Yo tuve un tiempo sin tiempo,
con tiempo siempre ocupado,
con tiempo que no dejaba tiempo
para pensar el tiempo pasado.
A mí me cogió un remolino loco
para el que no tenía defensas;
había nacido hacía tan poco.........
todo era miedo, sorpresas.
Y aquel tiempo en su remolino
me atrapó, me empujó y yo me dejé ir
hacía dónde la gente iba,
sonámbula, sin habla, vacía, sin oír
una voz que me decía: ¡para!
estás perdiendo la vida, tu no quieres
esto, no lo quieres, no lo pienses,
¡párate, tu no eres una peana
para mantener estatuas, que ni te miran!
Y paré el torbellino que me empujaba,
hinqué fuertes los pies sobre la tierra
y en silencio, sonámbula, empecé mi guerra
mientras la estatua ni se enteraba
del cambio que se venía sin remedio.
Y lo hice, como siempre, a mi modo
sin medias tintas, o nada o todo.
Sin llantos, sin términos medios.
Y, si miro hacia atrás, estoy contenta,
por que ahora mismo todo cuenta
en lo que ahora soy, y lo que sé:
NO SOY PEANA
DONDE ALGUIEN SE SUBA
COMO VENCEDOR
PORQUE ME MUEVO
Y SE ESPARCEN SUS CENIZAS ALREDEDOR
Y aquella estatua de la que os hablo
nunca me supo decir "te quiero"
y si tenía que decir algo de amor
lo copiaba de un libro. Y se acabó
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