domingo, 28 de mayo de 2017

VENGA, VAMOS A FEDERARNOS O A INDEPENDIZARNOS, QUE DA IGUAL.

VENGA, VAMOS A FEDERARNOS O, YA PUESTOS, INDEPENDIZARNOS, ES LO MISMO

Tras muchos días de lectura, estudio y meditación, se me parte el alma al considerar el estado de este País en cuanto a cultura política. Bueno, el país está bajo mínimos hasta en cultura general. Y, además, dejado de la mano de Dios, al socaire, expuesto a irse tras cualquier cantamañanas que le prometa el oro y el moro, le hable de lo que le están robando y ocultando y le convenza que lo mejor es tirarse a la calle con pancartas pintarrajeadas, slogans trasnochados y a romper el mobiliario urbano que ellos o sus padres han pagado con sus impuestos. Sin Prensa libre, excepto unos pocos escritores que cumplen una labor humanitaria intentando analizar los derroteros de la política. La prensa se ha vendido, desde hace mucho tiempo y sólo se informa del futbol, de los amoríos y vestimentas de una jetset salida de algún recortable. Se eleva a categoría casi metafísica la vida de personajillos que poco tienen para enriquecer la mente o la conciencia del personal. La televisión, dividida en dos bloques monolíticos, bombardean una y otra vez al televidente con los mismos capítulos de las mismas series, cuyos personajes posiblemente ya no estén ni en este mundo de Dios. Y se hacen propaganda de sí mismas. Y te cortan un programa cada tres fotogramas. Y a ti ya te da lo mismo, porque no la miras y además, ya sabes cómo acaba. Los muertos de los episodios mueren doscientas veces antes de que te pongan un episodio nuevo. Y, si un bloque habla de vampiros, el otro contraataca con demonios. Y, el impresentable del Norris que, según una voz en “of” es “el inventor de Dios” (oído con mis orejas), de las “ patadas voladoras”, que no necesita a nadie para enfrentarse a los malos y siempre triunfa porque es el representante del “eje del bien”, como decía el más tonto de los Bush, al que pusieron de Presidente porque no servía para mucho más. ¡¡¡ qué vergüenza !!!

Un país secuestrado por una banda que se autodenomina “los políticos”, como si el ser político fuera una profesión para la que se preparan todos, pues lo mismo les da estar en un sitio que en otro, el caso es no trabajar y llevarse de mil maneras lo que se ha presupuestado para beneficio del pueblo. Pero, al pueblo “pan y toros”, mucha historia falseada, mucha deuda histórica ( sin definir el concepto ), mucho “que nos devuelvan nuestros archivos”, mucho victimismo ante el poder central, mientras por la puerta de atrás vuelan los millones sin destino conocido. ¡¡¡qué vergüenza!!!

Todo se deriva de una idea falsa que no conviene aclarar: ¿de dónde viene el poder? ¿es el derecho ciudadano algo que graciosamente nos conceden los políticos? ¿son las elecciones un favor? ¿Tenemos que dejarnos robar porque nos hacen el favor de aparentar que gobiernan? ¿de dónde sacan tiempo de gobernar si todo lo que se vé y oye son puyas, insultos, faltas de respeto, ninguneaciones contínuas? ¿o el gobierno lo delegan en algún miembro de su familia, mientras ellos camarillean como porteras y piensan una frase lapidaria para alimentar a la prensa? ¿se puede dejar un país sin gobierno porque sus representantes no se ponen de acuerdo al repartirse el pastel? ¡¡¡¡qué vergüenza !!!!.

NO, NO Y NO

EL PODER reside en el pueblo, en mí, en tí, en mis vecinos, en los tenderos, en los alfareros, en los trabajadores de cualquier sector. ELLOS son el poder. Un poder que por voluntad delegan en unos cuantos para que se ocupen de los recaos mientras ellos trabajan para ganarse el pan. Y la fuente del PODER impone las condiciones.

Con la Primera República ya se intentó la redacción de una Constitución Federal ¿qué pasó?. Pasó que el pueblo en general, este pueblo español confundió antes de tiempo el culo con las témporas y se cargó la iniciativa a base de robar, repartir lo que no era suyo, declarar sus ciudades independientes y llamarlas “cantones” y, no entendiendo una porra de lo que era una federación. La idea predominante era: coger lo de los ricos, destrozar sus posesiones, repartir sus despensas, formar cuadrillas de andrajosos que vendían a sus vecinos por viejas rencillas. En fin pasó que el pueblo español ni estaba ni está preparado para un cambio de la constitución. Que los que creen saber siguen con la mano agarrada al “una, grande y libre” y chillan: ¡¡¡ quieren destrozar España !!!!, ¡¡¡ la Constitución es sagrada!!!.

Cambiemos primero el tipo de gobierno y acerquémonos un poco a unas instituciones que sirvan de base a un Estado federal, con los poderes que nosotros queramos darles. Sin dedicación exclusiva, al fin y al cabo, les hacemos un favor al permitirles que nos gobiernen. No consintamos que alguien haga de la política su profesión y se eternice administrando lo que no es suyo: limitemos las repeticiones en todos los niveles. Y, hagamos que nuestros representantes Comunitarios sean, vivan y conozcan nuestra Comunidad. Y, vetemos, sobre todo vetemos cualquier ley que un gobierno central quiera legislar y que vaya en contra de los trabajadores.

Hay mucho camino que limpiar, antes de siquiera pensar en una federación o en una independencia. Y ambas cosas necesitan unos requisitos materiales, aparte de la voluntad, que nadie explica porque no conviene. Sólo conviene el lenguaje panfletario. Como el mío más o menos.