sábado, 19 de noviembre de 2016

EVANGELIO APÓCRIFO DE BERNABÉ (III)


52
"El día del Juicio de Dios será tan terrible que, en verdad os digo, los réprobos antes escogerían diez infiernos que ir a oír a Dios hablar con ira contra ellos, contra los cuales todas las cosas creadas darán testimonio. Verdaderamente os digo, que no sólo los réprobos temerán, sino los santos y los elegidos de Dios, tanto que Abraham no confiará en su propia rectitud, y puesto que Dios, para dar a conocer Su Majestad, privará a Su Mensajero de la memoria, así que él no tendrá recuerdo de cómo Dios le dio todas las cosas. Verdaderamente os digo que, tendré que rendir cuentas. Como que Dios vive, ante Cuya Presencia mi alma comparece, yo soy un hombre mortal como son los otros hombres, ya que aunque Dios me ha puesto como profeta sobre la casa de Israel para la salud de los débiles y la corrección de los pecadores, yo soy el siervo de Dios, y de esto vosotros sois testigos, y cómo hablo yo contra esos hombres malvados que después de mi partida del mundo anularán la verdad de mi evangelio por obra de Satanás. Pero yo regresaré cerca del fin, y conmigo vendrán Enoc y Elías, y nosotros testificaremos contra los malvados, cuyo final será maldito". Y habiendo hablado así Jesús derramó lágrimas, y entonces sus discípulos lloraron en voz alta, y levantaron sus voces, diciendo: "Perdón, oh Señor Dios, y ten misericordia de Tu inocente siervo. Jesús respondió: "Amén, amén".
53
"Antes de que venga ese día", dijo Jesús, "Gran destrucción caerá sobre el mundo, pues habrá guerra tan cruel y despiadada que el padre matará al hijo, y el hijo matará al padre por razón de la separación entre las gentes, entonces las ciudades serán aniquiladas, y el país quedará desierto, vendrán tales pestilencias que no se encontrará a nadie para que lleve a enterrar a los muertos, así que ellos serán dejados como alimento para las bestias. A quienes queden sobre la tierra Dios les enviará tal escasez que el pan se valuará por encima del oro, y ellos comerán todo tipo de cosas impuras. Oh época miserable, en la cual apenas podrá encontrarse quien diga:"Yo he pecado, ten misericordia de mí, Oh Dios". Sino que con horribles voces ellos blasfemarán de El, Quien es Glorioso y Bendito por siempre. Después de esto, al irse acercando ese día, durante 15 días, vendrá una señal horrible sobre los habitantes de la tierra. El primer día el sol correrá su curso en el cielo sin luz, sino negro como el tinte de las ropas; y dará gruñidos, como un padre que se lamenta por un hijo próximo a morir. El segundo día la luna se convertirá en sangre y la sangre caerá sobre la tierra como rocío. El tercer día las estrellas será vistas peleando entre ellas como un ejército de enemigos. El cuarto día las piedras y las rocas se estrellarán unas contra otras como crueles enemigos. El quinto día toda planta y hierba llorará sangre. El sexto día el mar se levantará sin dejar su lugar hasta una altura de 150 codos, y estará parado todo el día como una muralla. El séptimo día, por el contrario, se hundirá tan profundamente que apenas será visto. El octavo día los pájaros y los animales de la tierra y del agua se reunirán todos juntos, y darán gritos y rugidos. El noveno día habrá una tormenta de granizo tan horrible que matará en forma tal que escasamente la décima parte de los seres vivientes escapará. El décimo día vendrán rayos y truenos tan horribles que la tercera parte de las montañas se partirán y quemarán. El undécimo día todo río correrá hacia atrás, y acarreará sangre y no agua. El duodécimo día toda cosa creada llorará y se lamentará. El decimotercer día el cielo será enrollado como un libro, y lloverá fuego, así que toda cosa viviente morirá. El decimocuarto día habrá un terremoto tan horrible que las cimas de las montañas volarán por el aire como pájaros, y toda la tierra se volverá un llano. El decimoquinto día morirán los santos ángeles, y solamente Dios quedará vivo; a Quien pertenecen el honor y la gloria".
Y habiendo dicho esto, Jesús se golpeó la cara con ambas manos, y luego golpeó el suelo con su cabeza. Y habiendo levantado la cabeza, dijo él: "Maldito sea todo el que inserte en mis dichos que yo soy el hijo de Dios". A estas palabras los discípulos cayeron como muertos, y entonces Jesús los levantó, diciendo: "Temamos a Dios ahora, si no queremos estar atemorizados de ese Día".
54
"Cuando hayan pasado estos signos, habrá oscuridad sobre el mundo durante 40 años, estando vivo sólo Dios, a Quien pertenecen el honor y la gloria por siempre. Cuando hayan pasado 40 años, Dios dará vida a Su Mensajero, quien se levantará otra vez como el sol, resplandeciente como mil soles. El se sentará, y no hablará, ya que él estará como fuera de sí mismo. Dios, resucitará a los cuatro ángeles favorecidos de Dios, quienes buscarán al Mensajero de seguida Dios dará vida a todos Sus profetas, quienes, siguiendo a Adán, irán cada uno a besar la mano del Mensajero de Dios, confiándose a su protección. En seguida dará vida Dios a todos lo elegidos, quienes gritarán: ¡Oh Mohammed, acuérdate de nosotros!". A sus gritos despertará la misericordia en el Mensajero de Dios, y él considerará qué debe hacer, temiendo por la salvación de ellos. En seguida dará Dios vida a toda cosa creada, y ellos regresarán a su existencia anterior, pero además cada uno poseerá el poder del habla. Después dará vida Dios a todos lo réprobos, a cuya resurrección, debido a su fealdad, todas las criaturas de Dios temerán, y gritarán: "Que Tu Misericordia no nos abandone, oh Señor Dios nuestro".
Después de esto Dios hará que Satanás resucite, y a su aspecto toda criatura estará como muerta, por temor a la horrible forma de su apariencia". Dijo Jesús: "Quiera Dios que yo no vea a ese monstruo en ese Dia. Solamente el Mensajero de Dios no estará atemorizado por esas formas, ya que él solamente tendrá temor a Dios.
Entonces el ángel, al sonido de cuya trompeta todos serán resucitados, volverá a sonar su trompeta, diciendo: "Venid al juicio, oh criaturas, ya que vuestro Creador desea juzgaros". Entonces aparecerá en medio del cielo sobre el Valle de Josafat un trono brillante sobre el cual vendrá una nube blanca, y entonces los ángeles gritarán: "Bendito seas Tú, Dios nuestro, que nos , que nos has creado, y nos salvaste de la caída de Satanás". Entonces el Mensajero de Dios temerá, ya que él percibirá que nadie ha amado a Dios como venera. Puesto que el que quiera cambiar una moneda de oro debe tener 60 moneditas; entonces, si él sólo tiene una monedita no puede cambiarla. Así, si el Mensajero de Dios temerá. ¿Qué harán los impíos que están llenos de maldad?.
55
el Mensajero de Dios irá a reunir a todos los profetas, a quines él hablará, pidiéndoles que vayan con él a rezarle a Dios por los fieles.. y cada uno se excusará por temor; ni yo, como que Dios vive, iría allí, sabiendo lo que yo sé. Entonces Dios, viendo esto, le recordará a Su Mensajero cómo creó El todas las cosas por amor a él, y así su temor lo dejará, y él se acercará al trono con amor y reverencia, mientras los ángeles cantarán: "Bendito sea Tu santo Nombre, oh Dios , nuestro Dios".
Y cuando él se haya acercad al torno, Dios abrirá (su mente) para Su Mensajero, tal como un amigo a otro cuando no se han visto por mucho tiempo. El primero en hablar será el Mensajero cómo creó Dios quien dirá: "Yo te adoro y te amo, oh Dios mío , y con todo mi corazón y mi alma te doy gracias por haberte dignado crearme para que sea Tu siervo, y por haber hecho todo por amor a mi, para que yo pudiese amarte por todas las cosas y en todas las cosas y sobre todas las cosas,, por lo tanto que todas Tus criaturas te alaben, oh Dios mío". Entonces todas las cosas creadas por Dios dirán: “Te damos gracias, oh Señor, y bendecimos Tu Santo Nombre". En verdad os digo, los demonios y los réprobos con Satanás llorarán entonces tanto que saldrá de sus ojos más agua que la que hay en el río Jordán. Sin embargo ellos no verán a Dios.
Y Dios le hablará a Su Mensajero, diciendo: "Bienvenido seas, oh Mi siervo fiel; por lo tanto pide lo que quieras, ya que tú lo obtendrás todo". El Mensajero de Dios contestará: "Oh Señor, yo recuerdo que cuando me creaste, Tú dijiste que habías querido hacer por amor a mi el mundo y el Paraíso, y los ángeles y los hombres, para que ellos pudiesen glorificarte por mi Tu siervo. Por lo tanto, Señor Dios, Misericordioso y Justo, yo te ruego que recuerdes la promesa hecha a Tu siervo".
56
Y Dios dará respuesta tal como un amigo que bromea con su amigo, y dirá: "?Tienes tú testigos de esto, Mi amigo Mohammed?. Y con reverencia él dirá: "Sí, Señor". Entonces Dios contestará: "Ve y llámalos, oh Gabriel"., el ángel Gabriel vendrá al Mensajero de Dios, y dirá: Ismael, Moisés, David y Jesús hijo de María". Entonces partirá el ángel, y él llamará a los testigos mencionados, quiénes avanzarán con temor. Y cuando ellos estén presentes Dios les dirá: "?Recordáis vosotros lo que afirma Mi Mensajero?". Ellos contestarán: "Qué cosa, oh Señor?". Dios dirá: "Que Yo hice todas las cosas por amor a él, para que así todas las cosas me alabasen a través de él". Entonces cada uno de ellos responderá: "Hay con nosotros tres testigos mejores que nosotros, oh Señor ". Y Dios replicará: "¿Quiénes son esos tres testigos?". Entonces Moisés dirá: "El libro que Tú me diste es el primer"; y David dirá: "El libro que Tu me diste es el segundo "; y el que os habla dirá "Señor, el mundo entero, engañado por Satanás, dirá que yo fui Tu hijo y Tu compañero pero el libro que Tú me diste dijo verdaderamente que yo soy Tu siervo ; y ese libro confiesa lo que Tu Mensajero afirma". Entonces hablará el Mensajero de Dios, y dirá: "Así lo dice el libro que Tú me diste, oh Señor". Y cuando el Mensajero de Dios haya dicho esto, Dios hablará, diciendo: "Todo lo que he hecho ahora, lo he hecho para que todos sepan cuánto te amo". Y cuando El haya hablado así, Dios le dará a Su Mensajero un libro, en el cual están escritos todos los nombres de los elegidos de Dios. Entonces cada criatura hará reverencia a Dios, diciendo: "A ti solamente, oh Dios, sean dadas la Gloria y el Honor, porque Tú nos diste a Tu Mensajero".
57
Entonces esa miserable criatura vendrá, y con la mayor pasión será acusado por cada criatura. Entonces Dios llamará al ángel Miguel, quien lo golpeará 100.000 veces con la espada de Dios. El golpeará a Satanás, y cada golpe sera tan pesado como diez infiernos, y Satanás, y ellos similarmente serán acusados e insultados. Entonces al ángel Miguel, por orden de Dios, golpeará a algunos 100 veces, a algunos 20, a algunos diez, a algunos cinco. Y entonces descenderán ellos al abismo, ya que Dios les dirá: "El infierno es vuestra morada, oh malditos".
Después de eso serán llamados al juicio todos los infieles pecadores, contra quienes se levantarán primero todas las criaturas inferiores al hombre, dando testimonio ante Dios contra ellos; entonces ellos serán condenados por Dios a las llamas infernales. En verdad os digo, que la camisa de pelo brillará como el sol, y cada piojo que un hombre haya portado por amor a Dios se convertirá en perla. Oh, tres y cuatro veces benditos sean los pobres, quienes en verdadera pobreza hayan servido a Dios desde el corazón, ya que en este mundo ellos están destituidos de preocupaciones mundanas, y por lo tanto estarán libres de muchos pecados, y en ese día ellos no tendrán que rendir cuentas de cómo gastaron las riquezas del mundo, sino que ellos serán recompensados por su paciencia y su pobreza. Verdaderamente os digo, que si el mundo supiera esto escogería las camisas de pelo antes que la púrpura, los piojos antes que el oro, los ayunos en lugar de los banquetes.
Cuando todos hayan sido examinados, Dios dirá a Su Mensajero: "Mira, Oh amigo Mío, su maldad, cuán grande fue, ya que Yo, el Creador de ellos puse todas las cosas creadas a su servicio y en todas las cosas ellos me deshonraron. Es más justo, por lo tanto, que Yo no tenga piedad de ellos ". El Mensajero de Dios responderá: "Es verdad, Señor, nuestro Glorioso Dios, ninguno de Tus amigos y siervos podría pedirte que tengas misericordia de ellos; no, yo, Tu siervo, antes que todos pido justicia contra ellos!.
Y habiendo dicho él estas palabras, todos los ángeles y profetas, con todos los elegidos de Dios – no ¿por qué digo yo los elegidos? – en verdad os digo, que las arañas y las moscas, las piedras y la arena gritarán contra los impíos, y demandarán justicia.
Entonces Dios hará regresar a la Tierra a cada ser viviente inferior al hombre, y enviará a los impíos al Infierno, los cuales, yendo allí, verán otra vez esa Tierra, a la cual serán devueltos los perros y caballos y otros animales viles. Entonces ellos dirán: "oh Señor Dios, haznos regresar también a esa Tierra". Pero eso que ellos piden no les será concedido".
58
Mientras Jesús hablaba los discípulos lloraban amargamente. Y Jesús lloró con muchas lágrimas. Entonces después de que él hubo llorado, habló Juan: "Oh maestro, dos cosas deseamos saber. Una es, cómo es posible que el Mensajero de Dios, quien está lleno de misericordia y piedad, no vaya a tener piedad de los réprobos ese día, viendo que ellos son del mismo barro que él. La otra es, cómo debe entenderse que la espada de Miguel sea pesada como diez infiernos; ¿ es que, entonces, hay más de un infierno?". Jesús respondió: ¿"No habéis oído lo que dijo David el profeta, de cómo los justos se reirán de la destrucción de los pecadores, y entonces los humillarán con estas palabras, diciendo: Yo vi al hombre que puso su esperanza en su fuerza y sus riquezas, y olvidó a Dios"?. Verdaderamente, por lo tanto, os digo yo, que Abraham se burlará de su padre, y Adán se burlará de todos los pecadores; y esto será porque los elegidos serán resucitados tan perfectos y cercanos a Dios que ellos no concebirán en su mente el mínimo pensamiento contra Su Justicia; por lo tanto, cada uno de ellos demandará justicia, y sobre todo el Mensajero de Dios. Como que Dios vive, ante Cuya Presencia yo comparezco, aunque ahora yo lloro por lástima a la Humanidad, en ese día yo demandaré justicia sin misericordia contra aquellos que desprecien mis palabras, y más todavía contra quienes contaminen mi evangelio.
59
El infierno es uno, oh mis discípulos, y en él los condenados sufrirán castigos eternamente. Sin embargo él tiene siete cámaras o regiones, una más profunda que la otra, y el que vaya a la más profunda sufrirá el mayor castigo. Entonces son mis palabras ciertas en cuanto a la espada del ángel Miguel, ya que el que cometa sólo un pecado merecerá el Infierno, y el que haya cometido dos pecados merecerá dos infiernos. Por lo tanto en un infierno los pecadores sufrirán castigos como si estuvieran en diez, ó en 100 ó en 1.000; y el Dios Omnipotente, por Su Poder y por razón de Su Justicia, hará que Satanás sufra como si estuviera en diez veces 100.000 infiernos, y al resto, cada uno según su maldad".
Entonces respondió Pedro; "Oh maestro, ciertamente la Justicia de Dios es grande, y hoy este discurso te ha puesto triste; por lo tanto, te ruego, descansa y dinos mañana cómo es el infierno". Jesús contestó: "Oh Pedro, tú me dices que descanse; oh Pedro, no sabes lo que dices, pues de ser así no hablarías de esa manera. Verdaderamente os digo, que el descanso en esta vida es el veneno de la piedad y el fuego que consume toda buena obra. ¿Habéis olvidado cómo Salomón, el profeta de Dios, con todos los profetas, reprobó la pereza? Cierto es que él dijo: "El perezoso no trabajará el suelo por temor al frío, ¡Así que en el verano él mendigará"!. Luego él dijo: "Todo lo que vuestra mano pueda hacer, hacedlo sin descanso". ¿Y qué dijo Job, el más inocente amigo de Dios"? dijo: "Como el ave nació para volar, el hombre nació para trabajar". Verdaderamente os digo, que yo odio el descanso por encima de todas las cosas.

El infierno es uno, y es contrario al Paraíso, como el invierno es lo contrario del verano, y el calor al frío.  

60
Oh lugar maldito por la Justicia de Dios para la condena de los infieles y los réprobos, del cual dijo Job, el amigo de Dios: "No hay orden allí, ¡sino temor eterno!". E Isaías el profeta contra los pecadores, dijo: "Sus llamas no serán extinguidas ni sus gusanos muertos". Y David nuestro padre, llorando, dijo: "Entonces lloverán sobre ellos rayos y centellas, y piedras candentes y gran tempestad". ¡Oh miserables pecadores, qué odiosas les parecerán entonces las carnes delicadas, las ropas costosas, los suaves lechos y la armonía de las dulces canciones!". ¡Qué enfermos los pondrán el hambre furiosa, las llamas ardientes, las cenizas candentes, y los crueles tormentos con amargo llanto!".
Entonces Jesús emitió un quejido lamentable, diciendo: "En verdad sería mejor nunca haber sido formados que sufrir esos crueles tormentos. Ya que imaginaos aun hombre sufriendo los tormentos en cada parte de su cuerpo, que no tenga a nadie que le muestre compasión, sino que todos se burlan de él; decidme, ¿no sería eso un gran dolor?". Los discípulos respondieron: "El mayor". Entonces dijo Jesús: "Ahora, esto es una delicia en comparación con el infierno. Pues en verdad os digo, que si Dios pusiera en una balanza todo el dolor que todos los hombre hubieren sufrido y sufran hasta el Día del Juicio, y en el otro plato una sola hora del dolor del infierno, los pecadores escogerían sin duda las tribulaciones terrenales, en vez de las otras a manos de los demonios, quienes son extraordinariamente despiadados. ¿Oh qué amargo frío, que sin embargo no templará sus llamas!. ¿Qué crujir de dientes, y llanto y sollozos!, ya que el Jordán tiene menos agua que las lágrimas que en todo momento fluirán de los ojos de ellos. Y allí sus lenguas maldecirán a todas las cosas creadas, con su padre y su madre, y a su Creador, el Cual es bendito por siempre".

61
Habiendo dicho esto, Jesús se lavó con sus discípulos, de acuerdo a la Ley de Dios escrita en el libro de Moisés; y luego ellos rezaron. Y los discípulos viéndolo triste no le hablaron todo ese día, sino que cada uno quedó impactado por el terror de sus palabras.
Entonces Jesús abriendo la boca después de la oración de la noche, dijo: " Qué padre de familia, si supiera que un ladrón quisiese entrar a su casa, se dormiría?. Ninguno seguramente; ya que él vigilaría y se mantendría listo para matar al ladrón. ¿No sabéis entones que Satanás es como un león rugiente que anda alrededor buscando a quien devorar? Así busca él hacer pecar al hombre. Verdaderamente os digo, que si el hombre actuase como el mercader él no tendría temor ese día, ya que él estaría bien preparado. Hubo un hombre que dio dinero a sus vecinos para que comerciaran con él, y la ganancia sería dividida en justa proporción. Y algunos comerciaron bien, así que ellos doblaron el dinero. Pero algunos usaron el dinero en servicio del enemigo del que les dio el dinero, hablando mal de él. Decidme ahora, cuando el vecino llame a los deudores para rendir cuentas, ¿cómo serán tratados? Seguramente él recompensará a quienes comerciaron bien, pero contra los otros su ira se desatará en reproches. Y entonces él los castigará según la ley.
Como que Dios vive, ante Cuya Presencia mi alma comparece; el vecino es Dios, Quien le dio al hombre todo lo que éste tiene, con la vida misma, para que, el hombre viviendo el ejemplo de ellos, se convierten al arrepentimiento; por lo que los hombres que viven bien serán recompensados con un gran premio, pero los malvados pecadores, quienes por sus pecados mermen a la mitad lo que Dios les dio, por sus vidas gastadas  en el servicio de Satanás el enemigo de Dios, blasfemando de Dios y ofendiendo a los demás – decidme - ¿cuál será su castigo?." "Será sin medida", dijeron los discípulos.

62
Entonces dijo Jesús: "El que viva bien debería tomar ejemplo del mercader que pone cerradura a su tienda, y la cuida día y noche con gran diligencia. Y vendiendo otra vez las cosas que él compra es capaz de hacer ganancias; ya que si él percibe que él perderá entonces él no venderá, no, ni siquiera a su propio hermano. Así entonces deberíais hacer; ya que en verdad vuestra alma es un mercader, y el cuerpo es la tienda; en donde lo que se recibe del exterior, a través de los sentidos, es comprado y vendido por ella. Y el dinero es el amor. Ved entonces que con vuestro amor no vendáis ni compréis el menor pensamiento con el cual no podáis obtener ganancia. Pero dejad el pensamiento, las palabras y la obras, que sean todos por el amor a Dios; ya que así encontraréis seguridad en ese día. En verdad os digo, que muchos hacen abluciones y van a rezar, muchos ayunan y dan limosna, muchos estudian y predican a otros y el fin de ellos es abominable ante Dios; porque ellos limpian el cuerpo y no el corazón , ellos gritan con la boca pero no con el corazón; ellos se abstienen de carnes, pero se llenan de pecados; le dan a otros cosas que no son buenas para ellos, para ser tenidos por buenos; ellos estudian para saber cómo hablar, no para trabajar y actuar; ellos le predican a otros contra aquello que ellos mismos hacen, y así se condenan por su propia lengua. Como que Dios vive, esos no conocen a Dios con sus corazones; ya que si lo conocieran ellos lo amarían; y ya que todo lo que un hombre tiene lo recibió él de Dios, así debería gastar todo por el amor de Dios."

63
Después de algunos días Jesús pasó cerca de una ciudad de los samaritanos; y ellos no lo dejarían entrar a la ciudad, ni le vendieron pan a sus discípulos. Entonces dijeron Santiago y Juan: "Maestro, ¡Te place que roguemos a Dios que envíe fuego del cielo contra esas gentes?". Jesús respondió: "Vosotros no sabéis por qué espíritu sois conducidos, que así habláis, recordad que Dios determinó destruir Nínive porque El no encontró ni uno que temiese a Dios en esa ciudad, éste habría huido a Tarso por temor a las gentes, así que Dios hizo que fuese arrojado al mar, y recibido por un pez y arrojado cerca de Nínive. Y él predicó allí de forma tal que las gente se convirtieron al arrepentimiento, y Dios tuvo misericordia de ellos.
Ay de quienes claman por venganza; ya que sobre ellos mismos vendrá, viendo que cada hombre tiene en sí mismo causa para la venganza de Dios. Ahora decidme, ¿creasteis vosotros a esta ciudad con sus gentes? Oh locos que sois, claro que no, ya que todas las criaturas unidas no podrían crear ni una sola mosca de la nada, y esto es crear. Si el Dios bendito que creó esta ciudad la mantiene, ¿por qué deseáis vosotros destruirla? ¿por qué no dijisteis: " ¿Te place maestro, que roguemos al Señor nuestro Dios que estas gentes se conviertan a la penitencia" ciertamente este es un acto propio de un discípulo mío, rogar a Dios por aquellos que hacen mal. Así hizo Abel cuando su hermano Caín, maldito de Dios, lo mató. Así hizo Abraham por el Faraón, quien le quitó a su esposa, y al cual, por lo tanto, no mató el ángel de Dios, sino que sólo lo afligió con la enfermedad. Así hizo Zacarías cuando, por decreto del rey impío, fue matado en el templo. Así hicieron Jeremías, Isaías, Ezequiel, Daniel y David, con todos los amigos de Dios y los santos profetas. Decidme, si un hermano fuera atacado de locura. ¿Lo mataríais porque habló mal y golpeó a los que se le acercaban? Ciertamente vosotros no lo haríais; sino que más bien restauraríais su salud con medicinas adecuadas a su enfermedad.
64
Como que Dios vive, ante Cuya Presencia mi alma comparece, un pecador es de mente enferma cuando él persigue a un hombre. Pues decidme, ¿Hay alguno que se rompiese la cabeza por la causa de romper la túnica de su enemigo? ¿Entonces cómo puede tener mente sana el que se separa de Dios, la cabeza de su alma, para poder herir el cuerpo de su enemigo?.
Decídme, oh, hombres, ¿quién es tu enemigo? Ciertamente tu cuerpo, y todo lo que te elogie. Así que si tuvieses mente sana besarías la mano de quienes te insultan y entregarías regalos a aquellos que te persiguen y te golpean mucho; porque, oh hombre, porque cuanto más  por tus pecados seas insultado y perseguido en esta vida, menos lo serás en el Día del Juicio, pero dime, oh hombre, si los santos y profetas de Dios han sido perseguidos y difamados por el mundo aun cuando ellos eran inocentes, ¿qué te harán a ti oh, pecador?, y si ellos soportaron todo con paciencia, rezando por sus perseguidores, ¿qué te harán a ti, oh pecador?, y si ellos soportaron todo con paciencia, rezando por sus perseguidores, ¿qué deberías hacer tu, oh hombre, que eres digno del infierno? Decidme, oh discípulos míos, ¿no sabéis que Shimei maldijo al siervo de Dios, el profeta David, y le arrojó piedras? Ahora, ¿Qué les dijo David a aquellos que querían matar a Shimei?. ¿"Qué te importa, oh Joab, que quieres matar a Shimei? Déjalo que me maldiga, ya que ésta es la voluntad de Dios, Quien convertirá esta maldición en una bendición".
Y así fue; ya que Dios vió la paciencia de David y lo liberó de la persecución de su propio hijo, Absalón. Ciertamente ni una hoja se agita sin la voluntad de Dios. Entonces, cuando estés en tribulación no pienses lo mucho que tú has soportado, ni en el que te aflige; sino considera cuánto, por tus pecados, mereces recibir a manos de los demonios del infierno. Vosotros estáis enojados con esta ciudad porque no nos recibirá, ni nos vende pan. Decidme, ¿son estas gentes vuestros esclavos? ¿les habéis dado vosotros esta ciudad? ¿les habéis dado vosotros su grano? ¿O les habéis ayudado a cosecharlo? Seguramente no; ya que vosotros sois extranjeros en esta tierra y hombres pobres.
¿Qué cosa es entonces ésta que decís?". Los dos discípulos respondieron: "Señor, hemos pecado; Que Dios tenga misericordia de nosotros". Y Jesús respondió: "Así sea".

65
La Pascua se acercó, por lo que Jesús, con sus discípulos, subió a Jerusalén. Y él fue al estanque llamado "Probático". Y el baño se llamaba así porque el ángel de Dios cada día agitaba el agua, y quien entrase primero al agua después de su movimiento era sanado de todo tipo de enfermedad. Por lo tanto un gran número de personas enfermas permanecían junto al estanque, el cual tenía cinco porciones. Y Jesús vio allí a un hombre paralítico, el cual había estado allí 38 años, enfermo de una grave enfermedad. Entonces Jesús, sabiendo esto por inspiración divina, tuvo compasión del hombre enfermo, y le dijo: "?Deseas ser sanado?".
El hombre inválido respondió;: "Señor, no tengo a nadie que me meta al estanque cuando el ángel agita el agua, pero mientras trato de entrar otro avanza antes que yo y entra allí". Entonces Jesús levantó la vista hacia el cielo y dijo: "Señor Dios nuestro, Dios de nuestros padres, ten piedad de este hombre inválido". Y habiendo dicho esto, Jesús dijo: " En el nombre de Dios, hermano, sé curado; levántate y toma tu camilla". Entonces el paralítico se levantó, alabando a Dios, y cargó su camilla sobre sus hombros y se fue a su casa alabando a Dios.
Los que lo vieron gritaron: "Es el día sábado; no es lícito para ti cargar tu cama". El respondió: "El que me curó me dijo: "levanta tu camilla, y vete a tu casa". Entonces le preguntaron ellos: "?Quién es él?". El contestó: "No sé su nombre". Entonces, entre ellos dijeron: "Debe haber sido Jesús el Nazareno". Otros decían: "No, ya que él es un santo de Dios, mientras que el que ha hecho esta cosa es un hombre malvado, ya que él hace que se rompa el sábado". Y Jesús entró en al templo, y una gran multitud se acercó a él a escuchar sus palabras; por lo que los sacerdotes se consumían de envidia.

66
Uno de ellos vino a él, diciendo: "Buen maestro, tú enseñas bien y verazmente; dime por lo tanto, ¿Qué recompensa nos dará Dios en el Paraíso?". Jesús respondió: "Tu me llamas bueno, y no sabes que sólo Dios es Bueno, tal como dijo Job, el amigo de Dios: "Un niño de un día de edad no está puro; si, incluso los ángeles no están libres de falta ante la Presencia de Dios". Y él dijo además: "La carne atrae al pecado, y sobre la iniquidad tal como una esponja sorbe el agua".
Así que el sacerdote estaba callado, confundido. Y Jesús dijo: "En verdad os digo; nada es más peligroso que las palabras. Ya que así dijo Salomón: "La vida y la muerte están en poder de la lengua".
Y él se volvió hacia sus discípulos, y dijo: "Tened cuidado de quien os bendiga, ya que ellos os engañan. Con la lengua Satanás bendijo a nuestros primeros padres, pero miserable fue el resultado de sus palabras. Así bendecían al Faraón los sabios de Egipto. Así bendecía Goliat a los filisteos. Así bendijeron Ahab 400 falsos profetas; pero falsas eran sus alabanzas, así que el alabado pereció con los alabadores. Por ello no sin causa dijo Dios a Isaías el profeta: "Mi pueblo, aquellos que te bendicen te engañan".
Ay de vosotros escribas y fariseos, ay de vosotros sacerdotes y levitas, porque vosotros habéis corrompido el sacrificio del Señor así que quienes vienen a sacrificar creen que Dios come carne cocida como lo hace el hombre.

67
Ya que vosotros les decís: "traed vuestras ovejas y toros y corderos al templo de vuestro Dios, y no comáis, sino dad una porción a vuestro Dios de lo que El os ha dado"; y vosotros no les contáis acerca del origen del sacrificio, que es para un testimonio de la vida concedida al hijo de nuestro padre Abraham, para que la fe y la obediencia de nuestro padre Abraham, con las promesas hechas a él por Dios y las bendiciones dadas a él, nunca sean olvidadas. Pero a través de Ezequiel el profeta dijo Dios: "Llevaos de ante Mí estos sacrificios vuestros, vuestras víctimas son abominables para Mí". Pues el tiempo se acerca en que será hecho lo que nuestro Dios habló a través de Oseas el profeta, diciendo: "Yo llamaré escogido al pueblo no escogido y como dijo El en Ezequiel el profeta: "Dios hará un nuevo convenio con su Pueblo, no de acuerdo al convenio que El dio a vuestros padres, el cual ellos no observaron y El les quitará un corazón de piedra, y les dará un nuevo corazón"; y todo esto será porque vosotros no camináis ahora en Su ley. Y vosotros tenéis la llave pero no abrís; más bien bloqueáis el camino para aquellos que querrían caminar por el".
El sacerdote partía para reportar todo al sumo sacerdote, el cual estaba de pie cerca del santuario, pero Jesús dijo: "Quédate, ya que yo responderé a tu pregunta".

68
Tú me pides que te diga que nos dará Dios en el Paraíso. En verdad os digo, que quienes piensan en el salario no aman al amo. Un pastor que tiene un rebaño de ovejas, cuando ve venir al lobo se prepara a defenderlas; por el contrario, el pastor empleado cuando ve al lobo deja a las ovejas y huye. Como que Dios vive, ante Cuya Presencia comparezco, si el Dios de nuestros padres fuera vuestro Dios vosotros no habríais pensado en decir: ¿"Qué me dará Dios?", sino que habríais dicho, como dijo David Su profeta: ¿"Qué le daré yo a Dios por todo lo que El me ha dado a mí "?.
Os hablaré por medio de una parábola para que podáis entender. Había un rey que se encontró junto al camino a un hombre despojado de sus ropas por ladrones, los cuales lo habían herido mortalmente. Y él tuvo compasión de él, y ordenó a sus esclavos que llevaran a ese hombre a la ciudad y lo atendieran; y así lo hicieron ellos con toda diligencia. Y el rey concibió un gran cariño por el hombre enfermo, así que él le dio a su propia hija en matrimonio, y lo hizo su heredero. Ahora, seguramente que este rey era muy misericordioso; pero el hombre golpeó a los esclavos, despreció las medicinas, abusó de la esposa del rey, habló mal del rey, e hizo que sus vasallos se rebelaran contra él. Y cuando el rey requería algún servicio, estaba listo para decir: "Qué me dará el rey como recompensa"?. Ahora, cuando el rey oyó esto, ¿qué le hizo él a un hombre así de impío?".
Todos ellos respondieron: "Ay de él, ya que el rey lo privó de todo, y lo castigó cruelmente". Entonces dijo Jesús: "Oh sacerdotes, y escribas, y fariseos, y tú, sumo sacerdote que oyes mi voz, yo os proclamo lo que Dios os dijo a través del profeta Isaías: "Yo he alimentado esclavos y los exalté, pero ellos me han despreciado".
El rey es nuestro Dios, Quien halló a Israel en este mundo lleno de miserias, y por lo tanto lo dio a Sus siervos José, Moisés y Aarón, quienes lo atendieron. Y nuestro Dios concibió tal amor por el pueblo de Israel que El castigó a Egipto ahogó al Faraón, y destruyó 120 reyes de las cananitas y madianitas; El le dio Sus leyes, haciéndolo heredero de toda esa tierra donde habita nuestro pueblo. ¿ Pero cómo se comportó Israel? ¿Cuántos profetas mató él?!; ¡Cuántas profecías contaminó; cómo violó él la ley de Dios; cuántos por esa causa se alejaron de Dios y fueron a adorar ídolos, debido a vuestra ofensa, oh sacerdotes! ¡Y cómo deshonráis a Dios con vuestra manera de vida! Y ahora me preguntáis: ¿"Qué nos dará Dios en el Paraíso?". Vosotros deberíais haber preguntado cuál es el castigo que Dios os dará en el infierno; y entonces preguntar qué deberíais hacer como verdadera penitencia para que Dios tenga misericordia de vosotros; pues esto puedo deciros, y este fin fui enviado a vosotros.

69
Como que Dios vive, ante Cuya Presencia comparezco, vosotros no recibiréis adulación de parte mía, sino la verdad. Por ello os digo, arrepentios y volveos hacia Dios tal como nuestros padres lo hicieron después de pecar, y no endurezcáis vuestros corazones". Los sacerdotes se consumían de furia por este discurso, pero por temor a las gentes comunes ellos no dijeron palabra.
Y Jesús continuó, diciendo: "Oh doctores, oh escribas, oh fariseos, o sacerdotes decidme. Vosotros deseáis ropas finas, como las mujeres, pero no queréis hilar ni alimentar niños; vosotros deseáis los frutos del campo, pero no deseáis cultivar la tierra; vosotros deseáis los peces del mar, pero no deseáis ir a pescar; vosotros deseáis honor como ciudadanos, pero no deseáis la carga de la república; vosotros deseáis los diezmos y las primicias de los frutos como sacerdotes, pero no deseáis servir a Dios de verdad. ¿Qué hará entonces Dios con vosotros, viendo que deseáis todo bien aquí sin ningún mal? Verdaderamente os digo que Dios os dará un lugar donde vosotros tendréis todo mal y ningún bien".
Y cuando Jesús hubo dicho esto, fue traído ante él un endemoniado que no podía hablar ni ver, y estaba privado del oído. Entonces Jesús, viendo su fe, levantó la vista hacia el cielo y dijo: "Señor Dios de nuestros padres, ten misericordia de este hombre enfermo y dale salud, para que estas gentes sepan que Tú me enviaste".
Y habiendo dicho esto, Jesús le ordenó al espíritu que partiese, diciendo: "En el poder del nombre de Dios nuestro Señor, vete, malvado, de este hombre". El espíritu partió y el hombre mudo habló, y vio con sus ojos. Entonces todos se llenaron de temor, pero los escribas dijeron: "En el poder de Belcebú, príncipe de los demonios, él expulsa los demonios".
Entonces dijo Jesús: "Todo reino dividido contra si mismo se destruye a sí mismo, y cae casa sobre casa. Si en el poder de Satanás, Satanás es arrojado, ¿Cómo se mantendrá en pie su reino? Y si vuestros hijos arrojan a Satanás, con la escritura que Salomón el profeta les dio, ellos testifican que yo expulso a Satanás en el poder de Dios. Como que Dios vive, la blasfemia contra el Espíritu Santo no tiene perdón ni en éste ni en el otro mundo, ya que el hombre malvado por sí mismo se reprueba, conociendo la reprobación". Y habiendo dicho esto Jesús salió del templo. Y las gentes del pueblo lo ensalzaban, ya que ellos trajeron a todos los enfermos que pudieron reunir, y Jesús, habiendo dicho oración  les dio la salud a todos; por lo que ese día los soldados romanos de Jerusalén, por obra de Satanás, empezaron a agitar a las gentes del pueblo, diciendo que Jesús era el Dios de Israel que vino a visitar a Su pueblo.

70
Jesús partió de Jerusalén después de la Pascua, y entró a las fronteras de Cesarea Filipa. Entonces, habiéndole informado el ángel Gabriel acerca de la sedición que empezaba entre la gente del pueblo, preguntó él a sus discípulos: ¿"Qué dicen de mi los hombres?". Ellos dijeron: "Algunos dicen que tú eres Elías, otros que Jeremías, y otros que eres uno de los antiguos profetas".Jesús respondió: "y vosotros, ¿quién decís que soy?". Pedro contestó: "Tú eres Cristo, hijo de Dios". Entonces Jesús se enojó, y con ira lo reprendió, diciendo: "¡Vete y aléjate de mí, porque tú eres el demonio y buscas ofenderme!". Y él amenazó a los 11, diciendo: "¡Ay de vosotros si creéis esto, ya que yo he invocado a Dios una gran maldición contra quienes crean esto!". Y él quería expulsar a Pedro; por lo que los 11 le rogaron a Jesús por él, que no lo expulsara, pero él lo reprendió otra vez, diciendo:"Ten cuidado y nunca jamás vuelvas a decir esas palabras, porque Dios te condenaría!". Pedro lloró, y dijo: "Señor, he hablado tontamente ruega a Dios que El me perdone".
Entonces dijo Jesús: "Si Dios no quiso mostrarse a Moisés Su siervo, ni a Elías, a quien El tanto amó, ni a ningún profeta, ¿piensas acaso que Dios deberá mostrarse a esta generación impía?. ¿Qué no sabéis que Dios creó todas las cosas de la nada con una sola palabra, y todos los hombres tuvieron sus origen en un pedazo de barro?. Ahora, ¿cómo podría Dios tener apariencia de hombre?¡Ay de aquellos que se dejan engañar por Satanás!". Y habiendo dicho esto, Jesús rogó a Dios por Pedro, y los 11 y Pedro estaban llorando y decían: "Así sea, así sea. Oh Señor bendito, Dios nuestro". Después Jesús partió y entró a Galilea, para que esta vana opinión que el vulgo empezó a tener acerca de él se extinguiera.

71
Habiendo llegado Jesús a su propia tierra, se extendió por toda la región de Galilea que Jesús, el profeta, había venido a Nazaret. Por ello con diligencia buscaron ellos a los enfermos y los trajeron ante él, rogándole que los tocase con sus manos. Y tan grande era la multitud que cierto hombre rico, enfermo de parálisis, no pudiendo ser llevado a él pasando por la puerta tuvo que ser cargado y subido al techo de la casa en la que estaba Jesús, y habiendo hecho que el techo fuera descubierto, fue bajado por medio de sábanas para ser puesto frente a Jesús, Jesús se detuvo un momento, vacilante y entonces dijo. "No temas, hermano, porque tus pecados te son perdonados".
Todos se ofendieron al escuchar esto, y ellos dijeron: ¿"Y quien es éste que perdona los pecados?".Entonces dijo Jesús: "Como que Dios vive, yo no soy capaz de perdonar pecados, ni hombre alguno, sino que sólo Dios perdona. Pero como siervo de Dios yo puedo rogarle por los pecados de otro; y así le rogué por este hombre enfermo, y estoy seguro que Dios oyó mi suplica. Por lo tanto, para que podáis conocer la verdad, yo digo a este hombre enfermo: En el nombre del Dios de nuestros padres, el Dios de Abraham y sus hijos, ¡levántate curado!". Y cuando Jesús hubo dicho esto, el hombre enfermo se levantó curado; y glorificó a Dios.
Entonces las gentes del pueblo rogaron a Jesús que implorase a Dios a favor de los enfermos que estaban parados afuera. Por lo tanto Jesús salió hacia ellos, y habiendo levantado sus manos, dijo: "Señor Dios de los ejércitos, el Dios Vivo, el Dios Santo que nunca morirá: ¡ten misericordia de ellos!". Entonces todos respondieron "Amén". Y habiendo dicho esto, Jesús puso sus manos sobre los enfermos y todos ellos recibieron salud. Por lo tanto ellos glorificaron a Dios, diciendo, "Dios nos ha visitado por mediación de Su profeta, y un gran profeta nos ha enviado Dios".


No hay comentarios:

Publicar un comentario