12. LA SERPIENTE DE LA SALVACION
Hemos dicho que, según la interpretación Gnóstica del Génesis, el dios creador había aprisionado a Adán y Eva en ¡un mundo de miseria y los había dotado de un alma servil.
Dice la biblia que después de comer el fruto prohibido Adán y Eva se escondieron, avergonzados por la falta cometida. Dios llegó al paraíso y llamó a Adán con estas palabras: “¿Dónde estás?”. Dios parece comportarse como un amo llamando a su sirviente. Al no encontrarlo parece decir “¿Dónde estás? ¿Dónde te has metido? ¿Qué has hecho? ¿Qué pasa que no estás aquí trabajando?”. Este dios creador los ha creado a Adán y Eva incapaces de distinguir entre el bien y el mal, entre el reino de lo increado y el reino de lo creado. También los creó ignorantes
de su origen y su destino.
¿Por qué los había creado así? Según la Gnosis, no quería el creador que los hombres conocieran su verdadero origen. Este mundo ha sido creado contra la voluntad del Dios Incognoscible y el creador no quiere que los hombres sepan esas cosas. No quiere que se den cuenta en qué situación Espiritual se hallan, quiénes son, para qué han sido creados. Quiere que permanezcan en la ignorancia. Por eso les prohibió comer el fruto del árbol del conocimiento. Porque “se abrirían sus ojos”, despertarían y se percatarían de quiénes son y de dónde vienen, en qué situación están y qué deben hacer. Advertirían que el Edén no era un paraíso, sino todo lo contrario.
En la descripción que hace el Padre León Meurin en su libro “La franc-maçonnerie”, cuando comenta las interpretaciones Gnósticas sobre el paraíso terrenal y la Serpiente del Génesis, se encuentran estas ideas: Jehová no quiere que el hombre conozca su origen y su alto destino. Le ha
prohibido todo contacto con el mundo superior. Quiere que el hombre lo refleje a él, al creador y no al Dios Supremo.
Pero el hombre despertó, se hizo conocedor del bien y del mal. ¿Cómo logró eso?, la Serpiente tentadora del Edén le dió a comer el fruto prohibido que abrió sus ojos. Según los Gnósticos esta Serpiente es Lucifer, el que trae la Luz. Lucifer significa eso: Portador de Luz. Lucifer tomó la
forma de una serpiente para despertar a los hombres. Es un Enviado del Dios Supremo, del Dios Incognoscible. Es un Enviado del Dios Verdadero que penetró en este mundo de miseria, imperfecto y deficiente, para despertar y liberar al hombre, para mostrarle cuál es su verdadera situación y cuál puede ser su alto destino. Por esta razón los hombres que siguen los mandamientos del dios creador ven a la serpiente como algo maligno y satánico, y en medio de su gran confusión la equiparan a satanás.
Por el contrario, los Gnósticos ven a la Serpiente Lucifer como salvadora. Como alguien que vino a salvar a los hombres, como un Enviado del Dios Verdadero. Esta Serpiente iluminadora que trae la Gnosis, la verdad Gnóstica que permite descubrir lo auténtico y verdadero en este mundo de confusión, ha venido a liberar al hombre.
Lucifer es el verdadero liberador del hombre. Ha venido a liberar al hombre de la tiranía de Yahvé, de la tiranía del dios creador. Les ha traído a los hombres el conocimiento verdadero capaz de liberarlos, el conocimiento que por sí solo libera, que puede ayudar al hombre a salir de este
mundo satánico, a regresar al mundo de donde proviene.
Esta Serpiente es, para los Gnósticos, la Serpiente de la Salvación, la Serpiente que ha abierto los ojos de los hombres, que les ha ofrecido la manzana de la emancipación, para ayudarlos a despertar y liberarse de este mundo de miseria y materia impura.
El creador quiso hacer al hombre como a los demás seres vivos, incapaz de distinguir entre el bien y el mal, y por la acción de la Serpiente se ha despertado y liberado.
Indudablemente, dicen los Gnósticos, este conocimiento, esta Gnosis que la Serpiente Lucifer ha traído a los hombres, ha producido un gran disturbio cósmico en la creación.
Así es de poderoso este conocimiento. La Gnosis produce cambios en quien la recibe, en quien la escucha, porque no es un conocimiento común y corriente, es un conocimiento
que libera.
Hay un interesante libro cuyo título es “Atheism in Christianity”, escrito por Ernst Bloch, que nos ofrece una buena síntesis de todo este aspecto del pensamiento Gnóstico, el aspecto relacionado con la Serpiente liberadora como Enviada del Dios Verdadero.
Los Gnósticos de épocas posteriores, en los orígenes del cristianismo, lo que se dió en llamar Gnósticos Cristianos o Cristianos Gnósticos, percibieron a Cristo como la Serpiente del Génesis. Esto fue así porque Cristo, mucho después de los sucesos del paraíso terrenal, al igual que la Serpiente vino a traer un mensaje liberador. Un mensaje que libera de este mundo impuro a los hombres. Según estos Gnósticos Cristianos, se trató de un conocimiento capaz de poner a los hombres en contacto con el otro mundo, opuesto al del demiurgo: el mundo incognoscible del Dios Verdadero.
A Cristo, portador de ese mensaje, de esa Gnosis, se lo ha equiparado a la Serpiente del Génesis, quien vuelve por segunda vez a la Tierra para ayudar nuevamente a la humanidad. En la primera venida fue la Serpiente Lucifer y en la segunda fue el Cristo Lucifer. Según la Gnosis Cristiana,
cuando Cristo vino al mundo lo hizo por segunda vez, pues la primera fue en el paraíso terrenal. En ambas se trató en realidad de Lucifer, el Enviado del Incognoscible. En ambas su mensaje fue el mismo: la Gnosis que perturba, que produce cambios, que despierta y libera a quien la escucha.
Para los Gnósticos Cristianos la Serpiente es Cristo, el Salvador que vino dos veces a este mundo. Hay un diagrama Gnóstico, en el que se ve una serpiente crucificada, clavada en una cruz, lo cual demuestra todavía más la identidad Gnóstica entre la Serpiente del Génesis y Cristo. Hay mitos que afirman que la cruz en la que Cristo fue crucificado fue hecha con la madera del árbol del conocimiento del bien y del mal. Debemos aclarar que nos estamos refiriendo a la gnosis judeocristiana, que es una deformación de la Gnosis Primordial. Hubo una época en que todo este conocimiento estaba escrito y se transmitía. Pero ese período duró hasta la “conversión” de Constantino y el fortalecimiento de la iglesia de Roma como religión oficial del Imperio Romano.
Desde ese momento los libros y documentos de la Gnosis fueron prohibidos, perseguidos y destruidos. Es muy poco lo que ha quedado de ellos. Origenes, por ejemplo, describió un diagrama Gnóstico en el cual se ve claramente una serpiente que divide los dos mundos, el mundo creado y el mundo increado. Aunque a nadie le agrada este dualismo de los dos mundos, así es la realidad y hay que aceptarla. El Gnóstico sabe que hay otro mundo sumamente perfecto, un mundo que no tiene nada que ver con éste. Origenes pudo tener acceso a esos diagramas y libros Gnósticos, a toda esa información, para después criticarlos, como también lo hicieron San Agustín, Tertuliano, Hipólito, Ireneo de Lyon, Epifanio y muchos otros.
Pero ahora, la mayoría de los textos Gnósticos originales no existen, han sido destruidos. Estos críticos de la Gnosis distorsionaron toda la información de los textos Gnósticos originales, poniendo frases fuera de contexto para ridiculizarlas mejor, entre otras estratagemas. Pero nada de eso importa ya. La Gnosis Primordial está siempre presente, aunque muchos no lo adviertan. En las distintas oportunidades en que apareció abiertamente en el mundo se trató siempre de la misma Gnosis, aunque con diferentes connotaciones históricas y culturales. Aunque prohibida y
perseguida, la Gnosis nunca desapareció y no desaparecerá jamás. Permanece siempre al alcance de quien la merezca. Cuanto más se la persigue más se fortalece. Además del libro de Bloch, hay otros libros también interesantes que hacen una descripción de estos aspectos de la antigua Gnosis, en lo que se refiere a la Serpiente salvadora del Edén. Uno de ellos es “Adán, le dieu rouge”, de Robert Ambelain y otro es “Gnostics and their Remains”, de C.W. King, este último escrito en el siglo XIX.
Hay un dato muy interesante sobre la Serpiente del Génesis en el libro “Refutación contra todas las herejías”, escrito por Hipólito, gran perseguidor de Gnósticos. En este libro, Hipólito comenta y critica unas palabras de Celso, que para él son horrorosas. Se trata del fragmento de Celso en que éste sostiene, refiriéndose a los sucesos del paraíso terrenal, que así como el creador maldijo a la Serpiente cuando esta echó a perder sus planes y le arruinó su obra, así debe ser maldecido el creador por cada hombre que haya despertado. Así como el creador maldijo a la Serpiente de la Salvación, así será maldecido el creador mientras exista, por cada Espíritu liberado de sus garras. Hipólito observa horrorizado que, si bien sabía que los Gnósticos equiparaban al dios creador con
satanás, nunca había imaginado que también lo maldicieran. En efecto, en los pocos libros Gnósticos salvados de las llamas, vemos que el dios creador es llamado a veces satanás.
La tradición Gnóstica se refiere al demiurgo como“satanás, el creador del mundo y del hombre”, “satanás y sus demonios, creadores del mundo”, y cosas por el estilo.
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