jueves, 17 de octubre de 2019

EL COLAPSO DE LA CIVILIZACIÓN EGIPCIA. BUSCANDO RESPUESTAS.


Hace unos meses, me preguntaba yo la razón por la que Jahvé odiaba tanto a las mujeres. Todavía no sé las causa, pero, como a muchos buscadores, una pregunta te puede plantear mil. Llegué a Egipto buscando sus misterios y repasando su historia. Y me acordé de los hicsos, un pueblo que había gobernado la zona pero sobre los que nuestros antiguos libros de historia no daban más noticias. Y, una segunda pregunta me surgió: ¿serían los hicsos judíos? Pues no lo eran, pero sí hebreos. Y no lo eran porque en el tiempo en que ellos ocuparon Egipto, procedentes de Siria y Palestina, el judaísmo no se había inventado. Sobre esto nos instruye la parte que he seleccionado para hoy del libro que nos ocupa: LA CLAVE SECRETA DE HIRAM". Que lo disfrutéis y os ayude a ordenar vuestras ideas, como a mí me está ayudando.


El colapso de la civilización egipcia
Al estudiar el desarrollo de Egipto llegamos al punto más bajo en la historia de esa nación, a mediados de la Era de Bronce, alrededor del final del tercer milenio a.C. Egipto entró en un periodo de decadencia continua, con un gobierno débil y una ruptura social; muchos extranjeros provenientes del desierto se asentaron en el territorio, el robo se convirtió en un hecho cotidiano y el estilo de vida desenfadado de la población dio paso a la desconfianza y a la tendencia a valerse por sí mismos más que confiarle al Estado las tareas de seguridad. Poco a poco el vigor y espíritu que forjó a Egipto se desvaneció, dejando al país expuesto a merced de los extranjeros. La invasión fue una consecuencia inevitable y los egipcios fueron dominados por los hicsos. Estos invasores no desembarcaron en forma repentina del Nilo ni exigieron una rendición inmediata; el proceso fue mucho más lento. Se infiltraron en la sociedad egipcia de manera sutil y por un largo periodo hasta encontrarse en una posición ventajosa para forzar su dominio sobre los Dos Territorios.

La historia nos proporciona algunas fechas específicas sobre la pérdida del vigor nacional, llamadas hoy el Segundo Periodo Intermedio, entre los años 1780 y 1560 d.C, al final de una etapa más amplia de la historia egipcia conocida como el Reino Medio.

Descubrimos que el término hicsos no significaba Reyes Pastores; de hecho, se deriva del término egipcio hikau-khoswet, que quiere decir príncipes del desierto. Se cree que éstos eran una mezcla de pobladores provenientes de Asia, sobre todo semitas, que procedían de Siria y Palestina. La toma final del poder tuvo una débil resistencia que provocó la quema de poblados rebeldes y la destrucción de los templos, culminando con el saqueo total de Menfis, la capital egipcia de alrededor del año 1720 a.C. Los hicsos no eran creyentes de Ma'at y al principio, en su búsqueda de poder, reprimieron con crueldad a cualquiera que representara un obstáculo para sus objetivos; pero una vez que se establecieron, no fueron tiranos opresores y las autoridades egipcias accedieron a colaborar con ellos. Ya en el siglo XVIII a.C. habían extendido su dominio hasta el Alto Egipto.

Provenientes en su mayoría de los países que en la actualidad forman Israel y Siria, los hicsos hablaban el mismo lenguaje semita occidental, al igual que el pueblo que más tarde llegó a ser conocido como los israelitas. La pregunta que nos vino a la mente fue: ¿eran los hicsos de hecho judíos? La respuesta es negativa, pero no en todo el sentido de la palabra, ya que el concepto del judaismo no existía en aquellos tiempos. Las tribus nómadas dispersas que los egipcios denominaban los habiru (hebreos) representaban una gama de rasgos asiáticos semitas que de ninguna manera conformaban una raza definida. Sin embargo, es muy probable que los pueblos hicsos/habiru, en fechas posteriores, formaran parte de una cooperativa tribal que con el tiempo se convirtió en las tribus de Israel y después el pueblo judío. Existen diversas razones para creer que hay una conexión directa entre los hicsos y los judíos, sin menospreciar el hecho de que la primera mención en la Biblia del pueblo judío coincide de forma muy precisa con el periodo en que los egipcios echaron a los hicsos fuera de sus tierras hacia Jerusalén. Las evidencias geológicas actuales comienzan a demostrar que la composición desértica del Medio Oriente es un fenómeno reciente, y que hace apenas cinco o seis mil años el terreno que rodeaba a Egipto era un área verde y fértil. Los registros muestran que hubo periodos de cambios dramáticos y repentinos en el clima durante el segundo milenio a.C, los cuales provocaron sequías que representaron grandes problemas climáticos en todo el medio Oriente. Como creyentes del principio de Ma'at, los egipcios fueron generosos y abastecieron a los nómadas habiru con agua y tierras, para que sus rebaños pastaran cuando las condiciones más allá del Delta del Nilo se tornaban insoportables.

Se da un claro ejemplo en el pasaje 12:10 del Génesis:
Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abraham a Egipto, para morar allá, porque era grande el hambre en la tierra

Durante el periodo de decadencia de la sociedad egipcia, el control sobre el número de asiáticos que solicitaban agua era deficiente y se les permitió la entrada en grandes cantidades pero no se les exigía abandonar esas tierras una vez satisfechas sus necesidades. A falta de una política de inmigración el país fue invadido por el pueblo nómada; además, a ellos les precedieron pobladores más ambiciosos, que veían la oportunidad de obtener grandes ganancias aprovechando la confusión generalizada. Estos habitantes semitas de la ciudad, los hicsos, eran mejores combatientes que los egipcios y poseían un armamento más avanzado, como los carruajes tirados por caballos que les permitían obtener todo lo buscaban, sin enfrentar ningún tipo de resistencia por parte de la pacífica población local.

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