3. EL TIEMPO ES MALO
La biblia no lo dice, pero con el Big Bang comenzó el tiempo. En el comienzo mismo de la creación, cuando dios dijo “haya luz”, estas dos palabras no podrían haber sido pronunciadas si no existiera el tiempo. El tiempo fue creado por el dios creador, al crear la luz. La gran explosión y la expansión iniciales no podrían haber existido sin el tiempo.El tiempo y el espacio fueron creados juntos, y son inseparables. El tiempo es el aliento del dios creador. Y toda su creación, la expansión del universo, la evolución de las especies, el desarrollo paulatino de su plan, no podrían ocurrir sin el tiempo. Según los Gnósticos, el tiempoaliento del dios creador es tan satánico como la materia y tan satánico como él.
4. EL DIOS CREADOR
Fueron varias las sectas Gnósticas, en los primeros
siglos de nuestra era, que equipararon la figura del dios creador
no a la de un ser bueno y justo, sino a la de un ser satánico.
Lo equipararon a la figura de satán, varias de ellas. En
uno de sus cuentos, Gustavo Adolfo Bécquer nos relata
cómo el dios creador Brahma va creando los mundos, como
burbujas, y cómo va experimentando con ello, porque a
veces le salen bien y a veces no. No es un dios extraordinariamente
perfecto sino bastante inepto, pareciera. Hay
mundos que le salen mal y tiene que destruirlos. Hay mundos
que le salen mejor. Va probando, va ensayando. Va creando
a través del ensayo y del error. La biblia dice: “Dijo
Dios ´haya luz´, y hubo luz. Y vió Dios que la luz era
buena”. ¡Cómo! ¿No lo sabía? ¿No sabía que era algo
bueno? Por eso los Gnósticos dicen“estamos ante un creador
ignorante de los efectos de su creación”.
Igualmente, el dios creador sostiene continuamente que
él es el único. No lo dice una vez, lo dice permanentemente,
constantemente: “yo soy el único Dios”, “no hay otro
Dios más que yo”, “yo, tu Dios, soy el único”, etc. Todos
sabemos que cuando alguien repite excesivamente siempre
lo mismo es porque no está muy seguro de lo que afirma,
por eso necesita reafirmarlo tanto. Los Gnósticos interpretaron
esto como que el creador sospecha, pues tampoco
está demasiado seguro, que hay otro Dios muy por encima
de él. Un Dios infinitamente superior a él, mucho más grande,
mucho más importante que él, y eso es lo que trata de
ocultar al repetir incesantemente “yo soy el único”, “no hay
otro Dios fuera de mí”.
Indudablemente, este dios creador es el creador del
mundo, de todos los mundos, de los planetas, del universo,
de la materia, del tiempo. Él es el responsable del Big
Bang, como lo llama la física actualmente. Todo lo que la
física sostiene actualmente, que todo comenzó con una
gran explosión, con una gran luz, coincide con la mayoría
de los mitos de distintas religiones sobre la creación del
mundo. Primero dios creó la luz, luego fue creando distintas
cosas hasta llegar a los animales y por último al hombre.
Todos estos mitos, que están en la biblia y en otros
libros religiosos coinciden, con respecto a la creación del
mundo y del hombre, con las conclusiones actuales de físicos
y biólogos.
Claro que toda esta creación está llena de errores, no es
perfecta. Y si este mundo es imperfecto, si la materia es
imperfecta o si todo lo que existe en el universo es imperfecto,
es porque el creador de todo eso es un ser imperfecto.
Hoy un Gnóstico diría, por ejemplo, “lo de los dinosaurios
fue estúpido, fue un error, el creador tuvo que anular
todo, extinguir todo eso y comenzar de nuevo otro experimento
más, hasta llegar a algo que lo satisfaga”. Porque el
dios creador tiene planes. Ya veremos más adelante de qué
tratan.
La física sostiene también, Einstein por ejemplo, que el
universo no es algo infinito sino que es como una especie
de burbuja, donde está contenida toda la creación. El universo
es finito, afirmó Albert Einstein. Esta creación está
limitada, es como una burbuja gigantesca donde está con
tenido todo lo material creado por el dios creador y no
sabemos qué hay fuera de eso. La Gnosis afirma saberlo, ya
lo veremos.
A través de los libros sagrados de distintas religiones,
según se dice inspirados por el dios creador del universo, se
nos relatan hechos, detalles, que lo muestran al dios creador
como un ser no muy perfecto y no enteramente bueno.
Lo pintan a veces como un dios vengativo, colérico, soberbio,
inseguro e indeciso. Un dios que ama los sacrificios en
su nombre, los genocidios, y que ordena matar a otros pueblos
para apoderarse de sus pertenencias, de sus tierras, de
su gente, de su ganado. Ordena matar no solo a los enemigos,
también a las mujeres, a los niños, a los animales. Un
dios genocida. Este dios exige sacrificios en su nombre,
pues ama el olor de la carne quemada de las víctimas inmolada
sobre el altar. Este es el dios que ha provocado el
diluvio. ¡Cuántos miles y miles de hombres murieron ahogados
por el diluvio! Así lo relatan la biblia y otros escritos
anteriores, como el del diluvio babilónico, por ejemplo.
Gusta de los sacrificios humanos y de animales, y de la sangre
derramada de sus enemigos. Le gusta que lo admiren,
que lo adoren, que lo sirvan, que le teman, que le obedezcan.
Le gustan los templos edificados en su honor, los rituales,
los preceptos, que cumplan sus ordenanzas, que eleven
rezos hacia él. Le gustan el dolor de sus criaturas, las torturas,
el sufrimiento. Los Gnósticos antiguos le daban el
nombre de Ialdabahot, que significa “hijo del caos”, y a
veces el nombre de Sabaot: “dios de los ejércitos”. También
se lo ha llamado Kosmocrator o el Gran Arconte, el creador
y ordenador de la materia. Pero el nombre con que más
comunmente se lo designa en la Gnosis es el de demiurgo,
que significa creador en griego.
Este “ser superior” no puede ser un ser bueno, induda
blemente, y quienes han sostenido esto a lo largo de la historia,
estas ideas que estoy relatando, lógicamente han sido
perseguidos o han pagado con su vida la osadía de decir lo
que para ellos era la verdad. Un ser superior que ama las
guerras, los filicidios, que ordena las mutilaciones genitales
de los niños, indudablemente no puede ser un dios
bueno. Por eso los Gnósticos lo equipararon a satán. Lo
consideraban un satanás creador. Ya sabemos cual fue el
destino de los Gnósticos, de sus doctrinas y de sus libros:
quemados, perseguidos. Tal es el destino de estos llamados
“herejes”, como se los ha designado en el curso de la historia.
Este mundo, creado por el dios creador, le pertenece
sólo a él. Todo lo material que hay en este mundo le responde
a él, lo adora a él, lo admira a él. Por supuesto que estas
doctrinas que estamos relatando están condenadas a ser
perseguidas siempre, no van a tener un gran asidero, un
gran éxito. Solo una minoría valiente puede estudiar, interpretar
o sostener esto. Están en tierra enemiga, indudablemente,
quienes sostienen estas ideas Gnósticas antiguas y
eternas. Pero la Gnosis está siempre presente en este
mundo extraño que no le pertenece. Y este pensamiento
Gnóstico, opuesto a todo lo establecido, es lo más perseguido
y rechazado universalmente. Hay temas que “no pueden”
tocarse, hay cosas que “no se deben” decir, hay libros
que “deben” desaparecer, pues vivimos en un mundo en
que sólo hay libertad para decir “dos más dos son cuatro”.
Este mundo es un campo enemigo para un Gnóstico. Un
Gnóstico podrá aparecer, decir algo y desaparecer rápidamente,
pues toda la creación se volverá en su contra automáticamente.
¿Cuántos años pudo predicar Jesucristo,
según el mito cristiano? Sólo tres. ¡Pero en esos tres años
originó una religión exitosa que ya lleva dos mil años sobre
la Tierra!
Decíamos que este mundo es un campo enemigo para
un Gnóstico, porque todo este mundo material y todos los
seres que lo pueblan están hechos de materia y a la materia
son devotos. Pertenecen y defienden a la materia y al creador
de la materia, no pueden concebir algo diferente. Todo
lo que se oponga al mundo material y a su dios creador es
peligroso y debe ser destruido. La Gnosis, por lo tanto, es
percibida como algo inconcebible y horroroso que debe ser
eliminado.
Los Gnósticos han representado al dios creador con formas
horribles. Con formas como las de un pulpo o un reptil,
con cabeza de cerdo o de jabalí, o de asno. Por eso algunas
religiones prohíben comer estos animales. También se
lo ha representado parecido al baphomet demiúrgico de los
templarios y de ciertas sectas masónicas. Algunos lo han
representado como un jabalí gigantesco, semidormido, con
el cuerpo lleno de ojos y que exhala un aliento que es el
tiempo, pues como dijimos, el tiempo es el aliento de este
dios creador.
Este mundo no es bueno, indudablemente. Los animales
tienen que desgarrarse entre sí, destrozarse, para poder
comer y sobrevivir. Los seres humanos necesitan engañarse
unos a otros en todos los órdenes de la vida, para superarse,
para competir, para sobrevivir mejor. Los animales
herbívoros necesitan destrozar plantas, que son seres vivos
también. Todo se autodestruye y destruye a los demás constantemente.
Y hay quienes llaman a esto “perfección” o
“equilibrio perfecto”. Increíble. Esto es el infierno. No es
un sistema perfecto y menos un sistema bueno. Es un sistema
en el que cada uno debe destruir a otro para poder
sobrevivir. Este es el sistema creado, este es el mundo creado
por un “ser superior”: el dios creador o demiurgo.
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