5. LA CREACION DEL MUNDO
Ya vimos que los Gnósticos sostienen que el demiurgo o dios creador es un ser bastante inepto e ignorante, que ignora los efectos que va a tener cada creación que va realizando. Va probando, va avanzando en su creación a través del ensayo y del error. También hemos equiparado los mitos de la creación del mundo con el Big Bang de la física moderna. Hay un extraordinario libro escrito por Oscar Kiss Maerth, titulado “The Beginning Was the End” (“El comienzo fue el fin”), donde está perfectamente explicitado este paralelo entre el Génesis bíblico y la física moderna,
y coinciden perfectamente ambas posiciones.
Los Gnósticos decían, por ejemplo, que este dios es un dios que se cansa, que necesita descansar en el séptimo día, y que en eso no se parece a un dios inmensamente perfecto. Los Gnósticos siempre sostuvieron que el universo fue creado por un demiurgo, por un creador perverso y malvado. Siempre se preguntaron por qué el universo es tan imperfecto. Es así porque fue creado por un ser igualmente imperfecto. Lo ha hecho a su imagen y semejanza.
Otra cosa interesante en los mitos de distintas religiones es que el creador no está creando solo, el creador siempre dice “hagamos”, como si fueran varios creadores trabajando en grupo. “Hagamos esto”, “hagamos aquello”, “hagamos un hombre”, “hagámosle una compañera para que no esté solo”. Hagamos, hagamos. ¿Por qué? ¿Quienes son los demás? ¿Con quienes está creando? San Agustín en su libro “Sobre la trinidad” lo dice una sola vez muy claramente, con mucho ingenio y habilidad. El creador está diciendo “hagamos”, está hablando en plural, porque está hablando de las tres personas divinas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, quienes son tres y son uno a la vez. Por eso Dios habla en plural. Nunca más Agustín vuelve sobre este tema. Lo deja asentado aquí de una vez para siempre.
Para la Gnosis, el demiurgo no está solo en su tarea de creación material, de dar forma a distintos mundos, a distintos procesos evolutivos, a distintos seres, a distintos entes que va creando. En India, por ejemplo, se los llama devas, los devas constructores. Son los ángeles que ayudan en la creación. Son inferiores al dios creador pero están con él, ayudándolo. El dios creador ha delegado tareas en muchos de estos ángeles creadores. Esto se sostenía en la antigua Babilonia y en las religiones del antiguo oriente. Innumerables ángeles creadores que ayudan al creador a desarrollar su plan en el mundo material o, como dirían los Gnósticos, en el mundo infernal de la materia, a la cual él va creando y dando forma.
El dios creador es el jefe, pero cuenta con una legión de ayudantes, de ángeles-demonios constructores que lo secundan en su creación y cumplen sus órdenes. Por eso en el Génesis al creador se lo llama elohim. Así comienza el relato bíblico: Bereshit bará elohim (“En el comienzo dioses crearon…”), porque elohim en hebreo es plural, significa“dioses”, “señores”. Los Gnósticos señalan que estos dioses son el demiurgo y sus ángeles-demonios constructores que, por miríadas, millones, incontable número, lo ayudan en su tarea de creación.
Incluso en sistemas religiosos opuestos a la Gnosis, los cuales ven la obra de creación del mundo como algo bueno, se habla de estos ayudantes constructores y de las jerarquías en que están divididos según sus funciones. Hayescritos teosóficos actuales, como los de Blavatsky y Bailey, entre otros, en los que encontramos además los nombres y los cargos que ocupan. El regente de la Tierra, por ejemplo, es Sanat Kumara. Cambiando dos letras de lugar parece su verdadero nombre: Satán Kumara. Nombre apenas ocultado, pues no deben los humanos conocer la verdad todavía, el futuro que el creador les tiene reservado. Es mejor entonces que el nombre de este representante no sea conocido plenamente… por ahora. Aún no está preparada la humanidad para saber que el planeta Tierra tiene un regente que es un satán. Un satán inferior al otro, al grande, al principal, al más importante de este sistema material creado, de este universo finito, limitado y
lleno de imperfecciones que ha logrado crear. En los mitos Gnósticos, estos constructores saánicos
que ayudan al demiurgo son representados con formas de animales monstruosos.
Ya vimos que los Gnósticos sostienen que el demiurgo o dios creador es un ser bastante inepto e ignorante, que ignora los efectos que va a tener cada creación que va realizando. Va probando, va avanzando en su creación a través del ensayo y del error. También hemos equiparado los mitos de la creación del mundo con el Big Bang de la física moderna. Hay un extraordinario libro escrito por Oscar Kiss Maerth, titulado “The Beginning Was the End” (“El comienzo fue el fin”), donde está perfectamente explicitado este paralelo entre el Génesis bíblico y la física moderna,
y coinciden perfectamente ambas posiciones.
Los Gnósticos decían, por ejemplo, que este dios es un dios que se cansa, que necesita descansar en el séptimo día, y que en eso no se parece a un dios inmensamente perfecto. Los Gnósticos siempre sostuvieron que el universo fue creado por un demiurgo, por un creador perverso y malvado. Siempre se preguntaron por qué el universo es tan imperfecto. Es así porque fue creado por un ser igualmente imperfecto. Lo ha hecho a su imagen y semejanza.
Otra cosa interesante en los mitos de distintas religiones es que el creador no está creando solo, el creador siempre dice “hagamos”, como si fueran varios creadores trabajando en grupo. “Hagamos esto”, “hagamos aquello”, “hagamos un hombre”, “hagámosle una compañera para que no esté solo”. Hagamos, hagamos. ¿Por qué? ¿Quienes son los demás? ¿Con quienes está creando? San Agustín en su libro “Sobre la trinidad” lo dice una sola vez muy claramente, con mucho ingenio y habilidad. El creador está diciendo “hagamos”, está hablando en plural, porque está hablando de las tres personas divinas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, quienes son tres y son uno a la vez. Por eso Dios habla en plural. Nunca más Agustín vuelve sobre este tema. Lo deja asentado aquí de una vez para siempre.
Para la Gnosis, el demiurgo no está solo en su tarea de creación material, de dar forma a distintos mundos, a distintos procesos evolutivos, a distintos seres, a distintos entes que va creando. En India, por ejemplo, se los llama devas, los devas constructores. Son los ángeles que ayudan en la creación. Son inferiores al dios creador pero están con él, ayudándolo. El dios creador ha delegado tareas en muchos de estos ángeles creadores. Esto se sostenía en la antigua Babilonia y en las religiones del antiguo oriente. Innumerables ángeles creadores que ayudan al creador a desarrollar su plan en el mundo material o, como dirían los Gnósticos, en el mundo infernal de la materia, a la cual él va creando y dando forma.
El dios creador es el jefe, pero cuenta con una legión de ayudantes, de ángeles-demonios constructores que lo secundan en su creación y cumplen sus órdenes. Por eso en el Génesis al creador se lo llama elohim. Así comienza el relato bíblico: Bereshit bará elohim (“En el comienzo dioses crearon…”), porque elohim en hebreo es plural, significa“dioses”, “señores”. Los Gnósticos señalan que estos dioses son el demiurgo y sus ángeles-demonios constructores que, por miríadas, millones, incontable número, lo ayudan en su tarea de creación.
Incluso en sistemas religiosos opuestos a la Gnosis, los cuales ven la obra de creación del mundo como algo bueno, se habla de estos ayudantes constructores y de las jerarquías en que están divididos según sus funciones. Hayescritos teosóficos actuales, como los de Blavatsky y Bailey, entre otros, en los que encontramos además los nombres y los cargos que ocupan. El regente de la Tierra, por ejemplo, es Sanat Kumara. Cambiando dos letras de lugar parece su verdadero nombre: Satán Kumara. Nombre apenas ocultado, pues no deben los humanos conocer la verdad todavía, el futuro que el creador les tiene reservado. Es mejor entonces que el nombre de este representante no sea conocido plenamente… por ahora. Aún no está preparada la humanidad para saber que el planeta Tierra tiene un regente que es un satán. Un satán inferior al otro, al grande, al principal, al más importante de este sistema material creado, de este universo finito, limitado y
lleno de imperfecciones que ha logrado crear. En los mitos Gnósticos, estos constructores saánicos
que ayudan al demiurgo son representados con formas de animales monstruosos.
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