miércoles, 5 de octubre de 2016

ENTRE EL VACÍO Y EL ABISMO

Me he cogido una semana de descanso en las "conversaciones con Dios" y he intentado desentrañar el sentido del primer volumen. A mí no me importa si es el mismo Dios que me habla a través de un profeta o es el libro que ha salido de la imaginación de un señor. Al fin y al cabo, es lo mismo. Si se debe a la imaginación, el escritor es sabio y conoce el alma humana y los escollos que nosotros mismos creamos a lo largo de toda una vida. Dice que hemos venido a completar nuestro conocimiento sobre quiénes somos en realidad, algo falló en la vida anterior. Tampoco se impone la obligación de revivir; sólo si tú no te encuentras a gusto del todo contigo, es cuando pides encarnarte para tratar de .......... de qué. Vete tú a saber.

Pues, con el sepulturero esperando que me decida, no tengo ni puta idea de por qué vine; por no saber, no sé si realmente estoy en algún lado. Tuve un sueño esta noche que me está rondando todo el día. Como he estado haciendo cosas, lo he podido posponer. Pero, ahora, que, como siempre, sólo quiero dormir o leer, ni lo uno ni lo otro puedo hacer.

Era una montaña alta, muy alta, de esas que sólo se pueden hacer con un ordenador; en la cima sólo había un camino ancho, tan ancho que parecía una planicie. Y yo estaba allí mirando a la gente que iba y volvía. Ignoro de dónde venían y tampoco sé dónde iban. En cambio, una idea en mi mente: "unos van a su sitio y otros vienen de su sitio". Ya sé que es una frase si sentido, pero eso es lo que pensaba. Los que iban hacia allá, parecían contentos; en los que volvían había diversidad de expresiones y, vistos de lejos, algunos parecía que volvían ensangrentados, con vendas en sus cuerpos. Pero había una tabla que levantaban dos..... no sé lo que eran. Por más que miraba no lograba identificar sus formas con nada que yo conociera y, con la ilógica lógica de los sueños, otro pensamiento "por fin veo un extraterrestre..... pues no son tan feos.... un poco de agua y jabón....." y sentí como si me dieran un puñetazo dentro de la cabeza y una voz enfadada: "somos estatuas de sal" y yo que pensaba también enfadada "vale, vale, no chilles.... y procura que no te caiga la lluvia". Los dos me miraron sin ninguna expresión en el rostro y yo les advertía "que se os acumula el trabajo...." Y la gente seguía yendo y viniendo. Yo paseaba por aquella planicie y la crucé el ancho por ver qué se divisaba y antes de llegar, la voz "ese es el vacío. Ahí se deja el pasado", me asomé y, no sé si sería el vacío pero no se veía absolutamente nada. "claro, pensé, si el vacío. Pero el vacío, vacío, no existe. Algo habrá", la voz se adelantó a mis pensamientos "ahí ya no puedes estar. has dejado el pasado", "por que tú lo digas, no te jode". Me parece que en los sueños somos tan mal hablado como en la vigilia. "yo tengo mi pasado en mi memoria", "no, ya lo has cerrado", "¿Cuándo he cerrado yo mi pasado, si siempre  va conmigo?" "eso es lo que tú te crees. Hoy has cerrado el pasado". Sin darme cuenta, estaba cruzando la planicie hacia el otro lado. Cuando ya estaba llegando, otra vez la voz: "eso es el abismo", "¿el abismo?, ¿qué hay abajo?", "ya te lo he dicho, el abismo. Si quieres, puedes tirarte", "tirarme a un abismo.... La hija de mi madre no se tira a un abismo a ciegas", "pues tú verás..... ", "oye, mira, háblame claro que estoy harta de no entender. ¿Me quieres decir qué hago aquí?", "pues sí te lo podría decir, pero ¿para qué?, si tú lo sabes......", y ¡dale!, si allá atrás me dices que me he dejado el pasado y que lo de ahí abajo es el abismo....... ¿Me puedo quedar aquí?", " Si quieres..... pero tarde o temprano vas a tener que decidir", ".... decidir ¿qué?", "lo que quieras......", "pero si no sé lo que quiero......", "bueno, pues te puedes quedar mientras lo decides", "tengo hambre.... ¿dónde se come aquí", "aquí no se come...... no necesitamos comer", pero ahí hay un árbol. Mira a ver si te gusta". Es verdad, había un árbol. Yo juraría que antes no estaba allí pero...... Me acerqué y de pronto solté una carcajada, no podía dejar de reir: "¡venga ya! ¿un manzano?. Mira, paso, que esto ya ha pasado y fíjate la que liasteis.....".

Y me desperté, porque realmente tenía hambre. Era casi la hora del café. O sea, con tanta cháchara había perdido un tiempo que no me gusta perder.

Y, tomando el café, un fogonazo mental, instantáneo de los que acaban antes de que te des cuenta de que están pasando:Yo, en un sitio verde y rural y una voz: "estás entre el vacío y el abismo".

Y llevo todo el día entre el vacío y el abismo. No puedo explicarlo mejor, porque mis fogonazos no me aclaran nada. Sólo, a veces responden a mi estado de ánimo.

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