miércoles, 30 de agosto de 2017

ESTACIÓN TIERRA: PARAISO DE MENTIRAS Y ENGAÑOS (II)


Mito Nº 2
Supremacía por la Raza - Los Amos y los Goyim

Una de las principales acusaciones contra la Alemania nacionalsocialista fue que ella adoptó y practicó la ideología de la raza superior que condujo al "Holocausto" judío.
 
Igualmente, los rabinos judíos ideológicamente clasifican a las naciones en dos clases fundamentales: uno es un judío o un Goy (Gentil).
 
Esa clasificación implicaba numerosas consecuencias, todas las cuales caen contra los goyim. Ese mito fue desarrollado por rabinos antiguos para compensar su perdido status celestial.
 
Fue tramado para legitimar el fraude, el engaño, la violencia y el terrorismo.
 
Éstos son los mismos métodos conocidos hasta ahora para establecer de modo rápido y fácil las inmerecidas supremacía y riqueza.

El rabino Yitzhak Ginsburg declaró:
"Tenemos que reconocer que la sangre judía y la sangre de un goy no son la misma cosa". [10]
Esta declaración representa una ideología basada en la enseñanza del Talmud.
 
Maimónides (el Rambam) escribió acerca de salvar las vidas de la gente, especialmente acerca de salvar las vidas de Gentiles y cristianos, o incluso judíos que se atrevían a negar la "inspiración divina" del Talmud:
"En consecuencia, si vemos a un idólatra (Gentil) siendo arrastrado por o ahogándose en el río, no deberíamos ayudarlo. Si vemos que su vida está en peligro, no deberíamos salvarlo". [11]
El texto hebreo de la edición de 1981 de Feldheim de la Mishná Torá establece:
"Un millón de árabes no valen una uña judía". [12]
En cuanto a engaño y fraude, Israel Shahak relata las siguientes enseñanzas talmúdicas:
"Está prohibido defraudar a un judío vendiendo o comprando a un precio irrazonable. Sin embargo, el fraude no se aplica a los Gentiles, ya que está escrito 'No defraude cada hombre a su hermano'." [la Halajá interpreta sistemáticamente todas aquellas locuciones como referidas exclusivamente a los congéneres judíos de alguien].
En cuanto a robo y hurtos:
"El robo a un Gentil por parte de un judío no está prohibido completamente sino sólo bajo ciertas circunstancias como 'cuando los Gentiles no están bajo nuestro gobierno', pero está permitido 'cuando ellos están bajo nuestro gobierno'.
 
Las autoridades rabínicas se diferencian entre sí en cuanto a los detalles precisos de las circunstancias bajo las cuales un judío puede robar a un Gentil, pero el debate entero tiene que ver sólo con el poder relativo de judíos y Gentiles más bien que con consideraciones universales de justicia y humanidad". [13]
El Corán (3:75-76) confirmó que tal era la creencia de los judíos, y reveló sus infundadas razones:
"Entre la Gente de la Escritura (Sagrada) hay algunos quienes, de serles confiada una cantidad de oro, la devolverán (fielmente); y otros quienes, de serles confiada una sola moneda de oro, no la devolverán a menos que se la estés constantemente exigiendo, porque, dicen ellos,
'No se nos reprochará nada de lo que hagamos con esos incultos ignorantes'.
Pero ellos dicen una mentira contra Alá, y bien lo saben. Por el contrario, aquellos que conservan su fe prometida y actúan correctamente, sepan que verdaderamente Alá ama a los piadosos".
Adicionalmente, el profesor Israel Shahak (en el cap. 2) también revela en la siguiente cita la diferencia entre los judíos y los goyim desde una perspectiva genética:
"Todos los no-judíos son criaturas totalmente satánicas en quienes no hay absolutamente nada bueno. Incluso un embrión no-judío es cualitativamente diferente de uno judío.
 
La existencia misma de un no-judío es no esencial, mientras que toda la creación fue creada únicamente para el bien de los judíos" [14].
El diseño de este mito de "Judíos y Goyim" requirió osadas modificaciones a la Historia antigua.
 
El punto de partida era el profeta Noé, el presunto padre de toda la Humanidad después del supuesto diluvio mundial. Sus tres hijos, Sem, Cam y Jafet, eran los candidatos para la creación de la raza superior judía. Uno de esos hijos tenía que ser superior y los demás tuvieron que desvanecerse.
 
Aquello fue dramatizado en las siguientes frases:
"Toda la gente en la tierra es descendiente de los tres hijos de Noé...
 
Un día él se emborrachó y estaba desnudo en su tienda de campaña. Cam, el padre de Canaán, entró en la tienda de campaña y lo vio desnudo, luego volvió afuera y lo contó a sus dos hermanos.
 
Sem y Jafet pusieron ropa sobre sus hombros y caminaron de espaldas hacia la tienda de campaña. Sin mirar a su padre, ellos la colocaron sobre su cuerpo.
 
Cuando Noé despertó y se enteró de lo que su hijo más joven había hecho, él dijo:
'¡Ahora pongo una maldición sobre Canaán! Él será el esclavo más bajo de sus hermanos. Pido a Yahvé que bendiga a Sem y haga a Canaán su esclavo. Oro para que Yahvé dé a Jafet cada vez más tierra y que habite en las tiendas de Sem. Que Canaán sea el esclavo de ellos'."
Génesis 9:19-27
¡Este cuento es introducido en el mundo como las palabras de Dios!
 
De ser probado verdadero, eso significaría desde una perspectiva sociológica que la discriminación, la esclavitud, el racismo y el terrorismo son legítimos ya que ellos fueron fundados y se remontan al padre de la Humanidad que es Noé según el Génesis.
 
Más bien que refutar ese cuento de hadas, los antiguos rabinos no escatimaron esfuerzos para promover la supremacía judía.
 
Según la doctrina talmúdica, los no-judíos son considerados como no-humanos, como está relatado en esta cita talmúdica:
"Un sacerdote judío estaba en un cementerio.
 
Cuando se le preguntó por qué él estaba allí en aparente violación de la ley mosaica, contestó que eso era permisible, ya que la ley sólo prohíbe a los judíos entrar en contacto con las tumbas de los humanos (adamitas), y él estaba en un cementerio de Gentiles.
 
Ya que ha sido enseñado por el rabino Simon ben-Yohai:
'Las tumbas de los Gentiles [goyim] no profanes'.
Ya que está escrito:
'Y ustedes mi rebaño, el rebaño de mis pastos, son hombres (Adán)'
Ezequiel 34:31
Sólo ustedes son designados hombres (Adán)"
Talmud, Baba Mezia 114b
En Kerithoth 6b uno lee acerca de los "Usos del Aceite del Ungimiento":
"Nuestros rabinos han enseñado: Aquel que vierte el aceite del ungimiento sobre el ganado o vasijas no es culpable; si lo hace sobre gentiles (goyim) o sobre muertos, él no es culpable.
 
La ley acerca del ganado y las vasijas es correcta, ya que está escrito:
'Sobre la carne del hombre (Adán) no será vertido (Éxodo 30:32); y el ganado y las vasijas no son el hombre (Adán)'."
Estas doctrinas y muchas otras más claramente implican que todos los humanos, en tanto no sean judíos, no son descendientes de Adán, y de ahí que sean todos clasificados como animales.

La implicación es vista practicada en Palestina hoy según esta licencia santa:
"Un judío que haya matado a un Gentil justo no es ejecutado en una corte judicial."
Esto dice en Éxodo 21:14:
"Si un hombre se predispone contra su prójimo y mata al hombre deliberadamente, sáquesele del altar y mátesele".
Pero un Gentil no es considerado un hombre, y más aún, un judío no es ejecutado por matar a un Gentil injusto". [15]
 
Lo que es interesante aquí es que estos mitos son imágenes corrompidas de otras genuinas.

Los científicos están descubriendo continuamente especies de homínidos que habían caminado por la Tierra hace millones de años.
 
Aquellas criaturas parecidas al humano carecían de inteligencia y por lo tanto no fueron científicamente clasificadas como humanos, como el Australopithecus, el Afarensis, el Homo Habilis y muchas otras.
 
Aquellas criaturas han sido mencionadas en todas las revelaciones divinas ya que algunas de ellas andaban por ahí en tiempos de Noé. Ellos no son descendientes de Adán (aparecieron aproximadamente hace 45.000 años) y no son considerados responsables en el Día del Juicio Final.
 
Los antiguos rabinos eran totalmente conscientes de este hecho revelado por antiguos profetas, pero lo modificaron para conseguir la supremacía deseada.
 
Ellos simplemente aplicaron el hecho en un lugar y tiempo equivocados, muy probablemente de manera deliberada más bien que debido a una carencia de entendimiento de la herencia árabe. Su tergiversación del conocimiento profético en numerosos campos enajenó la ciencia del antiguo conocimiento acumulado simplemente para conseguir una vana gloria.
 
Por consiguiente, lo que estaba destinado a ser información trivial se convirtió en un salto en el descubrimiento de la ciencia.
 


Mito Nº 3
La Tierra Prometida, Versión 1 - Hechos Santos de la Comercial Ruta del Incienso

En uno de sus artículos, el profesor Norman Finkelstein hizo preguntas válidas que muy probablemente nunca serán creíblemente abordadas.
 
Sus preguntas fueron:
"¿Por qué no recuerda la judería los seis millones de judíos asesinados en el primer Holocausto de 1919?
 
¿Porqué no buscan ellos una compensación por los primeros seis millones?
 
¿O es la historia de los '6 millones' solamente una profecía cabalística que tiene que ser cumplida a fin de justificar la anexión de Palestina?".
Él planteó aquellas preguntas recordando a la comunidad internacional que el mismo escenario de holocausto fue publicitado antes de la 2ªGM, excepto que se afirmó que había ocurrido en Ucrania.

Obviamente la exposición al público de un muy escondido y fracasado plan de "holocausto" pondría importantes dudas acerca de la veracidad del presunto "holocausto" realizado por los nacionalsocialistas.
 
Sin embargo, una vez publicado, la destrucción de todos los documentos relacionados que se refieren a un "holocausto" pre-2ª GM es simplemente imposible, como queda ilustrado en esta cita:
"Seis millones de hombres y mujeres están muriendo; ochocientos mil niños claman por pan.
 
Y este destino está sobre ellos por ninguna falta propia, por ninguna transgresión de la ley de Dios o del hombre sino por la horrible tiranía de la guerra y una intolerante sed de sangre judía.
 
En este amenazado holocausto de la vida humana..."
(The American Hebrew, 31 de Octubre de 1919, Nº 582)
Éste podría no ser el más temprano "holocausto" declarado contra los judíos. Aquí están dos tempranos cuentos de "holocausto" del Talmud: Gittin 57b afirma que 40 millones ("cuatro mil miríadas"; una miríada = 10.000) de judíos fueron muertos por los romanos en la ciudad de Bethar.

Mientras que Gittin 58a afirma que 64 millones de profesores y niños judíos [400 alumnos bajo cada uno de los 400 profesores de 400 sinagogas] fueron envueltos en rolos y quemados vivos por los romanos. (Nota: la demografía antigua indica que no habían esos millones de judíos en el mundo entero en ese entonces). [16]
 
El arte de congelar proyectos basados en el mito para ser reactivados en el tiempo y lugar convenientes es una antigua práctica judía.
 
Al igual que el holocausto en Ucrania pre-2ª GM, sólo pocos están conscientes de que el legendario mito de la "Tierra Prometida" fue de hecho congelado cuando primero fracasó alrededor de 586 a.C. para ser reactivado en el tiempo y el lugar correctos en 1948.

Hacia 1945 la segunda etapa de la saga del "Holocausto" ya estaba en marcha.
 
La atención en Europa fue exitosamente desviada desde el "Holocausto" realizado por los nacionalsocialistas a la sistemática migración de masas de judíos europeos a la "Tierra Prometida" de Palestina.
 
A diferencia del mito del "Holocausto", sólo algunos puñados de eruditos e historiadores de todo el mundo cuestionaron el mito de la "Tierra Prometida".
 
Para su sorpresa, Kamal Salibi, un profesor cristiano del departamento de Historia y Arqueología de la American University de Beirut, en el Líbano, descubrió por coincidencia que la mayor parte de los nombres geográficos mencionados en la Torá realmente existen hasta ahora en Arabia, a saber, entre Yemen y la ciudad santa de La Meca.
 
Él publicó sus sorprendentes conclusiones en un libro en inglés titulado "La Biblia Vino de Arabia" (The Bible Came from Arabia).

La misma conclusión fue alcanzada por el doctor Ahmed Dawood, un investigador sirio musulmán que publicó sus descubrimientos en 1991 en un libro titulado "The Arabs, the Samies, the Hebrews, the Israelis and the Jews".
 
Junto a muchas sensacionales nociones publicadas en su libro, el doctor Dawood presentó un esbozo aproximado de un diminuto paisaje en la región de Asir, al Sur de La Meca, donde él señaló el paradero actual del bíblico Misr (mencionado más tarde como Egipto), la patria de Moisés y de la tribu israelí, y de la cercana Yerushalayim, [17] el legendario templo de Dawood (David).

Además, en 1994 el doctor Zeyad Mona también publicó un libro que presentaba sus conclusiones como fue declarado por el título de su libro, "La Geografía de la Torá. Misr y los Israelitas en Asir".
 
Por otra parte, el profesor Israel Finkelstein (jefe del departamento de Arqueología de la Universidad de Tel-Aviv) y el doctor Neil Asher Silberman (director de interpretación histórica en el Ename Center for Public Archaeology y un editor contribuyente de la revista de Arqueología), dos destacados eruditos judíos, publicaron un libro titulado "La Biblia Desenterrada - La Nueva Visión de la Arqueología del Antiguo Israel y del Origen de Sus Textos Sagrados".
 
Los autores sostienen que no existe ninguna evidencia arqueológica convincente para muchas historias bíblicas en la Tierra Prometida de Palestina, y afirman que, arqueológicamente, no hubo ningún éxodo singular, ninguna conquista unificada de Canaán, y ningún reino glorioso y enorme de David y Salomón.
 
Aquí hemos investigado la historia árabe antigua en busca de pistas que confirmen o refuten la afirmación de que todos los profetas israelíes fueron de hecho árabes que pertenecieron a Arabia.
 
Las conclusiones fueron aplastantes. La conclusión fue que la historia de Arabia ha sido literalmente secuestrada, y que la mayor parte de los acontecimientos bíblicos, sus cifras y su geografía, habían sido arrebatados desde la ciudad santa de La Meca y las montañas Surat en Asir para establecerlos en Bethel y Beersheba, y fueron sistemáticamente proyectados sobre la región del Sur de Siria.
 
Los paisajes que fueron denominados para que se convirtieran en las tierras prometidas fueron en consecuencia llamados por sus actuales nombres durante el tiempo de Helena (la madre de Constantino, 248-329 d.C.) para que coincidieran con los relatos geográficos bíblicos.

Los investigadores identificaron el verdadero nombre e incluso las características físicas del famoso Faraón, que resultó ser un tiránico jeque tribal árabe que gobernaba uno de los estratégicos Misrs (pueblos para servicios a las caravanas) localizado al Sur de La Meca a lo largo de la comercial Ruta del Incienso en las montañas Surat en Asir.
 
Ellos publicaron sus conclusiones en un libro en árabe de 550 páginas titulado "The Surat Call. The Kidnap of the Prophets Geography", y también produjeron una condensada versión inglesa que ilustra algunas de las conclusiones en esa particular localidad. [18]

Una de las principales conclusiones delineadas en el libro mencionado es que los antiguos rabinos árabes tramaron dos míticas Tierras Prometidas para sus generaciones. La localización de la primera fue diseñada e incluída en la primera edición de la Torá siríaca babilónica.
 
El doctor Kamal Salibi y el doctor Zeyad Mona descubrieron por casualidad esa versión de la Tierra Prometida en las montañas de Asir, dado que ambos estaban lingüísticamente calificados para estudiar el texto arameo original.
 
La tierra asignada a las tribus israelitas según esa Torá siríaca abarcaba desde la ciudad santa de La Meca hasta el Sur en las fronteras con Yemen.
 
En otras palabras, ella contenía todas las áreas más ricas y la mayor parte de los estratégicos Misrs a lo largo de la comercial Ruta del Incienso.

Si los judíos hubieran poseído con éxito aquella "Tierra Prometida" entonces habrían controlado uno de los sectores económicos más prósperos del mundo antiguo. La versión de la región de Asir de la "Tierra Prometida" era de aproximadamente 830.000 kms².
 
Salibi comentó que no hay manera en que una tierra tan importante pudiera haber sido ocupada o gobernada sólo por las tribus judías dada su insignificante influencia, capacidades y cantidad en relación a los bien establecidos reinos en la misma rica y estratégica área.
 
Obviamente, los rabinos durante los 70 años de exilio en Babel decidieron documentar sus derechos en los Misrs desde los cuales Nabucodonosor los expulsó tras la corrupción realizada por ellos de la economía de la región.
 
Ellos simplemente redactaron un santo documento de propiedad de la región más rica en Arabia y lo introdujeron furtivamente entre la auténtica palabra de Dios bajo la esperanza de que los goyim árabes serían lo bastante ingenuos para reconocer la voluntad de Yahvé a favor de su "pueblo elegido".

Aparentemente los goyim eran entonces demasiado inteligentes para ser engañados por las pretendidad palabras de Dios. Los primeros en expulsarlos de sus tierras fueron los cananeos que vivían en Mamre.
 
Es por esto que esa tribu ha sido fuertemente maldecida por ningún motivo racional en las versiones posteriores de las Torás siríacas. Ellos fueron maldecidos incluso antes de que nacieran, como uno aprende del cuento de Noé borracho mencionado anteriormente.
 
Por lo visto, ése no era suficiente castigo para los goyim que rechazaron regalar su tierra al "pueblo elegido"; su tierra había sido declarada como propiedad privada de los hijos de Abraham, según Génesis 12:6:
"Abram atravesó aquella tierra hasta la encina sagrada de Moré en un lugar llamado Siquem."
Los cananeos todavía vivían en la tierra entonces, pero Yahvé apareció a Abram y le prometió:
"A ti daré esta tierra para tus descendientes para siempre" Abram entonces construyó un altar allí para Yahvé".
Para asegurar que sólo los hijos de Israel (Jacob) consiguieran la tierra, Ismael, el hijo mayor de Abraham, tuvo que desaparecer de esa promesa divina dejando sólo a Isaac, el abuelo de los israelíes.
 
Génesis 17:18 realiza esa exigencia:
"Entonces él dijo a Yahvé: 'Si al menos aceptaras que Ismael viva delante de tu presencia'. Pero Yahvé contestó: '¡No! Tú y Sara tendrán un hijo. Su nombre será Isaac, y le haré una promesa eterna a él y a sus descendientes'."
Así es cómo apareció el mito de la Tierra Prometida. Sin embargo, todas las otras tribus puestas en la mira, incluyendo a los cananeos, nunca regalaron su tierra en Arabia.
 
Los cananeos todavía viven en su tierra a 14 kms. de distancia de La Meca en un lugar llamado por su antiguo nombre hasta ahora, Namra, que es escrito Mamre en las traducciones de la Torá.

Habiendo fracasado en asegurar la Tierra Prometida de Asir, los rabinos abandonaron el documentado plan y fueron gradualmente absorbidos en Arabia y en los países vecinos, incluyendo Egipto.
 
El recién nacido mito de la Tierra Prometida entró sin embargo en hibernación en espera del momento apropiado para emerger otra vez. Alrededor de 282 a.C. llegó el tiempo adecuado.
 
Egipto, Siria e Irak fueron nominados para la segunda versión del mito de la Tierra Prometida.

 

Mito Nº 4
La Tierra Prometida, Versión 2 - Hechos Santos de la Comercial Ruta de la Seda

En su libro "Los Mitos Fundadores de la Política Israelí", Roger Garaudy explica cómo el fiscal general en el tribunal de Núremberg,Robert M. W. Kempner, declaró como decisivas las pruebas con respecto al "Holocausto":
"Con estas líneas, a Heydrich y sus colaboradores les fue oficialmente encomendada la tarea del asesinato legal (de judíos)".
Kempner se estaba refiriendo en su declaración a las posibles órdenes directas para el exterminio de judíos en una correspondencia escrita en alemán entre Gœring y su superior.
 
Gœring (un funcionario nacionalsocialista alemán condenado) sin embargo protestó contra la traducción inglesa de la palabra alemana "Gesamtlosung", que significa solución general, como "solución final", que se dice "Endlosung". Eso condujo al fiscal Jackson a reconocer la falsificación y a restablecer el verdadero significado. [19]
 
El tribunal de Núremberg a pesar de todo aprobó la traducción de la palabra alemana "Gesamtlosung" como "Solución Final" a la cuestión judía.
 
El término "Solución Final" se convirtió desde entonces en un sinónimo para el exterminio de los judíos.
 
De manera bastante interesante, la traducción errónea y la mala interpretación fueron el principal instrumento utilizado para cambiar el mito de la Tierra Prometida desde las montañas de Asir a la tierra entera entre los ríos Nilo y Éufrates.

Una nueva superpotencia colonial surgió en Europa. El griego Alejandro Magno conquistó Egipto, Siria e Iraq. Ptolomeo Filadelfo, el general griego, gobernó Egipto poco después de la muerte de Alejandro.
 
Alrededor de 282 a.C. Ptolomeo congregó a los rabinos judíos en Egipto y solicitó que la última revelación en ese entonces fuera traducida al griego.
 
Un equipo de setenta rabinos produjo la traducción de la Torá siríaca. Aquélla fue llamada la Versión de los Setenta o Septuaginta. En aquel libro en griego fue introducida una leve modificación durante el proceso de traducción.
 
Cada palabra siriaca árabe que se lee "MZARM", [20] fue traducida a la palabra griega "Αιγύπτος", que se lee "Ae-gypti"; es decir, Mizraim fue transformado durante el proceso de traducción en Ae-gypti.
 
Ese incalificable acto fue todo lo necesario para crear una ilusión de larga duración a gran escala. A diferencia de Misr o Mizeruim, Ae-gypti o E-gipto, como se pronuncia hoy, siempre se ha referido a un enorme y antiguo país internacionalmente conocido y altamente civilizado.

En el momento en que la Torá griega fue aprobada por Ptolomeo Filadelfo, ella hizo lo que cada libro hace mejor: simplemente educó a la gente y formuló sus pensamientos, sus percepciones y su fe. Siendo un libro santo, aseguró su difusión y predominio.
 
Como nadie hasta ahora había hecho la simple pregunta fundamental de cómo es que el nombre "Misr" de la Torá siríaca fue cambiado por "Egipto" en la Torá griega, por consiguiente desde 282 a.C. los europeos, así como todas las extensas colonias de los griegos, consideraron a Egipto como una "tierra israelita" la cual recorrieron todos los antiguos patriarcas y profetas, y ella fue la tierra del éxodo de los israelitas y la tierra de los condenados faraones.

Todas estas implicaciones fueron proyectadas sobre Egipto como una consecuencia de una traducción errónea, o más precisamente debido a un fraude y falsificación.
 
Esa falsa información "sagrada" acerca del papel de Egipto en la accidentada geografía de los Patriarcas fue transmitida de generación en generación hasta que se convirtió en un hecho irrefutable.
 
Eso estaba sucediendo a una escala internacional, mientras que los propios antiguos egipcios no se resistieron seriamente a esa infiltración e implantación ficticia de escenarios y acontecimientos en su historia y herencia.
 
De hecho, ellos pudieron haber visto la afirmación de la Septuaginta de que los Patriarcas habían morado en su tierra como otro privilegio de la ya glamorosa fama histórica egipcia. [21]

Lo que los antiguos egipcios no percibieron, sin embargo, es que al aceptar ese falsificado agregado extranjero en su historia no escrita, ellos aceptaron de hecho, a largo plazo, regalar su tierra y civilización a una pequeña e insignificantemente diminuta tribu árabe, mientras que su gran civilización egipcia está siendo absorbida en la segunda versión de la saga de la "Tierra Prometida" junto a Irak y Siria.
 
Ese antiguo trato es la fuente de la confusión y frustración de hoy de los eruditos egipcios cuando ocasionalmente alguien llega del extranjero para jactarse insolentemente del presunto papel de sus antepasados en la construcción de las grandes pirámides.

Es por esto que los arqueólogos habían dejado hasta ahora de excavar en busca de alguna evidencia de cualquier herencia judía significativa, para no mencionar el supuesto éxodo judío desde Egipto, o incluso para lograr identificar al famoso Faraón de entre los poderosos reyes egipcios, o incluso para encontrar esa palabra, "Faraón", en la antigua lengua egipcia.
 
Tristemente, éste seguirá siendo el caso hasta que académicos y funcionarios egipcios decidan establecer equipos de investigación independientes para examinar su historia a partir del tiempo en que la Versión de los Setenta fue publicada, y examinar objetivamente el daño causado por esa Torá griega contra la reputación de sus reyes y los logros de su civilización.
 
Abrir el archivo de la "Tierra Prometida" para la investigación académica independiente internacional podría ser el único camino para que la nación egipcia escape del calabozo sagrado de la Septuaginta.

Ptolomeo Filadelfo estaba bien consciente de que la Torá griega estaba engañando a los creyentes con respecto a la geografía de los profetas.
 
La recompensa sin embargo es que la colonia de los griegos, todas las tierras ocupadas entre el Nilo y el Éufrates, se convertiría en una tierra santa, ganando por ello interés internacional y recompensas comerciales sobre todo durante la temporada de peregrinación.
 
Sus aliados, los judíos que eran nominalmente traidores árabes de su propio pacto y nación, iban a ayudar a la superpotencia extranjera a controlar la ruta comercial de la seda.
 
A cambio, los judíos gobernarían finalmente otros Misrs, estratégicamente localizados esta vez en la otra ruta comercial internacional que va desde China a Europa.

Para llevar a cabo ese plan de la "Tierra Prometida", Irak fue convertido en el lugar de nacimiento de Abraham, y Egipto fue el lugar de nacimiento de Moisés.
 
Entonces ellos comenzaron, con la ayuda de la entonces superpotencia, a llamar a los pueblos y pequeñas ciudades con nombres ya mencionados en la congelada versión de Asir de la Tierra Prometida.
 
Ese proceso es practicado hasta ahora, por medio del cual las autoridades sionistas en el Estado de Israel están continuamente renombrando áreas para que calcen con los nombres mencionados en la Torá griega.
 
Con el tiempo, la gran mayoría de las nuevas generaciones pensaría que los nombres de las áreas en Palestina son tan antiguos como el tiempo de Moisés, cuando de hecho se les podría haber dado esos nombres poco antes de que ellos nacieran.

Ése es casi el caso con los nombres de Palestina, Líbano y Jordania.
 
De ser adecuadamente investigado, uno comprendería que esos nombres fueron dejados caer sobre esos países durante el Imperio romano, que existió más de 1.700 años después del tiempo de Abraham.
 
Desde entonces y hasta que la verdad sea revelada y anunciada, Egipto (reino poderoso) seguirá siendo un Misr (pequeño pueblo de servicio), y sus poderosos reyes seguirán siendo los malditos faraones, y la monoteísta antigua civilización egipcia seguirá siendo a los ojos del mundo como una nación pagana.
 
Por otra parte, los judíos, cristianos y musulmanes permanecerán en la oscuridad con respecto a todas o algunas de sus más importantes localidades genuinamente sagradas, y los egiptólogos seguirán rascando sus cabezas por no lograr encontrar ninguna pista creíble de los supuestos acontecimientos bíblicos en Egipto.
 
Todo esto es sólo una fracción de las consecuencias del Mito de la "Tierra Prometida", y el lector podría añadir más si lo que es mencionado aquí resulta ser verdadero.

 


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