Cuando digo "una voz del otro lado" me refiero a una voz que nos viene del mundo hispano que, como vemos, también empieza a despertar y a luchar, cada uno con sus armas, contra la opresión de esos llamados "poderes ocultos" que, para mí, no están tan ocultos como algunos se empeñan en afirmar. He elegido este texto, primero, porque no conocía a su autor y me ha sorprendido. También me han sorprendido los inconvenientes que ha tenido para que sus escritos se publicaran en algún medio occidental. Y, en segundo lugar, es una forma fresca, sincera y claras de recordarnos quiénes somos y animarnos a actuar, cada cual desde el ámbito que le sea posible.
Hay un tercer factor que me ha animado a leerlo: el castellano tan peculiar que manejan los escritores hispanoamericanos, que posee una riqueza y hondura que no poseen muchos autores españoles a los que actualmente se rinde homenaje.
El autor, por lo que he leído, aparte de sangre hispana, debe tener mucha sangre india en sus venas, por su forma de hablar de la Naturaleza. Leyéndole puedes oir la llamada de los bosques y el dolor de las especies explotadas y acorraladas. Es el lamento de un Ser que vive en comunión con la Tierra y la respeta y reivindica. Espero que os guste.
EN
LOS DOMINIOS DEL MIEDO
POR J. HÍADES GALÁN
DESDE
UNIÓN UNIVERSAL DESARROLLO SOLIDARIO
Cordiales
saludos: Todos, cada uno de nosotros, nos vemos como dueños y
Señores, como inquilinos y con una serie de Deberes con los que
aprender a sujetarnos, tanto y mientras nos encontremos habitando
éste planeta Tierra. Nos debemos de servir y debe de servirnos todo
este maravilloso montaje que tenemos a mano: la vida. Estaciones de
peaje que empleamos para nuestro provecho y beneficio; no es
necesario que las dañemos ni las perjudiquemos. Solo que las
utilicemos. Pero que no se note que hemos pasado por aquí.
Ahora
estamos metidos en ésta mente, de éste protoplasmático cuerpo;
navegamos con él, sobre pasando las barreras más allá de los
dominios del miedo. Este artículo: “en los dominios del miedo”,
nos transporta, pero que también nos inunde.
Sinceramente,
Capítulo
I
Hemos
llegado al punto donde nuestra carrera hacia el miedo, nos tiene
corroída la mente; aprisionada y angustiada el alma. Es como si la
conciencia bajara de vibración. Y al ser menos conscientes, nuestra
indolencia por un lado e inconsciencia por otro desembocáramos en
ser seres ambulantes, sonámbulos al cometido verdadero en este
existir; con inquietudes cada vez más adormecidas, con visión de
futuro más apagado.
Vivimos,
en general, con mayores comodidades técnicas y de acondicionamiento,
pero psíquicamente con una inestabilidad, con un desconcierto y un
descontento cada vez más alarmante, más preocupante. La persona
vive con miedo y eso acarrea angustia incluso. A veces, el apego a la
vida se empobrece de tal manera que da miedo pensarlo. Bueno, y yo me
pregunto ¿todo eso porqué? Los sociólogos, psiquiatras, psicólogos
y demás especialistas que estudian el comportamiento y la mente
humana, considero que buscan soluciones poco prácticas; no creo que
profundicen lo suficiente como para buscar soluciones reales. El
gangrenamiento de los cuerpos individuales, de los cuerpos sociales,
están ahí, día a día cada vez más patentes, más acusables; pero
los acomodos y conveniencias sociales en verdad que le ganan el pulso
a la persona como entidad individual, invadiéndola hasta anularle.
Es la persona en definitiva quien sufre los fracasos de
investigadores y especialistas; sopesar de ser quien acarrea con los
gastos.
¿La
indolencia, mediatización e inconsciencia no habrá alcanzado
también a nuestros estudiosos? Nuestras posturas aparentistas,
comodistas, nos impide dar la cara en cuestiones claramente
justificables, verdaderamente reales, pero comprometedoras;
continuamos arrastrando el miedo de costumbres, formas y sistemas del
pasado, por consiguiente cepamos nuestra mente y enmudecemos nuestra
boca. Esas ansias de libertad, ese reclamo de justicia, ¿Dónde
quedan enterradas? A cambio buscamos camuflajes tras los que
escondernos así que nos encontramos seguros, tal vez incómodos,
pero eso sí ¡seguros!; y es que a todo se acostumbra la persona,
tan vilipendiada y saqueada, y arrastrada y perseguida y amenazada…no
se sabe cuantas vejaciones más. De tal manera que cualquier clase de
iniciativa que quiera llevar a cabo y presuntamente ponga en
compromiso y cuestione seriamente los estamentos establecidos, el
propio sistema que por hoy nos rige, no dudará en barrer hacia la
cuneta a esa persona o a esa entidad que incomoda. Es un hecho
deplorable, pero ocurre con excesiva asiduidad.
Está
claro que aquel que en la miseria vive, bien ocupado tiene el tiempo
en cómo sacar algo para llevar adelante ese día, aunque tenga que
guardar turno para poder asaltar ese contenedor o ese basurero
público. Y es que las desigualdades están servidas y a mano van de
las injusticias. De hecho que el incremento de la opulencia en las
personas, en la misma sociedad en su conjunto, crean una serie de
indiferencias, de apatismos, de desganas activas y creativas que
degeneran en vicios y en malsanas costumbres, proporcionando a la
persona laberintos infernales dentro de su interior, en el interior
de su capacidad pensante. El declive de sí misma, va a hacer
improductivo el conjunto de sus funciones, porque…no se hallará,
vivirá como muerta.
A
un estudiante o a un joven en general, máxime si está dado a la
vagancia, a la holgazanería., me gusta ponerle el siguiente ejemplo
como un algo tan real y veraz como pretendiéndole que forme parte de
ese mensaje, y le cuento de cómo un atleta para estar en forma o
bien cualquier persona para ejercitar y mantener el cuerpo físico o
para desarrollar los músculos, ¿qué hace?..., unos me dicen que
balón pié, otros que levantar pesas o natación o tenis o
balón-cesto, etc…Bien, pues, y prosigo, para desarrollar la mente
es necesario ejercitarla, o por medio de la lectura o a través del
estudio. El estudio como retención de cosas, es el mejor “tensor”
para ampliar la capacidad mental. Estudiar o leer a diario en verdad
que nos permitirá desarrollar un poder mental mucho más superior,
nos agilizará la mente. Es por eso que invito a todos a la continua
y diaria lectura. Debemos tomarlo como algo tan fundamental, tan, tan
importante, como que con ello nos fuera la misma vida evolutiva;
alimentar ese cuerpo de energía, ese cuerpo mental debe tomarse como
un factor primordial de primerísimo orden, donde por mucho que se
invierte, siempre será poco, ya que la persona, su cultivo y
evolución así lo requiere, así lo precisa: y así debemos tomarlo
y entregarnos a esa maravillosa tarea…: “no le quedaría
agradecido a quien me diera dinero, sino aquel que de su luz, luz del
conocimiento me aportara y me abriera el sentido del entendimiento y
del saber” comentaba a veces Sócrates. Y no dejo, lo mismo, de
decir yo también, pues no existe mayor riqueza que la del saber y
del entendimiento, no hay mayor fuerza que desarrollar los músculos
de la mente que esa misma dedicación.
Empujar
a las personas al estudio y a la investigación, no cabe duda alguna
que elevará la preparación y la visión de la especie. Todo cultivo
bien cuidado y exquisitamente mimado producirá unos frutos
generosos. Nuestra especie será en verdad civilizada y racional en
todos sus alegatos.
Para
mí es agonizante ver a las personas en general y a estudiantes en
particular con los brazos cruzados perdiendo en continuo el tiempo;
es una cosa muy dañina, y a decir verdad, el tiempo apremia, y a
veces cabalga a una velocidad tremenda, como diciendo: “espabila
que ya poco te falta”. Y es que no hay nada más hermoso que la
hermosura de aprender, pero hasta eso hay que enseñarlo, es
necesario decirlo, cantándolo, hablándolo, bailándolo…que no hay
nada más hermoso que aprender todo, todo lo que el conocimiento
humano abarca. Sin embargo, es cierto que…hemos logrado que la
persona sea esclava de su existir; posee un bienestar fingido, que en
el momento menos esperado se le evapora.
Se
trata, por tanto, de una felicidad forzada, sin principios
verdaderos, vive de manera flotante; la persona vive así, de manera
flotable, carente de principios verdaderos, le gusta vivir en elm
escaparate de su engaño, antepone los valores materiales a su propio
valor verdadero como ente evolutivo, olvidando el fugaz vuelo de ésta
vida. Si tan solo por un instante, cerráramos los ojos y
recordáramos los motivos que nos trajo aquí; el velo del engaño
que nos hemos puesto caería por sí solo, y nos estremeceríamos al
ver a qué formas superfluas y carentes de valor nos estamos asiendo.
La
soltaríamos sin duda, del sopor y extrañados no saldríamos del
asombro de ver con qué facilidad caemos, una vez que nos hemos
puesto el traje de buzo y nos hemos sumergido, descendiendo hasta
este escenario tan falso como pasajero y engañadizo.
El
cultivo del espíritu requiere un compromiso mayor, precisa de un
orden prioritario dentro de los órdenes establecidos. Derivamos
hacia extremos muy preocupantes…por un lado insatisfechos y
hablando pestes del trabajo, por otro, se encuentra golpeada la
persona insistentemente por todos los medios de comunicación para
que consuma y compre. Así que el poco tiempo que dedica a descansar
o dormir, su mente y su subconsciente no pueden reposar, porque
siguen con las ondulaciones de tanto salpicoteo sufrido durante las
horas de dormir; el propietario de esa mente y de ese subconsciente
no encuentran el reposo ni la coordinación interior necesaria.
Vuelve a iniciar sus actividades e inmediatamente comienza a ser
golpeado e invadido, vuelve de nuevo a ser atosigado y contaminado,
sin apenas haber tomado respiro y haberse recuperado y fortalecido
para su defensa. La continuidad de ese estado le sumerge en una
situación de inconsciencia, cuyo producto final es el individuo de
mente prefabricada.
Ahí
queda como terreno de abono para todo tipo de bacterias y gérmenes
que le van a ir ocupando hasta hacerse con la persona; quedará como
un subproducto más del producto al que sirve, que es el sistema al
que se subyuga y somete; como ente evolutivo queda prácticamente
como en un estado de hibernación, queda como un subproducto de sí
mismo; es el resultado del mayor delito que la persona realiza sobre
sí: la traición. Traición, pues abandona su interior, para ser
absorta por el exterior, para subyugarse y dejarse someter al sistema
de vida impuesto que le ha tocado vivir una vez que descendió a este
existir.
¿Se
imaginan un tipo de persona inviolable y leal, muy leal a sus fueros
internos y a sus propios principios? ¡Qué ejemplo de futuro!, ¡qué
escuela más loable a tener en cuenta y a seguir! En cada uno de
nosotros late ese fuero, ese pretender aprender dignificable. ¿Por
qué terminamos sucumbiendo a ese conjunto de instintos que no hacen
sino, en el correr del tiempo, sellar nuestro fracaso en esta
escuela? Escuela de indignidades y traiciones que nos auto-generamos
en el correr del tiempo con nuestros hechos y que nos escudamos tras
la arrogancia de la razón, de la autojustificación… habiendo ya
sometido y doblegado a nuestro verdadero ente, a nuestra conciencia,
a… ¡nuestra brújula! a un estado de confusión, a un
doblegamiento de ocultación, a un olvido de nuestra verdad interna.
Nuestra
carrera a lo difícil y más perjudicial se hace una constante. Donde
antes eran setos verdes, ahora son tapias cada vez más altas o
vallas cada vez más elevadas. No solo hemos parcelado nuestra
propiedad, sino que además hemos amurallado nuestro existir. También
acordamos la sociedad en crear los Cuerpos de Orden Público, para
mantener una línea más o menos estable del cumplimiento de las
normas sociales que nos regulan y además, mantener control de las
pequeñas revueltas que pudieran surgir. Hoy día los incrementamos
de forma considerable, porque se quedan en número escaso en relación
a la demanda de delincuencias y revueltas surgidas en continuo; todo
en ese galope hacia el incremento verdadero que es el de la
inseguridad ciudadana. Además, los equipamos con sofisticadas armas,
con vehículos blindados, cristales y equipos antibalas, etc. Y a
todo, y con todo, por si fuera poco, añadimos a esto, fuerzas de
seguridad privada en número incalculable.
¿Qué
está ocurriendo?; ¿de qué terrible monstruo nos estamos
protegiendo para llegar a semejante estado de extremismo tan loable y
civilizado?; porque ésta es la aptitud moderna y dícese de una
sociedad civilizada. Ese monstruo…no será uno de nombre:
IGNORANCIA. ¿En qué medida y de qué forma estamos invirtiendo en
el individuo para su desarrollo? ¿No será más cierto que lo único
que nos interesa de las personas es su capacidad de producción? Sí,
el monstruo del que nos pretendemos proteger se llama IGNORANCIA. Y
ese equipo humano con todos sus enormes avances tecnológicos nada
tiene que hacer contra ello. Ese monstruo se introduce en todos los
sitios, en cualquier cuerpo, en cualquier mente; ocupe el cargo que
ocupe, desde ahí…¡¡¡ataca!!! Realizando verdaderos estragos.
Capítulo
II
NOS
HEMOS CREADO LA NECESIDAD DE COMPRAR LA LIBERTAD DE LAS PERSONAS,
para… armándolas y uniformándolas, nos protejan y defiendan:
pero… ¿de qué?, ¿de nuestras agonías, cinismos, hipocresías…?
En vez de lanzar un satélite para la investigación, empleamos la
investigación como excusa y ese satélite artificial lo empleamos
para observarnos y vigilarnos. Pretendemos mantener un orden con las
armas de la opresión y con las armas del miedo.
¿Paz,
teniendo malas intenciones? En vez de invertir los innumerables
billones en cuidados y especialización del individuo, los
gastamos
en armas para someterle y oprimirle. Sobre estas mismas líneas
declaro que…, No quiero que se utilice ni un solo céntimo de mis
impuestos en ningún concepto de gastos de armamento o derivados, es
mi postura y mi voz y mi veto como ciudadano del mundo para que así
se cumpla. En mis derechos universales así lo exijo y antepongo para
esto que aquí afirmo, así se haga; cualquier persona o entidad,
cualquier mandatario o gobierno que emplee un solo céntimo de mis
contribuciones para esos fines armamentísticos porque así lo
permitan o estipulen la leyes vigentes, estarán, digo, violando mis
derechos universales como ciudadano del mundo.
Se
enriquecen unos pocos, empobreciendo a la mayoría. Este es el logro
evolutivo que nosotros los adultos tenemos dado en la vida. Realzamos
nuestras libertades al tiempo que oprimimos a otros muchos. Donde
antes eran personas con el interés de vivir, con la condición de
amar…, ahora son vidas al servicio de los intereses. Donde antes
eran bosques, ahora son superficies
abofeteadas
y desoladas, escupidas y condenadas a la aridez.
Todo
está terriblemente violado por las manos de los intereses
materiales, como en verdad está la misma mente humana. La mente
humana, el tesoro más preciado, cubierto ahora de lodo, embadurnado
de cieno, ¿qué podemos esperar de su poseedor? No pretendamos que
el individuo tenga un comportamiento de autosuficiencia cuando en
verdad no se le está preparando ni enseñando en nada. Lo que
aprenden en teoría, cuando llegan a la vida laboral, es como si nada
hubieran aprendido, por lo dispar de lo teórico, en relación al
mundo de lo práctico
¿Habrá
conocimiento desarrollado hasta el momento? ¿Cómo vamos a procurar
que el conocimiento se desarrolle en las personas, si no se le enseña
y lo que se le enseña es muy superficial y extremadamente teórico?
El conocimiento es cultivable desde la realidad práctica, y no desde
las amenazas y la coacción. Existe hambre de aprender, pero solo se
le atosiga y se le explota con el consumir-producir. La mente de la
persona es muy cultivable, pero qué abono y qué fertilizantes se
les echa para un sano desarrollo.
Algo
o muy mucho estamos haciendo mal y eso es obra de nosotros los
adultos. Pasan las etapas y transcurren las generaciones; ascendemos
y descendemos en continuo, para aquellos que crean en las
reencarnaciones, pero ¿en qué mejoramos?
A
la hora de hablar parece que todos buscamos metas comunes, es decir,
un bienestar común para todos, pero lo cierto es que no logramos
otra cosa que el empeoramiento de las situaciones…situaciones que
han de padecer de manera muy grave y en extremo alarmante nuestros
excluidos del mundo como son los niños y nuestros adolescentes; no
pongo en duda la honorabilidad de los gobernantes que pretenden
encauzar nuestros destinos hacia formas y modos más racionales, más
justos, más civilizados, más de igualdad y de libertades…pero son
tan grandes los agravios, se hacen de tanto pesar las desigualdades;
el sufrir de nuestras gentes es tan y tan doloroso y fuerte, que
sienten una impotencia tan grande, están en una sumisión de engaño
tan enorme…porque no es este el mundo escaparatista al que me
refiero; hay otro mundo, mucho mayor; mucho, mucho más amplio que se
lleva todo el desgarrador peso de esas desigualdades, de esa
descarada explotación, consecuencia de unas sociedades indolentes y
fracasadas, guiadas por gobernantes indolentes y fracasados; la
miseria precede al fracaso y éste a la corrupción.
¿Cómo
podemos hacer sonar la alarma de alerta ante un tejido de tan gran
indolencia? Y todo esto implica claramente una falta de evolución,
¿implica también involución? Y digo que ésta no es la única
parte habitable del planeta, no, que existen otras muchas sociedades,
otras muchas más partes habitadas en éste planeta; que nuestro
mundo, no es el único mundo existente, que hay otros países y otros
continentes con otras muchas más gente. Y que todos nos debemos unos
a otros, como las gotas de lluvia se deben al mismo cielo y luego al
mismo río, al mismo lago, al mismo mar y al mismo océano; así nos
debemos nosotros, como seres sintientes, a la misma energía. Que no
somos los elegidos de Dios, y que nos debemos mayor respeto y mayor
vigilancia, para no continuar cayendo en las mismas trampas de la
ignorancia; porque por encima de todos los conceptos inventados, por
encima…está la persona, sin distinción de nada.
TRABAJAMOS
EN CONTRA DE LAS DIGNIDADES HUMANAS, ¿CÓMO?: SOMETIENDO AL
INDIVIDUO, EN VEZ DE EDUCARLE. La persona, cuando está en edad de
estudiar es empujada a la calle. Y cuando está en la calle se le
explota y se le oprime. La escuela que se le da, en el mismo momento
en que nace no es muy buena que digamos. A medida que la persona va
siendo adulta, se da cuenta que las peores inversiones que se
realizan a escala social, son las de Educación, Vivienda y Medio
Ambiente y Sanidad; la que más: en Armamento (¡), todo ello con
nuestro propio dinero. Es demencial, ya sé, pero… cierto. Y esas
inversiones tan generosas sobre mejora y fabricación de armas, son
un buen ejemplo de los países más poderosos y ricos del planeta,
los países industrializados; países que mantienen al resto bajo sus
pies y en un puño. Todos ellos son los sembradores del miedo y de la
inseguridad en el Planeta. Deben estar orgullosos de su placentera y
escandalosa vida. En consecuencia y por consiguiente, las entidades
sociales, acusa y acosan al individuo.
Construyen
mayor número de Centros Penitenciarios (cárceles), incrementan las
filas de los ejércitos, incrementan los cuerpos policiales,
igualmente los cuerpos de “seguridad” privados, incrementa la
ociosidad ciudadana…, incrementan los gastos de “representación”
y “varios”. Es decir, nos estamos refiriendo a unas Naciones,
donde existen una alarmantes cifras en vertiginoso aumento en
suicidios de nuestras mujeres y jóvenes; donde cada vez es mayor la
inseguridad ciudadana, por robos, por violaciones, por asesinatos,
etc.; hay mayor incremento en el consumo de alcohol a más temprana
edad, más consumo de drogas y de adictos en constante aumento de
todo tipo de vicios nocivos para la mente y para el organismo; amén
de un listado alarmante que denota con toda claridad que nos
encontramos ante unas sociedades corruptibles y por tanto, se dice de
sociedades fracasadas y, sin duda, estamos ante gobernantes
fracasados; ¿qué esperan para darse cuenta y reaccionar?. Todos con
un denominador común, y es que todos llevan razón y los demás son
culpables. Pero aún hay algo mucho más grave, y es que nadie,
nadie… da solución.
Existen
formas de vida latiendo de diferente manera en las costumbres de las
gentes, pero es cierto que el desánimo y la depresión son menú de
un plato diario en las sociedades industrializadas especialmente.
Todos con nuestra dejadez, con nuestra indiferencia, con nuestra
indolencia en definitiva, contribuimos en la continuidad e incremento
de este estado de cosas. Entre todos, podemos hacer que cambie;
modificando en algo y pausadamente nuestras costumbres, nuestras
temáticas de diálogo, nuestros consumismos, también nuestros
despilfarros y derrochismo.
Podemos
mejorar nosotros que es lo verdaderamente importante y en realidad es
por donde debiéramos comenzar la obra renovadora; el mundo, para
esto, poco ha de importar; cambiemos nosotros primero y después ya
vendrá lo demás. Lo que sí les aseguro es que valdrá la pena que
esa obra renovadora surja desde su propio interior, desde esa
grandeza interna que todos llevamos, pero que tenemos sometida y
cubierta, de tanta y tanta hojarasca que hemos permitido echarle
encima, que, a veces, hasta para uno mismo es y somos desconocidos;
sea por y para Usted que es en realidad
la
pieza clave de su existencia.
En
lo que Usted evolucione, los demás nos veremos beneficiados, pero
también ocurre a la inversa, y su involución, va ha perjudicar,
primero a la persona en sí, para repercutir después en el resto.
¡¡¡ ÁNIMOS!!! Les deseo a todos. Las mejoras que hoy día podamos
disfrutar, no es sino gracias al esfuerzo y sacrificio de nuestros
antepasados; ¿porqué iba a ser mejor para nosotros ahora, si las
injusticias siguen surgiendo en cada época, puede que de diferente
forma, pero, incluso, a veces, con mayor fuerza? Atajémoslas desde
nuestras posturas individuales, cambiando nosotros mismos; no
pretendiendo cambiar el mundo, NO; sino empezando con nosotros.
Que
esa revolución se inicie, como hemos dicho, en nuestro propio
interior, sin mirar hacia fuera, sin ser distraídos por el exterior;
tomando posición de uno mismo, cada vez con mayor determinación.
Qué mayor gozo que la de poder participar en las mejoras renovadoras
de éste mundo, gracias a nuestra propia transformación.
Transformación de valores, de aspiraciones, transformación de
tantas y tantas y tantas inquietudes que bullen en el interior de
cada uno, esperando simplemente a que las despertemos y nos
desarrollemos con ellas. Pero si solo nos atenemos a verter sobre
ellas el desasosiego de los inconvenientes, cómo lograremos ese
desarrollo arrastrando las pesadas cadenas del miedo que hemos ido
generando. Como bien afirmábamos en otro artículo de J. Híades:
“los renglones que forman las páginas de nuestras vidas están
escritos con contiguos lamentos”; y esa realidad nuestra no debemos
permitirla por más tiempo.
Es
triste pensar y peor aún comprobar que empobrecemos nuestro existir
y a cambio, lo que hacemos, nos encaminamos en los dominios del
miedo. ¿Merece la pena?; ¿qué ejemplo nos damos y damos? No
juguemos con nuestro existir; piensen… ¡imagínense! Qué alegría
nos daría el sentir y saber ser elevados, como nuestros escolares,
cuando, aprueban y ¡son elevados!, a otra clase, a otro curso de
grado superior.
Pongamos
a la persona primero, después…lo demás. Es tiempo de cambiar de
dinámica, cuanto más tardemos en reaccionar, más nos estaremos
perjudicando. Las utopías han de convertirse en realidades, porque
es el deseo que sentimos el conjunto de los seres humanos. La
apertura de conciencia es un hecho; los poderes deben ser suplidos
por los valores; no existe mayor valor que el de la persona. Todas y
cada una de las riquezas materiales desarrolladas han de estar al
servicio del único y verdadero valor: el ser humano. Hasta ahora
solo lo hemos utilizado y explotado en producir-consumir…ahora
debemos de encargarnos de enfocar como único y prioritario objetivo
el servirle. Servirle es amarle…servirle como nunca será amarle
como nunca. Educarle-formarle, educarle-formarle es la mayor
inmejorable inversión sobre lo que más valor tiene: la persona. A
eso debemos aunarnos en este ansiado y esperado por muchos, NUEVO
ORDEN.
“A
vosotros, estimados míos: cuando hablemos de conocimiento,
debiéramos distinguir entre conocimiento correcto y conocimiento
incorrecto; cuando hablemos de tecnología, debemos diferenciar entre
tecnología correcta y tecnología incorrecta; observen con qué
cuidado debemos caminar por la vida para no caer en las formas
incorrectas, evitando así ser arrastrados” J. Híades
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