jueves, 15 de septiembre de 2016

LA LUCHA DEL BIEN CONTRA EL MAL (DÍA 29)

Vigesimonoveno Día

Para comprender ahora el por qué del Culto a Proserpina en Rus Baal, hay que adelantarse bastante en el tiempo histórico, y llegar hasta una Epoca en la que los Sacerdotes del Pacto Cultural habían conseguido confundir profundamente las características individuales de Deméter Ama y de Perséfone- Frya, a las que se nombraba simplemente como “las Diosas”. El propósito de los Sacerdotes era sustituir a las Diosas Hiperbóreas Atlantes por la imagen de la Gran Madre Binah, uno de los Aspectos de YHVH, el Creador Uno. Es aquí donde debe situarse el origen del Mito de Adonis, Nombre griego de Adonai el Señor YHVH. Según el Mito griego, la madre fue Mirra, a la que los Dioses convirtieron en Arbol cuando estaba encinta de Adonis; Mirra, el mismo vegetal que uno de los Reyes Magos de Oriente, enviados de la Fraternidad Blanca, ofrenda al niño Jesús. A los diez meses, el Arbol de Mirra da a Luz y nace Adonis, un niño que representa la belleza, lo que no es más que un modo simbólico de decir que Tiphereth, la Belleza en el Corazón de YHVH, uno de sus Diez Aspectos, nace del Arbol Granado. Sigue el Mito afirmando que Afrodita, la Diosa del Fuego del Amor, es decir, el Arquetipo del Fuego Caliente en el Corazón, se enamora del niño y lo confía para su cuidado a Perséfone- Proserpina. Ya tenemos presente, pues, a la Gran Madre Binah, el Aspecto “Inteligencia” de YHVH. Las dos Diosas, Afrodita y Perséfone, terminan rivalizando por conquistar el amor de Adonis-Adonai, lo que significa que en el animal hombre u hombre común, imagen de Adán, es normal que entren en conflicto el Fuego Caliente en el Corazón, Tipheret, y la Inteligencia que infunde Binah en el Cerebro. Esta ambivalencia se ve en la irresolución del Mito: Adonis- Adonai debe contentarse con permanecer alternativamente con cada una de las Diosas, aunque la preeminencia que los Sacerdotes conceden al Corazón como asiento del Alma, quiso que el Bello Dios “pasase más tiempo con Afrodita que con Perséfone”. Al corazón está ligado el símbolo de la rosa, y es así que la muerte de Adonis-Adonai trae al mundo las rosas rojas, nacidas de las gotas de sangre de su herida: es Artemisa, la Diosa Osa, quien causa que un jabalí hiera mortalmente al Dios. La oposición entre el Jabalí, una de las Manifestaciones de Vishnú, y la Osa, es tema clásico de la Sabiduría Hiperbórea. Sólo diré aquí que el Jabalí está relacionado al Misterio de los Golen, como se vio durante el asesinato de las Vrayas de Tharsis, y que el Mito indica alegóricamente un Grado alcanzado por Ellos, un nivel jerárquico que les permitirá llevar adelante el estandarte de Israel cuando el propio Pueblo Elegido se vea imposibilitado de hacerlo, cuando Adonis-Adonai se desangre momentáneamente en el Pardes Rimmonim para crear las rosas que florecerán durante la Sinarquía Universal.

En Frigia, los Golen oficiaron como Sacerdotes de Cibeles y adoptaron la práctica de la Sodomía ritual, vicio que aún subsiste en los grados altos de la Masonería por Ellos creada. El Mito frigio de Adonis-Adonai era el de Atis, en cuyo Culto los Golen desarrollarían un papel protagónico fundamental. Allí a la Gran Madre Binah se la llamaba Cibeles, Diosa que propiciaba escandalosas orgías y exigía que sus “Sacerdotes del Perro” fuesen eunucos: en el curso del Culto era común que, llevados por el frenesí orgiástico, muchos participantes se castrasen voluntariamente, como el Arquetipo Atis, pasando a integrar luego, si sobrevivían a la mutilación, la corte de sodomitas que adoraban y servían a la Diosa.

De acuerdo con la leyenda frigia, Cibeles era adorada como Piedra de Fuego; deseoso de copular con Ella, Zeus-Hokhmah deposita sobre la Piedra su semen, acto que deja encinta a la Diosa. Nace así Agdistis, un ser hermafrodita a quien Dionisio-Jehová embriaga y castra, con el fin de individualizar su sexo. De la herida de Agdistis brota abundante sangre, la que se transforma en el Arbol Granado, razón por la cual a Atis, así como a Adonis, se lo llamaba Rimmón, Granado. 

Empero, el falo mutilado de Agdistis, arrojado en la Tierra, se transforma a su vez en el Arbol Almendro, un miembro de la familia de las rosas. Una granada, fruto del Granado de Agdistis, deja encinta a Nana, hija del Dios Río Sangario. De ese embarazo nace Atis, un Bello Dios semejante a Adonis; y como por Adonis, por Atis también lucharán la Gran Madre Binah y la Diosa del Fuego Caliente en el Corazón, Thifereth: Agdistis, ahora convertido en mujer, se enamora de Atis al igual que Cibeles, con quien debe disputar los favores del Bello Dios. Evidentemente, Atis es un Adonis frigio, un representante de la Belleza de YHVH en el Corazón, pretendido a la vez por la Gran Madre Binah-Cibeles y por Tipheret Agdistis-Afrodita.

Pero el Mito frigio contiene más detalles. Atis, enloquecido por Agdistis, se castra y muere, a raíz de la mutilación, durante el Culto de Cibeles. La Diosa lo sepulta y planta sobre su tumba un Arbol Almendro. Atis fue, pues, un eunuco y un sodomita, signado por los símbolos del Granado y el Almendro, lo que prueba claramente que el origen del Mito es hebreo. Recuerde, Dr. Siegnagel, por otra parte, que los Jacobinos que produjeron la Revolución Francesa, cuyos Jefes eran judíos y Golen, se identificaban con el gorro frigio, es decir, con el gorro de los Sacerdotes de Frigia, el cual tiene forma de prepucio cortado para indicar el carácter sodomita de los Sacerdotes de la Gran Madre Cibeles-Binah, la “Diosa Razón” de los enciclopedistas.

No ha de sorprender, a esta altura, que haya sido Dionisio Sebacio, un Dios de la Cebada como Jehová, quien haya castrado a Agdistis después de embriagarlo con vino de cebada. Jehová había santificado el Sábado, el día que en todo el Mediterráneo se dedicaba al Culto de Saturno y al que le estaba dedicado el Granado. Saúl, el primer Rey de Israel, consagró el Reino, Malkhouth, al Granado que representaba a YHVH. Dionisio, el de los pies de toro y borceguíes, era un Dios rengo, igual que el Minotauro, así como rengueante era la Danza del Laberinto que bailaban, y aún bailan, las perdices macho. Esta Danza era ejecutada por los Sacerdotes hebreos de Baal Tammuz Adonis en tiempos de Elías, siglo IX A.J.C.: “Tomaron los Sacerdotes el novillo que se les había traído y, después de prepararlo, estuvieron invocando el Nombre de Baal Tammuz Adonis desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Pero no hubo ni Voz ni Respuesta. Entre tanto, Ellos danzaban cojeando junto al Altar que habían hecho” [I Reyes, 18,26]. La palabra hebrea Pesach, que designa a la Pascua, significa justamente “baile cojeando”, debido a que aquella fiesta era una y la misma que la de Baal Adonis, el Dios Rimmón que había sido muerto por un Jabalí: esta identidad es el origen de la prohibición hebrea de comer carne de cerdo los días Sábados.

Además, la tradición levítica decretaba que el cordero pascual, la víctima del holocausto de la Pascua, fuese servida sobre una fuente de madera de Granado. La granada era la única fruta que se podía introducir en el Sancta Sanctorum y el Supremo Sacerdote, al hacer la entrada anual en el Templo, llevaba cosidas en su efod pequeñas borlas con forma de granada. El rollo de la Thora se envolvía sobre un palo llamado Es Chajim, es decir el Arbol de la Vida, el cual se hallaba rematado en cada extremo por dos granadas talladas. Y el óctuple candelabro, Chanukah, posee una granada coronando cada brazo, en los que brilla Yod, el Ojo de YHVH. El séptuple candelabro, por su parte, Menorah, tiene siete cálices de Flor de Almendro, que recuerdan la institución del Sacerdocio de Aarón, cuando floreció la vara de Almendro que le suministrara Moisés: “Y sucedió que, cuando al día siguiente entró Moisés en la tienda del testimonio, la vara de Aarón, la de la Casa de Levi, había echado brotes y flores, y había producido almendras” [Números, 17,23]. Para perpetuar el recuerdo de este milagro, dice YHVH: “Harás un candelabro de oro puro, tanto su base como su tallo. Sus cálices, sus capullos y sus flores formarán cuerpo con él. Seis brazos saldrán de sus lados, tres brazos de un lado del candelabro y tres brazos del otro. Tres cálices a modo de Flor de Almendro tendrá el primer brazo, con sus capullos y sus flores; igualmente el segundo; etc.” [Exodo, 25,31]. Y, según la visión del Profeta Zacarías, “Estas siete lámparas son los Ojos de YHVH que recorren toda la Tierra” [Zacarías, 4,10], vale decir, una representación de la Shekhinah.

Los Cultos de Rus Baal, el antiquísimo de Baal Tammuz Adonis, practicado por los Sacerdotes hebreos, y el de Baal Moloch, oficiado por los Golen, fueron interpretados por los romanos como formas de adoración a Kronos- Saturno, un Dios equivalente a Jehová-Adonai o Rimmón-Atis Adonis-Dionisio.

Desde el siglo III A.J.C., los Sacerdotes del Pacto Cultural, que proliferaban en Roma, dedican Rus Baal al Culto de Proserpina o Perséfone, la amante infernal de Adonis; en la misma Epoca, y a escasa distancia, los Señores de Tharsis se consagran al Culto de Vesta, la Diosa del Fuego del Hogar, tras la que ocultan su concepción del Culto del Fuego Frío. Los dos Cultos opuestos, el del Fuego Frío de Vesta de Tharsis, y el del Fuego Caliente de Proserpina de Palos, se desarrollan simultáneamente sin que ninguno intente superar al otro. Y vale la pena repetir que aquella versión de Proserpina equivalía a una Perséfone tardía, más cercana a la Gran Madre Cibeles Binah que a la Perséfone antigua, o Frya, la Esposa de Navután.

En el siglo II D.J.C., siempre furtivamente, llegan Bera y Birsa a Huelva; pero esa vez no atacan a la Casa de Tharsis sino que se dirigen a Rus Baal, “a supervisar el Culto de Proserpina por encargo de Melquisedec”, un Supremo Sacerdote de la Fraternidad Blanca. Luego de la partida de los Inmortales, el Templo de la comarca de Palos comienza a ganar fama por los milagros que protagoniza la Diosa, el principal de los cuales consiste en la cura de la hidrofobia: de todas las regiones de la península, y aún de ultramar, acudían entonces los mordidos o infectados por las mordeduras de perros para recuperar la salud perdida. Recién ahora, cuando oyeron a Birsa decir “contra los perros, la ilusión de la rabia”, comprendieron los cuatro Sacerdotes que aquellos milagros antiguos estaban relacionados con los poderes de Bera y Birsa.

Un siglo después, en el año 159, el misionero Ciriaco convierte al Culto de Rus Baal en cristiano por el simple trámite de identificar a Proserpina con la Virgen María, llamada desde entonces “Nuestra Señora de la Rábida”, puesto que la Diosa continuó curando la hidrofobia. Pero entonces, como María “Madre de Dios”, Proserpina-Perséfone era ya imagen acabada de la Gran Madre hebrea Binah. El nombre “de la Rábida” fue, pues, quinientos años anterior a la denominación, Rapta o Rápita con que los árabes señalaban la ermita edificada en Rus Baal, sobre los cimientos de la antigua Capilla de Nuestra Señora de la Rábida. Producida la Reconquista, la ermita pasó en principio a manos de los monjes solitarios de San Francisco, que construyeron el Convento con sus dimensiones actuales, pero pronto fue concedido por el Papa a los Templarios, quienes lo ocuparon hasta la disolución de su Orden. El Obispo San Macario, para celebrar la liberación del Convento, hizo donación al soldado Constantino Daniel de una escultura que la tradición atribuía al Apóstol San Lucas y que representaba a la Virgen María.

En el momento que estoy evocando, cuando los Inmortales Bera y Birsa se hallaban reunidos con los cuatro Sacerdotes en el Castillo de Aracena, aquella escultura aún se encontraba en el Convento de la Rábida, en Rus Baal, frente a la comarca de Palos.

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