52
"El día
del Juicio de Dios será tan terrible que, en verdad os digo, los
réprobos antes escogerían diez infiernos que ir a oír a Dios
hablar con ira contra ellos, contra los cuales todas las cosas
creadas darán testimonio. Verdaderamente os digo, que no sólo los
réprobos temerán, sino los santos y los elegidos de Dios, tanto que
Abraham no confiará en su propia rectitud, y puesto que Dios, para
dar a conocer Su Majestad, privará a Su Mensajero de la memoria, así
que él no tendrá recuerdo de cómo Dios le dio todas las cosas.
Verdaderamente os digo que, tendré que rendir cuentas. Como que Dios
vive, ante Cuya Presencia mi alma comparece, yo soy un hombre mortal
como son los otros hombres, ya que aunque Dios me ha puesto como
profeta sobre la casa de Israel para la salud de los débiles y la
corrección de los pecadores, yo soy el siervo de Dios, y de esto
vosotros sois testigos, y cómo hablo yo contra esos hombres malvados
que después de mi partida del mundo anularán la verdad de mi
evangelio por obra de Satanás. Pero yo regresaré cerca del fin, y
conmigo vendrán Enoc y Elías, y nosotros testificaremos contra los
malvados, cuyo final será maldito". Y habiendo hablado así
Jesús derramó lágrimas, y entonces sus discípulos lloraron en voz
alta, y levantaron sus voces, diciendo: "Perdón, oh Señor
Dios, y ten misericordia de Tu inocente siervo. Jesús respondió:
"Amén, amén".
53
"Antes
de que venga ese día", dijo Jesús, "Gran destrucción
caerá sobre el mundo, pues habrá guerra tan cruel y despiadada que
el padre matará al hijo, y el hijo matará al padre por razón de la
separación entre las gentes, entonces las ciudades serán
aniquiladas, y el país quedará desierto, vendrán tales
pestilencias que no se encontrará a nadie para que lleve a enterrar
a los muertos, así que ellos serán dejados como alimento para las
bestias. A quienes queden sobre la tierra Dios les enviará tal
escasez que el pan se valuará por encima del oro, y ellos comerán
todo tipo de cosas impuras. Oh época miserable, en la cual apenas
podrá encontrarse quien diga:"Yo he pecado, ten misericordia de
mí, Oh Dios". Sino que con horribles voces ellos blasfemarán
de El, Quien es Glorioso y Bendito por siempre. Después de esto, al
irse acercando ese día, durante 15 días, vendrá una señal
horrible sobre los habitantes de la tierra. El primer día el sol
correrá su curso en el cielo sin luz, sino negro como el tinte de
las ropas; y dará gruñidos, como un padre que se lamenta por un
hijo próximo a morir. El segundo día la luna se convertirá en
sangre y la sangre caerá sobre la tierra como rocío. El tercer día
las estrellas será vistas peleando entre ellas como un ejército de
enemigos. El cuarto día las piedras y las rocas se estrellarán unas
contra otras como crueles enemigos. El quinto día toda planta y
hierba llorará sangre. El sexto día el mar se levantará sin dejar
su lugar hasta una altura de 150 codos, y estará parado todo el día
como una muralla. El séptimo día, por el contrario, se hundirá tan
profundamente que apenas será visto. El octavo día los pájaros y
los animales de la tierra y del agua se reunirán todos juntos, y
darán gritos y rugidos. El noveno día habrá una tormenta de
granizo tan horrible que matará en forma tal que escasamente la
décima parte de los seres vivientes escapará. El décimo día
vendrán rayos y truenos tan horribles que la tercera parte de las
montañas se partirán y quemarán. El undécimo día todo río
correrá hacia atrás, y acarreará sangre y no agua. El duodécimo
día toda cosa creada llorará y se lamentará. El decimotercer día
el cielo será enrollado como un libro, y lloverá fuego, así que
toda cosa viviente morirá. El decimocuarto día habrá un terremoto
tan horrible que las cimas de las montañas volarán por el aire como
pájaros, y toda la tierra se volverá un llano. El decimoquinto día
morirán los santos ángeles, y solamente Dios quedará vivo; a Quien
pertenecen el honor y la gloria".
Y habiendo
dicho esto, Jesús se golpeó la cara con ambas manos, y luego golpeó
el suelo con su cabeza. Y habiendo levantado la cabeza, dijo él:
"Maldito sea todo el que inserte en mis dichos que yo soy el
hijo de Dios". A estas palabras los discípulos cayeron como
muertos, y entonces Jesús los levantó, diciendo: "Temamos a
Dios ahora, si no queremos estar atemorizados de ese Día".
54
"Cuando
hayan pasado estos signos, habrá oscuridad sobre el mundo durante 40
años, estando vivo sólo Dios, a Quien pertenecen el honor y la
gloria por siempre. Cuando hayan pasado 40 años, Dios dará vida a
Su Mensajero, quien se levantará otra vez como el sol,
resplandeciente como mil soles. El se sentará, y no hablará, ya que
él estará como fuera de sí mismo. Dios, resucitará a los cuatro
ángeles favorecidos de Dios, quienes buscarán al Mensajero de
seguida Dios dará vida a todos Sus profetas, quienes, siguiendo a
Adán, irán cada uno a besar la mano del Mensajero de Dios,
confiándose a su protección. En seguida dará vida Dios a todos lo
elegidos, quienes gritarán: ¡Oh Mohammed, acuérdate de nosotros!".
A sus gritos despertará la misericordia en el Mensajero de Dios, y
él considerará qué debe hacer, temiendo por la salvación de
ellos. En seguida dará Dios vida a toda cosa creada, y ellos
regresarán a su existencia anterior, pero además cada uno poseerá
el poder del habla. Después dará vida Dios a todos lo réprobos, a
cuya resurrección, debido a su fealdad, todas las criaturas de Dios
temerán, y gritarán: "Que Tu Misericordia no nos abandone, oh
Señor Dios nuestro".
Después de
esto Dios hará que Satanás resucite, y a su aspecto toda criatura
estará como muerta, por temor a la horrible forma de su apariencia".
Dijo Jesús: "Quiera Dios que yo no vea a ese monstruo en ese
Dia. Solamente el Mensajero de Dios no estará atemorizado por esas
formas, ya que él solamente tendrá temor a
Dios.
Entonces el ángel, al sonido de
cuya trompeta todos serán resucitados, volverá a sonar su trompeta,
diciendo: "Venid al juicio, oh criaturas, ya que vuestro Creador
desea juzgaros". Entonces aparecerá en medio del cielo sobre el
Valle de Josafat un trono brillante sobre el cual vendrá una nube
blanca, y entonces los ángeles gritarán: "Bendito seas Tú,
Dios nuestro, que nos , que nos has creado, y nos salvaste de la
caída de Satanás". Entonces el Mensajero de Dios temerá, ya
que él percibirá que nadie ha amado a Dios como venera. Puesto que
el que quiera cambiar una moneda de oro debe tener 60 moneditas;
entonces, si él sólo tiene una monedita no puede cambiarla. Así,
si el Mensajero de Dios temerá. ¿Qué harán los impíos que están
llenos de maldad?.
55
el Mensajero de Dios irá a reunir
a todos los profetas, a quines él hablará, pidiéndoles que vayan
con él a rezarle a Dios por los fieles.. y cada uno se excusará por
temor; ni yo, como que Dios vive, iría allí, sabiendo lo que yo sé.
Entonces Dios, viendo esto, le recordará a Su Mensajero cómo creó
El todas las cosas por amor a él, y así su temor lo dejará, y él
se acercará al trono con amor y reverencia, mientras los ángeles
cantarán: "Bendito sea Tu santo Nombre, oh Dios , nuestro
Dios".
Y cuando él se haya acercad al
torno, Dios abrirá (su mente) para Su Mensajero, tal como un amigo a
otro cuando no se han visto por mucho tiempo. El primero en hablar
será el Mensajero cómo creó Dios quien dirá: "Yo te adoro y
te amo, oh Dios mío , y con todo mi corazón y mi alma te doy
gracias por haberte dignado crearme para que sea Tu siervo, y por
haber hecho todo por amor a mi, para que yo pudiese amarte por todas
las cosas y en todas las cosas y sobre todas las cosas,, por lo tanto
que todas Tus criaturas te alaben, oh Dios mío". Entonces todas
las cosas creadas por Dios dirán: “Te damos gracias, oh Señor, y
bendecimos Tu Santo Nombre". En verdad os digo, los demonios y
los réprobos con Satanás llorarán entonces tanto que saldrá de
sus ojos más agua que la que hay en el río Jordán. Sin embargo
ellos no verán a Dios.
Y Dios le hablará a Su Mensajero,
diciendo: "Bienvenido seas, oh Mi siervo fiel; por lo tanto pide
lo que quieras, ya que tú lo obtendrás todo". El Mensajero de
Dios contestará: "Oh Señor, yo recuerdo que cuando me creaste,
Tú dijiste que habías querido hacer por amor a mi el mundo y el
Paraíso, y los ángeles y los hombres, para que ellos pudiesen
glorificarte por mi Tu siervo. Por lo tanto, Señor Dios,
Misericordioso y Justo, yo te ruego que recuerdes la promesa hecha a
Tu siervo".
56
Y Dios dará respuesta tal como un
amigo que bromea con su amigo, y dirá: "?Tienes tú testigos de
esto, Mi amigo Mohammed?. Y con reverencia él dirá: "Sí,
Señor". Entonces Dios contestará: "Ve y llámalos, oh
Gabriel"., el ángel Gabriel vendrá al Mensajero de Dios, y
dirá: Ismael, Moisés, David y Jesús hijo de María". Entonces
partirá el ángel, y él llamará a los testigos mencionados,
quiénes avanzarán con temor. Y cuando ellos estén presentes Dios
les dirá: "?Recordáis vosotros lo que
afirma Mi Mensajero?". Ellos contestarán: "Qué cosa, oh
Señor?". Dios dirá: "Que Yo hice todas las cosas por amor
a él, para que así todas las cosas me alabasen a través de él".
Entonces cada uno de ellos responderá: "Hay con nosotros tres
testigos mejores que nosotros, oh Señor ". Y Dios replicará:
"¿Quiénes son esos tres testigos?". Entonces Moisés
dirá: "El libro que Tú me diste es el primer"; y David
dirá: "El libro que Tu me diste es el segundo "; y el que
os habla dirá "Señor, el mundo entero, engañado por Satanás,
dirá que yo fui Tu hijo y Tu compañero pero el libro que Tú me
diste dijo verdaderamente que yo soy Tu siervo ; y ese libro confiesa
lo que Tu Mensajero afirma". Entonces hablará el Mensajero de
Dios, y dirá: "Así lo dice el libro que Tú me diste, oh
Señor". Y cuando el Mensajero de Dios haya dicho esto, Dios
hablará, diciendo: "Todo lo que he hecho ahora, lo he hecho
para que todos sepan cuánto te amo". Y cuando El haya hablado
así, Dios le dará a Su Mensajero un libro, en el cual están
escritos todos los nombres de los elegidos de Dios. Entonces cada
criatura hará reverencia a Dios, diciendo: "A ti solamente, oh
Dios, sean dadas la Gloria y el Honor, porque Tú nos diste a Tu
Mensajero".
57
Entonces esa miserable criatura
vendrá, y con la mayor pasión será acusado por cada criatura.
Entonces Dios llamará al ángel Miguel, quien lo golpeará 100.000
veces con la espada de Dios. El golpeará a Satanás, y cada golpe
sera tan pesado como diez infiernos, y Satanás, y ellos similarmente
serán acusados e insultados. Entonces al ángel Miguel, por orden de
Dios, golpeará a algunos 100 veces, a algunos 20, a algunos diez, a
algunos cinco. Y entonces descenderán ellos al abismo, ya que Dios
les dirá: "El infierno es vuestra morada, oh malditos".
Después de eso serán llamados al
juicio todos los infieles pecadores, contra quienes se levantarán
primero todas las criaturas inferiores al hombre, dando testimonio
ante Dios contra ellos; entonces ellos serán condenados por Dios a
las llamas infernales. En verdad os digo, que la camisa de pelo
brillará como el sol, y cada piojo que un hombre haya portado por
amor a Dios se convertirá en perla. Oh, tres y
cuatro veces benditos sean los pobres, quienes en verdadera pobreza
hayan servido a Dios desde el corazón, ya que en este mundo ellos
están destituidos de preocupaciones mundanas, y por lo tanto estarán
libres de muchos pecados, y en ese día ellos no tendrán que rendir
cuentas de cómo gastaron las riquezas del mundo, sino que ellos
serán recompensados por su paciencia y su pobreza. Verdaderamente
os digo, que si el mundo supiera esto escogería las camisas de pelo
antes que la púrpura, los piojos antes que el oro, los ayunos en
lugar de los banquetes.
Cuando todos hayan sido
examinados, Dios dirá a Su Mensajero: "Mira, Oh amigo Mío, su
maldad, cuán grande fue, ya que Yo, el Creador de ellos puse todas
las cosas creadas a su servicio y en todas las cosas ellos me
deshonraron. Es más justo, por lo tanto, que Yo no tenga piedad de
ellos ". El Mensajero de Dios responderá: "Es verdad,
Señor, nuestro Glorioso Dios, ninguno de Tus amigos y siervos podría
pedirte que tengas misericordia de ellos; no, yo, Tu siervo, antes
que todos pido justicia contra ellos!.
Y habiendo dicho él estas
palabras, todos los ángeles y profetas, con todos los elegidos de
Dios – no ¿por qué digo yo los elegidos? – en verdad os digo,
que las arañas y las moscas, las piedras y la arena gritarán contra
los impíos, y demandarán justicia.
Entonces Dios hará regresar a la
Tierra a cada ser viviente inferior al hombre, y enviará a los
impíos al Infierno, los cuales, yendo allí, verán otra vez esa
Tierra, a la cual serán devueltos los perros y caballos y otros
animales viles. Entonces ellos dirán: "oh Señor Dios, haznos
regresar también a esa Tierra". Pero eso que ellos piden no les
será concedido".
58
Mientras Jesús hablaba los
discípulos lloraban amargamente. Y Jesús lloró con muchas
lágrimas. Entonces después de que él hubo llorado, habló Juan:
"Oh maestro, dos cosas deseamos saber. Una es, cómo es posible
que el Mensajero de Dios, quien está lleno de misericordia y piedad,
no vaya a tener piedad de los réprobos ese día, viendo que ellos
son del mismo barro que él. La otra es, cómo debe entenderse que la
espada de Miguel sea pesada como diez infiernos; ¿ es que, entonces,
hay más de un infierno?". Jesús respondió: ¿"No habéis
oído lo que dijo David el profeta, de cómo los justos se reirán de
la destrucción de los pecadores, y entonces los humillarán con
estas palabras, diciendo: Yo vi al hombre que puso su esperanza en su
fuerza y sus riquezas, y olvidó a Dios"?. Verdaderamente, por
lo tanto, os digo yo, que Abraham se burlará de su padre, y Adán se
burlará de todos los pecadores; y esto será porque los elegidos
serán resucitados tan perfectos y cercanos a Dios que ellos no
concebirán en su mente el mínimo pensamiento contra Su Justicia;
por lo tanto, cada uno de ellos demandará justicia, y sobre todo el
Mensajero de Dios. Como que Dios vive, ante
Cuya Presencia yo comparezco, aunque ahora yo lloro por lástima a la
Humanidad, en ese día yo demandaré justicia sin misericordia contra
aquellos que desprecien mis palabras, y más todavía contra quienes
contaminen mi evangelio.
59
El infierno es uno, oh mis
discípulos, y en él los condenados sufrirán castigos eternamente.
Sin embargo él tiene siete cámaras o regiones, una más profunda
que la otra, y el que vaya a la más profunda sufrirá el mayor
castigo. Entonces son mis palabras ciertas en cuanto a la espada del
ángel Miguel, ya que el que cometa sólo un pecado merecerá el
Infierno, y el que haya cometido dos pecados merecerá dos infiernos.
Por lo tanto en un infierno los pecadores sufrirán castigos como si
estuvieran en diez, ó en 100 ó en 1.000; y el Dios Omnipotente, por
Su Poder y por razón de Su Justicia, hará que Satanás sufra como
si estuviera en diez veces 100.000 infiernos, y al resto, cada uno
según su maldad".
Entonces respondió Pedro; "Oh
maestro, ciertamente la Justicia de Dios es grande, y hoy este
discurso te ha puesto triste; por lo tanto, te ruego, descansa y
dinos mañana cómo es el infierno". Jesús contestó: "Oh
Pedro, tú me dices que descanse; oh Pedro, no sabes lo que dices,
pues de ser así no hablarías de esa manera. Verdaderamente
os digo, que el descanso en esta vida es el veneno de la piedad y el
fuego que consume toda buena obra. ¿Habéis olvidado cómo
Salomón, el profeta de Dios, con todos los profetas, reprobó la
pereza? Cierto es que él dijo: "El perezoso no trabajará el
suelo por temor al frío, ¡Así que en el verano él mendigará"!.
Luego él dijo: "Todo lo que vuestra mano pueda hacer, hacedlo
sin descanso". ¿Y qué dijo Job, el más inocente amigo de
Dios"? dijo: "Como el ave nació para volar, el hombre
nació para trabajar". Verdaderamente os digo, que yo odio el
descanso por encima de todas las cosas.
El infierno es uno, y es contrario
al Paraíso, como el invierno es lo contrario del verano, y el calor
al frío.
60
Oh lugar maldito por la Justicia
de Dios para la condena de los infieles y los réprobos, del cual
dijo Job, el amigo de Dios: "No hay orden allí, ¡sino temor
eterno!". E Isaías el profeta contra los pecadores, dijo: "Sus
llamas no serán extinguidas ni sus gusanos muertos". Y David
nuestro padre, llorando, dijo: "Entonces lloverán sobre ellos
rayos y centellas, y piedras candentes y gran tempestad". ¡Oh
miserables pecadores, qué odiosas les parecerán entonces las carnes
delicadas, las ropas costosas, los suaves lechos y la armonía de las
dulces canciones!". ¡Qué enfermos los pondrán el hambre
furiosa, las llamas ardientes, las cenizas candentes, y los crueles
tormentos con amargo llanto!".
Entonces Jesús emitió un quejido
lamentable, diciendo: "En verdad sería mejor nunca haber sido
formados que sufrir esos crueles tormentos. Ya que imaginaos aun
hombre sufriendo los tormentos en cada parte de su cuerpo, que no
tenga a nadie que le muestre compasión, sino que todos se burlan de
él; decidme, ¿no sería eso un gran dolor?". Los discípulos
respondieron: "El mayor". Entonces dijo Jesús: "Ahora,
esto es una delicia en comparación con el infierno. Pues en verdad
os digo, que si Dios pusiera en una balanza todo el dolor que todos
los hombre hubieren sufrido y sufran hasta el Día del Juicio, y en
el otro plato una sola hora del dolor del infierno, los pecadores
escogerían sin duda las tribulaciones terrenales, en vez de las
otras a manos de los demonios, quienes son extraordinariamente
despiadados. ¿Oh qué amargo frío, que sin embargo no templará sus
llamas!. ¿Qué crujir de dientes, y llanto y sollozos!, ya que el
Jordán tiene menos agua que las lágrimas que en todo momento
fluirán de los ojos de ellos. Y allí sus lenguas maldecirán a
todas las cosas creadas, con su padre y su madre, y a su Creador, el
Cual es bendito por siempre".
61
Habiendo dicho esto, Jesús se
lavó con sus discípulos, de acuerdo a la Ley de Dios escrita en el
libro de Moisés; y luego ellos rezaron. Y los discípulos viéndolo
triste no le hablaron todo ese día, sino que cada uno quedó
impactado por el terror de sus palabras.
Entonces Jesús abriendo la boca
después de la oración de la noche, dijo: " Qué padre de
familia, si supiera que un ladrón quisiese entrar a su casa, se
dormiría?. Ninguno seguramente; ya que él vigilaría y se
mantendría listo para matar al ladrón. ¿No sabéis entones que
Satanás es como un león rugiente que anda alrededor buscando a
quien devorar? Así busca él hacer pecar al hombre. Verdaderamente
os digo, que si el hombre actuase como el mercader él no tendría
temor ese día, ya que él estaría bien preparado. Hubo un hombre
que dio dinero a sus vecinos para que comerciaran con él, y la
ganancia sería dividida en justa proporción. Y algunos comerciaron
bien, así que ellos doblaron el dinero. Pero algunos usaron el
dinero en servicio del enemigo del que les dio el dinero, hablando
mal de él. Decidme ahora, cuando el vecino llame a los deudores para
rendir cuentas, ¿cómo serán tratados? Seguramente él recompensará
a quienes comerciaron bien, pero contra los otros su ira se desatará
en reproches. Y entonces él los castigará según la ley.
Como que Dios vive, ante Cuya
Presencia mi alma comparece; el vecino es Dios, Quien le dio al
hombre todo lo que éste tiene, con la vida misma, para que, el
hombre viviendo el ejemplo de ellos, se convierten al
arrepentimiento; por lo que los hombres que viven bien serán
recompensados con un gran premio, pero los malvados pecadores,
quienes por sus pecados mermen a la mitad lo que Dios les dio, por
sus vidas gastadas en el servicio de Satanás el
enemigo de Dios, blasfemando de Dios y ofendiendo a los demás –
decidme - ¿cuál será su castigo?." "Será sin medida",
dijeron los discípulos.
62
Entonces dijo Jesús: "El que
viva bien debería tomar ejemplo del mercader que pone cerradura a su
tienda, y la cuida día y noche con gran diligencia. Y vendiendo otra
vez las cosas que él compra es capaz de hacer ganancias; ya que si
él percibe que él perderá entonces él no venderá, no, ni
siquiera a su propio hermano. Así entonces deberíais hacer; ya que
en verdad vuestra alma es un mercader, y el cuerpo es la tienda; en
donde lo que se recibe del exterior, a través de los sentidos, es
comprado y vendido por ella. Y el dinero es el amor. Ved entonces que
con vuestro amor no vendáis ni compréis el menor pensamiento con el
cual no podáis obtener ganancia. Pero dejad el pensamiento, las
palabras y la obras, que sean todos por el amor a Dios; ya que así
encontraréis seguridad en ese día. En verdad os digo, que muchos
hacen abluciones y van a rezar, muchos ayunan y dan limosna, muchos
estudian y predican a otros y el fin de ellos es abominable ante
Dios; porque ellos limpian el cuerpo y no el corazón , ellos gritan
con la boca pero no con el corazón; ellos se abstienen de carnes,
pero se llenan de pecados; le dan a otros cosas que no son buenas
para ellos, para ser tenidos por buenos; ellos estudian para saber
cómo hablar, no para trabajar y actuar; ellos le predican a otros
contra aquello que ellos mismos hacen, y así se condenan por su
propia lengua. Como que Dios vive, esos no conocen a Dios con sus
corazones; ya que si lo conocieran ellos lo amarían; y ya que todo
lo que un hombre tiene lo recibió él de Dios, así debería gastar
todo por el amor de Dios."
63
Después de algunos días Jesús
pasó cerca de una ciudad de los samaritanos; y ellos no lo dejarían
entrar a la ciudad, ni le vendieron pan a sus discípulos. Entonces
dijeron Santiago y Juan: "Maestro, ¡Te place que roguemos a
Dios que envíe fuego del cielo contra esas gentes?". Jesús
respondió: "Vosotros no sabéis por qué espíritu sois
conducidos, que así habláis, recordad que Dios determinó destruir
Nínive porque El no encontró ni uno que temiese a Dios en esa
ciudad, éste habría huido a Tarso por temor a las gentes, así que
Dios hizo que fuese arrojado al mar, y recibido por un pez y arrojado
cerca de Nínive. Y él predicó allí de forma tal que las gente se
convirtieron al arrepentimiento, y Dios tuvo misericordia de ellos.
Ay de quienes claman por venganza;
ya que sobre ellos mismos vendrá, viendo que cada hombre tiene en sí
mismo causa para la venganza de Dios. Ahora decidme, ¿creasteis
vosotros a esta ciudad con sus gentes? Oh locos que sois, claro que
no, ya que todas las criaturas unidas no podrían crear ni una sola
mosca de la nada, y esto es crear. Si el Dios bendito que creó esta
ciudad la mantiene, ¿por qué deseáis vosotros destruirla? ¿por
qué no dijisteis: " ¿Te place maestro, que roguemos al Señor
nuestro Dios que estas gentes se conviertan a la penitencia"
ciertamente este es un acto propio de un discípulo mío, rogar a
Dios por aquellos que hacen mal. Así hizo Abel cuando su hermano
Caín, maldito de Dios, lo mató. Así hizo Abraham por el Faraón,
quien le quitó a su esposa, y al cual, por lo tanto, no mató el
ángel de Dios, sino que sólo lo afligió con la enfermedad. Así
hizo Zacarías cuando, por decreto del rey impío, fue matado en el
templo. Así hicieron Jeremías, Isaías, Ezequiel, Daniel y David,
con todos los amigos de Dios y los santos profetas. Decidme, si un
hermano fuera atacado de locura. ¿Lo mataríais porque habló mal y
golpeó a los que se le acercaban? Ciertamente vosotros no lo
haríais; sino que más bien restauraríais su salud con medicinas
adecuadas a su enfermedad.
64
Como que Dios vive, ante Cuya
Presencia mi alma comparece, un pecador es de mente enferma cuando él
persigue a un hombre. Pues decidme, ¿Hay alguno que se rompiese la
cabeza por la causa de romper la túnica de su enemigo? ¿Entonces
cómo puede tener mente sana el que se separa de Dios, la cabeza de
su alma, para poder herir el cuerpo de su enemigo?.
Decídme, oh, hombres, ¿quién es
tu enemigo? Ciertamente tu cuerpo, y todo lo que te elogie. Así que
si tuvieses mente sana besarías la mano de quienes te insultan y
entregarías regalos a aquellos que te persiguen y te golpean mucho;
porque, oh hombre, porque cuanto más por tus pecados seas
insultado y perseguido en esta vida, menos lo serás en el Día del
Juicio, pero dime, oh hombre, si los santos y profetas de Dios han
sido perseguidos y difamados por el mundo aun cuando ellos eran
inocentes, ¿qué te harán a ti oh, pecador?, y si ellos soportaron
todo con paciencia, rezando por sus perseguidores, ¿qué te harán a
ti, oh pecador?, y si ellos soportaron todo con paciencia, rezando
por sus perseguidores, ¿qué deberías hacer tu, oh hombre, que eres
digno del infierno? Decidme, oh discípulos míos, ¿no sabéis que
Shimei maldijo al siervo de Dios, el profeta David, y le arrojó
piedras? Ahora, ¿Qué les dijo David a aquellos que querían matar a
Shimei?. ¿"Qué te importa, oh Joab, que quieres matar a
Shimei? Déjalo que me maldiga, ya que ésta es la voluntad de Dios,
Quien convertirá esta maldición en una bendición".
Y así fue; ya que Dios vió la
paciencia de David y lo liberó de la persecución de su propio hijo,
Absalón. Ciertamente ni una hoja se agita sin la voluntad de Dios.
Entonces, cuando estés en tribulación no pienses lo mucho que tú
has soportado, ni en el que te aflige; sino considera cuánto, por
tus pecados, mereces recibir a manos de los demonios del infierno.
Vosotros estáis enojados con esta ciudad porque no nos recibirá, ni
nos vende pan. Decidme, ¿son estas gentes vuestros esclavos? ¿les
habéis dado vosotros esta ciudad? ¿les habéis dado vosotros su
grano? ¿O les habéis ayudado a cosecharlo? Seguramente no; ya que
vosotros sois extranjeros en esta tierra y hombres pobres.
¿Qué cosa es entonces ésta que
decís?". Los dos discípulos respondieron: "Señor, hemos
pecado; Que Dios tenga misericordia de nosotros". Y Jesús
respondió: "Así sea".
65
La Pascua se acercó, por lo que
Jesús, con sus discípulos, subió a Jerusalén. Y él fue al
estanque llamado "Probático". Y el baño se llamaba así
porque el ángel de Dios cada día agitaba el agua, y quien entrase
primero al agua después de su movimiento era sanado de todo tipo de
enfermedad. Por lo tanto un gran número de personas enfermas
permanecían junto al estanque, el cual tenía cinco porciones. Y
Jesús vio allí a un hombre paralítico, el cual había estado allí
38 años, enfermo de una grave enfermedad. Entonces Jesús, sabiendo
esto por inspiración divina, tuvo compasión del hombre enfermo, y
le dijo: "?Deseas ser sanado?".
El hombre inválido respondió;:
"Señor, no tengo a nadie que me meta al estanque cuando el
ángel agita el agua, pero mientras trato de entrar otro avanza antes
que yo y entra allí". Entonces Jesús levantó la vista hacia
el cielo y dijo: "Señor Dios nuestro, Dios de nuestros padres,
ten piedad de este hombre inválido". Y habiendo dicho esto,
Jesús dijo: " En el nombre de Dios, hermano, sé curado;
levántate y toma tu camilla". Entonces el paralítico se
levantó, alabando a Dios, y cargó su camilla sobre sus hombros y se
fue a su casa alabando a Dios.
Los que lo vieron gritaron: "Es
el día sábado; no es lícito para ti cargar tu cama". El
respondió: "El que me curó me dijo: "levanta tu camilla,
y vete a tu casa". Entonces le preguntaron ellos: "?Quién
es él?". El contestó: "No sé su nombre". Entonces,
entre ellos dijeron: "Debe haber sido Jesús el Nazareno".
Otros decían: "No, ya que él es un santo de Dios, mientras que
el que ha hecho esta cosa es un hombre malvado, ya que él hace que
se rompa el sábado". Y Jesús entró en al templo, y una gran
multitud se acercó a él a escuchar sus palabras; por lo que los
sacerdotes se consumían de envidia.
66
Uno de ellos vino a él, diciendo:
"Buen maestro, tú enseñas bien y verazmente; dime por lo
tanto, ¿Qué recompensa nos dará Dios en el Paraíso?". Jesús
respondió: "Tu me llamas bueno, y no sabes que sólo Dios es
Bueno, tal como dijo Job, el amigo de Dios: "Un niño de un día
de edad no está puro; si, incluso los ángeles no están libres de
falta ante la Presencia de Dios". Y él dijo además: "La
carne atrae al pecado, y sobre la iniquidad tal como una esponja
sorbe el agua".
Así que el sacerdote estaba
callado, confundido. Y Jesús dijo: "En verdad os digo; nada es
más peligroso que las palabras. Ya que así dijo Salomón: "La
vida y la muerte están en poder de la lengua".
Y él se volvió hacia sus
discípulos, y dijo: "Tened cuidado de quien os bendiga, ya que
ellos os engañan. Con la lengua Satanás bendijo a nuestros primeros
padres, pero miserable fue el resultado de sus palabras. Así
bendecían al Faraón los sabios de Egipto. Así bendecía Goliat a
los filisteos. Así bendijeron Ahab 400 falsos profetas; pero falsas
eran sus alabanzas, así que el alabado pereció con los alabadores.
Por ello no sin causa dijo Dios a Isaías el profeta: "Mi
pueblo, aquellos que te bendicen te engañan".
Ay de vosotros escribas y
fariseos, ay de vosotros sacerdotes y levitas, porque vosotros habéis
corrompido el sacrificio del Señor así que quienes vienen a
sacrificar creen que Dios come carne cocida como lo hace el hombre.
67
Ya que vosotros les decís: "traed
vuestras ovejas y toros y corderos al templo de vuestro Dios, y no
comáis, sino dad una porción a vuestro Dios de lo que El os ha
dado"; y vosotros no les contáis acerca del origen del
sacrificio, que es para un testimonio de la vida concedida al hijo de
nuestro padre Abraham, para que la fe y la obediencia de nuestro
padre Abraham, con las promesas hechas a él por Dios y las
bendiciones dadas a él, nunca sean olvidadas. Pero a través de
Ezequiel el profeta dijo Dios: "Llevaos de ante Mí estos
sacrificios vuestros, vuestras víctimas son abominables para Mí".
Pues el tiempo se acerca en que será hecho lo que nuestro Dios habló
a través de Oseas el profeta, diciendo: "Yo llamaré escogido
al pueblo no escogido y como dijo El en Ezequiel el profeta: "Dios
hará un nuevo convenio con su Pueblo, no de acuerdo al convenio que
El dio a vuestros padres, el cual ellos no observaron y El les
quitará un corazón de piedra, y les dará un nuevo corazón";
y todo esto será porque vosotros no camináis ahora en Su ley. Y
vosotros tenéis la llave pero no abrís; más bien bloqueáis el
camino para aquellos que querrían caminar por el".
El sacerdote partía para reportar
todo al sumo sacerdote, el cual estaba de pie cerca del santuario,
pero Jesús dijo: "Quédate, ya que yo responderé a tu
pregunta".
68
Tú me pides que te diga que nos
dará Dios en el Paraíso. En verdad os digo, que quienes piensan en
el salario no aman al amo. Un pastor que tiene un rebaño de ovejas,
cuando ve venir al lobo se prepara a defenderlas; por el contrario,
el pastor empleado cuando ve al lobo deja a las ovejas y huye. Como
que Dios vive, ante Cuya Presencia comparezco, si el Dios de nuestros
padres fuera vuestro Dios vosotros no habríais pensado en decir:
¿"Qué me dará Dios?", sino que habríais dicho, como
dijo David Su profeta: ¿"Qué le daré yo a Dios por todo lo
que El me ha dado a mí "?.
Os hablaré por medio de una
parábola para que podáis entender. Había un rey que se encontró
junto al camino a un hombre despojado de sus ropas por ladrones, los
cuales lo habían herido mortalmente. Y él tuvo compasión de él, y
ordenó a sus esclavos que llevaran a ese hombre a la ciudad y lo
atendieran; y así lo hicieron ellos con toda diligencia. Y el rey
concibió un gran cariño por el hombre enfermo, así que él le dio
a su propia hija en matrimonio, y lo hizo su heredero. Ahora,
seguramente que este rey era muy misericordioso; pero el hombre
golpeó a los esclavos, despreció las medicinas, abusó de la esposa
del rey, habló mal del rey, e hizo que sus vasallos se rebelaran
contra él. Y cuando el rey requería algún servicio, estaba listo
para decir: "Qué me dará el rey como recompensa"?. Ahora,
cuando el rey oyó esto, ¿qué le hizo él a un hombre así de
impío?".
Todos ellos respondieron: "Ay
de él, ya que el rey lo privó de todo, y lo castigó cruelmente".
Entonces dijo Jesús: "Oh sacerdotes, y escribas, y fariseos, y
tú, sumo sacerdote que oyes mi voz, yo os proclamo lo que Dios os
dijo a través del profeta Isaías: "Yo he alimentado esclavos y
los exalté, pero ellos me han despreciado".
El rey es nuestro Dios, Quien
halló a Israel en este mundo lleno de miserias, y por lo tanto lo
dio a Sus siervos José, Moisés y Aarón, quienes lo atendieron. Y
nuestro Dios concibió tal amor por el pueblo de Israel que El
castigó a Egipto ahogó al Faraón, y destruyó 120 reyes de las
cananitas y madianitas; El le dio Sus leyes, haciéndolo heredero de
toda esa tierra donde habita nuestro pueblo. ¿ Pero cómo se
comportó Israel? ¿Cuántos profetas mató él?!; ¡Cuántas
profecías contaminó; cómo violó él la ley de Dios; cuántos por
esa causa se alejaron de Dios y fueron a adorar ídolos, debido a
vuestra ofensa, oh sacerdotes! ¡Y cómo deshonráis a Dios con
vuestra manera de vida! Y ahora me preguntáis: ¿"Qué nos
dará Dios en el Paraíso?". Vosotros deberíais haber
preguntado cuál es el castigo que Dios os dará en el infierno; y
entonces preguntar qué deberíais hacer como verdadera penitencia
para que Dios tenga misericordia de vosotros; pues esto puedo
deciros, y este fin fui enviado a vosotros.
69
Como que Dios vive, ante Cuya
Presencia comparezco, vosotros no recibiréis adulación de parte
mía, sino la verdad. Por ello os digo, arrepentios y volveos hacia
Dios tal como nuestros padres lo hicieron después de pecar, y no
endurezcáis vuestros corazones". Los sacerdotes se consumían
de furia por este discurso, pero por temor a las gentes comunes ellos
no dijeron palabra.
Y Jesús continuó, diciendo: "Oh
doctores, oh escribas, oh fariseos, o sacerdotes decidme. Vosotros
deseáis ropas finas, como las mujeres, pero no queréis hilar ni
alimentar niños; vosotros deseáis los frutos del campo, pero no
deseáis cultivar la tierra; vosotros deseáis los peces del mar,
pero no deseáis ir a pescar; vosotros deseáis honor como
ciudadanos, pero no deseáis la carga de la república; vosotros
deseáis los diezmos y las primicias de los frutos como sacerdotes,
pero no deseáis servir a Dios de verdad. ¿Qué hará entonces Dios
con vosotros, viendo que deseáis todo bien aquí sin ningún mal?
Verdaderamente os digo que Dios os dará un lugar donde vosotros
tendréis todo mal y ningún bien".
Y cuando Jesús hubo dicho esto,
fue traído ante él un endemoniado que no podía hablar ni ver, y
estaba privado del oído. Entonces Jesús, viendo su fe, levantó la
vista hacia el cielo y dijo: "Señor Dios de nuestros padres,
ten misericordia de este hombre enfermo y dale salud, para que estas
gentes sepan que Tú me enviaste".
Y habiendo dicho esto, Jesús le
ordenó al espíritu que partiese, diciendo: "En el poder del
nombre de Dios nuestro Señor, vete, malvado, de este hombre".
El espíritu partió y el hombre mudo habló, y vio con sus ojos.
Entonces todos se llenaron de temor, pero los escribas dijeron: "En
el poder de Belcebú, príncipe de los demonios, él expulsa los
demonios".
Entonces dijo Jesús: "Todo
reino dividido contra si mismo se destruye a sí mismo, y cae casa
sobre casa. Si en el poder de Satanás, Satanás es arrojado, ¿Cómo
se mantendrá en pie su reino? Y si vuestros hijos arrojan a Satanás, con la escritura que Salomón el
profeta les dio, ellos testifican que yo expulso a Satanás en el
poder de Dios. Como que Dios vive, la blasfemia contra el Espíritu
Santo no tiene perdón ni en éste ni en el otro mundo, ya que el
hombre malvado por sí mismo se reprueba, conociendo la
reprobación". Y habiendo dicho esto Jesús salió del templo. Y
las gentes del pueblo lo ensalzaban, ya que ellos trajeron a todos
los enfermos que pudieron reunir, y Jesús, habiendo dicho oración les dio la salud a todos; por lo que ese día los soldados romanos de
Jerusalén, por obra de Satanás, empezaron a agitar a las gentes del
pueblo, diciendo que Jesús era el Dios de Israel que vino a visitar
a Su pueblo.
70
Jesús partió de Jerusalén
después de la Pascua, y entró a las fronteras de Cesarea Filipa.
Entonces, habiéndole informado el ángel Gabriel acerca de la
sedición que empezaba entre la gente del pueblo, preguntó él a sus
discípulos: ¿"Qué dicen de mi los hombres?". Ellos
dijeron: "Algunos dicen que tú eres Elías, otros que Jeremías,
y otros que eres uno de los antiguos profetas".Jesús respondió:
"y vosotros, ¿quién decís que soy?". Pedro contestó:
"Tú eres Cristo, hijo de Dios". Entonces Jesús se enojó,
y con ira lo reprendió, diciendo: "¡Vete y aléjate de mí,
porque tú eres el demonio y buscas ofenderme!". Y él amenazó
a los 11, diciendo: "¡Ay de vosotros si creéis esto, ya que yo
he invocado a Dios una gran maldición contra quienes crean esto!".
Y él quería expulsar a Pedro; por lo que los 11 le rogaron a Jesús
por él, que no lo expulsara, pero él lo reprendió otra vez,
diciendo:"Ten cuidado y nunca jamás vuelvas a decir esas
palabras, porque Dios te condenaría!". Pedro lloró, y dijo:
"Señor, he hablado tontamente ruega a Dios que El me perdone".
Entonces dijo Jesús: "Si
Dios no quiso mostrarse a Moisés Su siervo, ni a Elías, a quien El
tanto amó, ni a ningún profeta, ¿piensas acaso que Dios deberá
mostrarse a esta generación impía?. ¿Qué no sabéis que Dios creó
todas las cosas de la nada con una sola palabra, y todos los hombres
tuvieron sus origen en un pedazo de barro?. Ahora, ¿cómo podría
Dios tener apariencia de hombre?¡Ay de aquellos que se dejan engañar
por Satanás!". Y habiendo dicho esto, Jesús rogó a Dios por
Pedro, y los 11 y Pedro estaban llorando y decían: "Así sea,
así sea. Oh Señor bendito, Dios nuestro". Después Jesús
partió y entró a Galilea, para que esta vana opinión que el vulgo
empezó a tener acerca de él se extinguiera.
71
Habiendo llegado Jesús a su
propia tierra, se extendió por toda la región de Galilea que Jesús,
el profeta, había venido a Nazaret. Por ello con diligencia buscaron
ellos a los enfermos y los trajeron ante él, rogándole que los
tocase con sus manos. Y tan grande era la multitud que cierto hombre
rico, enfermo de parálisis, no pudiendo ser llevado a él pasando
por la puerta tuvo que ser cargado y subido al techo de la casa en la
que estaba Jesús, y habiendo hecho que el techo fuera descubierto,
fue bajado por medio de sábanas para ser puesto frente a Jesús,
Jesús se detuvo un momento, vacilante y entonces dijo. "No
temas, hermano, porque tus pecados te son perdonados".
Todos se ofendieron al escuchar
esto, y ellos dijeron: ¿"Y quien es éste que perdona los
pecados?".Entonces dijo Jesús: "Como que Dios vive, yo no
soy capaz de perdonar pecados, ni hombre alguno, sino que sólo Dios
perdona. Pero como siervo de Dios yo puedo rogarle por los pecados de
otro; y así le rogué por este hombre enfermo, y estoy seguro que
Dios oyó mi suplica. Por lo tanto, para que podáis conocer la
verdad, yo digo a este hombre enfermo: En el nombre del Dios de
nuestros padres, el Dios de Abraham y sus hijos, ¡levántate
curado!". Y cuando Jesús hubo dicho esto, el hombre enfermo se
levantó curado; y glorificó a Dios.
Entonces las gentes del pueblo
rogaron a Jesús que implorase a Dios a favor de los enfermos que
estaban parados afuera. Por lo tanto Jesús salió hacia ellos, y
habiendo levantado sus manos, dijo: "Señor Dios de los
ejércitos, el Dios Vivo, el Dios Santo que nunca morirá: ¡ten
misericordia de ellos!". Entonces todos respondieron "Amén".
Y habiendo dicho esto, Jesús puso sus manos sobre los enfermos y
todos ellos recibieron salud. Por lo tanto ellos glorificaron a Dios,
diciendo, "Dios nos ha visitado por mediación de Su profeta, y
un gran profeta nos ha enviado Dios".
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