El libro cuenta la búsqueda de dos recién investidos en la masonería, del significado y doctrina oculta en los ritos y comportamientos masónicos. Como toda búsqueda, ésta les lleva a estudiar e investigar pueblos y culturas cada vez más primitivas en el tiempo. Me ha parecido interesante este estudio sobre el dios de Abraham y la apropiación por parte de los judíos de doctrinas, leyendas e historias que no les pertenecían y que, a lo largo de 1700 años se habían ido transmitiendo de forma oral.
DEL LIBRO "LA CLAVE SECRETA DE HIRAM"
La
figura de Abraham, el primer judío
Una
vez que Abraham decidió abandonar Ur, era natural que se dirigiera
hacia el norte siguiendo la ruta de los dos ríos, en busca de un
nuevo hogar en el cual pudiera estar en paz con su Dios. El Antiguo
Testamento señala que hasta que Abraham apareció en escena, los
ancestros de Israel servían a otros dioses Josué 24:2), lo que
apenas sorprende pues Yahvé (Jehová), el dios de los judíos (y con
el tiempo de los cristianos), estaba en un futuro tan lejano para
ellos como las computadoras personales para William Caxton. Incluso
después de que Jehová dio a conocer a Su pueblo elegido, la lealtad
hacia Él fue, en el mejor de los casos, un poco forzada por lo menos
mil años, ya que otros dioses eran igual de populares. Cuando a los
israelitas les llegó el momento de escribir la historia y la
herencia de su pueblo, reexaminaron inmensos periodos de tiempo y
confirmaron antiguas tradiciones orales ajustando los detalles que
deberían incluirse.
Es
probable que Abraham fuese incitado a dejar su ciudad natal, Ur,
debido a que los nómadas del norte sin dios que se responsabilizaban
de la vida cotidiana ya no le resultaban aceptables; en aquel
entonces, el descontento político se expresaba siempre como disgusto
teológico. Según la Biblia, Abraham abandonó el orden creado por
el hombre, en donde la ley de Dios había sido rechazada. Esto se
refiere a la destitución de los representantes de Dios en la Tierra,
el rey de Ur y sus sacerdotes.
Por
lo general, Abraham es considerado como la primera figura histórica
en la Biblia; en contraste, Adán, Eva, Caín, Abel y Noé
representan a pueblos y épocas que encarnan ideas y tradiciones
hebreas anteriores y referidas a los inicios de la vida en la Tierra.
Es probable que su viaje a la tierra de Canaán, haciéndose pasar
por un viajero errante, sea cierto y que en el camino sostuviera
graves discusiones con su dios personal, quien, como es natural,
viajó con él desde Sumeria.
La
descripción de Abraham como un nómada semejante a ellos tiene mucho
sentido ya que él y la gente con la que viajaba no tenían tierra
propia. El nombre hebreo se deriva, según nuestros descubrimientos,
del término habiru (a veces aparece también como apirü)
que al parecer era una palabra derogatoria usada por los egipcios
para describir a las tribus semitas que vagaban errantes como los
beduinos.
Como
vimos, la historia de los judíos reclama su descendencia de Sem, el
hijo de Noé, quien a su vez, era un personaje de la leyenda sumeria,
y finalmente de Abraham, quien dejó Sumeria para encontrar la tierra
prometida. Dado que no hay rastros de los habitantes de Sumeria,
creemos que muchos de ellos emigraron al norte y al oeste para
integrarse como parte importante a los pueblos errantes que se
convirtieron en la nación judía Sin embargo, las evidencias
muestran que los judíos no son una raza, ni siquiera una nación
histórica, como llegaron a pensar; son una amalgama de grupos
semitas que encontraron similitudes en la falta de un estado propio y
adoptaron una historia teológica basada en un subgrupo sumerio. Tal
vez uno de cada diez israelitas en los tiempos de David y Salomón
era de origen sumerio y una parte muy pequeña de ellos descendía de
Abraham, quien lógicamente no fue el único sumerio que viajó a
Canaán y Egipto durante la segunda mitad del segundo milenio a.C.
Los habiru se distinguían de los nómadas de Egipto porque eran
asiáticos y vestían extrañas ropas, usaban barba y hablaban una
lengua extranjera
Abraham
es considerado la clave de la fundación de Israel ya que su dios le
prometió un nuevo hogar para su pueblo en la tierra identificada
después como la parte norte del Fértil Creciente llamada Canaán.
Dada la naturaleza antes descrita de las deidades sumerias, es
probable que Abraham fuera un sacerdote con un dios particular que
era su compañero y guardián.
Al
lector medio del Antiguo Testamento, judío o cristiano, se le puede
perdonar la idea de que la tierra de Canaán era un merecido regalo
de Dios a Su pueblo elegido, pero la toma eventual de la tierra
prometida fue en realidad un robo. Si las palabras del Antiguo
Testamento se toman al pie de la letra, entonces los judíos y su
dios eran unos malvados. Ninguna justificación sobrenatural puede
excusar la matanza de tantos habitantes nativos de esas tierras, como
el Antiguo Testamento afirma que sucedió.
La
mayoría de los cristianos tienen una vaga y confusa impresión de la
historia de su Dios, quien fue con anterioridad Dios de los hebreos.
Imaginan a su todopoderoso y amoroso Dios prometiéndole a Su pueblo
elegido una hermosa tierra, llena de leche y miel (una especie de
Sumeria o de Jardín del Edén redescubiertos), llamada Canaán. Pero
Canaán no era un desierto deshabitado en donde nobles nómadas
pudieran forjar su nueva patria, y Jehová no era un dulce
benefactor: era un dios de las tormentas, un dios de la guerra.
Estudios arqueológicos recientes revelaron que los habitantes de
Canaán, de cuyas tierras se apoderaron los israelitas, tenían una
civilización avanzada, con ciudades amuralladas e incontables
pueblos y villas menores, y sofisticados sistemas de producción
alimenticia, de manufacturas y comercio mundial. Si se aceptan las
historias de la Biblia, el Dios original de los hebreos era en
realidad sólo una cabeza visible que justificaba la invasión, el
robo y la matanza y que, además, tenía mucho en común con Genghis
Khan.
Nos
asombra que muchos cristianos crean que el Antiguo Testamento es un
registro de acontecimientos históricos verídicos, a pesar de que
retrata a Dios como un maníaco vano y vengativo sin gota de
compasión quien, además de ordenar la matanza de cientos de miles
de hombres, mujeres y niños en las ciudades donde decretó arrasar a
sus pobladores nativos, también era conocido por atacar a sus amigos
sin razón aparente. En el Éxodo 4:24-25 leemos que Jehová decidió
matar a Moisés poco después de ordenarle que partiera a Egipto para
rescatar a los israelitas esclavizados. Esta muestra particular de su
mal comportamiento, la relató una mujer que alegaba ser la prometida
de Moisés. Este pasaje se reescribió después en el texto apócrifo
Jubileos para excusar la culpa de Jehová y trasladarla a un espíritu
llamado Mastema,una palabra que significa el lado hostil de la
naturaleza de Jehová. No obstante, está claro en el libro del Éxodo
que Dios asesinó al hijo de Moisés cuando el mal humor se apoderó
de él.
Si
bien hasta ahora nadie ha podido precisar con certeza la fecha de los
viajes de Abraham, se acepta que existió entre el año 1900 a.C. y
1600 a.C. Si hubiera vivido durante el final de este periodo se
habría encontrado en medio de la ocupación de Egipto por los
llamados hicsos o Reyes Pastores, quienes invadieron y oprimieron a
los egipcios durante más de doscientos años, alrededor de 1786 a
1567 a.C. Llegamos entonces a la conclusión de que, si existía una
conexión entre Abraham y los semitas que ocuparon Egipto desde el
área de Jerusalén, la historia empezaría a tener mucho sentido.
Abraham partió con sus seguidores hacia Harán, una importante
ciudad de la Siria actual ubicada en las riberas del río Balikh, en
la ruta comercial de Sumeria al Eufrates. Desde ahí llevó a su
grupo hacia la tierra de Canaán, la cual, por supuesto, es Israel.
En alguna parte del camino a Abraham le inquietó haber hecho algo
malo porque sintió que su dios personal estaba disgustado con él.
Es probable que de esta manera intuyera que a su grupo le
sobrevendría algún problema o incidente, y tradujo la calamidad
como el resultado de la retirada de la protección de su dios debido
a que estaba molesto. De hecho, el dios de Abraham estaba tan
enfadado (lo que equivalía al tamaño del problema que enfrentaban)
que sintió que la única salida era ofrecerle a su hijo Isaac en
sacrificio Un pasaje en Miqueas 6:7 nos muestra la gravedad de la
situación.
“¿Daré
a mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el
pecado de mi alma? En la historia de Abraham aparecen dos veces las
palabras "después de estas cosas"; desde hace mucho tiempo
se ha observado que ésos eran los momentos de mayor crisis, en los
que el dios de Abraham tenía que ser apaciguado. De hecho, éste era
uno de ellos. Por suerte para el joven Isaac, el problema se resolvió
y su supersticioso padre cambió de opinión sobre la necesidad de
matarlo. Sin embargo, hay un relato muy posterior que dice que Isaac
fue sacrificado por Abraham y que después resucitó, retratándolo
así como Jesucristo, un sufrido servidor que trae la salvación y
redención a los demás.
Tuvieron
que pasar entre mil y mil trescientos años para que la historia de
Abraham se escribiera por primera vez, manteniéndose durante ese
inmenso periodo como una leyenda tribal transmitida en forma oral.
Cuando se escribió parecía natural que el dios de Abraham fuera
Jehová, a pesar de que éste no fue introducido hasta los tiempos de
Moisés. La terminología utilizada por Moisés cuando condujo a los
israelitas fuera de Egipto, al decirles que su mensaje venía del
dios de sus padres, es una forma sumeria usada sólo para referirse a
un dios personal que pertenece a la casta de Abraham. Puesto que
sólo una pequeña fracción de estos asiáticos desplazados
(protojudíos) pudieron descender de Abraham, en ese momento todos
ellos se habían apropiado ya de la leyenda y la adoptaron como una
razón aceptable y noble para sus circunstancias.
Si
Moisés se hubiera presentado ante estos esclavos en Egipto y les
hubiera dicho que su mensaje provenía de Jehová o de un dios
mundial que suprimía a todos los demás, habrían pensado que estaba
loco. A diferencia de los personajes anteriores, Abraham no se
convirtió en el origen de toda una tribu que tomó su nombre, sino
que su dios personal, el dios de Abraham, se volvió la
característica que distinguiría a su gente en el futuro
Encontramos
en verdad sorprendente que la psique de un hombre sumerio creara las
bases de las tres religiones monoteístas más importantes del mundo
Para entonces, nuestra búsqueda nos había conducido al
entendimiento del concepto de un dios personal y de un pueblo que
tomó su herencia cultural de un hombre que dejó la ciudad sumeria
de Ur llevándose a su dios con él Aunque hemos encontrado algunos
comentarios sobre una posible ceremonia de resurrección relacionada
con Isaac, el hijo del padre de los judíos, esta historia parecía
ser bastante posterior
No
había vínculos con la francmasonería, por lo que creímos que,
antes de retomar el desarrollo del pueblo judío, teníamos que echar
un vistazo a la mayor civilización antigua, surgida alrededor del
Río Nilo. Abraham pasó tiempo en Egipto durante el periodo de
formación de la nación judía y sabíamos que los judíos que le
precedieron alcanzaron gran relevancia en la tierra de Egipto. Por lo
tanto, el Antiguo Egipto tenía que ser el siguiente objetivo de
nuestras pesquisas
CONCLUSIÓN
Fue
sólo hasta que revisamos el desarrollo inicial de Dios, cuando nos
dimos cuenta de lo poco que nos enseñaron de historia antigua. No
sabíamos nada de Sumeria, el lugar de nacimiento de la civilización
y donde surgieron por primera vez la escritura y la educación.
Descubrimos que los sumerios eran los inventores de la columna y la
pirámide, que se extendieron más allá de su propia tierra. La
historia del Génesis acerca del Diluvio resultó ser casi mil años
más antigua, de acuerdo con el relato sumerio de la creación
conocido como el Enuma Elish
Fue
de la ciudad sumeria de Ur de donde Abraham salió llevando consigo a
su dios personal, conocido como "el Dios de sus padres",en
algún momento entre los años 2000 y 1600 a C. Nos preguntamos si
Abraham pudo contactar o coincidir con los reyes hicsos de Egipto que
gobernaron desde 1786 hasta 1567 a C , pero no teníamos suficientes
conocimientos sobre los egipcios para responder a esa pregunta Y, a
pesar de algunas pistas sobre los personajes que figuran en la
francmasonería, no encontramos otros lazos con la Ciencia moderna Si
pretendíamos armar el rompecabezas, tendríamos que retroceder en el
tiempo y estudiar la civilización de Egipto
Notas
1
Peake's Commentary on the Bible.
2
Mircea Eliade, Shamanism, Archaic Techniques ofEcstasy
3
John Sassoon, From Sutner to jerusalem 12"
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