domingo, 20 de agosto de 2017

EN LOS DOMINIOS DEL MIEDO. UNA VOZ DEL OTRO LADO

Cuando digo "una voz del otro lado" me refiero a una voz que nos viene del mundo hispano que, como vemos, también empieza a despertar y a luchar, cada uno con sus armas, contra la opresión de esos llamados "poderes ocultos" que, para mí, no están tan ocultos como algunos se empeñan en afirmar. He elegido este texto, primero, porque no conocía a su autor y me ha sorprendido. También me han sorprendido los inconvenientes que ha tenido para que sus escritos se publicaran en algún medio occidental. Y, en segundo lugar, es una forma fresca, sincera y claras de recordarnos quiénes somos y animarnos a actuar, cada cual desde el ámbito que le sea posible.
Hay un tercer factor que me ha animado a leerlo: el castellano tan peculiar que manejan los escritores hispanoamericanos, que posee una riqueza y hondura que no poseen muchos autores españoles a los que actualmente se rinde homenaje.
El autor, por lo que he leído, aparte de sangre hispana, debe tener mucha sangre india en sus venas, por su forma de hablar de la Naturaleza. Leyéndole puedes oir la llamada de los bosques y el dolor de las especies explotadas y acorraladas. Es el lamento de un Ser que vive en comunión con la Tierra y la respeta y reivindica. Espero que os guste.

EN LOS DOMINIOS DEL MIEDO
POR J. HÍADES GALÁN

DESDE UNIÓN UNIVERSAL DESARROLLO SOLIDARIO

Cordiales saludos: Todos, cada uno de nosotros, nos vemos como dueños y Señores, como inquilinos y con una serie de Deberes con los que aprender a sujetarnos, tanto y mientras nos encontremos habitando éste planeta Tierra. Nos debemos de servir y debe de servirnos todo este maravilloso montaje que tenemos a mano: la vida. Estaciones de peaje que empleamos para nuestro provecho y beneficio; no es necesario que las dañemos ni las perjudiquemos. Solo que las utilicemos. Pero que no se note que hemos pasado por aquí.

Ahora estamos metidos en ésta mente, de éste protoplasmático cuerpo; navegamos con él, sobre pasando las barreras más allá de los dominios del miedo. Este artículo: “en los dominios del miedo”, nos transporta, pero que también nos inunde.
Sinceramente,



Capítulo I
Hemos llegado al punto donde nuestra carrera hacia el miedo, nos tiene corroída la mente; aprisionada y angustiada el alma. Es como si la conciencia bajara de vibración. Y al ser menos conscientes, nuestra indolencia por un lado e inconsciencia por otro desembocáramos en ser seres ambulantes, sonámbulos al cometido verdadero en este existir; con inquietudes cada vez más adormecidas, con visión de futuro más apagado.

Vivimos, en general, con mayores comodidades técnicas y de acondicionamiento, pero psíquicamente con una inestabilidad, con un desconcierto y un descontento cada vez más alarmante, más preocupante. La persona vive con miedo y eso acarrea angustia incluso. A veces, el apego a la vida se empobrece de tal manera que da miedo pensarlo. Bueno, y yo me pregunto ¿todo eso porqué? Los sociólogos, psiquiatras, psicólogos y demás especialistas que estudian el comportamiento y la mente humana, considero que buscan soluciones poco prácticas; no creo que profundicen lo suficiente como para buscar soluciones reales. El gangrenamiento de los cuerpos individuales, de los cuerpos sociales, están ahí, día a día cada vez más patentes, más acusables; pero los acomodos y conveniencias sociales en verdad que le ganan el pulso a la persona como entidad individual, invadiéndola hasta anularle. Es la persona en definitiva quien sufre los fracasos de investigadores y especialistas; sopesar de ser quien acarrea con los gastos.

¿La indolencia, mediatización e inconsciencia no habrá alcanzado también a nuestros estudiosos? Nuestras posturas aparentistas, comodistas, nos impide dar la cara en cuestiones claramente justificables, verdaderamente reales, pero comprometedoras; continuamos arrastrando el miedo de costumbres, formas y sistemas del pasado, por consiguiente cepamos nuestra mente y enmudecemos nuestra boca. Esas ansias de libertad, ese reclamo de justicia, ¿Dónde quedan enterradas? A cambio buscamos camuflajes tras los que escondernos así que nos encontramos seguros, tal vez incómodos, pero eso sí ¡seguros!; y es que a todo se acostumbra la persona, tan vilipendiada y saqueada, y arrastrada y perseguida y amenazada…no se sabe cuantas vejaciones más. De tal manera que cualquier clase de iniciativa que quiera llevar a cabo y presuntamente ponga en compromiso y cuestione seriamente los estamentos establecidos, el propio sistema que por hoy nos rige, no dudará en barrer hacia la cuneta a esa persona o a esa entidad que incomoda. Es un hecho deplorable, pero ocurre con excesiva asiduidad.

Está claro que aquel que en la miseria vive, bien ocupado tiene el tiempo en cómo sacar algo para llevar adelante ese día, aunque tenga que guardar turno para poder asaltar ese contenedor o ese basurero público. Y es que las desigualdades están servidas y a mano van de las injusticias. De hecho que el incremento de la opulencia en las personas, en la misma sociedad en su conjunto, crean una serie de indiferencias, de apatismos, de desganas activas y creativas que degeneran en vicios y en malsanas costumbres, proporcionando a la persona laberintos infernales dentro de su interior, en el interior de su capacidad pensante. El declive de sí misma, va a hacer improductivo el conjunto de sus funciones, porque…no se hallará, vivirá como muerta.

A un estudiante o a un joven en general, máxime si está dado a la vagancia, a la holgazanería., me gusta ponerle el siguiente ejemplo como un algo tan real y veraz como pretendiéndole que forme parte de ese mensaje, y le cuento de cómo un atleta para estar en forma o bien cualquier persona para ejercitar y mantener el cuerpo físico o para desarrollar los músculos, ¿qué hace?..., unos me dicen que balón pié, otros que levantar pesas o natación o tenis o balón-cesto, etc…Bien, pues, y prosigo, para desarrollar la mente es necesario ejercitarla, o por medio de la lectura o a través del estudio. El estudio como retención de cosas, es el mejor “tensor” para ampliar la capacidad mental. Estudiar o leer a diario en verdad que nos permitirá desarrollar un poder mental mucho más superior, nos agilizará la mente. Es por eso que invito a todos a la continua y diaria lectura. Debemos tomarlo como algo tan fundamental, tan, tan importante, como que con ello nos fuera la misma vida evolutiva; alimentar ese cuerpo de energía, ese cuerpo mental debe tomarse como un factor primordial de primerísimo orden, donde por mucho que se invierte, siempre será poco, ya que la persona, su cultivo y evolución así lo requiere, así lo precisa: y así debemos tomarlo y entregarnos a esa maravillosa tarea…: “no le quedaría agradecido a quien me diera dinero, sino aquel que de su luz, luz del conocimiento me aportara y me abriera el sentido del entendimiento y del saber” comentaba a veces Sócrates. Y no dejo, lo mismo, de decir yo también, pues no existe mayor riqueza que la del saber y del entendimiento, no hay mayor fuerza que desarrollar los músculos de la mente que esa misma dedicación.

Empujar a las personas al estudio y a la investigación, no cabe duda alguna que elevará la preparación y la visión de la especie. Todo cultivo bien cuidado y exquisitamente mimado producirá unos frutos generosos. Nuestra especie será en verdad civilizada y racional en todos sus alegatos.

Para mí es agonizante ver a las personas en general y a estudiantes en particular con los brazos cruzados perdiendo en continuo el tiempo; es una cosa muy dañina, y a decir verdad, el tiempo apremia, y a veces cabalga a una velocidad tremenda, como diciendo: “espabila que ya poco te falta”. Y es que no hay nada más hermoso que la hermosura de aprender, pero hasta eso hay que enseñarlo, es necesario decirlo, cantándolo, hablándolo, bailándolo…que no hay nada más hermoso que aprender todo, todo lo que el conocimiento humano abarca. Sin embargo, es cierto que…hemos logrado que la persona sea esclava de su existir; posee un bienestar fingido, que en el momento menos esperado se le evapora.

Se trata, por tanto, de una felicidad forzada, sin principios verdaderos, vive de manera flotante; la persona vive así, de manera flotable, carente de principios verdaderos, le gusta vivir en elm escaparate de su engaño, antepone los valores materiales a su propio valor verdadero como ente evolutivo, olvidando el fugaz vuelo de ésta vida. Si tan solo por un instante, cerráramos los ojos y recordáramos los motivos que nos trajo aquí; el velo del engaño que nos hemos puesto caería por sí solo, y nos estremeceríamos al ver a qué formas superfluas y carentes de valor nos estamos asiendo.

La soltaríamos sin duda, del sopor y extrañados no saldríamos del asombro de ver con qué facilidad caemos, una vez que nos hemos puesto el traje de buzo y nos hemos sumergido, descendiendo hasta este escenario tan falso como pasajero y engañadizo.

El cultivo del espíritu requiere un compromiso mayor, precisa de un orden prioritario dentro de los órdenes establecidos. Derivamos hacia extremos muy preocupantes…por un lado insatisfechos y hablando pestes del trabajo, por otro, se encuentra golpeada la persona insistentemente por todos los medios de comunicación para que consuma y compre. Así que el poco tiempo que dedica a descansar o dormir, su mente y su subconsciente no pueden reposar, porque siguen con las ondulaciones de tanto salpicoteo sufrido durante las horas de dormir; el propietario de esa mente y de ese subconsciente no encuentran el reposo ni la coordinación interior necesaria. Vuelve a iniciar sus actividades e inmediatamente comienza a ser golpeado e invadido, vuelve de nuevo a ser atosigado y contaminado, sin apenas haber tomado respiro y haberse recuperado y fortalecido para su defensa. La continuidad de ese estado le sumerge en una situación de inconsciencia, cuyo producto final es el individuo de mente prefabricada.

Ahí queda como terreno de abono para todo tipo de bacterias y gérmenes que le van a ir ocupando hasta hacerse con la persona; quedará como un subproducto más del producto al que sirve, que es el sistema al que se subyuga y somete; como ente evolutivo queda prácticamente como en un estado de hibernación, queda como un subproducto de sí mismo; es el resultado del mayor delito que la persona realiza sobre sí: la traición. Traición, pues abandona su interior, para ser absorta por el exterior, para subyugarse y dejarse someter al sistema de vida impuesto que le ha tocado vivir una vez que descendió a este existir.

¿Se imaginan un tipo de persona inviolable y leal, muy leal a sus fueros internos y a sus propios principios? ¡Qué ejemplo de futuro!, ¡qué escuela más loable a tener en cuenta y a seguir! En cada uno de nosotros late ese fuero, ese pretender aprender dignificable. ¿Por qué terminamos sucumbiendo a ese conjunto de instintos que no hacen sino, en el correr del tiempo, sellar nuestro fracaso en esta escuela? Escuela de indignidades y traiciones que nos auto-generamos en el correr del tiempo con nuestros hechos y que nos escudamos tras la arrogancia de la razón, de la autojustificación… habiendo ya sometido y doblegado a nuestro verdadero ente, a nuestra conciencia, a… ¡nuestra brújula! a un estado de confusión, a un doblegamiento de ocultación, a un olvido de nuestra verdad interna.

Nuestra carrera a lo difícil y más perjudicial se hace una constante. Donde antes eran setos verdes, ahora son tapias cada vez más altas o vallas cada vez más elevadas. No solo hemos parcelado nuestra propiedad, sino que además hemos amurallado nuestro existir. También acordamos la sociedad en crear los Cuerpos de Orden Público, para mantener una línea más o menos estable del cumplimiento de las normas sociales que nos regulan y además, mantener control de las pequeñas revueltas que pudieran surgir. Hoy día los incrementamos de forma considerable, porque se quedan en número escaso en relación a la demanda de delincuencias y revueltas surgidas en continuo; todo en ese galope hacia el incremento verdadero que es el de la inseguridad ciudadana. Además, los equipamos con sofisticadas armas, con vehículos blindados, cristales y equipos antibalas, etc. Y a todo, y con todo, por si fuera poco, añadimos a esto, fuerzas de seguridad privada en número incalculable.

¿Qué está ocurriendo?; ¿de qué terrible monstruo nos estamos protegiendo para llegar a semejante estado de extremismo tan loable y civilizado?; porque ésta es la aptitud moderna y dícese de una sociedad civilizada. Ese monstruo…no será uno de nombre: IGNORANCIA. ¿En qué medida y de qué forma estamos invirtiendo en el individuo para su desarrollo? ¿No será más cierto que lo único que nos interesa de las personas es su capacidad de producción? Sí, el monstruo del que nos pretendemos proteger se llama IGNORANCIA. Y ese equipo humano con todos sus enormes avances tecnológicos nada tiene que hacer contra ello. Ese monstruo se introduce en todos los sitios, en cualquier cuerpo, en cualquier mente; ocupe el cargo que ocupe, desde ahí…¡¡¡ataca!!! Realizando verdaderos estragos.

Capítulo II

NOS HEMOS CREADO LA NECESIDAD DE COMPRAR LA LIBERTAD DE LAS PERSONAS, para… armándolas y uniformándolas, nos protejan y defiendan: pero… ¿de qué?, ¿de nuestras agonías, cinismos, hipocresías…? En vez de lanzar un satélite para la investigación, empleamos la investigación como excusa y ese satélite artificial lo empleamos para observarnos y vigilarnos. Pretendemos mantener un orden con las armas de la opresión y con las armas del miedo.

¿Paz, teniendo malas intenciones? En vez de invertir los innumerables billones en cuidados y especialización del individuo, los
gastamos en armas para someterle y oprimirle. Sobre estas mismas líneas declaro que…, No quiero que se utilice ni un solo céntimo de mis impuestos en ningún concepto de gastos de armamento o derivados, es mi postura y mi voz y mi veto como ciudadano del mundo para que así se cumpla. En mis derechos universales así lo exijo y antepongo para esto que aquí afirmo, así se haga; cualquier persona o entidad, cualquier mandatario o gobierno que emplee un solo céntimo de mis contribuciones para esos fines armamentísticos porque así lo permitan o estipulen la leyes vigentes, estarán, digo, violando mis derechos universales como ciudadano del mundo.

Se enriquecen unos pocos, empobreciendo a la mayoría. Este es el logro evolutivo que nosotros los adultos tenemos dado en la vida. Realzamos nuestras libertades al tiempo que oprimimos a otros muchos. Donde antes eran personas con el interés de vivir, con la condición de amar…, ahora son vidas al servicio de los intereses. Donde antes eran bosques, ahora son superficies
abofeteadas y desoladas, escupidas y condenadas a la aridez.

Todo está terriblemente violado por las manos de los intereses materiales, como en verdad está la misma mente humana. La mente humana, el tesoro más preciado, cubierto ahora de lodo, embadurnado de cieno, ¿qué podemos esperar de su poseedor? No pretendamos que el individuo tenga un comportamiento de autosuficiencia cuando en verdad no se le está preparando ni enseñando en nada. Lo que aprenden en teoría, cuando llegan a la vida laboral, es como si nada hubieran aprendido, por lo dispar de lo teórico, en relación al mundo de lo práctico


¿Habrá conocimiento desarrollado hasta el momento? ¿Cómo vamos a procurar que el conocimiento se desarrolle en las personas, si no se le enseña y lo que se le enseña es muy superficial y extremadamente teórico? El conocimiento es cultivable desde la realidad práctica, y no desde las amenazas y la coacción. Existe hambre de aprender, pero solo se le atosiga y se le explota con el consumir-producir. La mente de la persona es muy cultivable, pero qué abono y qué fertilizantes se les echa para un sano desarrollo.

Algo o muy mucho estamos haciendo mal y eso es obra de nosotros los adultos. Pasan las etapas y transcurren las generaciones; ascendemos y descendemos en continuo, para aquellos que crean en las reencarnaciones, pero ¿en qué mejoramos?

A la hora de hablar parece que todos buscamos metas comunes, es decir, un bienestar común para todos, pero lo cierto es que no logramos otra cosa que el empeoramiento de las situaciones…situaciones que han de padecer de manera muy grave y en extremo alarmante nuestros excluidos del mundo como son los niños y nuestros adolescentes; no pongo en duda la honorabilidad de los gobernantes que pretenden encauzar nuestros destinos hacia formas y modos más racionales, más justos, más civilizados, más de igualdad y de libertades…pero son tan grandes los agravios, se hacen de tanto pesar las desigualdades; el sufrir de nuestras gentes es tan y tan doloroso y fuerte, que sienten una impotencia tan grande, están en una sumisión de engaño tan enorme…porque no es este el mundo escaparatista al que me refiero; hay otro mundo, mucho mayor; mucho, mucho más amplio que se lleva todo el desgarrador peso de esas desigualdades, de esa descarada explotación, consecuencia de unas sociedades indolentes y fracasadas, guiadas por gobernantes indolentes y fracasados; la miseria precede al fracaso y éste a la corrupción.

¿Cómo podemos hacer sonar la alarma de alerta ante un tejido de tan gran indolencia? Y todo esto implica claramente una falta de evolución, ¿implica también involución? Y digo que ésta no es la única parte habitable del planeta, no, que existen otras muchas sociedades, otras muchas más partes habitadas en éste planeta; que nuestro mundo, no es el único mundo existente, que hay otros países y otros continentes con otras muchas más gente. Y que todos nos debemos unos a otros, como las gotas de lluvia se deben al mismo cielo y luego al mismo río, al mismo lago, al mismo mar y al mismo océano; así nos debemos nosotros, como seres sintientes, a la misma energía. Que no somos los elegidos de Dios, y que nos debemos mayor respeto y mayor vigilancia, para no continuar cayendo en las mismas trampas de la ignorancia; porque por encima de todos los conceptos inventados, por encima…está la persona, sin distinción de nada.

TRABAJAMOS EN CONTRA DE LAS DIGNIDADES HUMANAS, ¿CÓMO?: SOMETIENDO AL INDIVIDUO, EN VEZ DE EDUCARLE. La persona, cuando está en edad de estudiar es empujada a la calle. Y cuando está en la calle se le explota y se le oprime. La escuela que se le da, en el mismo momento en que nace no es muy buena que digamos. A medida que la persona va siendo adulta, se da cuenta que las peores inversiones que se realizan a escala social, son las de Educación, Vivienda y Medio Ambiente y Sanidad; la que más: en Armamento (¡), todo ello con nuestro propio dinero. Es demencial, ya sé, pero… cierto. Y esas inversiones tan generosas sobre mejora y fabricación de armas, son un buen ejemplo de los países más poderosos y ricos del planeta, los países industrializados; países que mantienen al resto bajo sus pies y en un puño. Todos ellos son los sembradores del miedo y de la inseguridad en el Planeta. Deben estar orgullosos de su placentera y escandalosa vida. En consecuencia y por consiguiente, las entidades sociales, acusa y acosan al individuo.

Construyen mayor número de Centros Penitenciarios (cárceles), incrementan las filas de los ejércitos, incrementan los cuerpos policiales, igualmente los cuerpos de “seguridad” privados, incrementa la ociosidad ciudadana…, incrementan los gastos de “representación” y “varios”. Es decir, nos estamos refiriendo a unas Naciones, donde existen una alarmantes cifras en vertiginoso aumento en suicidios de nuestras mujeres y jóvenes; donde cada vez es mayor la inseguridad ciudadana, por robos, por violaciones, por asesinatos, etc.; hay mayor incremento en el consumo de alcohol a más temprana edad, más consumo de drogas y de adictos en constante aumento de todo tipo de vicios nocivos para la mente y para el organismo; amén de un listado alarmante que denota con toda claridad que nos encontramos ante unas sociedades corruptibles y por tanto, se dice de sociedades fracasadas y, sin duda, estamos ante gobernantes fracasados; ¿qué esperan para darse cuenta y reaccionar?. Todos con un denominador común, y es que todos llevan razón y los demás son culpables. Pero aún hay algo mucho más grave, y es que nadie, nadie… da solución.

Existen formas de vida latiendo de diferente manera en las costumbres de las gentes, pero es cierto que el desánimo y la depresión son menú de un plato diario en las sociedades industrializadas especialmente. Todos con nuestra dejadez, con nuestra indiferencia, con nuestra indolencia en definitiva, contribuimos en la continuidad e incremento de este estado de cosas. Entre todos, podemos hacer que cambie; modificando en algo y pausadamente nuestras costumbres, nuestras temáticas de diálogo, nuestros consumismos, también nuestros despilfarros y derrochismo.

Podemos mejorar nosotros que es lo verdaderamente importante y en realidad es por donde debiéramos comenzar la obra renovadora; el mundo, para esto, poco ha de importar; cambiemos nosotros primero y después ya vendrá lo demás. Lo que sí les aseguro es que valdrá la pena que esa obra renovadora surja desde su propio interior, desde esa grandeza interna que todos llevamos, pero que tenemos sometida y cubierta, de tanta y tanta hojarasca que hemos permitido echarle encima, que, a veces, hasta para uno mismo es y somos desconocidos; sea por y para Usted que es en realidad
la pieza clave de su existencia.

En lo que Usted evolucione, los demás nos veremos beneficiados, pero también ocurre a la inversa, y su involución, va ha perjudicar, primero a la persona en sí, para repercutir después en el resto. ¡¡¡ ÁNIMOS!!! Les deseo a todos. Las mejoras que hoy día podamos disfrutar, no es sino gracias al esfuerzo y sacrificio de nuestros antepasados; ¿porqué iba a ser mejor para nosotros ahora, si las injusticias siguen surgiendo en cada época, puede que de diferente forma, pero, incluso, a veces, con mayor fuerza? Atajémoslas desde nuestras posturas individuales, cambiando nosotros mismos; no pretendiendo cambiar el mundo, NO; sino empezando con nosotros.
Que esa revolución se inicie, como hemos dicho, en nuestro propio interior, sin mirar hacia fuera, sin ser distraídos por el exterior; tomando posición de uno mismo, cada vez con mayor determinación. Qué mayor gozo que la de poder participar en las mejoras renovadoras de éste mundo, gracias a nuestra propia transformación. Transformación de valores, de aspiraciones, transformación de tantas y tantas y tantas inquietudes que bullen en el interior de cada uno, esperando simplemente a que las despertemos y nos desarrollemos con ellas. Pero si solo nos atenemos a verter sobre ellas el desasosiego de los inconvenientes, cómo lograremos ese desarrollo arrastrando las pesadas cadenas del miedo que hemos ido generando. Como bien afirmábamos en otro artículo de J. Híades: “los renglones que forman las páginas de nuestras vidas están escritos con contiguos lamentos”; y esa realidad nuestra no debemos permitirla por más tiempo.

Es triste pensar y peor aún comprobar que empobrecemos nuestro existir y a cambio, lo que hacemos, nos encaminamos en los dominios del miedo. ¿Merece la pena?; ¿qué ejemplo nos damos y damos? No juguemos con nuestro existir; piensen… ¡imagínense! Qué alegría nos daría el sentir y saber ser elevados, como nuestros escolares, cuando, aprueban y ¡son elevados!, a otra clase, a otro curso de grado superior.

Pongamos a la persona primero, después…lo demás. Es tiempo de cambiar de dinámica, cuanto más tardemos en reaccionar, más nos estaremos perjudicando. Las utopías han de convertirse en realidades, porque es el deseo que sentimos el conjunto de los seres humanos. La apertura de conciencia es un hecho; los poderes deben ser suplidos por los valores; no existe mayor valor que el de la persona. Todas y cada una de las riquezas materiales desarrolladas han de estar al servicio del único y verdadero valor: el ser humano. Hasta ahora solo lo hemos utilizado y explotado en producir-consumir…ahora debemos de encargarnos de enfocar como único y prioritario objetivo el servirle. Servirle es amarle…servirle como nunca será amarle como nunca. Educarle-formarle, educarle-formarle es la mayor inmejorable inversión sobre lo que más valor tiene: la persona. A eso debemos aunarnos en este ansiado y esperado por muchos, NUEVO ORDEN.

A vosotros, estimados míos: cuando hablemos de conocimiento, debiéramos distinguir entre conocimiento correcto y conocimiento incorrecto; cuando hablemos de tecnología, debemos diferenciar entre tecnología correcta y tecnología incorrecta; observen con qué cuidado debemos caminar por la vida para no caer en las formas incorrectas, evitando así ser arrastrados” J. Híades


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