viernes, 25 de septiembre de 2015

REFLEXIONANDO CONMIGO MISMA

SE IMPONE UNA REFLEXIÓN

Yo me anulo y me atribulo y mi horror no disimulo. Llevo todo el año viendo a los vivillos de youtube jurando y perjurando que esta vez sí, que esta vez coincidían todas las profecías, que de ésta no nos salvaba ni Dios (con perdón). Lo de Dios está claro, yo si fuera Él tampoco nos salvaría, pues no debe estar cabreao ni ná con la que está cayendo.

Aquí todo el mundo se comunica con extraterrestres, seres de otras dimensiones, retroceden en el tiempo a voluntad, la élite ya tiene la nave preparada para poner los pies en polvorosa en cuanto una estrella nos haga el menor guiño. Pues yo no he visto nunca un extraterrestre, ni me han visitado en mi habitación, ni se han molestado en abducirme, ni me han contado el futuro, ni el pasado, ni el presente, que éste sí que necesita una buena explicación.

Como aquí todo se compra y se vende, yo me pregunto ¿le estarán pagando los poderes en la sombra (que son unos poderes muy poderosos) al Señor Mas para que nos tenga entretenidos con su autonomía? Ahora resulta que todo lo que antes iba fatal, de repente va que mejor no puede: los bancos, la venta y compra de pisos, el trabajo, los parlamentarios ya no sueltan tantas paridas. El Sr. Montoro hace mucho que no nos dice que viene el Coco. O sea, que la Economía va viento en popa sin necesidad de que ningún chorizo (que son legión) haya devuelto o piense devolver ni un céntimo de lo robado. Bueno, para que no critiquemos mucho, le quitan a Rato unos inmuebles que, seguramente, no le producían más que gastos y la paga que le daba el FMI por ayudar a hundir a Europa en la miseria. No se le veía muy triste con los desahucios, seguro que estaban pactados de antemano.

Pero la pregunta del millón para mí es: ¿Para qué c… ha hecho el Papa el último viaje? Así de pasada no es que haya descubierto el Mediterraneo ni ha introducido ninguna novedad a la doctrina que a todos nos enseñaron de pequeñitos. En Cuba, el guión no incluía ni el más pequeño recuerdo al pueblo que no tiene apenas qué comer. Mucho apretón de manos, mucha alegría porque ahora los EEUU ya pueden volver a meter mano en la isla y ya está. Ante el Congreso y Senado de EEUU, aparte de decir que se alegraba de estar en la tierra “de la libertad” (que se necesita estómago para soltarlo), todo lo demás se redujo a repasar las obras de misericordia: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento. Ninguna alusión a la debacle de la moral por parte de los americanos, ni un guiño a Siria, ni Afganistán, ni Israel, ni nada. De los desplazados que nadie quiere dar cobijo, en ese momento el Papa no se acordó, ni del surtido de armas al IS , que les ha salido rana, ni las fuerzas mercenarias que les hacen el juego. Sólo deseó que se acabara el contrabando de armas. Supongo que el Vaticano será el primero en retirarse de este lucradísimo negocio. Total, que ná de ná. Medio youtube tuvo que agachar la cabeza porque no nos presentaron a los extraterrestres. Podían haber tenido un detalle ante tanto investigadores como hay en Internet y enseñarnos por lo menos uno, pero no, nada de extraterrestre, nada de experimentos farmacéuticos para bajar a un tercio la población mundial. Porque somos un engorro. Tienen que darnos de comer y no se pueden aprovechar de nuestro trabajo, que de eso ya se encargan las máquinas. Cada máquina que se inventa para aumentar la producción, unos XXXX miles se quedan sin trabajo. Lo malo es que tampoco podemos ser consumistas, porque no nos alcanza ni para el recibo de la luz.

No sé cuánto van a durar estas reflexiones, pero aquí pongo fin a esta primera parte. Mañana os reflexionaré sobre otras cosas. O las mismas, yo qué sé……...

Tres días después

Bueno tendré que rebajar un poco mi crítica a Su Santidad, por su discurso en la ONU. Ahí sí les dió en la línea de flotación. Pero le faltó un pequeño detalle. Si hubiera sido yo, que no lo fui, hubiera ido señalando con el índice a quién me estaba refiriendo en todo momento. Claro que eso le hubiera obligado a señalarse a sí mismo en algunos momentos. Ahora esperamos a ver qué caso le hacen.