Una estrella solitaria, que brilla en lo alto como luminaria. Una canción de Sabina. Unas palabras de Dios, un poema escrito por Elian, en una prosa poética que tan sólo él domina.
Snoopy pidiéndome mimos y le rasco la tripa y se estira, que las caricias se extiendan hasta el cuello, que va blanqueando y se está haciendo mimoso con los años, siempre juntos. ¿qué será de mí sin Snoopy? Dios dice que también lo encontraré en cualquier sitio, en otra vida, porque todo lo que vivimos, lo repetiremos, aunque no queramos, si no acabamos el viaje, si no recordamos para qué hemos venido, qué queremos ser por el resto del tiempo,, que no es tiempo, todo presente dice que es, el futuro ya lo vimos antes, y a veces parece que las cosas nos suenan, es porque ya lo vivimos, ya estuvimos allí. Un letrero: perdónate, perdona y duerme, duerme profundo, que cuando dormimos, no estamos quietos; viajamos por nuestras otras vidas; cuando despertamos y no recuerdas, porque no quieres recordar, porque no quieres empezar ese camino de vuelta que ansiamos y tememos: LA VUELTA A CASA, con mi madre, aunque solo sea una chispita pequeña de energía que me llame por mi nombre, que me abrace y que deje apoyar mi cabeza, que también será una pequeña chispa, en su amoroso regazo, como siempre antes de dormir le mando un abrazo. Y, a mí no me importa que la gente piense que estoy loca, no me importa que la gente no me quiera, no me importa esperar, lo que sea, mientras todas las noches yo perciba a mi madre que vela mi sueño. Hoy no me va a reñir, al contrario sé que me dirá:"ay, hija, esa sangre periquina, ¿cuántas generaciones va a durar?"
Esta es mi última meditación del día. Perdonad la lata que os he dado, ha sido a propósito y me movía el orgullo que siento de ser manchega, española y que por mis venas corra la sangre Periquina, que no recibe los insultos con paciencia cristiana, sino que, como mi abuelo Perico, nos revolvemos y atacamos hasta que el cansancio nos vence.
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