martes, 29 de noviembre de 2016

DIOS NOS SIGUE HABLANDO EN ESTOS TIEMPOS DE TRIBULACIÓN (V)



10

Muy bien, sigo trabajando en el Paso 3. Estoy dispuesto a concebir una nueva comprensión de Dios y la Vida. Pero déjame ver si me queda claro. ¿Dices que debemos hacerle tanto caso a las palabras de un taxista de Phoenix como a las de Moisés, Jesús o Mahoma?

¿Por qué lo preguntas de esa manera? ¿Por qué no preguntas eso sobre Confucio? ¿O Siddhartha Gautama? ¿O Patanjali? ¿Por qué no eliges como comparación, a Baha'u’llah?¿O Jalal al-Din Rumi? ¿O Joseph Smith? ¿Y qué tiene de malo Paramahansa Yogananda?

Es la segunda vez que sacas a relucir esta cuestión. ¿Estás diciendo que personas como Siddhartha Gautama fueron tan santas como Jesús?

Lo llamaron Buda, ¿no es así?

Está bien, elegí el equivocado. ¿Qué pasa con joseph Smith? ¡Seguramente no lo vas a poner en la misma categoría que Buda, Moisés, Jesús y Mahoma!

¿Por qué no?

Porque. .. Simplemente no es “correcto”, es todo.

Ahora déjame a mí ver si esto me queda claro. Mahoma inspiró el Corán, ¿verdad?

Sí. Es lo que sé.

Y Joseph Smith escribió el Libro de Mormón.

Sí.

¿Entonces afirmas que el Corán es más sagrado que el Libro de Mormón porque Mahoma es “más santo” que Joseph Smith?

Bueno, no digo eso -pero sospecho que la mayoría de los musulmanes lo dirían.

Y los cristianos dirían lo mismo sobre el Nuevo Testamento y Jesús si los compararan con Joseph Smith, y los judíos dirían lo mismo sobre la Torah y Moisés al compararlos con Joseph Smith, ¿es eso lo que me estás diciendo?

No quiero hablar por nadie más. Sólo puedo hablar sobre mi observación a través de los años. He observado que la mayoría de los cristianos no dirían que la Palabra de Dios en el Libro de Mormón es tan autorizada como la Palabra de Dios en el Nuevo Testamento, a pesar del hecho de que los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos del Último Día -mormones- definitivamente se consideran cristianos...
Y no sé lo que dirían los judíos respecto a si el Libro de Mormón es tan claramente la Palabra de Dios como la Torah. Tal vez dirían: “¿Quién puede saber?” Probablemente entablarían un buen debate al respecto. Como dije, estoy confundido.

De acuerdo, vayamos a otras comparaciones. ¿Quién es más “santo': Jesús, Moisés o Mahoma?

No lo sé. Me preguntas algo que no sé.

Bueno, Moisés trajo los Diez Mandamientos, ¿no es así? Jesús creó las enseñanzas del Nuevo Testamento, ¿estás de acuerdo? Y el Corán trata sobre las palabras de Mahoma, ¿no es así? Entonces, ¿quién es más “santo”?

¿Estás tratando de iniciar una discusión aquí?

Yo no, pero los seres humanos sí. De hecho, comenzaron una hace mucho tiempo y nunca la terminaron. En su esfuerzo por terminarla amenaza con acabar con ustedes.

Allí está el problema.

Eso es parte de lo que está sucediendo en el mundo.

Sigues diciendo eso.

Sí, porque te estoy preparando para la TERCERA NUEVA REVELACIÔN.

¿Cuál es?

Ningún camino hacia Dios es más directo que otro. Ninguna religión es la “única religión verdadera “, ningún pueblo es “el pueblo elegido” y ningún profeta es el “profeta más grande”.

Si eso es cierto, entonces debemos descartar todas las suposiciones que hemos hecho en la creación de nuestras creencias. Tenemos que arrancar cada tabique que hemos puesto.

Esos tabiques han dejado de sostener una estructura que albergue un mundo de paz, armonía y felicidad. Les he dicho aquí que el problema que hoy enfrenta el mundo es espiritual. No puede resolverse por medios políticos. No puede resolverse por medios económicos ni por medios militares. Sólo se puede solucionar mediante un cambio de creencias.
Las creencias a las que hoy se les invita a explorar, y las que tal vez quieran adoptar, están expresadas en las Nuevas Revelaciones que se les entregan aquí. Examinen estas Nuevas Revelaciones con cuidado. Reflexionen sobre ellas seriamente. No se les han estado dando sin razón. Han pedido ayuda. Han preguntado cuáles son las nuevas ideas que la raza humana puede toma en cuenta. ¿Cuál es nuestro punto de apertura para la discusión? ¿Cuáles son los nuevos pensamientos en los que podemos inspirarnos, y con cuáles podemos inspirar a otros?
Estas Nuevas Revelaciones se les dan como respuesta a su petición de ayuda.

¡Pero nos pides que tomemos todas nuestras creencias actuales y las volteemos de cabeza!

Sus creencias actuales pusieron su mundo de cabeza. Y de adentro hacia afuera. Ustedes mismos se están despedazando, reventando, rompiendo en jirones, jalándose en todas direcciones, envenenándose con sus creencias. Sus creencias actuales ya no los sostienen, los están matando.
Pueden detener esto si siguen los Cinco Pasos para la Paz.

De acuerdo. Estoy dando el Paso 3 ahora mismo. Declaro que estoy dispuesto a concebir una nueva comprensión de Dios y de la Vida.

Bien. Ahora, ¿te acuerdas del Paso 4?

El Paso 4 es elegir ser tan valientes como para explorar y examinar nuevas comprensiones y, si se alinean con nuestra verdad y conocimiento internos, ampliar nuestro sistema de creencias para incluidas.

Perfecto. Y eso es exactamente lo que este diálogo se propone darte la oportunidad de hacer.¿Estás listo para hacer una exploración?

De acuerdo, pero estoy nervioso. Sigo sintiendo algo de miedo. Siento como si fueras a sacudir los cimientos de todo lo que la gente en el mundo considera cierto.

Pero eso es exactamente lo que su planeta necesita en este momento. Muy pocas personas están explorando esas ideas. Muy pocas están siquiera dispuestas a considerarlas. Necesitan tener el valor para hacerlo, porque las nuevas ideas pueden ser desafiantes. ¿Tú lo tienes?

Bueno, si no tengo que estar de acuerdo contigo... Si sólo vamos a hablar...

En algunas sociedades eso es algo muy grande. A la gente no se le motiva a hacerlo. De hecho, en algunas partes ni siquiera se les permite que lo hagan. No hay duda de que en algunos círculos se prohibirá la lectura de este libro.

Bueno, supongo que estoy entre los valientes entonces.

No sólo tú, sino cualquiera que lea este libro y cualquiera que no haya abandonado su lectura hasta este momento.

Muy bien, aquí estamos, así es que vamos a explorar. Vamos a examinar creencias, ¿verdad?

Sí. Son los puntales de toda la experiencia humana. Aunque algunas de ellas parecen tener que ver sólo con Dios y, por lo tanto, parecería que sólo afectan a quienes creen en Dios, ahora verán cómo esas ideas sobre Dios han influido profundamente en la vida secular.

Sí, ya hablaste de eso antes.
No hay que creer en Dios para que influyan en uno las convenciones sociales creadas por quienes sí lo hacen. Esas convenciones sociales producen imperativos culturales -maneras en que todas las personas creen que tienen que vivir sus vidas, porque “así son las cosas “. Entonces, a veces la religión afecta a lo no religioso.


Así es, exactamente. Al final, la religión organizada sólo es un sistema de creencias. Todas las conductas humanas se basan en creencias humanas, y un conjunto de creencias alimenta a otro, creando lo que llamarían Supercreencias que trascienden las religiones particulares o las filosofías seculares. Con las creencias, como sucede con todas las cosas, el todo es mayor que la suma de las partes.

Por ello es pertinente explorar las creencias religiosas básicas, sea uno religioso o no. Abordé esto brevemente por respeto a los ateos sinceros y a los agnósticos. Quería darles una razón para continuar en la discusión. Lo único que tiene que hacer cualquiera a quien le preocupe la vida es echar un vistazo al mundo que lo rodea. Ésta debe ser una razón suficiente.

Sin duda estamos en un lugar muy precario.

Y son sus creencias las que los han puesto allí.
Desde luego hay muchas creencias sobre Dios, aunque cinco de ellas son fundamentales, promulgadas por los cientos de religiones hoy establecidas en la Tierra, que comparten la mayoría de las religiones organizadas, y en las que basan sus dogmas fundamentales, aunque variados.

La principal creencia humana sobre Dios es que Dios necesita algo.
Esta idea es fundamental en la mayoría de las construcciones de Dios que la gente ha hecho. Según esta fórmula, Dios es un Ser en el Universo que necesita y quiere algo para ser feliz.
Aunque se describe a Dios como el Ser Supremo, también es cierto, según esta fórmula, que en ciertas experiencias y condiciones Dios se molesta. Por último, esta molestia se convierte en ira, la cual finalmente provoca un justo castigo.
En resumen, Dios les pide que ustedes sean, hagan y tengan unas cosas, y que no sean, hagan ni tengan otras. Éstas son las expectativas y exigencias de Dios, y si no las cumplen, ¡ay de ustedes!

¡Eso es exactamente lo que las monjas solían decirme en la primaria católica! “Ay de ti si no obedeces las Leyes de Dios”. Así decían las Hermanas de la Caridad.

Estas exigencias de Dios han sido enunciadas y compendiadas de distintas maneras en los cánones de sus diferentes religiones, pero en esencia dicen lo mismo. Tal vez el sumario más familiar es el que se conoce como el Decálogo, o los “Diez Mandamientos”.
La creencia de que Dios pide cosas para ser feliz es una falacia. Es la falacia No. l de las Cinco
Falacias Sobre Dios.
Dios es todo lo que existe, todo lo que ha existido y todo lo que existirá. No hay nada que no sea Dios, por lo tanto, Dios no quiere ni necesita nada en absoluto.

Por consiguiente, aquí está la CUARTA NUEVA REVELACIÓN.

Dios no necesita nada. Dios no exige nada para ser feliz. Dios es la felicidad misma. Por lo tanto, Dios no exige nada de nadie o de algo en el Universo.

Eso no puede ser cierto.

Lo es.

No puede ser. Casi todas las Escrituras Sagradas de todas las religiones del mundo tienen una larga lista de exigencias que Dios ha impuesto a la raza humana. Esto incluye conductas, rituales, ceremonias y hasta costumbres relacionadas con la dieta y la ropa.
Su Gracia Divina A.C: Bhaktivedanta Swami, fundador de la Sociedad Internacional para el Conocimiento de Krishna, quien escribió el libro Bhagavad-Gita tal cual es, afirmó en su introducción que uno debe entender que el punto central del Bhagavad-Gita es éste:
“En vez de satisfacer sus propios sentidos materiales personales, el hombre tiene que satisfacer los del Señor. Ésta es la perfección más alta de la vida. El Señor lo quiere y lo exige.”

Eso no es cierto.

¿Su Gracia Divina se equivoca?

Su Gracia Divina no fue precisa en ese escrito. Ésa es una afirmación inexacta.

Bueeeeeno... Entonces tomemos la Torah. Tiene una larga lista de arriba abajo de reglas que hay que respetar como Ley de Dios. Lo mismo hace el Corán, por mencionar sólo otras dos de las sagradas escrituras de la humanidad.

Sí, lo hacen. Es verdad. Entonces echemos un vistazo a lo que dicen algunas de esas escrituras. Veamos si son la clase de afirmaciones que atribuirían a Dios. El Libro del Deuteronomio dice que si un hombre se casa con una mujer y descubre que no es virgen, y su familia no puede probar que era virgen antes de su matrimonio, “será llevada a la puerta de la casa de su padre y allí los hombres de su pueblo la lapidarán hasta matarla”.

Espera un minuto. ¿Ésa es la ley de Dios?

Como se dijo que fue entregada a Moisés, sí. La Torah también dice que, si se descubre que un hombre y una mujer mantienen una relación adúltera, ambos serán llevados a las puertas de la ciudad y lapidados hasta morir.

Huy, ¿podemos detenemos sólo un minuto?

Y a Dios le preocupan también otros asuntos de la vida real. La ropa, Por ejemplo. Una mujer “no debe usar ropa de hombre..., pues Dios nuestro Señor abomina a cualquiera que lo haga “, dice la Torah.

Bueno, allí van pantalones y trajes sastre.

También dice, “No usen ropa de lana y lino tejidos juntos”.

Oye, espera un minuto...

Por consiguiente, sólo algunas personas son bienvenidas en la casa de Dios. Si resulta que eres un niño nacido fuera del matrimonio, no puedes entrar.

¿No?

No. Ningún hijo ilegítimo, “ni ninguno de sus descendientes pueden entrar a la congregación de Señor, hasta la décima generación”. Además, si cierta parte de su cuerpo es herida en un accidente o como resultado de la guerra, tampoco pueden unirse a otros devotos de Dios.

¿Perdón?

La Biblia dice: “Si los testículos de un hombre son aplastados o se le ha cercenado el pene, no puede ser incluido en la asamblea del Señor”.

Muy bien, muy bien, vamos a pararle aquí.

Pero si ésas son palabras sacadas de la Biblia. ¿Acaso te molestan o te avergüenzan?

¿Ésas palabras están en la Biblia?

Ve a Deuteronomio 23: 1-2, Nueva Traducción Viva.

Ah, una de esas Biblias “modernas”.

Sí. La versión del rey James lo dice así: “Aquél que sea herido en las piedras, o le corten su miembro secreto, no entrará a la congregación del Señor': Pero viene a ser lo mismo.
Está bien, no sé qué más decir... y tengo sorprendentes noticias para aquellas mujeres que toman esas clases de defensa Personal que se ofrecen hoy en día.

¿De veras?

Sí. Hacer algo de lo que aprenden en esas clases les puede ocasionar graves problemas.

¿Qué quieres decir?

La Biblia dice: “Si dos hombres están peleando y la esposa de uno de ellos, por rescatar a su esposo, extiende el brazo y agarra las partes privadas del contrincante, se le cortará la mano sin piedad”.

Vaya, los escritores de la Biblia se traían algo con los genitales masculinos, ¿verdad?

¿Quién supones que la escribió?

Entiendo.

Ah, y también tienen algunas máximas respecto a los niños que no obedecen a sus padres.

Probablemente no sean puntos de vista que muchas madres compartan.
Está bien... ¿Qué tiene esta particular Escritura Sagrada que decir sobre los niños que no obedecen?

Lo que dice es: “Mátenlos”.

¿Qué?

Según la Torah, Dios dice que los maten.

No lo creo.

Bueno, está allí, tan claro como el agua.
“Si un hombre tiene un hijo obstinado y rebelde que no obedece a su padre y a su madre y no los escucha cuando lo corrigen, su padre y su madre lo cogerán y lo llevarán con los ancianos a las puertas de su pueblo.
Dirán a los ancianos: 'Este hijo nuestro es obstinado y rebelde. No nos obedece. Es licencioso y borracho'. Entonces todos los hombres de su pueblo lo lapidarán hasta matarlo. Deben liberarse del mal que hay entre ustedes.”

Me imagino que con eso lo lograrían muy bien...
Pero Dios no siempre confía en Sus súbditos para realizar Su castigo. Con frecuencia -según varias de sus “sagradas escrituras”- castiga directamente.

Por supuesto que sí. ¡En especial si no creen en Mí y en Mi bondad! ¿No lo harías tú? Si tú fueras todo Poderoso, toda sabiduría, toda bondad y gentileza y todo amor, ¿no castigarías a quienes no creyeran en ti? Quiero decir, ¿no te pondría eso verdaderamente furioso?

Estás bromeando, ¿verdad? Me estás tomando el pelo, ¿o no?
¿Estás diciendo que tus “escrituras sagradas” están equivocadas?

¡Ten cuidado! Podrían castigarte por ello.

Oh, vamos...

El Corán afirma claramente: “En cuanto a aquellos que no creen, sus actos son como un espejismo en el desierto al que el sediento toma por agua, hasta que extiende la mano para darse cuenta de que no había nada y encuentra a Dios, quien le salda la cuenta, pues Dios es raudo para ajustar cuentas”. (Sürah 24:39) Los musulmanes saben qué acto de Dios espera a quienes creen en mi bondad y a quienes no. Sürah 9:26 ¡Pero Alá derramó Su serenidad en el Mensajero y en los Creyentes, y mandó fuerzas que vosotros no visteis: castigó a los no creyentes. Así es como premia a quienes no tienen fe.”

Entonces estamos “obligados” a tener fe, o si no...

Así es.

Yo no sé nada al respecto. Pero simplemente no parece razonable que la Fuente de Toda Bondad, Gentileza y Sabiduría castigue a la gente que, por una u otra razón, no cree en Él.
¡Pero yo siempre le doy a la gente una oportunidad! ¿Acaso no es razonable? Yo nunca castigo a alguien sin mandarle primero una advertencia de que haría bien en volver al redil y creer en Mí. Si aún así no cree en Mí, los destruyo por completo, pero nunca, nunca, sin una advertencia.

¡No conozco a ese Dios del que hablas! ¡Creo que lo estás inventando!

¿Lo estoy inventado yo? O, ¿... ustedes?

¿Qué quieres decir?

Lee tus propias sagradas escrituras, los escritos de los humanos.

Leamos una vez más del Corán, en Sürah 17:15-16

“…ni habremos de visitar con Nuestra Ira hasta que hayamos enviado un mensajero (hecho una advertencia) Cuando decidimos destruir una población, primero enviamos una orden absoluta a quienes se les han otorgado las cosas buenas de esta vida y aun así la transgreden; de modo que la palabra demuestre ser verdad contra ellos. Entonces los destruimos totalmente. “

La verdad es que el mundo está lleno de pecadores por todos lados -gente que no cree que soy Dios y que soy bueno, y que hace cosas que no quiero que hagan. De hecho, los seres humanos son tan malos que tendré que destruir a la mayoría de la humanidad, castigarla a toda, antes del día final.

¿Qué? ¿Qué me estás diciendo?

¡Te estoy diciendo lo furioso que estoy! Lo dije en muchas de sus sagradas escrituras, como en el Corán en Sürah 17:58: “No habrá morada que no destruyamos antes del Día de la Resurrección, o sobre la que no inflijamos un severo castigo. Esto es conforme a la ley (de Dios).”

Pero, pensé que eras un Dios amoroso, indulgente.

Lo soy, siempre y cuando no me hagas enfurecer.

Te estás burlando de nosotros ¿verdad? Has estado citando un montón de fragmentos obsoletos de esas escrituras sólo para ridiculizar a los humanos.

¿Citar lo que han dicho sobre Mí es ridiculizarlos?

Mi buen y maravilloso amigo, Dios no ridiculiza a los humanos: son los humanos quienes me ridiculizan. Ustedes dicen que Dios decreta esta clase de cosas, y utilizan escritos a los que llaman sagrados para probarlo. Han justificado y racionalizado las conductas más bárbaras exhibiendo estas Sagradas Escrituras.

No se vale. Los pasajes que citaste son “obsoletos”. En la actualidad nadie tiene la intención de
aplicarlos literalmente.

Creí que sus sagradas escrituras nunca se volvían “obsoletas” ¿No es eso lo que las hace sagradas? ¿Estás seguro de que en la época actual nadie tiene la intención de aplicarlos literalmente?

Por supuesto, estoy seguro. No podrían aplicarse.

Quizá quisieras decirles eso a algunos de los fundamentalistas de tu mundo. Ellos dicen algo muy diferente. Entre ustedes hay quienes se apegan a ellas al pie de la letra. Aseguran que su sagrada escritura -la Biblia, el Corán, la que sea debe leerse al pie de la letra y aplicarse literalmente.

Bueno, eso sí lo sé. Pero esos fundamentalistas son una minoría. No influyen verdaderamente en la vida diaria.

¿En serio?

Está bien, admito que en algunos lugares del mundo los gobiernos convirtieron en leyes aseveraciones que primero aparecieron en sus escrituras. Y las autoridades de esos países sí cortaron las manos a los ladrones, lapidaron a los adúlteros, asesinaron a los apostatas y con frecuencia aplicaron esos castigos en estadios deportivos a manera de eventos públicos.

Sí, cosas primitivas suceden en tiempos primitivos.

Bueno, ni siquiera estaba hablando de tiempos primitivos. Hablaba del siglo XXI. De estos días y este tiempo.

Igual yo.

Oh. Bueno, la mayoría de los humanos no piensa que éstos sean tiempos primitivos.

Entonces no están viendo con mucha atención el mundo que los rodea.

Sin embargo, la observación que yo hacía era que tales fundamentalistas radicales no influyen tanto en la vida diaria de la mayoría de la gente.

Quizá no de la mayoría de la gente en la cultura en la que tú vives, o en los círculos en los que te mueves, pero hay otras culturas y otros círculos dentro de tu propia cultura donde los estrictos puntos de vista fundamentalistas repercuten enormemente en la vida diaria.

Supongo que debo estar de acuerdo contigo cuando oigo historias acerca de Afganistán por ejemplo, donde por cinco años las autoridades imperantes observaron que lo que afirmaban era una verdadera y apropiada interpretación de los escritos sagrados del Islam al cortar las manos a los ladrones y matar a los no creyentes.

No es sólo un país el que ha mostrado conductas primitivas.

No, pero en ese país en particular las cosas se volvieron muy extrañas -casi surrealistas. El gobierno no permitía que se tocara en ningún lugar otra música que no fueran himnos sagrados y cantos. Prohibió la televisión. Convirtió en una ofensa que debía castigarse mostrar una imagen o una fotografía de cualquier ser humano o animal, y afirmó que era una violación a la ley sagrada crear o mostrar “imágenes talladas”. Y ya he hablado de sus prohibiciones contra las mujeres.
Las leyes de algunos otros países son casi igual de estrictas.
El mundo se horrorizó en abril de 2002 cuando se informó que más de una docena de jovencitas adolescentes murió en un incendio en su escuela en Arabia Saudita, porque al parecer no se les permitió salir corriendo del edificio en llamas porque no tenían puesto el atavío islámico apropiado. En realidad, en Arabia Saudita hay una “policía religiosa” que tiene autoridad para citar a la gente por infracciones a la ley religiosa tal como ellos la interpretan. Se puede castigar a las mujeres allí mismo si se juzga que van vestidas de manera inapropiada en público. Una mujer no puede comer en un restaurante con su prometido. Las parejas que salen juntas sólo pueden sentarse de manera que la mujer no quede junto a otro hombre que no sea su esposo.
Y cuando tales prácticas se ponen en tela de juicio, se afirma que quien lo hace es “insensible” a las normas culturales, las costumbres religiosas y las viejas tradiciones del pueblo local. Sin embargo, ¿vamos a abandonar valores humanos básicos por respetar la diversidad religiosa o cultural? ¿Es insensible ser sensible a leyes que son insensibles?

Supongo que podría argüirse que se “es” insensible si se critica lo que la propia gente del lugar dice que quiere, pero en la mayoría de estos casos la gente no tiene opción al respecto. Son leyes “sagradas” que no tienen nada que ver con protecciones civiles, y sí todo que ver con prejuicios y creencias religiosas particulares que se le “imponen” a la gente. Cuando los talibanes abandonaron Kabul, la capital de Afganistán, les llevó un medio día a las mujeres empezar a salir de sus casas sin cubrirse de pies a cabeza, a los hombres rasurarse sus barbas no deseadas, y a los comerciantes volver a tocar música.

Ahora bien, ¿examinamos las creencias culturales primitivas y las conductas surrealistas de
algunos países?

Oh, ¿te refieres a creencias tales como que las personas de cierto color de piel deben ser compradas, vendidas y usadas como esclavas? ¿Tales como el prejuicio que persiste hasta hoy de que hay que tratar a esa gente con menos respeto, darle menos educación, menos oportunidades y, en general, una menor participación de todo?
¿O el de que las mujeres, al igual que la gente con diferentes preferencias sexuales, deben caer en la misma categoría? ¿Te refieres a los países que creen que es correcto usar la fuerza? ¿A las naciones que ajustan su moral para que se amolde a sus propósitos? ¿A los gobiernos que deforman la verdad para que convenga a sus propios programas? ¿A la gente que conquista, destruye, bombardea, mata, saquea, oprime económicamente y priva de manera sistemática a otros de una décima parte de lo que tienen para ellos tener más?

Tú estás haciendo la lista, no yo.

Pero ayúdame a entender. Muchos pueblos y naciones en el mundo hacen lo que hacen, dicen lo que dicen y creen lo que creen basándose en lo que saben que Dios ha proclamado.

Yo no hago proclamaciones.

¿Quieres decir que no fuiste Tú -que no fue Dios- quien dijo que la gente debe comportarse de esas maneras?, ¿que no fuiste Tú quien seleccionó a una raza para que fuera tu “pueblo escogido”? ¿Que no fuiste Tú quien puso a una nación “bajo Dios”?, ¿Que no fuiste Tú quien dijo, tal como el Nuevo Testamento lo aclara, que las razas nunca deben casarse entre sí, que los homosexuales son abominables o que, como declara la Torah, “Si los testículos de un hombre son aplastados o su pene es cercenado, no puede ser incluido en la asamblea del Señor?”

¿'Tú qué crees?

No sé qué pensar. .

Sí, sí sabes. Sabes exactamente qué Pensar. Sabes la verdad sobre eso. Lo sabes gracias a ese sistema de guía interno del que te hablé. Tienes una sensación de seguridad de que de ninguna manera Dios podría haber dicho esas cosas -o la mitad de otras que se me han imputado. Tú lo sabes, yo lo sé y todo el mundo lo sabe.
La cuestión no es si lo saben, sino si son capaces de admitirlo, de decir lo a gritos, de contradecir la idea prevaleciente de que no se deben pisotear las creencias sagradas y las tradiciones antiguas. De que se pueden pisotear entre sí, pero no pueden pisotear sus creencias. De hecho, se ha vuelto una tradición pisotearse uno a otro a causa de sus creencias. Y así, lo absurdo cierra el círculo.



11

Tengo que admitir que siempre me ha costado trabajo creer que Dios le dice a la gente que no debe casarse con gente de otras religiones, o que las mujeres no deben permitir que se vea alguna parte de su cuerpo en público, o que las parejas no utilicen preservativos, o que los hombres deben dejarse la barba. Nunca entendí por qué Dios creyó que debía dar tantas órdenes a los seres humanos.

No. No tengo que dar órdenes a nadie, y nunca lo he hecho.

¿Nunca?

No, y nunca lo haré.

¿Nunca lo harás? ¿Quieres decir que nunca sabremos qué es lo que Dios quiere realmente?

No.

¿Por qué? ¿Por qué nos harías eso?

¿Hacerles qué?

Decimos que debemos seguir la Ley de Dios para obedecer tus deseos, y luego no decimos qué es lo que realmente quieres.

Porque Yo no quiero nada. Y eso es lo que ustedes no entienden o se rehúsan a aceptar. No hay nada que Dios quiera o necesite. Dios no requiere nada, no pide nada, no obliga a nada. 
Enseña esto en tus seminarios y en tus conferencias.

Dios tampoco ordena ni requiere, insisto, tampoco espera nada. Di esto a tus jóvenes. Soy el Autor de Todo. Yo Soy el Creador y el Creado. No hay nada que sea que yo no sea. No necesito dar órdenes a nadie. ¿A quién daría órdenes? No hay nadie que ordene, sólo Yo. Soy el Todo en Todo. Yo soy el Alfa y el Omega, el principio y el fin. ¿Y a quién castigaría si no cumpliera mis órdenes? ¿Usaría mi mano derecha para golpear a mi izquierda? ¿Mordería mi nariz para mortificar a mi cara? Sus maestros y sus doctores en leyes, sus sacerdotes y sus ulamas, les dicen que hay que temer a Dios, porque Él es un Dios vengativo. Les dicen que hay que vivir con miedo a la Ira de Dios. Que tienen que temblar en Su presencia. Toda su vida deben de temer al terrible juicio del Señor. Les dijeron que para Dios es “justo”. Y Dios sabe, estarás en problemas si confrontas la terrible justicia del Señor. Por lo tanto, debes obedecer todos sus mandatos. O si no...

La mayoría de ustedes, en consecuencia, pasa gran parte de su vida adulta buscando el “buen camino” adorando a Dios, obedeciéndolo y sirviéndole. La ironía de todo esto es que Yo no necesito su adoración, y tampoco necesito que me obedezcan ni que me sirvan.
Estas conductas son las que los monarcas -tiranos, ego maniacos e inseguros- han pedido a sus súbditos a lo largo de la historia. De ninguna manera son requerimientos que Dios haya hecho, y llama la atención que hasta ahora el mundo no se haya dado cuenta que esas órdenes son falsas, y que no tienen nada que ver con las necesidades Divinas.
La Divinidad no tiene necesidades. Todo lo que Es, es exactamente eso: todo lo que es. Por eso no hay nada que necesite o de lo que carezca -por definición. Si escoges creer en un Dios que de alguna manera necesita algo -y tiene los sentimientos tan heridos que si no consigue lo que quiere castiga a aquél de quien esperaba recibirlo- entonces elegiste creer en un Dios mucho más pequeño que Yo. Ustedes son verdaderamente hijos de un dios más pequeño.
No, hijo mío, por favor, déjame asegurarte otra vez, a través de esta conversación, como lo he hecho en pasadas conversaciones, que yo no necesito ni requiero nada. (De CCD1). 

¿Entonces tú no nos has dado “órdenes”?

No. Fueron los seres humanos quienes creyeron que tenían que dar órdenes a los demás seres humanos con el fin de mantener el orden. Y la mejor manera que encontraron para lograr que la gente las obedeciera fue decir que provenían directamente de Dios.
Algunos creían sinceramente que recibían instrucciones de Dios acerca de cómo se debía vivir, y
transmitían de buena fe a los demás las órdenes que recibían. Sin embargo, esto no significa que lo que transmitían siempre fuera exacto, ni tampoco que las personas que afirmaban haber sido las receptoras originales de estas revelaciones fueran infalibles.

Como si dijéramos que este libro es infalible.

Así es. Exactamente. Cualquier pretensión de infalibilidad por este libro sería inexacta.

Sería inexacto decir que este libro es exacto.

Sí.

Entonces este libro es exacto cuanto dice que es inexacto.

Eso es inteligente, y eso también es sí.

¿Pero si es inexacto, por qué debemos creer lo que dice?

No deben creerlo. Deben aplicarlo y ver que funciona.
A propósito, pon a prueba cualquier otro manuscrito que pretenda ser una comunicación con
Dios.

Ya hemos hecho eso. Durante siglos hemos probado las palabras de esos otros libros, y la vida en nuestro planeta es la prueba de si sus enseñanzas funcionaron o no.

Entonces ya no sólo es cuestión de si tienen evidencia, es una cuestión de cuánta evidencia
necesitan.

Aparentemente. Pero aun así, lo que estás diciendo en este libro es imposible de creer. No puede
ser verdad. Viola todo lo que me han enseñado. Dios debe querer algo.

¿Por qué?

No lo sé, pero debe quererlo. Porque si no fuera así, ¿qué razón podríamos tener para hacer o no
hacer algo?

¿Eso significa que necesitas que Dios te pida hacer las cosas que te convienen y te prohíba hacer
las que evidentemente no te convienen?

No, no, lo que necesitamos es que Dios determine qué es “lo mejor” o “lo que no es bueno”. Una vez que lo sepamos nos será más fácil decidir por nosotros mismos si lo hacemos o no. Lo que nos cuesta trabajo es decidir qué es “mejor”.

Pero eso debería ser fácil. Simplemente decidan qué es lo que están tratando de hacer. Sólo vean qué es lo que quieren experimentar.

¿Quiénes? ¿Nosotros como individuos o todos nosotros como colectivo? ¿Y cuándo? ¿Ahora o en el futuro? Porque, como ves, el problema es que la mayoría de nosotros decide que somos nosotros, nosotros mismos, que queremos experimentar y que queremos experimentar ahora -aquí mismo, en este mismo momento- y no pensar en el futuro. Ni siquiera en el mañana, mucho menos en los próximos meses ni en el siguiente año.

¿Por qué tienen tan poca visión?

Porque somos egoístas.

¿Por qué son tan egoístas?

Porque estamos acostumbrados a pensar primero, y algunas veces, sólo en nosotros mismos.

¿Tú sabes esto acerca de ti mismo?

Sí. Podemos reconocerlo.

Entonces el problema es fácil de resolver. La respuesta es obvia.

¿De veras?¿Cuáles?

Simplemente amplía tu definición de “ti mismo”. El problema no es que te centres en ti mismo, el problema es que defines mal al “ti mismo” alrededor del cual te centras. Cuando el centro en torno al que giras es mucho más pequeño de lo que es en realidad el ti mismo, cuando defines al “ti mismo” como algo más pequeño que el Ti mismo es cuando en verdad estás en dificultades.
Cuando apareció, tu definición de “ti mismo” era muy pequeña. Cuando al principio te volviste consciente de ti mismo -o bien, cuando el homo sapiens comenzó a volverse consciente de sí mismoexperimentaste que “tú” estabas aquí y que todo lo demás estaba “allá”. Así, definiste al “ti mismo” de una manera demasiado limitada. Más adelante en este diálogo, cuando exploremos la Octava Nueva Revelación, verás en términos asombrosos cómo ha sido limitada tu definición de “ti mismo”. Aún no te culpes. No podía haberlo hecho mejor. No entendías. Y ahí es donde la mayoría de las organizaciones religiosas te han fallado. Te han enseñado a creer en un limitado, pequeñito “ti mismo”.

Yo creo que el Cristianismo enseña que yo soy el guardián de mi hermano.

Sí, pero tú estás “aquí”, y tu hermano está “allá”. Se ven a sí mismos separados el uno del otro.

Creo que el Islamismo enseña que el elemento más importante en la vida es el Umma, la comunidad. La comunidad es todo. El honor de la comunidad, la santidad de la comunidad, la seguridad de la comunidad, el carácter y piedad de la comunidad -todas estas cosas son las que importan, y determinan si Dios vive como una experiencia en la vida de las personas.

Sí, pero la comunidad todavía consiste sólo de “su gente”. “La otra gente” no forma parte de la comunidad. Se ven separados unos de otros. Esto conduce a la naturaleza de sus creencias básicas. Definen al individuo “Si mismo” como parte de ustedes hasta donde terminan sus dedos de las manos y sus dedos de los pies. Y sí, algunos de ustedes tienen un sentido de “colectividad de sí mismos” que se extiende a sus familias o a su comunidad -y en algunos casos esa comunidad puede ser muy grande, pero aún no incluye a todos. Incluye a todo aquél que piense como tú, se vea como tú, actúe como tú, esté de acuerdo contigo, pero no incluye a los demás. De hecho los puede excluir sistemáticamente. .
Muchas de sus organizaciones religiosas les enseñaron a ser exclusivistas. De esta manera crearon exactamente lo contrario de lo que pretendían crear. En lugar de crear unidad, produjeron desunión.

Pero somos diferentes los unos de los otros. No lo negamos.

No he dicho nada sobre diferencias. Estoy hablando sobre divisiones.
Las diferencias no son divisiones.

Pero estamos divididos.

No, no lo están. Sólo creen que lo están. Sólo actúan como si lo estuvieran. Pero no lo están en realidad. Esto es lo que la mayoría de las religiones les dicen. Les dicen que están separados entre sí, y separados de Dios.

¿No estamos separados de Dios?

No lo están.

Claro que sí lo estamos. Dios es bueno, Dios es grande. Nosotros somos malos. Somos pecadores. Sólo somos minúsculas manchas de polvo, indignos siquiera de ser tocados por el pie del Señor. Lo que nos corresponde es humillamos ante Dios, para no olvidar lo insignificantes que somos ante nuestro creador.

De acuerdo con algunas religiones, debemos arrodillamos en humilde súplica mientras decimos nuestras plegarias. De acuerdo con otras, debemos postramos con la cara en el piso, cinco veces diariamente, mientras oramos a Alá. En otras tradiciones debemos reverenciar profundamente incluso golpeando nuestro pecho o flagelándonos con azotes. Debemos...

¡Espera! Ya entendí. Veo la imagen.
¿Nos estás diciendo ahora que hemos hecho todo mal?

Les estoy diciendo que me malinterpretaron. Les traje Mis revelaciones por varios medios y a través de varios mensajeros, y vine a ustedes no para humillarlos, sino para exaltarlos.

Pero no merecemos ser exaltados. Lo único que merecemos es humillamos ante el Señor.

¿Por qué? ¿Por qué creen eso?

¡Porque te hemos fallado!

¡Ah! Sí, la segunda falacia acerca de Dios.

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