domingo, 20 de noviembre de 2016

EVANGELIO APÓCRIFO DE BERNABÉ (IV)

En la noche Jesús habló en privado con sus discípulos, diciendo: "Verdaderamente os digo que Satanás desea cribaros como trigo; pero yo he rogado a Dios por vosotros, y sólo perecerá de vosotros el que me tienda trampas". Y esto él lo dijo por Judas, ya que el ángel Gabriel le dijo cómo Judas tenía tratos con los sacerdotes y les reportaba todo lo que Jesús decía. Con lágrimas se acercó a Jesús el que esto escribe, diciendo: "Oh, maestro, dime, ¿quién es el que te traicionará?". Jesús respondió: "Oh Bernabé, ésta no es la hora para que lo conozcas, pero pronto el malvado se revelará a sí mismo, ya que yo partiré del mundo".

Entonces lloraron los apóstoles diciendo: "Oh maestro, ¿entonces tú nos abandonarás? ¡Sería mucho mejor que nosotros muriéramos antes que ser abandonados por ti!". Jesús contestó: "Que vuestros corazones no se agiten, y no temáis: ya que yo no os he creado, pero Dios nuestro Creador que os creó os protegerá. En cuanto a mi, he venido al mundo a preparar el camino para el Mensajero de Dios el cual traerá la salvación al mundo-.  ¡Pero tened cuidado y no os dejéis engañar ya que muchos profetas vendrán, los cuales tomará mis palabras para alterarlas y contaminarán mi evangelio".
Entonces dijo Andrés: "Maestro dinos alguna señal, para que podamos conocerlo". Jesús respondió: "El no vendrá en vuestro tiempo, sino que vendrá algunos años después de vosotros, cuando mi evangelio sea anulado, tanto que escasamente habrá 30 fieles. En ese tiempo Dios tendrá misericordia del mundo y así El enviará a su Mensajero, sobre cuya cabeza descansará una nube blanca, por lo cual será conocido como un elegido de Dios, y será manifestado por el mundo. El vendrá con gran poder contra los infieles y destruirá la idolatría y se sabrá que yo fui veraz; y él ejecutará la venganza contra aquellos que digan que yo soy mas que humano. Verdaderamente os digo que la luna le cuidará y velará el sueño en su niñez y cuando él sea adulto él la tomará en sus manos. Que el mundo se cuide y no lo vaya a rechazar ya que él matará a los idólatras, pues muchos mas fueron matados por Moisés, el siervo de Dios; y Josué, quienes no perdonaron las ciudades que fueron quemadas, y mataron a los niños ya que a una vieja herida uno le aplica fuego.
El vendrá con verdad más clara que la de todos los profetas, y reprobará a quien use al mundo. Las torres de la ciudad de nuestro padre se saludarán unas a otras de alegría; y así cuando se vea que la idolatría cae al suelo y me confiesen como hombre igual que a los demás hombres, en verdad os digo que el Mensajero de Dios vendrá.

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En verdad os digo, que si Satanás os probase para ver si sois amigos de Dios, ya que nadie asalta sus propias ciudades – si Satanás tuviese su voluntad sobre vosotros él os dejaría disfrutar vuestro placer; pero ya que él sabe que vosotros sois enemigos suyos, él hará toda violencia para haceros perecer. Pero no temáis, ya que él será contra vosotros como un perro que está encadenado, ya que Dios ha escuchado mi súplica".
Juan contestó: "oh maestro, no sólo por nosotros, sino por quienes crean en el evangelio dinos cómo el antiguo tentador acecha al hombre". Jesús respondió: "De cuatro formas tienta ese malvado. La primera es cuando él tienta por sí mismo, con pensamientos. La segunda es cuando él tienta por medio de palabras y obras a través de sus sirvientes; la tercera es cuando él tienta con falsa doctrina, la cuarta es cuando él tienta con falsas visiones. Ahora bien, qué cauteloso debería ser el hombre, y más aun ya que él tiene a su favor la carne del hombre, la cual ama al pecado tal como el que tiene fiebre ama al agua. Verdaderamente os digo, que si un hombre teme a Dios él tendrá victoria sobre todo como dijo David, su profeta: "Dios le dará a Sus ángeles la encomienda de cuidarte a ti, y ellos cuidarán tus caminos, para que el demonio note haga tropezar. Mil caerán a tu izquierda y 10.000 a tu derecha, así que ellos no podrán acercarse a ti".
Además, nuestro Dios con gran amor nos prometió por medio del mismo David cuidarnos diciendo: "Yo te doy entendimiento, el cual te enseñará; y en tus caminos por donde tú camines. Yo haré a Mi Vista que descanse sobre ti". ¿Pero qué diré? El dijo por medio de Isaías: "?Puede una madre olvidar al hijo de su vientre? Pero Yo te digo, que cuando ella olvide, Yo no te olvidaré?.
Decidme entonces, ¿quién temerá a Satanás, teniendo como guardianes a los ángeles y como protección al Dios Viviente?. No obstante, es necesario, como dijo el profeta Salomón: Verdaderamente os digo, que el hombre debería hacer como el banquero que examina el dinero, examinando sus pensamientos, para que él no peque contra Dios su Creador.

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Ha habido y hay en el mundo hombres que no consideran pecado los pensamientos; pero ellos están en el mayor error. Decidme, ¿cómo pecó Satanás? Es cierto que él pecó en el pensamiento de que él era más digno que el hombre. Salomón pecó al pensar en invitar a un festín a todas las criaturas de Dios, por lo que un pez lo corrigió comiéndose todo lo que él había preparado. Entonces, no sin causa, dijo David nuestro padre, que "ascender en el corazón de uno lo pone a uno en el valle de lágrimas". ¿Y por qué gritó Dios a través de Isaías Su profeta, diciendo: "Llevaos vuestros malos pensamientos de delante de Mis ojos? ¿Y por qué propósito dijo Salomón: "Con todo lo que guardas, guarda tu corazón"? como que Dios vive, ante Cuya Presencia comparece mi alma, todo se dice contra los malos pensamientos donde el pecado se comete, ya que sin pensar no es posible pecar. Ahora decidme, cuando el labrador planta la viña, ¿pone las plantas muy profundas? Seguramente sí. Igual hace Satanás, quien al plantar el pecado no se queda en el ojo o la oreja, sino que pasa al corazón, el cual es la morada de Dios. Como El dijo a través de Moisés Su siervo: "Yo viviré en ellos, para que ellos puedan caminar en Mi Ley". Ahora decidme, si el rey Herodes os diese a cuidar una casa en la cual él desease vivir, ¿permitirías a Pilato, su enemigo, entrar allí o poner allí a sus dioses? Ciertamente no. Entonces, cuánto menos deberíais dejar a Satanás entrar en vuestro corazón, o poner allí sus pensamientos; viendo que nuestro Dios os ha dado en cuidado vuestro corazón, el cual es Su morada. Observad, por lo tanto, que el banquero se considera el dinero, si la imagen del César es correcta, si la plata es buena o falsa, y si tiene el peso debido: por lo tanto él lo multiplicará mucho en su mano. ¡Ah, mundo loco!. Qué prudente eres en tu negocio, tanto que el Ultimo Día reprobarás y juzgará a los siervos de Dios por negligencia y descuido. Ya que sin duda tus siervos son más prudentes que los siervos de Dios. Decidme ahora, ¿quién es el que examina un pensamiento como el banquero a una moneda de plata? Seguramente nadie".

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Entonces dijo Santiago: "Oh maestro, ¿cómo es el examen de un pensamiento como (el de) una moneda?". Jesús respondió: "La buena plata en el pensamiento es la piedad, ya que todo pensamiento impío viene del Demonio. La imagen correcta es el ejemplo de los santos y causa todo debería hacerse. Por eso el enemigo traerá allí pensamientos impíos contra vuestro amor terrenal para corromper el amor a Dios".
Bartolomé contestó: "oh maestro, ¿ qué deberíamos hacer para pensar poco, para que no caigamos en tentación?". Jesús respondió: "Dos cosas son necesarias para vosotros. La primera es ejercitaros mucho, y la segunda es hablar poco: ya que la ociosidad es un palangana donde se recoge todo pensamiento impuro, y demasiado hablar es un esponja que absorbe las iniquidades. Es por lo tanto, necesario no sólo que vuestro trabajo mantenga ocupado al cuerpo sino también que el alma esté ocupada con la oración, ya que ella necesita rezar sin cesar jamás.
Os pongo un ejemplo: Hubo un hombre que pagaba mal, por lo que nadie que lo conociera iría a labrar sus campos. Por lo tanto él, como hombre malvado, dijo: "iré al mercado a encontrar ociosos que no hacen nada, y por lo tanto vendrán a labrar mis viñedos". Este hombre salió de su casa, y encontró a muchos extraños que estaban parados ociosamente, no tenían dinero. A ellos les habló para sus manos fue allí. El es Satanás, el que paga mal; ya que  ha salido del paraíso, y va en búsqueda de trabajadores. Ciertamente él pone a trabajar para él a aquellos que están parados ociosamente, quienes ellos sean, pero muchos más aquellos que no lo conocen. No es de ninguna manera prudente para nadie conocer el mal para escapar de él, sino que conviene trabajar en el bien para vencerlo.

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Os pongo un ejemplo. Hubo un hombre que tenía tres viñas, las cuales encargó a tres trabajadores. Como el primero no sabía como cultivar la viña, ésta sólo produjo hojas. El segundo enseñó al tercero cómo deben ser cultivadas las viñas; y éste escuchó excelentemente sus palabras, y el cultivó la suya, como el otro le dijo, tanto que la viña del tercero produjo mucho.
Pero el segundo dejó su viña sin cultivar, gastando su tiempo solamente en hablar. Cuando llegó el tiempo para pagar la renta al dueño de la viña, el primero dijo: "Señor, yo no sé cómo debía ser cultivada tu viña; por lo tanto no he recibido ningún fruto este año". El dueño respondió: "Oh tonto, ¿vives acaso solo en el mundo, que no pudiste pedir consejo a mi segundo trabajador, el cual sabe bien cómo cultivar la tierra? Cierto es que tú me pagarás". Y habiendo dicho esto él lo condenó a trabajar en prisión hasta que le pagara a su amo; el cual movido a la piedad por su simplicidad, lo liberó diciendo: "Vete, ya que yo no deseo que trabajes más en mi viña; es suficiente para ti que te perdone la deuda".
El segundo vino, al cual dijo el dueño:"¡Bienvenido, mi experto en viñas!, ¿Dónde están los frutos que me debes? Seguramente, ya que tú sabes bien cómo podar las viñas, el viñedo que te encargué debe haber dado mucho fruto". El segundo respondió:¡Oh Señor, tu viñedo está atrasado porque yo no podé los tallos ni labré la tierra; y el viñedo no ha dado fruto, así que yo no puedo pagarte". Entonces el dueño llamó al tercer y admirado dijo: "Tu me dijiste que este hombre, a quien encargué la segunda viña, te enseñó perfectamente a cultivar el viñedo que te encargué. ¿Cómo puede ser entonces que el viñedo que le encargué a él no haya dado fruto, viendo que todo es el mismo suelo?.
El tercero contestó: "Señor, las viñas no se cultivan solamente hablando, sino que necesitan que el que las cultiva deba sudar una camisa todos los días si quiere que se produzca su fruto. ¿y cómo ha de dar frutos el viñedo de tu trabajador, oh Señor, si él no hace sino perder el tiempo hablando? Seguro es, oh señor, que si él hubiese puesto en práctica sus propias palabras, mientras que yo, que no puedo hablar tanto, te he dado la renta de dos años, él te habría dado la rente del viñedo para cinco años.
El dueño se enojó, y le dijo con burla al trabajador: "Y así tú has hecho una gran recompensa!". Y habiendo llamado a sus sirvientes lo mandó golpear sin misericordia. Y entonces él lo puso en prisión bajo la vigilancia de un cruel siervo que lo golpeaba todos los días, y nunca quiso dejarlo en libertad a pesar de las peticiones de sus amigos.

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En verdad os digo que en el Día del Juicio muchos dirán a Dios: "Señor, hemos predicado y enseñado según Tu Ley ". Contra ellos incluso las piedras gritarán, diciendo: "Cuando predicabais a otros, con vuestra propia lengua os condenasteis a vosotros mismos, oh inicuos". "Como que Dios vive". Dijo Jesús, "aquel que conoce la verdad y actúa contrariamente a ella será castigado con un pena tan grave que Satanás casi tendrá compasión de él . Decidme, todo conocimiento tiene como fin la sabiduría de actual según todo lo que se sabe.
Decidme, si uno estuviera sentado ante una mesa y con sus ojos viese carnes deliciosas pero con sus manos escogiese cosas impuras y las comiese, ¿no estaría loco ése?. "Si, seguramente", dijeron los discípulos. Entonces dijo Jesús: "Oh loco más allá de toda locura eres tú, oh hombre, que con tu entendimiento conoces el cielo, pero con tus manos escoges la tierra; con tu entendimiento conoces a Dios pero con tu afecto deseas el mundo; con tu entendimiento conoces el Paraíso, pero con tus obras escoges las miserias del Infierno. ¡Valiente soldado, que deja la espada y lleva la bayoneta para pelear!. Ahora, ¿no sabéis que el que camina de noche desea luz, no sólo para ver la luz, sino más bien para ver el buen camino para poder llegar a salvo a la posada? ¡Oh mundo miserable, mil veces despreciado y aborrecido!, ya que nuestro Dios por Sus santos profetas siempre ha querido concederle que conozca el camino para ir a Su país y su descanso; pero tú , malvado, no sólo no deseas ir, sino que lo que es peor, has despreciado la luz. Verdadero es el proverbio del camello, que no le gusta el agua clara para beber, ya que no desea ver su propia cara fea. Así hace el infiel que obra mal; ya que él odia la luz por la cual sus malas obras pueden ser conocidas. Pero el que recibe sabiduría, y no sólo no actúa bien, sino que, lo que es peor, la emplea para el mal, es como el que usa los dones como instrumentos para matar al donante.

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Verdaderamente os digo, que Dios no tuvo compasión de la caída de Satanás, sino que El tuvo compasión de la caída de Adán. Y que sea suficiente para vosotros conocer la infeliz condición del que conoce el bien y hace el mal".
Entonces dijo Andrés: "Oh maestro, es un cosa buena dejar el aprendizaje a un lado, para no caer en esa condición". Jesús contestó: "Si el mundo es bueno sin el sol, el hombre sin ojos, y el alma sin entendimiento, entonces es bueno no saber. Verdaderamente os digo, que el pan no es tan bueno para la vida temporal como lo es el conocimiento para la vida eterna. No sabéis que aprender es un precepto de Dios?, ya que así dijo Dios: "Pregunta a tus mayores, y ellos te enseñarán". Y de la Ley dijo Dios: "Mira que Mi precepto esté ante tus ojos y cuando estés sentado y cuando camines y en todo tiempo medita acerca de ello". Si, entonces, es bueno no aprender, ahora lo sabéis. ¡Oh infeliz aquel que desprecia la sabiduría!, ya que él está seguro de perder la vida eterna".
Santiago contestó: "Oh, maestro, nosotros sabemos que Job no aprendió de ningún maestro, ni Abraham, no obstante ellos llegaron a ser santos y profetas". Jesús respondió: "Verdaderamente os digo, que el que pertenece a la casa del novio no necesita ser invitado a la boda, ya que él vive en la casa donde se lleva a cabo la boda, sino más bien los que están lejos de la casa. Ahora, ¿no sabéis que los profetas de Dios están en la casa de la Gracia y Misericordia de Dios?, así que ellos tienen la Ley de Dios manifiesta en ellos; como dijo David nuestro padre sobre este tema: "la Ley de su Dios está en su corazón; por lo tanto su camino no será cavado". Verdaderamente os digo que nuestro Dios al crear al hombre no solamente lo creó bueno y justo sino que le insertó en el corazón una luz que debería mostrarle lo que es adecuado para servir a Dios. Por lo tanto, aun cuando esta luz se oscurezca después del pecado, sin embargo no está extinguida, ya que toda nación tiene este deseo de servir a Dios, aunque ellos hayan perdido a Dios de vista y adoren a dioses falsos y mentirosos. Por lo tanto es necesario que el hombre sea enseñado por lo profetas de Dios, para tener clara la luz que muestre el camino para ir al Paraíso, nuestra patria, sirviendo bien a Dios: Tal como es necesario que el que tiene sus ojos enfermos sea guiado y ayudado".

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Santiago respondió: "?Y cómo van a enseñarnos los profetas si están muertos; y cómo va a ser enseñado el que no tiene conocimiento de los profetas?". Jesús contestó: "la doctrina de ellos está escrita, así que debería ser estudiada, ya que la escritura es para ti como un profeta. Verdaderamente, verdaderamente, os digo que el que desprecia a la profecía no solo desprecia al profeta, sino que también desprecia a Dios que envió al profeta. Pero en cuanto a los que no conocen al profeta, como son las naciones, yo os digo que si viviere en esas regiones algún hombre que viva como su corazón le enseñe, sin hacer a los demás lo que el no quisiera recibir de los demás, y dando a su vecino lo que él quisiese recibir de otros, ese hombre no será abandonado por la Misericordia de Dios. Entonces, a su muerte, si no antes, Dios le mostrará y le dará Su Ley con misericordia. ¿Acaso pensáis que Dios dio la Ley por amor a la Ley? Seguramente esto no es cierto, sino más bien es que Dios dio Su Ley para que el hombre pudiese obrar al bien por amor a Dios. Y así si Dios encontrase a un hombre que por amor a El obrase el bien, ¿acaso lo despreciará? No, seguramente, sino que más bien El lo amará más que a aquellos a quienes El dio la Ley.
Os digo como ejemplo: hubo un hombre que tenía grandes posesiones; y en su territorio él tenía tierra desierta que solo producía cosas infructuosas. Y así, cuando caminaba un día por ese desierto, él halló entre esas plantas estériles un planta que tenía frutas deliciosas. Entonces este hombre dijo: ¿"Cómo produce aquí esta planta estas frutas tan deliciosas? Ciertamente no quiero que sea cortada para ser quemada con las demás". Y habiendo llamado a sus sirvientes los hizo que cavasen para sacarla y plantarla en su jardín. Así será, os digo, como nuestro Dios salvará de las llamas del Infierno a aquellos que actúen con rectitud, dondequiera que ellos estén.

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Decidme, ¿dónde vivió Job sino en Uz, entre idólatras? Y acerca del tiempo del Diluvio, ¿Qué escribió Moisés? Decídme. El dijo: "Noé verdaderamente halló gracia ante Dios". Nuestro padre Abraham tenía un padre sin fe, ya que éste hacía y adoraba falsos ídolos. Lot vivió entre los hombre más malvados de la Tierra. Daniel, siendo niño, con Ananás, Azarías y Misael, fueron llevados cautivos por Nabucodonosor de tal manera que ellos apenas tenían cinco años cuando fueron llevados; y ellos fueron criados entre la multitud de siervos idólatras. Como que Dios vive, tal como el fuego quema las cosas secas y las convierte en fuego, sin hacer diferencia entre olivo o ciprés o palma, así nuestro Dios tendrá misericordia de todo el que actúe con rectitud, sin diferenciar entre judíos, escritas, griegos o ismaelitas. Pero que vuestro corazón no se detenga allí, oh Santiago, ya que donde Dios envió al profeta es necesario negar enteramente tu propio juicio y seguir al profeta, y no decir: "Por qué dice él así?, ¿Por qué prohíbe y ordena así?. Sino decid: "Así lo quiere Dios. Así lo ordena Dios". Ahora, ¿qué dijo Dios a Moisés cuando los israelitas despreciaron a Moisés? El dijo: "Ellos no te han despreciado, sino que Me han despreciado a Mi".
Verdaderamente os digo, que el hombre debería pasar todo el tiempo de su vida no en aprender cómo hablar o leer, sino cómo obrar bien. Ahora decidme, ¿quién es aquel sirviente de Herodes que no estudiaría como complacerlo sirviéndole con toda diligencia? ¡Ay del mundo, que estudia sólo para complacer a un cuerpo que es barro y estiércol, y no estudia sino que olvida, el servicio a Dios, Quien hizo todas las cosas, El Cual es Bendito eternamente!.

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Decidme, ¿hubiera sido un gran pecado de los sacerdotes si, cuando ellos cargaban el Arca del Testimonio de Dios. La hubieron dejado caer al suelo?. Los discípulos temblaron al oír esto, ya que ellos sabían que Dios mató a Uzzah por haber tocado el Arca de Dios sin derecho. Y ellos dijeron: "Gravísimo hubiera sido ese pecado". Entonces dijo Jesús: "como que Dios vive, es un pecado aún mayor olvidar la Palabra de Dios, con la cual El hizo todas las cosas , por medio de la cual El te ofrece vida eterna". Y habiendo dicho esto Jesús hizo oración; y después de su oración él dijo:"Mañana tendremos que pasar a Samaria, pues así me lo ha dicho el santo ángel de Dios".
Temprano en la mañana de un cierto día, Jesús llegó cerca del pozo de Jacob e hizo que dio a José su hijo. Entonces Jesús, cansado del viaje, envió a sus discípulos a la ciudad a que compraran comida. Y entonces él se sentó junto al pozo, sobre la piedra del pozo. Y he aquí que una mujer de Samaria vino al pozo para sacar agua. Jesús le dijo a la mujer: "Dame de beber". La mujer contestó: "?Cómo?, ¿no te da vergüenza que tú, siendo hebreo, me pidas que te dé de beber, siendo yo una samaritana?".
Jesús respondió;" Oh mujer, si tu supiese quien es el que te pide bebida, quizás tu le habrías pedido a él que te de beber".La mujer respondió:?"Pero cómo podrías tú darme de beber, si tu no tienes recipiente para sacar el agua , ni cuerda, y el pozo es profundo?".
Jesús contestó:"Oh mujer, el que bebe del agua de este pozo, la sed regresa a él, pero quien beba del agua que yo doy, no tendrá sed otra vez, sino que a quienes tienen sed y se la dan a que beban, ellos vendrán a la vida eterna".
Entonces dijo la mujer: "Oh, señor , dame de esa agua tuya".
Jesús respondió: "Ve y llama a tu esposo y a vosotros dos os daré de beber". Dijo la mujer: "No tengo esposo".
Jesús contestó: "Bien has dicho tú la verdad, ya que tú has tenido cinco esposos, y el que ahora tienes no es tu esposo".
La mujer se confundió al escuchar esto, y dijo: "Señor, por esto me doy cuenta de que tú eres un profeta; por lo tanto dime, te ruego; los hebreos hacen oración sobre el monte Sión en el templo construido por Salomón en Jerusalén, y dicen que allí y en ninguna otra parte los hombres hallan la Gracia y la Misericordia de Dios. Y nuestras gentes adoran en estas montañas, y dicen que sólo sobre las montañas de Samaria debe hacerse la adoración. ¿Quiénes son los verdaderos adoradores?."

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Entonces Jesús suspiró y lloró diciendo: "¡Ay de ti, Judea!, porque te glorificas diciendo: "El Templo del Señor, el Templo del Señor", pero vives como si no hubiera Dios; entregada por completo a los placeres y ganancias del mundo; ya que esta mujer en el Día de Juicio te condenará al Infierno; ya que esta mujer busca conocer cómo hallar Gracia y Misericordia ante Dios". Y volviéndose hacia la mujer él dijo: "Oh, mujer vosotros lo samaritanos adoráis a lo que no conocéis, pero nosotros lo hebreos adoramos a lo que conocemos. Verdaderamente , te digo, que Dios es espíritu y verdad, y así en espíritu y verdad debe El ser adorado; ya que la promesa de Dios fue hecha en Jerusalén, en el Templo de Salomón, y no en otra parte. Pero créeme, vendrá un tiempo en que Dios dará Su Misericordia a otra ciudad, y en todo lugar será posible adorarlo en verdad. Y Dios en todo lugar aceptará con misericordia la oración verdadera.
La mujer respondió: "nosotros esperaremos al Mesías; cuando él venga él nos enseñará". Jesús respondió: "Sí Señor".
Entonces Jesús se alegró, y dijo: "Por lo que he visto hasta ahora, oh mujer, tú eres fiel debes saber, por lo tanto es necesario que tú conozcas la llegada del Mesías". Jesús respondió: "Yo fui enviado, ciertamente, a la casa de Israel como un profeta de salvación; pero después de mi vendrá el Mesías, enviado de Dios a todo el mundo; para quien Dios hizo el mundo. Y entonces en todo el mundo Dios sera adorado, y se recibirá la Misericordia, tanto que el año del Jubileo, que ahora llega cada 100 años, será reducido por el Mesías a cada año en todo lugar". Entonces la mujer dejó el pozo y corrió a la ciudad a anunciar tolo lo que ella había oído hablar a Jesús.

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Mientras la mujer estaba hablando con Jesús vinieron los discípulos, y se asombraron de que Jesús estuviera hablando así con un mujer. Sin embargo ninguno le dijo: ¿"Por qué hablas así con una mujer samaritana?". Entonces, cuando la mujer partió, ellos dijeron: "Maestro, ven y come". Jesús contestó: "Debo comer otro alimento". Entonces dijeron los discípulos unos a otros: "Quizás alguien que pasaba ha hablado con Jesús y fue a encontrarle alimento". Y ellos le preguntaron al que escribe esto, diciendo: ¿ "Ha habido alguien aquí, oh Bernabé, que pueda haberle traído comida al maestro?". Entonces respondió el que escribe: "No ha habido aquí nadie más que la mujer a quien visteis, la cual trajo esta vasija vacía para llenarla de agua". Entonces Jesús dijo: Vosotros no sabéis que el verdadero alimento es hacer la Voluntad de Dios; porque no es el pan lo que sostiene al hombre y le da vida, sino más bien la Palabra de Dios, por Su Voluntad. Y así por esta razón los santos ángeles no comen, sino que viven nutridos solamente por la Voluntad de Dios. Y así nosotros, Moisés y Elías, y otro todavía, han estado cuarenta días y cuarenta noches sin alimento alguno".
Y levanto la vista, Jesús dijo: ¿"Cuánto falta para la cosecha?". Los discípulos respondieron: "Tres meses". Jesús dijo: "Mirad ahora, cómo la montaña está blanca de grano, en verdad os digo, que hoy hay gran cosecha para ser recogida". Y entonces él apuntó hacia la multitud que había venido a verlo; ya que la mujer habiendo entrado a la ciudad movió a toda la ciudad, diciendo: "Oh hombres, venid a ver a un nuevo profeta enviado por Dios a la casa de Israel".; y ella les relató todo lo que había escuchado decir a Jesús. Cuando ellos llegaron allí le rogaron a Jesús que se quedara con ellos; y él entró a la ciudad y permaneció allí dos días, curando a todos los enfermos y enseñando acerca del reino de Dios.
Entonces dijeron los ciudadanos a la mujer: "creemos más en sus palabras y milagros que en lo que dijiste tú; ya que él es ciertamente un santo de Dios, un profeta enviado para la salvación de quienes crean en él". Después de la oración del mediodía los discípulos se acercaron a Jesús, y él les dijo: "Esta noche será en el tiempo del Mesías, mensajero de Dios, el Jubileo cada año – el cual viene ahora cada 100 años. Por lo tanto yo no deseo que durmamos, sino que oremos, inclinando la cabeza 100 veces, haciendo reverencia a nuestro Dios, Poderoso y Misericordioso, el Cual es Bendito por siempre, y entonces, cada vez digamos: "confieso que Tú, Dios, nuestro, eres único, que Tú no tuviste principio, ni fin jamás; ya que por Tu Misericordia Tú diste a todas las cosas su principio, y por Tu Justicia Tú darás a todo un fin. Confieso que Tú no tienes semejantes entre los hombres, porque en Tu infinita Bondad Tú no estás sujeto al movimiento ni a cambio alguno. Ten misericordia de nosotros, ya que Tú nos creaste y nosotros somos las obras de Tus Manos".

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Habiendo hecho la oración, Jesús dijo: "Demos gracias a Dios porque El nos ha dado gran Misericordia esta noche; ya que El ha hecho regresar el tiempo esta noche y nosotros hemos hecho oración en compañía del Mensajero de Dios. Y yo escuché su voz". Los discípulos se alegraron mucho al escuchar esto, y dijeron: "Maestro, enséñanos algunos preceptos esta noche".
Entonces dijo Jesús: ¿"Alguna vez habéis visto estiércol mezclado con perfume?". Ellos respondieron:" No, Señor ya que nadie está tan loco como para hacer tal cosa". "Ahora os digo que hay en el mundo tanto que muchos de vida intachable han sido engañados por Satanás, y mientras rezan han mezclado con sus oraciones asuntos mundanos. Por lo que ellos se han vuelto en ese momento abominables ante la vista de Dios. Decidme, cuando os preparáis para la oración, ¿tenéis cuidado de que ninguna cosa impura os toque?. Sí, seguro. ¿Pero qué hacéis cuándo estáis rezando?. Os laváis el alma de los pecados a través de la Misericordia de Dios. ¿Desearíais entonces, mientras estáis haciendo oración, hablar de cosas mundanas
Tened cuidado de no hacer eso, ya que cada palabra mundana vuelve estiércol del Demonio sobre el alma del que habla". Entonces temblaron los discípulos, ya que él habló con vehemencia de espíritu; y ellos dijeron: "Oh maestro, ¿qué haremos si cuando estamos haciendo oración un amigo viene a hablar con nosotros?". Jesús respondió: "Dejadlo que espere y terminad la oración".
Dijo Bartolomé: ¿"Pero qué pasará si él se ofende y se va cuando vea que no hablamos con él?". Jesús respondió: "Si él se ofende, creedme que él no será un amigo vuestro ni un creyente, sino más bien un infiel y un compañero de Satanás. Decidme, si fuerais a hablar con el paje de Herodes, y lo hallaseis hablándole a Herodes en el oído, ¿os ofenderíais si el no os responde? Verdad que nó, es esto cierto?. Los discípulos respondieron: "Es ciertísimo".
Entonces dijo Jesús: "Verdaderamente os digo, que todo el que reza habla con Dios. ¿Es entonces correcto que dejéis de hablar con Dios para hablar con el hombre? ¿Es correcto que vuestro amigo se ofenda cuando lo hagáis esperar, él es un buen siervo del Demonio. Ya que esto desea el Demonio, que Dios sea olvidado y abandonado por el hombre. Como que Dios vive, en toda buena obra el que tema a Dios debe separarse de las obras del mundo, para no corromper y contaminar la buena obra."

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"Cuando un hombre obra mal o habla mal, si uno va a corregirlo y a evitar esa obra, ¿ Qué hace ése?", dijo Jesús. Los discípulos respondieron: "El hace bien, ya que él sirve a Dios, el Cual siempre procura evitar el mal, así como el sol que siempre busca ahuyentar las tinieblas". Dijo Jesús: "Y yo os digo al contrario que cuando uno obra bien o habla bien, quienquiera que busque obstaculizarlo, bajo el pretexto de algo que no sea mejor, él sirve al Demonio. ¡Qué va!, él se vuelve compañero, ya que el Demonio no atiende sino a impedir toda cosa buena. Pero ¿qué os diré ahora? Os diré tal como dijo Salomón el profeta, santo y amigo de Dios: "De mil que conozcas, uno es tu amigo".
Entonces dijo Mateo: "Entonces no seremos capaces de amar a nadie". Jesús respondió: " en verdad os digo que no es lícito para vosotros odiar a cualquier cosa excepto el pecado; tanto que ni siquiera podáis odiar a Satanás como criatura de Dios, y todo lo que Dios creó es bueno y perfecto. Por lo tanto el que odie a la criatura también odia al Creador. Pero el amigo es una cosa singular, que no se halla fácilmente, pero se pierde fácilmente. Como el amigo no soportará la contradicción contra aquel a quien él ama supremamente; cuidaos, sed cautelosos, y no escojáis como amigo a uno que no ama a quien vosotros amáis.
¿Sabéis vosotros lo que significa amigo? Amigo no significa otra cosa sino un médico del alma. Y así, tal como uno raramente encuentra un buen médico que conozca las enfermedades y entienda cómo aplicarles las medicinas a ellas, así también son escasos los amigos que conocen las fallas y saben cómo guiar hacia el bien. Pero aquí hay un mal: Que hay muchos que tienen amigos que no se dignan ver las faltas de su amigo; otros los excusan; otros los defienden bajo pretextos terrenales; y lo que es peor, hay amigos que invitan y ayudan a su amigo a errar, cuyo fin será como su villanía, cuidáos de no recibir a esos hombre como amigos, ya que en verdad ellos son enemigos y asesinos del alma.

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Que tu amigo sea tal que así como desea corregirte, así pueda él recibir corrección; y tal como él desea que dejes todas las cosas por el amor a Dios, así le contente también que lo abandones por el servicio a Dios. Pero decídme, si un hombre no sabe cómo amar a Dios, ¿Cómo va él a saber cómo amarse a sí mismo?, ¿Y cómo sabrá él amar a los demás, sin saber amarse a sí mismo?. Seguramente esto es imposible. Por lo tanto cuando quieras escoger a alguien como amigo, ya que verdaderamente es supremamente pobre el que no tiene ningún amigo, fíjate en considerar primero, no su buen linaje, ni su buena familia, ni su casa rica, ni su ropa fina, ni su apariencia agradable, ni sus palabras bonitas, ya que tú serás fácilmente engañado; sino que mira cómo teme él a Dios, cómo desprecia las cosas mundanas, cómo ama las buenas obras, y sobre todo, como odia él su propia carne, y así encontrarás tú fácilmente al verdadero amigo: si él sobre todas las cosas teme a Dios, y desprecia las vanidades del mundo, si él siempre está ocupado en buenas obras, y odia a su propio cuerpo como a un cruel enemigo. Ni tampoco debes amar a ese amigo de tal manera que tu amor quede en él, pues así serías un idólatra. Pero ámalo como un regalo que Dios te ha dado, ya que así Dios lo adornará con mayor favor. En verdad os digo, que quien haya encontrado un verdadero amigo ha encontrado una de las delicias del Paraíso. ¡No!, esa es la llave del Paraíso".
Tadeo contestó: "Pero maestro, y si sucediera que un hombre tenga un amigo que no sea tal como tú dijiste, ¿qué deba hacer él? ¿Debe el abandonarlo?". Jesús respondió: "El debe hacer como hace el marinero con el barco, que lo navega en tanto que se da cuenta de que es provechoso, pero cuando él ve que es una pérdida lo abandona. Así deberás tú hacer con el amigo que es peor que tú, en las cosas de él en que él sea una ofensa para ti, déjalo si no quieres que la Misericordia de Dios te deje a ti.

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¡Ay del mundo debido a las ofensas! Debe ser que la ofensa venga, porque todo el mundo yace en maldad. Ero aun así, ¡ay del hombre a través del cual viene una ofensa! Sería mejor para el hombre que él tuviera una piedra de molino alrededor de su cuello y que fuera sumido en las profundidades del mal antes que él ofenda a su prójimo. Si tu ojo es una causa de pecado para ti, sácatelo; ya que es mejor que entres al Paraíso con un solo ojo a que entres con los dos en el Infierno. Si tu mano o tu pie te ofenden, haz similarmente; ya que es mejor que entres al Reino de los Cielos con un pie o una mano, que ir con dos manos y dos pies al infierno".
Dijo Simón, llamado Pedro: "Señor, ¿cómo he de hacer esto? Cierto es que en poco tiempo estaría yo desmembrado". Jesús respondió. "Oh, Pedro, aleja la prudencia material e inmediatamente hallarás la verdad. Ya que el que te enseña es tu ojo, y el que te ayuda a trabajar es tu pie, y el que te suministra todo es tu mano. Por lo tanto cuando esos sean para ti una ocasión de pecado déjalo; ya que es mejor para ti entrar al Paraíso ignorante, con pocas obras y pobre que entrar al Infierno sabio, con grandes obras y rico. Todo lo que pueda impedirte servir a Dios, arrójalo lejos de ti como un hombre se deshace de todo lo que le estorba la vista".
Y habiendo dicho esto, Jesús llamo a Pedro para que se acerara a él, y le dijo: "Si tu hermano peca contra ti, ve y corrígelo. Si él se enmienda, alégrate, porque tú has ganado a tu hermano; pero si él no se corrige ve y convoca a dos testigos y repréndelo de nuevo; y si él no se enmienda, ve y díselo a la congregación; y si él entonces no se corrige, considéralo un infiel, y entonces tú no debes vivir bajo el mismo techo que él, no comerás ante la misma mesa a la que él se siente, ni beberás con él; tanto así que cuando sepas dónde pisó él al caminar tú no deberás poner allí tu pie.

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Pero cuídate de no considerarte superior; sino deberás decir así: "¡Pedro, Pedro!, si Dios no te ayudase con Su Gracia tú sería peor que él". Pedro contestó: ¿"Cómo debo corregirlo?". Jesús respondió: "De la manera en que a ti mismo te gustaría ser corregido. Y como quisieras ser tratado, trata así a los demás. Creédme, Pedro, ya que en verdad yo te digo que cada vez que corrijas a tu hermano con misericordia tú recibirás misericordia de Dios, y tus palabras darán algún fruto; pero si tú lo haces con rigor, tú serás rigurosamente castigado por la Justicia de Dios, y ello no fructificará. Dime, Pedro: esas ollas de barro donde los pobres cocinan sus comidas, ¿acaso las lavan ellos con piedras y martillos de hierro? Seguro que no; sino más bien con agua caliente. Los recipientes se rompen en pedazos con el hierro, las cosas de madera se queman con el fuego; pero el hombre se corrige con misericordia. Entonces, cuando corrijas a tu hermano díte a ti mismo: "Si Dios no me ayuda, yo haré mañana peor que todo lo que él ha hecho hoy".
Pedro contestó: "Cuántas veces debo perdonar a mi hermano, oh maestro?". Jesús respondió: "Tantas como tu quisieras ser perdonado por él?. Dijo Pedro: "?Siete veces al día?". Jesús contestó: "No sólo siete, sino setenta veces siete tú lo perdonarás cada día; porque el que perdona será perdonado, y el que condena será condenado".
Entonces dijo el que escribe esto:!Ay de los príncipes, porque ellos irán al infierno !. Jesús lo reprobó, diciendo:Tú te has vuelto loco, oh Bernabé, al haber hablado así. En verdad te digo, que el baño no es tan necesario para el cuerpo, ni la rienda para el caballo, ni el timón para el barco, como el príncipe es necesario para el estado. y por qué causa dio Dios autoridad a Moisés, Josue, Samuel, David y, Salomón, así como a tantos otros que juzgaron.?
Entonces dijo el que escribe esto: Pero, Cómo ha de juzgarse, condenando y perdonando?. Jesús respondió:  No todos son jueces: puesto que sólo al juez le corresponde condenar a otros, oh Bernabé. Y el juez debe condenar al culpable, así como el padre ordena que le sea amputado su hijo un miembro gangrenado, para que todo el cuerpo no se vuelva podrido.
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Dijo Pedro: Cuánto debo esperar a mi hermano para que se arrepienta?. Jesús contestó:<>. Pedro respondió:Nadie entenderá esto; por lo tanto háblanos más sencillamente. Jesús contestó:Espera a tu hermano tanto como Dios lo espera. Tampoco entenderán ellos esto, dijo Pedro. Jesús respondió:Espéralo de manera tal que tenga tiempo de arrepentirse.
Entonces Pedro se entristeció, y los demás también, porque no entendían el significado. Entonces Jesús contestó:Si vosotros tuvieseis razonamiento sano, y supierais que vosotros mismos sois pecadores, nunca pensaríais en cortar la misericordia de vuestro corazón para el pecador. Y así os digo llanamente, que el pecador debe ser esperado para que se pueda arrepentir, tanto como en tanto que él tenga una alma que alentar atrás de sus dientes; ya que así lo espera nuestro Dios, el Poderoso y Misericordioso. Dios no dijo:" En ese momento en que el pecador ayune, de limosnas, haga oración, y vaya de peregrinación, Yo lo perdonaré". Por lo tanto muchos han cumplido esto, y están eternamente condenados. Pero El dijo:" El momento en que el pecador lamente sus pecados, Yo por Mi parte no recordaré mas sus iniquidades". Entendéis?, dijo Jesús. Los discípulos respondieron: Parte entendemos, y parte no.
Dijo Jesús: Cuál es la parte que no entendéis?. Ellos contestaron: Que muchos que han hecho oración con ayuno están condenados. Entonces dijo Jesús: Verdaderamente os digo, que los hipócritas y los gentiles hacen más oraciones, más caridades, y más ayuno que los amigos de Dios. Pero como ellos no tienen fé, ellos no son capaces de arrepentirse por amor a Dios, y así ellos están condenados.
Entonces dijo Juan: Enséñanos, por amor, acerca de la fe. Jesús contestó: Es hora de que hagamos la oración de la aurora. Así que ellos se levantaron, y habiéndose lavado hicieron oración a nuestro Dios, quien es Bendito por siempre.

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Cuando la oración fue efectuada, sus discípulos se acercaron otra vez a Jesús, y él abrió la boca y dijo: Acércate, Juan, porque hoy te hablaré de lo que has preguntado. La fe es un sello con el cual Dios sella a sus elegidos: sello que EL dio a Su Mensajero antes que a todas las cosas, le dio antes que todo lo demás la fe, lo cual es como si fuera a semejanza de Dios y de todo lo que Dios ha hecho y dicho. Y así el fiel vé todas las cosas con la fe, mejor que uno vé con los ojos; ya que los ojos pueden equivocarse;!que va!, ellos casi siempre se equivocan; pero la fe nunca se equivoca, ya que ella tiene como fundamento a Dios y su palabra. Créeme que por la fe son salvados todos los elegidos de Dios. Y es cierto que sin fe es imposible para nadie complacer a Dios. Y es cierto que sin fe es imposible para nadie complacer a Dios. Por ello Satanás no busca reducir a nada los ayunos y la oración, las caridades y peregrinaciones, !no!, más bien él incita a los incrédulos a ellos, ya que a él le da gusto ver que el hombre trabaja sin paga. Pero él se esfuerza con toda diligencia en reducir la fe a la nada. Por lo tanto la fe debe ser especialmente cuidada con diligencia, y el curso más seguro será abandonar el "por qué" sacó al hombre del paraíso y cambió a Satanás del ángel más hermoso al demonio más horrible.
Entonces dijo Juan: Pero, cómo hemos de abandonar el "por qué", siendo que es la puerta del conocimiento?. Jesús respondió:No, más bien el "por qué", es la puerta del infierno.
Entonces Juan se quedó callado, cuando Jesús añadió:Cuando tú sabes que Dios ha dicho una cosa, quién eres tú, oh hombre para decir."Por qué has dicho eso oh Dios? Por qué has hecho así ?, le dice acaso la vasija al alfarero que la hizo, por qué me hiciste para contener agua y no para contener perfume?; en verdad os digo: es necesario fortaleceros a vosotros mismos con esta palabra  contra tentación, que digáis: Así ha dicho Dios; así a hecho Dios; así lo quiere Dios, ya que haciendo así viviréis a salvo.

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En ese tiempo hubo un gran disturbio en toda Judea por causa de Jesús, ya que los soldados romanos, por operación de Satanás, alborotaron a los hebreos, diciendo que Jesús era Dios que había venido a visitarlos. Por lo tanto se provocó tanta sedición, que casi para los 40 días toda Judea estaba armada, de tal manera que se encontraba que el hijo estaba en contra del padre, y el hermano contra el hermano, ya que algunos decían que Jesús era Dios venido al mundo; otros decían, no él es un hijo de Dios; y otros decían: no porque Dios no tiene similitud humana, y por lo tanto no engendra hijos; sino que Jesús de Nazaret es un profeta de Dios. Y esto sucedía por los grandes milagros que Jesús hacía. Por lo tanto, para calmar a la gente, fue necesario que el sumo sacerdote pasease en procesión , vestido con sus túnicas rituales, con el santo nombre de Dios, el tetragramaton sobre su frente, y de manera similar desfilaron el gobernador Pilato y Herodes.
Entonces en Mizpeh se reunieron tres ejércitos, cada uno de 200.000 hombres con espadas. Herodes le habló pero ellos no se calmaron. Entonces hablaron el Gobernador y el sumo Pontífice, diciendo; hermanos esta guerra es suscitada por obra de Satanás, ya que Jesús está vivo, y a él solo tenemos que recurrir, y pedirle que de testimonio de sí mismo, y entonces creer en él, de acuerdo a su palabra. Entonces, con esto se calmaron, todos, acordaron en su corazón creer en lo que Jesús dijera. Y el gobernador y el sumo sacerdote ofrecieron grandes recompensas al que viniera a anunciarles donde podían encontrar a Jesús.

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En ese tiempo nosotros con Jesús, por orden del Santo ángel, habíamos ido al Monte Sinaí. Y allí Jesús con sus discípulos pasó los cuarenta días. Cuando éstos pasaron Jesús se acercó al río Jordán, para ir a Jerusalén. Y él fue visto por uno de los que creían que Jesús era Dios. Entonces con gran alegría y gritando siempre "nuestro Dios viene!, llegando a la ciudad él movió a la ciudad, pequeños y grandes, para ver a Jesús, tanto que la ciudad quedó vacía, ya que las ciudades llevaban a los niños en brazos, y tanto que olvidaron llevar alimentos qué comer.
Cuando percibieron esto, el gobernador y el sumo sacerdote cabalgaron y enviaron un mensajero a Herodes, quien de manera similar cabalgó para encontrar a Jesús, para que la sedicción de las gentes se aplacase. Entonces durante dos días lo buscaron en el desierto cerca del Jordán, y al tercer día lo hallaron, cerca de la hora del medio día, cuando él con sus discípulos se purificaban para la oración, de acuerdo al libro de Moisés.
Jesús se asombró grandemente, al ver que la multitud de gente que cubría el terreno, y dijo a sus discípulos: "Quizás Satanás ha provocado sedicción en Judea. Que Dios quiera quitarle a Satanás el dominio que él tiene sobre los pecadores". Y cuando él hubo dicho esto, la multitud se acercó, y cuando lo reconocieron ellos empezaron a gritar "Bienvenido seas oh Dios Nuestro", y empezaron a hacerle reverencias, como a Dios. Entonces dio un gran lamento y dijo: "idos de ante mí, oh locos!" ya que temo que la tierra se habra y me devore con vosotros por vuestras palabras abominables". Entonces las gentes se llenaron de temor y empezaron a llorar.

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Entonces Jesús, levantando la mano en señal de silencio, dijo: "Verdaderamente habeís errado grandemente, oh israelitas, al llamarme a mí -un hombre- vuestro Dios. Y yo temo que Dios inflija por esto una grave plaga sobre la ciudad santa, entregándola en esclavitud a extranjeros. !Oh mil veces sea maldito Satanás que os ha movido a esto!". Y habiendo dicho esto, Jesús se golpeó la cara con ambas manos, y entonces se levantó un ruido de llanto tal que nadie oía lo que Jesús decía. Así que una vez más él levantó la mano en señal de silencio, y habiéndose callado de llorar las gentes, él habló una vez más: "Yo confieso ante el cielo, y pongo como testigo a todo lo que habita sobre la Tierra, que soy ajeno a todo lo que habeís dicho; viendo que yo soy un hombre, nacido de mujer mortal, sujeto al juicio de Dios, sufriendo las miserias de comer y dormir, de frío y el calor, como otros hombres.  Por lo tanto cuando Dios venga a juzgar, mis palabras como una espada, atravesaran a cada uno de quienes crean que yo soy algo más que un hombre". Y habiendo dicho esto, Jesús vió una gran multitud de Jinetes, por lo que se dio cuenta de que venía el gobernador con Herodes y el sumo sacerdote.
Entonces dijo Jesús; quizá también ellos se han vuelto locos". Cuando el gobernador llegó allí, con Herodes y el Sacerdote, todos desmontaron, y se formaron en círculo alrededor de Jesús, de manera tal que los soldados no pudieron contener a las gentes que estaban deseosas de escuchar a Jesús hablando con el sacerdote. Jesús se acercó al sacerdote con reverencia, pero éste estaba deseoso de inclinarse y adorar a Jesús, cuando Jesús gritó: "Ten cuidado con lo que haces, sacerdote del Dios vivo, No peques contra nuestro Dios!".
El sacerdote respondió "Ahora Judea está tan conmovida por tus señales y tus enseñanzas que ellos gritan que tú eres Dios; por lo tanto obligado por el pueblo, vengo aquí con el gobernador romano y el rey Herodes. Te rogamos por lo tanto de corazón que tengas a bien eliminar la sedición que se ha levantado por culpa tuya; pues algunos dicen que tú eres Dios, algunos dicen que eres hijo de Dios, y algunos dicen que eres un profeta ".
Jesús respondió: "Y tú oh sumo sacerdote de Dios, ¿ por qué no has aplacado esta sedición ? ¿También tú acaso, has perdido la razón ? ¿Han pasado al olvido las profecías con la Ley de Dios, oh miserable Judea engañada de Satanás".

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Y habiendo dicho esto, Jesús dijo otra vez: "Yo confieso ante el cielo, y llamo como testigo a todo lo que vive sobre la tierra, que yo soy ajeno a todo lo que los hombres han dicho de mí, o sea, que soy más que un hombre; ya que soy un hombre, nacido de una mujer, sujeto al juicio de Dios, que vive aquí como otros hombres, sujeto a las miserias comunes, como que Dios vive, ante cuya presencia mi alma comparece, has pecado grandemente, oh sacerdote, al decir lo que has dicho. Que Dios no quiera traer sobre la ciudad santa gran venganza por este pecado".
Entonces dijo el sacerdote: "Que Dios nos perdone, y ruega así tú por nosotros". Entonces dijeron el gobernador y Herodes: "Señor, es imposible que el hombre haga lo que tú haces; así que no entendemos lo que tú dices".
Jesús respondió: "Eso que dices es verdad, ya que Dios obra el bien en el hombre, tal como Satanás obra el mal. Ya que el hombre es como una tienda, donde quien entra con su consentimiento trabaja y vende allí. Pero dime, oh gobernador, y tú, oh rey, vosotros decís esto porque sois extraños a nuestra Ley; ya que sin leyes es el testamento y convenio de nuestro Dios veríais que Moisés con una vara hizo que el agua se convierta en sangre, el polvo en pulgas, el rocío en tempestad, y la luz en oscuridad. El hizo que las ranas y los ratones entrasen a Egipto, cubriendo el suelo, él mató a los primogénitos y abrió el mar, donde ahogó al Faraón. De estas cosas yo no he obrado ninguna. Y de Moisés, todos confiesan que él es un hombre muerto hasta ahora. Josué hizo que el sol se detuviera, y abrió el Jordán, lo cual yo no he hecho. Y de Josué todos confiesan que él actualmente es un hombre muerto. Elías hizo que el fuego bajara visiblemente del cielo, y lloviera fuego, lo cual yo no he hecho. Y de Elías todos confiesan que es 
un hombre muerto. Y de manera similar muchos otros profetas, santos, amigos de Dios, que por el poder de Dios obraron cosas que no pueden ser comprendidas por las mentes de aquellos que no conocen a nuestro Dios, Todopoderoso y Misericordioso. El cual es Bendito por siempre".

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Entonces el gobernador y el sacerdote y el rey rogaron a Jesús que, para calmar a las gentes, se subiese a un lugar elevado y hablase al pueblo. Entonces subió Jesús a una de las doce piedras que Josué hizo que las doce tribus tomaran de en medio del Jordán, cuando todo Israel pasó por el lecho seco del río; y dijo con una voz fuerte: " Que nuestro sacerdote suba a un lugar alto donde pueda confirmar mis palabras". Entonces el sacerdote subió allí; a quien dijo Jesús claramente, para que todos pudiesen oír; "Está escrito en el testamento y convenio del Dios vivo, que nuestro Dios no tuvo principio, ni él tampoco tendrá jamás un fin ".
El sacerdote contestó "Así está escrito allí" Jesús dijo "Está escrito allí que Dios que nuestro Dios con sólo su palabra creó todas las cosas". "Así es”, dijo el sacerdote.
Jesús dijo: "Está escrito allí que Dios es invisible y Oculto a la mente del hombre, ya que él es incorpóreo e indivisible, sin variabilidad". "Así es verdaderamente", dijo el sacerdote.
Jesús dijo: "Está allí escrito cómo el cielo de los cielos no puede contenerlo, ya que nuestro Dios es infinito". "Así dijo Salomón el profeta", dijo el sacerdote, "oh Jesús".
Dijo Jesús:"Está escrito allí que Dios no tiene necesidad, por lo que él no come, no duerme, ni sufre de deficiencia alguna". "Así es", dijo el sacerdote.
Dijo Jesús: "Está escrito allí que nuestro Dios está en todas partes, y que no hay ningún otro dios excepto El, El cual destruye y compone, y hace todo lo que le place". "Así está escrito", dijo el sacerdote.
Entonces Jesús, habiendo levantado sus manos, dijo: "Señor Dios nuestro ésta es mi fe con la que vendré ante Tu Juicio: en testimonio contra todo el que crea lo contrario". Y volviéndose hacia las gentes, dijo: "Arrepentíos, ya que todo lo que el sacerdote ha dicho está escrito en el libro de Moisés, el convenio de Dios por siempre, vosotros podeís daros cuenta de vuestro pecado; porque yo soy un hombre visible y un pedazo de barro que camina sobre la tierra, mortal como lo son los otros hombres. Y yo tuve un principio , y tendré un fin y soy tal que no puedo crear de la nada ni a una mosca".
Entonces las gentes levantaron sus voces llorando, y decían: "Hemos pecado, Señor Dios nuestro, contra Tí; ten piedad de nosotros". Y rogaron a Jesús, todos ellos, que orase por la seguridad de la ciudad santa, que nuestro Dios en su Ira no la entregase para que fuese pisoteada por las naciones. Entonces Jesús, habiendo levantado sus manos, oró por la ciudad santa y por el pueblo de Dios, y todos gritaron. "Así sea Amén".

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Cuando la oración terminó, el sacerdote dijo en voz alta: "Quédate, Jesús, ya que necesitamos saber quién eres, para aplacar a nuestra nación". Jesús respondió: "Yo soy Jesús, hijo de María, de la estirpe de David, un hombre que es mortal y teme a Dios, y yo busco que a Dios le sean dados honor y gloria".
El sacerdote contestó. "En el libro de Moisés está escrito que nuestro Dios debe enviarnos al Mesías, quien vendrá para anunciarnos lo que Dios desea, y traerá al mundo la misericordia de Dios. Por lo tanto, te ruego, que nos digas la verdad, ¿eres tú el Mesías de Dios a quien esperamos?".
Jesús respondió: "Es cierto que Dios así lo ha prometido, pero ciertamente yo no soy él, ya que el fue hecho antes que yo, y vendrá después de mí".
El sacerdote contestó: "Por tus palabras y señales creemos con certeza que tú eres un profeta y un santo de Dios, así que te pido en el nombre de toda Judea e Israel que por amor de Dios nos digas de qué manera vendrá el Mesías ".
Jesús respondió: "Como que Dios vive, ante Cuya presencia comparece mi alma, yo no soy el Mesías a quien todas las tribus de la Tierra esperan, tal como Dios lo prometió a nuestro Padre Abrahán, diciendo: "En tu descendencia bendeciré yo a todas las tribus de la Tierra". Pero cuando Dios me lleve del mundo, Satanás hará surgir otra vez esta maldita sedición, haciendo que los impíos crean que yo soy Dios e hijo de Dios, con lo cual mis palabras y mi doctrina serán contaminadas, tanto que escasamente quedarán allí 30 fieles: y entonces Dios tendrá piedad del mundo, y enviará a su mensajero para quien hizo él todas las cosas; quien vendrá desde el sur con poder, y destruirá a los ídolos con los idólatras; quien le quitará a Satanás el dominio que tiene sobre los hombres. El traerá consigo la misericordia de Dios para salvación de quienes crean en El, y bendito sea quien crea sus palabras.

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Aunque soy indigno de desatar sus correas, he recibido de Dios la gracia y merced de ver al Mensajero". Entonces contestó el sacerdote, con el gobernador y el rey diciendo: "No te aflijas, oh Jesús, santo de Dios, ya que en nuestro tiempo esta sedición ya no será, tanto que todos nosotros escribiremos al sacro senado romano de manera que por decreto imperial nadie la vuelva a llamar Dios o hijo de Dios".
Entonces dijo Jesús: " Con vuestras palabras no me consuelo, ya que donde esperáis luz vendrán tinieblas; sino que mi consuelo está en el advenimiento del Mensajero, el cual destruirá toda falsa opinión acerca de mí, y su fé se extenderá y se apoderará del mundo entero, ya que así lo prometió Dios a Abrahán nuestro padre, y lo que me consuela es que su fe no tendrá fin, sino que será mantenida inviolada por Dios".
El sacerdote contestó: "Después de la llegada del mensajero de Dios, ¿vendrán otros profetas?. Jesús respondió: "No vendrán después de él verdaderos profetas enviados por Dios, sino que vendrá un número de falsos profetas, lo cual me aflije, ya que Satanás los hará surgir por el juicio justo de Dios, y ellos se escudarán bajo el pretexto de mi Evangelio".
Herodes contestó: ¿Cómo es un juicio justo de Dios que esos hombres impíos deban venir?". Jesús respondió "Es justo que quien no crea en la verdad para su salvación deba creer en una mentira para su condenación. Por lo tanto os digo, que el mundo siempre ha despreciado a los verdaderos profetas y ha amado a los falsos, como puede ser visto en el tiempo de Miqueas y Jeremías. Ya que cada quien ama a su semejante".
Entonces dijo el sacerdote: "¿Cómo será llamado el Mesías y qué señal revelará su advenimiento?". Jesús respondió: "El nombre del Mesías es admirable, ya que Dios mismo le dio el nombre cuando El creó su alma, y la puso en un esplendor celestial. Dios dijo: "Espera Mohammed; ya que por amor a tí yo crearé el Paraíso, el mundo y una gran multitud de criaturas, lo cual te doy como regalo, tanto que quien te bendiga será bendito, y quien te maldiga será maldito. Cuando yo te envíe al mundo yo te enviaré como mi mensajero de salvación, y tu palabra será veraz, tanto que el Cielo y la Tierra fallarán, pero tu fé nunca fallará". Mohammed es su nombre bendito". Entonces la multitud levantó la voz, diciendo "Oh Dios!, enviamos a Tu mensajero: Oh Mohammed, ven pronto para la salvación del mundo".

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Y habiendo dicho esto, la multitud partió con el sacerdote y el gobernador con Herodes, teniendo grandes disputas acerca de Jesús y acerca de su doctrina. Por lo tanto el sacerdote rogó al gobernador que escribiera a Roma exponiendo todo el asunto al senado; lo cual hizo el gobernador; y entonces el senado tuvo compasión de Israel, y decretó que bajo pena de muerte a nadie debería llamar a Jesús el Nazareno, profeta de los judíos, no Dios ni hijo de Dios, decreto que fue fijado en el Templo, grabado sobre cobre.
Cuando la mayor parte de la multitud hubo partido, quedaron unos 5000 hombres, sin contar a las mujeres y los niños; los cuales estando cansados del viaje, habiendo estado dos días sin pan, ya que por anhelar ver a Jesús habían olvidado traerlo, por lo que comían hierbas crudas, por lo tanto ellos no fueron capaces de irse como los demás. Entonces Jesús, cuando se dio cuenta de esto, tuvo piedad de ellos, y dijo a Felipe: "Dónde encontraremos pan para ellos para que no perezcan de hambre?".
Felipe contestó: "Señor, 2000 monedas de oro no podrían comprar tanto pan como para que cada uno de ellos probara un poco". Entonces dijo Andrés: "Hay aquí un niño que tiene cinco hogazas de pan y dos pescados, ¿pero de qué servirán entre tantos?".
Jesús contestó "Haced que la muchedumbre se siente". Y ellos se sentaron sobre el césped en grupos de 50 y 40. Entonces dijo Jesús: "!En el nombre de Dios!". Y él tomó el pan y oró a Dios y entonces partió el pan, el cual dio a los discípulos y los discípulos lo dieron a la multitud; y asimismo hicieron con los pescados. Todos corrieron y todos estuvieron satisfechos. Entonces dijo Jesús "Reunid las sobras". Así los discípulos reunieron los fragmentos, y llenaron doce canastos. Entonces todos se ponían las manos sobre los ojos, diciendo: "¿Estoy despierto, o soñando?" Y todos permanecieron por el período de una hora como fuera de sí mismos debido al gran milagro. Después Jesús, cuando hubo dado gracias a Dios, los despidió, pero había 72 hombres que no quisieron dejarlo; por lo que Jesús dándose de cuenta de su fe, los escogió como discípulos.

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Jesús; habiéndose retirado a una hondonada del desierto en Tiro cerca del Jordán, llamó a los 72 junto con los doce, y cuando se hubo sentado sobre una roca, los hizo que se sentaran cerca de él. Y abrió la boca con un suspiro y dijo: "Este día hemos visto una gran maldad en Judea y en Israel, y tan grande que mi corazón todavía tiembla dentro de mi pecho por temor a Dios. Verdaderamente os digo, que Dios es celoso de su Honor, y ama a Israel como un amante. Vosotros sabías que cuando un joven ama a una dama, y ella no lo ama a él, sino a otro, él se mueve a la indignación y mata a su rival. Así, os digo, hace Dios: ya que, cuando Israel ama cualquier otra cosa por razón de la cual olvida a Dios, Dios ha reducido esa cosa a la nada. Ahora, ¿Qué cosa es más querida a Dios aquí sobre la Tierra que el sacerdocio y el templo sagrado? No obstante en el tiempo de Jeremías el profeta, cuando las gentes habían olvidado a Dios y sólo presumían del templo, ya que no había ninguno como él en todo el mundo, Dios mostró su ira por medio de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y con un ejército lo hizo tomar la ciudad santa y quemarla con todo y el templo sagrado, tanto que las cosas sagradas que los profetas de Dios temblaban al tocar fueron pisoteados bajo los infieles llenos de maldad.
Abrahán amaba a su hijo Ismael un poco más de lo que era justo, así que Dios ordenó para matar ese mal amor del corazón de Abrahán, que éste matara a su hijo: lo cual él hubiera hecho si el cuchillo hubiese cortado.
David quería vehementemente a Absalón, y por lo tanto Dios hizo que sucediera que el hijo se rebelara contra su padre y fuera suspendido del cabello y matado por Joab. ¡Oh terrible Juicio de Dios, que Absalón amase su cabello por encima de todas las cosas, y éste se convirtió en una soga para colgarlo.
El inocente Job estuvo a punto de amar demasiado a sus siete hijos y tres hijas, cuando Dios lo dejó en manos de Satanás, el cual no sólo los privó de sus hijos y sus riquezas en un día, sino que también lo afligió con una penosa enfermedad, tanto que por siete años seguidos los gusanos salían de su carne.
Nuestro padre Jacob amaba a José más que a sus otros hijos, por lo que Dios hizo que éste fuera vendido, e hizo que Jacob fuera engañado por esos mismos hijos, tanto que él creyó que las bestias habían devorado a su hijo, y así vivió diez años llorando su muerte.
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Como que Dios vive, hermanos, temo que Dios se enoje contra mí. Por lo tanto es necesario que vaya a través de Judea e Israel, predicando a las doce tribus de Israel, para que no sean engañadas". Los discípulos respondieron con temor, llorando: "Nosotros haremos cualquier cosa que nos ordenes". Entonces dijo Jesús: "Hagamos oración y ayunemos durante tres días, y de aquí en adelante cada anochecer cuando la primera estrella haya aparecido, cuando se hace la oración a Dios, hagamos oración tres veces, pidiendo tres veces misericordia: ya que el pecado de Israel es tres veces más grave que otros pecados".
"Así sea", respondieron los discípulos. Cuando terminó el tercer día, en la mañana del cuarto día, Jesús llamó juntos a todos los discípulos y los apóstoles y les dijo: "Es suficiente que se queden conmigo Bernabé y Juan, vosotros los demás id a través de toda la región de Samaria y Judea e Israel, predicando penitencia; ya que el hacha está lista cerca del árbol, pronta a cortarlo. Y haced oración sobre los enfermos, ya que Dios me ha dado autoridad sobre toda enfermedad".

Entonces dijo el que escribe: "Oh maestro, si les preguntan a tus discípulos de qué manera deben hacer para mostrar penitencia, ¿qué deberán responder?". Jesús respondió: "cuando un hombre pierde una bolsa con dinero, ¿voltea él sólo su ojo para verlo ?, ¿ o sólo su mano para tomarla ?, ¿ o su lengua, para preguntar?. No, ciertamente, sino que él voltea todo su cuerpo y emplea toda fuerza de su alma para hallarla. ¿Es eso cierto ?". Entonces contestó el que escribe: "es ciertísimo".

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