jueves, 16 de marzo de 2017

LA FILOSOFÍA HERMÉTICA Y SU RELACIÓN CON LA MECÁNICA CUÁNTICA


LOS SIETE PRINCIPIOS Y LA CIENCIA

La visión de Michael Talbot –
La naturaleza del Universo y física cuántica.

El hombre pisa la tierra suavemente;
Lo que a polvo se asemeja
Es también la sustancia de la que están hechas las galaxias.
EVELYN NOLT

Un descubrimiento asombroso de la física cuántica es que si la materia se rompe en trozos cada vez más pequeños, al final se llega a un punto en que esos trozos (electrones, protones, etc) dejan de tener características de cosas. Los físicos han descubierto que un electrón si bien puede a veces comportarse como una partícula compacta, materialmente no posee dimensión alguna

Esa capacidad cameleónica es común a todas las partículas subatómicas, incluidas las que se consideraban que se podían manifestar únicamente como ondas: La luz, los rayos gama, las ondas de radio, todo puede transformarse de onda en partícula y en onda otra vez. Hoy los físicos creen que los fenómenos subatómicos no deberían ser clasificados como ondas o como partículas, sino en una sola categoría de “algos” que son siempre ambas cosas de un modo otro. Esos “algos” se denominan “Quanta” y constituyen, según los físicos, la materia básica de la que está hecho el universo entero. . No podemos medir la anchura de un electrón. Un electrón no es simplemente un objeto como lo conocemos. Un electrón puede manifestarse o bien como partícula o bien cómo onda. Y también puede disolverse en una nube borrosa de energía y comportarse como si fuera una onda extendida por el espacio. Cuando un electrón se manifiesta en forma de onda puede hacer cosas que la partícula no puede. Así como los magos de los cuentos populares son capaces de cambiar de forma, también el electrón se puede manifestar como partícula o como onda.

Pero lo más asombroso es quizá la existencia de indicios vehementes de que el único momento en que los quanta se manifiestan como partículas es cuando estamos mirándolos. Es decir, hay descubrimientos experimentales que indican que un electrón, cuando no está siendo observado, siempre es una onda. .
Imaginemos que tenemos una bola que solo es bola cuando la miramos. Si esparcimos polvos de talco sobre la pista y lanzamos la bola cuántica rodando hacia los bolos veremos que mientras no la estábamos observando, la bola habría dejado de trazar una sola línea y habría dejando en cambio una amplia franja ondulante como la que deja una serpiente cuando se mueve por la arena zigzagueando.

El físico Nick Herbert afirma que muchas veces le ha hecho imaginar que el mundo a su espalda siempre es un brebaje cuántico radicalmente ambiguo que fluye sin cesar; pero que siempre que se da la vuelta e intenta verlo, su mirada lo congela al instante y se convierte otra vez en realidad ordinaria. Según él, esto nos convierte en pequeños Midas, el rey legendario que nunca conoció el tacto de la seda o la caricia de una mano porque todo lo que tocaba se convertía en oro. Y concluye afirmando: “los seres humanos jamás podremos experimentar la verdadera textura de la realidad, pues todo lo que tocamos se convierte en materia.

El Universo Holográfico – Michael Talbot

La capacidad de la forma para ser activa, es el rasgo más característico de la mente y con el electrón ya tenemos algo semejante a la mente.” Bohm

Ver un mundo en un grano de arena, Y un cielo en una flor silvestre, Abarcar el infinito en la palma de la mano, Y la eternidad en una hora.” William Blake

Bohm cree que las partículas subatómicas están conectadas como lo están las imágenes de un mismo pez proyectadas en dos monitores de televisión. Aunque parezca que las partículas, como electrones, están separadas unas de otras, el hecho es que, en un nivel más profundo de la realidad, sólo son aspectos distintos de una unidad cósmica más profunda.

La existencia de un orden más profundo, organizado holográficamente, explica también que la realidad se haga no local en el nivel subcuántico. Cuando algo está organizado holográficamente, deja de funcionar toda semejanza con la localización. Decir que cada parte de una película holográfica contiene toda la información que contiene toda la película es sólo otra forma de decir que la información está distribuida de forma no local. De ahí que si el universo está organizado con arreglo a principios holográficos se puede esperar que también tenga propiedades no locales.

Bohm advierte que esto no significa que el universo sea una masa gigantesca indiferenciada. Las cosas pueden formar parte de un todo no dividido y poseer cualidades propias únicas. Para aclarar lo que quiere decir, dirige la mirada a los pequeños remolinos que se forman a menudo en los ríos. A primera vista parece que son cosas independientes y que tienen muchas características individuales como el tamaño, la velocidad, la dirección de rotación… No obstante un análisis minucioso revela que es imposible determinar dónde termina un torbellino y dónde empieza el río.

Lo cierto es que la tendencia casi universal a fragmentar el mundo y a prescindir de la interconexión dinámica que existe entre todas las cosas es la causa de muchos problemas, no sólo en el campo de la ciencia, sino también en nuestras vidas y en nuestra sociedad. Por ejemplo creemos que podemos extraer las partes valiosas de la tierra sin afectar a la totalidad, Creemos que es posible tratar partes del cuerpo sin preocuparnos por la totalidad….

En fin, la idea de que la consciencia y la vida (como todas las cosas) son conjuntos envueltos en todo el universo tiene un lado secundario igualmente asombroso. Al igual que cada trocito del holograma contiene la imagen del todo, cada porción del universo contiene el todo. El Universo Holográfico – Michael Talbot

¿Qué relación existe entre las misteriosas conexiones cuánticas de las partículas atómicas, la evolución de los seres vivos y las facultades paranormales de las personas?

La visión de Ervin Lazslo – Campo unificado - Los Enigmas de la física cuántica

Aunque a primera vista puede parecer que se trata de cuestiones totalmente diferentes, podrían estar todas ellas sutilmente relacionadas a través de la existencia de un campo cósmico de interconexión que conserva y transmite la información. Algo que ahora la ciencia está empezando a descubrir, o mejor dicho redescubrir, porque este misterioso campo que rodea a todo lo que se encuentra en el Universo y contiene toda la información, es algo conocido desde hace miles de años por las tradiciones orientales: el llamado campo akásico.

Este concepto, considerado hasta ahora como un simple mito por la ciencia occidental, está en los fundamentos de una nueva manera de entender la ciencia, que podría llevar a la formulación de la llamada Teoría del Todo, un empeño intelectual que uniría la física cuántica y la relativista, la biología y la mente, en una solución global para entender desde un punto de vista científico el mundo en que vivimos y todos los misterios que las diversas ciencias compartimentadas, ya sea la física, la biología, o la psicología, no son capaces de explicar.

Durante miles de años los videntes y místicos de diversas tradiciones han sostenido que todo lo que existe en el Universo está unido de alguna manera y que la totalidad de la información existente se mantiene, se conserva, en algo que ha recibido varios nombres, pero los de campo o registros akásicos serían los más conocidos. Un sabio chino, Chiang Tzu, escribió hace miles de años "El cielo, la Tierra y yo vivimos juntos y todas las cosas formamos una unidad indisoluble". Los últimos avances científicos están apoyando la existencia de este campo cósmico de interconexión, que conserva y transmite la información.

La física cuántica y la biología evolutiva apuntan a la existencia de un campo cósmico de interconexión. Diversos experimentos indican la existencia de una subestructura en el vacío cósmico. Por ejemplo, están los trabajos de Vladimir Poponin, del Instituto de Física bioquímica de La Academia de Ciencias Rusa, que encontró la existencia de las llamadas ondas de torsión fantasma al determinar que el campo electromagnético específico de una molécula de ADN expuesta a un rayo láser permanecía incluso después de que esa molécula fuese retirada. También tenemos el llamado enmarañamiento cuántico, la relación que se establece entre partículas que han ocupado alguna vez el mismo nivel cuántico, y que están ya siempre relacionadas, aunque se encuentren separadas por grandes distancias. La biofísica también apunta numerosos indicios de la existencia de este campo de información. Las relaciones de los genes, de las células y de organismos y especies con su entorno parecen asimismo estar influidas por un campo de información.

Hace décadas que los físicos se esfuerzan por desarrollar lo que denominan teorías de gran unificación y de súper-gran unificación, capaces de relacionar las fuerzas fundamentales de la Naturaleza en un esquema lógico y coherente. Einstein trabajó sin éxito en desarrollar una teoría del campo unificado que uniese las fuerzas electromagnéticas y la gravitatoria. El desarrollo de la física cuántica ha provocado el intento de crear una Teoría del Todo, que pretende unir todas las fuerzas del Universo en una gran ecuación matemática, utilizando el concepto de cuerdas y supercuerdas. Desde este punto de vista sería realmente una Teoría del Todo, pero limitada a las cosas físicas. Para que fuese genuina debería abarcar además la vida, la mente y la cultura, y creo que esto es posible si se tiene en cuenta que la información es una característica real del Universo y que es transmitida a través de un campo fundamental presente en toda la Naturaleza. El Universo es una unión de campos continuos y fuerzas que llevan información en lugar de energía. Estamos por lo tanto ante una visión de lo que se puede llamar el Universo Informado; no se trata de un Universo basado en la materia y la energía, sino en la información. Es un Universo que está lleno de significado y que se presenta fácilmente entendible incluso sin una formación científica.
En el nivel cuántico la realidad es extraña y no-local: el universo entero es una red de interconexión trascendente espacio-temporal.

- En su estado original los cuantos no están exactamente en un lugar en un instante dado. Cada cuanto está a la vez “aquí” y “allí”, y en cierto sentido está en todas partes en el espacio y el tiempo.

- Hasta que son observados o medidos los cuantos no tienen características definidas, pero existen simultáneamente en diversos estados al mismo tiempo. Estos estados no son “reales” sino “potenciales”. Son estados que los cuantos pueden adoptar cuando son observados o medidos.

- Incluso cuando el cuanto es un conjunto de estados reales no nos permite medirlos u observarlos al mismo tiempo. Cuando medimos uno de sus estados (posición o energía), otro se hace borroso (como su velocidad de movimiento o el tiempo de su observación.)

- Los cuantos son muy sociables cuando alcanzan el mismo estado se mantienen unidos no importa lo lejos que tengan que viajar unos de los otros. Si uno de los cuantos anteriormente conectado está sujeto a una interacción (es decir cuando son observados o medidos), elige su propio estado y su gemelo lo hace también, pero no libremente sino de acuerdo con la elección del primer gemelo. Siempre elige un estado complementario y nunca el mismo.

Es la piedra angular de una teoría científica que acabará por convertirse en una auténtica “Teoría del Todo”. Emerge de la física cuántica, de la cosmología, de las ciencias biológicas y del nuevo campo de investigación de la consciencia. Su descubrimiento revolucionario es que en todas las raíces de la realidad aparece un campo cósmico de interconexión que conserva y que transmite la información.
Durante miles de años, los místicos y los videntes, los sabios y los filósofos han mantenido la existencia de este campo. En oriente lo denominaban el Campo Akásico. Pero la mayoría de los científicos occidentales lo consideraban un mito. Hoy en día, con los nuevos horizontes abiertos por los últimos descubrimientos científicos, este campo se ha vuelto a descubrir. Los efectos de este campo Akásico no se limitan al campo físico sino que informa a todas las cosas vivas, a todo el tejido de la vida. Y también informa nuestra consciencia.

En efecto, el universo como un todo manifiesta correlaciones bien afinadas que desafían cualquier explicación de sentido común. Existen correlaciones directas asombrosas, al nivel de la cuántica: cada partícula que haya ocupado alguna vez el mismo nivel cuántico de otra partícula permanece relacionada con ella de una misteriosa manera no energética (el enmaramiento cuántico). La teoría de la evolución post-darwiniana y la biología cuántica descubren enigmáticas correlaciones similares en el organismo y entre el organismo y su entorno. Todas las correlaciones que salen a la luz en las más avanzadas investigaciones sobre la consciencia son igual de extrañas: tienen la forma de conexiones transpersonales entre la consciencia de una persona y el cuerpo de otra.

Si pudieran ver el cuerpo físico, desde el punto de vista de un investigador de la física cuántica, se darían cuenta que está compuesto por átomos y que los átomos están dispuestos a través de espacios vacíos, apareciendo, desintegrándose, desapareciendo constantemente. Estas partículas no son objetos materiales, aunque parezcan serlo; en realidad, son fluctuaciones de energía en el campo energético.

La visión de Deepak Chopra – Principio de Vibración – Naturaleza del Universo – Campo unificado - El alma

Si pudiéramos ver el cuerpo tal cual es, lo veríamos, proporcionalmente, tan vacío como el espacio intergaláctico. Cada átomo del cuerpo es, en sí, un sistema solar completo. Repito, si pudiéramos verlo tal cual es, sin el artificio de la experiencia sensorial, sólo veríamos un gran vacío con algunos puntos aislados y descargas eléctricas aisladas.

El Ayurveda tiene mucho que decir sobre el vacío. El vacío es el terreno esencial de nuestro ser. Y este vacío no es una porción vacía de nada, es una plenitud de inteligencia no material. Eso es lo que somos: inteligencia no material que se expresa como cuerpo material. El cuerpo material viene y se va, pero la inteligencia no-material, la plenitud de inteligencia no-material permanece por siempre. Está más allá del tiempo y del espacio. Estructura la experiencia del cuerpo físico.

En función de cómo vibra la energía está codificada para transmitir información diferente. Es como escuchar la radio si sintonizamos el 101.5 de la FM por ejemplo escucharemos sólo música clásica. Si cambiamos a una frecuencia de ondas de radio ligeramente distinta por ejemplo al 101.9 de la FM quizás escuchemos rock and roll. De esta manera, el mundo físico, el mundo de los objetos y la materia esta hecho de información contenida en una energía que vibra a distintas frecuencias.

La razón por la que no vemos el mundo como una enorme red de energía es porque vibra demasiado rápido. Nuestros sentidos que funcionan lentamente sólo pueden registrar trozos de esta energía y actividad y estos conglomerados de información se convierten en una silla, en mi cuerpo, en el agua, en todos los objetos físicos del universo visible.

Esto es similar a lo que ocurre cuando vemos una película. Como sabemos, la película está compuesta por fotogramas individuales separados por franjas. Sin embargo cuando vemos la película, pasa tan rápido que nuestros sentidos no perciben la discontinuidad. Los percibimos como un flujo constante de información.

En el ámbito cuántico, los trozos de campos de energía que vibran a diferentes frecuencias, y que percibimos como objetos sólidos, forman parte de un campo de energía colectivo. Si pudiéramos percibir todo lo que ocurre en el ámbito cuántico, veríamos que formamos parte de un gran caldo de energía y que todas las cosas, cada uno de nosotros y todos los objetos del ámbito físico, son sólo un conglomerado de energía que flota en este caldo de energía. En todo momento, nuestro campo de energía está en contacto con el de todos los demás e influye en él; todos respondemos a esa experiencia.

En un nivel más profundo, en realidad no hay límites entre nuestro ser y el Universo. Cuando tocamos un objeto, lo sentimos sólido, como si hubiera un límite definido entre éste y nosotros. Los físicos dirían que percibimos la solidez de ese límite porque todo está hecho de átomos, que la solidez es la sensación que obtenemos cuando los átomos chocan contra otros átomos. Pero piensa qué es un átomo. Los átomos constan de un pequeño núcleo y una gran nube de electrones que lo rodean. No hay un caparazón rígido en su exterior, sólo una nube de electrones. Para visualizarlo, imagina un cacahuete en medio de un estadio de fútbol. El cacahuete representa el núcleo, y el estadio, el tamaño de la nube de electrones que lo rodea. Cuando tocamos un objeto, percibimos solidez al contacto de las nubes de electrones. Ésa es nuestra interpretación de la solidez, dada la sensibilidad (o relativa insensibilidad) de nuestros sentidos. Los ojos están programados para ver los objetos como tridimensionales y sólidos. Las terminales nerviosas están programadas para sentir los objetos como tridimensionales y sólidos. Sin embargo, en la realidad del ámbito cuántico, la solidez no existe. ¿Hay solidez cuando chocan dos nubes? No. Se funden y se separan. Algo similar ocurre cuando tocamos un objeto. Nuestros campos de energía (y nubes de electrones) chocan, algunas porciones pequeñas se funden y luego te separas. Aunque nos percibamos como un todo, hemos cedido un poco de nuestro campo de energía al objeto y a cambio obtenemos un poco de la suya. Con cada encuentro intercambiamos información y energía, y cuando nos separamos nos transformamos un poco. Aquí podemos comprobar también cuan conectados estamos con el mundo físico. Constantemente compartimos porciones de nuestros campos de energía, por lo que todos, en este nivel cuántico, en el nivel de nuestras mentes y seres, estamos conectados. Todos estamos correlacionados con los demás.”
Masaru Emoto, licenciado en Relaciones Internacionales y más tarde en Medicina Alternativa, empezó a interesarse por las propiedades sanadoras del agua unos 15 años antes de la edición de su libro, Los Mensajes del Agua; tras 5 años entabló contacto con un investigador californiano que estudiaba las vibraciones más sutiles de las moléculas de agua utilizando las técnicas de la resonancia magnética... Trabajando con este científico el profesor Emoto se formuló la siguiente pregunta: ¿sería posible reflejar las cualidades sanadoras de diferentes tipos de agua de una manera visible y palpable? La 'idea feliz' para llevar a cabo este estudio le llegó al probar de fotografiar los cristales hexagonales que formaban distintas muestras de agua al helarse. Y de las imágenes que obtuvo llegó la confirmación a su sorprendente hipótesis: Ciertas muestras de agua corriente de grandes urbes presentaban una estructura de cristalización muy tosca, mientras que muestras de agua de manantiales ofrecían cristales de una gran belleza. Extendió así su área de estudio al fotografiar cristalizaciones de agua de diversos lugares del mundo (glaciares, lagos, agua de lluvia, fuentes), obteniendo cristales de formas más bellas y sorprendentes cuanto más alejados se hallaban del quehacer humano.

La visión de Masaru Emoto – Vibración

La sorpresa mayor llegó al conseguir transformar irregulares patrones de agua contaminada en bellos cristales hexagonales al someter las muestras a la audición de canciones tradicionales, oraciones religiosas o bien música clásica.
O bien al transformar 'indiferentes' cristales de agua destilada en bellos patrones geométricos al susurrarles palabras de agradecimiento, o bien al contrario, obtener horrorosas estructuras al someterlas a frases desagradables.
El tercer Gran Principio Hermético de la Vibración encierra la verdad de que el movimiento se manifiesta en todo el Universo. Nada está en reposo, todo se mueve vibra y circula. Este principio hermético, reconocido en su tiempo por alguno de los más eminentes sabios de la antigüedad, pasó al olvido cuando la historia entro en una fase de materialismo tecnológico, hasta finales de siglo XIX, momento en que la misma ciencia física reconoció esos mismos axiomas mediante complicadas formulaciones. Finalmente Filosofía hermética y científica resultaron unidos por un único objetivo: la búsqueda de la Verdad total.

Una explicación moderna del principio hermético de la vibración

Con la terminología de la nueva era, nos ha dado por hablar de vibras y de ondas, para demostrar percepciones buenas o malas, es decir, afinidades de sincronización, como algo simbólico, intangible y psíquico. Pero la vibración es real, es un acto científico, matemático, metafísico, y anímico; es la cualidad de todos los cuerpos. No es una palabra, ni una idea, es un hecho concreto. Sin vibración, no habría existencia

Esta ley hermética, no sólo acoge en sí misma el principio de vibración universal, sino que además relaciona las diversas manifestaciones de la materia, de la mente e incluso del espíritu, como resultado de los diferentes estados de la vibración. Es decir, desde el Todo como principio creador, hasta la burda materia, todo es vibración.

El cuerpo humano es un gran ejemplo de este principio. En su composición diferenciamos el cuerpo denso o material y el cuerpo sutil que contiene el aliento que lo anima, el espíritu, y entre ambos extremos hay vibraciones de miles de millones de intensidades y modos diferentes.

Por su parte, las moléculas están compuestas por átomos, estos por corpúsculos, que también se mantiene en constante vibración. Los átomos a su vez están formados por “electrones”, “iones”, etc., cuyo movimiento circular alrededor de otros cuerpos en diversos sistemas vibratorios, y asimismo las temperaturas de los cuerpos forman parte de grados de vibración.

No importa la clase de materia de la que la energía está compuesta; sea cual sea su vibración siempre girará en torno a otra o incluso a veces contra otra, y esto es aplicable a la luz, al calor, y a otras diversas formas de energía que la ciencia relaciona de alguna manera con el éter, definido por alquimistas, como una energía de grado superior, al no ser visible por el ojo humano, y por tanto de mayor nivel vibratorio, y que de hecho, es el eslabón que une a la materia y su poder de atracción o campo de gravitación.

También en el Universo, los planetas giran alrededor de un sol, y muchos de ellos lo hacen también sobre sus propios ejes. Los soles, a su vez, giran en torno de puntos centrales mayores, y se cree que éstos circulan también alrededor de otros todavía más grandes, y así sucesivamente, en una infinidad de formas y ritmos, formando en una cadena vibratoria, que mantiene el cosmos vinculado mediante este principio hermético. Así pues, todo es un movimiento permanente, y como dice el axioma del Kibalyon: “Aquel que ha logrado comprender el principio de vibración ha alcanzado el cetro del poder.

Es muy clásico el ejemplo ilustrativo de la rueda girando para demostrar el funcionamiento de la vibración en los cuerpos, y a él recurriremos para adentrarnos en la comprensión del efecto que provoca el continuo

Cuando el dispositivo se activa, la rueda comienza su giro con lentitud hasta tomar una cierta velocidad; nuestro ojo percibe perfectamente el movimiento producido por la rueda que a partir de ahora la definiremos como Objeto; en este punto el movimiento no emite sonido alguno. Conforme aumenta la velocidad, aparece un ligero zumbido, de tono grave, que incrementa progresivamente su vibración, elevándose en la escala sonora, mientras van apareciendo nuevas notas al ritmo de la velocidad del objeto, para finalmente, llegado a un punto máximo acústico, desaparece el sonido, no porque deje de existir, sino porque es imperceptible a nuestra capacidad auditiva, la cual penetra en zona de silencio. Ahí da comienzo la vibración ultrasónica. aumento de la intensidad vibratoria, y que es esencial para comprender la mecánica de la medicina vibracional, en todas sus formas.

Sigamos subiendo de escala vibratoria; en el silencio, empieza a percibirse poco a poco sucesivos grados de color, comenzado por el estado de rojo oscuro, que es el color más denso de la escala cromática, y que va aclarándose en luz y brillo conforme aumente la velocidad, hacia el anaranjado, amarillo, la gama de verdes, y azules para llegar finalmente al añil.
Llegado a este punto, si la velocidad se acrecentara, entraríamos en la vibración del color blanco, que en realidad no existe, pero el ojo, al igual que antes el oído, no puede registrar la gama cromática superior. Por eso se dice que el blanco es la suma de todos los colores, ya que en realidad si pudiéramos ver, sería el arco iris lo que sustituiría al blanco.

Cuando el objeto ha alcanzado cierto grado de vibración, inexorablemente comienza el ciclo de destrucción, y de la misma forma que se originó, ahora sus moléculas se desintegran, resolviéndose en sus elementos originales o átomos. Después de los átomos, según el principio de vibración, se separarían en innumerables corpúsculos o electrones, de los que están compuestos. Y, finalmente, hasta los corpúsculos desaparecerían y podría decirse que el objeto estaría compuesto por sustancia etérea.

La ciencia no se atreve a llevar la ilustración más allá, pero los herméticos dicen que si las vibraciones continuaran aumentando el objeto pasaría sucesivamente por estados de manifestación superiores, llegando al plano mental y después al espiritual, hasta ser por último absorbido en el Todo que es El Espíritu Absoluto.

Esta es la trayectoria vital que sufren todos los cuerpos y en realidad se puede aplicar perfectamente al proceso de generación y destrucción, de vida y muerte del ser humano. El antiguo símbolo oriental del Ying y Yan Chino, es la manifestación gráfica de este recorrido, y es el mismo libro de las mutaciones (ICHING) que en su oráculo nos da la explicación más clara cuando habla de aumento y la merma como ciclos naturales de la vida, en la que lo vacío se llena y lo lleno debe vaciarse para comenzar el nuevo ciclo.

Todas estas energías, si bien son muy superiores a la materia, en la escala vibracional, están sometidas y confinadas en cuerpos materiales, según la fuerza que se manifiesta a través de ellas, incorporándose así, a su propia creación. Aquí volvemos de nuevo al axioma hermético de la ley de Correspondencia: lo que es adentro como lo que es afuera, lo que es Arriba como abajo. Es decir, la fuerza creadora y sus obras unidas en un todo indivisible, y ese sería nuestro origen divino.

Pero ahí no termina la cosa, sino que los estados mentales también emiten vibraciones. Cada pensamiento, voluntad, deseo e intención, al igual que decíamos de las células provoca estado de atracción o repulsión con respecto a otro campo energético, de manera que este segundo se ve afectado por el nivel de vibración del primero. Este es el poder de la mente.

Cada estado mental vibra a una densidad y modalidad diferente, que dependiendo del nivel del pensamiento y de la intensidad de emisión, afectará sobre el objeto proyectado, y se reproducirá cuantas veces se haga uso de ese estado mental, de la misma forma que las notas musicales se reproducen en una guitarra cada vez que se utilice una determinada cuerda en combinación con otra.
EL PODER CURATIVO DE LOS PRINCIPIOS UNIVERSALES

«Para cambiar vuestro humor o estado mental, cambiad vuestra vibración.» - El Kybalion.
Axiomas Herméticos:

Uno puede cambiar sus vibraciones mentales por un esfuerzo de la voluntad, en la dirección de fijar deliberadamente la atención sobre un estado más deseable. La voluntad dirige la atención, y la atención cambia la vibración. Cultivad el arte de la atención, por medio de la voluntad, y habréis solucionado el secreto de la maestría de los humores y los estados mentales.

«Para destruir una frecuencia indeseable de vibración mental, poned en operación el principio de polaridad y concentraos sobre el polo opuesto a aquel que deseáis suprimir. Matad lo indeseable cambiando su polaridad.» El Kybalion.

Ésta es una de las fórmulas herméticas más importantes. Está basada sobre verdaderos principios científicos. Se ha mostrado que un estado mental y su opuesto eran meramente los dos polos de una cosa, y que por la transmutación mental la polaridad podía ser invertida. Este principio es conocido por los modernos psicólogos, que lo aplican a la ruptura de hábitos indeseables ordenando a sus estudiantes concentrarse sobre la cualidad opuesta. Si estás poseído del temor, no pierdas el tiempo tratando de «matar» el temor, sino que cultiva en cambio la cualidad del coraje, y el temor desaparecerá.

Algunos escritores han expresado esta idea muy fuertemente usando la ilustración de la habitación oscura. No tenéis que traspasar o barrer la oscuridad, sino que meramente abriendo los postigos y dejando entrar la luz, la oscuridad ha desaparecido. Para matar una cualidad negativa, concentraos sobre el polo positivo de esa misma cualidad, y las vibraciones cambiarán gradualmente del negativo al positivo, hasta que finalmente os volveréis polarizados en el polo positivo en vez de en el negativo.
Tu cuerpo físico nació con unos intérpretes vibratorios tan sofisticados y exactos que a menudo no eres consciente de que los tienes o de que los utilizas para definir tu realidad física, pero estamos en un mundo vibratorio, y todo lo que percibes se debe a tu habilidad para interpretar la vibración:

La teoría de Esther y Jerry Hicks: Nuestras emociones como guías

Tus ojos interpretan la vibración, y por consiguiente tienes el sentido de la vista.
Tus orejas interpretan la vibración, y por consiguiente tienes el sentido del oído.
Tu nariz interpreta la vibración, y por consiguiente tienes el sentido del olfato.
Tu piel interpreta la vibración, y por consiguiente tienes el sentido del tacto.
Tu lengua interpreta la vibración, y por consiguiente tienes el sentido del gusto.


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