viernes, 18 de noviembre de 2016

EVANGELIO APÓCRIFO DE BERNABÉ (II)

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Jesús fue a Jerusalén, cerca de la Senofegia (Tabernáculos), una fiesta de nuestra nación. Los escribas y fariseos habiendo percibido esto, se aconsejaron para atraparlo en las palabras de él. Entonces, vino a él un doctor, diciendo: Maestro, ¿qué debo hacer para tener la vida eterna?.Jesús contestó: ¿Cómo está escrito en la Ley?. El tentador contestó, diciendo: Ama al Señor tu Dios, y a tu prójimo, amarás a Dios sobre todas las cosas, con todo tu corazón y tu mente, y a tu prójimo como a tú mismo.Jesús respondió: Has respondido bien; por lo tanto ve y hazlo así, digo, y tendrás vida eterna. El le dijo: ¿Y quién es mi prójimo?. Jesús respondió: Un hombre bajaba de Jerusalén para ir a Jericó, una ciudad reconstruida bajo una maldición. Este hombres en el camino fue atrapado por ladrones, herido y desvestido; partiendo después ellos, dejándolo medio muerto. Sucedió que allí paso (también) un samaritano, quien, viendo al hombre herido, se movió a compasión, y se apeó de su caballo, y tomó al hombre herido y lavó sus heridas con vino, y las untó con bálsamo, y vendándole las heridas y consolándolo, lo colocó sobre su propio caballo. Entonces habiendo, llegado en la noche a la posada, lo entregó a cargo del posadero. Y cuando se levantó en la mañana, dijo "Cuida de este hombre, y te pagaré de todo". Y habiendo entregado cuatro piezas de oro al enfermo para el posadero, dijo él: "Alegrate, ya que regresaré pronto y te llevaré a mi propia casa.Díme, dijo Jesús, ¿Cuál de estos fue el prójimo? El doctor respondió: El que mostró misericordia. Entonces dijo Jesús: Has respondido correctamente; por lo tanto ve tú y actúa similarmente. El doctor partió confundido.

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Entonces se acercaron a Jesús los sacerdotes, y dijeron: Maestro, ¿es lícito dar tributo al César?. Jesús volteó hacia Judas, le dijo: ¿Tienen algo de dinero?. Y tomando una moneda en su mano, Jesús se volvió hacia los sacerdotes, y les dijo: Esta moneda tiene una imagen; decídme: ¿De quien es esta imagen?. Ellos respondieron: Del César. Dad por lo tanto, dijo Jesús, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Entonces ellos partieron confundidos.Y hé aquí que se acercó un centurión, diciendo: Señor, mi hijo está enfermo; ¡Ten piedad de mi vejez!. Jesús respondió: ¡Que el Señor Dios de Israel tenga misericordia de Ti!. El hombre se iba; y Jesús dijo: Espérame, ya que iré a tu casa, para rezar por tu hijo. El centurión respondió: Señor, yo no soy digno de que tú, un profeta de Dios, vengas a mi casa; es suficiente par a mí la palabra que has dicho para curar a mi hijo; ya que tu Dios te ha hecho señor sobre toda enfermedad, tal como me lo dijo Su ángel en mi señor.Entonces Jesús se maravillo grandemente, y volviéndose hacia la multitud, dijo: Ved a este extranjero, ya que él tiene más fe que todos los que he encontrado en Israel. Y volteando hacia el centurión, dijo: Ve en paz, ya que Dios, por la gran fe que El te ha dado, ha concedido la salud a tu hijo. El centurión se fue, y en el camino se encontró a sus sirvientes, quienes le anunciaron cómo había sido sanado su hijo. El hombre respondió: ¿A qué hora lo dejó la fiebre?. Ellos dijeron: Ayer, a la hora sexta, la calentura lo dejó. El hombre supo que cuando Jesús dijo: El Señor Dios de Israel tenga misericordia de ti, su hijo recibió la salud. Entonces el hombre creyó en nuestro Dios, y habiendo entrado a su casa, rompió en pedazos todos sus ídolos, diciendo: Sólo hay el Dios de Israel, el Dios Verdadero y Vivo. Por lo tanto dijo él: Nadie que no adore al Dios de Israel comerá de mi pan.

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Un erudito de la Ley invitó a Jesús a cenar, para tentarlo, Jesús llegó allí con sus discípulos, y muchos escribas, para tentarlo, le esperaban en la casa. Entonces, los discípulos se sentaron a la mesa sin lavarse las manos. Los escribas llamaron a Jesús, diciendo: ¿Por qué tus discípulos no observan las tradiciones de nuestros mayores, ya que no se lavan sus manos antes de comer pan?.Jesús contestó: Y yo os pregunto, ¿porqué causa habéis anulado vosotros el precepto de Dios para observar vuestras tradiciones? Vosotros decís a los hijos de padres pobres: "Ofreced y haced votos al templo". Y ellos hacen ofrendas de lo poco que tienen para mantener a sus padres. Y cuando sus padres desean tomar dinero, los hijos gritan: "Este dinero está consagrado a Dios", por lo cual sufren los padres. Oh falsos escribas, hipócritas, ¿usa Dios este dinero? Seguramente no, ya que Dios no come, como dijo El por Su siervo David el profeta: "¿He de comer entonces la carne de toros y beber la sangre de ovejas? Ofrecedme el sacrificio de la alabanza, y ofrecedme vuestros votos; ya que si Yo estuviese hambriento Yo no os pediría nada, viendo que todas las cosas están en Mis manos , y la abundancia del Paraíso está conmigo". ¡Hipócritas!, vosotros hacéis esto para llenad vuestro bolsillo, y por lo tanto vosotros tasáis la ruda y la menta. ¡Oh miserables!, ya que a los demás les mostráis el camino claro, por el cual no iréis.Vosotros, escribas y doctores, imponéis sobre los hombros de los demás cargas de peso insoportable, pero vosotros mismos, mientras tanto, no estáis dispuestos a moverlas con uno de vuestros dedos. En verdad os digo, que todo mal ha entrado al mundo bajo el pretexto de los mayores. Decidme, ¿quién hizo que la idolatría entrara al mundo, si no fue el uso de los mayores? ya que hubo un rey que amaba excesivamente a su padre, cuyo nombre era Baal. Entonces, cuando el padre murió, su hijo para su propio consuelo, mandó hacer una imagen como su padre, y la colocó en la plaza de mercado de la ciudad. E hizo un decreto de que todo el que se acercara a herirlo. De aquí que los malvados, por razón del beneficio que ellos recibían de ello, empezaron a ofrecerle a la estatua rosas y flores, y en poco tiempo las ofrendas fueron dinero y alimentos, tanto que ellos la llamaron dios, para orarlo. Esa cosa de costumbre fue transformada en ley, tanto que ídolo de Baal se extendió por todo el mundo; y cuánto lamenta Dios esto, a través del profeta Isaías, diciendo: "Verdaderamente esta gente me adora en vano, ya que ellos han anulado Mi ley dada a ellos por Mi siervo Moisés, y siguen las tradiciones de sus mayores". Verdaderamente os digo, que lo que compran con las manos sucias no contamina a un hombre, ya que aquello que entra al hombre no contamina al hombre, sino que lo que sale del hombre contamina al hombre.Entonces dijo uno de los escribas: Si comemos puerco, u otras carnes impuras, ¿no contaminarán ella mi conciencia?.Jesús respondió: La desobediencia no entrará en el hombre, sino que saldrá de él, de su corazón; y por lo tanto, él será contaminado cuando coma alimentos prohibidos.Entonces dijo uno de los doctores: Maestro, has hablado mucho contra la idolatría como si el pueblo de Israel tuviese ídolos, y así has sido injusto con nosotros.Jesús contesto: Yo sé bien que en Israel hoy no hay estatuas de madera; pero hay estatuas de carne.Entonces dijeron todos los escribas con ira: ¿Y así somos nosotros idólatras?."Amarás al Señor tu Dios con toda tu alma, y con todo tu corazón, y con toda tu mente". ¿Es esto cierto?. dijo Jesús. Es cierto, respondieron todos.

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Entonces dijo Jesús: Verdaderamente todo lo que un hombre ama, por lo cual él deja todo excepto eso, es su dios. Y así el fornicador tiene a la prostituta como ídolo, el glotón y el borracho tiene a su propia carne como ídolo, y el avaro tiene a la plata y al oro como ídolos suyos, y así similarmente todo otro pecador.Entonces dijo el que lo había invitado: Maestro, ¿cuál es el mayor pecado?. Jesús contesto: ¿Cuál es la mayor ruina de una casa?: Todos quedaron en silencio, cuando Jesús apuntó con su dedo hacia la base, y dijo: Si los cimientos ceden, inmediatamente la casa cae en ruina, en tal manera que es necesario construirla toda de nuevo; pero si toda otra parte cede, la casa puede ser reparada. Así te digo, que la idolatría es el mayor pecado, ya que priva por completo al hombre de fe, y consecuentemente, de Dios; así que él no puede tener afecto espiritual. Pero todo otro pecado deja al hombre la esperanza de obtener misericordia; y por lo tanto le digo que la idolatría es el mayor pecado.Todos quedaron asombrados ante las palabras de Jesús, ya que ellos percibieron que de ninguna manera podían ser refutadas. Entonces Jesús continuó: Recordad lo que Dios habló, lo que Moisés y Josúe escribieron en la Ley, y veréis cuán grave es este pecado. Dijo Dios, hablando a Israel: "No harás para ti imagen alguna de aquellas cosas que están en el cielo ni de aquellas cosas que están bajo el cielo, ni la haréis de las cosas que están sobre el agua, ni de las que están bajo el agua. Ya que Yo soy tu Dios, Fuerte y celoso, El cual tomara venganza por este pecado en los padres y en los hijos, aun hasta la cuarta generación". Recordad cómo, cuando nuestro pueblo hubo hecho el Becerro, y cuando ellos lo hubieron adorado, por orden de Dios, Josúe y la tribu de Leví pasaron por la espada y mataron de ellos a 120.000 de quienes no anhelaban la misericordia de Dios. ¡Oh juicio terrible de Dios sobre los idólatras!.

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Estaba parado ante la puerta allí uno que tenía encogido su mano derecha de tal forma que no podía usarla. Entonces Jesús, habiendo levantado su corazón hacia Dios, rezó, y luego dijo: Para que podáis saber que mis palabras son verdaderas, yo digo: "En el nombre de Dios, hombre, estira tu mano enferma!". El la estiró por completo, como si nunca hubiera tenido enfermedad alguna en ella.Entonces con temor a Dios empezaron a comer. Y habiendo comido algo, Jesús dijo otra vez: En verdad os digo, que seria mejor quemar una ciudad que dejar allí una mala costumbre; ya que debido a eso se enoja Dios con los príncipes y reyes de la tierra, a los cuales ha dado Dios la espada para que destruyan las iniquidades.Después dijo Jesús: Cuando seas invitado, recuerda no sentarte en el sitio más alto, para que si llega un mejor amigo del anfitrión, el anfitrión no te diga: "¡Levántate y siéntate en un sitio más bajo!", lo cual sería una vergüenza para ti. Mejor ve y siéntate en el lugar más humilde, para que el que te invitó venga y te diga: "¡Levántate, amigo, y ven siéntate aquí arriba!"; ya que entonces tú tendrás gran honor: porque todo lo que se exalta a sí mismo será humillado, y el que se humilla será exaltado.Verdaderamente os digo, que si hombre conociese sus miserias, siempre lloraría él aquí en la tierra y se consideraría a sí mismo más vil que cualquiera otra cosa. No fue por otra causa que el primer hombre con su esposa lloró 100 años sin cesar, anhelando la Misericordia de Dios; ya que ellos supieron ciertamente que ellos habían caído debido a su orgullo. Y habiendo dicho esto, Jesús dio gracias; y ese día se hizo público en todo Jerusalén que grandes cosas había dicho Jesús, y el milagro que obró, tanto que las gentes dieron gracias a Dios bendiciendo Su santo Nombre.Pero los escribas y fariseos, habiendo entendido que él habló contra las tradiciones de los ancianos, se llenaron de mayor odio. Y como al Faraón, se les endureció el corazón, por lo cual buscaban la ocasión para matarlo, pero no la encontraban.

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Jesús partió de Jerusalén, y se fue al desierto más allá del Jordán; y los discípulos que estaban a su alrededor le dijeron a Jesús: Oh maestro, dinos cómo Satanás cayó debido a su soberbia, ya que sabíamos que él pecó de desobediencia, y por qué el siempre tienta al hombre para que el mal. Jesús contestó: Dios, habiendo creado una masa de tierra, y habiéndola dejado durante 25.000 años sin hacerle nada más; Satanás, que era como si fuera sacerdote y jefe de los ángeles, por el gran entendimiento que él poseía, supo que Dios de esa masa de tierra iba a hacer a 144.000 marcados con el distintivo de la profecía, y al Mensajero de Dios, cuya alma había creado El 60.000 años antes que a cualquier otra cosa. Por lo tanto, no esta bien que lo hagamos".Muchas, por lo tanto, abandonaron a Dios. Entonces dijo Dios, un día cuando estaban congregados todos los ángeles: "Que todo aquel que Me tema como su Señor inmediatamente haga reverencia a esta tierra". Los que amaban a Dios se postraron, pero Satanás, con los que eran de su forma de pensar, dijo: "Oh Señor, nosotros somos espíritu, y por lo tanto no es justo que reverenciemos a este barro". Habiendo dicho esto, Satanás se volvió horrible y de apariencia terrorífica, y sus seguidores se volvieron espantosos; ya que debido a su rebelión Dios les quitó la belleza con la que El los había dotado al crearlos. Por ellos los santos ángeles, cuando levantando sus cabezas, vieron que horrible monstruos se había vuelto Satanás, y sus seguidores, pusieron sus rostros contra el suelo, con temor, Entonces dijo Satanás: "Oh señor, Tu me has hecho horrible injustamente, pero yo estoy contento con ello, y es que yo deseo anular todo lo que Tu hagas". Y los otros diablos dijeron: "No lo llames Señor, oh Lucifer, ya que tú eres Señor".Entonces dijo Dios a los seguidores de Satanás: "Arrepentíos vosotros, y reconocedme como Dios, vuestro Creador". Ellos respondieron: "Nos arrepentimos de haberte hecho reverencias, ya que Tu no eres Justo; sin que Satanás es justo e inocente, y él es nuestro señor". Entonces dijo Dios: "Partid de ante Mí, oh malditos, ya que Yo no tengo misericordia para vosotros".Y al partir Satanás escupió sobre esa masa de tierra, pero el ángel Gabriel recogió el esputo con un poco de tierra, así que por lo tanto ahora el hombre tiene el ombligo en su vientre.

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Los discípulos quedaron asombrados por la rebelión de los ángeles. Entonces dijo Jesús: Verdaderamente os digo, que el que no hace oración es más malvado que Satanás, y sufrirá mayores tormentos. Porque Satanás no tuvo, antes de su caída, ningún ejemplo de cómo temer, ni Dios hizo tanto como enviarle algún profeta para invitarlo al arrepentimiento: pero el hombre - ahora que todos los profetas han venido excepto el Mensajero de Dios que vendrá después de mí, porque Dios así lo desea, y cuyo camino preparo yo -y el hombre, yo digo, a pesar de que tiene ejemplos infinitos de la Justicia de Dios, vive indiferentemente sin ningún temor, como si no hubiera Dios. Así habló de esos tales el profeta David: "El tonto ha dicho en su corazón: "No hay Dios, por lo tanto son ellos corruptos y se han vuelto abominables, sin uno de ellos que haga el bien".Haced oración incesantemente, oh discípulos míos, para que podáis recibir. Ya que el que busca encuentra, y al que toca se le abre, y el que pide recibe. Y en vuestra oración no busqueís el mucho hablar, ya que Dios mira al corazón, como dijo El a través de Salomón: "Oh siervo Mío, dáme tu corazón". En verdad os digo, como Dios vive, que los hipócritas hacen mucha oración en todas partes de la ciudad para ser vistos y tenidos por santos por la multitud; pero sus corazones están llenos de maldad, y por lo tanto ellos no quieren decir lo que ellos piden. Es necesario que digáis vuestra oración concientemente si queréis que Dios la reciba. Ahora decidme: ¿quién iría a hablar con el gobernador romano o con Herodes, sin haber primero dispuesto su mente acerca de a quién va a ver, y lo que va hacer? Seguramente nadie. y si el hombre así para hablar con un hombre, ¿qué habría de hacer el hombre para hablar con Dios, y pedir de El misericordia para sus pecados, y al mismo tiempo agradecerle por todo lo que El le ha dado?Verdaderamente os digo, que muy pocos hacen verdadera oración, y por lo tanto Satanás tiene poder sobre ellos, ya que Dios no quiere a aquéllos que lo honran con su labios; quienes en el templo piden misericordia (con) sus labios, y su corazones gritan por justicia.Así como El dijo a Isaías el profeta: "Llevate a este pueblo que me hace enojar, ya que con sus labios ellos Me honran, pero su corazón está lejos de Mí". En verdad os digo que aquél que va a hacer oración sin consideración se burla de Dios.Ahora, ¿quién iría a hablar con Herodes dándole la espalda, y por lo tanto hablando bien de Pilato el gobernador, al cual él odia a muerte? Seguramente nadie. Sin embargo no es menos lo que hace el hombre que va a hacer oración y no se prepara a sí mismo. El le vuelve la espalda a Dios y le da la cara a Satanás y habla bien de él. Ya que en su corazón está el amor a la iniquidad, de la cual no se ha arrepentido él.Si alguno, habiéndote lastimado, te dijera con sus labios: "Perdóname", y con sus manos te diese un golpe, ¿cómo podrías perdonarle? Aun así tendrá Dios misericordia de aquéllos que con sus labios dicen: "Señor, ten piedad de nosotros", y con su corazón aman la iniquidad y piensan en nuevos pecados.
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Los discípulos lloraban por las palabras de Jesús y le rogaron, diciendo: Señor, enséñanos a hacer oración. Jesús respondió: Considerad qué harías si el gobernador romano os aprehendiese para daros muerte, y haced eso mismo cuando vayaís a hacer oración. Y dejad que vuestras palabras sean éstas: "Oh Señor nuestro Dios, santificado sea Tu Nombre, venga a nosotros Tu Reino, hágase siempre Tu Voluntad, y así como es hecha en el cielo sea hecha en la tierra; dános hoy el nosotros, y no nos dejes caer en tentación, más líbranos del mal, ya que sólo Tú eres Dios, a Quien pertenecen la Gloria y el Honor por siempre.


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Entonces dijo Juan: Maestro, déjanos lavarnos como lo ordenó Dios a través de Moisés Jesús dijo: ¿Creéis acaso que yo vengo a destruír la Ley y los profetas? En verdad os digo, como vive Dios, que yo no vengo a destruirla, sino más bien a cumplirla. Pues todo profeta ha observado la Ley de Dios.A su Presencia está sometida mi alma, nadie que rompa el más mínimo precepto puede estar complaciendo a Dios, sino que será el más humillado en el Reino de Dios, ya que él más grave pec. Pero os hago que atestigueis que es necesario observar lo que Dios dijo a través de Isaías el profeta, con estas palabras: "Lávate y se limpio, llévate de ante Mi vista tus pensamientos".Verdaderamente os digo, que toda el agua del mar no lavará a aquél cuyo corazón está abierto a las iniquidades. Y además os digo, que nadie hará oración complaciendo a Dios si él no esta lavado, sino que cargará su alma con pecado similar al de la idolatría. Creédme, en realidad, que si el hombre hiciera oración a Dios como es debido, él obtendría todo lo que pidiera. Recordad a Moisés el siervo de Dios, quien con su oración castigó a Egipto, abrió el Mar Rojo, y allí ahogó al Faraón y a su ejército. Recordad a Josúe, quien hizo que el sol se detuviera; Samuel, quien derrotó con el temor a la innumerables huestes de los filisteos; Elías, quien hizo descender fuego del cielo; Eliseo resucitó a un muerto; y así tantos otros santos profetas, quienes por medio de la oración obtenían todo lo que querían. Pero esos hombres ciertamente no buscaban sus propios intereses, sino sólo Dios y Su Honor>>.

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Entonces dijo Juan: Bien has hablado, oh maestro, pero todavía no sabemos cómo pecó de soberbia el hombre? Jesús contestó: Cuando Gabriel hubo expulsado a Satanás, y el ángel Gabriel hubo purificado esa masa de tierra donde escupió Satanás, Dios creo todo lo que vive, tanto los animales que vuelan como aquellos que caminan y nada, y El adornó el mundo con todo lo que éste tiene. Un día Satanás se acercó a las puertas del Paraíso, y viendo a los caballos que comían pasto, y que por lo tanto sería bueno para ellos que pisotearon ese pedazo de tierra de tal manera que ya no sirviese para nada. Los caballos se alborotaron e impetuosamente se pusieron a correr sobre esa masa de tierra que yacía entre lirios y rosas. Entonces Dios le dio espíritu a aquella porción impura de tierra sobre la que estaba el esputo de Satanás, y que Gabriel le había quitado a la masa; e hizo surgir al perro, el cual, ladrando, llenó de temor a los caballos, y ellos huyeron. Entonces Dios le dio su alma al hombre, mientras todos los santos ángeles cantaban: "Bendito será Tu santo Nombre, oh Dios nuestro Señor". 


Adán, habiéndose levantado sobre sus pies, vio en el aire una escritura que brillaba como el sol, que decía: "Hay solamente un Dios. Mohammed es el Mensajero de Dios. Entonces Adán abrió su boca y dijo: "Te agradezco, oh Señor mi Dios, por haberte designado crearme; pero dime, Te lo ruego, qué significa el mensaje de estas palabras: "Mohammed es el Mensajero de Dios" ¿Ha habido otros hombres antes que yo?". Entonces dijo Dios: "Bienvenido seas, oh Mi siervo Adán. Te digo que tu eres el primer hombre a quien Yo he creado. Y al que tu has visto (mencionado) es tu hijo, quien vendrá al mundo dentro de muchos años, y será Mi mensajero, para el cual he creado Yo todas las cosas; el cual dará luz al mundo cuando él venga; cuya alma fue puesta en un esplendor celestial 60.000 años antes de que Yo hiciese todo". 


Adán rogó a Dios, diciendo: "Señor, concédeme esta escritura sobre las uñas de mis manos". Entonces Dios le dio al primer hombre sobre sus pulgares ese escrito: sobre la uña del pulgar de la mano derecha decía: "Hay solamente un Dios"; y sobre la uña del pulgar de la izquierda decía: "Mohammed es el Mensajero de Dios". Entonces con afecto paternal el primer hombre besó estas palabras, y se frotó los ojos, y dijo: "Bendito sea es día cuando vengas al mundo". 


Viendo solo al hombre, dijo Dios: "No es bueno que él permanezca solo". Así que El lo hizo dormir, y sacó una costilla cercana a su corazón, llenando con carne el lugar. De esa costilla hizo El a Eva, y la dio como esposa a Adán. El colocó a ellos dos como señores del Paraíso, y les dijo: "Ved que yo os doy todo fruto para que comáis, excepto las manzanas y el grano". Entonces dijo: "Cuidáos y de ninguna manera comáis de estos frutos, pues os volveríais impuros, tanto que Yo no toleraré que permanezcáis aquí, sino no que os expulsaré, y sufriréis grandes miserias".
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Cuando Satanás tuvo conocimiento de esto se volvió loco de indignación. Y así se acercó él a la puerta del Paraíso, donde esta parada haciendo guardia una horrible serpiente, la cual tenía piernas como de camello, y las uñas de sus pies cortaban como navajas de cada lado. A ella le dijo el enemigo: "Déjame entrar al Paraíso". La serpiente respondió: "¿Y como puedo dejarte entrar, habiéndome ordenado Dios que te saque?". Satanás contesto: "Ya ves cuánto te ama Dios, ya que El te ha puesto fuera del Paraíso para que hagas guardia ante un trozo de barro, que es el hombre. Así que, si me llevas dentro del Paraíso yo te haré tan terrible que todos huirán de ti, y así cuando gustes podrás ir y quedarte allí".Entonces dijo la serpiente: "¿Y cómo te meteré?". Dijo Satanás: "Tu eres grande; por lo tanto abre tu boca, y yo entraré a tu estómago, y así tu al entrar al Paraíso me pondrás cerca de esos dos trozos de barro que acaban de empezar a caminar sobre la tierra". Entonces la serpiente lo hizo así, y puso a Satanás cerca de Eva, ya que Adán, su esposo, estaba durmiendo. Satanás se presentó ante la mujer como un bello ángel, y le dijo: "¿Por qué, no coméis sobre la tierra".Eva respondió: "Nuestro Dios nos ha dicho que comiendo de ellos seremos impuros, y por lo tanto El nos expulsará del Paraíso". Satanás contestó: "El no dijo la verdad. Tú debes saber que Dios es malvado y envidioso, y por lo tanto El no tolera tener iguales, sino que quiere mantener a todos como esclavos. Y El os ha hablado así, para que no os vayáis a volver iguales a El. Pero si tú y tu compañero actuáis según mi consejo, comeréis de sus frutos igual que los demás, y no permaneceréis sometidos a otros, sino como Dios conoceréis el bien y el mal, y haréis lo que os plazca, porque vosotros dos seréis iguales a Dios".Entonces Eva tomó y comió de esos (frutos), y cuando su esposo despertó ella contó todo lo que Satanás había dicho; y él tomó de ellos, ofreciéndoselos a su esposa, y comió. Entonces, mientras el alimento era tragado, él recordó las palabras de Dios; por lo que, queriendo detener el alimento, él se metió la mano en la garganta, donde todo hombre tiene la marca.

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Entonces ambos supieron que estaban desnudos; por lo que, sintieron vergüenza, cogieron hojas de higuera y se hicieron coberturas para sus partes secretas. Cuando pasó el mediodía, hé aquí que Dios se les manifestó, y llamó a Adán, diciendo: "Adán, ¿dónde estás?". El respondió: "Señor, me escondí de Tu Presencia porque yo y mi esposa estamos desnudos, y así sentimos vergüenza de presentarnos ante Ti".Entonces dijo Dios: "¿Y quién os ha robado vuestra inocencia, a no ser que hayáis comido del fruto por razón de lo cual estáis impuros, y no podréis permanecer más en el Paraíso?". Adán respondió: "Oh Señor, la esposa que Tu me diste me indujo a comer, y así he comido de ello". Entonces dijo Dios a la mujer: "¿Por qué diste tú ese alimento a tu esposo?". Eva respondió: "Satanás me engañó, y así comí yo". "¿Y cómo entró ese réprobo?", dijo Dios. Eva respondió: "Una serpiente que estaba parada en la puerta norte lo trajo cerca de mí". Entonces dijo Dios a Adán: "Por haber tú escuchado la voz de tu esposa y por haber comido el fruto, maldita sea la tierra en tus obras; ella producirá para ti abrojos y espinas, y comerás tu pan con el sudor de tu frente. Y recuerda que eres tierra, y a la tierra regresarás".Y habló El a Eva, diciendo: "Y tú que escuchaste a Satanás, y diste el alimento a tu esposo, vivirás bajo el dominio del hombre, quien te tendrá como esclava, y parirás a tus hijos con dificultad". Y habiendo llamado a la serpiente, Dios llamó al ángel Miguel, el que sostiene la espalda de Dios, (y) dijo: "Primero expulsa del Paraíso a esta malvada serpiente, y cuando esté fuera córtale las piernas: pues si ella quisiese caminar, deberá arrastrar su vientre sobre la tierra".Después Dios llamó a Satanás, quien vino riéndose, y le dijo: "Ya que tú, maldito, has engañado a éstos y los hiciste que se volvieran impuros, Yo decreto que toda impureza de ellos y de todos sus hijos, que sean realmente penitentes y Me adoren, que salga de sus cuerpos entrará por tu boca, y así serás saciado con impureza". Satanás entonces dio un horrible rugido, y dijo: "Ya que Tú deseas hacerme aún, peor, yo sin embargo haré lo que sea capaz de hacer".Entonces dijo Dios: "¡Véte, maldito, de Mi Presencia!". Entonces Satanás partió; y entonces dijo Dios a Adán (y) Eva, que estaban llorando ambos: "Salid del Paraíso, y hacedme penitencia, y que vuestra esperanza no muera, ya que Yo enviaré a vuestro hijo en tal forma que vuestra descendencia quitará el yugo de Satanás de todo el género humano; ya que el vendrá Mi Mensajero, a él le daré todas las cosas": Dios hizo que el ángel Miguel los expulsase del Paraíso.Entonces Adán, dando la vuelta, vio escrito sobre la puerta: "No hay dios excepto Dios. Mohammed es Mensajero de Dios". Entonces, llorando, dijo: Que plazca a Dios, oh hijo mío, que vengas pronto y nos saques de la miseria" 

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Entonces los discípulos lloran después de este discurso, y Jesús estaba llorando, cuando ellos vieron a muchos que venían a encontrarlo, ya que los jefes de los sacerdotes se aconsejaron para atraparlo en su plática. Así que ellos enviaron a los levitas y algunos de los escribas para interrogarlo, diciéndole: ¿Quien eres tú? Jesús confesó, y dijo la verdad: Yo soy el Mesías.. Ellos dijeron: Eres tú Elías o Jeremías, o alguno de los profetas antiguos?. Jesús contestó: No. Entonces dijeron ellos: ¿Quien eres? Dí, para que nosotros podamos dar testimonio a aquéllos que nos enviaron. Entonces dijo Jesús: Yo soy una voz que grita por toda Judea, y grita: "Preparad el camino par el Mensajero del Señor", tal como está escrito en Isaías. 

Ellos dijeron: Si tú no eres el Mesías ni Elías, ni ningún profeta, ¿porque predicas nueva doctrina, y te haces de más importancia que el Mesías?. Jesús respondió: Los milagros que Dios obra por mis manos muestran que yo hablo lo que Dios desea; y que no hago pasar por aquél de quien habláis, ya que yo no soy digno de aflojar las cintas de las sandalias del Mensajero de Dios a quien vosotros llamáis "Mesías", el cual fue hecho antes que yo, y vendrá después de mí, y traerá las palabras de verdad, así que su religión no tendrá fin jamás. 

Los levitas y escribas partieron en confusión, y volvieron a contar todo a los jefes de los sacerdotes, quienes dijeron: El tiene el demonio sobre su espalda y éste le cuanta todo. 

Entonces dijo Jesús a sus discípulos: Verdaderamente os digo, que los jefes y los ancianos de nuestro pueblo buscan la ocasión contra mí. Entonces dijo Pedro: Entonces ya no vayas a Jerusalén. Por lo tanto Jesús le dijo: Tú eres tonto, y no sabes lo que dices, ya que es necesario que yo sufra muchas persecuciones, porque así sufrieron todos los profetas y los santos de Dios, Pero no temas, pues habrá quienes estén con nosotros y habrán quienes estén contra nosotros. Y habiendo dicho esto, Jesús partió y fue al monte Tabor, y subió allí con Pedro, Santiago y Juan su hermano, con el que esto escribe. Entonces allí brilló una gran luz sobre él, y sus ropas se volvieron blancas como la nieve y su cara resplandecía como el sol, y hé aquí que vinieron a Moisés y a Elías hablando con Jesús acerca de todo lo que debe de suceder a nuestra raza y a la ciudad santa. 

Pedro hablo, diciendo: Señor, es bueno estar aquí. Por lo tanto, si tú quieres, haremos aquí tres tiendas, una para ti, una para Moisés y la otra para Elías. Y mientras él hablaba ellos fueron cubiertos por una nube blanca, y ellos oyeron una voz que decía: Mirad a Mi siervo, con quien estoy bien complacido; escuchádlo. Los discípulos se llenaron de temor, y cayeron con sus caras sobre el suelo como muertos. Jesús bajó y levantó a sus discípulos, diciendo: No temáis, ya que Dios os ama, y ha hecho esto para que podáis creer en mis palabras. 


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Jesús bajó hacia los ocho discípulos que lo esperaban abajo. Y los cuatro narraron a los ocho todo lo que ellos habían visto; y así partieron ellos ese día expulsando de su corazón toda duda acerca de Jesús, excepto Judas Iscariote, quien no creía. Jesús se sentó al pie de la montaña, y ellos comieron frutas silvestres, ya que no tenían pan. Entonces dijo Andrés: Nos has dicho muchas cosas del Mesías, por lo tanto, dínos, por tu amabilidad, todo claramente. Y en manera similar los otros discípulos le rogaron. 

A esto, Jesús dijo: Todo el que trabaja, trabaja por un fin en el que encuentra satisfacción. Así que os digo que Dios, porque verdaderamente es Perfecto, no tiene necesidad de satisfacción, viendo que El tiene satisfacción El mismo. Y así, deseando trabajar, El creó antes que a todas las cosas el alma de Su Mensajero, para quien El determinó crear todo, para que las criaturas encontrasen alegría y bendición en Dios, de donde Su Mensajero debería deleitarse en todas Sus criaturas, las que El asignó para que fuesen sus siervos. ¿Y por qué esto, sino porque El así lo quiso?. 

Verdaderamente os digo, que todo profeta cuando ha venido ha traído para una nación sólo la marca de la misericordia de Dios. Y así sus palabras no se extendieron sino a las gentes a quienes ellos fueron enviados. Pero el Mensajero de Dios, cuando él venga, Dios le dará a él como si fuera el sello de Su Mano, tanto que él traerá salvación y misericordia para todas las naciones del mundo que reciban su doctrina. El vendrá con poder contra los infieles, y destruirá la idolatría tanto que el hará que Satanás se confunda; ya que así lo prometió Dios a Abrahán, diciendo: "En verdad, en tu descendencia Yo bendeciré a todas las tribus de la tierra; y como tú has roto los ídolos en pedazos, oh Abrahán,. así lo hará tu descendencia". 

Santiago respondió: ¿Oh maestro dínos en quién fue hecha esta promesa, ya que los judíos dicen: "En Isaac", y los ismaelitas dicen: "En Ismael". Jesús respondió: David de quién fue hijo, y de qué linaje?. Santiago respondió: De Isaac; ya que Isaac fue padre de Jacob, y Jacob fue padre de Judá, de cuyo linaje es David .Entonces dijo Jesús: Y el Mensajero de Dios, cuando él venga, ¿de qué linaje será?. Los discípulos contestaron: De David. Entonces dijo Jesús: Os engañaís; ya que David en espíritu lo llamo "señor", diciendo así: "Dios dijo a mi Señor: "Siéntate tú a Mi diestra hasta que Yo haga a tus enemigos que sean el lugar para que descanses tu pie. Dios hará avanzar tu cayado, el cual tendrá señorío en medio de tus enemigos". Si el Mensajero de Dios a quien llamáis Mesías fuera hijo de David, ¿cómo podría David llamarlo "Señor"?. Creédme ya que en verdad os digo que la promesa fue hecha en Ismael no en Isaac". 


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Entonces dijeron los discípulos "Oh maestro, está así escrito en el libro de Moisés, que en Isaac fue hecha la promesa." Jesús contestó, con un lamento: "Así está escrito pero Moisés no lo escribió, ni Josué, sino más bien nuestros rabinos, los cuales no temen a Dios. Verdaderamente os digo, que si consideráis las palabras del ángel Gabriel, descubriréis la malicia de nuestros escribas y doctores. Ya que el ángel dijo: "Abraham, todo el mundo sabrá como te ama Dios; pero ¿cómo sabrá el mundo el amor que tú le tienes a Dios?, ciertamente es necesario que tú hagas algo por amor de Dios". Abraham contestó: "He aquí al siervo de Dios, listo para hacer todo lo que Dios desee". Entonces habló Dios, diciendo a Abraham: "Toma a tu hijo, tu primogénito Ismael, y sube a la montaña para sacrificarlo". ¿Cómo pudo ser Isaac primogénito, si cuando Isaac nació, Ismael tenía siete años?". 

Entonces respondió Jesús: En verdad os digo, que Satanás siempre busca anular las leyes de Dios; y por lo tanto el con sus seguidores, los hipócritas y los pecadores – los primeros con falsa doctrina, los últimos con mala vida – han contaminado hoy casi todas las cosas, de forma que difícilmente puede hallarse la verdad. ¡Ay de los hipócritas!, ya que las alabanzas de este mundo se convierten para ellos en insultos y tormentos del infierno. 

Por lo tanto os digo que el Mensajero de Dios es un esplendor que dará felicidad a todo lo que Dios ha hecho, ya que él está adornado con el espíritu de caridad y misericordia, el espíritu de justicia y piedad, el espíritu de gentileza y paciencia, que él ha recibido de Dios tres veces más de lo que El ha dado a todas sus criaturas. ¡Oh tiempo bendito, cuando él venga al mundo! Creedme que yo lo he visto y le he rendido homenaje, así como todo profeta que lo ha visto, viendo que su espíritu Dios les da a ellos el don de profecía. Y cuando yo lo vi mi alma se llenó de consuelo, diciendo: "Oh Mohamed. Dios está contigo, y que El me haga digno de desatar la cinta de tu sandalia, ya que obteniendo esto yo seré un gran profeta y santo de Dios". 


45 

Entonces vino el ángel Gabriel a Jesús, y le habló en tal forma que nosotros también oímos su voz, que dijo:" Levántate y ve a Jerusalén". Por ello Jesús partió y subió a Jerusalén, Y el sábado él entró en el templo, y empezó a enseñar a las gentes. Entonces las gentes corrieron juntas al templo, con el sumo pontífice y los sacerdotes, quienes se acercaron a Jesús, diciendo: "Oh maestro, se nos ha dicho que tú hablas mal de nosotros; así que cuídate, no vaya a ser que un mal caiga sobre ti". Jesús respondió: "En verdad os digo qe yo hablo mal de los hipócritas, por lo tanto si vosotros sois hipócritas yo hablo contra vosotros". 

Dijo Jesús: Verdaderamente os digo, que el que hace una buena obra para que los hombres lo vean, él es un hipócrita, puesto que en tanto que su obra no penetra el corazón que los hombres no pueden ver, y así deja allí todo pensamiento sucio y toda lujuria impura. ¿Sabéis quién es un hipócrita? El que con su lengua sirve a Dios, pero su corazón sirve a los hombres. ¡Oh, hombre miserable!, ya que al morir pierde toda su recompensa. Y acerca de esto dijo el profeta David: "no pongáis vuestra confianza en los príncipes, ni en los hijos de los hombres, en quienes no hay salvación; ya que al morir sus ideas parecen ". No antes de la muerte ellos se hallan privados de la recompensa, ya que "el hombre es", como dijo Job el profeta de Dios, "inestable, así que él nunca continúa en un estado". Así que si hoy él te alaba, mañana estará dispuesto a despojarte. Como Dios vive, ante Cuya Presencia comparezco, el hipócrita es un ladrón y comete sacrilegio, tanto que él hace uso de Ley para parecer bueno, y roba el honor de Dios, a Quien pertenecen solamente la alabanza y el honor por siempre. Además os digo, que el hipócrita no tiene fe, ya que si él creyera que Dios ve todo y con terrible juicio castigará la maldad, él lo mantiene lleno de iniquidad. En verdad os digo, que el hipócrita es como un sepulcro, que por fuera es blanco, pero dentro está lleno de putrefacción y gusanos. Así entonces si vosotros, oh sacerdotes, hacéis todo para complacer a los hombres, y habéis puesto a Dios fuera de vuestra mente; entonces yo grito contra vosotros que sois hijos del Demonio, y no hijos de Abraham, el cual dejó la casa de su padre por amor a Dios, y estuvo dispuesto a sacrificar a su propio hijo. ¿Ay de vosotros, sacerdotes y doctores, si es que lo sois, ya que Dios os arrebatará el sacerdocio!". 


46 

Otra vez habló Jesús diciendo: "os pongo un ejemplo. Había un terrateniente que plantó una viña, e hizo un arriate para ella con el fin de que no fuese pisoteada por las bestias. Y en medio de ella construyó él una prensa para vino, y entonces la dejó encargada a un trabajador. Entonces cuando llegó el tiempo para recoger el vino él envió a sus sirvientes; a quienes cuando los vieron los trabajadores, ellos apedrearon a algunos y quemaron a algunos, y a otros los abrieron con cuchillo. Y esto lo hicieron muchas veces. Decidme, ¿Qué hará el dueño de la viña a los trabajadores?. Todos contestaron "De mala manera los hará perecer, y su vida será dada a otros trabajadores". 

Por lo tanto dijo Jesús: "No sabéis que la vida es la casa de Israel, y los trabajadores son las gentes de Judea y Jerusalén? ¡Ay de vosotros!, ya que Dios está airado contra vosotros, que habéis matado, abriéndolos, a tantos profetas de Dios; tanto que en el tiempo de Ahab no se encontraba ni uno que sepultase a los santos de Dios". Y cuando él hubo dicho esto los sacerdotes principales quisieron atraparlo, pero ellos temieron a las gentes del pueblo, que lo alababan. Entonces Jesús, viendo una mujer que desde su nacimiento había quedado con la cabeza doblada hacia el suelo, dijo: "levanta tu cabeza, oh mujer, en el nombre de nuestro Dios, para que estos sepan que yo hablo la verdad, y El quiere que yo la anuncie". Entonces la mujer se enderezó completamente, ensalzando a Dios. 

El jefe de los sacerdotes gritó, diciendo: "Este hombre no es enviado de Dios; ya que vemos que él no guarda el descanso del sábado, pues hoy él ha curado a una persona enferma". Jesús respondió: "Ahora decidme, ¿no es lícito hablar en el sábado, y hacer oración para la salvación de otros??. Y quién de vosotros que si su asno o su buey cayera en sábado en un hoyo, no lo sacaría de allí aunque sea sábado?. Seguramente ninguno. ¿Y habré entonces roto el día sábado por haber dado la salud a una hija de Israel? ¡De seguro, aquí se conoce tu hipocresía! ¡Oh, cuántos hay hoy que temen que una paja lastime el ojo ajeno, mientras que una viga está lista para cortar sus propias cabezas!¡Oh cuántos hay que temen a una hormiga, pero no huyen de un elefante!". 

Y habiendo dicho esto, él se fue del templo. Pero los sacerdotes furiosos deliberaron entre ellos, porque ellos no eran capaces de atraparlo y hacer lo que querían con él, tal como sus padres habían hecho contra los santos de Dios.





47


Jesús descendió, en el segundo año de su misión profética, de Jerusalén y fue a Naín. Entonces, al acercarse a la puerta de la ciudad, los ciudadanos iban cargando para llevar al sepulcro al único hijo de su madre, una viuda, por el cual todos estaban llorando. Entonces cuando Jesús hubo llegado, los hombres supieron que Jesús, un profeta de Galilea, había llegado y así ellos se pusieron a rogarle por el hombre muerto, para que él, siendo profeta, lo reviviese; y también sus discípulos lo hicieron. Entonces Jesús temió grandemente, y dirigiéndose a Dios, dijo: " Llévame del mundo, oh Señor, porque el mundo está loco, y ellos casi me llaman Dios". Y habiendo dicho esto él lloró.


Entonces vino el ángel Gabriel, y dijo: "Oh, Jesús, no temas, ya que Dios te ha dado poder sobre toda enfermedad, tanto que todo lo que tú concedas en el nombre de Dios será enteramente cumplido". Entonces Jesús suspiró, diciendo: "Hágase Tu Voluntad, Señor Dios Todopoderoso y Misericordioso". Y habiendo tomado la mano del muerto, él dijo: "Yo te digo, muchacho, ¡en el nombre de Dios levántate curado!". Entonces el muchacho revivió, y entonces todos se llenaron de temor, diciendo: "Dios ha hecho surgir un gran profeta entre nosotros, y El ha visitado a Su pueblo". 






48 

En aquel tiempo el ejército de los romanos estaba en Judea, estando nuestro país sujeto a ellos por los pecadores de nuestros antepasados. Ahora era la costumbre de los romanos llamar dios y adorar a quien trajera cualquier nuevo beneficio para la gente común, y así (algunos) de estos soldados encontrándose en Naím, ellos reprendían ora a uno, ora a otro, diciendo: "Uno de vuestros dioses os ha visitado, y vosotros no os dais cuenta de ello. Seguramente si nuestros dioses nos visitasen nosotros les daríamos todo lo que tuviéramos. Y ya veis cuánto tememos a nuestros dioses, ya que a sus imágenes nosotros les damos lo mejor que tenemos". Satanás así instigaba esta manera de hablar para que provocara no poca sedición entre las gentes de Naím. Pero Jesús no se quedó en Naím, sino que se volvió para ir a Cafarnaúm. La discordia de Naím era tal que algunos decían: "El es nuestro Dios que nos ha visitado"; otros decían " Dios es invisible, así que nadie lo ha visto, ni siquiera Moisés, Su siervo; por lo tanto él no tiene cuerpo para engendrar con él; sin que él es un gran profeta de Dios". Y así Satanás instigó eso en el tercer año de la misión profética de Jesús, de lo cual surgiría gran ruina para nuestro pueblo. 

Jesús entro a Cafarnaúm, entonces los ciudadanos, cuando supieron de él, reunieron a todos los enfermos que tenían, y los pusieron frente al porche de la casa donde Jesús estaba alojado con sus discípulos. Y habiendo llamado a Jesús, ellos le rogaron por la salud de ellos. Entonces Jesús puso sus manos sobre cada uno de ellos, diciendo: "Dios de Israel, por Tu santo Nombre, da la salud a esta persona enferma"., y entonces cada uno fue curado. El día sábado Jesús entró a la sinagoga, y entonces corrieron juntas todas las gentes para oírlo hablar. 






49 

El escriba ese día leía el salmo de David, donde dice David: "Cuando Yo halle el tiempo, juzgaré correctamente". Entonces, después de la lectura de los profetas, se levantó Jesús, e hizo señal de silencio con las manos y abriendo la boca habló así; "Hermanos, habéis oído las palabras dichas por David el profeta, nuestro padre, que cuando él hallase el tiempo, juzgaría correctamente, yo os digo en verdad que muchos juzgan, en cuyo juicio ellos caen por no otra razón que ellos juzgan lo que no les atañe, y lo que les toca a ellos lo juzgan antes de tiempo. Por ello el Dios de nuestros padres nos gritó por medio de Su profeta David, diciendo; "Juzgad justamente, oh hijos de los hombres". Miserables por lo tanto son aquellos que se paran en las esquinas de la calle, y no hacen mas que juzgar a todos los que pasan por allí, diciendo: "Este es agradable, éste es feo, ése es bueno, éste es malo". Ay de ellos, porque ellos levantan el cetro de su juicio de la Mano de Dios, Quien dijo: "Yo soy Testigo y Juez, y Mi honor no le daré a nadie", Verdaderamente os digo que éstos testifican acerca de lo que no han visto ni oído en realidad, juzgan sin haber sido constituidos jueces. Por lo tanto abominables son ellos ante la vista de Dios, Quien pasará tremendo juicio contra ellos en el Ultimo Día. Ay de vosotros, ay de vosotros que hacéis bien del mal, y llamáis bueno lo malo, ya que vosotros condenáis a Dios como malhechor, Quien es el autor del bien, y justificáis como bueno a Satanás, que es el origen de todo mal. Considerad qué castigo tendréis, y que es horrible caer en el juicio de Dios, el cual será entonces sobre aquellos que justifican a los malvados por dinero, y no juzgan la causa de los huérfanos y las viudas. Verdaderamente os digo, que los demonios temblarán por el juicio de esos, de tan terrible que será. Tú hombre que eres puesto como juez, no consideres otra cosa; ni parientes ni amigos, ni honor ni ganancia, ya que asegurará para ti en el Juicio de Dios. Pero yo te advierto que sin misericordia será juzgado el que juzgue sin misericordia. 






50 

Dime, oh hombre, tú que juzgas a otro hombre, ¿no sabes que todos los hombres tuvieron su origen en el mismo barro?. ¿No sabes que nadie es bueno sino solamente Dios? Por ello todo hombre es un mentiroso y un pecador. Creedme, hombre, que si tú juzgas a otros por una falta tu propio corazón tiene que ser juzgado por ella. ¿oh, que peligroso es juzgar! ¡Oh cuántos han perecido por sus juicios falsos!. Satanás juzgó que el hombre era más vil que él; por lo tanto él se rebeló contra Dios, su creador; y por ello él es impenitente, como yo lo sé por haber hablado con él. Nuestros primeros padres juzgaron que las palabras de Satanás eran buenas, por lo tanto ellos fueron expulsados del Paraíso, y condenaron a toda su progenie. Verdaderamente os digo, como que Dios vive y ante Su Presencia yo comparezco, que el falso juicio es el padre de todos los pecados. Puesto que nadie peca sin voluntad, y nadie desea lo que no conoce. Ay , por lo tanto, del pecador que con el juicio considera al pecado digno y a la bondad indigna, quien debido a eso rechaza la bondad y escoge el pecado. Ciertamente él sufrirá un castigo intolerable cuando Dios venga a juzgar al mundo. ¡Oh tremendo Juicio de Dios! El juez perece, el juzgado se salva. ¿Y por qué esto, oh hombre, sino porque de prisa ellos juzgaron falsamente a los inocentes? Cuán rápidamente se acerca el bueno a la ruina por juzgar falsamente es mostrado entonces por los hermanos de José, quienes lo vendieron juzgando a su hermano. Tres amigos de Job juzgaron a Job, el inocente amigo de Dios. David juzgó a Mefiboseth y a Urías, Ciro juzgó a Daniel como carne para los leones; y no seréis juzgados". Y entonces, habiendo terminado Jesús su discurso, muchos fueron convertidos al arrepentimiento, lamentando sus pecados; y ellos habían abandonado todo para ir con él. Pero Jesús dijo: "Quedaos en vuestros hogares y abandonad el pecado y servid a Dios con temor, y así seréis salvados; ya que yo no vengo a ser servido sino a servir". Y habiendo hablado así, salió él de la sinagoga y la ciudad, y se retiró al desierto a orar, ya que él amaba grandemente la soledad. 






51 

Cuando él hubo rezado al Señor, sus discípulos acudieron a él y dijeron; "Oh maestro, dos cosas quisiéramos saber, una es, cómo hablaste tu con Satanás, quien no obstante, tú dices que es impenitente; la otra es, cómo Dios vendrá a juzgar en el Día del Juicio". Jesús replicó: "En verdad os digo que yo tuve compasión de Satanás, sabiendo de su caída; y tuve compasión de la Humanidad a quien él tentó para pecar. Por lo tanto yo recé y ayuné a nuestro Dios, Quien me habló por medio del ángel Gabriel: " ¿Qué buscas tú, Oh Jesús, y cuál es tu petición?". Yo contesté: "Señor, Tu sabes de qué mal Satanás es la causa, y que debido a sus tentaciones muchos perecen; él es Tu criatura, Señor, a quien Tú creaste; por lo tanto, Señor, ten misericordia de él". 

Dios respondió "Jesús, mira, Yo lo perdonaré. Solamente hazlo que diga: "Señor, Dios mío, yo he pecado, ten misericordia de mí" y Yo lo perdonaré y lo restauraré a su primer estado". "Yo me alegré grandemente", dijo Jesús, "cuando oí esto, creyendo que yo había hecho las paces. Por lo tanto llamé a Satanás, quién vino, diciendo:"¿Qué debo hacer por ti, oh Jesús?". 

Yo contesté:"Tú lo harás por ti mismo, oh Satanás, ya que yo no amo tus servicios, sino que por tu bien te he llamado". Satanás replicó: "Si tú no deseas mis servicios, ni yo deseo los tuyos – ya que yo soy mas noble que tú, por lo que tú no eres digno de servirme: tú que eres barro, mientras que yo soy espíritu". 

"Dejemos esto", dije yo, "y dime si no sería bueno que regresases a tu primera belleza y a tu primer estado. Debes saber que el ángel Miguel debe, en el Día del Juicio, golpearte con la espada de Dios 100.000 veces, y cada golpe te daré el dolor de diez infiernos". 

Satanás replicó: "Veremos en ese día quién puede hacer más; ciertamente tendré de mi lado muchos ángeles y los más potentes idólatras que molestarán a Dios, y El sabrá qué gran error cometió El al condenarme por causa de un vil pedazo de barro". 

Entonces yo dije: "Oh Satanás, tú estás enfermo de la mente, y no sabes lo que dices", Entonces Satanás, en una manera desafiante, movió la cabeza, diciendo; "Bueno, hagamos las paces entre Dios y yo; y dí tú lo que debe hacerse, oh Jesús, ya que tú eres sano de mente". 

Yo respondí: "Solamente necesitan decirse dos palabras". Satanás replicó: ¿"Qué palabras"?. Yo contesté: Estas: "Yo he pecado; ten misericordia de mi". 

Dijo Satanás entonces: "Ahora de buena gana yo haré estas paces si Dios me dice esas palabras". "Vete ahora de mi" dije yo, "Oh maldito, ya que tú eres el malvado autor de toda injusticia y pecado, pero Dios es Justo y sin ningún pecado". 

Satanás partió gritando, y dijo: "No es así, oh Jesús, sino que tú dices una mentira para complacer a Dios"."Ahora considerad", dijo Jesús, ¿"cómo podría hallar él misericordia?". Ellos contestaron;: " Nunca señor, porque él es impenitente. Háblanos ahora del juicio de Dios". 


52 

"El día del Juicio de Dios será tan terrible que, en verdad os digo, los réprobos antes escogerían diez infiernos que ir a oír a Dios hablar con ira contra ellos, contra los cuales todas las cosas creadas darán testimonio. Verdaderamente os digo, que no sólo los réprobos temerán, sino los santos y los elegidos de Dios, tanto que Abraham no confiará en su propia rectitud, y puesto que Dios, para dar a conocer Su Majestad, privará a Su Mensajero de la memoria, así que él no tendrá recuerdo de cómo Dios le dio todas las cosas. Verdaderamente os digo que, tendré que rendir cuentas. Como que Dios vive, ante Cuya Presencia mi alma comparece, yo soy un hombre mortal como son los otros hombres, ya que aunque Dios me ha puesto como profeta sobre la casa de Israel para la salud de los débiles y la corrección de los pecadores, yo soy el siervo de Dios, y de esto vosotros sois testigos, de cómo hablo yo contra esos hombres malvados que después de mi partida del mundo anularán la verdad de mi evangelio por obra de Satanás. Pero yo regresaré cerca del fin, y conmigo vendrán Enoc y Elías, y nosotros testificaremos contra los malvados, cuyo final será maldito". Y habiendo hablado así Jesús derramó lágrimas, y entonces sus discípulos lloraron en voz alta, y levantaron sus voces, diciendo: "Perdón, oh Señor Dios, y ten misericordia de Tu inocente siervo. Jesús respondió: "Amén, amén".

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