NO PENSARÉIS QUE OS VOY A CONTAR TODO EL LIBRO. SOLO DAROS A CONOCER A UNO DE LOS AUTORES MAS CULTOS Y SIMPÁTICOS DE LA CIENCIA FICCIÓN QUE TIENE UNA IRONÍA COMO SÓLO PUEDEN TENERLA LOS GENIOS. EL LIBRO, QUE NO TIENE DESPERDICIO SE LLAMA "MAGNITUD IMAGINARIA"
HISTORIA DE LA
LITERATURA BÍTICA
1. Observaciones
generales. Bajo la denominación de literatura bítica englobamos
toda obra de procedencia no humana, o sea toda aquella literatura
cuyo autor directo no ha sido el hombre. (En cambio, podía serlo
indirectamente si emprendía actividades que incitaran al autor real
a actos de creación). La disciplina que investiga la totalidad de
esa obra es la bitística.
Hasta el momento actual no
se ha llegado todavía, en dicha disciplina, a una unidad de
criterios sobre la extensión de la especialidad investigada. En
cuanto a esa cuestión capital, existen dos corrientes o escuelas
opuestas, llamadas generalmente la Bitística del Viejo Mundo
(europea) y la del Nuevo Mundo (americana). La primera escuela,
imbuida del espíritu de la humanística clásica, examina los textos
y los condicionamientos ambientales (sociales) de los autores, sin
ocuparse de sus funciones y construcción. La segunda escuela, la
americana, incluye en la bitística la anatomía y los aspectos
funcionales de los creadores de las obras examinadas.
Como nuestra monografía no está destinada a la discusión del tema
en litigio, le dedicaremos solamente una breve observación. El
silencio de la humanística tradicional respecto a los asuntos de
anatomía y fisiología de los autores está justificado por un hecho
indiscutible: perteneciendo todos ellos a la especie humana, las
diferencias existentes entre ellos se reducen a las que puedan mediar
entre individuos de una misma especie. En tal caso, escribe el
profesor Rambellais, sería absurdo, en la romancística, por
ejemplo, empezar el análisis de una obra diagnosticando que el autor
de Tristán e Isolda o el de la Canción de Rolando fue un organismo
multicelular, perteneciente al subtipo de vertebrados terrestre,
mamífero vivíparo, pulmonado, placentario, etcétera. En cambio, el
absurdo ya no es el mismo si precisamos que el autor de Anticanto,
ILLIAC 164, es un ordenador de binastia 19, semotopológico,
paraleloserial, electrónico, inicialmente políglota, con un
potencial intelectrónico que alcanza 1010 epsilonsemos por 1
milímetro de espacio configurativo n-dimensional de canales
utilizables, con memoria enalienada en red y con una monolengua de
procesos interiores de tipo UNILING. Esta enumeración es sensata, ya
que los datos citados determinan ciertas propiedades concretas de los
textos compuestos por ILLIAC. No obstante, afirma el profesor
Rambellais, la bítica no tiene que ocuparse obligatoriamente del
aspecto técnico (en el caso del hombre diríamos: zoológico) de los
autores; el profesor basa su afirmación en dos razones. La primera,
de menor importancia y de carácter más práctico, se refiere al
hecho de que la descripción de esa anatomía exige extensos
conocimientos de técnica y de matemáticas, cuya totalidad no es
accesible ni siquiera a los especialistas en la teoría de los
autómatas. En efecto, un experto, ducho en esa teoría, sólo se
orienta con soltura en una cierta rama de ella, en la que se ha
especializado. Por tanto, no se puede exigir a los representantes de
la bitística, humanistas de profesión y preparación, que dominen
lo que ni los profesionales de la electrónica abarcan totalmente.
Por eso el maximalismo de la escuela americana la obliga a efectuar
las investigaciones en grupos de varios especialistas, lo que siempre
da malos resultados, ya que ningún conjunto, ningún «coro» de
críticos puede sustituir eficazmente a un solo crítico, experto en
todos los aspectos del texto analizado.
La segunda
razón, más importante y fundamental, consiste, sencillamente, en el
hecho de que, al introducir en la bitística una «corrección» o un
«complemento» det ipo «anatómico», la obligamos a frenar su
curso cada vez que concentra su atención en los textos de «apostasía
bítica» (volveremos a ello más adelante). Por lo demás, si el
autor en cuestión procede de cualquier binastía de computadores de
orden numérico superior al 18, toda la ciencia de los
intelectrónicos es insuficiente para comprender bien cómo, por qué
y con qué objeto creó su texto.
La bitística
americana opone a esta argumentación sus contra argumentos, pero,
como ya hemos dicho, nuestra monografía no intenta ocuparse de esa
contienda ni, menos todavía, decidir quién tiene razón
. Descripción de la obra. La presente monografía constituye una prueba de compromiso entre las actitudes mencionadas más arriba; en todo caso, la suya se inclina hacia el punto de vista de la escuela europea. Lo mismo se refleja en su composición, ya que sólo el primer tomo, redactado por el profesor Annax con la colaboración de veintisiete expertos de varias especialidades, trata de los aspectos técnicos de los autores-ordenadores. El tomo empieza por la introducción a la teoría general de los autómatas finitos; en los capítulos ulteriores se habla de cuarenta y cinco textos de autor, representativos de la literatura bítica, escritos individualmente (textos singulares), o en grupos (autores-agregados).
A pesar de ello, hay que subrayar aquí que, a excepción de unas llamadas marcadas con asteriscos en los tomos de la Historia de literatura bítica propiamente dicha, su estudio no exige necesariamente la lectura del primer volumen.
La parte pertinente, meritoria, de la monografía consta de tres tomos que llevan los siguientes títulos: «Homotropía», «Intertropía» y «Heterotropía», y está sujeta a una clasificación admitida generalmente, de carácter diacrónico y sincrónico a la vez, ya que los tres sectores principales de la literatura bítica, que figuran bajo las denominaciones mencionadas, representan al mismo tiempo tres fases consecutivas de su nacimiento y desarrollo. Presentamos en la tabla que el lector encontrará más abajo un esquema del conjunto
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