martes, 16 de agosto de 2016

RELIGIÓN PROHIBIDA -3-



3. EL TIEMPO ES MALO

La biblia no lo dice, pero con el Big Bang comenzó el tiempo. En el comienzo mismo de la creación, cuando dios dijo “haya luz”, estas dos palabras no podrían haber sido pronunciadas si no existiera el tiempo. El tiempo fue creado por el dios creador, al crear la luz. La gran explosión y la expansión iniciales no podrían haber existido sin el tiempo.
El tiempo y el espacio fueron creados juntos, y son inseparables. El tiempo es el aliento del dios creador. Y toda su creación, la expansión del universo, la evolución de las especies, el desarrollo paulatino de su plan, no podrían ocurrir sin el tiempo. Según los Gnósticos, el tiempoaliento del dios creador es tan satánico como la materia y tan satánico como él.


4. EL DIOS CREADOR

Fueron varias las sectas Gnósticas, en los primeros 
siglos de nuestra era, que equipararon la figura del dios creador 

no a la de un ser bueno y justo, sino a la de un ser satánico.

Lo equipararon a la figura de satán, varias de ellas. En 
uno de sus cuentos, Gustavo Adolfo Bécquer nos relata 

cómo el dios creador Brahma va creando los mundos, como 

burbujas, y cómo va experimentando con ello, porque a 

veces le salen bien y a veces no. No es un dios extraordinariamente 
perfecto sino bastante inepto, pareciera. Hay 
mundos que le salen mal y tiene que destruirlos. Hay mundos 
que le salen mejor. Va probando, va ensayando. Va creando 
a través del ensayo y del error. La biblia dice: “Dijo 
Dios ´haya luz´, y hubo luz. Y vió Dios que la luz era 
buena”. ¡Cómo! ¿No lo sabía? ¿No sabía que era algo 
bueno? Por eso los Gnósticos dicen“estamos ante un creador 
ignorante de los efectos de su creación”.

Igualmente, el dios creador sostiene continuamente que 
él es el único. No lo dice una vez, lo dice permanentemente, 

constantemente: “yo soy el único Dios”, “no hay otro 

Dios más que yo”, “yo, tu Dios, soy el único”, etc. Todos 

sabemos que cuando alguien repite excesivamente siempre
lo mismo es porque no está muy seguro de lo que afirma, 
por eso necesita reafirmarlo tanto. Los Gnósticos interpretaron 

esto como que el creador sospecha, pues tampoco
está demasiado seguro, que hay otro Dios muy por encima 

de él. Un Dios infinitamente superior a él, mucho más grande, 

mucho más importante que él, y eso es lo que trata de 

ocultar al repetir incesantemente “yo soy el único”, “no hay 

otro Dios fuera de mí”. 
Indudablemente, este dios creador es el creador del 
mundo, de todos los mundos, de los planetas, del universo, 
de la materia, del tiempo.  Él es el responsable del Big 
Bang, como lo llama la física actualmente. Todo lo que la 
física sostiene actualmente, que todo comenzó con una 
gran explosión, con una gran luz, coincide con la mayoría 
de los mitos de distintas religiones sobre la creación del 
mundo. Primero dios creó la luz, luego fue creando distintas 
cosas hasta llegar a los animales y por último al hombre.
Todos estos mitos, que están en la biblia y en otros 
libros religiosos coinciden, con respecto a la creación del 

mundo y del hombre, con las conclusiones actuales de físicos 

y biólogos. 

Claro que toda esta creación está llena de errores, no es 
perfecta. Y si este mundo es imperfecto, si la materia es 
imperfecta o si todo lo que existe en el universo es imperfecto,
es porque el creador de todo eso es un ser imperfecto.
Hoy un Gnóstico diría, por ejemplo, “lo de los dinosaurios 
fue estúpido, fue un error, el creador tuvo que anular 

todo, extinguir todo eso y comenzar de nuevo otro experimento 

más, hasta llegar a algo que lo satisfaga”. Porque el 

dios creador tiene planes. Ya veremos más adelante de qué
tratan.
La física sostiene también, Einstein por ejemplo, que el 
universo no es algo infinito sino que es como una especie 

de burbuja, donde está contenida toda la creación. El universo 

es finito, afirmó Albert Einstein. Esta creación está 

limitada, es como una burbuja gigantesca donde está con
tenido todo lo material creado por el dios creador y no 

sabemos qué hay fuera de eso. La Gnosis afirma saberlo, ya 
lo veremos.
A través de los libros sagrados de distintas religiones, 
según se dice inspirados por el dios creador del universo, se 

nos relatan hechos, detalles, que lo muestran al dios creador 

como un ser no muy perfecto y no enteramente bueno.
Lo pintan a veces como un dios vengativo, colérico, soberbio, 
inseguro e indeciso. Un dios que ama los sacrificios en 

su nombre, los genocidios, y que ordena matar a otros pueblos 

para apoderarse de sus pertenencias, de sus tierras, de 

su gente, de su ganado. Ordena matar no solo a los enemigos, 
también a las mujeres, a los niños, a los animales. Un 
dios genocida. Este dios exige sacrificios en su nombre, 
pues ama el olor de la carne quemada de las víctimas inmolada 
sobre el altar. Este es el dios que ha provocado el 
diluvio. ¡Cuántos miles y miles de hombres murieron ahogados 
por el diluvio! Así lo relatan la biblia y otros escritos 
anteriores, como el del diluvio babilónico, por ejemplo.
Gusta de los sacrificios humanos y de animales, y de la sangre 
derramada de sus enemigos. Le gusta que lo admiren, 

que lo adoren, que lo sirvan, que le teman, que le obedezcan. 

Le gustan los templos edificados en su honor, los rituales, 

los preceptos, que cumplan sus ordenanzas, que eleven 
rezos hacia él. Le gustan el dolor de sus criaturas, las torturas, 
el sufrimiento. Los Gnósticos antiguos le daban el 
nombre de Ialdabahot, que significa “hijo del caos”, y a 
veces el nombre de Sabaot: “dios de los ejércitos”. También 
se lo ha llamado Kosmocrator o el Gran Arconte, el creador 
y ordenador de la materia. Pero el nombre con que más 
comunmente se lo designa en la Gnosis es el de demiurgo, 
que significa creador en griego.
Este “ser superior” no puede ser un ser bueno, induda
blemente, y quienes han sostenido esto a lo largo de la historia, 

estas ideas que estoy relatando, lógicamente han sido 

perseguidos o han pagado con su vida la osadía de decir lo 

que para ellos era la verdad. Un ser superior que ama las
guerras, los filicidios, que ordena las mutilaciones genitales 
de los niños, indudablemente no puede ser un dios 

bueno. Por eso los Gnósticos lo equipararon a satán. Lo 

consideraban un satanás creador. Ya sabemos cual fue el 

destino de los Gnósticos, de sus doctrinas y de sus libros:
quemados, perseguidos. Tal es el destino de estos llamados 
“herejes”, como se los ha designado en el curso de la historia.
Este mundo, creado por el dios creador, le pertenece 
sólo a él. Todo lo material que hay en este mundo le responde 

a él, lo adora a él, lo admira a él. Por supuesto que estas 

doctrinas que estamos relatando están condenadas a ser 

perseguidas siempre, no van a tener un gran asidero, un 
gran éxito. Solo una minoría valiente puede estudiar, interpretar
o sostener esto. Están en tierra enemiga, indudablemente, 
quienes sostienen estas ideas Gnósticas antiguas y 
eternas. Pero la Gnosis está siempre presente en este 
mundo extraño que no le pertenece. Y este pensamiento
Gnóstico, opuesto a todo lo establecido, es lo más perseguido 
y rechazado universalmente. Hay temas que “no pueden” 

tocarse, hay cosas que “no se deben” decir, hay libros 

que “deben” desaparecer, pues vivimos en un mundo en 

que sólo hay libertad para decir “dos más dos son cuatro”.
Este mundo es un campo enemigo para un Gnóstico. Un 
Gnóstico podrá aparecer, decir algo y desaparecer rápidamente, 

pues toda la creación se volverá en su contra automáticamente.
¿Cuántos años pudo predicar Jesucristo, 

según el mito cristiano? Sólo tres. ¡Pero en esos tres años 

originó una religión exitosa que ya lleva dos mil años sobre 


la Tierra!
Decíamos que este mundo es un campo enemigo para 
un Gnóstico, porque todo este mundo material y todos los 

seres que lo pueblan están hechos de materia y a la materia 

son devotos. Pertenecen y defienden a la materia y al creador 

de la materia, no pueden concebir algo diferente. Todo 
lo que se oponga al mundo material y a su dios creador es 
peligroso y debe ser destruido. La Gnosis, por lo tanto, es 
percibida como algo inconcebible y horroroso que debe ser 
eliminado.
Los Gnósticos han representado al dios creador con formas 
horribles. Con formas como las de un pulpo o un reptil, 

con cabeza de cerdo o de jabalí, o de asno. Por eso algunas 

religiones prohíben comer estos animales. También se 

lo ha representado parecido al baphomet demiúrgico de los 
templarios y de ciertas sectas masónicas. Algunos lo han 
representado como un jabalí gigantesco, semidormido, con 
el cuerpo lleno de ojos y que exhala un aliento que es el
tiempo, pues como dijimos, el tiempo es el aliento de este 
dios creador.
Este mundo no es bueno, indudablemente. Los animales 
tienen que desgarrarse entre sí, destrozarse, para poder 

comer y sobrevivir. Los seres humanos necesitan engañarse 

unos a otros en todos los órdenes de la vida, para superarse, 

para competir, para sobrevivir mejor. Los animales 
herbívoros necesitan destrozar plantas, que son seres vivos 
también. Todo se autodestruye y destruye a los demás constantemente.
Y hay quienes llaman a esto “perfección” o 
“equilibrio perfecto”. Increíble. Esto es el infierno. No es 

un sistema perfecto y menos un sistema bueno. Es un sistema 

en el que cada uno debe destruir a otro para poder 

sobrevivir. Este es el sistema creado, este es el mundo creado 
por un “ser superior”: el dios creador o demiurgo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario