sábado, 23 de julio de 2016

REFLEXIONES MIENTRAS ME DILUYO HASTA CONVERTIRME EN UNA MASA VISCOSA

Alguien en algún momento me ha dicho...... o en algún momento me han contado..... o lo he leído en alguna parte... que escribir un buen cuento corto, a los mejores escritores les cuesta más trabajo que escribir una novela entera. En un cuento corto, cada una de las palabras tienen que ser corrientes, o sea, de uso común pero encerrar en sí un amplio campo semántico. Una situación hay que expresarla con un simple verbo, y los sentimientos tienen que ser sugeridos de forma sibilina. Pero cuando das con un verdadero genio de la literatura, parece que no le haya costado ningún esfuerzo extra escribir toda una historia en un folio. 

Con esta ola de calor (que más que ola es un tsunami), me veo obligada a levantarme cada día un poco antes, hasta el punto de que ya salimos de casa al mismo tiempo que los tractores que van a acabar las tareas del campo con la fresca. Ya nos conocemos  y nos saludamos como si fuéramos familia. Ayer, debían de ser las seis y media de la madrugada, apenas se veía el camino, pero la brisa era tan agradable que, en ese momento me dan ganas de chillar las gracias al cielo. Además me pude fijar en algo: el sol estaba viniendo por el Este y se acercaba con todos los colores del arco iris, en forma de corona anunciadora. Pero, la luna todavía no se había puesto por el Oeste y parecía que esperara para saludarle. Como había un poco de neblina, pude ver al majestoso sol adueñándose del mundo, llenando todo de claridad; exactamente en línea recta (para entendernos) con la luna que parecía esperarle. Y, durante bastante rato estuvieron hablando de sus cosas, conforme uno ascendía y la otra se ocultaba por el horizonte. Fue un instante mágico, de esos en que te alegras del madrugón.

La cebada ya está segada y, con la facilidad de las máquinas, se ha hecho innecesaria una de las tareas que a mí me resultaban más divertidas: todo el grano recogido se amontonaba en las eras y había que "aventar", tarea ésta que se agradecía si soplaba un poco la brisa; tirando con los tridentes la haces del producto revuelto hacia arriba, se conseguía separar el grano, que quedaba en espigas, de la paja, que se acumulaba sola a un lado. La paja se empaqueta para usarla en invierno en muchas ocasiones y las espigas se desgranaban con la trilla. Era bonito y divertido para los críos que, bajo juramentos de los hombres, nos revolcábamos en la paja y nos gustaba que nos fuera cubriendo, hasta que la misma paja se te metía por todo el cuerpo y tenías que ir corriendo a casa a cambiarte de ropa. Todo esto ya no existe. En dos días se siega, se empaca, se separa el grano y se acabó la tarea. De esta forma la máquina va haciendo que el hombre se separe cada vez más de la naturaleza.

No hace ni veinte días que se plantaron los girasoles, y en estos días, con unas cuantas gotas que cayeron como haciéndonos un favor, los rectos tallos crecieron rápido y ya se ven muchas plantas abiertas y siguiendo la dirección del sol. Las cepas, que tan feas y contrahechas se presentan en invierno, se han llenado de hojas, colocadas de forma natural formando como una campana para que las uvas, que ahora son simples botoncitos arracimados, reciban la cantidad de luz, sol y calor que necesitan. Esta época es peligrosa si viene el "pedrisco" y nos jode el majuelo. Si todo sigue así, éste año habrá una buenísima cosecha de vino.

Y me fijo en todas estas cosas y me reafirmo en mi decisión de no volver a la gran Ciudad. No quiero vivir entre hormigón, no quiero ver el cielo como si fuera la prolongación de una terraza, no quiero edificios tan altos que me empequeñecen. Por lo menos aquí el campo no tiene puertas y, aunque caliente, una ligera brisa siempre te acaricia.

Y sólo queda una semana para que me sienta todavía más huérfana. Pero no puedo hablar de ello, porque me queda una semana para poder llorar y echar fuera toda la tristeza que tengo que disimular cada vez que suena el teléfono. Reconozco la gran utilidad del teléfono, pero me molesta porque es algo que se mete en tu casa sin tú haberlo invitado.

Bueno, a lo mejor mañana os cuento algo más interesante. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario