sábado, 3 de diciembre de 2016

DIOS NOS SIGUE HABLANDO EN ESTOS TIEMPOS DE TRIBULACIÓN (IX)


18

¿Crees tú que lleguemos a aprender? ¿Crees que encontremos un camino para llevamos bien, que hagamos algo tan simple como vivir juntos en paz, armonía y felicidad?

Lo harán si abandonan sus falsas creencias y las construcciones humanas que han levantado en torno a ellas. Siempre He venido a ayudarlas. Siempre He estado aquí. Nunca los he dejado. Lo que Ustedes Son no puede dejarlos, sino que se queda siempre con ustedes. Y por eso, antes de que pregunten, Yo ya les habré contestado. Aun no saben esto porque no Me conocen. Imaginan que Yo mismo me he separado de ustedes. Se imaginan a ustedes mismos estar separados de los demás. Nada de eso es verdad. Nada de eso te sirve.

Las siguientes son las primeras tres de las Cinco Falacias acerca de la Vida...

“Los seres Humanos están separados el uno del otro”... “No es suficiente para los seres humanos la necesidad de ser felices”... y “no es suficiente con obtener lo que se quiere, los seres humanos deben competir con todos los demás”... lo suficiente para crear crisis, violencia, muerte y guerra entre ellos mismos.

¿Cómo llegamos a esta Tercera Falacia Sobre la Vida, la que trata acerca de la competencia?

Cuando aceptaron que “no era suficiente” lo que la vida les daba, concluyeron que tenían que hacer lo que fuera necesario para asegurarse de tener lo suficiente. En el principio, sólo alcanzabas y tomabas. En este panorama, era el más fuerte quien ganaba siempre.

Más adelante, cuando tu especie llegó a la adolescencia, te desarrollaste hasta el punto en que ya no te parecía justo que siempre ganara el más grande y más fuerte. Con todo no te habías desarrollado tanto como para elegir ver a todos ganar. -Aun no lo has hecho-. Así que comenzaste a idear otras “razones” para lograr que una persona o un grupo, en lugar de otro, pudiera ganar. Pensaste que lo que necesitabas para ser feliz era no tener que compartir. Desarrollaste competencias donde la fuerza bruta no era el único factor decisivo para determinar no sólo si perdías o ganabas la vida, sino cualquier otra cosa.
Todo esto podría haber sido suficiente desventaja -los seres iluminados no compiten uno con otro por el derecho de posesión ni tampoco por acaparar lo que les pertenece a todos y cada uno-, Pero ni siquiera construiste competencias favorables, sino que escogiste crear competencias en las que el ganador fuera declarado de antemano.

¿Qué quieres decir?

Me refiero a que, en tu cultura en particular, decidiste que ser rico, blanco, cristiano, estadounidense y hombre, te coloca de entrada en medio de los ganadores.
Cada cultura, cada subgrupo de toda la humanidad, tiene su propia lista, su propia idea de quiénes son “ganadores” en la competencia de la vida por Algo que No Es Suficiente, y refiriéndome a otras culturas, podría decir que basta con ser negro, ruso o musulmán para situarte en la lista de
ganadores.

Pero el ser “mujer” en cualquiera de las culturas de la humanidad difícilmente te coloca en esa lista.

Es verdad, y se debe a que, para que haya competencias en las que se puedan declarar ganadores de antemano, tendrías que remontarte a los tiempos en que se usaba la fuerza para acallar a los Perdedores. Entonces, la fuerza bruta, el músculo primitivo, era lo que, al final de cuentas, decidía las cosas.

Como se sigue dejando que la fuerza física primitiva o la fuerza bruta económica decidan casi todas las cuestiones y resuelvan los principales conflictos de la experiencia humana, entonces en casi todas las culturas humanas del presente, ser “rico” y “hombre” son los calificativos básicos del rango alto. Si tienes los dos atributos, entonces estarás en una posición dominante, porque tienes fuerza y poder y porque, en las competencias humanas para los asuntos de la vida, has sido declarado “ganador” de antemano.

Antaño, el mazo servía para demostrar el predominio masculino. Hoy lo demuestra el dinero, la influencia y el poder; y ustedes se han asegurado bien de que los hombres sean, principalmente, quienes lo tienen y controlan. Por lo tanto, los hombres siguen empleando la fuerza para salirse con la suya.
Además, como han imaginado a un Dios que usa la fuerza para salirse con la Suya, ustedes decidieron que Dios seguramente es hombre.

Claro que Dios es hombre, ¿o no? ¿Tú no lo eres?

No.

Pero yo pensé que Dios era “Él”

¿Quién dijo que lo era?

Mi religión.

Casi todas sus religiones están dominadas por los hombres y fueron creadas por sociedades dominadas por hombres. Algunas de estas religiones incluso predican -es decir, es cuestión de doctrina que las mujeres deben servir a los hombres.

Sí, ya hemos hablado varias veces de que, desafortunadamente, los musulmanes tienden a tratar a las mujeres como si fueran ciudadanos de segunda clase.

¿Cómo señala este mandato?

“Todo hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta deshonra a su cabeza. Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta deshonra a su cabeza, pues es prácticamente como si tuviera la cabeza rapada”.
“Si una mujer no estuviera cubierta, entonces habrá que raparla. Pero si rapar o afeitar a una mujer es vergonzante, entonces que permanezca cubierta”
“Un hombre, de hecho, no debe cubrir su cabeza, pues es imagen y gloria de Dios, pero la mujer
es gloria del hombre”.
“Pues el hombre no procede de la mujer, sino la mujer del hombre”.
“Y el hombre no fue creado para la mujer, sino la mujer para el hombre”.

Sí, es fácil ver que estos mandatos islámicos verdaderamente colocan a las mujeres en un plano inferior.

Salvo que no es un mandato islámico, sino parte del Nuevo Testamento de la Biblia.

No, un momento, no puede ser. ¡El Islam es el que siempre ha colocado a las mujeres en posición de inferioridad, pero no el cristianismo!
Creo que deberías leer Corintios 1, 11:4-9, o Efesios 5:22-24, que dejan las cosas en claro:
“Esposas, someteos a vuestros maridos como a vuestro Señor. Pues el marido es cabeza de su
mujer, tal como Cristo es cabeza de la iglesia”.
“Entonces, tal como la Iglesia esta sometida a Cristo, así las mujeres lo estarán a sus propios
maridos en todo”.

¡Epa, para un segundo! Está bien, tal vez estaba equivocado y no sólo los musulmanes colocan a las mujeres en una posición más baja en su sociedad, sino que los cristianos también lo hacen.

De hecho, ocurre en casi todas las culturas religiosas de la antigüedad.

Tienes razón. Ahora que estoy repasando la introducción del Bahagavad-Gita Tal como Es, escrito
por Su Eminencia A.e. Bhaktivedanta Swami, veo estas palabras:
“¿Qué es la naturaleza material? El Gita lo explica como una prakrtí inferior, una naturaleza inferior. La Prakrtí siempre está sometida a control... la Prakrtí es femenina y está controlada por el Señor, tal como las actividades de una mujer están controladas por su marido”.

¡Caray!, todas las culturas de este planeta realmente han embebido esta idea de la inferioridad de la mujer, ¿no es así?

Así es.
Según las leyes del Islam, el testimonio de una mujer rendido ante un tribunal vale la mitad que el de un hombre.

¡Es una broma!

¡Ojala lo fuera!

Bueno, como esto aparece .en tantas religiones, quizá lo que Dios realmente quería decir es que las mujeres están subordinadas a los hombres.

No lo están.

¿Estás seguro?

Estoy seguro.

Pero tienen que ser protegidas, permanecer en sus hogares, no pueden trabajar, no pueden estudiar. Deben padecer la mutilación de sus órganos sexuales para que no disfruten de los placeres sensuales. Y si bien no deben disfrutar del placer sexual, sí deben proporcionárselo a los hombres, normalmente cuando estos lo exigen, muchas veces como una expectativa y condición tácita de su contrato de matrimonio.
También pueden ser compradas y vendidas para que proporcionen placer sexual a los hombres.
Las mujeres no pueden caminar en público si no van acompañadas de un pariente sanguíneo del sexo masculino y deben llevar el cuerpo totalmente cubierto para que nadie las vea. No pueden votar ni ocupar puestos de mando.
No pueden estar presentes en las salas de consejo de las compañías ni en puestos de poder político. No pueden ser ministras ni sacerdotisas, obispas ni papas, rabinas ni ulamas, ni siquiera pueden sentarse en la misma sección del templo que los hombres. Si tienen un puesto, no perciben el mismo sueldo que ellos, a pesar de que realicen igual trabajo. Pero de cualquier manera, sería muy difícil que ellas pudieran ocupar puestos, porque además de proporcionar placer sexual que haga felices a los hombres, les han sido adjudicadas obligaciones específicas. Deben cocinar, limpiar, surtir la alacena, lavar la ropa, criar a los hijos y llevar a todos a las clases de piano, la práctica de fútbol y a dondequiera que ellos deban ir.

Veamos... ¿he olvidado algo?

No mucho.

He estado pensando en el trato que las distintas sociedades de nuestro mundo dan a las mujeres y en cómo lo han justificado. En realidad, nuestras diversas religiones organizadas han sido las que nos dicen muchas de estas cosas que han sido caldo de cultivo para otras, ¿no es así?

Me temo que sí.
Además, muchas personas las han creído. Muchas siguen creyéndolas.

La idea básica es que las mujeres sencillamente no son iguales a los hombres. ¿Pero cómo podrían nuestras bien intencionadas religiones llegar a tal conclusión si no es por vía de la enseñanza directa de Dios?

Mi amigo, la discriminación de las mujeres no es lo único que tus sagradas escrituras han dicho que es una enseñanza directa de Dios. Tus religiones organizadas también han enseñado, en una época u otra, que las Leyes de Dios prohíben que las personas de razas distintas se casen, que las personas del mismo género se puedan demostrar físicamente su amor e incluso que los negros sean sacerdotes.

Sí, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días –la iglesia mormona- siempre ha enseñado que los hombres de esa fe eran considerados sacerdotes. Sin embargo, durante mucho tiempo, la Iglesia Mormona dijo que esto no se aplicaba a los hombres negros. Se pensaba que los negros eran inferiores a los blancos y, por lo tanto, que no cumplían con los requisitos. No ha sido sino hasta hace poco que los padres de la Iglesia echaron marcha atrás y aceptaron que los negros no eran inferiores a los blancos y que, después de todo, podían ser sacerdotes.

Ahora, si tan sólo pudieran decidir lo mismo respecto a las mujeres...

No contengas la respiración, pero, ¿cómo es posible que esto ocurra? ¿Cómo pueden las religiones, que supuestamente son el mismísimo modelo de amor y aceptación, patrocinar de hecho esta tendencia a discriminar?

Su justificación se deriva de la Cuarta Falacia acerca de la Vida, que dice que algunos seres humanos son mejores que otros. Esta falacia es la que permite a nuestras sociedades seguir los pasos de las religiones organizadas y practicar todo tipo de discriminación.

Ustedes incluso discriminan en su hablar diario. Tal vez hayas advertido que en esta conversación he empleado los términos “él” y “ella” indistintamente cuando me refiero a Dios. Esto es algo que ustedes no hacen.

Lo he notado y me he preguntado por qué lo haces.

Lo hago porque sé que el habla es una parte muy fuerte en la creación de la historia cultural de los humanos. Como, en milenios recientes, su raza ha empleado exclusivamente la palabra “él” para referirse a Dios, los jóvenes -de los dos sexos- no han tardado mucho en formarse esta imagen: Dios es hombre y, por lo tanto, infiero que los hombres son superiores a las mujeres.

Ahora, cuando la Nueva Espiritualidad abarque el planeta, estas inferencias serán cosa del pasado. Una parte importante de la Nueva Espiritualidad tendrá que ver con la posibilidad de crear una verdadera igualdad para las mujeres, acabando al fin con su descalificación y con el abuso franco de una mitad de la raza humana. .

Ésta es una de las muchas razones por las que cabe esperar que las personas que detentan el poder se opongan a la Nueva Espiritualidad. La mayor parte de las personas que ahora detentan el poder son hombres.

Además, los hombres creen en la falacia que ellos llaman su “superioridad”, aun cuando ahora ya hay muchos hombres convencidos de que, en realidad, sus actos y sus decisiones respecto a las mujeres no están hablando de superioridad, sino manifestando su preocupación por las mujeres y su sensibilidad al hecho de que los hombres y las mujeres deben desempeñar distintos roles en la sociedad.

Lo que llamaremos el “Grupo Preocupado” dice que, al proclamar y apoyar leyes y costumbres que restringen a las mujeres, lo único que están haciendo es protegerlas contra la explotación y el mal trato. No obstante, su propia protección produce una explotación y un maltrato enormes y generalizados.

El Grupo de los “Roles Diferentes” dice que tan solo está tratando de que quede clara la importancia de los roles separados que han sido designados a los hombres y las mujeres en los asuntos humanos.

Este grupo también explota y maltrata grandemente a las mujeres, pero con la referida pretensión. Dice que Dios ha asignado roles a los hombres y las mujeres y proclama que la razón por la que el género humano está luchando por su supervivencia es que estos roles han sido alterados. Las mujeres andan por ahí haciendo “trabajos de hombre” y usando “ropa de hombre” y buscando “autoridad de hombre” y, según este grupo, esto es lo que está produciendo alternaciones en nuestra sociedad.

Bueno, está creando alteraciones, pero son alternaciones necesarias para producir una sociedad de Nuevos Humanos que entiendan que ni la raza ni el género, la nacionalidad, las convicciones religiosas, las preferencias sexuales o ningún otro aspecto de la individualidad de una persona debe ser una descalificación que le impida participar plenamente en la experiencia humana en el ámbito más alto y en lo que pudiera escoger ella, siempre y cuando su elección n afecte los derechos ni la seguridad de terceros.

Ahora bien, esa declaración puede ser el preámbulo de una Constitución Mundial para los Nuevos Humanos.

“Ningún aspecto de la raza, el género, la nacionalidad, las creencias religiosas, las preferencias sexuales o algún otro de la individualidad impedirá que la persona pueda participar plenamente, en términos de igualdad, en la experiencia humana en el ámbito más alto”.

Caramba.

Sí, ésta sería una idea revolucionaria. “Revolución” significa “girar” o virar y esta idea daría un giro a una gran parte de su realidad. Corregiría la Cuarta Falacia acerca de la Vida.



19

Estoy fascinado con esta Cuarta Falacia respecto a la Vida... “Algunos seres humanos son mejores que otros”. Me parece que cuando añadimos ésta a las otras tres falacias de la vida, cuadruplicamos las oportunidades a favor del desastre.

Tu percepción es correcta.

La idea humana de “mejor” es el concepto más dañino jamás concebido en la mente de cualquier ser sensible en cualquier lugar. Es lo que les ha permitido racionalizar y justificar la mayoría de sus conductas primitivas.

Algunos de ustedes tienen la idea de que los cristianos son “mejores” que los judíos, o que los judíos son “mejores” que los cristianos. Que los blancos son “mejores” que los negros, o que los negros son “mejores” que los blancos. Que los estadounidenses son “mejores” que los árabes o que los árabes son mejores que los estadounidenses.

¡Y que los franceses son mejores que nadie!

(Es una broma).

Lo sé.

Creen que los católicos son “mejores” que los protestantes, que los protestantes son “mejores” que los católicos; que los republicanos son “mejores” que los demócratas, que los demócratas son “mejores” que los republicanos; que los luteranos del Sínodo de Missouri son “mejores” que los luteranos de la Iglesia Evangélica Luterana, y que los luteranos de la Iglesia Evangélica Luterana son “mejores” que los luteranos del Sínodo de Missouri.

Creen que los heterosexuales son “mejores” que los homosexuales, que los capitalistas son “mejores” que los comunistas, que los ecologistas son “mejores” que los industrialistas y finalmente, que los creyentes en Dios -cualquier clase de Dios- son “mejores” que los ateos.

Creo que estoy en lo correcto al decir que los maestros religiosos musulmanes dividen el pecado en dos categorías, los grandes y los pequeños pecados, tal y como los católicos hablan de pecados mortales y pecados veniales. Pero para los musulmanes, ser incrédulos es el mayor de los 17 pecados mayores. Es considerado un pecado más grande que el robo, más grande .que el adulterio, más grande incluso que el asesinato. Tan es mejor ser creyentes que “no creyentes”, que a los incrédulos se les puede castigar con la muerte, y los que terminan con su propia vida en el proceso de “matar a los infieles” ¡se van derechito al cielo! En la sociedad humana, esta idea de “ser mejor” se da hasta el infinito.

Sin embargo, seguramente no estás diciendo que no está bien preferir una cosa sobre la otra. Si todo fuera “exactamente igual”, lloraríamos de aburrimiento. Las diferencias son buenas. La variedad es el condimento de la vida.

De acuerdo. Pero las diferencias no tienen que traducirse en divisiones, y en tu mundo a menudo lo hacen. Han permitido que sus diferencias los debiliten en lugar de que los fortalezcan. Algunos han afirmado que son más que simplemente “diferentes”. Han sostenido que son “mejores”. Mejorados. Superiores. Adelantados. Perfeccionados. Más Grandes. Más Finos. Preferidos. Escogidos. Seleccionados. Elevados.

Creen eso porque son “esto” más que “aquello': que son “más”. Más apropiados, más deseables, más adecuados, más satisfactorios, más útiles, más valiosos, más atractivos, más competentes, más preferidos.

En algunos casos han añadido la frase “a los ojos de Dios” a estas descripciones, así que piensan
que son “más preferidos” a los ojos de Dios, o más adecuados a los ojos de Dios, para ser sacerdotes, o ser llamados “santos” o “ir al cielo”.

Algunas religiones organizadas dicen que sólo si tienes un pene puedes ser sacerdote o clérigo religioso. Si no lo tienes, no puedes serio. Algunas religiones dicen que sólo si crees en Jesús puedes ir al cielo. Si no crees en él, no puedes ir. Algunas religiones dicen que sólo si sigues las enseñanzas de Mahoma puedes conocer a Dios. Si no las sigues, no puedes conocerlo.

Éstas y otras de sus nociones han creado un sistema de castas en sus experiencias religiosas -el último lugar donde tal sistema podría tener un lugar en absoluto.

¿Qué podemos hacer respecto a esto? Esta idea nuestra de ser “mejores” que el vecino está profundamente arraigada. No sé si podamos deshacemos de ella.

De hecho, la ilusión de superioridad es fácil de hacer a un lado. Una simple mirada a sus conductas cuando creen que son superiores les revelará que han estado actuando inferiormente. Cuanto más grande crees que eres, más pequeño te vuelves. Cuanto mejor pienses que eres, peor actúas. La evidencia ante tus propios ojos te guiará hacia esta verdad.

Más debes abrir los ojos. No puedes caminar por ahí ofuscado, como sonámbulo. Y eso es lo que
 la mayoría de los humanos están haciendo. “Sonambulear”. Vivir en un sueño y ver cómo éste se convierte en pesadilla. Esta pesadilla conduce lógicamente a, y produce, la Quinta Falacia acerca de la Vida: Es correcto que los seres humanos resuelvan las graves diferencias creadas por las primeras cuatro falacias, matándose entre sí.

Y como lo has señalado aquí una y otra vez. Muchas organizaciones religiosas sólo ayudan a promover y a perpetuar esta idea.

Oh, sí. Muy obvia y definitivamente.

Son sus religiones organizadas las que han explicado a través de sus más sagradas escrituras que la crueldad y el crimen son una respuesta aceptable a la fragilidad humana y las diferencias humanas. Esto va en contra de cada instinto humano, pero la religión organizada ha reorganizado el pensamiento humano.

Algunos humanos hasta se han vuelto en contra de su propio instinto de conservación. Y así la gente anda por ahí lesionando y matándose entre sí, porque les han dicho muy directamente que esto es lo que Dios les hace a ellos-y lo que Dios quiere que se hagan entre sí.

Eso al parecer es ir demasiado lejos. Ninguna religión enseña eso.

¿Estás seguro? ¿Has leído el Corán últimamente? ¿O el Bhagavad-Gita? ¿O el Libro de Mormón?
¿O la Biblia?

¿Recuerdas lo que les pasó a los israelitas que adoraron al becerro de oro? ¿No fueron sacrificados tres mil de ellos por los levitas bajo mi mandato? ¿No les instruí en Éxodo 32:27 “Cíñase cada uno su espada sobre su muslo, pasad y repasad el campamento de la una a la otra puerta y mate cada uno a su hermano, a su amigo, a su vecino”?

¿Y qué me dices de los 24 000 israelitas que adoraron a Baal? ¿No le dije a Moisés, según está registrado en Números 22:4-9: “Reúne a todas las autoridades del pueblo y cuélgalos ante el Señor...”?

Tú sabes, yo diría que estás tomando sólo unos cuantos ejemplos aislados y no estás siendo justo, pero se han escrito muchos libros acerca de la historia de masacres y matanzas en el Santo Nombre de Dios tan extensamente registrado en muchas partes de la Biblia. En estos libros nos han dicho cómo la Biblia cuenta que 12 000 hombres, mujeres y niños de Hai fueron muertos en una emboscada que Dios Mismo inspiró y supervisó (Josué 8: 1-30), y que los ejércitos de los amorritas fueron destruidos cuando “... el Señor... los mató en una gran matanza” (Josué 10: 10 11). Estos críticos de la Biblia nos dicen que una lectura a los libros de Éxodo, Levítico, Deuteronomio, Josué, Jueces, Samuel, Números, Amós, Reyes, Crónicas, Ester y Job, por nombrar unos cuantos, producirán un recuento de nada menos que un millón de personas sólo en la historia del Antiguo Testamento que fueron castigados por la mano de Dios, incluyendo a todos aquellos que murieron 'durante la hambruna de los siete años en Samaria enviada por el Señor (II Reyes 8:1), o los 185 000 asirios muertos de la noche a la mañana por un ángel (II Reyes 19:35) -o por la gente que obedecía los mandatos de Dios- tales como los 100000 soldados asirios muertos en un solo día por los hijos de Israel (I Reyes 20:28,29,30), o los profetas de Baal, en total 450, asesinados por Elías (I Reyes 18:40,46), o el medio millón de hombres de Israel muertos por el ejército del rey Abijah de Judá, a quienes, nos dijeron, “Dios castigó” (II Crónicas 13:16,17.20).

Tal vez te parezca interesante la lectura del Libro de Mormón. Les da a los humanos un retrato muy interesante de Dios. Por ejemplo, dice:
“¡Aúllen!, pues el día del Señor está a la vista; vendrá como una destrucción del Todopoderoso... Mirad, que el día del Señor vendrá, cruel tanto en cólera como en feroz ira, para dejar la tierra desolada; y él destruirá a los pecadores de ahí en fuera... y yo castigaré al mundo por su maldad y a los perversos por su iniquidad... cada uno que esté orgulloso será lanzado de un lado a otro; sí, y cada uno que se una a los malvados caerá por la espada...”

Asombroso. Eso seguramente nos dice qué tan perverso puedes ser cuando has sido ofendido.

Espera, hay más. No satisfecho aún con castigar a los hombres malvados, el Señor Dios Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra, va también tras de inocentes vástagos y cónyuges. “Y sus hijos serán destrozados en pedazos ante sus ojos; sus casas se destruirán y sus esposas serán violadas'.

¿Eso dice el Libro de Mormón?

Mira en 2 Nephi 23:6-16

Hombre, esto es increíble.

Así es. Lo que debes ahora admitir y reconocer es que ustedes mismos se han dicho en muchas de sus sagradas escrituras que Dios Mismo mata a la gente que Lo ofende, y también que Dios quiere que salgas y mates por Él.

Quizá éste es el momento -mientras todavía tengamos tiempo para que todos nos preguntemos
algunas cuestiones muy importantes. ¿Es posible que La Palabra de Dios, tal como fue escrita por los humanos en sus libros sagrados tenga algunos errores? ¿Es posible que haya algo que no sabemos acerca de Dios y sobre la Vida, que podría cambiar todo si lo supiéramos?
¡Si tan sólo hubiera un Nuevo Evangelio!

Puede haberlo. Ya fue propuesto antes, en el libro Amistad con Dios. Quince palabras que podrían cambiar el mundo. Un evangelio de dos frases que podría poner de cabeza a este planeta. 

Sí. Ya recuerdo. Dos frases que podrían alterar todo.

Hay frases que no podrían ser pronunciadas desde muchos púlpitos o atriles, por muchos líderes religiosos o políticos. Puedes retarlos a decirlas, pero no lo harán. Puedes rogarles que lo repitan, pero no deberán. Puedes gritarles que lo declaren, pero no podrán.

¿Por qué? ¿Por qué no lo pueden decir?

Porque pronunciar este Nuevo Evangelio sería invalidar todo lo que les han enseñado, todo aquello de lo que han buscado convencerlos, todo aquello en lo que basan sus acciones.

Tienes razón. Es un Nuevo Evangelio que podría salvar al mundo, pero el mundo no puede predicar estas dos frases. El mundo no las puede proclamar. Son demasiado poderosas. Son demasiado subversivas.

Aún así, puede que esté equivocado. Tal vez haya algunos líderes religiosos o políticos valientes que podrían tomar este Nuevo Evangelio propuesto y repetirlo. ¡Proclamémoslo aquí!

“Todos somos Uno”

“La nuestra no es una mejor manera, la nuestra es solamente otra manera.”

¡Qué mensaje podría ser éste viniendo de los púlpitos del mundo! ¡Qué declaración sería si partiera de los podium de todas las naciones!

¡Qué poderosas podrían ser esas palabras pronunciadas por el Papa o el arzobispo de Canterbury, o los líderes clericales en la Iglesia Bautista o las voces del mundo Islámico o del presidente de la Iglesia Mormona o de la cabeza de la Iglesia Luterana -El Sínodo de Missouri!

Los invito ahora -aquí mismo, ahora mismo- a decirlas, a declararlas como su verdad, a incluirlas en su próximo sermón público. Imagina al Papa diciendo, “Dios ama a todos los hijos de Dios, y todos somos uno. Hay muchos caminos hacia Dios y Dios no le niega a nadie tomar un camino con humildad y sinceridad. La nuestra no es la mejor manera, la nuestra es solamente otra manera”. El mundo temblaría. Los cimientos de todas las grandes religiones del mundo -El Estar separados y el Ser Mejores- ¡se vendrían abajo!

Reto a cada vocero político de partido, a cada jefe de Estado Internacional, a colocar esto en sus plataformas de partido y a anunciar esto en sus discursos. Imagina a los candidatos en las próximas elecciones presidenciales de E.U. diciendo, “Éste es un tiempo complejo, y hay muchas formas de atacar los retos que enfrentamos. Tengo mis propias ideas y mi oponente tiene las suyas. Mi oponente no es un villano. No es una mala persona. Sólo tiene ideas que son diferentes a las mías. Escuchen nuestras ideas cuidadosamente, y entonces vean con cuál de nosotros está de acuerdo. Pero al final, quiero que todos sepan esto: Éstos son los Estados Unidos y todos somos uno.

La nuestra no es una manera mejor, la nuestra es solamente otra manera”.

El proceso político ya nunca sería igual. Adiós a las satanizaciones. Adiós a los cuestionamientos de carácter, a las impugnaciones de los motivos y a las equivocaciones y las desacreditaciones. Parados en cada elección estarían dos candidatos de los que se supondría son personas buenas cuyas aspiraciones son servir al interés público, quienes por su propia admisión están buscando el poder porque hay cosas que les gustaría que se hicieran, y quienes simplemente están en desacuerdo en la manera en que hay que hacerlas.

Es maravilloso el cuadro que pintas. Es el cuadro de un mundo transformado.

Pero ningún líder de ningún partido político importante podría decirlo. Ningún líder religioso importante podría nunca declararlo. Todo su mensaje, su propia credibilidad, está basado precisamente en la premisa opuesta. Toda la estructura de la humanidad está construida sobre la idea de estar separados y ser mejores.

Ésta es la situación en tu mundo, precisamente. Éste es el punto del que se está hablando en esta conversación. Hay muchos humanos que no pueden soportar el pensamiento de vivir con tales ideas nuevas, y en vez de eso mueren aferrados a la Quinta Falacia acerca de la Vida como su verdad. Ellos declaran:

“Es correcto que los seres humanos resuelvan sus graves diferencias creadas por todas las otras
falacias matándose entre sí”.

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