3.-UN REPASO GENERAL ANTES DE DECIDIR
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Como
no soy ni historiadora ni pertenezco a partido político alguno y,
además nunca he intervenido en política, he tenido que remitirme a
escritos, diagramas y explicaciones que he ido encontrando en páginas
y libros de los que se consideran autorizados en estas cuestiones.
De
mis lecturas y ayudada por mis reflexiones y, sobre todo, por mi
imaginación, he llegado a la conclusión de que actualmente nos está
pasando lo que tantas veces en nuestro pasado: hemos llegado a
destiempo y con prisas. Es una constante en la historia de nuestro
País el querer hacer las cosas cuando ya no pueden ser. Es difícil
que, en un mundo que tiende a la globalización, al gobierno
universal, a la religión universal y sometido al poder omnímodo de
las grandes corporaciones, podamos nosotros, en este pequeño trozo
de Europa, a la que estamos unidos por un jirón de tierra, como
añadidos a última hora y con un paso tan difícil como lentos de
los aconteceres, tratar de mover algo de lo que está instituido. Y
me parece mezquino que en cualquier parte de España, haya políticos
que conscientemente enerven los ánimos de sus pueblos con promesas
que, saben mejor que nadie, no podrán cumplir. En realidad, esos
políticos sólo tienen como finalidad el mantenimiento de su parcela
de poder e influencia. Esos no son más que politiqueo o
politiquerías con las que se dejan embaucar algún que otro
intelectual entusiasmado por una idea que en realidad no ha
examinado. También los intelectuales “tienen su corazoncito” y
sueñan con ser “profetas en su tierra”.
Al
final, pero muy al final me gustaría diferenciar dos conceptos que
se manejan unidos, como si fueran sinónimos: nacionalismo y
separatismo. Ni son sinónimos ni se parecen en sus fundamentos,
intenciones ni valor personal o ético.
Pero
vamos hoy a ponernos serios y, si queréis, repasad conmigo las
razones que me llevan a ser pesimista en este tema: vamos a hablar de
Federación. Para constituir una Federación, es necesario que “todo
el pueblo” admita como punto de partida algunos principios (1):
1.-Aquello
que nos une es el respeto por la diferencia,
y si alguna parte entiende que ese respeto se ha quebrado podrá
separarse en cualquier momento, sin otro requisito que una decisión
mayoritaria de sus habitantes;
2.-Ninguno
pagará protección a iglesias, nobles
o casas reales, ni admitirá otros
administradores que los elegidos en cada circunscripción
por sufragio directo.
3.-Nadie
podrá hacer del gobierno un medio de vida,
y los ciudadanos asumirán todas las responsabilidades de
administración y defensa, con mandatos muy breves y siempre
irrelegibles.
(1)Paráfraseando
de A. Escohotado, “Caos y Orden”
Estos
principios, a primera vista, pueden parecer fáciles y hasta
naturales, o sea, que se sobreentienden. Pero ¿se sobreentienden
realmente?, ¿Podemos considerarlos como parte del “derecho
natural”? Veámoslo:
-Si
bien sobre el papel, se admite que “todos los hombres son iguales”
y se enuncia la necesidad de respetar las minorías y se prohibe la
discriminación por sexo, cultura, estrato social, raza, etc., no
podemos decir que los españoles seamos especialmente respetuosos con
las diferencias: más bien el diferente es mirado de malos modos,
empezando por el ateo, agnóstico, protestante, de derechas, de
izquierdas, forasteros, inmigrantes, extranjeros. Al
mismo tiempo estos grupos atípicos (atípicos para los que no
pertenezcan a ellos) cumplen una labor importante en la política: se
manipulan contínuamente con dos propósitos:
.
Como
propaganda de vanguardia o como conservación de valores
tradicionales:
en este sentido el grupo más manipulado es el llamado “mundo Gay”,
que cada año da lugar a un espectáculo esperpéntico que, bajo el
lema de la libertad, resulta hasta insultante para ellos mismos, que,
sin embargo, participan en él pensando de verdad que son libres. O
se modifica en el código la definición de matrimonio para
convertirla en una especie de “unidad de destino en lo universal”
con tal que dos se junten y se apunten a una lista. Este tema no sólo
lo explotan los políticos de un signo, sino también los de signo
contrario y cada uno vocifera su postura para aglutinar los votos en
dos bandos que, a veces, se enfrentan y producen espectáculos
lamentables que se focalizan en el destrozo de “mobiliario urbano”
que, ellos mismos han pagado y pagarán de nuevo.
Creo
que acerca de las tendencias sexuales del ser humano, cuanto menos se
hable, mejor, a no ser que provoquen conductas que caigan de pleno
bajo las leyes penales.
. Un
tema también muy recurrente es el de las “minorías étnicas”.
El español, por lo general, cuando oye esa expresión no recuerda
más que a los gitanos, con
los que ha convivido toda la vida desde una postura de superioridad.
Hace poco tiempo oí un comentario en la TV., según el cual, un alto
porcentaje de españoles no tendrían inconveniente en que uno de sus
hijos se casase con un “negro”. Y a mí se me ocurrió pensar que
muy pocos españoles tenían oportunidad de hacer amistad con un
“señor de color”. Me hubiera parecido más correcto una encuesta
en la que el posible matrimonio se realizara con un gitano. Pero esa
encuesta no hubiera servido para alabar la falta de racismo en
nuestra sociedad.
. Y,
realmente, para comprobar si aceptamos de buen grado al diferente,
basta pensar, sin gastar un euro, la opinión que cada Comunidad,
Provincia o Municipio tiene de los de “al lado”. Catalanes,
roñosos y “agarraos”; aragoneses, cabezotas; vascos, brutos
forzudos; asturianos, borrachos y dinamiteros; castellanos,
altaneros; andaluces, fulleros; murcianos, todos gitanos., etc.
.Resulta
aburrido, por reiterativo, el tema de la igualdad entre los sexos. El
hombre español, aunque escriba o diga algo distinto, sólo reconoce
dos tipos de mujeres: las putas y la suya. Todas son lo que son,
cuando dicen “no” es que lo están deseando, la maté porque se
fue con otro, la pego porque se lo merece (o, “si la pega, por algo
será”, que es otra variante). Aunque
no es el tema, me gustaría algún día profundizar en el tema de la
desigualdad entre sexos. Es corriente pensar en el maltrato femenino,
quizá porque la mujer pide más veces ayuda, pero también existe el
maltrato masculino, con sus propias características.
Estos
pequeños ejemplos que damos, están por encima de clases o cultura.
La única diferencia es que las clases adineradas tienen más
facilidades para solucionarlo en el seno de la casa o la familia. Es
cierto que estas opiniones se dan casi a nivel universal pero, otras
naciones, a pesar de las diferencias, son capaces de unirse ante una
situación que afecte a todos.
Una
incógnita que siempre me ha llamado la atención es el saber dónde
quedaron aquellos primitivos iberos que, desde el Neolítico,
poblaban toda la Península y, aunque con nombres diferentes,
parecían tener un origen común. Vivían más o menos en paz y
llevaban a cabo alianzas y pactos de no agresión para facilitar la
convivencia. Qué fué del reino de Tartessos que estableció tratos
con los fenicios, pueblo éste que también constituye una incógnita.
Se sabe que en algunos asentamientos iberos se utilizaba una
escritura esquemática cuyos secretos no han sido todavía
descifrado.
Quizá
esos habitantes ancestrales formaran lo que consideraríamos “el
pueblo” a través de tantas y tantas invasiones como sufrimos,
puesto que tenemos cuatro puertas abiertas de par en par al mar.
Entre cartagineses hacia el Norte, Romanos hacia el Sur, Celtas
empujados y entrando por los Pirineos, los Godos, los Musulmanes, los
Judíos, los que se declararán más tarde salvadores de la Corona y
la Fe, cuatro o cinco caudillos astures que tenían gente bajo su
mando e inventaron la guerra de guerrillas porque así hay que luchar
en las montañas. Según avanzaron en sus conquistas más renombre y
pleitesía recibieron hasta que se funda una verdadera Monarquía,
con la ayuda de Dios y a la que presta sus servicios el mismísimo
Apostol Santiago (en la famosa batalla de Clavijo).
Si
cogemos todos estos ingredientes, los mezclamos y agitamos, el
resultado será la España que, abstracción hecha de los Títulos
Nobiliarios, ha llegado a nuestros días: una Monarquía
(constitucional actualmente, aunque los ejes lógicos del cerebro
crujan cuando intentan unir ambos conceptos), un Clero que aprieta o
afloja según sea el viento de libertad o represión y un pueblo
sometido durante siglos a estos dos poderes y que, inevitablemente,
llega a pensar que las cosas tienen que ser así, y que “siempre
hubo ricos y pobres” y eso no hay quien lo arregle. Un pueblo
todavía más sometido en los dos últimos siglos y con una política
errática y unos políticos incapaces de hacer que un gobierno sea un
poco duradero.
Así
que, la primera idea que poníamos como requisito para una
federación, se hace bastante dificultosa en las
circunstancias actuales. Largo será el camino de la concienciación
y muchos los escollos que sortear. Deseo de todo corazón que, quién
lo intente, triunfe. A lo mejor habría que inventar “la guerra de
guerrillas legales” que ahora mismo no sé lo que puede ser, porque
se me acaba de ocurrir. El pasado puede resultar esclarecedor.
2
Más,
muchísimo más escabrosa nos va a resultar llevar a la práctica la
segunda idea. Aquí, para relajar la tensión vienen bien aquellos
versos que me hicieron memorizar las monjas y que definen bastante
bien la situación:
Juntáronse
los ratones
para
librarse del gato
y,
después de largo rato
de
disputas y opiniones,
dijeron
que convendría
el
ponerle un cascabel
que,
andando el gato con él,
librarse
mejor podrían
Salió
un raton barbicano,
colilargo,
hiciquirromo
y,
encrespando el grueso lomo,
dijo
al senado romano:
“¿quién
de todos ha de ser
el
que se atreva a poner
ese
cascabel al gato?”
Hay
mucha tela que cortar en la cuestión de la protección de las
religiones. Pero, ya van varias veces que oigo una noticia que me
inquieta y enfada. Parece ser que, aprovechando un vacío legal, la
Iglesia andaluza se ha apropiado por escritura pública de muchos
enclaves de nuestro Patrimonio Cultural. Lo que no he oído es que
alguien, algún partido, alguna asociación, alguno de esos
Organismos que se crean para los parientes y que tenga como función
el evitar estos expolios, digan media palabra. Si no entendí mal, el
último robo ha sido la Alhambra. Eso, además de expolio, es de un
cinismo que sobrepasa el “umbral máximo”
La
Iglesia inscribió 4.500 propiedades sin publicidad y sin pagar
impuestos
Las
diócesis vivieron un boom inmobiliario a partir del año 2003
El
obispado de Córdoba registró la mezquita en marzo de 2006 por 30
euros
Es
de destacar el hecho de que actualmente, el dinero recaudado por las
entradas, van a parar a las arcas de la Iglesia en concepto de
limosnas que no están obligadas a declarar ni desglosar el IVA.
Repaso las noticias y en toda la geografía española, sólo se
enciende una lucecita de inquietud, casi parpadeante, en el Reino de
Navarra, una de las tierra que tienen más derecho que cualquier otra
a llamarse “reino” pues, desde el principio de la historia, sus
reyes tuvieron relación con reinos extranjeros. Navarra presenta una
superficie y una dispersión demográfica que nos permitiría tomarla
como patrón de lo que debe ser un cantón. En Navarra se ha impuesto
una ley protectora del Patrimonio Cultural. Pero, también es verdad
que, precisamente y a pesar de las condiciones idóneas que hemos
mencionado, en Navarra la Iglesia tiene una importancia difícil de
anular.
3
A
la hora de elegir a los representantes del pueblo, existen dos
métodos:
La democracia
directa, llamada
también democracia pura, es una forma de democracia en
la que
el poder es ejercido directamente por el pueblo para
formar una
asamblea.
Dependiendo de las atribuciones de esta asamblea, la ciudadanía
podría aprobar o derogar leyes, así como elegir a los funcionarios
públicos. La democracia directa contrasta con la democracia
representativa,
pues en esta última, el poder lo ejerce un pequeño grupo de
representantes, generalmente elegidos por el pueblo. Lo
de pequeño grupo es un decir, pues lo característico de esta
democracia es la cantidad de políticos que se necesitan y la
perpetuación en el cargo.
Muchos
países que poseen democracias representativas, permiten formas
limitadas de democracia directa, como son la iniciativa
popular,
el referéndum(plebiscito),
La iniciativa
popular permite
a los ciudadanos presentar peticiones a los poderes del Estado para
que un determinado asunto público sea tomado en consideración, como
puede ser una reforma legislativa o incluso constitucional.
El referéndum puede
emplearse para aprobar o rechazar una determinada ley. Es
de resaltar el detalle de las 500.000 firmas que pide la Constitución
Española, frente a las 50.000 que impone la Suiza.
Las
democracias directas no producen una clase exclusiva de políticos y
pueden ser más económicas que las representativas. Veremos el caso
de Suiza, que todo el mundo cita como modelo. Los políticos siguen
ejerciendo sus profesiones en la sociedad y se ocupan de la política
una media de cinco horas diarias.
No
podemos esperar que un Pais como España pueda salir adelante con el
resultado de nuestra forma de gobierno: un gobierno central enterito,
con todo lo que ello conlleva de moscas necesarias alrededor de
cualquier cargo y 17 autonomías que son calcos directos del gobierno
central. Cada una con su Junta de Gobierno y tantos Consejeros como
parlamentarios en el Gobierno Central. A ésto le tenemos que añadir
los Gobiernos Municipales de cada pueblo que, además del Alcalde
cuentan con los concejales oportunos. La Unión Europea también es
un gasto añadido con una serie de representantes, cuyo total
desconozco.
Se
adjunta un artículo de El Economista dónde se coloca la cifra de
los políticos en 400.000. Basta
el gasto de la política para llevar a la bancarrota al país, sin
necesidad de hablar de la corrupción, escape y fuga de capitales a
países extranjeros. Aunque fueran Angeles del Cielo, no tenemos
dinero para todos, si se tiene en cuenta que el único que paga es el
contribuyente y que parte de los ingresos de los políticos son
opacos y no declarables por desconocidos.
España
es el país europeo con mas políticos: hasta 400-000, uno por cada
115 personas
La
organización del Estado autonómico ha consolidado a España como el
primer país de la Unión Europea por número de cargos públicos.
Las últimas estimaciones realizadas apuntan, en este sentido, que
podría haber más de 400.000 políticos en activo si se incluyen
asesores y cargos de confianza, publica este lunes El Economista.
Son
diputados, senadores, alcaldes, concejales, miembros de los
parlamentos autonómicos o de las diputaciones provinciales, de las
mancomunidades, de las empresas públicas… y así un larguísimo
etcétera. Lo cierto es que no existe ni siquiera ningún informe
oficial que cifre cuál es el número exacto de políticos que hay en
España cobrando una nómina de la Administración, sea central,
autonómica o local.
Si
se tiene en cuenta esta cifra, en España habría así más cargos
políticos que médicos, policías y bomberos juntos. Y eso en un
país con casi cinco millones de parados. En Europa, el segundo
Estado con un mayor número de políticos sería de acuerdo con los
estudios y estima así, tiene, de acuerdo con los cálculos hechos,
la mitad que nosotros, unos 200.000.
Más
o menos en el mismo nivel estaría Francia, y muy por detrás, con
poco más de 100.000, Alemania. Y eso en un país federal, dividido
en 16 lander, y con un grado de descentralización mucho mayor que
España.
Hay
que tener en cuenta que no hay cifras oficiales y que se trata tan
sólo de estimaciones, pero aún así, en nuestro país habría
alrededor de un cargo político por cada 115 ciudadanos, lo que nos
sitúa muy por encima de nuestros vecinos. Entre las grandes
economías de la eurozona, el ratio es, de hecho, mucho más bajo.
En
Italia hay así uno por cada 300 aproximadamente, en Francia uno por
cada 325 y en Alemania uno por cada 800 ciudadanos. No hay así
comparación posible de gasto. Joaquín Trigo, director del Instituto
de Estudios Económicos (IEE), que frente a la previsible subida del
IVA, apunta en este sentido que “se está perdiendo un tiempo
precioso” y urge a rebajar el coste de la Administración del
Estado, recortando la masa salarial de los cargos políticos y
funcionarios, si es necesario cambiando incluso la ley.
No
se trataría tanto de bajar los sueldos, que en la mayoría de los
casos están ya muy ajustados y han bajado considerablemente en los
últimos dos años, como de recortar el número de nóminas con cargo
a las arcas públicas.
Y
en la misma línea se pronuncia también Carlos de Benito, director
de la Nebrija Business School. “A partir de ahora, desde la
perspectiva laboral poco más se puede hacer, en todo caso adelantar
el retraso en la edad de jubilación, que no será a los 67 años
hasta 2027. Pero lo más importante es reformar el marco jurídico
del Estado”, asegura. “Hay que recuperar competencias autonómicas
porque el modelo actual es inviable e insostenible. Es necesario
adelgazar urgentemente la estructura y reducir el número de cargos
públicos”.
Una
gran parte del problema está ahora mismo en las empresas
públicas. El Gobierno ha anunciado un plan de “simplificación
y racionalización” tanto en éstas como en las fundaciones, que
debe acabar con el cierre o privatización de una buena parte de
ellas. Pero aún así no es una tarea fácil porque, de acuerdo con
los últimos datos oficiales, hay todavía 2.800 empresas públicas
estatales y otras 2.350 más autonómicas.
Según
informó el diario La Razón, el Ejecutivo estaría estudiando
también una modificación de la Ley Orgánica del Régimen Electoral
General (Loreg) para reducir sustancialmente el número de concejales
en los Ayuntamientos españoles. Actualmente hay en la administración
local 68.462 cargos electos, lo que supone 2.300 más que en la
anterior legislatura.
El
ranking por provincias lo encabezan Barcelona, con 3.761 concejales;
Valencia, con 2.964; Madrid, con 2.287, y Salamanca, con 2.168. En el
lado opuesto están Álava, con 431; Las Palmas, con 598, y Cádiz,
con 716. Pero a estas cifras hay que sumar además los 8.116
alcaldes, por cada uno de los ayuntamientos existentes en la
actualidad.
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