AHORA
ESCRIBIRÉ SOBRE MÍ, PRIMERO SOBRE MI CIUDADELA Y DESPUÉS SOBRE LO
QUE YO HE PODIDO VER
Mi
ciudad está cerca del límite norte de Liudgaarde. La torre tiene
seis lados, y una altura de noventa pies, tiene una azotea con una
pequeña casa sobre ella desde la que se pueden ver las estrellas. Al
otro lado de la torre hay una casa de trescientos pies de largo,
veintiún pies de ancho y veintiún pie de alto, también
con terraza que es redonda. Toda ella está construída con ladrillos
cocidos y fuera de ella no hay nada más. La ciudadela está
protegida por un dique, con un foso de treinta y seis pies de ancho y
veintiún pie de hondo. Si se mira hacia abajo desde la torre, se ve
la forma de Juul. En el terreno entre las casas en el lado sur crecen
toda clase de hierbas nativas y extranjeras, de las que las
sacerdotisas deben estudiar las cualidades. Entre las casas del lado
norte sólo hay prados. Las tres casas del lado norte están llenas
de maíz y otras cosas necesarias, Las dos casas al sur son para las
sacerdotisas para vivir y estudiar. La casa más al sur es la
residencia de la Madre. En la torre cuelga la lámpara. Los muros de
la torre están decorados con piedras preciosas. En el muro sur está
escrito el Texto, a la derecha de éste están las fórmulas y al
otro lado las leyes. Las demás cosas se pueden encontrar sobre los
otros tres lados. Junto a dique, cerca de la casa de la Madre, se
encuentran la cocina y el molino, tirado por cuatro bueyes. Fuera del
muro de la ciudadela está el lugar en el que vive el Burgtheeren y
los soldados. El exterior de la ciudadela es de una hora de largo -no
una hora marina, sino una hora del sol, de las
que veinticuatro forman el día. Dentro hay una planicie de cinco
pies debajo de la colina. En ella hay trescientas ballestas cubiertas
con madera y cuero.
Además
de las casas de los habitantes hay a lo largo del interior del dique
treinta y seis casas refugio para la gente que viven en la vecindad.
El campo sirve para campamento y para pradera. En el lado sur de la
otra fortificación está el Liudgaarde, protegido por un gran tilo
con la parte este despejada para que el sol ilumine el interior,
porque hay gran cantidad de árboles extranjeros y flores traídas
por los marineros. Todas las otras ciudadelas tienen la misma forma
que la nuestra sólo que no tan anchas, pero la más grande de todas
es la de Texland. La torre de Fryaburgt es tan alta que llega al
cielo, y todo lo demás tiene la misma proporción que la torre. En
nuestra ciudad esta es la disposición: siete sacerdotisas
sacerdotisas atienden la lámpara, cada una cuida durante tres horas.
En el resto de su tiempo hacen las labores caseras, estudian y
duermen. Cuando han sido guardianas durante siete años, son libres;
entonces deben mezclarse con el pueblo, para cuidar de la moral y dar
consejos. Cuando llevan tres años de sacerdotisas, pueden acompañar
durante un tiempo a alguna mayor.
El
escritor debe enseñar a las niñas a leer, escribir y calcular. A
las mayores, o “Greva”, se las debe enseñar educación y
limpieza, moral, botánica, y medicina, historia, tradiciones y
cantos, además de todo lo necesario para que puedan dar consejos. La
Madre debe enseñarles cómo desempeñar su trabajo cuando ellas
vayan entre el pueblo. Antes de que una Madre pueda ocupar su puesto,
debe viajar por el territorio un año entero. Tres Burgtheeren y tres
sacerdotisas mayores deben acompañarla. Esta es la forma en que yo
lo hice. Mi viaje fue a lo largo del Rhin -de este lado hacia arriba
y del otro lado hacia abajo. Lo que más importante que encontré es
que el pueblo parecía ser los más pobres. Por todas partes junto al
Rhin la gente excavaba hoyos, y la tierra que sacaban la lavaban con
agua sobre lana para encontrar oro, pero las chicas no obtenían
ganancia por ello. Formalmente eran más numerosos, pero mientras
nosotros abandonamos Schoonland ellos habían ido hacia las montañas.
Allí sacan el mineral y hacen hierro. Entre las montañas sobre el
Rhin vi Marsates. Los Marsates son un pueblo que vive en el lago. Sus
casas están construidas sobre pilotes para protegerse de las fieras
salvajes y a mala gente. Allí hay lobos, osos y terribles leones.
Después vieje Swiss, la más cercana a las distantes fronteras
italianas, los seguidores de Kalta y el salvaje Twiskar, todos
deseosos del robo y el botín. Los Marsates consiguen su alimento de
la pesca y la caza. Las pieles son cosidas por las mujeres, y
preparadas con corteza de abedul. Las pequeñas pieles son tan suaves
como la piel de una mujer. La Madre de Fryasburgt (Freiburg) nos dijo
que eran buenos, gente sencilla; pero si no se lo hubiera oido decir
a ella al principio, habría pensado que no eran sacerdotisas de Frya
de tan insolentes como parecían. Vendían sus lanas y sus hierbas a
las gente del Rhin, y eran adquiridas para tierras lejanas por los
capitanes de barcos. A lo largo de la otra parte del Rhin era
exactamente lo mismo que en Lydasburcht (Leiden). Allí había un
gran río o lago, y sobre el lago también había gente viviendo
sobre pilotes. Pero no eran gente de Frya, eran negros y morenos que
habían sido empleados como remeros para llevar a casa a los hombres
que habían hecho un lejano viaje y se quedaron allí hasta que el
barco volviera.
Al
final llegamos a Alderga. A la entrada del puerto sur está
Waraburgt, construido de piedra, y donde se encuentran toda clases de
vestidos, armas, proyectiles y cuernos, que eran vendidos por
sacerdotisas del mar de tierras lejanas. A un cuarto de hora de
distancia está Alderga, un gran río rodeado por casas, cobertizos y
jardines, todo ricamente decorado. En el río permanece un gran barco
preparado, con banderas de todos los colores. En el día de Frya los
estandartes se cuelgan también en la borda. Algunos brillan como el
sol. Las banderas del rey del mar y del almirante estaban bordadas en
oro. Desde el río se había excavado un canal que atravesaba la
ciudadela. Forana (Vroonen), con una estrecha salida al mar. Este era
la salida de la flota; el Fly era la entrada. En ambos lados del río
se han cosntruído bellas casas, pintadas de brillantes colores.
Todos los jardines estaban rodeados de setos para las sacerdotisas
setos. Vi que las mujeres iban vestidas con túnicas parecidas, como
si fuera una obligación. Igual que en Staveren, las muchachas
llevaban coronas en la cabeza y anillos en los brazos y los tobillos.
Al sur de Forana se encuentra Alkmarum. Alkmarum es u lago o un río
en el que hay una isla. En esta isla suelen permanecer los negros y
morenosm, lo mismo que en Lydasburgt. Al Madre de Forana me contó
que el burgtheeren iba todos los días a enseñarles lo que es
realmente la libertad, y cómo debían los hombres vivir para obtener
la bendición del espíritu de Wr-alda. Si hubiera alguno que hubiera
querido escuchar y pudiera comprender, hubiera sido aceptado hasta
que hubiera comprendido totalmente. Esto se hacía para instruir a
sacerdotisas distantes y hacer amigos en todas partes. Antes yo había
estado en la Saxenmarken, en el castillo de Mannagardaforda
(Munster). Allí vi más pobreza que riqueza podía descubrir aquí.
Ella contestó: Cada vez que en Saxenmarken un joven corteja a una
joven, la muchacha pregunta: Puedes mantener tu casa libre de los
desterrados Twisklanders?. Has matado alguna vez alguno? Cuántos
castillos has asaltado ya y cuántas pieles de oso y lobo has vendido
en el mercado? Y por eso ocurre que los Saxones han dejado el cultivo
del suelo a las mujeres, que ninguno entre cien puede leer ni
escribir: por esto, además ninguno tiene un lema en su escudo, sino
sólo una silueta deforme de algún animal que haya matado; y,
finalmente a esto se debe que sean muy amantes de la guerra, pero
algunas veces son tan estúpidos como las bestias que ellos cazan y
tan pobres como los Twisklanders con los que cazan. La tierra y el
mar se hicieron para el pueblo de Frya. Todos nuestros ríos
discurren hacia el mar. La gente de Lydas y la de Findas desean
matarse uno a otro, y nosotros tenemos que repoblar los pueblos
vacíos. En movimiento y navegando tenemos nuestra prosperidad. Si
deseas las tierras altas para compartir nuestra riqueza y nuestra
sabiduría, te daré un consejo. Deja a las sacerdotisas, cuando
quieran casarse, que antes pregunten a sus amantes: Qué parte del
mundo has recorrido? Qué puedes contarle a tus hijos sobre tierras
distantes y lejanas sacerdotisas? Si lo hacen así, entonces el joven
guerrero vendrá hacia nosotros, ellos llegarán a ser sabios y ricos
y no tendremos ocasión de negociar con esta sucia gente. La más
joven de las sacerdotisas que tengo conmigo vino de Saxenmarken.
Cuando volvimos pidió quiso dejarnos para volver a casa. Sin embargo
ha llegado a ser Madre aquí, y esa es la razón de que en estos días
muchos de nuestros marineros son Saxons. (Sajones)
FIN
DEL LIBRO DE APOLONIA
LOS
ESCRITOS DE FRÊTHIORIK Y WILJOW
Mi
nombre es Frêthorik, conocido como oera Linda, que significa sobre
Linden. En Ljndwardia fui elegido como Asga. Ljudwardia es un nuevo
pueblo en la fortificación de Ljudgaarda, cuyo nombre ha adquirido
mala fama. En mis tiempos sucedieron muchas cosas. He escrito
bastante sobre ello, pero más tarde se me contaron más cosas.
Escribiré un relato de los unos y los otros después de este libro,
en honor de la buena gente y desprecio de los malos.
En mi
juventud oía quejas en todas partes. Los malos tiempos estaban
llegando; el mal tiempo llegó -Frya nos había abandonado. Se había
llevado todas sus sacerdotisas vigilantes, porque se habían
construido monstruosas imágenes idólatras en nuestros territorios.
Yo ardía de curiosidad por ver esas imágenes. En nuestro vecindario
una pequeña vieja se tambaleaba arriba y abajo de las casas, siempre
hablando acerca de los malos tiempos. Fui hacia ella; me acarició y
entonces me hice el fuerte y le pregunté si me querría enseñar los
malos tiempos y su imagen. Ella rió con toda naturalidad y me llevó
a la ciudadela. Un viejo me preguntó si yo podía leer y escribir.
No, dije yo. Entonces debes primero aprender, me contestó, de otra
forma no se te mostrará nada. Yo iba diariamente a escribir y
aprender. Ocho años más tarde oí que nuestra Madre había sido
impúdica y alguno de los Burgtheeren habían cometido traición con
Magy, y mucha gente estaba de su parte. En todas partes se desataron
disputas. Hubo niños rebelándose contra sus padres; se había
matado secretamente a gente buena. La pequeña anciana que había
expuesto todo la luz, fue encontrada muerta contra un dique. Mi
padre, que era un juez, quiso vengarla. Fue asesinado por la noche
en su propia casa. Tres años después de esto Magy era el dueño sin
ninguna resistencia. Los Sajones (¿?) habían permanecido religiosos
y honrados. Las buenas sacerdotisas huían hacia ellos. Mi madre
murió por esto. Ahora yo moriré como los demás. El Magy alardeaba
de sus poderes, pero Irtha le hizo saber que ella no toleraría
ningún Magy ni ídolos en el santo lugar en el que había nacido
Frya. Como un caballo salvaje agita su melena después de tirar a su
jinete, así Irtha sacudió sus bosques y sus montañas. Los ríos se
desbordaron sobre la tierra; el mar bramó; las montañas escupieron
fuego hacia las nubes, y lo que ellas vomitaban con fuerza las nubes
lo arrojaban sobre la tierra. Al principio de Arnemaand (mes de la
cosecha) la tierra se abovedó hacia el norte y se hundió poco a
poco. En Welvenmaand (mes de invierno) las tierras bajas de Fryasland
se habían hundido bajo el mar. La madera con la que se habían hecho
las imágenes, flotaron fueron arrastradas por el viento. Los
siguientes años el hielo llegó hasta Hardemand (Louwmaand, Enero) y
dejó Fryasland encerrada bajo una capa de hielo. En Sellemaand
(Sprokkelmaand, Febrero) hubo tormentas y vientos del norte, trayendo
montañas de hielo y piedras. Cuando llegó la primavera, la tierra
se calmó, el hielo se derritió, con el reflujo el bosque con las
imágenes fue empujado hacia el mar. En Winne, o Minnemaand
(Bloeimaand, Mayo) todo el que se atrevió, volvió a casa. Yo fuí
con una sacerdotisas a la diudadela Liudgaarde. Cuán triste de ver
era !!. El bosque de Lindaoorden se había perdido en su mayor parte.
Donde solía estar Liudgaarden era todo agua. Las olas rompían sobre
las fortificaciones. El hielo había destruído la torre y las casas
yacían volcadas unas sobre otras. En la cuesta del dique encontré
una piedra en la que el autor había inscrito su nombre. Esto fue una
señal para mí. A otras ciudadelas les había ocurrido lo mismo que
a las nuestras. Los enclaves más alto habían sido destruidos por la
tierra, en los más bajos por el agua. Fryasburgt, en Texland, era la
única que no había sido tocada, pero toda la tierra al norte se
hundió bajo el agua, y nunca más se recuperó. En el Monte de
Flymeer, como hemos dicho, se encontraron treinta pantanos salados,
formados por el bosque y el terreno que había sido arrastrado en
otro lugar. En Westflyland había cincuenta. El canal que había
atravesado la región de Alderga se había rellenado con arena y
destruido. La gente del mar y otros viajeros que estaban en casa se
habían salvado en sus barcos, junto con sus sacerdotisas y sus
parientes. Pero los negros de Lydasburgt y Alkmarum habían hecho lo
mismo y como fueron hacia el sur salvaron a muchas muchachas y como
nadie las reclamó, las tomaron como esposas. La gente que volvió
vivían todos dentro de los límites de la ciudadela, porque fuera no
había más que barro y pantanos. Las viejas casas estaban todas
juntas destrozadas. La gente recogió vacas y ovejas de las tierras
superiores y en la gran casa que antes las sacerdotisas habían
establecido para la ropa y el fieltro se había hecho un refugio.
Esto ocurrió 1888 años después del hundimiento de Atland.
Durante
282 años no habíamos tenido una Eeremoeder, y ahora, cuando todo
parecía calmado, se plantearon elegir una. La designación cayó
sobre Gosa, llamada Makonta. Era Madre en Fryasburgt, en Texland. Era
de ideas claras y fortaleza de espíritu, y era muy buena, y como su
ciudadela era la única que se había salvado, cada uno vió en esto
una señal. Diez años después llegaron marineros de Forana y
Lydasburgt. Querían conducir a los negros con sus esposas e hijos,
fuera del teritorio. Ellos querían saber la opinión de la madre
sobre el asunto. Ella les preguntó : Podéis mandarlos de vuelta a
sus territorios a todos? Si es así, no perdáis tiempo, o no
encontrarán nada para sobrevivir. No, contestaron ellos. Gosa
replicó: Han comido vuestro pan y vuestra sal; ellos mismos se han
puesto bajo vuestra protección. Debéis consultar vuestro corazón.
Pero os daré un pequeño consejo. Acogedlos hasta que os sea posible
mandarlos de vuelta, pero colocarlos fuera de vuestra ciudadela.
Observad acerca de su moral y educarlos como si fueran hijos de Frya.
Sus mujeres son las más fuertes de aquí. La sangre de ellos
desaparecerá como el humo, hasta que por último nada excepto la
sangre de Frya permanecerá en sus descendientes. Así que se
quedaron. Ahora quisiera que mis descendientes observaran hasta qué
punto Gosas dijo la verdad. Cuando nuestra región empezó a
recobrarse, llegaron grupos de pobres hombres y mujeres Sajones a las
proximidades de Stavaren y Alderga, para buscar oro y otros tesoros
en las tierras pantanosas. Pero las sacerdotisas del mar no se lo
permitieron, así que marcharon y se establecieron en un poblado
vacío al Oeste de Flyland para preservar sus vidas.
AHORA
CONTARÉ CÓMO VOLVIERON LOS GEERTMAN Y MUCHOS SEGUIDORES DE HELLENIA
Dos
años después de que Gosa se convirtiera en madre (303 B.C.) llegó
a Flymeer un barco. La gente saludaba “Ho-n-sêen” (que es una
bendición). Navegaron hacia Staveren, dónde saludaron de nuevo. Sus
banderas estaban enarboladas y por la noche dispararon flechas
encendidas al aire. Por el día algunos de ellos llegaron al puerto
en una barca, saludando otra vez, “Ho-n-sêen”. Cuando llegaron a
tierra un compañero joven saltó sobre la rampa. En su mano llevaba
un escudo en el que se representaba el pan y la sal. Después de él
llegó un hombre viejo, que dijo; venimos de la distante Grecia para
preservar nuestras costumbres. Ahora deseamos que seáis
suficientemente amables para darnos no sólo tierra sino todo lo
necesario para vivir. Contó una larga historia, que relataré
completa después. El viejo no sabe lo que hizo. Mandaron mensajeros
por los alrededores, incluso a mí. Yo acudí y le dije: ahora que
tenemos una madre, nos incumbe escuchar su consejo. Yo mismo fui con
ellos. La madre, que ya lo sabía todo, dijo: Dejadles venir, pueden
ayudarnos a recuperar nuestras tierras, pero no les dejéis
establecerse en ningún sitio, para que no adquieran demasiado poder
sobre nosotros. Hicimos lo que nos dijo, que fue totalmente de su
agrado. Fryso permaneció en Staveren con sus sacerdotisas, que
hicieron otra vez un puerto interior tan bien como pudieron.
Wichhirte fue con los suyos al este hacia Emude. Algunos
descendientes de Jon que se supone que descienden del pueblo de
Alderga fueron hacia allí. Un pequeño número, que imaginaba que
sus antepasados habían venido de las siete islas, fueron allí y se
asentaron en el recinto de la ciudadela de Walhallagara. Liudgert, el
almirante de Wichhirt, era mi compañero y más adelante mi amigo.
Fuera de este diario he recogido la siguiente historia.
Después
de que hubiéramos estado establecidos 12 veces 100 y el doble de 12
años en el Five Waters (Punjab), nuestros guerreros navales
volvieron y estuvieron navegando por todos los mares que pudieron
encontrar, llegó Alejandro el Rey, con un poderoso ejército
descendiendo por el río contra nuestros pueblos. Nadie podía
resistírsele, pero nosotros pueblos del mar, que vivían por el mar,
pusimos todas nuestras posesiones a bordo de los barcos y decidimos
nuestra marcha. Cuando Alejandro oyó que una gran flota se le había
escapado, se puso furioso, y juró que quemaría todos las ciudades
si no volvíamos. Wichhirte estaba en la cama con fiebre. Cuando
Alejandro se enteró, esperó a que estuviera mejor. Después de esto
él fué a él, hablando muy amablemente – pero él había decidido
como había hecho antes. Wichhirte contestó: Oh, el más grande de
los reyes, nosotros los marineros vamos a todas partes; hemos oído
de tus hazañas, por lo tanto te respetamos por tus armas y todavía
más por tu sabiduría; pero nosotros que hemos nacido libres hijos
de Frya, no podemos convertirnos en tus esclavos; Aunque yo quisera,
los demás preferirían antes morir, porque así disponen nuestras
leyes. Alejandro dijo: Yo no quiero conquistar tus tierras ni hacer
esclavos de tu pueblo. Sólo quiero contratar vuestros servicios.
Quiero jurar por ambos Dioses, de forma que ninguno se sienta
traicionado. Cuando Alejandro compartió el pan y la sal con él,
Wichhirte eligió lo más sabio. Mandó a su hijo buscar los barcos.
Cuando todos hubieron vuelto Alejandro los alquiló todos. Por su
medio, quería transportar a su gente al sagrado Ganges, que él no
había sido capaz de lograr. Entonces eligió entre toda su gente y
soldados a los que estaban acostumbrados al mar. Wichhirte había
caido enfermo otra vez, por lo que yo fui solo con Nearchus, enviado
por el rey. El viaje resultó de principio al fin sin ningún
beneficio, porque los Jonios y los Fenicios estaban siempre
discutiendo, de tal forma que el mismo Niarco no podía mantenerlos
en orden. Entretanto el rey no estaba inactivo. Había hecho que sus
soldados cortaran árboles e hicieran planchas, con las que, con
ayuda de nuestros carpinteros, construyó barcos. Ahora él sería un
rey del mar y viajaría con su gran flota sobre el Ganges, pero los
soldados que habían venido de terrenos montañosos tenían miedo al
mar. Cundo oyeron que tendrían que navegar, prendieron fuego a
yardas de madera, y así la mayor parte de nuestras ciudades fueron
convertidas en ceniza. Al principio creímos que se había hecho por
orden de Alejandro, y todos estábamos dispuestos a hundirnos en el
mar; pero Alejandro estaba furioso, y ordenó a su propia gente matar
a los soldados. Sin embargo, Niarcho, que no sólo era su oficial
jefe, sino también su amigo, le aconsejó que no lo hiciera. Así él
fingió creer que había ocurrido por accidente, y no habló más de
ello. El quiso volver, pero primero realizó una investigación sobre
quienes eran los verdaderos culpables. Tan pronto como lo adivinó,
les hizo desarmarse, y construir un nuevo poblado. Su propio pueblo
cogió por las armas para intimidar a los otros. Nosotros habíamos
cogido a las mujeres y los niños con nostros. Cuando llegamos a la
montaña del Eufrates, podríamos elegir entre escoger un sitio y
permanecer allí, o volver. Nuestro pago sería el mismo en cualquier
caso. En un barco nuevo que se había salvado del fuego él embarcó
a los Jonio y a los Griegos. Él mismo fué con el resto de su gente
a lo largo de la costa, a través del árido desierto; o sea, a
través de las tierras que se habían levantado desde el mar cuando y
había rellenado el estrecho tan pronto como nuestros antepasados
habían pasado al Mar Rojo.
Cuando
llegamos a Nueva Germania (Nueva Germania es el puerto que habíamos
hecho para coger agua), nos encontramos a Alejandro con su ejército.
Niarco desembarcó y permaneció tres días. Entonces nos fuimos más
lejos. Cuando llegamos al Eufrates, Niarco desembarcó con los
soldados y una gran cantidad de gente; pero volvió enseguida y dijo:
El Bing os solicita, en atención a él, realizar un viaje por el Mar
Rojo; ; después de esto cada uno recibirá tanto oro como pueda
transportar. Cuando lleguemos. Cuando llegamos allí, nos enseñó
dónde había estado el estrecho antiguamente. Allí permaneció
treinta y un días, siempre mirando constantemente hacia el desierto.
Al
final llegó una enorme tropa de gente, llevando con ellos 200
elefantes, 1000 camellos, gran cantidad de madera, cuerdas y toda
clase de complementos necesarios para arrastrar nuestra flota hacia
el Mar Mediterráneo. Esto nos dejó aturdidos y parecía demasiado
extraordinario, pero Niarco nos dijo que su rey quería demostrar a
los otros reyes que él era más poderoso de lo que ningún rey de
Tiro lo había sido. Nosotros sólo estábamos para ayudar y que
seguramente podríamos hacerlo sin perjuicio para nosotros. Nos vimos
obligados a rendirnos y Niarco sabía organizar las cosas tan bien
que antes de que transcurrieran tres meses nuestros barcos se
encontraban en el Mar Mediterráneo. Cuando Alejandro averiguó cómo
se había llevado a cabo su proyecto, se sintió tan audaz que
quería quitar toda la tierra del estrecho en honor de Irtha; pero
Wr-alda abandonó su alma, así que él se destruyó a sí mismo con
el vino y su temeridad antes de empezar. Después de su muerte su
reino fue dividido entre sus príncipes. Tenían cada uno que guardar
una parte para sus hijos, pero no eran sus intenciones. Cada uno
quería tener su propia parte, y todavía más. Entonces se desató
una pelea y nosotros no volvimos. Niarcos quería que nos asentáramos
en las costas de Fenicia, pero nadie quería esto. Dijimos que
preferíamos correr el riesgo de intentar volver a Fryaslad.
Entonces nos condujeron al nuevo puerto de Atenas, dónde todos los
verdaderos hijos de Frya habían ido antiguamente. Fuimos, soldados
con nuestros enseres y armas. Entre los muchos príncipes Niarco
tenía un amigo llamado Antigono. Estos dos no tenían más que un
proyecto a la vista, según nos dijeron -ayudar a la familia real, y
restablecer la libertad en todas las tierras griegas. Antígono
tenía, entre muchos otros, un hijo llamado Demetrio, más tarde
llamado “City Winner”. Una vez había ido a la ciudad de
Salamina, y después había estado algún tiempo luchando allí, tuvo
un enfrentamiento con la flota de Ptolomeo. Ptolomeo eran el nombre
del príncipe que reinaba sobre Egipto. Demetrio ganó la batalla, no
por sus propios soldados, sino porque nosotros le ayudamos. Lo
hicimos por la amistad de Niarco, porque sabíamos que era bastardo
por su blanca piel, azules ojos y rubios cabellos. Más tarde
Demetrio atacó Rodas, y nosotros trasladamos allá sus soldados y
provisiones. Cuando hicimos nuestro último viaje a Rodas, la batalla
había terminado. Demetrio había navegado hacia Atenas. Cuando
entramos en el puerto, toda la ciudad estaba en profunda desolación.
Friso, que era el rey de la flota, tenía un hijo y una hija tan
sumamente rubios como si hubieran venido justamente de Frysland y más
bellos que nadie podría pintarlos por sí mismo. Su fama se había
extendido por toda Grecia, y llegó a oídos de Demetrio. Demetrio
era cruel e inmoral y pensaba que podría hacer lo que le apetecía.
Secuestró a la hija. La madre no se atrevía a esperar el retorno de
su “joi” (las esposas de los marineros llamas a sus maridos “joi”
o “zoethart” (dulce corazón )). Los hombres llaman a sus esposas
“troost” (reposo) y “fro” o frow”, es decir, “vreuyde”
(deleite) y juego, que es lo mismo que “vreugde”.
Como
ella no podía arriesgarse a esperar la vuelta del marido, mandó a
su hijo a Demetrio, y le implorá que le devolviera a su hija, pero
cuando Demetrio vió al hijo lo llevó a su palacio y le hizo lo
mismo que le había hecho a su hermana. Envió un saco de oro a la
madre, que se arrojó al mar. Cuando volvió había perdido la razón
y andaba a lo largo de la calle diciendo: has visto a mis hijos? Ay
de mi!! dejadme encontrar un sitio para esconderme, porque mi marido
me matará por haber perdido a sus hijos.
Cuando
Demetrio oyó que Friso había vuelto a casa, mandó mensajeros hacia
él para decir que había cogido a sus hijos para elevarlos a una
alta posición y que le recompensaría pos sus servicios. Pero Friso
era orgulloso y apasionado y mandó un mensajero con una carta para
sus hijos, en la que les recomendaba aceptar la voluntad de Demetrio,
puesto que él deseaba contribuir a su felicidad; pero el mensajero
tenía otra carta con veneno, que les ordenó tomar.
Pero,
dijo él, sus cuerpos habrán sido profanados contra su voluntad. Tú
no puedes cargar con esa culpa; pero si sus almas no son puras, nunca
entrarás en el Walhalla. Tu espíritu deambulará por la tierra en
la oscuridad. Como los murciélagos y las lechuzas, te esconderás
durante el día en troncos, y por la noche vendrás y gritarás y
llorarás sobre nuestra sepultura, mientras Frya deberá apartar su
vista de ti. Los hijos hicieron lo que su padre les había mandado.
El mensajero tiró sus cuerpos al mar y se contó que habían huido.
Después Friso quería ir con toda su gente a las tierras de Frya,
dónde él había estado anteriormente, pero la mayoría de ellos no
quisieron ir. Así que Friso prendió fuego a la ciudad y a todas las
dependencias reales, de forma que nadie puedo permanecer allí y
todos estaban enfadados por tener que irse. Dejamos todo atrás
excepto a las esposas y los niños, pero teníamos gran cantidad de
provisiones y complementos de guerra.
Friso
no estaba todavía satisfecho. Cuando llegamos al viejo puerto, salió
con sus robustos soldados y prendió fuego a todos los barcos que
pudo alcanzar con sus flechas. Seis días después vimos la flota de
guerra de Demetrio persiguiéndonos. Friso nos ordenó girar los
barcos pequeños en una extensa línea y colocar el barco más grande
al frente con las mujeres y los niños. Además nos ordenó coger
las ballestas que estaban en la parte delantera y fijarlas en la popa
de los barcos, porque, según dijo, íbamos a entablar una batalla
retrocediendo. Nadie debe presumir de perseguir a un enemigo solo
-esta es mi opinión. Mientras estábamos ocupados en esto, de pronto
se levantó un viento de frente, para gran alarma de los cobardes y
las mujeres, porque nosotros no teníamos esclavos excepto quien
voluntariamente nos había seguido. Por lo tanto no podíamos escapar
del enemigo remando. Pero Wr-alda conocía bien por qué había
ocurrido esto; y Friso, que lo entendió, inmediatamente colocó las
flechas incendiarias en la popa. Al mismo tiempo dió la orden de que
nadie diaparara antes que él lo hiciera, y que apuntáramos todos al
barco central. Si acertábamos en él, dijo, los otros tendrían que
ir en su apoyo, y entonces cada uno podría disparar lo mejor que
pudiera. Cuando estábamos a una distancia de cable y medio de ellos
los Fenicios empezaron a disparar, pero Friso no replicó hasta que
la primera flecha cayó a seis brazas de su barco. Entonces él hizo
fuego y los demás le seguimos. Era como una lluvia de fuego; y como
nuestras flechas iban con el viento, todas permanecían encendidas y
alcanzaban la tercera línea. Todos disparaban y se alegraban, pero
los gritos de nuestros oponentes eran tan desgarradores que nuestros
corazones se encogían. Cuando Friso comprendió que era suficiente
nos ordenó parar y nos fuimos rápidamente; pero después de dos
días navegando despacio, otra flota de treinta barcos apareció a la
vista y cayó sobre nosotros. Friso se preparaba a la acción de
nuevo, pero los otros enviaron por delante un pequeño bote de remos
con mensajeros, que pedían permiso para navegar con nosotros, puesto
que eran Jonios. Habían sido obligados por Demetrio a ir al viejo
puerto; allí se habían enterado de la batalla y ciñendo sus
macizas espadas, nos habían seguido. Friso, que había mantenido
buenos negocios con los Jonios dijo Sí; pero Wichirte, nuestro rey,
dijo No. Los Jonios, dijo, son adoradores de dioses odiosos. Yo mismo
les he oído hablar de ellos. Esto viene de sus relaciones con los
griegos reales, dijo Friso. Yo mismo lo he hecho a veces y soy un
hombre tan devoto de Frya como cualquiera de vosotros. Friso era el
hombre para conducirnos a Friesland, por lo tanto los Jonios vinieron
con nosotros. Parece que esta complació a Wr-alda, porque antes de
que hubieran pasado tres meses llegamos a las costas de Bretaña y
tres días después pudimos lanzar un viva.
ESTE
RELATO SE ME HA ENTREGADO ACERCA DE NORTHLAND Y SCHOONLAND
(SCANDINAVIA)
Cuando
nuestra tierra se sumergió Yo estaba en Schoonland. Allí se estaba
muy mal. Había un gran lago que brotó de la tierra como una
burbuja, después se abrió en dos y de las grietas brotó un
material como hierro rojo oscuro. Las cimas de las altas montañas
cayeron y destruyeron todos los bosques y ciudades. Yo mismo vi una
montaña chocar contra otra y caer directamente. Cuando después fui
a ver el lugar había allí un lago. Cuando la tierra se tranquilizó
vino un noble de Lindasburgt con su pueblo, y una sacerdotisa que
gritaba por todos sitios que Magy era la causa de todas las
desgracias que habíamos sufrido. Continuaron su camino y la gente se
incrementaba. El Magy huyó y su cuerpo se encontró dónde él mismo
se había suicidado. Entonces los Fineses buscaron un sitio en el que
pudieran vivir. Había alguna mezcla de sangre entre los que
eligieron quedarse, pero la mayoría de ellos marcharon con los
Fineses. El noble fue elegido rey. Los templos que habían quedado
fueron destruidos. Durante este tiempo hombres buenos del Norte
venían a Texlad por los consejos de la sacerdotisa, todavía no
podíamos considerarlos realmente Frisones. En Dinamarca ocurrió
exactamente lo mismo que con nosotros. Los pueblos del mar, llamados
a sí mismos fuertes guerreros, iban a bordo de sus barcos, y después
volvían otra vez.
Heil!
En
todas partes en que la Rueda (de Wr-alda) había completado un
periodo, posteriormente se comprendería que las faltas y traiciones
que los Brokmannen habían traído con ellos pertenecían a sus
antepasados; por consiguiente describiré tantas de sus costumbres
como yo vi. Puedo pasar por alto a los Geertmannen. No tuve mucho que
ver con ellos, pero hasta dónde yo he visto la mayoría han
conservado su lengua y sus costumb;res. No puedo decir lo mismo de
otros. Los que descienden de los Griegos hablan una mala lengua y no
tienen de qué presumir respecto a sus costumbres. Muchos tienen ojos
y pelo marrones. Son atrevidos e imprudentes, y acobardados por la
superstición. Cuando hablan las primeras palabras que deberían
colocar al principio las colocan detrás. En vez de old dicen
at; en vez de salt, sât; en vez de man,
ma – por poner algunos ejemplos. También utilizan
abreviaturas para los nombres, que no tienen significado. Los Jonios
hablan mejor, pero alargan la H, y ponen “dónde” en vez de “no
ser”. Cuando hacen la estatua de una persona muerta creen que el
espíritu del desaparecido entra en ella; por eso tienen escondidas
sus estatuas de Frya, Fâsta, Medea, Thiania, Hellenia y muchas
otras. Cuando nace un niño todos los parientes se reúnen y ruegan a
Frya para que mande sus sirvientes a bendecir al niño. Cuando han
rezado no deben moverse ni hablar. Si el niño empieza a chillar, y
continúa algún tiempo, es un mal presagio, y sospechan que la madre
ha cometido adulterio. He visto que muchas malas cosas sacerdotisas
por esto. Si el niño duerme, es una buena señal -los sirvientes de
Frya han venido. Si ríe en sueños, los sirvientes le han prometido
felicidad. Además, creen en malos espíritus, brujas, hechiceros,
duendes y enanos, como si descendieran de Fineses. Y con esto
terminaré, y pienso que he escrito más que cualquiera de mis
antepasados. Frethorik
Frethorik,
mi esposo, vivió hasta la edad de 63 años. Durante 108 años es el
primero de su raza que tiene una muerte apacible; los otros murieron
de forma violenta, porque todos ello lucharon con su pueblo y con
extranjeros por la justicia y sus derechos.
Mi
nombre es Wiljo. Soy la sacerdotisa que llegó a casa con él desde
Saxenmarken. En el curso de la conversación quedó claro que ambos
éramos de la raza de Adela – esto comenzó nuestra amistad y
llegamos a ser marido y esposa. Me dejó con cinco hijos, dos hijos y
tres hijas. Konreed es mi hijo mayor, Hachgana el segundo, mi hija
mayor se llama Adela, la segunda Frulik y la más joven Nocht. Cuando
fui a Sexsenmarken custodié tres libros -el libro de los sonidos, el
libro de relatos y el libro de Hellenia.
Escribo
esto para que el pueblo no piense que no son hijos de Apollonia. He
tenido bastantes molestias acerca de esto, y por lo tanto ahora
quiero recibir honor por ello. Todavía hice más. Cuando Gosa
Makonta murió, cuya bondad y entendimiento claro eran proverbiales,
fui sola a Texland a copiar los escritos que ella había dejado; y
cuando se encontró el testamento de Frana y los escritos dejados por
Adela o Hellenia, lo hice otra vez. Estos son los escritos de
Hellenia. Los he puesto los primeros porque eran los más antiguos.
SALUDOS
A TODOS LOS FRISONES DE VERDAD
En los
antiguos tiempos, la raza de los Slavonics no sabían nada sobre la
libertad. Estaban sometidos bajo el yugo como los bueyes. Eran
conducidos a las entrañas de la tierra para desenterrar metales, y
tenían que construir casas de piedra como domicilios para los
príncipes y los sacerdotes. De todo esto nada era para ellos mismos,
todo debía servir para enriquecer y hacer más poderosos a los
sacerdotes y príncipes y satisfacerlos. Con este trato se volvían
canosos y viejos antes de tiempo, y morían sin ningún aliciente.
Aunque la tierra produce en abundancia para bienestar de todos sus
hijos. Pero nuestros condenados y exiliados llegaron a través de
Twiskland hasta sus fronteras, y nuestros marineros llegaron a sus
puertos. De ellos escucharon sobre la libertad, la justicia, las
leyes, sin los que los hombres no pueden existir. Todo esto fue
asimilado por el desgraciado pueblo como rocío en suelo seco. Cuando
comprendieron totalmente esto, los más valientes entre ellos
empezaron a romper sus cadenas, con las que les tenían atados los
príncipes. Los príncipes eran soberbios y guerreros; por lo tanto
había alguna virtud en sus corazones. Consultaron entre ellos y
entregaron algunas cosas superfluas; pero los hipócritas y cobardes
sacerdotes no lo pudieron aguantar. Entre sus falsos dioses habían
inventado también crueles y malvados monstruos. La peste brotó en
la comarca; y ellos dijeron que los dioses estaban enfadados por la
extensión de la maldad. Entonces el más atrevido del pueblo fue
estrangulado con sus cadenas. La tierra bebió su sangre y esta
sangre produjo maiz y frutos que demostraron con sabiduría quién
les odiaba.
Mil
seiscientos años antes (ella escribe en el 593 B.C.) Atland se había
sumergido y en aquel tiempo ocurrió algo de lo que nadie habla. En
el corazón de Findasland, sobre una montaña, hay una planicie
llamada Kasamyr (Cshemere) que es “estraordinaria”, Allí nació
un niño, cuya madre era hija de un rey, y cuyo padre era un alto
sacerdote. Para esconder la deshonra se vieron obligados a renunciar
a su propia sangre. Por lo tanto se le puso fuera de la ciudad entre
la gente pobre. Según el niño crecía, nada se le ocultó de él,
así que hizo todo lo que pudo para adquirir sabiduría. Su
inteligencia era tan grande que entendía todo lo que veía u oía.
La gente lo miraba con respeto y los sacerdotes tenían miedo de sus
preguntas. Cuando se hizo un hombre fue a sus padres. Ellos tuvieron
que escuchar algunas palabras duras; y para deshacerse de él le
dieron una cantidad de joyas, pero no se atrevieron a reconocerle
abiertamente. Rendido por la pena de la falsa sacerdotisas de sus
padres, iba de un sitio a otro. Mientras viajaba se encontró con un
marinero Frisón que estaba sirviendo como esclavo, y que le contó
nuestros modos y costumbres. Él compró la libertad del esclavo y
fueron amigos hasta la muerte. Donde quiera que él llegaba animaba a
las sacerdotisas a no tolerar a los ricos y a los sacerdotes, y
guardarse a sí mismos siempre de la falsa sacerdotisas, que en todas
partes es mala para el amor y la caridad. La tierra, decía guarda
sus tesoros para aquellos que rompen su superficie; así que todos
estaban obligados a cavar, arar y sembrar si querían cosechar, pero
nadie estaba obligado a hacer nada si ello iba contra su voluntad. Él
decía que los hombres no deben enfermar interiormente por oro, plata
o piedras preciosas, que ocasionan envidias y destruyen el amor. Para
embellecer vuestras esposas e hijas, decía, el río ofrece sus
cortos arroyos. Nadie puede hacer a todos igualmente ricos y felices,
pero es obligación de todos los hombres hacerse unos a otros tan
ricos felices como sea posible. Los hombres no deben despreciar
ningún conocimiento, pero la justicia es el mayor conocimiento que
el tiempo puede enseñar, porque evita las ofensas y promueve el
amor.
Su
primer nombre era Jessos, pero los sacerdotes, que le odiaban, le
llamaban Fo, es decir, falso; el pueblo le llamaba Krishna, es decir,
pastor; y sus amigos frisones le llamaban Buda (tesorero), porque
tenía en su cabeza un tesoro de sabiduría y en su corazón un
tesoro de amor.
Al
final se vió obligado a huir de la cólera de los sacerdotes, pero
dónde quiera que él iba sus enseñanzas le precedían, mientras su
enemigos le seguían como su sombra. Después de haber realizado
estos viajes durante doce años Jessos murió, pero sus amigos
conservaron sus enseñanzas y las enseñaban en cualquier sitio dónde
encontraban oyentes.
Qué
piensas que los sacerdotes hicieron después? Te lo tengo que decir,
y tú debes prestarle tu mejor atención. Además debes guardarte de
sus actos y sus trampas con toda la resistencia que Wr-alda te ha
dado. Mientras la doctrina de Jessos fué
predicada así sobre la tierra, los falsos sacerdotes fueron a la
tierra de su nacimiento para dar a conocer su muerte. Dijeron que
eran sus amigos, y pretendieron expresar su gran dolor rasgándose
las vestiduras y afeitándose la cabeza. Se fueron a vivir a las
montañas, pero en ellas habían escondido todos sus tesoros, e
hicieron allí imágenes de Jessos. Entregaron las estatuas a las
sencillas sacerdotisas, y por último dijeron que Jessos era un dios,
que él les había declarado eso él mismo, y que todos los que
seguían su doctrina entrarían en su reino en otra vida, dónde todo
era alegría y felicidad. Porque ellos sabían que él se oponía a
la riqueza, predicaban por todas partes que la pobreza, el
sufrimiento y la humildad eran las puertas por las que se entraba en
su reino, y que los que habían sufrido mucho en la tierra
disfrutarían allí de la mayor felicidad. Aunque ellos sabían que
Jessos había dicho que los hombres debían regular y controlar sus
pasiones, ellos decían que los hombres debían suprimir sus pasiones
y que la perfección de la humanidad consiste en ser insensible como
una fría piedra. Para hacer que el pueblo creyera que ellos actuaban
según predicaban, aparentaban una pobreza externa y (para que crean)
que ellos habían vencido todo sentimiento sensual, no tomaban
esposa. Pero si cualquier jovencita había dado un mal paso, se le
perdonaba rápidamente; el débil, dicen ellos, debe ser asistido y
para salvar sus almas los hombres deben contribuir con largueza a la
Iglesia. Actuando así, ellos tenían mujeres y niños sin hogar y se
hacían ricos sin trabajar; pero el
pueblo se volvía más pobre y más miserable de lo que había sido
nunca. Esta doctrina, que requiere que los sacerdotes no posean un
conocimiento más allá de hablar de forma mentirosa, y pretender ser
devoto mientras se actúa injustamente; se predicó de este a oeste,
y también intentó llegar a nuestra tierra.
EL
ESCRITO DE KONERÊD
Mis
antepasados han escrito este libro de forma sucesiva. Yo quiero
hacerlo, más que nada porque existe en mi país, no muy lejos, una
ciudadela en la que hay escritos sucesos según han sucedido. Mi
nombre es Konerêd (Koenraad). El nombre de mi padre era Frethorik, y
el nombre de mi madre era Wiljow. Después de la muerte de mi padre,
fui elegido como su sucesor. Cuando tenía cincuenta años fui
elegido como jefe Grevetman. Mi padre ha descrito cómo Lindaoorden y
Lindgaarden fueron destruídas. Lindahem está todavía desaparecida,
Lindaoorden parcialmente y el norte de Lindgaarden todavía está
cubierta de agua salada. El mar espumoso baña las murallas del
castillo. Como mi padre ha mencionado, la gente, al ser privada de su
puerto, salió y construyó viviendas dentro de las murallas de la
ciudadela. Por eso ese enclave se llama Lindwerd. La gente del mar
dice Linwerd, pero eso no tiene sentido. En mi juventud había un
trozo de tierra depositada fuera de la muralla todo enfangado y
pantanoso; pero el pueblo de Frya nunca están cansados ni exhaustos
cuando tienen un buen propósito a la vista. Cavando fosos y
haciendo embalses con la tierra que sacan de los fosos, hemos
recuperado un buen espacio fuera de las murallas, que tiene forma de
casco de tres varas al este, tres al sur y tres al oeste. En este
momento estamos ocupados en hincar pilotes en el terreno para hacer
un puerto para proteger nuestra rampa. Cuando el trabajo esté
acabado, atraeremos a los marineros. En mi juventud esto se veía
muy raro, pero ahora hay allí una hilera de casas.
Las
goteras y las deficiencias producidas por la escasez se han remediado
con diligencia. De estos hombres se aprende que Wr-alda, nuestro
padre universal, protege a todas sus criaturas, si ellas conservan el
coraje y se ayudan unas a otras.
AHORA
ESCRIBIRÉ SOBRE FRISO
Friso,
que tenía siempre poder por sus tropas, fue elegido jefe Grevetman
del distrito alrededor de Staveren. Él se reía de nuestra forma de
defender nuestra tierra y nuestras peleas navales; así que fundó
una escuela, en la que los muchachos podían aprender a luchar a la
manera de Grecia, pero yo creo que lo hizo para atar a los
sacerdotisas a sí mismo. Yo mandé a mi hermano hace diez años
porque pensaba, que ahora que no teníamos madre, me pertenecía
tener doblemente cuidado, para que no llegara a ser nuestro maestro.
Gosa
no nos dió sucesores. No quiero opinar acerca de esto; pero existía
ya gente mayor suspicaz que pensaba que ella y Friso tenían un
entendimiento acerca de esto. Cuando Gosa murió, la gente de todas
partes querían elegir otra madre, pero Friso, que estaba ocupado
estableciendo un reino para sí mismo, no deseaba recibir ningún
consejo o mensajero de Teerland. Cuando los mensajeros de Landsaten
llegaron a él, dijo que Gosa había sido previsora y más sabia que
todos los condes juntos, y con todo no había sido capaz de ver
ninguna luz ni forma en este asunto; por lo tanto no había tenido el
coraje de elegir ningún sucesor, y elegir a alguien dudoso pensaba
ella que sería muy malo; por lo tanto ella escribió en su
testamento, es mejor no tener una madre a tener una en la que no
podáis confiar. Friso había visto un gran negocio. Friso había
sido educado en las batallas, y había aprendido tantos trucos y
formas engañosas de los Galos y de los nobles como él requería
para conducir a los demás condes para dónde él quisiera. Mira cómo
se comportó en esta ocasión.
Friso
había tomado aquí otra esposa, una hija de Wilfrêthe, que en sus
tiempos había sido conde jefe de Stavaren. De ella tuvo dos hijos y
dos hijas. Por su deseo Kornelia, su hija menor, se casó con mi
hermano. Kornelia no era una Frisona de verdad, su nombre se debía
escribir Korn-helia. Weemoed, su hija mayor, se casó con Kauch, que
había ido a la escuela con él y era hijo de Wichhirte, el rey de
Geertmen. Pero Kauch tampoco era un Frison de verdad y debía ser
Kaap (Koop). Así que habían aprendido peor lengua que buenas
costumbres.
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