HOY
TENGO GANAS DE HABLAR
Acerca
de la gnosis, por ejemplo. He leído y leeré todo lo que encuentro
tanto a favor como en contra de la gnosis y he sacado en consecuencia
que sigue siendo tan peligrosa para el orden establecido como lo ha
sido siempre. Han cambiado los argumentos y los métodos, pero sigue
siendo temida por aquellos que no quieren que nos apartemos un ápice
de los cauces establecidos. Hay mucha basura publicada que hay que poner
siempre en entredicho. La GNOSIS es muy simple: se trata de llegar a
tu verdadero “yo” y descubrir quién eres realmente. Es así de
escueto y así de difícil. Para avanzar un poco hay que admitir una
cierta trascendencia a la muerte, o sea, creer que después de la
muerte, la vida continúa de alguna manera. Y, admitir también, que
volveremos a reencarnarnos. Todo lo demás es brumoso. Es cierto que
hay una conspiración: primero, durante los tres primeros años de la
vida, vamos olvidando no sólo de dónde venimos, a qué hemos venido
y, sobre todo, quiénes somos. Esta amnesia que sobreviene no es
natural, es contra-natura, porque, si hemos venido a algo, lo lógico
es que lo recordáramos. Eso de que Dios quiere que tú resuelvas tus
incógnitas por tí mismo, me parece un insulto al mismo Dios,
suponiendo que creas en su existencia; o, por lo menos un insulto al
Principio, sea el que sea. De la definición que tradicionalmente se
da de Dios, se desprende una imposibilidad metafísica de que cometa
o sea el responsable de tan inmensa PUTADA.
Se
supone entonces, si es que queremos seguir con el tema, que, además
de ese Principio y yo, existe algo intermedio empeñado en hacernos
la Puñeta: o sea, borrarnos la memoria e incorporarnos a su granja
energética. Esta granja tiene animales variopintos, quizá cada
grupo con su forma y su figura; pero algo les unifica: tienen mente y
capacidad de pensar; tienen capacidad de sentir; tienen capacidad
deducir; e, incluso, y esto ya sería el colmo: tienen capacidad de
despertar. Y este despertar es el que hay que impedir a toda costa o
nos quedamos sin reservas para la batalla final. Esto de la batalla
final, sin querer yo profetizar, me lo indican los 7.000 millones de
almas que hay ahora mismo en el planeta.
Nunca, a lo largo de
nuestra historia hemos llegado a semejantes cifras. Ni hambre, ni
guerras, ni enfermedades rebajan un ápice el número de habitantes.
Tiene que ser por algo.
Desde
el momento en que nacemos, el sistema (que cada día es más difícil
de definir), al que imagino como un pulpo gigante con millones de
brazos, se apodera de tu mente: lenguaje (que se nos olvida de una
vida a la otra, aunque sea el mismo), correcta utilización del
lenguaje (que es una primera forma de establecer una división entre
individuos de un mismo lenguaje), relación con los padres, amigos,
relaciones correctas con los amigos, despertar a la sexualidad,
relaciones sexuales correctas…… etc., etc.,etc., Capas y capas
que en nuestra mente se convierten no sólo en formas de
comportamiento, sino también en maneras de pensamiento. Aquí se dan
la mano tres instituciones, por lo menos: escuela, religión, poder.
Cuando cumples, por ejemplo 30 años, aquel pensamiento sencillo,
sano y puro que trajiste al nacer, ha quedado sepultado por tantas
cosas que, cuando te quieres dar cuenta, ya casi no hay marcha atrás,
te has convertido en un miembro valioso de la sociedad. La sociedad
te mima, te premia, te hace un triunfador, te crea necesidades que tú
satisfaces con el dinero que la misma sociedad te da. Estás y eres
propiedad del GRAN PULPO, que te hará la misma faena una y otra vez,
apoderándose de tu alma en cada una de las vidas y reponiendo tu
cuerpo que, al ser orgánico, se degenera.
No
sólo no sabemos quién somos ni qué hacemos aquí; tampoco sabemos
cuántas vidas llevamos vividas, ni cuántas veces los dueños de la
graja nos han utilizado. Por
supuesto, estos dueños, no están encarnados. Como tampoco Dios está
encarnado. Son espíritus que necesitan ayudantes materiales para
llevar a cabo sus planes, que por cierto es muy sencillo: acabar con
todo y quedarse con la energía que indudablemente nos pertenece. No
hace falta enumerarlos con nombres y apellidos, basta con decir que
todo el que colabora en la manipulación de nuestra mente y emborrona
nuestras conciencias con seculares mentiras, es acólito o
colaborador VOLUNTARIO de estos espíritus que no son del mal ni del
bien; eso son tonterías con las que nos entretienen; a ellos, el
bien y el mal les importa tres pepinos: lo que quieren es que
emitamos energía, y cuanta más mejor. Parece que el ser humano
emite más energía cuando sufre que cuando es feliz. Por eso la
finalidad de estos agentes de manipulación es nuestra desgracia, la
privación, el hambre, la enfermedad y, cuando ya no emitimos más
porque se nos agotan las pilas, pues cambio de envoltura y vuelta a
empezar.
Lo
que ocurre es que existe algo que se llama “umbral”. Es una
magnitud de la que
sabían mucho, por ejemplo, los inquisidores que arrancaban
confesiones inverosímiles a los detenidos después de haberles hecho
crecer medio metro en el potro. El umbral máximo, en este caso
concreto es cuando nuestra mente se va y nuestro organismo pierde
toda sensibilidad, o sea, que nos desmayamos. Todos las épocas,
gobiernos, clanes, mafias, pandillas, etc. etc. tienen sus
“ejecutores” que manejan muy bien la cantidad de dolor que hay
que infringir para aque se sienta, pero sin “perder el
conocimiento”. Lo que
ocurre con el dolor, se da en todas las sensaciones. No notamos el
polvo que cae en nuestras manos a lo largo del día, pero, si nos cae
un ladrillo, lanzaremos un lastimero ¡ay!.
Hasta
aquí, umbrales físicos. Pero, lo mismo que decimos de los sentidos,
podemos decir de nuestra mente. Sobre este asunto no hay
estadísticas, pero todos los días aparecen artículos con letras
grandes sobre los nuevos métodos de manipulación mental que se
están inventando o experimentando. En realidad, no son necesarios.
Como decíamos antes, nuestra mente es manipulada desde la cuna. Pero
pudiera pasar que los “manipuladores” se pasaran de listos. De
dos formas, por lo menos: acumulando tantas almas en un mismo momento
temporal que no pudieran manipular todas al mismo tiempo. Para estos
casos, simplemente pueden retirar el alma y dejar al cuerpo a su aire
hasta que se agote solo. Es cruel, pero a ellos no les importa. Todos
conocemos a alguien que da la sensación de haber nacido sin alma.
Mucho antes de que yo leyera tanto sobre este tema, recuerdo una
conversación con alguien cercano a mí:
-
Oye, tú crees que a Dios se le pueden agotar las almas?
-
Ay, hija, yo qué sé…!! Pregúntaselo a la Sor
-
Sor, usted cree que a Dios se le pueden agotar las almas?
Como
siempre, la pobre Sor que, en ese momento estaba haciendo tertulia
con un grupo más divertido que yo, se quedó patidifusa:
-
Pero,…… ¿cómo puede Vd. pensar esas cosas? ¿No vé que ese es
un insulto a Jesús?… ande, vaya a la capilla y pida perdón por
semejante blasfemia.
-
Sor ¿puedo ir con ella? Es que me ha hecho pecar….. mi amiga tenía
toda la gracia de su Andalucía
Eso
era cuando yo ya había notado que, muchas gente carecía de alma,
aunque no pudiera entonces racionalizar ni explicar el por qué de
semejante intuición. Hoy
estoy convencida de que entonces tenía razón. He conocido y conozco
a gente que carece de alma.
Cuando
la población rebasa el umbral máximo para el control de almas,
empiezan entonces a ocurrir el fenómeno inverso al que pretende el
manipulador: algunas almas van despertando por sí mismas: después
de plantearse toda clase de preguntas y ver las piezas que no cuadran
se lanzan a la búsqueda de su propio yo, que, por supuesto buscan
dentro de ellas. No es fácil, porque el radar, un radar gigante
compuesto por las mentes ya totalmente manipuladas, las detectan y
entonces empieza una verdadera lucha a muerte entre todos a una por
todos los frentes contra una pobre alma que lo único que quiere es
saber quién es. Los ataques vienen naturalmente de las fuentes
autorizadas: culturales (se empiezan a perder amigos; algunos se
abandonan porque quieren retrasarte en tu búsqueda o simplemente se
ríen de tus problemas, con el consabido: “desde luego, cómo se
nota que no tienes problemas…… si tuvieras los que yo” y “¿qué
problemas tienes tú?” preguntas la primera vez dejándote llevar
por tu natural bondad. Y la interlocutora, suelen ser mujeres, te
empieza a relatar toda la retahíla
de lo que ella considera
problemas insalvables. En ese momento es mejor dejar la conversación,
porque todos los problemas que te cuenta los has tenido tú y los has
solucionado para dedicarte a lo que de verdad te importa. Pero desde
luego, has perdido una amiga); religiosos: en cuanto abres la boca en
cualquier sitio, por ejemplo, en internet, acuden como moscas a la
miel toda suerte de salvadores que te bombardean con las escrituras,
te cuentan lo bien que les va desde que se han entregado a Jesús,
te citan salmos, proverbios, con capítulos y versículos y te
quieren enseñar, precisamente, lo que tú acabas de apartar como no
válido. Estos son peores, porque si no lo consiguen por las buenas,
lo intentarán por las malas, retorciendo palabras, intentando
razonar en algo que al ser vivencial no admite razonamiento,
cambiando tus intenciones, tus escritos o sea, un ataque a nivel
intelectual que te deja los pies fríos y la cabeza caliente. A lo
mejor, con un poco de suerte, llega el momento en que te dejan en
paz. A este mismo grupo pertenecen los francotiradores: personas en
solitario, con su verdad particular (por lo general más extremista
que lo que tú estás buscando), su propia visión de todo, que
generalmente se resume en una o dos frases claves. Aquí hay que
distinguir,
porque los hay que utilizan armamento punta y otros que utilizan
tirachinas. No despreciemos a los tirachinas como
hizo Goliat, pero estemos prevenidos contra las armas de última
generación.
Una
vez que has despertado, aunque lo quieras, ya no vas a parar. Hasta
ahí llega la voluntad del Altísimo, sea quien sea y se llame como
se llame. Buscas el cómo, o sea, como consigo encontrar mi “yo”
auténtico. Y aquí ya te puedes echar a temblar. Si por cada palabra
que he leído sobre el cómo se diera un euro a, por ejemplo ACNUR,
habría……. Yo creo que sobraría. Filosofía tibetana, hindú,
china, mantras, meditaciones, chacras (bien alineados), pero es
curioso: ninguno, pero ninguno de estos escritos habla de aquellos
que en su día se consideraron heterodoxos y a nadie le interesa leer
los escritos ancestrales que, por una razón o por otra, están
saliendo a la luz.
En
fin, yo os puedo ofrecer algún atisbo de por dónde yo intento andar
mi camino: 1) admitir que somos animales; 2) que podemos pensar; 3)
que todo lo que se nos ha enseñado como obligatorio es falso. Como
corolario al 1) y, porque es algo que se nos prohibe de mil maneras,
admitir el sexo como lo más natural del mundo y buscad vuestra
propia identidad sexual. Os parecerá una locura, pero hay que
empezar siempre por lo que más reprimido está. Y
no hay nada que lo esté más. Acordaos que habéis vivido más vidas
u no necesariamente con el sexo que os ha tocado en ésta. Huy! No os
podéis imaginar cómo de despeja vuestra mente en un momento y caen
tabúes por todas partes. Estáis limpiando vuestra mente, estáis
recordando. Pero tened en cuenta que, en realidad, somos SERES DE LUZ
A LOS QUE SE LES HA ROBADO EL RESPLANDOR. Y, no os fiéis de la luz
blanca: buscad el rayo dorado: ese es el camino.
Me
gustaría hablar de más cosas, confío que mañana sea otro día.
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