domingo, 27 de agosto de 2017

ATEOS INNATOS (UNA MILONGA SIN GRACIA)

La presentación es ya fantasiosa. El autor, que dice llamarse Juan García pero que se podía llama de cualquier otra forma porque ese nombre en Inernet alcanza una cifra de unos 3.000, tirando por lo bajo, nos presenta a un niño, no superdotado, pero un poco extraño. En su adolescencia, en vez de preocuparse por cosas de adolescentes (compañeros, compañeras, días tontos de tristeza injustificada, alguna que otra atracción inexplicable) nuestro niño medita profundamente sobre el significado de las matemáticas (en nuestros tiempo un niño así sería fácil presa de los reporteros, así que nuestro niño debe haberse educado en otro planeta), preocupado porque todos hablaban de Dios, y su nombre lo escuchaba en todas las conversaciones (lo que te digo, en otro planeta).

Así que el muchacho se puso a estudiar en profundidad a ese Dios. Y otra palabra que también se repetía mucho a su alrededor, “ateo”. Y, en vez de buscar en el diccionario, como todos los que hemos sido jóvenes, “pedo”, “puta” o “mierda”, él fue al meollo del asunto y buscó aquellas dos palabras que tanto se repetían en su familia y en su comunidad (¿sería nuestro niño-estrella un Amish?, no lo sabemos). Y encontró que un “ateo” era un sin-Dios, (en su inocencia lo hizo en un diccionario etimológico)

Y, ocurrió el milagro. De esa mera definición, salta una especie de luz espectral que, inundando hasta la fibra más sensible de su ser, le hace comprender que ese era él, el Ateo, el Sin- Dios. Y, como en todo el mundo no sabía de nadie que fuera tan ateo como él, se vio obligado a emprender su búsqueda en solitario. Pobre niño ¿no?. Tan ateo y tan solito. Era el único ateo en un familia y una comunidad tan religiosa.

Bueno, hasta aquí he llegado y de aquí no paso. Porque ya sé quién es Juan García. Es El niño de las monjas”, hasta el gorro de rosarios, misas y comuniones.

Y, lo demás se os dará por añadidura en esta página que no tiene desperdicio


Admiróse un portugués
al ver que, en su tierna infancia,
todos los niños de Francia
supieran hablar francés

Esto se lo dedico a mi amigo Esteve Rodriguez que, de tan bueno que es, es capaz de leer estas cosas por no hacer un feo. Y, por supuesto, al autor de esta llamada parábola, que me ha bloqueado en G+ por llevarle la contraria y porque, según él, no tiene tiempo que perder con personas que, como yo, no saben escribir. (cometí el mayor insulto que puede recibir un ateo. Escribí la palabra puñetera). No es, y espero que no será, la única persona que me ha bloqueado. Pero, a diferencia de esta lumbrera, yo tengo tanto tiempo como dure el universo. Claro que yo no soy atea.


Feliz domingo a todos y no os sintáis atraídos por los cantos de Sirena, que, en este mundo virtual, nunca sabréis con quién estáis hablando.

7 comentarios:

  1. A pos yo sé el nombre verdadero de juan garcía...el ATEO INNATO que escribio un libro y que en las redes sociales no es capaz de decir su nombre, extraño pos según él como ATEO INNATO le sobra curiosidad, inteligencia y VALOR...No Señor Genaro?
    Ademas de que tiene multiple perfiles en interne simulando ser niñas y adolescente que gritan a toda voz como un loro las dogmatica ideas de este señor.Jaja un fraude total.

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    1. Y kual e la prueba, parecis estar calumniandolo, o sea na' qe ver revelar su nombre mucho escritore usan sobrenombre y no por eso son fraude, eri un religioso resentio seguro.

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Ese hombre es el diablo, gusta atacar la santa fe de las personas en Dios, nuestro Señor, ya a la hora de enfrentar el gran juicio tendrá que arrepentirse de este gran pecado. Bendiciones hermana.

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