda, para permitirnos hacer algo que es a
todas luces correcto?

Fíjate que la pregunta se contesta sola. Si algo es a todas luces correcto, hazlo. Pero recuerda ser extremadamente crítico respecto a lo que llamas <> o <Algo resulta correcto o equivocado sólo porque dices que lo es. No es intrínsecamente correcto o equivocado.

¿No?

La cualidad de <> o <> no es una condición intrínseca, sino un juicio subjetivo es un sistema personal de valores. Mediante sus juicios subjetivos se crean a Ustedes mismos; por medio de sus valores personales determinan y demuestran Quiénes Son.

El mundo existe exactamente tal como es a fin de que puedan formular dichos juicios. Si el mundo existiera en condiciones perfectas, su proceso de Autocreación terminaría. Habría concluido. La profesión de abogado se acabaría en cuanto ya no hubiera más litigios. La profesión de medico se acabaría en cuanto ya no hubiera enfermedad. La profesión de filósofo se acabaría en cuanto ya no hubiera preguntas.

¡Y la profesión de Dios se acabaría en cuanto ya no hubiera problemas!

Exactamente. Lo has expresado a la perfección. Nosotros, ambos, habríamos terminado de crear en cuanto ya no hubiera nada que crear. Nosotros, ambos, estamos interesados en que el juego siga. Por más que digamos que queremos resolver todos los problemas, no nos atrevemos a resolver todos los problemas, pues en ese caso no nos quedaría nada que hacer. Su estructura industrial - militar lo entiende muy bien. Y por eso se opone con todas sus fuerzas a cualquier intento de instaurar un gobierno de paz perpetua en cualquier parte. También su departamento médico lo entiende. Y por eso se opone firmemente - tiene que hacerlo, por su propia supervivencia - a cualquier nuevo fármaco o cura milagrosos; por no hablar de la posibilidad de los propios milagros. Su comunidad religiosa también lo tiene claro. Y por eso ataca constantemente cualquier definición de Dios que no incluya el temor, el juicio y el premio o el castigo, así como cualquier definición de Uno mismo que no incluya su propia idea del único camino hacia Dios. Si Yo les digo que ustedes son Dios, ¿dónde queda la religión? Si Yo les digo que están curados, ¿dónde quedan la ciencia y la medicina? Si Yo les digo que pueden vivir en paz, ¿dónde quedan los pacificadores? Si Yo les digo que el mundo está <>, ¿dónde queda el mundo? ¿Y que sería de los fontaneros? El mundo se compone esencialmente de dos tipos de personas: quienes te dan lo que quieres, y quienes reparan las cosas. En cierto sentido, incluso aquellos que simplemente te dan lo que quieres - los carniceros, los panaderos, los cereros - son también <>, puesto que desear algo a menudo equivale a necesitarlo. Y satisfacer esa necesidad constituye una <>.

¿Estas diciendo que el mundo tendrá siempre problemas? ¿Estas diciendo que realmente quieres
que sea así?

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