LO
SIGUIENTE FUE ESCRITO NO SOLO EN WARABURGT, SINO TAMBIÉN EN BURGT
STAVIA, QUE ESTÁ JUNTO AL PUERTO DE STAVRE.
Cuando
Teunis quiso volver a casa, fué en primer lugar hacia Dennmark, pero
no pudo atracar allí, porque su madre había ordenado, que él no
atracara en Flyland ni en ningún lugar parecido. Ante esta situación
hubiera tenido que abandonar a su gente por la necesidad y la
carencia, y así desembarcaba por la noche a por acero y navegaba de
día. De esta forma, bordeando la costa, llegó al fin a la colonia
de Kadik (Cádiz) , así llamada porque estaba construida con un
embarcadero de piedra. Allí compró toda clase de provisiones, pero
Tuntia, la Burgtmaad, no le permitía salir de allí. Cuando
estuvieron dispuestos empezaron a protestar. Teunis quería navegar a
través del estrecho hacia el Mar Mediterráneo y ponerse al servicio
del rico rey Egipcio, como ya había hecho antes, pero Inka dijo que
ya había tenido bastante con todos esos pueblos de Finda. Inka
pensaba que quizá algunas altas cumbres de Atland habrían
permanecido como islas, en las que él y su pueblo podrían vivir en
paz. Como los dos primos no querían pelear, Teunis clavó una
bandera roja en tierra e Inka una azul. Cada hombre podría elegir
lo que quisiera y, para su sorpresa, la mayor parte de los Finns y
Magyars siguieron a Inka, que se proponía servir a los reyes del
pueblo de Finda. Cuando hubieron contado los barcos y el pueblo y los
dividieron de común acuerdo, la flota se separó. Después hemos
oído hablar de Teunis, pero nada más acerca de Inka.
Neef
Teunis bordeó la costa a través del estrecho hacia el Mar
Mediterráneo. Cuando Atland se hundió,, había mucho sufrimiento
también en las tierras del Mediterráneo, en las que incontables
habitantes de Finda, Krakeland y del pueblo de Lyda, vinieron a
nosotros. Por otra parte, muchos de nuestro pueblo fueron a las
tierras de Linda. El resultado de todo esto fue que los habitantes de
Krakeland a lo largo y a lo ancho habían abandonado el cuidado de la
madre. Teunis había conocido esto y por lo tanto había querido
encontrar allí un buen refugio desde el que podría ir y servir a
los ricos príncipes; pero, como sus barcos y su gente parecían
buscar una ocasión de asaltar, los habitantes de las costas pensaron
que eran piratas y los echaron. Al final, llegaron a las costas de
Fhoeician, en el año ciento noventa y tres después de el
hundimiento de Atland. Cerca de la costa encontraron una isla con dos
bahías ocultas, por lo que parecían ser tres islas. El la del medio
se establecieron ellos mismos, y más tarde construyeron una ciudad
rodeada de un muro. Después eligieron un nombre, pero no se ponían
de acuerdo. Algunos querían llamarla Fryasburgt, otros Neeftunia,
pero los Magiares y los Finns decidieron que se debía llamar
Thyrisburgt.
Thyr
era el nombre de uno de sus ídolos y era el día de su fiesta cuando
desembarcaron allí; y, a cambio, ellos ofrecieron reconocer a Teunis
como su rey perpetuo. Teunis se dejo persuadir y los demás no
hicieron ninguna objeción acerca de eso. Cuando estuvieron bien
asentados, mandaron un antiguo lobo de mar y a los Magyars en una
expedición tan lejos como la ciudad de Sidón, pero al principio los
habitantes de la costa no quisieron hacer negocios con ellos,
diciendo, “Sólo sois aventureros a los que no respetamos”. Pero
cuando les vendimos algunas de nuestras armas de acero, todo estuvo
bien. Querían también comprar nuestro ámbar, y sus preguntas sobre
él eran numerosas. Pero Teunis, que era muy avispado pretendía que
él no tenía más armas de acero ni ámbar. Entonces los mercaderes
vinieron y le pidieron que les aceptara veinte vasijas, que habían
llenado con objetos exquisitos, y pudieron comprobar que cuanto más
gente se peleaba, él más pedía. Se cargaron doce barcos con vino,
miel, cuero curtido, y sillas y bridas adornadas de oro, de manera
que no se había visto antes.
Teunis
navegó hacia Flyneer con todos aquellos tesoros, que le gustaron
tanto al Gobernador de Westflyland que convenció a Teunis para
construir un almacén en el monte de Flymeer. Más tarde este lugar
se llamaría Almanaland, y el mercado dónde ellos comerciaban en
Wyringen se llamó Teolaatmarkt. La madre advirtió que podían
vender todo excepto armas de acero, pero no se prestó atención a lo
que les dijo. Como los Tirios habían quedado fuera de juego,
vinieron de lejos y cerca para robar nuestros artículos, y abandonar
a nuestros marineros. Por lo tanto se resolvió en una asamblea
general recibir sólo siete barcos Thirios al año y no más.
CUÁL
FUE LA CONSECUENCIA DE ESTO
En la
parte más septentrional del Mediterráneo había una islas cerrada
al mar. Vinieron y hablaron de comprarla, según había decidido un
consejo general.
La
madre fué advertida de su pretensión y quiso verlos desde alguna
distancia, así que no advirtió que estuvieran armados; pero, como
después vimos que habíamos cometido una equivocación, llamamos a
la isla Missellia (de mistake, error). Más tarde comprobaríamos
cuánta razón teníamos. Los Golen (Galos), como eran conocidos los
sacerdotes misioneros de Sidón, habían observado que la isla estaba
poco habitada y alejada de la madre, Para causar una impresión
favorable, se llamaron a sí mismos seguidores de la verdad; pero
mejor hubieran debido llamarse abstemios de la verdad
,o,abreviado, “Triuwenden, como nuestro pueblo de pescadores
les llamaron desde entonces. Cuando estuvieron bien establecidos, sus
mercaderes cambiaron sus bellas armas de cobre y toda suerte de joyas
por nuestras armas de acero y pieles de bestias salvajes, que había
en abundancia en nuestras tierras del sur; pero los Golen celebraban
toda clase de monstruosos festivales, que los habitantes de las
costas promovían con sus desvergonzadas mujeres y su venenoso vino
dulce. Si cualquiera de nuestro pueblo se conducía así ponía su
propia vida en peligro y los Golen les daban cobijo y los mandaban a
Phonisia, es decir, a Palmland. Cuando se establecían allí, les
hacían escribir a sus familias, amigables y explicando que la tierra
era tan buena y la gente tan feliz que nadie se podría hacer una
idea de ello. En Bretaña todo estaba lleno de hombres, pero pocas
mujeres. Cuando los Golen se enteraron, compraban mujeres de
cualquier parte y se las regalaban a los Britones por nada. Así
todas estas muchachas servían a sus propósitos de conseguir niños
de Wr-alda con el propósito de inmolarlos a los falsos dioses.
AHORA
ESCRIBIMOS SOBRE LA GUERRA ENTRE LAS BURGTMAAGDEN KALTA Y MIN-ERVA
Y
ahora contamos cómo perdimos todas nuestras islas del Sur y Britania
por los Golen
En el
Sur, cerca de la desembocadura del Rhin y del Scheldt hay siete
islas, nombradas después como las siete vírgenes de la semana de
Frya. En Medio de una de las islas está la ciudad de Walhallagara
(Middelburg), y en los muros de esta ciudad fué escrita esta
historia. Sobre ella, las palabras “Lee, Aprende y Vigila”
Quinientos
sesenta y tres años después del hundimiento de la Atlántida-es
decir, 1600 años antes de Cristo- una sabia sacerdotisa presidía la
ciudad, cuyo nombre era Min-erva -llamada por los marineros
Nyhellenia. Este nombre estaba muy bien elegido, porque sus consejos
eran nuevos y claros sobre todos los demás.
Al
otro lado del Schelt, en Flyburgt, presidía Sirjed. Esta joven
estaba llena de engaños. Su cara era bella y su lengua ágil; pero
los consejos que daba casi siempre contenían términos misteriosos.
Por consiguiente los marineros la llamaban Kalta, y los hombres del
campo pensaban que este era su título. En las últimas voluntades de
la madre fallecida, Rosamond era nombrada primera, Min-erva serguda y
Sijrhed tercera en el orden de sucesión. Min-erva no dijo nada,
Sirjrhed estaba muy ofendida. Como una princesa extranjera quería
ser honrada, temida y adorada; pero Min_erva sólo deseaba ser amada.
Al final todos los marineros, no sólo de Denmark sino de Flymeer, le
rindieron homenaje. Esto enojó a Sijrshed, porque esperaba superar a
Min-erva. Para dar la impresión de su gran clarividencia, pintó un
gallo en su bandera. Entonces Min-erva fué y pintó un perro
guardián de ganado y una lechuza en su bandera. El perro, dijo,
guarda a su amo y a sus rebaños, y la lechuza cuida de que el ratón
no devaste los campos; pero el gallo en su impudicia y su orgullo
sólo es adecuado para matar sus relaciones más cercanas. Cuando
Kalta vió que su plan había fracasado, se enojó tanto que en
secreto llamó a los Magyars para aprender sus conjuros. Cuando ella
hubo aprendido lo suficiente, se entregó ella misma en manos de los
Golos; pero todas sus malas artes no aumentaron su posición. Cuando
vió que los marineros empezaban a alejarse de ella cada vez más,
intentó ganarlos por miedo. En la luna llena, cuando el mar estaba
agitado, viajó sobre las tormentosas olas, diciendo a los marineros
que todos perecerían si no la adoraban. Entonces cegó sus ojos, de
manera que ellos confundieron la tierra con el agua y el agua con la
tierra, y de esta forma se perdieron totalmente varios buenos barcos.
En la primera celebración de la guerra, cuando todos los hombres
estaban armados, compró barriles de cerveza, con la que les drogó.
Cuando todos estuvieron borrachos montó su caballo de guerra,
inclinando su cabeza sobre su lanza. La sonrisa no podría ser más
hermosa. Cuando vió que todos los ojos estaban fijos en ella, habló
y dijo:
“Hijos
e hijas de Frya, sabéis que en estos últimos tiempos he sufrido un
gran abandono y miserias porque los marineros no vienen de lejos a
comprar nuestro papel, pero no sabéis la razón. He guardado
bastante silencio sobre ello, pero ya no puedo más. Escuchad, ahora,
amigos míos, que lo que vais a saber ahora puede hacer rechinar
vuestros dientes. Al otro lado del Schheldt, dónde de vez en cuando
llegan barcos de todas partes, fabrican un papel con hojas de
calabaza, por lo que ellos salvan el lino y nos superan. Ahora, como
nuestra principal industria es casi toda la fabricación del papel,
la madre quería que enseñáramos al pueblo; pero Min-erva ha
hechizado a todo el pueblo -sí, hechizado, amigos míos- igual que
al ganado que ha muerte últimamente. Yo debería acabar con esto, Si
yo no fuera Burgtmaagd, sabría qué hacer. Quemaría a la bruja en
su nido.
Tan
pronto como acabó esta arenga emprendió un rápido camino hacia su
ciudadela; pero el pueblo borracho estaba tan excitado que no paraban
de sopesar lo que habían oido. Y con precipitación cayeron sobre
Sandfal y, como la noche caía, incendiaron la ciudad. Sin embargo,
Kalta ya había mandado su aviso, por lo que Min-erva, sus vírgenes
y su lámpara fueron salvados todos por la alerta de los hombres del
mar.
AHORA
VAMOS A LA HISTORIA DE JON
Jon,
Jôn, Jhon, Jan, son todos el mismo nombre, aunque la pronunciación
varía, porque los hombres del mar gustan de abreviar todo para que
sea posible hacerlo más fácil de decir. Jon – o sea, ·Dador”,
fué un rey del mar, nacido en Alberga, que navegó desde Flymeer con
una flota de 127 barcos preparado para un largo viaje, y cargado con
ámbar, estaño, cobre, vestimentas, lino, fieltro, otras pieles,
pieles de castor y conejo. Hubiera cogido también papel de aquí,
pero cuando vió cómo Kalta había destruido la ciudad se enfadó
tanto que se marchó con todo su pueblo a Flyburgt, y lejos de la
venganza que la quemó. Su almirante y algunos de su pueblo salvaron
la lámpara y a las vírgenes, pero nos pudieron coger a Sijrhed (o
Kaltas). Ella subió a las almenas más altas, y ellos pensaron que
merecía morir en las llamas, pero qué pasó?. Mientras todo su
pueblo estaba espantado por el horror, ella apareció sobre su corcel
más bella que nunca, diciéndoles, “Por Kalta”. Entonces el otro
pueblo Schelda entró con ella. Cuando los hombres del mar vieron
esto, gritaron: “Nosotros, por Min-erva” por lo que se entabló
una guerra en la que murieron miles.
Entonces
Rosamund, la madre, que había hecho todo posible pensando
gentilmente en preservar la paz, cuando vió lo mal que iba todo,
hizo un pequeño esfuerzo.
Inmediatamente mandó mensajeros por todos los distritos para llamar
a una leva general, que reunió a todos los defensores de la comarca.
Los agricultores que habían combatido fueron todos atrapados,pero
Jon con sus marineros se refugió a bordo de sus barcos, llevando con
él las dos lámparas, así como a Min-erva y las vírgenes de las
dos ciudades. Helprik, el jefe, le mandó parar, pero mientras todos
los soldados estaban al otro lado del Scheldt, Jon volvió hacia
Flymeer y después derecho a nuestras islas. Sus guerreros y muchos
de nuestro pueblo subieron las mujeres y los niños a bordo, y cuando
Jon vio que él y su pueblo serían castigados por sus delitos,
ordenó secretamente su partida. Hizo bien para todos los habitantes
de nuestras islas y el otro pueblo Scheldt que había luchado fué
transportado a Britain. Esta decisión fue una equivocación
porque ahora empezó el comienzo del fin. Kalta, que, según la
gente, podía caminar por el agua como por la tierra, fue a tierra
firme y a Missellia (Marsella). Entonces aparecieron los Galos por el
Mediterráneo con sus naves hacia Cádiz y a lo largo de nuestras
costas, y cayeron sobre Britain, pero no pudieron adentrarse mucho,
porque el gobierno era fuerte y
los exiliados eran todavía Frisones. Pero, entonces llegó Kalta y
dijo: “Vosotros nacisteis libres, y por un pequeño delito fuisteis
expulsados, no para vuestro propio provecho, sino para sacar estaño
para sus trabajos. Si quereis ser libres otra vez, y hacer caso a mis
consejos y vivir bajo mi protección, venid. Os proporcionaré armas
y os cuidaré”. Las noticias vuelan por la tierra como los
relámpagos y antes que la
rueda del carro completase una revolución ella se convirtió en la
sacerdotisa de todos los Tirios y todos nuestros estados del Sur tan
lejos como el Sena. Ella se construyó una ciudadela en las tierras
altas del norte y la llamó Kaltasburgh. Todavía existe bajo el
nombre de Kêrenat. Desde este castillo actuaba como una madre,
contra sus deseos, no para sus servidores, sino sobre ellos, que
desde entonces fueron llamados Kelts. Los Galos gradualmente
obtuvieron el dominio sobre la mayor parte de la Britain, en parte
porque no lejos tenían una ciudadela, en segundo lugar, porque no
tenían ninguna Burgtmaagden y, en tercer lugar, porque no tenían
una lámpara verdadera. A causa de todo esto el pueblo no aprendía
nada. Eran estúpidos y
necios, y habiendo llegado los Galos a robarles sus armas, no
hicieron nada como un toro con un anillo en su nariz.
AHORA
CONTAREMOS QUÉ PASÓ CON JON
ESTO
SE ESCRIBIÓ EN TEXLAND
Diez
años después de que Jon se hubiera ido, llegaron tres barcos a
Flymeer, el pueblo gritaba ¡huzza! (que es una bendición) y de sus
relatos la madre hizo este escrito.
Cuando
Jon alcanzó el Mar Mediterráneo, la fama de los Galos le precedía,
así que en las costas italianas más cercanas, encontró refugio.
Desde allí llegó directamente a Libia. Allí unos hombres negros le
cogieron y le quisieron comer. Por último llegaron a Tyre, pero
Min-erva dijo: “Vámonos de aquí !! Por aquí el aire ha sido muy
envenenado por los sacerdotes. El rey era un descendiente de Teunis,
como ya hemos informado antes, pero como los sacerdotes querían
tener un rey que, de acuerdo
con sus ideas, fuera de gran descendencia, deificaron a Teunis, para
humillación de sus seguidores. Después de haber pasado Tyre, los
Tirios se apoderaron de uno de los barcos mejor armados, y como este
barco iba demasiado lejos detrás de nosotros, no podíamos volver a
por él. Pero Jon juró que se vengaría. Cuando
llegó la noche, Jon tomó el rumbo hacia la lejana Krakelanden. Por
fin llegaron a un pueblo que parecía muy árido pero allí
encontraron un puerto. “Aquí ,dijo Min-erva, quizá no tengamos
nada que temer de príncipes ni sacerdotes, porque ellos solo quieren
tierras abundantes y fértiles. Cuando arribaron al puerto no había
suficiente espacio para los barcos, y además muchos entre el pueblo
estaban demasiado asustados para ir más allá. Entonces Jon, que
quería seguir camino, llegó
con su lanza y su estandarte, hablando a los jóvenes, para saber
quién querría ser voluntario para participar en sus aventuras.
Min-erva hizo lo mismo, porque
quería quedarse allí. La mayor parte permanecieron con Min-erva,
pero los jóvenes marineros se fueron con Jon, llevándose la lámpara
de Kalta y sus vírgenes. Min-erva conservó su lámpara y sus
propias vírgenes.
Entre
las costas de cerca y las distantes, Jon encontró varias islas, que
consideró deseables. Sobre la más grande construyó una ciudad de
madera entre las montañas. Desde las más pequeñas realizabas
expediciones para vengarse de los Tirios y saqueaba sus barcos y sus
tierras. Por eso estas islas se llamaron Islas de los piratas (latín)
así como las Islas de Juan.
Cuando
Min-erva examinó la región que era conocida por sus habitantes como
Attice, vió que en el pueblo todos eran cabreros y que vivían de
comer carne, raíces
silvestres, hierbas y miel. Se vestían con pieles y tenían sus
casas en la ladera de los montes, por lo que se les llamaba
Hellingers. Al principio huyeron, pero cuando vieron que no íbamos a
atacarles, volvieron y demostraron una gran cordialidad. Min-erva
preguntó si podríamos quedarnos allí apaciblemente. Ellos
consintieron, con la condición de que les ayudáramos a luchar
contra sus vecinos, que venían continuamente a robarles a los niños
y desvalijar sus casas. Entonces construimos una ciudadela a una hora
de distancia del puerto. Por consejo de Min-erva se la llamó Atenas,
porque, según dijo, los que
vinieran después de nosotros debían saber que nos habíamos quedado
sin astucias ni violencia, sino que se nos recibió como amigos
(âtha). Mientras estábamos construyendo la ciudadela vinieron
personas importantes a vernos, y, cuando vieron que no éramos
esclavos, no les agradó y se dirigieron a ella para comprenderlo,
como si pensaran que era una princesa. Pero Min-erva dijo: Cómo
conseguís vuestros esclavos?, ellos contestaron, Algunos los
compramos y otros los conseguimos en la guerra. Min-erva replicó. Si
nadie comprara esclavos, no perderíais a vuestros hijos, y no
haríais las guerra por este motivo. Si quereis seguir siendo
nuestros aliados, debéis liberar a vuestros esclavos. A los jefes
esto no les gustó e
intentaron echarnos, pero el más inteligente del pueblo llegó y nos
ayudó a construir nuestra ciudadela, que se construyó en piedra.
Esta
es la historia de Jon y Min-erva
Cuando
acabaron con esta historia preguntaron específicamente por las armas
de acero; porque, dijeron, nuestros enemigos son poderosos, pero si
tuviéramos buenas armas podríamos rechazarlos. Cuando llegaron a un
acuerdo sobre esto, el pueblo preguntó si los vestidos de Frya
habían sido confeccionados en Atenas o en otra parte de Grecia
(Krekalanden). La madre respondió que si los antiguos griegos
pertenecían a algún descendiente directo de Frida, los podrían
confeccionar; pero si no descendían de Frya, tendrían que
abstenerse de ello, porque la rueda del tiempo debería hacer cinco
mil revoluciones desde el último Juul antes de que el pueblo de
Finda pudiera ser puesto en libartad.
ESTO
ES ACERCA DE LOS GEERTMEN
Cundo
Hellenia o Min-erva murió, los sacerdotes pretendieron permanecer
con nosotros, y para que pareciera así, deificaron a Hellenia.
Rehusaron tener que elegir otra madre, diciendo que temían que no
hubiera ninguna entre sus vírgenes en quien pudieran confiar como
habían confiado en Minerva, llamada Nyhellenia.
Pero
nosotros no podemos reconocer a Min-erva como una diosa, porque ella
misma nos había dicho que nadie podría ser perfectamente bueno
excepto el espíritu de Wr-alda. Por tanto elegimos para nuestra
madre hijas de Geert Pyre. Cuando los sacerdotes lo vieron no frieron
sus peces en nuestro fuego (cada cosa por sus propios caminos), se
quedaron en Atenas y dijeron que habíamos rechazado reconocer a
Min-erva como diosa por envidia, porque ella había sentido demasiado
cariño por los nativos. En seguida dieron al pueblo estatuas de
ella, declarando que deberían consultar con ellos todo lo que
quisieran, siempre que ellos la obedecieran. Con este tipo de
cuentos, el estúpido pueblo
fué apartado de nosotros y, por
último nos atacó, pero como habíamos construido nuestra ciudad con
muros de piedra y con dos cuernos hacia el mar, no pudieron llegar a
nosotros. Entonces, yo advertí a un alto sacerdote Egipcio, de ojos
penetrantes, cerebro claro y pensamiento inteligente, que se llamaba
Cecrops, y vino para acosejarles.
Cuando
vió que con su pueblo no podía asaltar nuestros muro, mandó
mensjeros a Tyre. Al momento llegaron trescientos barcos llenos de
terribles soldados montañeses, que navegaron inesperadamente hacia
nuestro puerto mientras nosotros defendíamos la muralla. Cuando
conquistaron nuestro puerto, los terribles soldados quisieron
aplastar la ciudad y nuestros barcos -uno había raptado previamente
a una joven- pero Cecrops no lo permitió, y el Tirio que todavía
tenían sangre Frisia en sus venas, dijo, Si haces eso nosotros
incendiaremos tus barcos y no volverás a ver tus montañas otra vez.
Cecrops, que no tenía inclinaciones hacia la muerte ni a la
devastación, envió mensajeros hacia Geert, invitándola a dejar la
ciudad, ofreciéndole una salida libre con todas sus propiedades
vivas y muertas, y lo mismo a sus seguidores. Los más inteligentes
de los ciudadanos, viendo que no podían conseguir la ciudadela,
aconsejaron a Geert que aceptara al momento, antes de que Cecrops se
pusiera furioso y cambiara de idea. Tres meses después Geert
parti´ño con la mayor parte de los hijos de Frya, y por lo menos
treinta barcos de Tyre con mujeres y niños. Podían haberse quedado
en Atenas, pero cuando oyeron cómo estaban las cosas allí, se
fueron con Geert. El rey del mar de los Tyrios los cogió y los llevó
a través del estrecho que en aquel tiempo llevaba al Mar Rojo (ahora
restablecido como Canal de Suez). Al final desembarcaron el el
Punjab, llamado en nuestra lengua los Cinco Ríos, porque cinco ríos
fluyen juntos hacia el mar. Allí se establecieron y se llamó
Geertmania. Mas tarde el Rey del Mar de Tiro, viendo que todos sus
mejores marineros se habían ido, envió todos sus barcos con sus
salvajes guerreros a esarle, vivo o muerto. Cuando llegaron al
estrecho, tanto el mar como la tierra temblaron. La tierra se levantó
tanto que el gua se derramó sobre el estrecho, y una fangosa tierra
se levantó como un terraplén. Esto ocurrió en favor de las
virtudes de los Geertmen, como cada uno puede claramente comprender.
LO QUE
SIGUE SE ESCRIBIÓ EN EL MURO ESTE DE FRYASBURGT EN EL AÑO MIL CINCO
DESDE EL HUNDIMIENTO DE ATLAND
Después
de haber pasado doce años sin ver ningún Italiano en Almanland,
llegaron tres barcos, más hermosos que cualquiera de los nuestros y
que hubiéramos visto jamás.
En el
más grade de ellos había un rey de las Islas Jónicas cuyo nombre
era Ulises, cuya gran sabiduría era famosa. Una sacerdotisa le había
profetizado que sería nombrado rey de toda Italia consiguiendo una
lámpara que hubiera sido encendida en la lámpara de Texland. Con
este propósito llevaba un gran tesoro con él, sobre todo, las más
bellas joyas que se hubieran visto antes para las mujeres. Venía de
Troya, una ciudad que los griegos habían conquistado. Todos aquellos
tesoros se los ofreció a la madre, pero la madre no quería tratos
con él. Al final, cuando comprendió que no tenía nada que temer de
ella, fué a Walhallagara (Walcheren). Allí se había establecido
una Burgtmaagd cuyo nombre era Kaat, pero a la que se conocía
comúnmente por Kalip, porque su insolente amor atrapaba como una
droga. Allí se quedó él durante años, para escándalo de los que
le conocían. Contando con la complicidad de las Vírgenes, obtuvo
una lámpara, pero no le sirvió de nada, porque cuando fué a buscar
su barco al mar éste había desaparecido, él estaba desnudo y
desprovisto de cualquier barco. Había desaparecido por un escrito de
un rey de pura sangre de Frya, nacido en el nuevo puerto de Atenas,
que nos había informado de lo que había pasado en Atenas, por lo
que se podía ver cuán acertadamente habló la madre Hei-licht
cuando dijo que las costumbres de Frya nunca se instaurarían
firmemente en Atenas.
De
otros griegos tendréis que haber oído bastantes cosas malas acerca
de Cecrops, porque no tenía buena reputación, yo me atrevería a
afirmar que era un hombre muy inteligente, muy recordado tanto entre
los habitantes como entre nosotros, porque siempre estuvo contra la
represión y supo evaluar la sabiduría de las naciones distantes.
Sabiendo esto, nos permitió vivir
de acuerdo con nuestro propio Asegaboek. Corría la historia de que
nos era favorable porque era hijo de una muchacha frisona y un
sacerdote Egipcio: la razón de esto era que tenía los ojos azules,
y que varias de nuestra jóvenes habían sido secuestradas y vendidas
o Egipto, pero él nunca lo confirmó. Quizá fuera así, cierto es
que nos demostraba más amistad que todos los otros sacerdotes
juntos. Cuando murió, su sucesor pronto empezó a recortar nuestros
privilegios, y a emitir gradualmente tan inaceptables normas que a la
larga no quedó nada de la libertad, sino su sombra y el nombre.
Además, ellos no permitían escribir las leyes, así que el
conocimiento de ellas nos estaba vetado. En todo caso en Atenas
normalmente se suplicaba en nuestra lengua, más tarde en ambas
lenguas y al final sólo en la lengua nativa. Al principio los
hombres de Atenas sólo se casaban con mujeres de nuestra propia
raza, pero los jóvenes como crecían con las muchachas del lugar las
tomaban por esposas. Los hijos bastardos de estas uniones eran los
más educados y los más inteligentes del mundo; pero elegían las
cosas malvadas, bandeando entre las dos partes, sin tener en cuenta
las leyes ni las costumbres excepto cuando redundaban en su propio
beneficio. Mientras un rayo del espíritu de Frya existió, todos
los materiales para construir eran de uso común, y nadie pretendía
construir una casa más grande o mejor que sus vecinos; pero cuando
algún ciudadano degenerado se hacia rico por los viajes por mar y
por la plata que sus esclavos obtenían en las tierras de la plata,
iban a vivir fuera en las colinas o en los valles. Allí, tras de
altos escondites de árboles o muros, construían palacios con
costosos adornos y para conservar la estimación de los indecentes
sacerdotes, colocaban allí representaciones de falsos dioses e
impúdicas estatuas. Algunas veces los sucios sacerdotes y príncipes
tenían deseos de muchachos más que de muchachas, y entonces les
hacían extraviarse del sendero de la virtud con ricos regalos o a la
fuerza. Porque los ricos son más valorados por la perdida y
degenerada raza que por la virtud y el honor, alguna vez se vieron
chicos vestidos con espléndidos y coloreados trajes, para desgracia
de sus padres y muchachas y para vergüenza de su propio sexo. Si
nuestros pobres padres fueran a la asamblea general en Atenas y
presenta alguna queja, se elevará un grito, Mirad, mirad!!! un
monstruo de mar viene a hablar. Así es como Atenas se ha convertido,
en una especie de cenagal de un país tropical lleno de sanguijuelas,
y serpientes venenosas, en la que ningún hombre con hábitos
decentes pueda pone los pies.