domingo, 30 de julio de 2017

POSIBILIDAD DE TRASCENDER EL SEXO SIN CAER EN ÉL (FILOSOFÍA ORIENTAL) OSHO

La última pregunta:
¿Se puede transcender el sexo sin entrar en él?

Entonces, ¿qué necesidad hay de transcenderlo? La necesidad de transcendencia surge solo porque estás en él. Naces en él, naces de él: eres un fenómeno sexual.
A excepción de Jesús, nadie ha nacido de una virgen. Y los cristianos insisten demasiado en la teoría de que María era virgen, para poder condenar el sexo. Si Jesús también nació del sexo, entonces será difícil condenar el sexo. En realidad, Jesús nació del sexo como todos los demás.
El cuerpo tiene que constituirse de energía masculina y femenina; de lo contrario, el cuerpo no puede constituirse. Decir que María era virgen es decir que en tu casa tienes electricidad de un solo polo: positivo o negativo. Eso será igual de disparatado. La electricidad necesita tener ambos polos, positivo y negativo. Sin esos dos polos no puede existir la electricidad, no puede ser creada..., ni siquiera en casa de Jesús; la electricidad necesitará dos polos. A la electricidad no le importa quién seas: incluso en mi casa necesita dos polos.
Puedes preguntarle a Haridas. Él lo intenta, se pasa el día intentándolo, trabajando continuamente para hacer que la electricidad sea virgen. Pero hasta ahora no lo ha conseguido. Pero más adelante podéis escribir historias sobre mí, como que «en la casa de Osho la electricidad tenía un solo polo». Estas historias siempre se crean posteriormente, porque tienes que demostrar que tu maestro era excepcional.
Los jainas dicen que Mahavira nunca transpiró. Pero ¿qué tipo de tontería es ésa? Se perdió la delicia de sudar al sol. Y vivió desnudo y anduvo desnudo; de hecho, debió haber sudado más que nadie. Si vosotros decís que yo no sudo, puede ser correcto, porque vivo en una habitación con aire acondicionado; pero Mahavira, que iba desnudo, ¿nunca sudó? Algo parece sospechoso, capcioso. Debió de apestar. Para ocultar ese hecho, tienes que encubrirlo y decir que nunca transpiró, y así cortarlo todo de raíz. Nunca defecó, nunca orinó. ¿Cómo vas a imaginar a Mahavira meando? Eso no parece estar bien en absoluto.
Estas historias se crean. Estas historias demuestran simplemente que los seguidores son estúpidos. No dicen nada sobre Mahavira o Cristo o Mahoma; simplemente demuestran que los seguidores que vinieron después eran unos neuróticos. Jesús nació de dos sexos como todo el mundo. Tú vienes del sexo; cada célula de tu cuerpo es una célula sexual. Cada célula de tu cuerpo tiene dos polos: el masculino y el femenino, yin y yang.
Me preguntas: «¿Se puede transcender el sexo sin entrar en él?» La única posibilidad es no nacer. Una vez que has nacido ya eres un ser sexual. Que hagas el amor a una mujer o a un hombre, eso no importa. Puedes ser célibe, pero ser célibe no significa ir más allá de la sexualidad. La sexualidad ya ha calado. En el momento en que entraste en el útero de tu madre te convertiste en un ser sexual. No hay manera de evitarlo. De modo que lo único que puedes hacer es reprimirlo. Te volverás antinatural y toda tu vida será una vida pervertida. La represión es posible, pero la transcendencia no es posible de la manera en que preguntas.
He oído que...

Ellen y Dolph habían estado casados treinta años y nunca se habían perdido una noche de gozo conyugal. Un día, Ellen fue a ver a su médico y éste le dijo que debía tener un descanso completo durante seis meses o no sobreviviría.
Ellen y Dolph decidieron permanecer completamente separados durante este periodo. Ella se mudó a un dormitorio del piso de arriba y él se quedó abajo.
Después de tres meses de total abstinencia y soledad, la fuerza de voluntad de Dolph se vino a pique y empezó a subir a la habitación de Ellen. Cuando empezó a subir las escaleras, vio que ella bajaba.
«Amor mío», dijo ella, «bajaba a morir».
«Me alegro, cariño», dijo él, «porque yo subía a matarte».

No te vuelvas loco, deja que las cosas sean simples. No hay necesidad de matar o de morir. La represión hará que todo sea muy complicado en tu vida; estarás dividido, esquizofrénico: célibe en la superficie y en el fondo justo lo contrario.
Transcendencia significa la desaparición de la necesidad del otro, la desaparición del deseo de perderse en una mujer o en un hombre. Y esto solo es posible si has comprendido, y la comprensión solo llega con la experiencia. De manera que no te digo que te desprendas de tus relaciones; más bien, que te vuelvas más meditativo en tus relaciones.
Al hacer el amor, haz también de ello una meditación. Y te sorprenderás: si mientras haces el amor entras además en un estado meditativo, comprenderás a un nivel muy profundo lo que está sucediendo, y todo el anhelo que llamamos sexo se volverá consciente. Y una vez que se ha vuelto consciente, puede desaparecer. Y desaparece por si solo; no necesitas hacer, no necesitas practicar nada para ello. Cuando se va por sí mismo es hermoso. Sí, el sexo desaparece; uno lo transciende, pero no luchando contra él. Esto es verdad, y debido a esta verdad ha habido mucho malentendido en el mundo.
El sexo desapareció de la vida de Buda; el sexo desapareció de la vida de Cristo. La gente ha visto que el sexo desaparece, y la gente ha visto que cuando el sexo desaparece hay un gran esplendor: algo del cielo baila en la tierra, el más allá llega a la tierra, lo mundano se impregna de lo sagrado. Y como la gente ha visto estas cosas, surge un gran deseo en ellos de transcender el sexo también. Pero entonces todo va mal: empiezan a luchar contra él.
Es una ciencia secreta, y si no lo haces correctamente, todo irá mal.

A un hombre le dijo su amigo que debía elegir una esposa que fuera «una economista en la cocina, una dama en el salón y una prostituta en la cama».
Se vuelven a encontrar algún tiempo después de la boda y el amigo le pregunta si está satisfecho con su elección.
«Bueno,» dice el recién casado, «hice lo que dijiste, pero me parece que he cometido un error en alguna parte. ¡La mujer con la que me he casado ha resultado ser una prostituta en el salón, una dama en la cocina y una economista en la cama!».

Tan solo un poco de desarreglo, un par de cosas fuera de su sitio, y todo va mal.
La transcendencia nunca sucede mediante la represión; la transcendencia sucede mediante el entendimiento, la transcendencia sucede mediante la consciencia.
La otra noche le di sannyas a un psicoanalista, un hombre muy hermoso. Le di el nombre Anand Veetkam. Significa «gozo más allá del sexo». Y le dije que si te vuelves meditativo mientras haces el amor, llegarás a conocer algunas cosas inmensamente significativas.
La primera y más significativa es que cuando entras en un profundo orgasmo, cuando está sucediendo el clímax, hay una gran alegría porque en ese momento el sexo desaparece. El sexo te lleva al estado orgásmico, y una vez que ha cumplido su propósito, el sexo desaparece. En el estado orgásmico no queda sexualidad en ti: simplemente estás palpitando y no hay deseo; estás absolutamente aquí-ahora; no hay futuro, ninguna fantasía, ni imaginación, nada. Y cuando sucede el orgasmo, el hombre está solo; puede que la mujer esté ahí, pero él no es consciente de la mujer. Y la mujer está sola; el hombre está ahí, pero ella no es consciente del hombre.
El orgasmo es individual: está sucediendo dentro del hombre, está sucediendo dentro de la mujer. El otro lo ha activado, pero ahí acaba la función del otro; ya no estás interesado en el otro. En el orgasmo profundo simplemente estás dentro de ti mismo, no hay sexo en ello; de ahí el gozo. Y después de un buen orgasmo, te sentirás muy dichoso durante horas, y no volverás a pensar en el sexo durante horas; el deseo se ha ido de ti. ¿Qué ha sucedido? Si te sientes dichoso, no puede haber deseo. Si hay deseo, no puede haber dicha. El deseo y la dicha nunca están juntos.

Y si meditas profundamente mientras haces el amor, tomarás consciencia de que el tiempo desaparece; en el clímax no hay tiempo, de repente estás aquí-ahora. Solo entonces conoces el significado de aquí y ahora; de otro modo, estás en el pasado o en el futuro. Y cuando desaparece el tiempo, desaparece la mente, porque la mente es otro aspecto del tiempo, otro nombre del tiempo. La mente es pasado y futuro. Cuando no hay tiempo no hay mente. Reflexiona: no mente, no tiempo, no deseo sexual..., y hay un gran gozo. Pero la gente se lo pierde porque no está alerta a ello. La gente se pone a hacer el amor inconscientemente, mecánicamente. Hazlo conscientemente, atento, recordando lo que está sucediendo, observando, siendo un testigo, y eso liberará entendimiento en ti; eso irradiará consciencia en ti. Y la consciencia es transcendencia, la consciencia es libertad.


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