martes, 30 de agosto de 2016

REFLEXIONES CONMIGO MISMA

Yo tengo dos despertares : uno muy pronto por la mañana y otro desde lo más profundo; tan profundo que parece que salgo del más allá, en la siesta. Mi sueño, hacia las 12,30, cuando el mundo está tomando el aperitivo y hace media hora que yo comí. Por que, en la alimentación, como en casi todo, hay una regla que es bueno seguir: "ni menos de 2 ni más de cuatro". O sea, entre comida y comida nunca menos de dos horas ni más de cuatro.  A esto, para una persona que haga poco ejercicio y no demasiados esfuerzos, hay que añadir la frugalidad. Las comidas deben estar de acuerdo, no sólo con las calorías que quemas, sino y muy especialmente con las que necesitas, que no son las mismas a lo largo de una vida.

Las personas ven como natural que, con el paso del tiempo, el cuerpo aumente de volumen. Y es un tremendo error. Las personas mayores deben ingerir, por una parte las calorías que se dan en llamar "metabolismo basal" o sea, las que necesita todo organismo para un buen funcionamiento. Todo lo que exceda del metabolismo basal, son calorías que quemarás con tu actividad. Si en tu vida activa ingerías p.e. 2500 calorías y una vez que tu vida se hace más tranquila sigues engullendo las mismas, con toda seguridad, en seis meses tendrás problemas de peso, junto con problemas de circulación, dificultad para respirar, porque te estás poniendo como una bola e intentas que te lo arregle el médico, que te harta de pastillitas, que tú abandonas a los dos días, porque a tí eso no te hace ná y sigues engordando como un gocho. En fin, no hay nada más desesperante para un médico que conseguir que una gorda reconozca que se pone ciega a chuletas. No, es que, mire Vd. Doctora, a mí con esto de la retirada (eufemismo que utilizan por estas tierras para referirse a la menopausia) digo yo, que me ha cambiado el metabolismo, porque, de verdad y no la engaño, como como siempre. Claro, dice la doctora que ese día ya ha oído lo mismo de diez o doce gordas que por allí han pasado, pues coma ud. menos. Y a las gordas les sube el nivel de glucosa en sangre y no me lo explico, mire vd. hace por lo menos un año que ni pruebo el azúcar. Seguramente se ha desayunado un melón entero, porque es que mire Vd. estaban tan rico...... pero nada de azúcar. Y hasta yo, a veces, en la tienda pretendo que entiendan que el azúcar refinado que compramos es una cosa y existe la fructosa, que es el azúcar de la fruta y la lactosa, que es la de la leche. Y da lo mismo, los gordos no comen, engordan porque el aire les trae el maná del desierto.

Nada de lo que he escrito estaba en mi cabeza cuando he empezado. La idea eran los fogonazos instantáneos que me vienen de vez en cuando y que, a veces son tan unifotográmicos que los capto al rato. Hace unos días, tenía yo tantas ganas de andar como de que me dieran una "patá" en el estómago. Me había levantado en plan sufridora y, en un alarde del más puro masoquismo, iba yo recordando tantos y tantos malos tragos que he tenido que superar. Snoopy tiraba de su cadena, porque estábamos en el campo y quería correr. El perro me sacó de un "enmimismamiento" que llevaba camino de convertirse en una autocompasión realmente enfermiza. Cuando, miré al perro él se quedó quieto, en uno de esos éxtasis que a veces le dan y que parece que ve algún fantasma, luego me miró y, os lo juro, un pensamiento rápido, apenas una idea que desapareció a la velocidad de la luz; y, aparte te soltar al perro, el verbo, viniera de dónde viniera, se hizo consciente. Una simple frase :"todo era necesario". Y ya está: ese fué el fogonazo que me hizo reaccionar. Y empecé a repasar lo mismo que venía rumiando por el camino, pero lo veía de otra manera. Ya no eran desgracias insuperables, sino escollos en el camino de una vida normal.

Bueno, pues de la misma forma, y en el mismo estado de sonambulismo que el otro día, me he levantado hoy. Mientras intentaba lavarme los ojos a ver si querían, por lo menos mirar, porque ver, lo que se dice ver, veía poco. En un descuido, antes de estar preparada, abrí la verja de casa y Snoopy lo debió de interpretar como un día de asueto y salió corriendo más contento que un titiritero. Con la mala suerte de que en el mismo instante, bajaba un señor, muy vestido de chandal y zapatillas de marca televisiva que corría desenfrenado, yo no sé si iba deprisa o es que no podía parar por la cuesta de la calle. Snoopy se puso a ladrar como un poseso y a perseguir al hombre y yo, al oir sus ladridos salí detrás de él sin haberme puesto las zapatillas, sólo con los calcetines blancos, blanquísimos, los pelos hacia dónde les daba la gana, porque mis pelos han hecho siempre lo que han querido, y las bragas en la mano. Llamaba bajito al "julai del perro" y él miraba para atrás pero no tenía muy claro si le llamaba para que volviera o porque también quería unirme a la carrera. El hombre miraba de vez en cuando hacia atrás y aceleraba el ritmo, Snoopy lo aceleraba en la misma proporción. Pero yo pensé de pronto en el panorama y me dió la risa. Me senté en un banco y, mientras encomendaba el asunto al azar, me vino un fogonazo y, sin venir a cuento mi mente se trasladó a algo que había leído ayer y, mientras intentaba recuperar aire y amainar los latidos deL músculo cardíaco, lo ví clarísimo: "claro, dije en un murmullo, la materia oscura. Pero ¿como estoy tan tonta? claro!!!,.... claro!!!,.....Ja, qué divertido. Sólo las matemáticas señalan su existencia. Claro, las matemáticas no necesitan más que la mente que desarrolle las ecuaciones. En cuanto necesite cualquier aparatito, por simple que sea, ahí se acabará su conocimiento. Claro, claro, la materia oscura. Una necesidad porque les falta materia en su pequeño Universecito. Pues la técnica no la va a encontrar, ni la técnología humana ni la extraterrestre, suponiendo que la haya.

Snoopy se había percatado de que yo había abandonado el juego y, como su prioridad soy yo, no porque yo se lo haya enseñado, él me ha cogido bajo su protección y, si alguien intenta acercarse a mí, primero gruñe, luego me mira; si me ve sonreir, el extraño puede acercarse, si no, no se acerca a mí nadie porque le muerde. Y como es pequeño, les muerde en los tobillos. Bueno, pues Snoopy volvió, volvimos despacio  a casa y, como total, yo estaba a medias de vestir, nos daba lo mismo completar los preparativos que echarnos un poco a descansar. Optamos por lo segundo. Me quedé en un duermevela y mi cabeza se puso a pensar en el Universo y la alegría con la que los científicos nos informaban de todos los planetas similares a la Tierra que van encontrando. Y, como si fuera simplemente volver una esquina, nos informan que sólo están p.e. a 15 años luz. Y recordé un libro, que por cierto debe de estar también en alguna estantería de mi hijo, "el hombre anumérico". El hombre común, tengan o no mucha o poca cultura, sólo se quedan con el dígito 15 y piensa, "anda, pues sí que está cerca, 15 años no es nada" Lo del año luz no tiene importancia. Pero si de pronto sacas una calculadora y le dices al optimista: "vamos a echar cuentas: ¿Vd. buen hombre sabe cuál es la velocidad de la luz?" "y eso qué importa? contesta el paisano, lo importante es que está a una distancia de 15 años.", "sí señor, pero son 15 años luz", "y eso qué es?", a estas alturas intuye que algo no me encaja a mí, porque para él la cosa sigue siendo como el agua cristalina. "pues eso quiere decir, señor,, que la distancia a ese planeta equivale a la que la luz recorre durante 15 años", "¿y eso es mucho", "pues nos lo puede decir una calculadora?" A estas alturas ya tengo corrillo y a mí me encanta (deformación profesional, que la llaman los envidiosos). "Vamos a ver, la luz recorre 300.000 km/por segundo". Aquí hay que hacer un alto hasta que ves que de pronto todos se han dado cuenta de la barbaridad de kms. que hace la luz en un segundo"Bueno, como un minuto tiene 60 segundos, tendremos que multiplicar los 300.000 por sesenta, lo que nos dará 18.000.000 kilómetros en un minuto" " Y así tenemos que seguir, hallando la distancia en una hora (60 minutos), luego el día, luego, un mes, luego un año. Y lo que nos dé para un año, hay que multiplicarlo por 15, con lo que la computadora se bloquea y aparece el signo "e", que quiere decir que "no quiero tanta aglomeración encima de mi plataforma". Y los vejetes acaban con una sentencia: " o sea, moza, que eso está´n´casadios". Y ya tienen tema para todo el día y más.

Estos vejetes eran mozalbetes cuando mis padres eran adultos y alguno de ellos, en justa correspondencia, me cuenta anécdotas. Sobre todo lo bien que cantaba y que no había surcos más rectos que los que él hacía.

Y ahora mi hijo me llama por Spyke. Yo le veo y le oigo perfectamente. Pero mi micrófono no tiene suficiente fuerza y le contesto por escrito. Y ellos no me pueden ver porque la webcam la puse en un sitio para que no se perdiera y, naturalmente, no la encuentro ni sé en qué sitio está. Que el Inefable os acoja bajo su protección que yo me quedo hablando con mi gente.

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