PRESENTACIÓN (ACERCA
DE MI TRADUCCIÓN)
La traducción de estos
escritos me ha ido gustando más y más conforme avanzaba en el
texto. Aunque entre holandeses y alemanes haya un debate desde hace
200 años, más o menos, la verdad es que a mí no me importa mucho
el enfrentamiento. Hay muchas posibilidades de que lo que nos relatan
estos escritos sea auténtico: no buscan demostrar nada, no hay
hipótesis que demostrar. Bien es verdad que los alemanes no quedan
en muy buen lugar, pero si son tan antiguos como parecen, ya da lo
mismo cómo fueran los alemanes de los que hablan, si seguro que
ninguno de los actuales es descendiente de aquellos. Además, hay que
aceptar la historia tal como fue.
El pueblo que nos habla
es el pueblo Frisón (los hijos de Frya) de los que actualmente queda
algún reducto en Holanda y Bélgica. Yo no sé nada de los actuales,
pero, si hay alguien que pueda opinar sobre el texto, son ellos.
Nostalgia. Eso es lo
que me han producido estos pueblos: nostalgia de algo que pudimos
haber sido y no nos dejaron. Es interesante ver cómo, al poco
tiempo del hundimiento de la Atlántida (pues el pueblo protagonista
se presenta como los supervivientes de aquel cataclismo), los
sacerdotes venidos desde el Este (posiblemente ya hicsos con afán
expansionista y en misión de captación), presentándose como
“buscadores de la verdad” van corrompiendo al pueblo, sus
costumbres, sus leyes e incluso su sencillísima religión.
Aquí encontramos a
nuestros ancestros, con una cultura basada en la artesanía y la
agricultura, grandes navegantes y constructores de barcos,
procedentes (según mi opinión) de más allá de las Columnas de
Hércules, cuya patria, que conservan por siempre en la memoria, se
llamaba Atland y, según su memoria, era la tierra más bonita del
mundo, aunque después se vayan estableciendo en lugares
estratégicos, siempre cerca del mar a los que dan nombres de
aquellos lugares que se perdieron con el cataclismo. Muchos murieron
por vivir tierra adentro, y los que se salvaron vivían prácticamente
en los barcos que habían podido salvar. Estos son los famosos
“pueblos del mar” de los que nos hablarán los historiadores
posteriores sin darnos más noticias de ellos.
A través de sus
aventuras, vemos cómo se va desarrollando la historia de los
distintos pueblos que entrarán en la historia y despertarán la
intriga de los estudiosos por el nivel de civilización que
presentan. Todas las mitologías que luego se van a componer son
mixtificaciones encaminadas
a explicar intereses particulares.
Para que este pueblo se
mantenga unido aunque estén separados por grandes distancias no
tienen más que la creencia en un dios (Wr-alda) y las primeras tres
sacerdotisas, creadas por él, pero con espíritus atemporales.
Tienen tres valores que defienden con todas sus fuerzas: LIBERTAD,
UNIDAD, EQUIDAD. Y, quién no sea capaz de vivir de esa forma, es
declarado no Frisón. Aleccionador es que el máximo valor sea la
LIBERTAD, ni tienen esclavos ni se dejarán esclavizar. El texto, sin
proponérselo, nos va haciendo ver cómo y por qué se van perdiendo
o cambiando los valores. No eran pueblos sumisos, no podían serlo;
eran grandes guerreros e incluso sabían cargar sus barcos con armas
demoledoras.
Y no quiero contaros
más, no se trata de que os descubra una historia que pertenece a
nuestros más antiguos ancestros y que a todos nos gustaría
recuperar.
OERA
LINDA
UN
MANUSCRITO DEL SIGLO XIII
DE
UNA HISTORIA ANTERIOR SOBRE EL ORIGEN DE LOS FRISONES
Traducido
por Dulcinea Campayo Bustos
en
el verano de 2017. Del original en
inglés de William Sandbach
Prefacio
del Traductor original
El
trabajo que aquí ofrezco traducido al inglés, ha suscitado, entre
las sociedades literarias de holandeses y germanos, una aguda
controversia acerca de su autenticidad -una controversia que todavía
no ha finalizado; unos afirman que contiene una evidencia interna de
verdad, mientras otros declaran que es una falsificación, pero ni
siquiera estos últimos insisten en que sea una obra de un autor
moderno. Admiten que pueda tener una antigüedad de ciento o ciento
cincuenta años. Si admiten esto, no sé por qué no le conceden una
mayor antigüedad; y acerca de la improbabilidad de la historia que
se relata, remito al lector a la investigación exhaustiva del
Prefacio del Dr. Ottema.
¿Es
más difícil creer que los primitivos Frisones, siendo fuertes e
intrépidos aventureros marinos, viajaron hacia el Mediterráneo e
incluso llegaron más lejos, que el que los Fenicios viajaron hasta
Inglaterra buscando estaño y al mar Báltico a por ámbar? O que una
mujer inteligente llegó a ser legisladora en Atenas o que una diosa
brotó, adulta y armada de una grieta en la cabeza de Júpiter?
No
hay nada en las narraciones de este libro inconsistente con la
probabilidad, por mucho que pueda apartarse de nuestras ideas
preconcebidas; pero, aparte de lo que realmente quiera ser -un
manuscrito muy antiguo o una ficción más moderna- no deja de ser un
trabajo muy interesante y, como tal, lo ofrezco al público
británico.
Para
tener una idea sobre el manuscrito, he fotografiado dos de sus
páginas, que se han añadido a este volumen.
Además
he seguido el plan de traducción del Dr. Ottema imprimiendo el
original Frisón en la página opuesta a la traducción, de tal forma
que cualquier lector que posea conocimiento de la lengua pueda
verificar que la traducción es correcta.
Añadido
al prefacio que he traducido, el Dr. Ottema ha escrito dos
comentarios (1.- Notas y Explicaciones; 2.- La Real Academia y la
acalorada discusión sobre Oera-Linda), ambos valiosos para
cualquiera que desee estudiar la controversia acerca de la
autenticidad de la obra, cuya traducción no considero necesaria para
la presente publicación.
También
han aparecido en el “Deventer Courant” una serie de doce escritos
del mismo sujeto. Aunque escritos de forma anónima, creo que se
deben a la pluma del Profesor Vitringa. Han sido trasladados al
alemán por Mr. Otto.
El
escritor evidentemente se centra en su tarea de criticismo con un
sentimiento de duda acerca de la autenticidad del libro; pero en su
último escrito admite que, tras unos minutos de reflexión, es
incapaz de pronunciar una convicción definitiva a favor o en contra
de él.
Sus
respetables conclusiones se expresan en los siguientes términos:
“
Si el libro es una novela, debo admitir que ha sido escrita con una
buena finalidad y por un hombre inteligente, porque los sentimientos
expresados en él son de una tendencia notablemente moral; y los
hechos relatados, tan lejos como pueden ser rastreados por la
Historia académica, no contienen falsedad; y dónde trata con
sucesos de los que no guardamos memoria; no ofende nuestras ideas de
posibilidad ni imposibilidad”
WM.
R. SANDBACH
INTRODUCCIÓN
C.
OVER DE LINDEN, Superintendente en Jefe del Real Arsenal en Helder,
poseía un manuscrito muy antiguo que había sido preservado en su
familia desde tiempo inmemorial, sin que nadie supiera de dónde
procedía ni lo que contenía, puesto que tanto el lenguaje como la
escritura eran desconocidos.
Todo
lo que se sabía es que la historia contenida en él había sido
recomendada para una perfecta conservación de generación en
generación. Parece que la tradición presenta los contenidos con dos
tipos de letra, una con la que el manuscrito empieza, de Hiddo oera
Linda, año 1256, y de Liko oera Linda, año 803. Llega a C. over de
Linden por orden de su abuelo, Den Heeer Andries over de Linden, que
vivió en Enkhuizen y allí murió el 15 de Abril de 1820, a la edad
de sesenta años. Como el bisnieto en aquel tiempo tenía apenas diez
años, el manuscrito fué custodiado para él por su tío, Aafje
Meyklhoff, nacido en Over de Linden, viviendo en Enkhuizen, quien en
Agosto de 1848 decidió entregárselo al poseedor actual.
El
Dr. Verwijs habiendo oído hablar de él, pidió permiso para
examinar el manuscrito e inmediatamente lo reconoció como un Frisón
muy antiguo. Obtuvo al mismo tiempo permiso para hacer una copia de
él para beneficio de la Society Friesland, y era de la opinión de
que parecía ser de gran importancias, no estaba provisto de
suposiciones e inventos por algún desaprensivo, como él temía. El
manuscrito ha estado en mis manos. Yo también he sentido muchas
dudas, debido a que no podía comprender qué objeto tendría
alguien para inventar una falsa composición sólo para descubrir un
secreto. Esta duda permaneció hasta que examiné los facsímiles
realizados con todo cuidado de dos fragmentos, y más tarde la
totalidad del manuscrito -el primer detalle que me convenció fue la
antigüedad del documento.
Inmediatamente
recordé las alusiones de César escribiendo sobre los Galos y los
Helvetios en su “Guerra de las Galias”. “Graecis utuntur
literis”, según aparece en v.48 que no tenían letras enteramente
griegas. Acerca de ello César sólo pone un comentario -y, a la vez
una verdad- como los escritos, que no se corresponden del todo con
ninguna forma de letras conocida, se parece más bien, a primera
vista a los escritos Griegos, semejante a lo encontrado en los
monumentos y en los más antiguos manuscritos y pertenece a la forma
que se llama lapidaria. Además, después formé la opinión de que
el escritor de la parte más tardía del libro había sido un
contemporáneo de César.
La
forma y el original del escrito es tan minuciosa y tan completamente
descrita en la primera parte del libro, como si no pudiera ser en
ninguna otra lengua. Es muy completa y consta de cuarenta y cuatro
letras, cada una de las cuales tiene tres formas separadas de a
y u,y dos de e, i,
y, y o,
además cuatro pares de consonantes dobles ng, th, ha,
y gs. La ng, que tiene
un sonido nasal no tiene una particular correspondencia en ninguna
lengua occidental, es una conjunción indivisible; la th
es suave, como en inglés, y
a veces es reemplazada por d;
la gs aparece muy
raramente -yo creo que sólo en la palabra segse,
es decir, en el moderno Frisón sidse,
pronunciado sisze.
El
papel, de una longitud de un cuarto, está hecho de algodón, no muy
fino sin marca de agua ni fabricante, hecho sobre un bastidor o
estructura, con líneas no muy perpendiculares.
Una
nota introductoria datada en el 1256 dice que este manuscrito fué
escrito por Hiddo overa Linda en papel extranjero. Por consiguiente
debe de haber venido de España, dónde los Arabes ofrecían papel en
el mercado manufacturado del algodón.
En
este sentido, W. Wattenbach escribe en su “La escritura en la Alta
Edad Media” (Leipzig, 1871):
“La
manufactura del papel de algodón debe haber estado en uso entre los
chinos desde los tiempos más remotos, y debe de haber sido conocido
por los árabes en la conquista de Samarcanda hacia el año 704. En
Damasco esta manufactura era una importante rama de la industria, por
cuya razón se llamaba “Charta Damascena”. Por los árabes este
arte fue introducido en Grecia. Se afirma que manuscritos Griegos del
siglo X escritos sobre papel de algodón existen todavía y que en el
siglo XIII era mucho más usado que el pergamino. Para distinguirlo
del egipcio este papel era llamado “Charca bombicina, sossypina,
cuttunea, xylina. Una distinción del papel lineado no es todavía
necesaria. In la manufactura del papel de algodón eran usadas
originariamente las rayas del algodón. Encontramos el primer papel
con estas características mencionado por Petrus Clusiacensis
(1122-50).
Los
españoles e italianos aprendieron la manufactura de este papel de
los árabes. La principal factoría estaba en Játiva, Valencia,
Toledo, también en Fabriano en la Marca de Ancona.
En
Germania el uso de este papel no llegó a estar muy extendido, no
obstante llegó de Italia o España. De cualquier manera esta nueva
preparación del papel se extendió desde el Este y los pueblos
limítrofes, lo más necesario era que las lineas coincidieran en su
lugar del algodón. Un documento de Kaufbeuren alineado al papel del
año 1318 es muy probablemente genuino. Bodman considera que el más
antiguo pepel lineado es del año 1324, pero más allá de 1350 se
usaron muchas mezclas de papel. Todos los cuidados escritos
manuscritos de gran antigüedad se distinguen por la regularidad de
sus líneas que deben de haber permanecido, aunque ya no se puedan
distinguir los trazos de las líneas. Para hacer las líneas se usa
una fina hoja de plomo, una regla y un par de compases para marcar
las distancias.
En los
escritos antiguos la tinta es muy negra o marrón, pero cuando han
sido escritos más tarde del siglo XIII, el color de la tinta es casi
gris o amarillenta, y algunas veces casi pálido, demostrando que
contiene estaño. Todas estas consideraciones convencieron a los
profesionales de que el manuscrito ante nosotros pertenecía a la
mitad del siglo XIII, escrito con claras letras negras entre finas
líneas cuidadosamente trazadas con regla. El color de la tinta
mostraba decididamente que no contenía plomo. Por estas evidencias
la fecha dada, 1256, está satisfactoriamente probada y es imposible
asignarle cualquier fecha posterior. Por lo tanto toda sospecha de un
moderno engaño se desvanece.
El
idioma es Frisón muy antiguo, todavía más antiguo y puro que el
Frisón de Rjuchtboek o las antiguas leyes frisonas, diferenciándose
de ambas en la forma y el deletreo y así parece ser un dialecto
enteramente distinto y parece que la localización de la lengua debe
de haber sido (como se dijo) entre el Vlie y el Scheldt.
El
estilo es extremadamente simple, conciso y sin complicaciones,
pareciendo una conversación ordinaria y libre en la elección de las
palabras. El deletreo es también simple y fácil, de tal forma que
el lector no encuentra la menor dificultad y aún con todas sus
regularidades, surge de los cambios en la pronunciación a lo largo
del curso de los años, que naturalmente deben haber sucedido, cómo
la última parte del trabajo fué escrita cinco centurias después de
la primera.
Como
un especímen de antigüedad en el lenguaje y la escritura. Yo creo
que me puedo aventurar a decir que este libro es único en su género.
El
escrito sugiere una observación que puede ser de gran importancia.
Los
Griegos sabían y conocían que su escritura no era de su propia
invención. Atribuían su introducción a Kadmo, un Fenicio. La
nombre de sus letras más antiguas, desde el Alfa hasta la Tau,
concuerdan tan exactamente con el nombre de las letras del alfabeto
hebreo, con el que el Fenicio habría conectado en tiempos tempranos,
que no podemos dudar de que el hebreo era el origen del fenicio. Pero
la forma de sus letras difieren tan enteramente de las de los
escritos fenicios y hebreos, que en este particular no puede haber
conexión alguna entre ellos. ¿De dónde, entonces, han derivado los
griegos la forma de sus letras?
Del
“Libro de los seguidores de Adela” encontramos que en los tiempos
en que se dice que Kadmo estaba vivo, alrededor de seis centurias
antes de Cristo, existía un vigoroso intercambio entre los Frisones
y los Fenicios, a los que ellos llaman Kadhemar, o habitantes de las
costas.
El
nombre de Kadmo es bastante cercana a la palabra Kadhemar, por lo que
no creemos que Kadmo signifique simplemente un Fenicio.
Además
de esto sabemos que más o menos por el mismo tiempo una sacerdotisa
del castro en la isla de Walcharen, Min-erva, también llamada
Nyhellenia, se asentó en la Atica a la cabeza de una colonia
Frisona, y fundó un castro en Atenas. También, de las historias
escritas en los muros de Waraburch, sabemos que los Fineses
igualmente conocidos tenían su propia escritura -una muy embrollada
y difícil de leer. Y que, por consiguiente, los Tirios y los Griegos
aprendieron la escritura de Frya. Por esta representación todas las
cosas se explican por sí mismas y queda claro de dónde viene el
exterior parecido entre los Griegos y la antigua escritura Frisona,
que César también señala entre los Galos. Así parece claro en qué
forma los griegos adquirieron y retuvieron los nombres de los Fineses
y las formas de los escritos Frisones.
Igualmente
remarcables son las formas de sus signos. Normalmente llamamos a
nuestros signos “arábigos” aunque no haya el menor parecido con
los usados por los árabes. Los árabes no adoptaron sus cifras del
Este, porque el pueblo semita usaba todo el alfabeto para escribir
los números. La costumbre de expresar los números con diez signos,
la aprendieron los árabes en Occidente, aunque la forma correspondía
en cierta medida con sus escritos, y se escribía de izquierda a
derecha, según la costumbre occidental. Nuestras cifras parecen aquí
surgir de las cifras Frisonas (siffar), cuya forma tiene el
mismo origen que la escritura a mano y se deriva de las líneas de
Juul?
El
libro que tenemos ante nosotros consta de dos partes, diferenciándose
ampliamente una de otra y los sucesos muy lejanos. El escritor de la
primera parte se llama a sí mismo Adela, esposa de Apol, jefe del
poblado de Linda. Lo continúa su hijo Adelbrost y su hija Apollonia.
El primer libro, que abarca desde la página 1 hasta la 88, es
escrito por Adela. La parte siguiente desde la 88 a la 94, la empezó
Adelbrost y la continuó Apollonia. Mucho después, quizá unos
ciento cincuenta años, se escribió un segundo libro, desde la
página 114 a la 134, por Frethorik, después las siguientes, de la
134 a la 143, fueron escritas por su viuda, Wiljow; Después de ésta,
de la 144 a la 169 fueron escritas por su hijo Konereed; y después,
de la 169 a la 192 fueron escritas por su nieto, Beeden. Las páginas
193 y 194, con las que se empezó la última parte, están
defectuosas, por lo que el escritor es desconocido. Probablemente
sería un hijo de Beeden.
En la
página 134, Wiljow menciona otro escrito de Adela. Su nombre era
“thet bok therà sanga (thet boek), thêra tellinga.” y “thet
Hellenia bok”; y más tarde “tha skrifta fon Adela jeftha
Hellenia”
Para
fijar las fechas tenemos que empezar en el año 1256 de nuestra era,
cuando Hiddo overa Linda hizo una copia, en la que dice que era el
año 3449 desde la desaparición de Atland. Esta desaparición de la
antigua tierra (âldland, âtland), era conocida por los griegos, tal
como menciona Platón en su “Timeo”, la desaparición de la
Atlántida, cuya situación sólo era conocida como más allá de las
Columnas de Hércules. Según estos escritos parece que había una
extensa tierra más allá, al Oeste de Jutland, de la que Heligoland
y las islas del Norte de Friesland eran los áridos vestigios. Este
suceso, que ocasionó una gran dispersión del pueblo Frisón, fué
el comienzo de una era cronológica que corresponde al 2193 a. C. y
es reconocida por los geólogos como la inundación del Cámbrico.
En la
página 80 comienza un relato, en el año 1602 desde la desaparición
de Atland que corresponde al 591 a. C.; y en la página 82 hay un
relato de la muerte de Frâna, Eedermoeder de Teerland, dos años
después -o sea, 589. En la parte escrita por su hija Apollonia,
encontramos que quince meses después de la asamblea, Adela fué
muerta por los Finns en un ataque por sorpresa desde Texland.
Ciertamente esto debe de haber pasado en el año 557 a.C. De aquí se
sigue que, el primer libro, escrito por Adela, lo fue en el año 558
a.C. El segundo libro, por Apollonia, podemos asignarle el año 530
a.C. La parte siguiente contiene la historia de los reyes conocidos
de Fresland, Friso, Adel (Ubbo) y Asega Askar, llamado Negro Adel. De
estos tres reyes, de Ubbo no dice nada, o más bien esta parte se ha
perdido, como las páginas de la 169 a la 188.
Fretorik,
el primer escritor, que ahora aparece, era contemporáneo de los
sucesos que relata, a saber, la llegada de Friso. Era un amigo de
Liudgert den Geertman, quién, como elegido almirante de la flota de
Wichhirte, rey del mar, vino con Friso en el año 303 a.C., 1890 años
después de la desaparición de Atland. Él sacó la mayor parte de
su información del diario de navegación de Liudgert.
El
último escritos se presenta a sí mismo más claramente como un
contemporáneo de Black Adel o Askar, hacia mitad de su reinado, en
que los estados Furmerius han aparecido desde el 70 a.C. hasta el 11
d.C.. El mismo período que Julio César y Augusto. Por lo tanto
escribió hacia la mitad del último siglo a.C. y conocía la
conquista de Galia por los romanos. Es evidente que existe un salto
de dos siglos completos entre las dos partes de la obra.
De los
Galos, leemos en la página 84 que eran llamados los “Misioneros de
Sidón”. Y en la página 124 “que los Galos eran druidas”. Los
Galos, entonces, fueron druidas y el nombre de Galos, usado por todos
los pueblos, era realmente sólo el nombre de una orden de sacerdotes
venidos del Este, justamente por eso, para los Romanos, los Galos
eran sacerdotes de Cibeles.
La
mayor parte de los contenidos del libro es nueva en todos los
aspectos. Es decir, no hay nada en él que nosotros aprendiéramos
con anterioridad. Lo que hemos leído aquí de Friso, Adel y Askar
difiere enteramente de lo que relataron nuestros propios cronistas, o
más bien se presenta totalmente bajo otra luz. Por ejemplo, todas
las historias de Friso vinieron de la India, o mejor que aquellos
Frisones eran descendientes de Indúes, y aún añaden que Friso era
un Germano y pertenecía a la raza Persa, a la que Herodoto llama
“germanos”. De acuerdo con lo expuesto en este libro, Friso vino
de la India, con la flota de Nearco, pero sin embargo no era hindú.
Era de origen Frisón, del pueblo de Frya. Pertenecía, de hecho, a
la colonia Frisona que antes de la muerte de Nijhellenia, diecisiete
siglos y medio antes de Cristo, bajo la dirección de un sacerdote
Geert, se estableció en el Punjab y adoptaron el nombre de Geertmen.
Los Geertmen fueron conocidos sólo por un escritor griego, Estrabón,
que los menciona como Germanos, totalmene diferentes de los Bragmanes
en cultura, lenguaje y religión.
Los
historiadores de las expediciones de Alejandro no hablan ni de
Frisones ni de Geertmen, aunque mencionan a los Indoscitanos,
describiendo de este modo un pueblo que vive en la India, pero cuyo
origen está distante, en el desconocido Norte.
En las
narraciones de Liudgert no se dan nombre de los lugares en los que
los Frisones vivieron en la India. Sólo sabemos que al principio se
establecieron al Este del Punjab, y más tarde se trasladaron hacia
el Oeste de los ríos. Se menciona, por otra parte, como hecho
llamativo, que en el verano el sol de mediodía estaba directamente
sobre sus cabezas. Por lo tanto vivían en los Trópicos. Encontramos
en Ptolomeo (ver el mapa de Kieper), exactamente a 24º N. en el
lado oeste del Indo, llamado Minnagara, y a seis grados Este de allí,
a 22º N., otro Minnagara. Este nombre es enteramente Frisón, lo
mismo que Walhallagara, Folsgara, y deriva de Mina, el nombre de una
Eeremoeder, en cuyo tiempo se realizaron los viajes de Teunis y su
nieto Inca.
La
coincidencia es demasiado evidente como para ser accidental, y no
probar que Minnagara fué el asentamiento de una colonia Frisona. El
establecimiento de colonos en el l551 a.C. y su período allí, lo
encontramos totalmente descritos en el libro de Adela; y con una
alusión a una más importante circunstancia, es decir, que los
marineros Frisones atravesaron el estrecho que, en aquellos tiempos,
todavía accedía al Mar Rojo.
En
Estrabón, libro I, páginas 38 y 50, aparece que Eratóstenes estaba
enterado de la existencia de este estrecho, del que no hacen mención
los geógrafos posteriores. Existía todavía en los tiempos de
Moisés (Exodo XIV, 2) porque él acampó en Pi-ha-chiroht, “el
monte del estrecho”. Además, Estrabón menciona que Sesostris hizo
un intento de acortar a través del istmo, pero que no fué capaz de
alcanzarlo. Que en aquel tiempo remoto, el mar tenía realmente
caudal se probó por el resultado de las investigaciones en el istmo
realizadas por la Comisión del Canal de Suez, del que M. Renaud
presentó un informe a la Academia de las Ciencias en el siglo XIX,
en Junio de 1856. En este informe, entre otras cosas, aparece lo
siguiente: “una cuestión muy controvertida es la de saber si en la
época en que los Hebreos huyeron de Egipto, bajo la dirección de
Moisés, los lagos amargos formaban parte todavía del Mar Rojo. Esta
última hipótesis se consideraría mejor que la hipótesis contraria
según los libros sagrados, pero también se puede admitir que desde
la época de Moisés el suelo de Suez se habría elevado de las
aguas”.
Con
respecto a esta cuestión, es ciertamente importante encontrarse con
un relato en este manuscrito Frisón, en el que parece que en el
siglo sexto antes de Cristo la conexión entre los Lagos Amargos y el
Mar Rojo todavía existía y que el estrecho aún era navegable. El
manuscrito establece además que poco después del paso de Geertmen
hubo un terremoto; y que la tierra subió tan alto que todo el agua
resbaló y todas las superficies y las tierras de aluvión subieron
como un muro. Esto debe de haber sucedido después de los tiempos de
Moisés, así que en los tiempos del Éxodo (1564 B.C.) el tramo
entre Suez y los Lagos Amargos era todavía navegable, pero podría
ser vadeado sin mojarse por la parte más baja del agua.
Este
momento es, entonces, el comienzo del istmo, después de cuya
formación la ensenada del norte fué rellenada ciertamente tan lejos
como hasta el Golfo de Pelusium.
El
mapa de Louis Figuier, en el “Año científico e industrial”
(primer año), París, Hachette, 1857, da una ilustración detallada
de la formación de esta tierra.
Otra
información, que se encuentra sólo en Estrabón, encuentra también
aquí una confirmación. Sólo Estrabón, entre todos los escritores
griegos cuenta que Nearco, después de haber desembarcado sus tropas
en el Golfo Pérsico, en el Monte de Pasitigris, navegó fuera del
Golfo Pérsico por mandato de Alejandro, y condujo alrededor de
Arabia a través del Golfo de Arabia. Según está contado, no está
claro qué iba a hacer allí Niarcho, ni cuál era el objeto de un
viaje tan largo. Si, como Estrabón parece pensar, se trataba sólo
de descubrimientos geográficos, no necesitaba haber llevado toda la
flota. Uno o dos barcos hubieran sido suficientes. No hemos leído
que retornara. Entonces, ¿dónde permaneció con aquella flota?.
La
contestación a esta pregunta la encontramos en la versión frisona
de la historia. Alejandro había comprado los barcos en el Indo, o
habían sido construidos por los descendientes de los Frisones que se
habían asentado allí -los Geertmen- y había cogido a su servicio
marineros entre ellos, y a la cabeza de todos estaba Friso. Alejandro
habiendo completado sus viajes y el transporte de sus tropas, no
había pensado usar los barcos en el Golfo Pérsico, sino que los
quería utilizar en el Mediterráneo. Se le había metido esta idea
en la cabeza y tenía que llevarla a efecto. Él quería hacer lo que
ningún otro había hecho antes de él. Con este propósito Niarcho
había abandonado el Mar Rojo y a su llegada a Suez había encontrado
200 elefantes, 1000 camellos, trabajadores y materiales, madera y
cuerdas, con la intención de transportar los barcos por tierra sobre
el istmo. Este trabajo se realizó y se completó con tanto
entusiasmo y energía que después de tres meses de trabajos la flota
estaba navegando en el Mediterráneo. Que esta flota llegó realmente
al Mediterráneo aparece en “La vida de Alejandro “ de Plutarco,
pero él hace a Niarcho conducir la flota alrededor de Africa y
navegar a través de las Columnas de Hércules.
Tras
la derrota de Actium, Cleopatra, imitando este ejemplo, intentó
pasar su flota sobre el istmo con la intención de escapar a la
India, pero fue interceptada por los habitantes de Arabia Petrea, que
quemaron sus barcos. (Ver “La vida de Antonio” de Plutarco).
Cuando poco tiempo después murió Alejandro, Friso permaneció al
servicio de Antígono y Demetrio, hasta que, habiendo sido insultado
gravemente por este último, resolvió buscar con sus marineros sus
tierras de nacimiento, Friesland. Verdaderamente él nunca retornaría
a la India.
Todos
estos relatos están en clara armonía unos con otros, y en este
sentido aporta una mutua confirmación de los acontecimientos.
Semejantes
narraciones simples y los sorprendentes resultados me llevan a
concluir que nos las habemos con algo más que simples Sagas y
Leyendas.
Desde
los últimos veinte años se ha prestado directamente atención a los
restos de las casas sobre pilotes, observadas en primer lugar en los
lagos suizos, y después en otras partes de Europa. Cuando se
descubrieron los esfuerzos fueron encaminados a descubrir armas,
herramientas y artículos caseros para saber cuándo y por quién
habían sido habitadas esas moradas. No se encontraron datos de ellos
en los escritos históricos, excepto lo que Herodoto escribió en el
libro v., capítulo 18, en el “Paeonen”. El único rastro que se
ha encontrado que se ha encontrado está en un panel de la Columna de
Trajano en el que se representa la destrucción de un pueblo sobre
pilares en Dacia.
Por lo
tanto es indudablemente importante prestar atención al escrito de
Apollonia que, como “Madre” (directora de las sacerdotisas),
elrededor del año 540 a.C., hizo un viaje desde el Rhin hasta Suiza
y allí conoció a los habitantes de los Lagos (Marsaten). Describe
sus casas construidas sobre pilotes -por el mismo pueblo-, su forma
de ser y sus costumbres. Cuenta que viven de la pesca y de la caza y
que preparan las pieles de animales con corteza de abedul para
venderlas, a lo largo del Rhin, a los pueblos navegantes, con los
que habían establecido comercio. Esta historia de las casas sobre
pilotes en los lagos de Suiza sólo se pudo escribir en los tiempos
en que estas construcciones todavía existían y estaban habitadas.
En la segunda parte del escrito, Konered oera Linda cuenta que Adel,
el hijo de Friso (más o menos en el 250 a. C.), visitó las casas
sobre pilotes en Suiza, con su esposa Ifkja.
Más
tarde de este relato, no hay mención de las casas sobre pilotes por
parte de ningún escritor posterior y el asunto ha permanecido
durante veinte siglos completamente desconocido hasta que en el 1853,
cuando una bajada extraordinaria del agua dejó al descubierto estas
construcciones. Por lo tanto nadie podría haber inventado esta
historia en un período intermedio. Aunque la mayor parte del primer
libro de la obra -el libro de Adela- pertenece al periodo mitológico
anterior a la Guerra de Troya, hay una diferencia impresionante entre
él y los Mitos griegos. Los Mitos no tienen fechas, mucho menos una
cronología, ni una coherencia interna de los sucesivos
acontecimientos. La divertida trama se desarrolla en cada poema
separada e independientemente. Las historias mitológicas se
contradicen unas a otras en cada punto. “los Mitos no se mantienen”
es la única llave para la Mitología griega.
Aquí,
por el contrario, encontramos una ordenada sucesión de fechas que
empiezan desde un periodo determinado -la destrucción de Atland, en
el 2193 a.C. Las historias son naturales y simples, incluso ingenuas,
nunca se contradicen unas a otras y son siempre consistentes con cada
una de las demás tanto en el tiempo como en los lugares. Como, por
ejemplo, la llegada y permanencia de Ulises con la Madre Calipso en
Walhallagara (Walcheren), que es la parte más mítica de todo, aquí
se dice que fué en el 1005 desde la desaparición de Atland, que
coincide con el 1188 a.C. y esto concuerda muy de cerca con el
momento en el que los griegos dicen que tuvo lugar la Guerra de
Troya. La historia de Ulises no fue mencionada por primera vez por
los Romanos. Tácito dice que en Asciburgium había un altar en el
que estaban escritos el nombre de Ulises y su Padre, Laertes.
Otra
importante diferencia consiste en esto: que los Mitos no informan de
su origen, no hay ningún nombre de escritores o cronistas de sus
historias y, además, nunca hacen mención de ninguna autoridad.
Mientras que en el libro de Adela, para cada ubicación, siempre se
apunta dónde se fundó o de quién se cogió. Por ejemplo, “esto
viene de los escritos de Minno -se puede leer en los muros de
Waraburg- esta es la ciudad de Mina- esto está en Stavia- esto en
Waslhallagara.”
Hay
todavía más cosas. Las leyes, un estatuto legislativo regular, tal
cómo se adoptan en su mayor parte en el libro de Adela, eran
totalmente desconocidas en la Mitología, y en verdad irreconciliable
con su existencias. Incluso cuando el Mito atribuye a Minos la
introducción de la legislación en Creta, no da ninguna noticia de
en qué legislación consiste. Además entre los Dioses no existe un
sistema de Leyes. La única ley era el inalterable Destino y la
voluntad del supremo Zeus.
Con
respecto a la Mitología, este escrito, que no tiene un carácter
mítico, no es menos destacable que con respecto a la historia. Sin
olvidar las frecuentes y variadas relaciones con Dinamarca, Suecia y
Noruega, no encontramos rastro de correspondencia con la mitología
del Norte o Escandinava. Sólo Wodin aparece en la persona de Wodan,
un jefe de los frisones, que se convirtió en yerno de Magy, rey de
los fineses y al que se deificó tras su muerte.
La
religión frisona es extremadamente simple y un puro Monoteismo.
Wr-alda o el espíritu de Wr-alda es el único ser eterno, inmutable,
perfecto y todopoderoso . Wr-alda ha creado todas las cosas. De Él
procede todo -primero el comienzo, después el tiempo y más tarde
Irtha, la Tierra. Irtha alumbró tres hijas -Lyda, Finda y Frya- la
madre de las tres distintas razas, negra, amarilla y blanca -Africa,
Asia y Europa-. Según sabemos, Frya es la madre del pueblo de Frya,
los Frieslanders. Es la representante de Wr-alda y es reverenciada de
acuerdo con ello. Frya estableció su “Código”, las primeras
leyes e instauró la religión de la luz eterna. El culto consiste en
la conservación por parte de las sacerdotisas, de una llama ardiendo
perpetuamente, “foddik”. A la cabeza de las sacerdotisas en todos
los pueblos había una Madre, y la superiora de las Burgtmaagds era
la Eeremoeder de Fryasburgt de Texland. La Eeremoeder gobierna todo
el territorio. Los reyes no pueden hacer que ocurra nada sin su
permiso y aprobación. La primera Eeremoeder fue Frya que se nombró
a sí misma y fue llamada Vâsta. De hecho, aquí encontramos el
prototipo de las sacerdotisas Vestales romanas.
Nos
acordamos aquí de Velleda (Welda) y Aurinia en Tácito (“Germania”,
8. Hist., iv.61,65; v. 22, 23. “Annals,” L 54) y de Gauna, el
sucesor de Welleda, en Dio Casius (fragmento, 49.) Tácito habla de
la ciudad de Welleda como “edita turris” (torre conocida), pag.
146. Era la ciudad vadeable de Mannagarda. (Munster).
En el
territorio de los Marsians (marselleses?) habla por ejemplo, de
Tanfane (Tanfanc), así llamada por el signo de Juul.
El
último pueblo era Fâstaburgt en Ameland, el templo de Foste,
destruido, de acuerdo con el Occa Scarlensis, en805.
Si
encontramos entre los Frisones una creencia en un Dios Supremo e
ideas de religión enteramente diferentes de la Mitología de otros
pueblos, estamos muy sorprendidos al encontrar puntos de conexión
fuerte con la Mitología Griega y Romana, y sobre todo con el origen
de dos deidades de muy alto rango, Min-erva y Neptune. Min-erva
(Atenea) era originaria de Madre, sacerdotisa de Frya en la ciudad de
Walhallagara, Middelburg o Domburg, en Walcheren. Y esta Min-erva es
al mismo tiempo la enigmática y misteriosa diosa de cuyo culto
apenas han quedado vestigios entre las piedras votivas de Domburg, en
Walcheren Nehallenia, de quien la mitología no sabe nada más que el
nombre, cuya etimología se ha usado para toda clase de derivaciones
fantásticas.
El
otro, Neptuno, llamado por los Etruscos Nethumus, el Dios del mar
Mediterraneo, aparece aquí habiendo sido, cuando vivía, un Vikingo
Friesland, o rey del mar, cuya casa estaba en Alderga (Ouddorp, no
lejos de Alkmaar) Su nombre era Teunis, llamado familiarmente por sus
seguidores Neef Teunis, o Primo Teunis, que elegió el Mediterráneo
como destino de sus expediciones, y debe de haber sido deificado por
los Tirios en los tiempos en que los navegantes Fenicios empezaron a
extender sus tan famosos viajes, navegando hasta Friesland para
obtener el estaño y el ámbar del Báltico, alrededor del año 2000
a. C
Junto
con estos dos nos encontramos con un tercer personaje mitológico –
Minos, el legislador de Creta, quien igualmente parece haber sido un
rey del mar de Friesland-. Minno, nacido en Lindaoord, entre
Wieringen y Kreyl, quien impartió a los Cretenses un “Asagaboek”.
Es aquel Minos que, con su hermano Rhadamanthus y Aeacus, presidía
como juez los hados de los fantasmas en el Hades, y no se debe
confundir con el Minos posterior, contemporáneo de Aegeus y Theseo,
que aparecen en las fábulas atenienses.
El
lector puede quizá sentirse inclinado a reírse de estas
afirmaciones, y aplicarme las palabras que yo mismo he utilizado
anteriormente, fantástico e improbable. En efecto, al principio yo
no podía creer a mis propios ojos, y sin embargo después de una
consideración adicional llegué a manifestar una extraordinaria
conformidad al admitir este caso mucho menos improbable que el
nacimiento de Min-erva de la cabeza de Júpiter por una brecha del
hacha de Hefaistos, por ejemplo.
En la
Mitología griega todos los dioses y diosas tienen una edad juvenil.
Sólo Pallas no es joven. Es conocida siempre como adulta. Min-erva
aparece en Attica como una alta sacerdotisa de una región extranjera
, una región desconocida por los Griegos. Pallas es una
sacerdotisas. Min-erva es una Madre. De hecho, Pallas de ojos azules,
diferenciándose éstos del tipo del resto de los dioses y diosas,
evidentemente pertenece al pueblo de Frya. El carácter de su
sabiduría y sus atributos emblemáticos, especialmente la lechuza,
son iguales en ambas. Pallas le dio a la nueva ciudad su propio
nombre, Athenai, que no tiene significado en Griego. Min-erva dio a
la ciudad construida por ella el nombre de Atenas, que tiene un
importante significado entre los Frisones, a saber, que ellos
llegaron como amigos- “Âthen.”
Min-erva
llegó al Attica alrededor del 1600 an.C., período en el que la
Mitología griega estaba empezando a componerse. Min-erva desembarcó
con la flota de Jon a la cabeza de una colonia en Attica. Más tarde
la encontramos en las piedras votivas Romanas en Walcheren, bajo el
nombre de Nehallenia, adorada como una diosa de la navegación; y
Pallas fué adorada por los atenienses como diosa protectora de la
construcción de barcos y navegación.
El
tiempo es el portador que debe girar eternamente el “Jol” (rueda)
y transportar al sol a lo largo de su ruta por el firmamento de
invierno en invierno, así se forma un año, cada vuelta de la rueda
es un día. A mediados del invierno, la “Jolfeest” es celebrado
en el día de Frya. Entonces se cuecen bizcochos en forma de rueda de
sol, porque con el Jol Frya formaban las letras con las que escribía
su “Código”. El Jolfeest todavía se celebra en honor de Frya
como inventora de la escritura.
Justamente
como esta Jolfeest fue cambiada por el Cristianismo por la Navidad en
todo Dinamarca y Alemania, y en el día de S. Nicolás en Holanda,
así, ciertamente, nuestros muñecos de S. Nicolás -el amante y sus
novios- son un recuerdo de Frya, y las cartas de S. Nicolás un
recuerdo de la invención de Frya de las letras formadas a partir de
una rueda.
No
puedo analizar todos los contenidos de este escrito y debo
contentarme a mí mismo con lo que he resaltado . Ellas darán una
idea de la riqueza e importancia de los contenidos. Si algo es
fabuloso, todavía es más fabuloso si encontramos algo de interés
para nosotros, puesto que una pequeña tradición de nuestros
antepasados se conserva entre nosotros.
Una
evidencia interna de la antigüedad de estos escritos se encuentra en
el hecho de que el nombre Batavians no ha sido usado todavía. Los
habitantes de los territorios tan lejanos como Scheldt eran el pueblo
de Frya -Frieslanders. Los Batavians no eran un pueblo aparte. El
nombre Batavi tiene origen romano. Los romanos se lo daban a los
habitantes de la ribera del Waal, cuyo río recibe el nombre de
Patabus en la “Tabula Pentingeriana”. El nombre Batavi no aparece
antes de Tácito y Plinio y es interpolado en la “Guerra de las
Galias” de César, iv,10. (Ver mi tratado sobre el curso del río a
través de los territorios de los Frisones y los Batavians, pág. 49,
en “Vrije Fries” 4th. Vol. 1st. Part., 1845)
Concluiré
con un comentario más acerca del lenguaje. Los que hayan tenido
posibilidad de echarle sólo una ojeada superficial al manuscrito se
habrán extrañado por la finura del lenguaje y su conformidad con el
actual lenguaje en Friesland y Dutch. En ello parecen encontrar
fundamento para dudar de la autenticidad del manuscrito.
Pero,
yo pregunto, es, entonces el lenguaje de Homero menos brillante que
el de Platón o Demóstenes?. ¿Y no es verdad que gran parte parte
del vocabulario de Homero existe en el griego de nuestros días?.
Es
cierto que las lenguas varían con el tiempo, y continuamente es
objeto de pequeñas variaciones, por lo que se puede encontrar que
son diferentes en distintas épocas. Estos cambios en el lenguaje en
este manuscrito efectivamente dan un fundamento a los filólogos. No
es sólo por los ocho escritores que han trabajado en el libro
sucesivamente, cada uno reconocible por pequeñas peculiaridades en
el estilo, lenguaje y deletreo, sino más particularmente entre las
dos partes del libro, entre las que discurre un intervalo de más de
dos siglos, es visible una profunda diferencia, que muestra que una
regulación lentamente progresiva se ha ido asentando en este período
de tiempo. Como resultado de estas consideraciones, llego a la
conclusión de que no puedo encontrar ninguna razón para dudar de la
autenticidad de estos escritos. No pueden ser falsificaciones. En
primer lugar, la copia de 1256 no puede serlo. ¿Quién podría en
esa fecha no haber olvidado nada de este asunto? Ciertamente nadie. Y
menos nadie de una fecha anterior. En una fecha posterior una
falsificación es igualmente imposible por la simple razón de que
nadie habría acertado con el lenguaje. Excepto Grimm, Richthofen y
Hettema, nadie puede ser considerado suficientemente versado en esta
rama de la filología, o quien haya estudiado la lengua hasta el
punto de ser capaz de escribir esto. Y, si alguien puede haberlo
hecho así, no podría haber tenido un vocabulario más extenso del
que servirse que el que proporcionan las leyes del Este de Frisia.
Por consiguiente, en las centurias transcurridas recientemente, la
preparación de estos escritos es prácticamente imposible.
Cualquiera que dude esto, debe empezar por señalar dónde, cuándo,
por quién y con qué intención se habría cometido una
falsificación y enseñar en los tiempos actuales algo semejante a
este papel, esta escritura y este lenguaje.
Además
de que el manuscrito de 1256 no es un original, sino una copia se
prueba por las numerosas faltas de ortografía igual que por el uso
de algunas palabras que ya en tiempos del copista eran obsoletas y
poco conocidas, como, por ejemplo, en la página 82 (114) “to thêra
flête jefta bedrum”; pág. 151 (204) “bargum jefta tonnum fon
tha best bjar.” Todavía una prueba más fuerte es que entre las
páginas 157 y 158 han desaparecido una o más páginas que no pueden
haberse quitado de este manuscrito, porque las páginas 157 y 158
están al frente y detrás de la misma hoja.
La
página 157 acaba así: “ Tres meses después Adela envió
mensajeros a todos los amigos que había conseguido y les pidió que
le mandaran gente inteligente en el mes de Mayo”. Cuando volvemos
la página, el otro lado empieza: “ su esposa, él dijo, quién
había sido sacerdotisas de Texland”. Se adjunta una copia de esto.
No
existe conexión entre ambas. Sería de esperar, por fin, la llegada
de los invitados y un relato de lo que había pasado en aquella
reunión. Está claro que el copista debió pasar dos páginas del
original en vez de una. Con certeza entonces, existe un manuscrito
anterior y, sin duda, fué escrito por Liko oera Linde en el año
803.
Así
que tenemos que aceptar que poseemos en este manuscrito, del que la
primera parte fué compuesta en el siglo VI antes de nuestra era, la
producción mas antigua, después de Homero y Hesíodo, de la
literatura europea. Y encontramos aquí en nuestros antepasados un
pueblo muy antiguo en posesión de un desarrollo, civilización,
industria, navegación, comercio, literatura e ideas puras y elevadas
de religión, de cuya existencia nunca antes habíamos sospechado.
Hasta ahora habíamos creído que los recuerdos históricos de
nuestro pueblo no se remontaban más allá de la llegada de Friso, el
supuesto fundador de los Frisones. Sin embargo, ahora estamos seguros
de que estos recuerdos llegan hasta más allá del año 2.000 a.C.,
sobrepasando en antigüedad a la Hélade y a Israel.
Estas
hojas fueron leídas en una reunión de la Frisian Society, en
Febrero de 1871
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