miércoles, 1 de junio de 2016

LA TELEVISIÓN SE QUEJA


Hacía tiempo que venía yo dándoles vueltas a la cabeza a propósito de la basura televisiva que nos meten en nuestras casas. Pura bazofía. Estoy del Ranger Walker hasta las narices, con su moralina y su empeño en demostrar que el mal es cosa de unos pocos a los que se puede ganar con una buena patada estilo kunfú y ya está, porque todo el mundo es bueno. La voz en off que nos invita a verla dice una serie de frases que constituirían por sí mismas tema para varias tesis doctorales. "El inventor de las barbas y las patadas voladoras" y hasta he oído: "el inventor de Dios", "ha llegado a la única cadena a la que podía llegar", o sea, podría añadir la voz, sin faltar a la verdad, al vertedero. No hay un sólo capítulo que no hayamos visto doscientas veces.

La que se avecina, con ese pescadero gritón y totalmente amoral, al que vemos siempre en los mismos capítulos, sobreactuando y metido en una comunidad totalmente inverosímil, en una sociedad en la que un vecino a veces no sabe quién vive en la puerta de al lado, con unas viejas imposibles. Ignoro los criterios que se siguen en la programación, y que no me digan que el público lo demanda. Es imposible que los espectadores quieran ver un mismo capítulo de C.S.I., sea en las Vegas, N.Y o dónde quieran, a lo largo de toda la semana, repetido en cada uno de los canales que pertenecen a un bloque. Porque, así como los políticos se mueren por el bipartidismo para poderse turnar dando impresión de variar, cuando nada cambia, nuestra televisión está dividida en dos bloques, que no se diferencian en la porquería de los contenidos, sino en el hecho de que tienen distintos Consejos de Administración (siempre que alguien no esté en ambos, que todo es posible).

Su paralela, Aquí no hay quién vida, la van a estar poniendo hasta el día del juicio. Ya la podían quitar, que todos hemos aprendido el "un poquito de por favor. Ojalá se estropeen los discos de puro viejos. Hizo bien Loles León en dejar la serie.

Sobrenatural, ese bodrio dónde se juntan churras con merinas y dos hermanos que andan a la casa de cualquier espíritu maligno, sea demonio, vampiro u otras hierbas de la especie. Llena actualmente de "zombis", esos seres mugrientos, con andares erráticos que sólo se mantienen comiendo a los humanos normales que, rápidamente, pasan a engrasar las filas de los hambrientos y comerse al que tiene al lado. Una figura indeterminada que puede ser Dios, pero que a veces no quiere y un diablo que le toma el pelo. Esta serie, que tiene buena factura, es verdaderamente repelente y dañina para las mentes de los televidentes que acabarán pensando que todo lo malo que pasa en el mundo se debe a seres que actúan en diferentes tiempos, en otras dimensiones y que emplean toda clase de hechizos para llevar a cabo sus malévolos fines. ¿por qué el cine americano se recrea tanto en presentar a esos "zombis harapientos", sonámbulos y desagradables que producen no sólo miedo, sino también asco? ¿Formará parte de la "política del miedo" que llevan desde hace tiempo sus poderes fácticos para que nos pleguemos a sus consignas?

El problema de una serie televisiva española es que en cuanto los directivos ven que engancha, la alargan, meten nuevos personajes cada vez más tontos, unas tramas idiotas y ellos mismos se cargan la audiencia. Es lo que está pasando, desde mi punto de vista, con la serie "Gim Toni". Es mejor poner punto final a una serie, cuando los guionistas no tienen más ideas, que alargarla hasta el infinito y acabar con los actores tirándose de los pelos por tenerse que ver todos los días haciendo el canelo, que es lo que debe de pasar.

Los inicios de "cuéntame lo que pasó" eran buenos y seguro que el índice de audiencia era muy aceptable. Se empeñaron en alargar sus historias en el tiempo, de manera que, un poco más, y se meten en el futuro. La audiencia cae, pero nadie realiza una mínima autocrítica.
En Anatomía de Grey, las actrices que han podido, se han ido esfumando de la serie excepto la protagonista que, tantos años lleva obligada a presentarse siempre joven y lozana que, como le hagan un retoque estético más, le van a poner el ombligo en la coronilla. Este mismo caso se repite en la rubia de C.S.I Miami, que no puede vocalizar porque se le cuartea el maquillaje. En C.S.I N. York no dejan que los americanos olviden, y de paso nosotros tampoco, el "autoatentado de las Torres Gemelas", al que aluden de forma realmente aburridora, máxime cuando todos sabemos que los EEUU son especialistas en buscar y encontrar un "casus belli", organizándolo ellos mismos.
¿Por qué la segunda cadena, que pagamos con nuestros impuestos, ha dejado de emitir aquellos reportajes que nos resultaban tan interesantes y nos arrullaban durante la siesta?  ¿es que entre tanta porquería no interesa que el espectador descubra algo que no sabía?
No me interesan los estudios que las cadenas hacen de su propia audiencia, no me creo ninguna. No es ningún mérito que una cadena bata el nivel de audiencia televisando un partido entre el Real Madrid y el Atleti, eso no es mérito suyo, sino que es la única cadena por la que, por ejemplo, se podía ver.

De la Primera, cuyo presupuestos también salen de nuestros bolsillos, ni hablamos.

Bueno, pues después de toda esta hermosura de programación, LAS CADENAS DE TV. SE SIENTEN PERJUDICADAS POR EL CINE ON LINE. ¿en qué? ¿en que ellas también acuden al on line para programar sus películas?. De todas formas, como los contenidos les salen gratis, porque los deben de comprar por lotes, no creo que estén perdiendo un dinero que no invierten. Como la publicidad nos hace desgastar el botón del cambio de programa, todo deben ser ganancias.

El encefalograma de nuestra televisión no es plano, es claramente cóncavo. No irán a pedir dinero también.

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